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ÍNDICE

 Introducción: Pág. 1
 Capítulo 1: El origen de los transgénicos Pág. 2
 Capítulo 2: Efectos negativos en la salud Pág. 5
 Conclusión
 Bibliografía

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Hace varios años en todo el mundo se empezaron a usar los transgénicos para
la agricultura con el objetivo de aumentar nutrientes, intervenir en la
maduración de los frutos, tener una mayor tolerancia a herbicidas, etc. Este
proceso parte de la búsqueda en seres vivos de un gen que codifique una
proteína y se introduce en el material genético del alimento, con esto se
obtienen las características finales deseadas sin tener que pasar por lentos
procesos de selección y cruces de cosechas y de animales que se venía
realizando tradicionalmente.
Uno de los objetivos de esta utilización de transgénicos fue, entre otros,
el económico, ya que aumenta de una manera eficaz la producción y eso se
traduce en mayor ganancia. También, el de la lucha contra el hambre y la
desnutrición, pero no lo ha logrado ya que, después de varios años, la
inseguridad alimentaria persiste, aumenta y se generan alimentos no
favorables para el ser humano o que causan efectos negativos a la salud de
éste.
Son pocas las investigaciones científicas acerca de los efectos que
causan los transgénicos en la salud, ya que cuentan con una escasa
efectividad debido a la falta de información. Diversos grupos, incluyendo
asociaciones de consumidores y Organizaciones no Gubernamentales (ONGs)
sugirieron la sumisión de estos alimentos a probarse en animales antes que
humanos y dieron lugar a varias investigaciones, algunas sin resultados, otras
con pocos, como la de Ewen y Puztai, Fenton, Fares y Sayed, entre otros.
En el desarrollo de esta monografía se destacarán los temas referentes
a la utilización de los transgénicos desde el principio hasta la actualidad,
pasando por distintas criticas e investigaciones, pero con un enfoque en los
efectos negativos de este método. La hipótesis central que guiara esta
investigación plantea que los transgénicos afectan a la salud de las personas,
pero esto no se investiga profundamente debido a los intereses económicos en
juego, donde se tomaran en cuenta investigaciones y se tendrá en cuenta el
pensamiento crítico de la sociedad.
Esta monografía está organizada en dos capítulos, donde en el primero
se abarcará el origen de los transgénicos, evaluando investigaciones y su
impacto económico en el mundo y se verán los pasos previos a la primera
planta transgénica y el transcurso de la misma. En el segundo capitulo veremos
los efectos de la utilización de los transgénicos, con un enfoque en la salud de
los seres humanos, considerando causas reales e investigaciones, y el
movimiento económico de grandes empresas dedicadas a esconder estos
efectos negativos para preservar su capital.

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CAPÍTULO 1: ORÍGEN DE LOS
TRANSGÉNICOS

Desde el año 1930 la genética empezó a ganar importancia ocupando


nuevos espacios en el estudio de los genes y sus efectos. En 1953 Watson y
Crick describieron al ADN como una estructura helicoidal, que derivo al inicio
de la biotecnología moderna. Entre 1972 y 1974, luego de varios estudios
hechos en universidades estadunidenses se logra cortar un fragmento de ADN
de una especie e integrarlo en la secuencia genética de otra obteniendo así el
primer organismo genéticamente modificado: una bacteria (Wright, 1986)
usando técnicas de ingeniería genética.
A partir de aquí se planteo el problema de como obtener una planta
transgénica para lo cual habría que introducir el ADN en la célula vegetal,
siendo esta estructura mucho más compleja que una bacteria.
Para obtener una planta transgénica era necesario que la construcción
genética a introducir atraviese la pared celular, la membrana plasmática y la
membrana nuclear, todo eso, por supuesto, sin destrozar la célula vegetal y
regenerando después una planta entera. Se resolvió utilizando un sistema
biológico que infecte a las células de las plantas, lo cual se empezó a
desarrollar.
Las grandes empresas transnacionales empezaron a desesperarse por
no quedarse afuera de este potencial nuevo mercado que estaba generando
tanto interés, por lo tanto, empezaron a invertir en empresas científicas y
generaron convenios con universidades, que eran, al fin y al cabo, donde se
había desarrollado el conocimiento en torno al ADN recombinante. A partir de
este punto, transnacionales como DuPont, Monsanto, Lilly, Merck o Upjohn
hicieron fluir millones y millones de dólares hacia los laboratorios de ingeniería
genética de las universidades y hacia las nuevas empresas de biotecnología
que se habían creado. [ CITATION Pel11 \l 11274 ]
Ya para 1970, la mayoría de los laboratorios se centraron en un mismo
objetivo, desarrollar plantas transgénicas. Millones de dólares fluían desde las
transnacionales químicas hacia la investigación en ADN recombinante,
buscando su lugar en el nuevo mercado de la biotecnología. La transgénesis
aplicada a la agricultura constituía uno de los objetivos más anhelados por
estas empresas. Así como los científicos que habían contribuido a desarrollar
las primeras bacterias transgénicas pasaron al poco tiempo a ocupar puestos
importantes en empresas de ingeniería genética, las perspectivas no tenían por
qué ser distintas para quienes desarrollaran la primera planta transgénica. En
un momento en que las empresas invertían enormes cantidades de dinero para
aspirar a desarrollar productos biotecnológicos, siendo que nadie aún

