Los Misterios del Señor Burdick

DEBAJO de la alfombra

“Pasaron dos semanas y volvió a suceder”

Siempre suelo llegar tarde a casa sabiendo de memoria con lo que me voy a encontrar, y es
que normalmente soy de esas personas que piensan que ya nada les impresiona, que lo
conocen todo, aunque nunca es cierto.

Cómo sea todo fue normal hasta que ocurrió lo inesperado, no soy de los que creen en aliens y
mucho menos en criaturas extrañas de otro mundo, pero eso que vi no tiene explicación
alguna, de hecho ni siquiera me di el valor de curiosear ese bulto en la alfombra, y como
hombre de ciencia lo observe por un rato sin mover un solo musculo para tratar de adorar su
extraña magnificencia, pero fui demasiado cobarde para gritar, como siempre solo fui un bruto
desenfrenado, aunque con un poco de razonamiento logre ver como se movía, y fueron las
siguientes palabras las que hicieron la magia:

-¿Hola?, ¿Qué eres?, ¿Estas vivo? –

Se comenzó a mover, pero solo como si palpitara hacia mi, lo cual me pareció raro, solo el
hecho de hablarle lo hacía reaccionar, así que le seguí hablando:

-¿Puedes hablar o comunicarte? - - dije mientras me decía a mi mismo, - lo aplastare y me

olvidaré de esto, tengo suficiente con mi vida

A lo cual solo respondió con un pequeño salto de 5 centímetros aproximadamente; lo tomé

como un sí, el único problema era que la maldita silla que agarre pensando estúpidamente en
aplastar esa cosa rara e irónica, pesaba demasiado, por lo tanto no podía seguir sosteniéndola
por mucho tiempo, lo que provocó que se me cayera, pero no cayó encima de del bulto, - Casi
te mató estúpido, si no te quedaras quieto hubiese sido más fácil soltar la silla—le dije, logré
salvarle la vida, si es que en verdad estaba viva esa cosa, pasaron los días y me olvide de lo que
pasó, pero lo que no me pude quitar de la cabeza era esa cosa en mi casa, sera difícil de
olvidar, solo espero haya sido una ilusión y me lo haya imaginado todo, no me quiero volver
loco pensando en eso