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Un mural es una imagen que usa como soporte un muro o pared.

Ha sido uno de los


soportes más usuales de la historia del arte. La piedra o el ladrillo es el material del que
está hecho este soporte.

Contenido
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 1 Historia
 2 Características
 3 Técnicas
 4 Ejemplos
 5 Referencias
 6 Enlaces Externos

[editar] Historia
La primera pintura [de la historia], la rupestre, se ejecutó sobre las paredes de roca de
las cuevas paleolíticas. Usaban pigmentos naturales con aglutinantes como la resina. La
pintura sobre muros y paredes dominó durante la antigüedad y durante la época
románica. Decayó en el gótico, debido a que las paredes se sustituyeron por vidrieras,
con lo que había menos superficie en la que pintar; esto determinó también el auge de la
pintura sobre tabla. Durante el Renacimiento se produjeron grandes murales, como los
frescos realizados por Rafael en las Estancias del Vaticano y la obra de Miguel Ángel
Buonarroti en la Capilla Sixtina. Posteriormente, se ha limitado a las paredes de los
edificios y los techos, destacando las grandes decoraciones del Barroco y el Rococó,
que, combinadas con relieves de estuco, daban lugar a creaciones ilusionistas
impresionantes.

La pintura mural no se ha llegado a abandonar nunca, como puede verse en la obra de


los muralistas de Hispanoamérica. Los más famosos fueron Diego Rivera, David Alfaro
Siqueiros, José Clemente Orozco en México y Teodoro Núñez Ureta en Perú.

El graffiti callejero, al menos en sus vertientes más artísticas y monumentales, podría


considerarse una forma contemporánea y urbana de pintura mural.

[editar] Características
La pintura mural suele tener un carácter decorativo de la arquitectura, aunque también
cumplió finalidades didácticas.

A diferencia de la Miqitagigantografía, el mural debe contener un relato. Por ello, se


dice que es como una película quieta.

Características principales del mural:


 Monumentalidad, la cual no solo esta dada por el tamaño de la pared sino por
cuestiones compositivas de la imagen.
 Poliangularidad, hace referencia a los distintos "Puntos de Vista" y "Tamaños
del Plano", los cuales pueden estar en un mismo campo plástico.

[editar] Técnicas
Realmente, y salvo en la Prehistoria, no se pinta de manera directa sobre la pared, sino
sobre una fina capa intermedia. La principal técnica empleada a lo largo de los siglos
para la pintura mural es el fresco. La superficie a pintar se prepara con varias capas de
revoco: primero un enlucido basto, el arriccio, y luego una capa más delgada de arena
fina y cal, que recibe el nombre de intonaco. Sobre la pared todavía húmeda se aplica
entonces el pigmento disuelto en agua de cal.

Los murales pueden elaborarse con distintos métodos, como por ejemplo los métodos
denominados al fresco, en el cual la pintura se coloca en el repello de la pared todavía
fresca, o al seco en el cual la pintura se coloca sobre una pared ya seca. También se usó
la encáustica, técnica que ya utilizaron los romanos, en la que los colores se disuelven
en una mezcla de cera de abejas y resina y se aplican en caliente, quedando fijados en la
pared al secarse. Igualmente, es posible pintar al temple sobre muros y paredes. En este
caso hay que esperar a que el revoque esté seco. A principios del siglo veinte toma
relevancia el acrílico como material de primer orden, utilizado entre otros por los
mexicanos Rivera y Orozco.

Un mural no debe ser necesariamente pintado, pudiendo hacerse con mosaico o


cerámica. En España, han elaborado grandes murales cerámicos:

 Gaudí
 Joan Miró
 Josep Llorens Artigas
 Josep Maria Sert
 Pedro Nel Gómez
 Santiago Martínez Delgado
 Rufino Tamayo

Actualmente se busca trabajar con materiales nobles que permitan una larga duración
del mismo sin demasiado mantenimiento, especialmente cuando se ubican en exteriores.
Otras técnicas muy usadas pueden ser el esgrafiado sobre cemento coloreado, mural
cerámico, mosaico de piedras o azulejos, etc.

