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Tratamiento de Cáncer de Testículo

Seminoma

La tasa de curación va desde un 95 a 99% pero existen literaturas que indican una tasa
de curación aún mayor desde 98 a 99%, sobre todo en aquellos pacientes que tienen
un seguimiento estricto sin descontinuar el tratamiento.

La guía del NCCN lo clasifica como seminoma puro o no seminomatoso y en el nivel


clínico IA y IB nos permite dejar al paciente en vigilancia.
En cuanto al tumor germinal no seminomatoso se clasifica teniendo en cuenta si tiene
factor de riesgo, en caso de no presentar factores de riesgo se le pone en vigilancia,
una restricción de ganglios linfáticos retroperitoneales y una quimioterapia primaria.
En el paciente con factores de riesgo se tendrá un tratamiento parecido.

El manejo terapéutico del seminoma en etapas tempranas se le hace un seguimiento


cercano o podemos optar por darle quimioterapia con un agente como carboplatino o
radioterapia. Lo importante después de esto es el seguimiento con marcadores
tumorales y evaluar si existe masa residual mayor a 3 cm.

El control activo en estadíos IA y IB veremos el control cercano al paciente y en el no


seminoma será una alternativa a la adyuvancia mientras que a la par se hace un clínico
exhaustivo.

Se menciona un estudio publicado en JCO con pacientes en estadío clínico I y se


demostró que un 13% relapsa con una media de tiempo de 14 meses y el 92% de
dichas recurrencias se observaron durante los 3 primeros años; la tasa de especificidad
de sobrevida libre resultó en un 99%. Otro estudio que compara el uso de carboplatino
y la radioterapia para el estadío I de seminoma mostró que ambas técnicas
presentaban una tasa de sobrevida libre similares.

En el seminoma estadío II o III se debe evaluar cuantas quimioterapias se le van a dar


al paciente, por ejemplo en el IIC se prefiere quimioterapia cuando se tiene una masa
Bulky (mayor de 3 cm).

No Seminoma

El manejo es diferente ya que no habrá quimioterapia y las indicaciones son un


seguimiento activo sabiendo que en las etapas tempranas de los pacientes sin factores
de riesgo tendrán una sobrevida más alta (95%-98%).

Estadío clínico I: Se les da adyuvancia con BEP y se hace un control a los 5 años ( se
reportan menos relapsos o recurrencias).
Estadío clínico II: Con compromiso ganglionar se le hace una resección retroperitoneal.

Cuando hay recurrencia se trata a los pacientes como si fuera un caso metastásico y en
estos casos el tratamiento es con BEP, en caso de ya haber recibido BEP no se puede
usar la bleomicina ya que tiene una dosis tóxica limitante y no se puede dar más de
500 unidades porque hay riesgo de toxicidad pulmonar importante.

En una tabla mostrada durante la presentación se observa que los regímenes usados
en los pacientes donde se incluyó el uso de platino mostraron una sobrevida mayor
por ende el platino es un pilar importante para el tratamiento de cáncer de testículo.
En caso de tratarse de un cáncer de testículo resistente a platino será un mal
pronóstico por las limitadas alternativas de los tratamientos.

No solo nos debemos enfocar en la eficacia sino también en la seguridad del paciente
por los efectos tóxicos que pueden haber tras el uso de los componentes como la
bleomicina que puede provocar una toxicidad pulmonar o el etopósido que puede
conducir a una leucemia secundaria.

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