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dominaba el conocimiento al respecto, aseguraba a quien lograra desarrollar
una planta transgénica un lugar anhelado por la expectativa comercial.
[ CITATION Pel11 \l 11274 ]

El interés comercial por la biotecnología, entre fines de la década de


1970 y principios de la siguiente, había explotado. Los ingenieros genéticos y
cualquiera que tenga información del tema, eran muy solicitados, por lo tanto,
se abrió un nuevo mercado mundial y, con ello, estalló una lluvia de contratos,
dinero y ofertas para posicionarse en el desarrollo de productos
biotecnológicos. La explosión de recursos ocurrió fundamentalmente en EEUU,
y en menor medida en Inglaterra, que era donde se había concentrado la
investigación en ADN recombinante y donde había recursos disponibles para
ser volcados a este nuevo campo. [ CITATION Pel11 \l 11274 ]
El primer producto biotecnológico que se lanzó al mercado fue la insulina
recombinante, producida por Genentech, en 1978, utilizando una bacteria
genéticamente modificada. Para ese entonces, el ADN recombinante había
conquistado a las bacterias. Las ganancias de esas primeras experiencias
biotecnológicas, sin embargo, no residían tanto en las proteínas recombinantes
en sí mismas, sino en las expectativas que generaban sobre nuevos mercados
para la biotecnología. De hecho, por ejemplo, la insulina humana recombinante
resultaba más costosa de obtener que la que se venía produciendo a partir de
las glándulas de los cerdos. Si las nuevas empresas biotecnológicas eran
exitosas, se debía a los contratos millonarios que obtenían por parte de las
grandes compañías multinacionales que se habían consolidado en el área de la
química y la farmacéutica y comenzaban a invertir ahora en un terreno
desconocido para ellas. El repentino éxito comercial de la biotecnología se
debía, por tanto, a las expectativas que despertaba. [ CITATION Pel11 \l 11274 ]
Para 1982, ya las transnacionales podían manejar las técnicas de ADN
recombinante por sí mismas y no necesitaban seguir transfiriendo recursos
hacia otros sitios, por lo tanto, comenzaron de un modo a independizarse y
empezaron a crear departamentos propios de mucho más capital. A partir de
entonces, unas pocas empresas comenzaron a afianzarse como los actores
dominantes en el mercado de la biotecnología, con lo cual disminuyeron los
nuevos emprendimientos que habían caracterizado la dinámica del sector
apenas unos años atrás. La explosión de recursos duró poco tiempo, pero fue
muy intensa. (Pellegrini, 2011)
En 1983 se creó la primera planta transgénica de tabaco, desarrollada
por Bevan, Flavell y Chilton mediante la creación de un gen quimérico que
combinaba un gen de resistencia a un antibiótico con el plásmido T1 de la
bacteria Agrobacterium. A partir de este punto, se siguió explotando el uso de
transgénicos indiscriminadamente en todo el mundo, generando controversias
ya que, si bien hay efectos negativos en la salud, los motivos económicos van
por encima y no dejan investigar lo suficiente, suprimiendo políticas de
prevención de la salud y causando muchas enfermedades en todo el mundo.

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Sin embargo, existe un movimiento contrario a su aceptación alegando
que podrían no ser seguras y/o convenientes para la salud y para la
alimentación de los seres humanos, a pesar de no existir evidencia científica
alguna que respalde dicha postura. La legislación sobre la producción y venta
de alimentos derivados de OGM (organismos genéticamente modificados) varía
enormemente de un país a otro, variando desde la legalización de su
producción tras presentar estudios sobre su seguridad a regiones que se
declaran libres de transgénicos.
Siendo inexistentes en 1993, en 2011 las superficies cultivadas con
OGM ya representaban 160 millones de hectáreas según el servicio
internacional para la adquisición de aplicaciones agro-biotecnológicas (ISAAA),
una organización no-gubernamental de promoción de biotecnologías, casi el
50% en los países en desarrollo, esto representa el 3 % de las tierras agrícolas
a escala mundial, aunque en ciertos países como los Estados Unidos
representan el 17% de la superficie agrícola y el 47 % de las tierras arables.
Según el mismo organismo, el mercado de productos de cultivos comerciales
transgénicos como maíz, soja y algodón mueve al año 160 billones de dólares
(datos de 2011), y se venden 13,2 billones de semillas modificadas
genéticamente. Las organizaciones ecologistas estiman que las cifras
concernientes a las superficies de cultivos están sobrevaluadas. [ CITATION
Cli12 \l 11274 ]

