CINE EL FUGITIVO DE LOS ANDES WÉSTERN ANDINO PRÓXIMO A ESTRENARSE. P.

6
MARIANO MELGAR EL PRIMER HUMANISTA DE LA EMANCIPACIÓN. P. 4-5

El Peruano
SUPLEMENTO CULTURAL
Año 108 // 3ª etapa // Nº 622 //
Viernes 13 de marzo de 2020

JHONEL RODRIGUEZ ROBLES

GIANFRANCO BRERO

“Debemos
configurarnos
como
peruanos”
Actor nacional advierte que nuestro país está fragmentado, con divisiones étnicas,
estratos sociales y políticas contrapuestas. Pide un cine nacional más reflexivo. P. 2-3
2 ENTREVISTA Viernes 13 de marzo de 2020. El Peruano Variedades

JHONEL RODRIGUEZ ROBLES

TEXTO
Luis Iparraguirre
El primer
actor nacional

N
o lo dijo, pero Gianfranco
ama la natura-
leza. Al ingre- Brero rebusca
sar a su casa
lo pr i mer o
en sus memorias
que vimos fue un jardín con y nos habla de
un árbol que le hacía sombra
a un estanque, con innume-
sus padres, de
rables peces de colores. Re- la vida después
conoce, además, a todas las
aves que llegan a anidar por de la muerte,
la mañana y aclara que “nadie del budismo,
las molesta”.
Gianfranco Brero tiene un además del
semblante distendido. Es cor-
dial en el saludo, pero aclara
cine nacional
que no le gusta que le digan con vista al
“señor”. Tolera estoicamente
los malos pagos, porque hay
Bicentenario,
que poner el hombro al cine de la presencia
nacional: “Tengo 66 años y sigo
poniendo el hombro”. No vive femenina en el
del cine. Tampoco de la inge- sétimo arte y
niería o la literatura, carreras
que siguió en la universidad. de la distancia
Y aunque vendió empana-
das y pizzas para sobrevivir,
que hay entre
todo lo toma con tranquilidad, las actuales
como se toman los sueños. Por-
que para Gianfranco (disculpe,
producciones
señor), la vida es un sueño. Al y la vida de los
menos eso es lo que aprendió
del budismo y de Calderón de peruanos.
la Barca: que toda la vida es
un sueño.
El primer actor nacional
nos recibe en su casa en Ba-

La vida
rranco y lo primero que habla-
mos fue, por supuesto, del cine.
–¿Cómo ve el cine nacio-
nal a propósito de la llegada
del Bicentenario?
–Creo que estamos en un

de un
camino interesante, aunque,
desde mi perspectiva, falta
un poco de autorreflexión, ya
que se cuentan historias un
poco ligeras. Hay películas
como Retablo o Wiñaypacha

soñador
que revelan, dentro de su vi-
sión estética, otras visiones
de nuestro país. Entonces,
con vista al Bicentenario, de-
bemos configurarnos como
peruanos.
–¿Qué significa configu-
rarnos como peruanos?
–Nuestro país es uno
fragmentado, con divisiones
étnicas, estratos sociales y
políticas contrapuestas. Wi-
ñaypacha tiene el propósito de

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Variedades Viernes 13 de marzo de 2020. El Peruano
contarnos una realidad lejana
a nuestro ámbito limeño y eso
hace que nos conozcamos más.
–Entonces, ¿el cine pe-
ruano no refleja la realidad
del país?
–Nuestras producciones
se han aligerado. El cine de-
bería ser una reflexión sobre
nosotros. ¿Quiénes somos?
¿Cómo vive la gente? ¿Qué nos
falta? Reforzar nuestro senti-
do crítico. ¿Cuál es la gracia de
Parásitos, esta gran película
de Bong Joon-Ho que ha gana-
do el Óscar? Corea es un país
que ha dado un salto cualita-
tivo en todos los términos; sin
embargo, Bong Joon-Ho nos
muestra una Corea dividida,
estratificada, con una visión
muy dura.
¿Por qué haría esto este se-
ñor que cuenta con todas las
condiciones para narrarnos
otro tipo de historia? Porque,
aparte de cineasta, también es
sociólogo; o sea, mira la socie-
dad con una visión personal,
y de allí nace su visión crítica.
La mujer en el cine
–Y durante su carrera,
¿cómo cree que ha evolucio-
nado la presencia femenina
en el cine?
