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Revista Española de Sociología (RES) 2019 © Federación Española de Sociología doi:10.22325/fes/res.2019.

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Artículos / Articles

El deporte como arma de distracción masiva / Sport as a weapon of mass


distraction
Jean-Marie Brohm
Universidad de Montpellier III. Francia / France
jm.brohm@orange.fr

Fabien Ollier
Directeur Quel Sport? Editions. Francia / France
fabien.ollier@wanadoo.fr

Recibido / Received: 18/12/2017


Aceptado / Accepted: 04/09/2018

RESUMEN ABSTRACT

El artículo describe, desde la perspectiva de la teoría The article describes, from the perspective of the
crítica del deporte, aspectos sociales de diferentes critical theory of sport, social aspects of different
prácticas deportivas contemporáneas como la ca- contemporary sports practices such as running,
rrera, la marcha o determinados usos del ciclismo. walking or some types of cycling. The article first
Se revisan algunos valores positivos atribuidos al reviews supposed positive values ​​ attributed to
sport, including social integration, ability to relax,
deporte, como son su supuesto carácter integrador,
and opportunities for self-improvement. These es-
pacificador o de superación personal y se critican sential points of view are then analyzed, taking into
estos planteamientos esencialistas ofreciendo una account the commodification of sport, its political
lectura en negativo de la práctica deportiva. Se cri- use and its role as a buffer of criticism and social
tica la mercantilización del deporte, su utilización commitment. The authors overall conclusions shed
política y su papel de amortiguador de la crítica y a negative light on the practice of sports. To illus-
el compromiso social. Para ilustrar las tendencias trate the above trends, the text draws on arguments
anteriores, se utilizan textos de diferentes autores from different authors in the scope of human and
en la órbita de las ciencias humanas y sociales. social sciences.

Palabras clave: deporte, marcha, running, mer- Keywords: sport, walking, running, commodifica-
cantilización. tion.

*Autor para correspondencia / Corresponding author: Fabien Ollier. Quel Sport?, 60 cheminde St. Didier, 07440 Alboussière.
Sugerencia de cita / Suggested citation: Brohm, J. M.., Ollier, F. (2019). El deporte como arma de distracción masiva. Revista Española de Sociología,
28 (3), 429-443.
(Doi: http://dx.doi.org/10.22325/fes/res.2019.09)

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El deporte como arma de distracción masiva

