Está en la página 1de 3

Capítulo 1: Las estrategias del

espectro para destruir a la humanidad

Capítulo 1: Contenido
1. La corrupción del pensamiento humano
2. La subversión de la cultura tradicional
3. Comunismo en Oriente y Occidente
4. El colapso de la sociedad
5. La estrategia de “Divide y reinarás”
6. Engaño y defensa

Introducción
El espectro del comunismo ha trabajado durante siglos para corromper y destruir a
la humanidad. Comenzó mutilando al hombre espiritualmente, separándolo de sus
orígenes divinos. Desde allí, el espectro ha llevado a los pueblos del mundo a
desechar las milenarias tradiciones culturales que lo divino había meticulosamente
dispuesto como las normas adecuadas para la existencia humana.

Despojada de su antigua herencia, toda la sociedad humana se está desmoronando


a un ritmo sin precedentes. Mientras tanto, los agentes terrenales del espectro han
aprovechado este caos social para impulsar sus nefastos planes, enmascarándolos
como “liberación” y “progreso”.

En los últimos doscientos años o más, la influencia del espectro se ha apoderado


del laberinto de los asuntos sociales y el desarrollo histórico. Su influencia
demoníaca toma formas innumerables y aparentemente contradictorias, desde la
brutalidad manifiesta del régimen comunista en Oriente, hasta la subversión
gradual de la política, la cultura y la sociedad occidental.

1. La corrupción del pensamiento humano


En el mundo de hoy, el criterio para discernir el bien del mal está invertido. La
rectitud es considerada perversión y los vicios son considerados compasión.
Conceptos siniestros son disfrazados de ciencia y la lógica mafiosa es enmascarada
como “justicia social”. La “corrección política” es utilizada para imponer el
control del pensamiento y se utiliza la “neutralidad de valores” para hacer que la
gente se vuelva insensible a las atrocidades brutales.
El hombre fue creado por lo divino, y los devotos reciben protección divina. Por lo
tanto, el objetivo primero y principal del espectro es cortar la conexión entre el
hombre y lo divino.
El himno socialista, “La internacional”, dice que nunca hubo ningún Creador. En
la década de 1850, el filósofo materialista alemán Ludwig Feuerbach dijo que Dios
es meramente la proyección de la naturaleza interior del hombre. Pero la moral, la
cultura, la sociedad y el pensamiento racional tradicionales del ser humano
provienen de lo divino. En las tumultuosas corrientes de la historia, la fe espiritual
puede ser descrita como una fuerte ancla que evita que la humanidad se pierda en
las olas.
El ateísmo es un cebo para que los arrogantes jueguen a ser Dios e intenten
controlar el destino de otras personas y de la sociedad; los líderes de los
movimientos comunistas tienden a autodivinizarse. Al reflexionar sobre el baño de
sangre que fue la Revolución Francesa, el filósofo británico Edmund Burke dijo:
“Cuando los hombres juegan a ser Dios, inmediatamente actúan como demonios”.
Un concepto estrechamente relacionado con el ateísmo es el materialismo, que
niega la existencia del alma. El materialismo se arraigó durante la Revolución
Industrial, cuando los rápidos progresos en la ciencia, la tecnología y la producción
estimularon un culto al empirismo y al ateísmo. La gente perdió la fe en los
milagros divinos y rechazó los mandamientos divinos. El concepto de
materialismo dialéctico es el dogma central del marxismo y otras ideologías
radicales. En la historia reciente, la teoría fue articulada por primera vez por el
filósofo alemán Georg Hegel, como un conjunto general de principios para el
pensamiento lógico. El marxismo luego absorbió algunos aspectos específicos de
la obra de Hegel, y exageró la naturaleza del conflicto dialéctico.
En manos del espectro, el materialismo y el ateísmo sirven como armas
demoníacas para socavar la fe espiritual del hombre, arruinar la moralidad humana
y destruir la cultura tradicional. El materialismo y el ateísmo establecieron las
bases para una gran cantidad de pretensiones intelectuales. La corrupción de la
filosofía ha ido de la mano con la corrupción de la ciencia. El culto a la
“racionalidad científica” ha reemplazado a la razón normal con un tipo de religión
secular usada para reprimir la fe y negar la moral, reforzando así la visión atea del
mundo.
La comunidad científica contemporánea descarta como superstición y
pseudociencia, o ignora por completo, a todos los fenómenos que no puede
explicar o verificar con sus métodos. Con el objetivo de dominar el pensamiento
académico y el sistema educativo, inundan esos ámbitos con teorías ateas como el
Darwinismo. La defectuosa teoría de la evolución de Darwin ha sido ampliamente
adoptada como un instrumento para distanciar al hombre de lo divino. Equipara al
hombre con las bestias, socavando su dignidad y su reverencia por la creación
divina.

En el siglo XX, la teoría se apoderó de las esferas de la investigación y la


educación; hoy en día, se ridiculiza a los que creen en el creacionismo. Además del
impacto en las ciencias naturales, el ateísmo y el materialismo engendraron
muchas tendencias filosóficas e ideológicas arraigadas en el concepto de lucha. La
teoría de la evolución ahora no solo domina el estudio de la biología, sino que
también tiene influencia en las ciencias sociales. De la teoría original de Darwin
surgió la perniciosa filosofía del darwinismo social, con sus conceptos de
“selección natural” y “supervivencia del más apto”, que reducen a la comunidad de
naciones a una jungla de lucha salvaje.

La filosofía demoníaca de la lucha también ha invadido el campo del lenguaje. Las


definiciones y matices de las palabras se han distorsionado para ajustarse al
pensamiento ateo y materialista. En la novela distópica “1984” del escritor
británico George Orwell, la “Neolengua” es un idioma artificial creado para
reforzar el control del Partido sobre el pueblo. En muchos sentidos, las visiones de
Orwell se han convertido en una realidad. “Libertad” se ha distorsionado para
significar un estado que no está restringido por la moral, la ley o la tradición.
Principios como “todos los hombres son creados iguales” y “todos los hombres
son iguales ante la ley” han sido distorsionados para significar el igualitarismo
absoluto. “Tolerancia” se ha desviado para significar una aceptación de todo tipo
de pensamientos y conductas retorcidas. El pensamiento racional ha sido
convertido en una herramienta para la ciencia empírica de mentalidad estrecha. En
la búsqueda de igualdad de resultados, la justicia se ha convertido en “justicia
social”.
El objetivo del comunismo no es resolver problemas, sino, como dijo el líder
republicano chino Chiang Kai-shek, “expandir las contradicciones globales al
máximo grado posible y causar que la lucha humana continúe para siempre”.
Esto se ha observado una y otra vez a lo largo de la historia moderna. El
comunismo incita al odio entre el pueblo, crea e intensifica los conflictos, y
finalmente asume el poder mediante una revolución violenta o un subterfugio. En
todos los casos, la “liberación” prometida por los revolucionarios resulta en lavado
de cerebro, matanza y tiranía.

También podría gustarte