–Soy alguien que se niega
a mirar a las personas con
una visión segregacionista.
Creo que no hay que pensar
en las mujeres o en los hom-
bres, sino pensar en nosotros
como seres humanos. Ahora
tenemos, incluso, directoras:
Rosario García-Montero, Clau-
dia Llosa, Joanna Lombardi, y
eso significa que el cine se está
democratizando.
–Pero también es cierto
que la mujer tiene una mi-
rada diferente a la mirada
masculina, ¿cuál es la mayor
diferencia con los hombres
en el mundo del cine?
–El nivel de sensibilidad es
mayor en la mujer que en el
hombre. La manera de afron-
tar el tema es diferente, incluso
desde el lado emocional, ojo,
no azucarado sino emocional.
Por ejemplo, El piano, de Jane
Campion, es una película con
visión femenina. Lo mismo
con Sofía Coppola en Lost in
Translation.
–Quizá esa visión que
usted tiene de la mujer se
agudizó con su madre, que
se han aligerado.
es una gran actriz…
–Hace 30 años murió mi
papá y mi mamá hizo un dis-
ser una reflexión
paro brutal a su carrera como
actriz. Cuando tenía 67 años
hace ese papel maravilloso en
¿Quiénes somos?
Caídos del cielo con Carlos Gas-
sols, dirigidos por Francisco
Lombardi. Mis padres empe-
zaron a hacer teatro cuando
yo tenía 10 años. Mi papá era
el más aventado, el más loco,
Nuestras el que se atrevía y mi mamá
producciones era más cauta.
El patriarca
El cine debería y el budismo
–Usted tiene 66 años, su pa-
dre falleció a los 65; cuando
sobre nosotros. llegó a esa edad, ¿qué pasó
por su cabeza?
–Cuando cumplí 65 pensé,
ya me toca. Sabemos que no
hay causalidad, pero lo pensé.
Después de pasar los 65 años,
me dije: ‘Ya pasé’, sé que no hay
JHONEL RODRIGUEZ ROBLES
nada escrito, pero sí asusta.
–¿Cómo era su padre?
–Mi padre fue una perso-
na que nunca estuvo quieta;
si podía inventar algo, lo in-
ventaba. Era ingeniero, con
una visión tradicional. Es-
tudió en la Escuela Nacional
de Ingeniería, lo que ahora
es la UNI. Cuando llegaron
las primeras computadoras
al Perú, él ya pasaba los 60
años, las estudió y después
fue profesor de computación.
–Y después se encontró
con el budismo…
ENTREVISTA 3
–El budismo es un proceso
de introspección para estu-
diarse a uno mismo. No me
considero una persona reli-
giosa, por ello me asombró
que mis primeros maestros
del budismo me dijeran ‘no
creas todo, duda.
–Y tras ese trabajo de
introspección, ¿mejoró su
relación consigo mismo?
–Por supuesto, de eso se
trata. La idea es actuar de
acuerdo con las circunstan-
cias, adaptarse, ya que todo es
irreal. Estás aquí y ahora, en
este concepto la muerte es una
ilusión al igual que la vida, que
más se asemeja a un sueño, y
que por más real que parezca,
sigue siendo un sueño.
Y el sueño tiene una conno-
tación de realidad mientras lo
sueñas. La vida, dentro de la
misma analogía, es un sueño.
Y te darás cuenta de ello re-
cién cuando te mueras; o sea,
cuando despiertes, para luego
empezar a vivir otra realidad.
Al mirar el mundo como un
sueño, ya nada te puede afec-
tar de la misma manera como
te afectaría si todo fuera real,
ya que automáticamente esta-
rías más relajado.
El epitafio
Escritor, aspirante a ingeniero,
emprendedor, profesor, ven-
dedor de pizza y empanadas,
conductor de televisión, coach,
maestro de ceremonia, actor,
pero, sobre todo, hijo, padre y
ahora, abuelo.
“Acabo de ser abuelo por
primera vez, y es muy curioso
porque ya no son tus hijos, son
los hijos de tus hijos. Los miro
y me digo: ‘¡Qué maravilla!, sa-
lieron bien los chicos’.
En algún momento, el ga-
nador de la Concha de Plata al
Mejor Actor en el Festival de
cine de San Sebastián por su
magistral actuación en Tinta
roja dijo que quisiera que en
su epitafio se lea: Aquí yace
un hombre bueno.