[editar] Ejemplos

Cueva de Altamira

Miguel Ángel Buonarroti

Francisco de Goya y Lucientes

José Clemente Orozco

Grafiti urbano

[editar] Referencias
 «Pintura», en Gran Enciclopedia de las Ciencias. Arte, págs. 58-60, Club
Internacional del Libro, 1990. ISBN 84-7758-304-8
 Laneyrie-Dagen, N., «Los soportes», en Leer la pintura, págs. 8-13, colección
Reconocer el arte, Larousse, Barcelona, 2005 Spes Editorial, S.L. ISBN 84-
8332-598-5
 Sidaway, I., «Soportes», en Enciclopedia de materiales y técnicas de arte, págs.
106-119, Editorial Acanto, 2002. ISBN 84-95376-30-X
 VV.AA., «La estructura del cuadro: Soportes» y «Fondos» en Enciclopedia
Universal de la Pintura y la Escultura, Vol. I, SARPE, 1982. ISBN 84-7291-
377-5
 VV.AA., «Soporte pictórico», en Historia del Arte, pág. 990, Ed. Anaya, 1986.
ISBN 84-207-1408-9
 "Los materiales de la pintura y su empleo en el arte", Max Doerner, Editorial
Reverté.

[editar] Enlaces Externos


 Campo Mural Moral Grupo informal en Hungría que utiliza muralismo para
desarrollar communidades.
 Funarte Una organzación NGO en Nicaragua -Estelí- que era formada en el
tiempo de la revolución 1989. Trabaja con grupos de niños y jóvenes de
comunidades utilizando el muralismo.

Cómo nació la pintura mural política


en Chile
Patricio Cleary

- Cómo nació la pintura


mural política en Chile
(1) - (2)
crónica y fotografías

- El mural del puente


Capuchinos ha sido
destruído
por Pablo Neruda

- Brigadas Ramona
Parra:
arte de la ciudad

- La historia de un
pueblo en los muros de
Chile
conversación con
José Balmes

- El arte brigadista
Alejandro González

- Roberto Matta,
conversaciones

Afiches y murales.
Gráfica política 1970 -
1973

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Fue en Valparaíso, en el mes de julio de 1963, que se pintó el primer mural de


propaganda política, modalidad que luego, y en particular en 1970, durante la contienda
que terminaría con la elección de Salvador Allende como Presidente de la República,
habría de cobrar un auge enorme, llegando incluso a convertirse en un fenómeno
político-cultural que llamó la atención en el mundo.

El hecho se produjo en la campaña previa a las elecciones de 1964. Allende y sus


partidarios afrontaban el evento en medio de las mayores dificultades económicas,
hecho que contrastaba con el enorme despliegue de recursos que mostraba la
candidatura de Eduardo Frei. Su comando no sólo contaba con grandes medios
financieros, sino con el apoyo de calificados profesionales: periodistas, sociólogos,
psicólogos, especialistas en comunicaciones. Su propaganda copaba radios y periódicos
y ella se apoyaba en slogans precisos, por lo general bastante eficaces, producto de
investigaciones a cargo de gente calificada y competente. Se empleaban recursos
directos e indirectos. La Marcha de la Patria Joven, fue no sólo un gran evento
propagandístico montado con grandes recursos materiales, sino además un
acontecimiento que se siguió desde el punto de vista informativo bajo la dirección de
expertos en comunicaciones, que produjeron atractivos e impactantes reportajes.

La candidatura de la democracia cristiana había dado un paso totalmente nuevo en este


terreno en las luchas políticas en Chile. Su propaganda estaba entregada a una agencia
publicitaria, y su plan no dejaba ningún aspecto que no contemplara, incluida la
propaganda callejera, que hasta entonces había sido dominio tradicional de la izquierda.
Así fue como en los primeros días de la campaña, abierta oficialmente en mayo del 63,
las calles de todas las ciudades del país aparecieron con sus muros pintados con las
llamadas estrellas de Frei, algunas con características monumentales.

Todo esto tomó por sorpresa a la candidatura popular, y no fuimos una excepción
quiénes trabajábamos por ella en la provincia de Valparaíso. Carecíamos de preparación
para enfrentar el desafío, acostumbrados como estábamos a una cierta improvisación y
rutina. No atinábamos, por lo general, sino a la descalificación de lo obrado por el
adversario o a una tentativa, tan loca como inútil - por la pobreza irremediable de
nuestros medios económicos - de tratar de seguir sus pasos, imitando sus
procedimientos, cuya característica principal era una completa profesionalización.

