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Este documento conmemora el cuarto aniversario de la muerte de María Otilia. Expresa el profundo dolor que su ausencia ha causado a sus seres queridos, pero también la esperanza de que su alma ahora descanse en paz junto a Dios. Recuerda a María Otilia como una mujer valiosa, cariñosa y buena madre que siempre pensó en el bienestar de los demás. Pide orar para que Dios conceda el descanso eterno a su alma.
Este documento conmemora el cuarto aniversario de la muerte de María Otilia. Expresa el profundo dolor que su ausencia ha causado a sus seres queridos, pero también la esperanza de que su alma ahora descanse en paz junto a Dios. Recuerda a María Otilia como una mujer valiosa, cariñosa y buena madre que siempre pensó en el bienestar de los demás. Pide orar para que Dios conceda el descanso eterno a su alma.
Este documento conmemora el cuarto aniversario de la muerte de María Otilia. Expresa el profundo dolor que su ausencia ha causado a sus seres queridos, pero también la esperanza de que su alma ahora descanse en paz junto a Dios. Recuerda a María Otilia como una mujer valiosa, cariñosa y buena madre que siempre pensó en el bienestar de los demás. Pide orar para que Dios conceda el descanso eterno a su alma.
“Hoy al cumplirse cuatro años más desde que emprendió este
viaje de este mundo del que no hay retorno. No contar con su
presencia nos sumerge en un amplio dolor porque no nos volveremos a ver. Sin embargo, debemos tener la esperanza de que ahora su alma se encuentra en compañía de nuestro Señor gozando del paraíso terrenal y fuera de todo sufrimiento. Si bien, su recuerdo quedará en nuestros corazones y de alguna manera seguirá formando parte de nosotros. Sin duda, fue un ejemplo de mujer muy valiosa, cariñosa, amorosa, buena madre sin igual, en si una enorme persona, llena de valores, dadivosa y juiciosa que siempre nos entregó todo su amor y ternura. Siempre pensó en el bienestar de sus parientes y, nos enseñó a compartir con nuestros seres queridos. El mejor regalo que podamos darle, es seguir sus pasos y recordarla con mucho amor. A pesar de que ya han pasado cuatro años en la gloria de Dios, su recuerdo sigue intacto y pareciera que fuese ayer el día que nos dejó para irse a un lugar mejor maravilloso, en la gloria y paz eterna; aunque la vida continúa, cada 9 de diciembre de cada año es un doloroso recuerdo de su ausencia, de su vacío, por eso es que hasta ahora no logramos acostumbrarnos estar sin usted. A cuatro años de estar “ausente del cuerpo pero presente al Señor” de estar disfrutando de la presencia de nuestro Padre Celestial, usted debe estar feliz, que paz, que tranquilidad, gozando de la plenitud de Aquel que decidió llevarla antes que a nosotros, en cierto modo, la vida nunca será igual sin usted, aunque el diario vivir sin su presencia física, sin su amor, sin su voz, sin su calor, sin su alegría, es un dolor difícil de soportar; y, más aun para sus hijos, hermana, sobrinos, amigos y demás familiares. No les decimos adiós, sólo un hasta luego, nos vemos pronto, hasta entonces. Nosotros la extrañaremos, téngalo por seguro usted vivirá por siempre en nuestros corazones y que algún día podremos encontrarnos porque todos llegaremos al culmino de nuestras vidas”. Elevemos una plegaria al Señor para pedirle a Dios misericordioso que su alma descanse en paz en la gloria del Señor y que esté en el cielo: “Padre nuestro celestial, escucha Dios nuestra oración al conmemorarse hoy cuatro años desde la muerte de nuestra amada y recordada María Otilia. Reunidos estamos hoy amigos y familiares, para elevar una plegaria al santísimo, concédele la paz eterna. Dios todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, cuida el alma de nuestra sierva purifíquela, libérala del pecado y concédele la vida eterna. Padre nuestro, escucha la voz de nuestras suplicas, para que le permitas el descanso a tu lado, a tu hija María Otilia. Desde que se fue, dejó un gran vacío entre sus allegados, mucha falta nos haces, seguro estamos todos que algún día nos reuniremos y nos volveremos a ver. El tiempo no se detiene, las agujas del reloj se mueven, que rápido, todo es movimiento. Todos son ciclos, y usted, cumplió su ciclo. Tuvo una vida llena de alegría, muchos de sus planes se le dieron, cumplió muchos sueños, las buenas acciones con sus gentes son invalorables, dejó un gran ejemplo entre nosotros, por siempre y para siempre la recordaremos, como eras de alegre, rebosante de energía y dispuesto a ayudar. Recordémosla con amor para su alma, roguémosle al Señor que la siga teniéndola en su santa gloria”. Amén.