“No quiero pasar a los
libros de historia. ¿Por qué
tenemos esta visión de tras-
cendencia? Porque queremos
alargar nuestra ilusoria exis-
tencia, eso no es importan-
te. ¡Así que a vivir lo que se
viene!”, puntualiza el actor,
mientras que a unos metros,
exactamente dentro de su
jardín, le cambian de agua a
sus peces de colores.
4 HISTORIA
TEXTO
Javier Monroy
Cervantes
C
uando los
amantes de
las letras pe-
ruanas pon-
deran la figu-
ra de Mariano
Melgar suelen reivindicar su
estatura cultural, su brillo
intelectual y su sorpren-
dente aporte a la literatura
peruana por encima del per-
sonaje militarizado, rebelde
y fundacional que acompañó
a Mateo Pumacahua en la
frustrada gesta de Umachiri,
aquel 12 de marzo de 1815.
“Aunque en verdad, eran dos
personas en una”, sentencian
gravemente sus biógrafos:
“El literato y el prócer de la
emancipación”.
Otros, con un dramatis-
mo inflamado y contagian-
te, recuerdan la bravura
con que Melgar rechazó
colocarse la venda en los
ojos mientras enfrentaba
al pelotón de fusilamiento
realista: “Póngansela uste-
des que son los engañados
porque América será libre
antes de diez años”, bramó,
ante la mirada atónita de sus
ejecutores.
Y no faltan aquellos que
cumplen en todo el territorio
nacional los ritos más pre-
visibles y no por ello me-
nos respetables cada año:
Desfiles cívico-militares y
escenificación de su última
batalla; ofrendas florales en
bustos y plazas; discursos
formales y nombramientos
del personaje como patrono
de tal o cual organización,
en la creencia mágica y ad-
mirable de que el ánima del
poeta ha de insuflar valores
morales y cívicos a su gestión
y existencia institucional.
Pero a 205 años del últi-
mo día que este casi infantil
prócer-poeta habitó la Tie-
rra, se va imponiendo la ne-
cesidad de reafirmar su valía
como el primer humanista
integral que esta nación vio
nacer.
Variedades El Peruan
El primer
El primer acto de justicia
que debe cumplirse es dejar
de afirmar, de modo arbitra-
rio y simplista, que Melgar se
involucró con la causa de la
emancipación peruana de la
corona española a raíz de una
de la ema
decepción amorosa, luego del
rechazo de su amada Silvia.
El propio historiador Héctor
Ballón Lozada se ha encarga-
do de aclarar que ello no fue
así pues en el vate arequipeño
ya habían germinado sus con-
vicciones libertarias e inde-
pendentistas desde 1805, con
apenas quince años, las que Hace 205 años, el poeta y revolucionario ind
hacía coincidir con sus inte-
reses literarios en el Centro
venda en los ojos mientras enfrentaba al pelo
Cultural Tertulias literarias, son los engañados porque América será libre
que él mismo alentara.
no. Viernes 13 de marzo de 2020
No se puede obviar que
la raíz de su credo libertario
luego se alinearía y asenta-
ría con las razones que el
propio Mateo Pumacahua le
iba a exponer para levantar-
se en armas: el inaceptable
incumplimiento de muchos
decretos aperturistas de las
Cortes de Cádiz en 1812 y de
ciertas “leyes de Indias” que
por su naturaleza afirmativa
franqueaban derechos a los
indígenas de América. Ello,
además del legítimo anhelo
de los peruanos de forjar una
patria nueva y auténticamente
americana y libre.
A este respecto, es igual-
mente necesario recordar
que en el mencionado centro
literario no solo se producían
poemas, cuentos y canciones,
sino que también era, para-
lelamente, un enfervorizado
núcleo de debate de ideas y
estrategias conspirativas,
libertarias y revolucionarias.
Pero históricamente está
también el joven seminarista
que estudiaba la carrera de
sacerdocio, línea de formación
que se vería interrumpida por
la primera aventura amorosa
del prócer arequipeño: Su pri-
ma Manuelita Paredes; al mis-
mo tiempo, su primera gran
decepción. Y luego, la segunda,
María de los Santos Corrales,
la inolvidable Silvia de sus
poemas y cartas, que también
terminaría desechando sus
pretensiones sentimentales.
