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LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

Magistrado Ponente

STC4585-2021
Radicación n.° 11001-02-03-000-2021-01193-00
(Aprobado en sesión virtual de veintiocho de abril de dos mil veintiuno)

Bogotá, D. C., veintinueve (29) de abril de dos mil


veintiuno (2021)

Decide la Corte la acción de tutela promovida por Ana


Lucía Gómez Escobar, en nombre propio y como curadora
de Gabriela Mercedes Gómez Escobar, frente a la Sala Civil
Familia Laboral del Tribunal Superior de Distrito Judicial
de Armenia, específicamente respecto al magistrado César
Augusto Guerrero Díaz, y el Juzgado Tercero Civil del
Circuito de la misma ciudad, con ocasión del juicio divisorio
iniciado por Daniel Andrés Cuéllar Montes en contra de las
aquí gestoras y otros, con radicado n° 2014-00506-00.

1. ANTECEDENTES

1. A través de apoderado judicial, la actora, en la


calidad descrita, exige la protección de las prerrogativas al
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debido proceso, defensa y contradicción, presuntamente


quebrantadas por las autoridades accionadas.

2. En sustento de su queja, manifiesta que el


decurso censurado “ha estado viciado de nulidad absoluta
desde la propia admisión de la demanda” por inobservancia
de lo dispuesto en el artículo 581 del Código General del
Proceso1, al haberse soslayado que una de las comuneras
fue declarada “incapaz”.

Con el mismo argumento, cuestiona que se haya


decretado la venta en pública subasta del bien objeto de
división.

Además, refiere, se desconoció lo establecido en el


artículo 7 de la Ley 1306 de 2009, por cuanto no se convocó
al ministerio público; y el precepto 46 ídem, pues, previo a
adelantar el pleito objeto de controversia, debió solicitarse el
expediente del juicio de interdicción.

Por lo antelado, presentó solicitud de nulidad, negada


por auto de 6 de febrero de 2020; determinación ratificada,
en sede de reposición, mediante proveído de 6 de julio
siguiente, y confirmada por el tribunal accionado al desatar
la apelación, el 19 de febrero de 2021.
1
“(…) Artículo 581. Licencias o autorizaciones. En la solicitud de licencia para levantamiento de
patrimonio de familia inembargable o para enajenación de bienes de incapaces, deberá
justificarse la necesidad y expresarse la destinación del producto, en su caso.
“Cuando se concedan licencias o autorizaciones, en la sentencia se fijará el término dentro del
cual deban utilizarse, que no podrá exceder de seis (6) meses, y una vez vencido se entenderán
extinguidas.
“Cuando se concedan licencias para enajenar bienes de incapaces, la enajenación no se hará
en pública subasta, pero el juez tomará las medidas que estime convenientes para proteger el
patrimonio del incapaz (…)”.

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Considera que las decisiones precitadas son


arbitrarias, al incurrir en defectos procesales y sustanciales
por desconocer las normas aplicables a los asuntos en
donde actúan personas en condición de discapacidad.

Adicionalmente, cuestiona que el colegiado convocado


haya señalado que la solicitud de invalidez por indebida
notificación del ministerio público solo podía ser alegada
por el agente de esa entidad, lo cual estima desacertado,
pues al tratarse de una nulidad insaneable puede ser
presentada por cualquier persona.

3. Pide, en concreto, dejar sin efecto los


pronunciamientos reprochados y, en su lugar, emitir un
nuevo pronunciamiento ajustado a derecho.

I.1. Respuesta del accionado

1. El colegiado confutado manifestó remitirse a los


argumentos expuestos en la providencia censurada.

2. El juzgado accionado relató la actuación surtida y


se opuso a la prosperidad del ruego por no existir
vulneración a los derechos fundamentales de las tutelantes.

2. CONSIDERACIONES

1. Ana Lucía Gómez Escobar, en nombre propio y


como curadora de Gabriela Mercedes Gómez Escobar,

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pretende que, a través de este mecanismo de protección, se


deje sin efecto el auto de 19 de febrero de 2021, por el cual
el colegiado accionado confirmó el proveído de 6 de febrero
de 2020 que negó su solicitud de invalidar la totalidad de lo
actuado en el aludido juicio divisorio.

2. De entrada, ha de anunciarse que el análisis


constitucional se circunscribirá a la decisión de segunda
instancia porque con ella se zanjó la controversia y, en
últimas, ese es el criterio que se impone jurídicamente
mientras no sea revocado o infirmado.

3. Revisada la providencia censurada, se descarta la


arbitrariedad alegada por las razones que pasan a
exponerse.