INTRODUCCIÓN El cuerpo deportivo se ha convertido en cuer-


po agotado y extenuado durante el “tiempo libre”;
En la actualidad, mientras que las sociedades un cuerpo “reventado”, “desvanecido”, “muerto”,
globalizadas sufren de lleno los efectos devasta- enganchado a las endorfinas naturales y, eviden-
dores de la crisis estructural del capitalismo (des- temente, incapaz de estimular cualquier tipo de
empleo masivo, precarización del trabajo, cierres y pensamiento crítico. Anestesiado por el esfuerzo
deslocalizaciones, empobrecimiento creciente, ero- deportivo, el cuerpo se convierte en anestésico del
sión de los servicios públicos, inseguridad social, espíritu. Así el tiempo de vida está enteramente
reaparición de las ideologías nacionalistas, popu- consagrado al principio del rendimiento, dedicado
listas y xenófobas), jamás el deporte había vivido a la competición de todos contra todos, ajustado a
unos tiempos tan propicios. En el actual devenir la optimización de resultados a cualquier precio y
caótico y brutal de la vida cotidiana, el deporte se falsamente magnificado por el culto a los super-
presenta, por el contrario, como imagen de un mun- hombres vigoréxicos. El deporte participa así de
do encantado, refugio de las ilusiones perdidas, una cierta infantilización absoluta de la emulación
istmo paradisíaco donde nos encanta disfrutar de generalizada y de su consiguiente antropometría
la “competición saludable” y de las “rivalidades basada en la competición, en la clasificación, en
fraternales”, amparándonos en la libido gregaria la selección y en la discriminación física, algo que
de las multitudes deportivas. Hoy más que nunca, desde un punto de vista político no es absoluta-
el opio deportivo se consume masivamente para ol- mente ni neutro ni anodino. Al contrario, con ello
vidar los problemas cotidianos y encontrar razones se logra poner a cada cual en su sitio con el fin de
para “positivizar” la desastrosa realidad. lograr una jerarquización maniaca que acaba mos-
En el espacio urbano, las instalaciones depor- trando que las mujeres son menos fuertes que los
tivas aumentan y se modernizan más rápidamente hombres, que los viejos corren menos rápido que
que los hospitales, los colegios o las universidades; los jóvenes, que los válidos saltan más alto que los
las revistas deportivas surgen como setas después inválidos, etc. De este modo, este tipo de narrativa
de la lluvia; los parques y bosques se transforman biológica o de mitología de los mejores ha servido
en itinerarios de “training” donde los “circuitos siempre de fundamentación de los regímenes fas-
saludables” y la publicidad deportiva satura com- cistas y de las ideologías racistas. Así, Marine Le
pletamente el espacio social. No deja de aumentar Pen no dudó en felicitar vivamente a Christophe
la oferta de lo que podría llamarse “hiperactividad Lemaître, el primer “sprinter blanco” que corrió los
deportiva”: hordas de adeptos a la “superación 100 m en menos de 10 s. ¡Y, sin embargo, se cuidó
personal” se lanzan sobre el asfalto, las pistas, bien de felicitar al judoka Teddy Riner a pesar de
los polideportivos municipales, corriendo, sudan- haber conseguido por sexta vez el título de cam-
do, jadeando, agotándose voluntariamente en peón del mundo! Recordemos que cuando Lemaître
una búsqueda masoquista de la redención por el —ese analfabeto del tartán considerado como el
esfuerzo. La moda deportiva es hoy la de las carre- más puro representante del “verdadero deportista
ras de “agotamiento físico” —Ultra-trail, Ironman, francés”— pulverizó el récord de Francia (9,98 s.
maratones o triatlones—; la moda de las concen- y, poco después, 9,92 s.) todos los medios de co-
traciones de ciclistas o patinadores que, tanto de municación nacionales —con Le Monde a la cabe-
día como de noche, surcan el asfalto como una za— sucumbieron al racismo ordinario del deporte
larga fila de orugas; la moda de la marcha extre- cuando no dejaron de insistir en el color de la piel
ma en busca de la paz espiritual; la moda de los del sprinter. Sin embargo, a Teddy Riner los perio-
gimnasios modernizados como fábricas high tech, distas no lo han calificado aún como el “primer
con coachs expertos en adelgazamiento y cursos de judoka negro”. Parece que se diese por hecho que
“tai-chi” dirigidos a maximizar la “autoestima”. Lo los negros corren más rápido que los blancos por
esencial es lograr “vaciar la cabeza”, alcanzar una predisposición genética, saltan como los canguros
“desaparición tranquila” (Le Breton, 2013) expri- y están evidentemente dotados de un miembro viril
miéndose físicamente sin cesar. excepcional... la vieja cantinela de la “revancha