Fueron sus padres directa-
mente quienes determinaron
que, a fin de superar esta nue-
va y fuerte desilusión, ingre-
sase a estudiar jurisprudencia
y leyes. Para entonces, Lima
er humanista
–aún centralista y hegemónica
en su núcleo político– era ya
un polvorín revolucionario,
con un Melgar transformado y
entregado a dichos ideales, los
que lo llevaron a escribir sus
Odas a la Libertad y al Conde
ancipación
de Vista Florida (Baquíjano y
Carrillo). Concluidos sus estu-
dios, regresa a su tierra, donde
confirma su distanciamiento
de Silvia.
Aún afectado hondamente,
se refugia en el Valle de Majes
donde comienza a alternar,
de modo más frecuente que
dependentista Mariano Melgar rechazó colocarse la antes, con los campesinos y
otón de fusilamiento realista: “Póngansela ustedes que lugareños. Es precisamente en
esta etapa, de una identifica-
e antes de diez años”, les enrostró. ción intensa y telúrica con “la
tierra y los muertos” –como
Melgar creía
firmemente
que la literatura
era una
herramienta útil
para cambiar a
la sociedad; por
ello escribió sus
fábulas
diría Maurice Barrés–, con
las quenas y atmósferas del
Ande, con la hermandad de
la piel cobriza, que inicia su
travesía creativa por medio
de sus ‘yaravíes’.
Aquí, otra precisión res-
pecto a que el yaraví peruano
(vocablo derivado del ‘harawi’
incaico) fue invención mel-
gariana. La protohistoria de
dicho tipo de composición
literario-musical indica que
ya existía desde fines del siglo
XVII a inicios del siglo XVIII,
como bien consigna Aurelio
Miró Quesada en “Historia y
Leyenda de Mariano Melgar”
(Lima, 1978). En esa línea, sí
es mérito incontrovertible del
vate arequipeño la forja de un
género único: el ‘yaraví mesti-
zo’. Este canto escrito a partir
de un dolor entroncado por un
amor esquivo, perdido o no co-
rrespondido alcanza unicidad
artística, estilo intransferible
e identidad cultural con las
composiciones románticas del
héroe de Apacheta y Umachiri.
Como reconocen investiga-
dores y académicos, el aporte
enorme y visible que Melgar
hace a la literatura peruana
y universal es haber tenido
método para extraerlo de
las liviandades de las pican-
terías arequipeñas, haberles
impreso la riqueza léxica de
su poesía y haberlo instala-
do en la capital peruana para
una divulgación transversal
a toda la sociedad peruana.
Ello, teniendo en cuenta que
los yaravíes melgarianos de
la Emancipación eran consi-
derados canciones-protesta,
y estaban proscritos de loca-
ciones formales como salones
y auditorios. Melgar los dotó
de la estirpe y el emblema
HISTORIA 5
de su criollismo americano;
y de yugo creativo entre la
tradición indígena y la trova
española, vertido en un molde
melódico fatalista y convocan-
te. Así se hicieron parte viva
del bagaje lírico en la naciente
república peruana.
Esta admiración militan-
te, masiva y crónica por los
poemas y yaravíes de Mariano
Melgar no puede ignorar la
trascendencia histórico-artís-
tica de sus fábulas. Son los her-
manos J. y V. Ataucuri quienes
mejor se han referido a esta
vertiente de la producción del
escritor-prócer: “Melgar creía
firmemente que la literatura
era una herramienta útil para
cambiar a la sociedad; por ello
escribió sus fábulas, pequeñas
joyas donde se amalgama per-
fectamente el literato con el
patriota” (‘Fábulas de Mariano
Melgar’).
En 1813, el periódico ‘El
Investigador’ de Lima, publica
la fábula “El ruiseñor y el cale-
sero”, donde Melgar critica la
subordinación de los gustos
del pueblo a los caprichos ad-
venedizos de la gente dueña
del poder político y económi-
co. Esta sería la única fábula
que Melgar ve publicada, pues
las otras salen a la luz varios
años después de su muerte.
Esta nueva conmemora-
ción del sacrificio del escri-
tor y prócer de la emancipa-
ción peruana debe animar a
nuevos críticos y autores a
revalorar aún más el legado
del ilustre arequipeño para
extraerlo de juicios elitistas y
sesgados como se evidencian
en las apreciaciones iniciales
de Riva Agüero, y darle el cré-
dito merecido por sus noto-
rias contribuciones a la lírica
romántica peruana, como lo
hizo primero Mariátegui en
sus “7 Ensayos…”, o José Ga-
briel Valdivia en su reciente
obra “Mariano Melgar 200
años: crítica, nación e inde-
pendencia”.