En criterio de las censoras, de conformidad con el


artículo 581 del Código General del Proceso, el vencimiento
de la licencia para rematar el bien, cuya propiedad
comparte proindiviso una persona en estado de
discapacidad, implica la terminación del proceso.
Al respecto, el tribunal concluyó que ello no constituye
un motivo de nulidad, por cuanto:

“(…) En cualquier caso, tampoco es cierto que la prórroga de la


licencia realizada por el juzgador a quo, hubiera significado la
terminación del proceso, porque ninguna disposición impone
semejante secuela jurídica, máxime si en firme el auto que
dispuso la venta del bien a dividir (fls. 36 a 42 ib.), el remate solo
significaba la ejecución de tal decisión, que apenas supone el
respeto de los derechos al debido proceso de los intervinientes en

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la contienda, prerrogativas en que están comprometidos la


totalidad de servidores del sistema judicial.

“En síntesis, fracasa el intento de las recurrentes para mostrar


que la prórroga de la licencia de incapaz para adelantar el
remate del bien atrapado en el proceso genera una causal de
nulidad derivada de la falta de terminación del proceso, pues
ante la carencia de norma que disponga esa secuela jurídica, esa
etapa de remate apenas refleja la necesidad de atender la
ejecutoria y el cumplimiento de las decisiones judiciales (…)”.

En cuanto a la no vinculación del ministerio público,


señaló la falta de legitimación de las censoras, de
conformidad con el inciso tercero del artículo 135 del
Código General del Proceso 2. Además, puso de presente
que, de configurarse tal nulidad, la proposición lucía tardía
lo cual mostraba “un compromiso de causa o tolerancia de
las peticionarias, respecto del motivo de invalidez que
adujeron, pasividad que despoja también de habilitación
para invocarla”.

Las conclusiones adoptadas son lógicas, de su lectura,


prima facie, no se advierte vía de hecho. El tribunal
accionado justificó las razones por las cuales las
alegaciones invocadas por las interesadas no constituían
causal de invalidez del asunto cuestionado. Además, puso
de presente que, de configurarse la nulidad por indebida
notificación del ministerio público, las promotoras actuaron
en el decurso sin proponerla, de donde se devenía saneada,
de conformidad con el inciso segundo del artículo 135
estatuto procesal vigente.

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“(…) La nulidad por indebida representación o por falta de notificación o emplazamiento solo
podrá ser alegada por la persona afectada (…)”.

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De esta manera, la providencia examinada no se


observa descabellada al punto de permitir la injerencia de
esta justicia. Según lo ha expresado esta Corte, “(…)
independientemente de que se comparta o no la
hermenéutica de los juzgadores atacados, ello no descalifica
su decisión ni la convierte en caprichosa y con entidad
suficiente de configurar vía de hecho (…)”3.

Téngase en cuenta que la sola divergencia conceptual


no puede ser venero para rogar el amparo porque la tutela
no es instrumento para definir cuál planteamiento
hermenéutico en las hipótesis de subsunción legal es el
válido, ni cuál de las inferencias valorativas de los
elementos fácticos es la más acertada o la más correcta
para dar lugar a la intervención del juez constitucional. El
resguardo previsto en la regla 86 es residual y subsidiario.

4. Siguiendo los derroteros de la Convención


Americana de Derechos Humanos 4 y su jurisprudencia, no
se otea vulneración alguna a la preceptiva de la misma ni
tampoco del bloque de constitucionalidad, que ameriten la
injerencia de esta Corte para declarar inconvencional la
actuación refutada.

El convenio citado es aplicable por virtud del canon 9


de la Constitución Nacional, cuando dice:

3
CSJ. Civil. Sentencia de 18 de marzo de 2010, exp. 2010-00367-00; ver en el mismo sentido
el fallo de 18 de diciembre de 2012, exp. 2012-01828-01.
4
Pacto de San José de Costa Rica, firmado el 22 de noviembre de 1969 y aprobado en
Colombia por la Ley 16 de 1972.

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“(…) Las relaciones exteriores del Estado se fundamentan en la


soberanía nacional, en el respeto a la autodeterminación de los
pueblos y en el reconocimiento de los principios del derecho
internacional aceptados por Colombia (…)”.

Complementariamente, el artículo 93 ejúsdem,


contempla:

“(…) Los tratados y convenios internacionales ratificados por el


Congreso, que reconocen los derechos humanos y que prohíben
su limitación en los estados de excepción, prevalecen en el
orden interno”.

“Los derechos y deberes consagrados en esta Carta, se


interpretarán de conformidad con los tratados internacionales
sobre derechos humanos ratificados por Colombia (…)”.

El mandato 27 de la Convención de Viena, sobre el


derecho de los tratados de 19695, debidamente ratificada
por Colombia, según el cual: “(…) Una parte no podrá
invocar las disposiciones de su derecho interno como
justificación del incumplimiento de un tratado (…)”6, impone
su observancia en forma irrestricta, cuando un Estado
parte lo ha suscrito o se ha adherido al mismo.