De esta manera las semillas y plantas transgénicas en el siglo XX abren


el mundo de la agricultura y una nueva escala de producción, intereses
económicos de empresas del sector privado; todos los científicos que
manejaban técnicas de ADN recombinante tuvieron vínculos con esas
empresas y ofertas para posicionarse en este nuevo mercado mundial de
productos biotecnológicos.

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CAPITULO 2: Efectos en la salud
El termino transgénico es un adjetivo que se utiliza para designar a todos
aquellos seres vivos que han nacido con su información genética alterada.
Normalmente, este término se usa para señalar a aquellos animales o plantas
que son alterados de manera artificial, ya sea porque existen objetivos
científicos o comerciales detrás de esas modificaciones genéticas.
- ¿Qué es la modificación genética?
Hay una diferencia fundamental entre los programas tradicionales de
mejoramiento y la modificación genética. Al utilizar las técnicas tradicionales de
mejoramiento se pueden cruzar solamente plantas de la misma especie o de
especies muy relacionadas. No es posible cruzar un pez con un eucalipto.
Por lo tanto, la modificación genética permite a los científicos insertar genes de
un pez a los eucaliptos, es decir, producir las características deseadas y
eliminando las no deseadas.
- Transgénicos según Greenpeace:
“Un transgénico es un ser vivo creado artificialmente con una técnica
que permite insertar a una planta o a un animal genes de virus, bacterias en
vegetales, animales e incluso de humanos. Por ejemplo, los biotecnólogos
pueden tomar el gen de una bacteria e insertarla en el maíz, creando un
organismo vivo completamente nuevo, esto con el fin de producir una sustancia
insecticida, o, bien, insertarle un gen para darle resistencia a heridas. Esta
técnica permite a los biotecnólogos soltarse de la selección natural al
intercambiar genes entre especies e incluso reinos, que naturalmente no
podrían cruzarse. El objetivo de la biotecnología aplicada a la agricultura es
controlar la producción de alimentos, a fin de lograr mayores ganancias para
las grandes empresas como Monsanto, Bayer, Syngenta, Pionner y Dow
AgroSciences que tratan de controlar los granos básicos que alimentan a la
humanidad como maíz, soja, canola, algodón, sorgo, arroz y trigo.”
- Los transgénicos se dividen en dos grandes grupos:
Resistentes a herbicidas (conteniendo grandes cantidades de uno de los
pesticidas más potentes del mercado) y Tolerantes a insectos (desarrollan
características genéticas insecticidas).  
Resistentes a herbicidas: Desarrollan una planta que es resistente al
herbicida de la propia compañía que vende las semillas. Generalmente es en la