Dos años después de la in-
molación de Melgar, el 17 de
enero de 1817, el general José
de San Martín, con su salud se-
riamente afectada, iniciaba la
más fabulosa gesta latinoame-
ricana dentro de la lucha por
la independencia: El cruce de
los Andes, todo un homenaje
vivo al héroe arequipeño y a
todos los próceres de la eman-
cipación peruana.
6 CINE
El Fugitivo de los Andes
El primer wéstern andino se encuentra en la etapa de edición y posproducción y se prevé que se estrene a medio año
en Lima y principales ciudades del país. El filme trata de la leyenda del Zorro Negro, un hacendado andino que por
unos amores adulterinos tuvo que escapar por pueblos y quebradas, convirtiéndose así en un fugitivo de la justicia.
TEXTO
María Luz Crevoisier
L
os hermanos
Luis y Mario
Ta r a z o n a
decidieron
un día dejar
las cámaras de televisión
para concretar el sueño de
sus vidas: hacer cine. El re-
sultado es un largometraje
que recoge las vicisitudes
de un personaje que se ha
transformado en leyenda, tal
como ocurrió como el famo-
so “hijo ilustre de Chiquián
y benefactor de los pobres”,
Luis Pardo.
Por medio de la profeso-
ra y gestora cultural María
del Pilar Cárdenas Márquez,
logramos conocer los porme-
nores de una producción que
rescata un suceso del siglo
XX convertido en leyenda.
El Fugitivo de los Andes,
nos relata María, está basado
en un hecho real. El director
y guionista, Luis Tarazona
Pajuelo, había retornado a
Pomabamba, su tierra natal,
y escuchó un huaino tradi-
cional bautizado como El
zorro negro; cuando indagó
supo que tenía una base real
y pensó que podía convertir-
se en el argumento de una
película. Lo comentó con
su hermano Mario y los dos
decidieron emprender esta
singular aventura.
No fue nada fácil, pues
ambos tenían una carrera
bien cimentada en la televi-
sión capitalina. Luis fue di-
rector general del programa
Punto de quiebre (periodismo
de investigación) y Mario era
camarógrafo de programas
dominicales en canales como
Panamericana Televisión,
Red Global y ATV. Así que
dejando atrás ese exitoso
pasado, vendieron la casa e
hicieron actividades como
Don Julián
fue apresado y
estuvo encerrado
hasta que
logra fugarse,
aprovechando el
levantamiento
aprista del 7 de
julio de 1932
polladas, cuyadas, concier-
tos de huainos y rock (ambos
son intérpretes), además de
una colecta solidaria entre
amigos y parientes.
Un buen día se vieron con-
versando con María Cárde-
nas, administradora del hos-
pedaje La Posada Imperial,
quien se convirtió también
en su representante.
Empezaron el rodaje
hace dos años y lo con-
cluyeron en el 2019.
¿Por qué en Chi-
quián? “Es que se
ajusta al contexto de
la época de los años
30 –década en la que
se desarrollaron estos
hechos– debido a sus
paisajes y costumbres
tradicionales”.
Como no fue sufi-
ciente el apoyo de La
Posada –que albergó
a 30 integrantes del
equipo de filmación–,
la profesora, que tam-
bién es poeta y pre-
sidenta de la Asocia-
ción de Escritores y Poetas
de Áncash (AEPA), buscó la
colaboración de los alcaldes
de Huasta y Pacllón, además
de la Casa de la Cultura de
Chiquián. La señora Betty
Márquez –madre de nuestra
entrevistada– prestó su casa
de estilo colonial (fines del
siglo XVIII) para las graba-
ciones.
LA LEYENDA
Cualquier historia ocurrida
en un pueblito de provincia
adquiere una connotación
Viernes 13 de marzo de 2020. El Peruano
especial. Sobre todo
si tiene como base un
hecho amoroso o los
protagonistas son per-
sonas conocidas. Esto
fue lo que ocurrió con
el Zorro Valverde de la
hacienda de Casca en Po-
mabamba (Áncash). La
versión original difiere
de la recreada por Luis
Tarazona (y que sirve de
argumento para su ópera
prima), pero ambas son
muy interesantes.