4.1. Aunque podría argumentarse la viabilidad del


control de convencionalidad sólo en decursos donde se
halla el quebranto de garantías sustanciales o cuando la
normatividad interna es contraria a la internacional sobre
los derechos humanos, se estima trascendente efectuar
dicho seguimiento en todos los asuntos donde se debata la
conculcación de prerrogativas iusfundamentales, así su
protección resulte procedente o no.
5
Suscrita en Viena el 23 de mayo de 1969.
6
Aprobada por Colombia mediante la Ley 32 de 1985.

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Lo aducido porque la enunciada herramienta le


permite a los Estados materializar el deber de garantizar los
derechos humanos en el ámbito doméstico, a través de la
verificación de la conformidad de las normas y prácticas
nacionales, con la Convención Americana de Derechos
Humanos y su jurisprudencia, ejercicio que según la Corte
Interamericana se surte no sólo a petición de parte sino ex
officio7.

No sobra advertir que el régimen convencional en el


derecho local de los países que la han suscrito y aprobado,
no constituye un sistema opcional o de libre aplicación en
los ordenamientos patrios; sino que en estos casos cobra
vigencia plena y obligatoriedad con carácter impositivo para
todos los servidores estatales, debiendo realizar no
solamente un control legal y constitucional, sino también el
convencional; con mayor razón cuando forma parte del
bloque de constitucionalidad sin quedar al arbitrio de las
autoridades su gobierno.

4.2. El aludido control en estos asuntos procura,


además, contribuir judicial y pedagógicamente, tal cual se
le ha ordenado a los Estados denunciados –incluido
Colombia-8, a impartir una formación permanente de

7
Corte IDH. Caso Gudiél Álvarez y otros (“Diario Militar”) contra Guatemala.
Sentencia de noviembre 20 de 2012. Serie C No. 253, párrafo 330.
8
Corte IDH, Caso Vélez Restrepo y familiares Vs. Colombia, Excepción preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 3 de septiembre de 2012. Serie C No.
248, párrs. 259 a 290, criterio reiterado Caso Masacre de Santo Domingo Vs.
Colombia, Excepciones preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
30 de noviembre de 2012. Serie C No. 259, párrs. 295 a 323.

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Derechos Humanos y DIH en todos los niveles jerárquicos


de las Fuerzas Armadas, jueces y fiscales9; así como realizar
cursos de capacitación a funcionarios de la rama ejecutiva y
judicial y campañas informativas públicas en materia de
protección de derechos y garantías 10.

Insistir en la aplicación del citado control y esbozar el


contenido de la Convención Interamericana de Derechos
Humanos en providencias como la presente, le permite no
sólo a las autoridades conocer e interiorizar las obligaciones
contraídas internacionalmente, en relación con el respeto a
los derechos humanos, sino a la ciudadanía informarse en
torno al máximo grado de salvaguarda de sus garantías.

Además, pretende contribuir en la formación de una


comunidad global, incluyente, respetuosa de los
instrumentos internacionales y de la protección de las
prerrogativas fundamentales en el marco del sistema
americano de derechos humanos.

5. Por los anteriores argumentos, se negará el


resguardo reclamado.

9
Corte IDH, Caso de la Masacre de Las Dos Erres Vs. Guatemala, Excepción
Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2009.
Serie C No. 211, párrs. 229 a 274.
10
Corte IDH, Caso Furlan y familiares Vs. Argentina, Excepciones preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2012. Serie C No. 246,
párrs. 278 a 308.

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3. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley,

RESUELVE:

PRIMERO: NEGAR la tutela promovida por Ana Lucía


Gómez Escobar, a nombre propio y como curadora de
Gabriela Mercedes Gómez Escobar, frente a la Sala Civil
Familia Laboral del Tribunal Superior de Distrito Judicial
de Armenia, específicamente respecto al magistrado César
Augusto Guerrero Díaz, y el Juzgado Tercero Civil del
Circuito de la misma ciudad, con ocasión del juicio divisorio
iniciado por Daniel Andrés Cuellar Montes en contra de las
aquí gestoras y otros, con radicado n° 2014-00506-00.

SEGUNDO: Notifíquese lo así decidido, mediante


comunicación telegráfica o mensaje de datos, a todos los
interesados.

TERCERO: Si este fallo no fuere impugnado


remítase el expediente a la Corte Constitucional para su
eventual revisión.

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NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

FRANCISCO TERNERA BARRIOS


Presidente de Sala

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

HILDA GONZÁLEZ NEIRA

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

LUIS ALONSO RICO PUERTA

OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

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