Recuerdo nuestra Casa del Pueblo en la calle Melgarejo, con sus muros adornados con
retratos hechos por el retratista porteño Raúl Anguita, y recuerdo nuestros quebraderos
de cabeza para saber cómo implementar nuestra campaña de propaganda. Nos
proponíamos partir con una gran ofensiva callejera, y su iniciación, una inolvidable
noche del mes de mayo, aunque nos produjo muchas satisfacciones por la magnitud de
la movilización de activistas - miles de ellos salieron a pintar hasta altas horas de la
madrugada -, nos acarreó también complicados problemas políticos. Nuestro material de
base estuvo constituido por diez sacos de negro de humo original donados por los
obreros portuarios y petroleros, quienes proporcionaron también el colapiz y un buen
número de tambores. Con todo ello pudimos preparar más de dos mil litros de pintura
negra de excelente calidad. El resultado fue que llenamos literalmente toda la provincia
de Valparaiso con las famosas equis de la campaña de Allende. Tanto que, por falta de
una mayor reflexión previa, se cometieron muchos errores, como el haber pintarrajeado,
por ejemplo, muchos monumentos, edificios y lugares tradicionales, lo que dio origen a
una venenosa pero eficaz campaña de los diarios El Mercurio y su edición vespertina La
Estrella. Nos calificaron en todos los tonos: vándalos, maleantes, etc., y acompañaron
sus crónicas con fotos maliciosamente retocadas.

De repente nos hallamos totalmente a la defensiva.

Fue en este clima que surgió, producto de conversaciones entre el pintor Jorge Osorio,
un estudiante de arquitectura con muchas condiciones artisticas llamado Osvaldo
Stranger, y el autor de esta crónica - que tenía las funciones de encargado de
propaganda de la campaña - la idea de intentar fórmulas propagandísticas distintas,
como representar, por ejemplo, artísticamente, en afiches pintados directamente en los
muros las consignas y aspiraciones populares. Aprobamos la idea, a partir de un boceto
que sin propósito concreto habia diseñado Osorio en sus ratos de ocio. Fue más fácil
despertar el entusiasmo de todos nosotros que hallar, en seguida, los medios para su
realización. Finalmente, el problema se resolvió y elegimos una muralla ubicada en la
avenida España, la estratégica arteria que une Valparaíso con Viña del Mar. Osorio y
Stranger, apoyados por un comité de jóvenes, pintaron el mural en una sola noche.

Fue ése el primer mural político que se haya pintado, que sepamos, en el país. Era el
mes de julio de 1963.

En el comando la reacción fue de dulce y de grasa. Algunos lo tomaron simplemente


como una humorada y a otros les pareció que se trataba de un gasto inútil. Pero el
entusiasmo se había ya apoderado de los pintores, y Jorge Osorio planteó de inmediato
un segundo mural. Lo pintaron también en la avenida España, esta vez en un muro
mucho más largo que el anterior, y más cerca de la Estación Barón. Era una alegoría de
las luchas del pueblo y de sus esperanzas. Causó una buena impresión, y la medida de
su impacto lo dió la reacción más o menos inmediata del Comando de la candidatura
democristiana, que hizo traer de Santiago un equipo profesional de propagandistas
callejeros para que pintaran en los días siguientes una inmensa estrella de Frei con la
leyenda 50.000 becas para los niños pobres. Osvaldo Stranger respondió la noche
siguiente pintando al lado de la estrella el emblema allendista con un slogan: En el
Gobierno Popular no habrá niños pobres. Había comenzado lo que se dió luego en
llamar batalla de propaganda de la Avenida España. En ella participaron muchos
comités juveniles, en particular los del cerro Placeres, que tomaron como tarea el cubrir
prácticamente en toda su longitud la avenida España con la equis de Allende, a la que, a
partir de ese momento, se le agregaron los colores nacionales, provocando un gran
impacto visual. Recuerdo que el propio Neruda, que vivía entonces en el cerro
Bellavista, detras del teatro Marú, manifestó su interés y entusiasmo por lo que llamó
bella acción policrómica.

