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Si alzamos la mirada y miramos a nuestro alrededor veremos múltiples

cosas. Todas ellas están formadas por materia. También el aire que
respiramos, todas y cada una de las células de nuestro cuerpo, el desayuno
que comemos, etc.
Cuándo echamos azúcar al café, ¿desaparece la leche o el azúcar? Sin duda
no, sabemos que se disuelve. Pero exactamente, ¿qué pasa ahí dentro?
¿Por qué? La cotidianidad de este tipos de cosas a veces hace que nos
olvidemos de fenómenos realmente fascinantes.
Hoy veremos cómo los átomos y las moléculas establecen uniones
mediante enlaces químicos. Conocer a cada uno de los diferentes enlaces
químicos y sus características nos permitirá entender mejor el mundo en el
que vivimos desde un punto de vista más químico.

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¿Qué son los enlaces químicos?


Para comprender cómo la materia se estructura es básico entender que
hay unas unidades básicas llamadas átomos. A partir de ahí, la materia se
organiza combinando estos átomos gracias a uniones que se establecen
gracias a los enlaces químicos.
Los átomos están compuestos por un núcleo y unos electrones que
orbitan a su alrededor, teniendo cargas opuestas. Los electrones por lo
tanto se ven repelidos entre ellos, pero experimentan atracción hacia el
núcleo de su átomo e incluso los de otros átomos.

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Enlaces intramoleculares
Para realizar enlaces intramoleculares el concepto básico que tenemos
que tener presente es que los átomos comparten electrones. Cuando los
átomos lo hacen se produce una unión que les permite establecer una
nueva estabilidad, siempre teniendo en consideración la carga eléctrica.
A continuación te mostramos cuáles son los diferentes tipos de enlaces
intramoleculares mediante los cuales se organiza la materia que existen.
1. Enlace iónico
En el enlace iónico se une un componente con poca electronegatividad
con uno que tiene mucha. Un ejemplo típico de este tipo de unión es la sal
común de cocina o cloruro de sodio, que se escribe NaCl. La
electronegatividad del cloruro (Cl) hace que captura fácilmente un electrón
del sodio (Na).
Este tipo de atracción da lugar a compuestos estables mediante esta unión
electroquímica. Las propiedades de este tipo de compuestos por lo general
son altos puntos de fusión, buena conducción a la electricidad,
cristalización al disminuir la temperatura y alta solubilidad en agua.
2. Enlace covalente puro
El enlace covalente puro es un enlace de dos átomos con el mismo valor
de electronegatividad. Por ejemplo, cuando dos átomos de oxígeno
pueden formar un enlace covalente (O2), compartiendo dos pares de
electrones.
Gráficamente se representa la nueva molécula con un guión que une los
dos átomos y que indica los cuatro electrones en común: O-O. Para otras
moléculas los electrones compartidos pueden ser otra cantidad. Por
ejemplo, dos átomos de cloro (Cl2; Cl-Cl) comparten dos electrones.

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3. Enlace covalente polar


En los enlaces covalentes polares la unión ya no es simétrica. La asimetría
viene representada por la unión de dos átomos de diferente tipología. Por
ejemplo, una molécula de ácido clorhídrico.
Representada como HCl, la molécula de ácido clorhídrico contiene
hidrógeno (H), con electronegatividad de 2.2, y cloro (Cl), con
electronegatividad de 3. La diferencia de electronegatividad es por lo
tanto de 0.8.
De este modo, los dos átomos comparten un electrón y alcanzan la
estabilidad a través del enlace covalente, pero la brecha electrónica no se
comparte de manera equitativa entre los dos átomos.
4. Enlace dativo
En el caso de los enlaces dativos los dos átomos no se comparten los
electrones. La asimetría es tal que el balance de electrones es de uno
entero dado por uno de los átomos al otro. Los dos electrones
responsables del enlace van a cargo de uno de los átomos, mientras que el
otro reorganiza su configuración electrónica para acomodarlos.
Es un tipo particular de enlace covalente llamado dativo, ya que los dos
electrones involucrados en el enlace provienen sólo de uno de los dos
átomos. Por ejemplo, el azufre puede unirse al oxígeno mediante un enlace
dativo. El enlace dativo se puede representar con una flecha, desde el
donante hasta el aceptor: S-O.