Eran los años 30. Luis
Sánchez Cerro fue prime-
ro presidente de la Junta
de Gobierno que derro-
có a Augusto B. Leguía
y, más tarde, elegido jefe
del Gobierno peruano en re-
ñidas elecciones. Fue en este
período que tuvieron lugar
estos hechos.
No sabemos cuán cerca
estaban las haciendas Casca
y Chaupis. Lo cierto es que el
amo de Casca se enamoró de
Variedades
Blanca Cueva de los Baños,
esposa del hacendado de
Chaupis, Julián de los Ne-
greiros Vidal; y fue corres-
pondido por la atractiva
pomabambina.
Avisado de lo que estaba
ocurriendo, Julián buscó a los
amantes y los sorprendió en
pleno arrumaco y asesinó a
balazos a la infiel, mientras
que el Zorro Valverde huyó
herido, ayudado por su peón
de confianza.
Don Julián fue apresado y
estuvo encerrado hasta que
logró fugarse, aprovechando
el levantamiento aprista del
7 de julio de 1932. Los dos
rivales deciden enfrentarse
y en un encuentro, el Zorro
asesina a Julián. Posterior-
mente, tiene un mal encuen-
tro con el gobernador de Po-
mabamba y lo mata, por lo
que debe huir nuevamente
y es apresado, pero logra
escapar después de ultimar
a sus custodios. Desde ese
momento se inicia la leyenda
del prófugo denominado el
Fugitivo de los Andes.
REPARTO
El Fugitivo de los Andes es
protagonizado por Mario
Tarazona (codirector). En
su cinematográfica huida,
las cámaras lo acompañan
por Pomabamba, Carhuaz,
Caraz, Huaraz, Recuay, Cátac,
Chiquián, Huasta, Pacllón,
cordillera Huayhuas. Es un
largo periplo que Tarazona
hace a caballo y que sirve
para mostrar la belleza de
esos contornos.
El hacendado de Chaupis,
Julián, es interpretado por
Víctor Henry Obregón; Blan-
ca, personaje principal, fue
personalizado por la actriz
Nirza del Río; mientras que
la actriz Helen Caldas Llanos
dio vida a la esposa de El Zo-
rro, Mariafé.
Variedades Viernes 13 de marzo de 2020. El Peruano
Empoderar a la
mujer periodista
Las periodistas exigen colectivamente que se les dé los lugares que
merecen, más allá del estereotipo de presentadora de noticias, reclaman
que se les reconozca en los liderazgos mediáticos.
TEXTO Y FOTO
Renzo Chávez
D
arle a la mujer
el espacio que
se merece en
el liderazgo
social es una
labor incesante que exige la
participación de todos los
sectores. Sin detenerse en de-
talles, la ciudadanía en pleno
ha convenido en asumir esta
lucha como propia.
Por tal razón, el empode-
ramiento de la mujer también
incluye a aquellas que en su
quehacer cotidiano transmi-
ten la realidad del acontecer
local, regional y nacional: las
periodistas.
Con esta consigna, la Aso-
ciación Nacional de Periodistas
del Perú (ANP) se ha inmerso,
desde el 2006, en el trabajo
de potenciar el liderazgo de
mujeres periodistas brindán-
doles los conocimientos y las
herramientas necesarias para
perfeccionar su trabajo.
La mujer en los medios
Esta idea surge al ver la rea-
lidad de los espacios que ocu-
paban las mujeres periodis-
tas en sus centros de trabajo,
como explica Zuliana Laínez
Otero, secretaria general de
la ANP: “Hace 14 años nos
preguntamos ¿qué están ha-
ciendo los medios para darle
posiciones de liderazgo a las
mujeres periodistas?”.
En lucha por la igualdad
El elemento activista se ha incorporado al
Encuentro Nacional de la Mujer Periodista desde
hace 3 años. Este año, con el lema “Mujeres
periodistas en lucha por la igualdad en derechos,
en salarios, en liderazgos”, la ANP se ha sumado a
la lucha por los derechos de la mujer.
La conclusión fue casi
profética. “Se pensó como un
’primer encuentro’ porque
teníamos claro que habrían
varios, no fue en perspectiva
de seminario o conferencia”,
agrega.
En 14 años, el trabajo
ha ido mutando según la
realidad y los cambios de
liderazgos al interior de la
asociación que, ante la ne-
cesidad de darle relevancia
al tema de la mujer, modificó
su estructura orgánica para
crear una Secretaría Nacio-
nal de Género, que se aboque
a esta labor.