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de la raza blanca” se escuchó en aquel momen- producir cyborgs del rendimiento corporal que
to sin que nadie la contradijera. En el deporte, la anticipan las futuras biomercancías de la posthu-
plaga de los prejuicios racistas renace cotidiana- manidad “mejorada” hacia la que nos dirigimos.
mente porque es la única institución que organiza Mientras que los Estados ceden su soberanía a los
mundialmente la discriminación física entre seres mercados, o reembolsan con dinero de los contri-
humanos, entre animales, entre animales y seres buyentes las deudas privadas, convertidas así en
humanos y, pronto quizá, por qué no, entre huma- deudas públicas, o envalentonan a todos los espe-
nos y extraterrestres... culadores que han transformado los mercados fi-
nancieros en un vasto juego de póker, mientras que
esto sucede y la debilidad de lo público aumenta,
LA “PASIÓN TRISTE” DU CORPS SPORTIF1 una elite directiva de la economía mafiosa de ca-
sino que dirige el deporte (especialmente el fútbol
Cuando las sociedades están en crisis o en de- en Europa, el hockey sobre hielo en Norteamérica,
presión, tienden a explotar físicamente a los indivi- el béisbol o el fútbol americano en Estados Unidos
duos y les proponen como modelos de identificación y el cricket en Asia) genera jugosos beneficios per-
el de los deportistas que maltratan su cuerpo con la petuando este modo de producción deportivo en el
única finalidad de llevarlo más allá de sus límites, mundo entero. Aunque algunos militantes, aún no
de excitarlo, a fin de “transcender” por medio de completamente adormecidos por la resignación,
un sufrimiento masoquista. Como muestra Horace siguen denunciando el embrutecimiento masivo
McCoy en su novela ¿Acaso no matan a los caba- de las conciencias por la apropiación deportiva del
llos? —que sirvió de base a la película “Danzad, “tiempo de cerebro disponible”, sin embargo, esto
Danzad, Malditos”—, sus protagonistas Robert Sy- no impide que el deporte siga funcionando como un
berten y Glorie Bettie, desempleados y sin dinero, se opio del pueblo poderosamente regresivo. El depor-
inscriben en un maratón de baile para ganar 1.000 te, se dice a menudo, es bueno para la moral y hace
dólares y danzar hasta la extenuación al ritmo de olvidar las preocupaciones del día a día; el deporte
la infatigable orquesta. En el caso del deporte, la hace soñar, insisten más enérgicamente las mis-
realidad supera la ficción. Jeannie Longo, domi- mas voces... pero también habría que decir que el
nadora del ciclismo femenino durante la década deporte aleja de la política. Simplemente refuerza
de 1990, condecorada con la Legión de Honor, de- la alienación masiva de individuos deportivamente
portista preferida de los franceses, puesta en un despolitizados, en plena “deriva onírica” controla-
pedestal por los medios de comunicación y todas da por los mercaderes de sueños.
las organizaciones políticas, es un ejemplo ilustra- Difundido, en altas dosis y sin parar, por las
tivo de este modelo de agotamiento. Actualmente, empresas de comunicación y las cadenas de tele-
a los cincuenta años, deteriorada por su adicción a visión públicas y privadas, el deporte es hoy uno
las vueltas ciclistas, no ha conocido más que las de los vectores privilegiados de la moda, de la pu-
dietas draconianas, las series repetitivas en los blicidad y del consumo programado. Mientras que
entrenamientos, el manillar como único horizonte los deportistas de renombre son transformados en
y, muy posiblemente, el dopaje. El deporte organi- carteles publicitarios, que muestran las virtudes
za, así, la reproducción de las peores tendencias de productos alimenticios, máquinas de afeitar,
autodestructivas de las sociedades capitalistas champús, zumos de fruta, barras de cereales, ja-
contemporáneas. mones, pollos, trajes, compañías de seguros, ban-
Mientras que la sed insaciable de beneficios cos, poker on-line y, sobre todo, de las marcas de
vampiriza a una humanidad que pierde valor de sus patrocinadores deportivos... mientras que esto
mercado suplantada por la eficacia de las má- ocurre, el deporte se hace a su vez su propia publi-
quinas, las escuderías deportivas se alían estra- cidad: la publicidad en el deporte pasa a conver-
tégicamente con las multinacionales líderes para tirse en publicidad para el deporte. No es extraño
que, en estos últimos años, haya sido la fuente de
1 Sobre la noción de “pasión triste”, véase Spinoza (2011). inspiración favorita para los discursos pomposos y