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5. Enlace metálico
El enlace metálico hace referencia al que se puede establecer en átomos
de metal, como por ejemplo el hierro, el cobre o el zinc. En estos casos la
estructura que se forma se organiza como una red de átomos ionizados
inmersos positivamente en un "mar" de electrones.
Esta es una característica fundamental de los metales y la causa de que
sean tan buenos conductores eléctricos. La fuerza atractiva que se
establece en el enlace metálico entre iones y electrones es siempre de
átomos con la misma naturaleza.
Enlaces intermoleculares
Los enlaces intermoleculares son fundamentales para la existencia de
estados líquidos y sólidos. Si no hubiera fuerzas para mantener las
moléculas juntas, solo existiría el estado gaseoso. De este modo, los
enlaces intermoleculares son también responsables de los cambios en el
estado.
6. Fuerzas de Van Der Waals
Las fuerzas de Van Der Waals se establece entre las moléculas no polares
y que muestran cargas eléctricas neutras, como por ejemplo N2 o H2. Se
trata de formacioes momentáneas de dipolos dentro de las moléculas
debido a las fluctuaciones de la nube de electrones alrededor de la
molécula.
Esto crea temporalmente diferencias de carga (que en cambio, en
moléculas polares son constantes, como en el caso del HCl). Estas fuerzas
son responsables de las transiciones de estado de este tipo de molécula.

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7. Interacciones dipolo-dipolo.
Este tipo de enlaces aparecen cuando existen dos átomos enlazados
fuertemente, como en el caso del HCl por un enlace covalente polar. Al
haber dos partes de la molécula con diferencia en electronegatividad, cada
dipolo (los dos polos de la molécula) va a interaccionar con el dipolo de
otra molécula.
Se crea así una red de en base a interacciones dipolo, haciendo que la
sustancia adquiera otras propiedades físico-químicas. Estas sustancias
tienen más altos puntos de fusión y de ebullición que las moléculas
apolares.
8. Enlace de hidrógeno
El enlace de hidrógeno es un tipo particular de interacción dipolo-dipolo.
Se produce cuando los átomos de hidrógeno están unidos a átomos
fuertemente electronegativos, como en el caso de los átomos de oxígeno,
flúor o nitrógeno.
En estos casos se crea una carga parcial positiva en el hidrógeno y una
carga negativa en el átomo electronegativo. Al estar una molécula como la
del ácido fluorhídrico (HF) fuertemente polarizada, en vez de haber
atracción entre moléculas de HF, la atracción está centrada en los átomos
que las componen. Así, los átomos de H pertenecientes a una molécula de
HF crean un enlace con los átomos de F pertenecientes a otra molécula.
Este tipo de enlaces son muy fuertes y hacen que los puntos de fusión y
ebullición de las sustancias sea aún más alto (por ejemplo, el HF tiene una
temperatura de ebullición y de fusión más alto que el HCl). El agua (H2O)
es otra de estas sustancias, por eso se explica su alto punto de ebullición
(100 °C).

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9. Enlace dipolo instantáneo a dipolo inducido


Los enlaces dipolo instantáneo a dipolo inducido se producen a causa de
alteraciones en la nube electrónica alrededor de un átomo. A causa de
situaciones anormales un átomo puede estar desbalanceado, con los
electrones orientados en un lado. Esto supone cargas negativas en un lado
y positivas en el otro.
Esta carga ligeramente desbalanceada es capaz de tener un efecto en los
electrones de los átomos vecinos. Estas interacciones son débiles y
oblicuas, y generalmente dura unos instantes antes de que los átomos
tengan algún nuevo movimiento y se rebalancee la carga del conjunto de
ellos.
Referencias bibliográficas
 Chang, R. (2007). Química (novena edición). México: Mc Graw Hill.
 De Santos, V.E. y Rodríguez de Vega, G. (2002). Ciencias naturales 3.
México: Mc Graw-Hill.
 Del Bosque, F.R. (2005). Química Inorgánica. Tercera edición.
México: Mc Graw-Hill.
 Laidler, K. J. (1993). The World of Physical Chemistry, Oxford
University Press.

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