“El Encuentro Nacional
de la Mujer Periodista es uno
de las actividades más im-
portantes de la Asociación
Nacional de Periodistas, ya
que congrega a periodistas
de diferentes regiones del
país”, comenta Amelia Borjas
Soriano, actual secretaria de
género de la ANP.
Amelia fue una de las
principales impulsoras del
último encuentro, realizado
el pasado 6 y 7 de marzo en
las instalaciones de esta ins-
titución. “Esta actividad se
realiza gracias a un equipo de
trabajo, que durante varias
semanas desarrolla los te-
mas, organiza, ve la logística
y elige a los panelistas que
representen y transmitan el
mensaje adecuado para los
asistentes”.
Jornadas intensas
Así, el 6 de marzo desde las 9
de la mañana las asistentes
al encuentro –que habían
llegado desde provincias el
día precedente o antes- co-
menzaron a registrar su asis-
tencia a la espera del inicio.
La inauguración de la
actividad estuvo a cargo
de Zuliana Laínez, Amelia
Borjas y Karina Reyes –en
representación del comité
organizador–, quienes re-
saltaron el impacto que este
encuentro ha generado en la
vida de muchas colegas.
Seguido, el primer panel
tuvo la presencia de la perio-
dista chilena Estefani Carras-
co, quien compartió sus expe-
riencias durante la cobertura
de las manifestaciones el año
pasado, incluyendo un acto
de vejación del que fue víc-
tima. “La participación de
panelistas internacionales
nos ha permitido ampliar
nuestra visión y enriquecer
los encuentros”, comenta
Zuliana.
Haciendo un alto en la
jornada, las asistentes en-
rumbaron con dirección a los
exteriores del Ministerio de
Trabajo, donde se adhirie-
ron al plantón organizado
por el movimiento feminista
para exigir que se termine la
brecha laboral y salarial que
perjudica principalmente a
las mujeres.
Por la tarde, se conti-
nuó con el testimonio de la
periodista boliviana María
Lohman, quien relató lo vi-
vido en los conflictos en el
PERIODISMO 7
Abordamos
el tratamiento
informativo de la
violencia contra
las mujeres y la
responsabilidad
de los medios de
comunicación al
difundirla
contexto de la renuncia de
Evo Morales.
Después se realizaron los
paneles sobre ciberacoso a
mujeres periodistas –que
presentaron casos relevantes
y mecanismos de protección–
y la cobertura de hechos de
violencia de género.
“Abordamos a fondo el
tratamiento informativo de
la violencia contra las muje-
res y la responsabilidad de los
medios de comunicación al
difundirla, ya que desde hace
un tiempo algunos medios,
en vez de informar y educar,
han contribuido a la violencia”,
comenta Amelia Borjas.
El sábado 7, iniciaron un
panel sobre la realidad y
dificultades de las mujeres
fotoperiodistas en su labor
de registro visual. Por últi-
mo, se presentaron tres ca-
sos emblemáticos de mujeres
que lideran medios digitales
independientes.
Para finalizar la jorna-
da, las asistentes al 14° En-
cuentro Nacional de la Mujer
Periodista se sumaron a la
marcha 8M. “Desde hace tres
años participamos en las ac-
tividades del movimiento fe-
minista; somos parte de esta
plataforma y, como gremio,
queremos normalizar nues-
tro derecho a la protesta”,
concluye Zuliana Laínez.
La visión de cada En-
cuentro Nacional de la Mujer
Periodista cambia según el
contexto, lo que hace de este
una experiencia enriquecedo-
ra que promueve los valores
del respeto y tolerancia, ade-
más de aceptar a la mujer en
su diversidad, reflejado este
año con la presencia de una
periodista mujer trans.
8 TEATRO
Sueños culturales
La fantasía de crear un centro cultural es más real para algunos, como es el caso de Maribel
Segovia. La actriz y gestora cultural nos cuenta los altibajos de esta travesía llamada Sala 15.
TEXTO Y FOTO
Luis Miguel Santa Cruz
U
n día normal
en la agenda
de Maribel Se-
govia funciona
así. Llega tem-
prano a la cuadra 15 de Fran-
cisco Lazo en Lince, un detalle
que ha bautizado a su espacio
conocido como Sala 15. Coor-
dina todo con los profesores
que están dándole vida a este
sueño de apenas meses y, final-
mente, espera con paciencia.