Santiago, 1964.

El mural es pintura realizada o aplicada sobre un soporte fijo de grandes dimensiones (muros o paredes) y que
normalmente funciona como relato, es decir, con episodios distribuidos gradualmente sobre la superficie,
logrando un sentido de narración, conjunto y unidad.

Normalmente, un mural se realiza pintando directamente sobre el muro. Sin embargo hay posibilidades más
complejas: la técnica del ‘fresco’, que consiste en pintar sobre yeso mientras éste aún está húmedo. Cuando el
yeso se seca, sucede una reacción química: se crea una película sobre los colores, quedando éstos
permanentemente integrados al yeso.

Como condiciones generales, el mural requiere de permanencia, ausencia de brillos y de reflejos en la


superficie, así como accesibilidad y visibilidad para el espectador, quién debe poder desplazarse a lo largo del
muro para “leer” la obra.

La pintura mural o fresco se practica en todas las culturas desde la Prehistoria y en Europa fue popular hasta el
siglo XVIII.

En el ámbito contemporáneo, el arte latinoamericano encuentra en México un momento de particular interés


cuando se desarrolla el arte del mural.

El Muralismo como corriente estética tiene gran auge entre los años veinte y cuarenta del S.XX,
inmediatamente después de la Revolución Mexicana. Esto es así porque los cambios sociales resultantes de ese
periodo generan una postura frente a la representación en las artes y sobre todo un interés en cuanto a la
circulación y democratización de las mismas. De este modo, el muralismo se identifica con mexicanismo,
humanismo y universalismo.

José Vasconcelos, relacionado en aquel entonces con la Secretaría de Educación y Arte, llamó a varios pintores
mexicanos para decorar los edificios públicos, con el propósito de llevar a los muros, temas y personajes
históricos que alimentaran el discurso e ilustraran al pueblo..

En el D.F se distinguen esencialmente tres autores: Diego Rivera, José


Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.

“El Coronelazo, (autorretrato)”


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David Alfaro Siqueiros
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l Piroxilina sobre celotex, 91.5 x 121.6 cm, 1945
i Museo Nacional de Arte, México
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e El muralismo pretendía responder a los ideales revolucionarios y a la paz política y no es en sí una técnica
n como el mural o fresco: es una escuela o movimiento.

 MURAL EN CHILE
En Chile, el muralismo se inicia con las brigadas que se organizaron en los años setenta con fines
propagandísticos, las cuales, tras el triunfo de Allende, funcionaron como mensajes concientizadores sobre las
responsabilidades del Estado y la Sociedad.

Entre las brigadas más conocidas están Ramona Parra (aún activa), Inti Peredo y Elmo Catalán, las que
instauraron un lenguaje particular y con funciones determinadas: rellenos y fondos en colores puros que
vibran al interior de gruesas Líneas negras del brochazo delineador, e instauración de símbolos (palomas,
puños, rostros, estrellas) para formar imágenes fuertes e impactantes que transformaron el paisaje urbano de
principios de los setenta.

Con el Golpe de Estado en Chile, el movimiento se interrumpió, subsistiendo apenas como resistencia política.

Con el regreso de la democracia, los artistas han realizado murales en universidades, edificios del centro de la
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capital, en Valparaíso (donde hay un recorrido especial llamado Museo a Cielo Abierto con 20 murales de
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artistas chilenos) e incluso en el Metro.
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n
a A esta técnica recurren diversos autores chilenos, tales como Mario Carreño, Gregorio de la Fuente, Julio
Escámez, Laureano Guevara, Pedro Olmos, José Venturelli, Mario Toral, Voluspa Jarpa, Natalia Babarovic,
Enrique Zamudio y José Balmes.
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“Memoria Visual de una Nación”


Mario Toral
Acrílico, 1.200 m2, 1996
I Metro Universidad de Chile, Santiago.
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“El Sitio de Rancagua”
Natalia Babarovic y Voluspa Jarpa
Estación de Ferrocarriles de Rancagua, Chile.

“S-T”, Enrique Zamudio. 1990


Ubicado a un costado del Museo de Arte
Precolombino, Santiago.

 IMÁGENES

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