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las declamaciones inflamadas que tejen la narra- En este sentido, recientemente, los deportes
tiva de la publicidad. En el campo intelectual, mu- llamados tradicionales han sido considerados pa-
chas de las obras publicadas en los últimos veinte sados de moda por toda una generación de defenso-
años glorifican el culto al rendimiento, los valores res de lo novedoso y lo “alternativo”, que anuncian
deportivos, el ideal olímpico, las hazañas y récords la llegada de las “nuevas prácticas deportivas”:
fabulosos, las “pasiones y excitaciones” deporti- deportes extremos, deportes urbanos, deportes
vas, los atletas de leyenda. Si hasta hace poco era de planeo y vuelo, deportes de montaña. Todas
frecuente entre los filósofos hacer el elogio de la estas prácticas han acabado siendo un moderno
virtud, de la sabiduría o del valor, recientemente, El Dorado para los vendedores de equipamientos
un profesor alemán de filosofía, pleno de sentimen- deportivos2. Y no solo para estos, ya que también
talismo germánico, se ha aventurado a escribir, las están aprovechando los nuevos profetas del de-
ajustándose a los tiempos que corren, un “elogio sarrollo personal, del equilibrio psicológico, de la
del deporte” y ha invitado a sus lectores a compar- autorrealización y del retorno a la naturaleza. Tres
tir su “éxtasis” ante la belleza atlética (Gumbrecht, de estas actividades deportivas se han difundido
2006). Hoy, la sociedad capitalista contemporánea, con particular intensidad en el marco de la crisis
incapaz de encontrar una fundamentación axiológi- global del Occidente capitalista: correr, andar y
ca o una justificación ética a su monstruosa carrera pedalear. Todas ellas configuran hoy el escenario
en pos del beneficio, simplemente elabora una serie de un individualismo gregario y de una regresión
de elogios, cargados de ideología, sobre los temas mimética al cuerpo “purificado”, “desintoxicado”,
más diversos y absurdos, cuya función más eviden- limpio de toda la negatividad de la modernidad,
te es neutralizar el pensamiento crítico y favorecer de la civilización occidental, redimido incluso de
un elogio miniaturizado de lo in-esencial, lo acce- la facultad de pensar. En número creciente, sus
sorio, lo insignificante. El elogio tiene una doble adeptos se entregan a estas actividades deporti-
ventaja para el orden establecido: por una parte, vas, dan la espalda a la realidad hostil actual e
fragmenta la vida social en parcelas disociadas, intentan “reencontrar sus cuerpos”, mutilados por
exagerando su importancia e impidiendo, por lo las estructuras alienantes del trabajo repetitivo y
general, la comprensión de los vínculos profundos buscan compartir la misma pasión deportiva devo-
que subyacen entre dichas parcelas instrumenta- radora, encontrar su alma gemela o un amigo con
lizadas por la lógica exagerada del elogio. Por otra los mismos gustos. En poco tiempo, de meros prac-
parte, este se inscribe dentro del pensamiento po- ticantes, pasan a convertirse en propagandistas o
sitivo, afirmativo, “constructivo”, donde hay que “elogiadores” celosos de lo que no dudan en llamar
estar a bien en el mejor de los mundos posibles. un “estilo de vida” y siempre están dispuestos a
El elogio es, por tanto, un ejercicio de aceptación e condenar o excomulgar a aquellos que no se aban-
interiorización de la realidad tal cual es, un apren- donan ciegamente a la comunidad “sana de cuerpo
dizaje de la “resignación” (Marcuse, 1981). Ya que y espíritu”. En la médula de esta viscosa adhesión a
no podemos cambiar el mundo, porque no maqui- estas prácticas para-deportivas o ultra-deportivas,
llarlo, glorificarlo y hacerlo pasar como deseable o hay una ideología del cuerpo apolítico, del cuerpo
benéfico. Henri Lefebvre, en sintonía con la corrien- desideologizado, que, por su propio movimiento, se
te de los situacionistas, remarcó la función de in- convierte en portador de una libertad indiscutible
tegración en el orden existente a que lleva el elogio en una sociedad que, sin embargo, no es libre. El
publicitario y advirtió acertadamente que la publi- repliegue narcisista en el propio cuerpo, entendi-
cidad es la retórica ideológica de la mercancía y, a do como “capital corporal sano” o como “capital
la vez, es el elogio del consumo: consumo de signos
y signos de consumo: “Ella es la que aporta la ‘fe-
licidad’, es decir, la satisfacción en el consumidor. 2 El número incalculable de negocios como Décathlon,
Go Sport o Le Vieux Campeur han creado un tejido de
La publicidad, destinada a suscitar el consumo de tiendas especializadas en la venta de bastones de mar-
bienes, se convierte ella misma en el primero de los cha, mochilas, cantimploras, gorros, y toda la gama de
bienes de consumo” (Lefebvre, 1968: 200). productos para neo-boy scouts de la vida al aire libre.