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soja. El herbicida rociado acaba con toda brizna de cualquier hierba, excepto
con estas plantas. Este herbicida se llama Glifosato.
El RoundUp Ready es el glifosato creado por Monsanto introducido al
mercado hace más de 45 años. Se comercializa principalmente como el
herbicida RoundUp y es el producto agroquímico fundamental de Monsanto. Es
un herbicida de amplio espectro, desarrollado para eliminación de hierbas y de
arbustos, en especial los perennes. Al ser tan efectivo y generar tanto capital e
interés económico, se deja de ver los efectos que este herbicida causa en la
salud provocando incontables muertes, malformaciones y enfermedades. Lo
que hace al glifosato toxico y efectivo, es la mezcla, en productos en
formulación como el RoundUp. Si bien la probabilidad de cáncer del glifosato
es baja, la propagación del RoundUp en los campos es lo que aumenta la
probabilidad, respirando gotas que contienen adyuvantes.
"Al ingresar a las células gracias a los adyuvantes, la molécula básica, el
glifosato, interrumpe la división celular y, por lo tanto, puede inducir el inicio del
mecanismo de los cánceres". (Investigación de Robert Belle, 1999)
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, la agencia de
la OMS responsable de inventariar carcinógenos ha clasificado al glifosato
como un "carcinógeno probable" para los seres humanos en marzo de 2015.
Investigadores parte de los equipos de la CNRS (Centro Nacional para la
Investigación Científica de Francia) y de la Universidad Pierre y Marie Curie
demostraron que el RoundUp tiene un efecto nocivo sobre el ciclo celular
(disfunciones características del cáncer): “de hecho, es suficiente una gota para
afectar al proceso de división celular. Concretamente, se puede decir que, para
utilizar el herbicida sin riesgo, se necesita no solo portar un traje y una
máscara, sino también asegurarse de que no haya personas a menos de 500
metros.”
Las plantas resistentes a herbicidas tienen un riesgo muy alto para la
salud humana por sus modificaciones genéticas, contienen grandes cantidades
de herbicidas, de los que se han demostrado que perjudican al ser humano de
muchas formas. Es más, las plantas resistentes a este herbicida aun
resistiéndolo, tienen un desarrollo menor, pues la fotosíntesis y la absorción de
nutrientes vitales del suelo es menor. La soja transgénica está relacionada con
el cáncer, la esterilidad y alta mortalidad infantil, malformaciones congénitas y
recién nacidos con muy poco peso al nacer. (Glifosato y Transgénicos, el caso
argentino y las consecuencias sobre la salud, 2008)
Tolerantes a insectos: Gracias a la ingeniería genética, se desarrolló
una planta resistente a ciertas plagas de lepidópteros y coleópteros a través de
la expresión, en sus tejidos, de proteínas insecticidas. A estos cultivos
resistentes a insectos también se los conoce como cultivos Bt.
La denominación Bt viene de Bacillus thuringiensis, una bacteria que
normalmente habita el suelo y cuyas esporas contienen proteínas específicas
que son tóxicas para ciertos insectos. El efecto que provocan estas proteínas

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llamadas Cry son letales, ya que interfieren en el sistema digestivo de la larva
provocándole una parálisis y posteriormente la muerte por dejar de alimentarse.
La soja Bt resulta de la incorporación de genes Cry a su genoma. La
inserción del gen que codifica para la proteína Cry1Ac le otorga a la soja
protección principalmente contra: oruga de las leguminosas (Anticarsia
gemmatalis), falsa medidora (Chrysodeixis includens), oruga medidora
(Rachiplusia nu), oruga bolillera (Helicoverpa gelotopoeon) y barrenador del
brote (Crocidosema aporema).
Es así como en conclusión termina una planta transgénica, con la
combinación de ambos rasgos –de resistencia a insectos y de tolerancia a
herbicidas – lo que genéricamente termina en una combinación, acumulación o
apilamiento de rasgos (también llamado stack en inglés). En general, los
rasgos se “apilan” por cruzamiento, donde se cruzan plantas que contienen uno
o más rasgos cada una.
“Francamente pienso que deberíamos haber hecho más pruebas, pero
las empresas agroindustriales no quisieron, porque habían hecho enormes
inversiones para desarrollar sus productos. Y, como responsable del servicio
de reglamentación del Ministerio de Agricultura, sufrí muchas presiones para,
digamos, no ser demasiado exigente.” (Dan Glickman, ex secretario de
agricultura de Estados Unidos declarando sobre pruebas realizadas a los
OMG’s) (“El mundo según Monsanto”, 2008)
Monsanto fue demandado en múltiples ocasiones por sus clientes
debido a los efectos que el glifosato causaba a corto y largo plazo. Siempre
ignoraron los efectos negativos de sus productos desde el principio. Como
ejemplo, entre 1935 y 1977, Monsanto produjo de forma masiva el bifenilo
policlorado (PCB’s), que es un contaminante de larga vida para usar como
refrigerante y lubricante de equipos eléctricos, como transformadores y
condensadores. Al tener una relación directa con el estado, los efectos que
este contaminante producía a los seres humanos (provoca efectos tóxicos en
todo el organismo) eran ocultados ya que no querían perder su capital
económico. Esto, al igual que el glifosato, genero incontables muertes y
enfermedades hasta que, en el año 1977, tras dos demandas judiciales de 20
mil habitantes de Anniston, frenaron el avance de este producto, aunque
ningún dirigente de Monsanto fue alguna vez demandado. Igualmente, las
indemnizaciones que estas compañías pagan décadas después no representan
más que una fracción de sus ganancias, por lo tanto, es lucrativo mantener sus
problemas en secreto.
“Nunca confiaremos en compañías como Monsanto acerca de un
producto o un problema de contaminación”. (Ken Cook, presidente del grupo de
trabajo del medioambiente) (“El mundo según Monsanto”, 2008)

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