Aquí es donde comienza la
duda. ¿Qué espera exactamen-
te Maribel? ¿Un cambio radical
en la movida artística de un
distrito? ¿Una revolución de
paso lento? Dentro de las pare-
des de esta ilusión, aclaramos
estas dudas.
–¿Recuerdas la primera
vez que fuiste a un centro
cultural?
–Fue ya mayor, habré teni-
do unos veintidós años. Crecí
en una familia que no estaba
muy vinculada al arte y mis
principales “referentes cul-
turales” fueron programas
televisivos como ‘Nubeluz’.
Indirectamente, eso me animó
a acercarme a la actuación y la
danza en una escuela en Jesús
María que ya no existe.
–Hoy tenemos más chicos
descubriendo el arte desde
pequeños, pero no son una
mayoría…
–En comparación con la
situación de hace diez años,
es bastante el crecimiento.
Hay funciones de teatro de
todo tipo y de jueves a lunes.
Hay muchos lugares para con-
sumir arte, pero no sé cómo
va la situación de los centros
de aprendizaje. Veo bastantes
talleres, pero mal enfocados,
que se arman de la noche a la
mañana.
–¿Lugares descarada-
mente lucrativos?
–Sí, y eso es malo. He visto a
chicos que, luego de terminar
sus talleres de actuación, tie-
nen que pagar para participar
en una presentación final o es-
tán obligados a vender canti-
dades exageradas de entradas
a precios que no les convienen.
–¿Cómo se distancia uno
de esos intentos que solo
apuntan a lo económico?
–Lo que hago ahorita en
Sala 15 es convocar a profe-
sores que no son improvisados
y que les dan a los alumnos la
tranquilidad de trabajar con
profesionales.
–Me llama la atención
esta ubicación para un
centro cultural. Se sabe que
Lince no tiene espacios de
este tipo y lo más parecido
que tienen, estirando mu-
cho el concepto, es el cen-
tro comercial Arenales con
anime y otras referencias
populares.
–Es un distrito muy comer-
cial, pero sin puntos culturales.
Estamos luchando contra un
sistema que no suele apoyar
este tipo de iniciativas, pero
también por la confianza del
vecindario, para que se iden-
tifiquen con lo que soñamos.
–¿Cómo es la relación con
los vecinos?
Viernes 13 de marzo de 2020.
–No han venido en grandes
cantidades. Eso es raro, pero
nos hace cuestionar muchas
cosas porque tenemos visitan-
tes de San Juan de Lurigancho,
Carabayllo, Comas y hasta
Huachipa. Me encantaría que
los niños del barrio se anima-
ran, pero es un proceso.
–Yendo más allá de las
dificultades evidentes, qui-
siera invitarte a mencionar
Variedades El Peruano
He visto a chicos
que, luego de
terminar sus
talleres de
actuación, deben
pagar para
participar en una
presentación final
las cosas buenas que has
encontrado en este período
con Sala 15…
–En lo personal, es esa
satisfacción de hacer algo sin
apoyo de nadie. Con un sopor-
te familiar y de amigos, pero
sin lo que se entiende como
un colectivo.
–¿Recibiste en algún mo-
mento comentarios poco
optimistas por parte de la
familia o amigos?
–Un amigo cercano, que
ya no lo es y que también se
dedica a las artes, no me dio un
buen augurio. Recordando lo
que me decía, he pensado mu-
chas veces en olvidar todo este
proyecto, pero entendí que esa
negatividad es parte del pro-
ceso de crear algo desde cero.
Los bajones emocionales son
temporales.
–Más allá de la enseñan-
za, ¿qué metas están pen-
dientes?
–Montar obras pequeñas,
monólogos y unipersonales.
Formar a chicos que puedan
dar el salto a producciones ma-
yores dentro o fuera del país.
–Me gusta que, indirec-
tamente, se está mirando
hacia afuera siempre en
este espacio. Las paredes
tienen muchas decoracio-
nes que aluden a Broadway
y Hamilton.
–Es que a mí me encantan
los musicales. Mi formación
estuvo pensada en esa es-
pecialidad. No tengo tiempo
para participar en uno debi-
do a este centro, pero espero
que pronto se dé.
Vamos a buscar
Para obtener más información
sobre la iniciativa de Sala 15,
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