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bienestar” es resultado directo de la interiorización de corredores de domingo que deambulan echando


de la impotencia política para afrontar colectiva- las tripas. Es necesario haber visto estas masas
mente la realidad social actual. “Como no podemos (Canetti, 1966) compactas de lemmings huma-
cambiar el mundo, cambiemos nuestros cuerpos”. nos corriendo mecánicamente para comprender
Como consecuencia de ello, el cuerpo pasa a con- que esta autoflagelación colectiva que protago-
vertirse, en sí mismo, en la coartada para una nizan es una forma profunda de alienación y de
ideología reaccionaria: “Como podemos cambiar embrutecimiento voluntario: caras demacradas,
nuestros cuerpos, para qué cambiar el mundo”. torsos escuálidos, piernas semi-anoréxicas, mi-
radas perdidas, expectorando, jadeando, con las
pantorrillas acalambradas, las plantas de los pies
LA FIEBRE DE LAS CARRERAS Y LAS NUEVAS destrozadas por las ampollas, el torso chorrean-
EXIGENCIAS CORPORALES do de sudor. Le Nouvel Observateur (30 de agosto
de 2012) dedicó un reportaje a los denominados,
certeramente,“fetichistas del maratón”, allí se re-
La práctica de la carrera a pie —deportivi-
cogieron diversos testimonios de escritores y perso-
zada en mayor o menor grado— se ha convertido
nalidades políticas sobre su “experiencia metafí-
en estos tres últimos decenios en una verdadera
sica” (sic) de la carrera. El escritor japonés Haruki
convulsión. Hiperbólicamente, algunos la han con-
Murakami, autor del libro ¿De qué hablo cuando
siderado como un “cambio civilizatorio”3. En todas
hablo de correr? y fanático del maratón, declara:
las grandes ciudades del mundo, han florecido las
“¿Me preguntas por qué corro? Simplemente corro.
maratones4, las medias maratones y una amplia
Por decirlo de otra manera: corro para alcanzar el
variedad de carreras que han invadido el espacio
vacío”. Lo que parece significar el deseo de pasar
público. En cualquiera de ellas, una multitud de
de la metafísica del vacío al vacío metafísico.
bípedos galopantes se junta cada año para com-
Pascal Lamy, director general de la Organización
petir. Allí se reúnen, entre otros: los profesionales
Mundial de Comercio y asiduo maratoniano, revela
del “long run” —especialmente los corredores
que para él “hay que tener en la estructura psí-
de África Oriental (Etiopía, Kenya)—; los jóvenes
quica una cierta dosis de masoquismo para correr
directivos, que tienen que mantenerse en forma
una maratón” y que “la carrera a pie es mecánica,
para dirigir sus empresas; los fanáticos del as-
muy estúpida. No requiere de ningún talento, nin-
falto, que pasan su tiempo entrenando en medio
gún arte, y no está sujeta a ninguna sorpresa. Si te
de la polución urbana para mejorar sus “cronos”;
entrenas bien y progresas, sufrirás menos cuando
los yuppies deprimidos o desocupados; los adictos
corras la maratón. Ese es el tipo de precisión y rigor
del fitness, al footing, jogging o running; los cin-
que a mí me gusta”. Chantal Jouanno, exministra
cuentones en busca de desintoxicación del tabaco
de Deportes, abunda en este sentido: “Debo admitir
o del alcohol; los estudiantes emprendedores de
que es algo casi patológico. Me puedo levantar a
Ciencias Políticas y, sobre todo, la inmensa cohorte
las seis para correr. Y cuando estoy cansada, no
duermo la siesta, salgo a correr”. En resumen, el
3 Una aproximación a la pretensión intelectual de los apo- disfrute del dolor y el placer del aturdimiento.
logistas del running puede seguirse en el libro de Cham- Y cuando estos ejercicios no colman suficiente-
baz (2013). El autor se jacta de ser un profesor de his-
toria que “ha corrido mucho tras un balón, además de
mente el “dolorismo deportivo”, se multiplican ili-
haber acabado varias maratones, un Tour de Francia, un mitadamente las distancias: los 20 km, los 100 km,
Giro, una Vuelta a España y la travesía Este-Oeste de los los cross militares, escolares y universitarios, los
Estados Unidos”. Chambaz opina que el lector es un co- cross de empresa, las carreras de orientación,
rredor: un sprinter cuando lee poemas y un maratoniano los raids (el Gran Raid o la Diagonal de los locos,
cuando inicia una novela larga. en la Isla de la Reunión), los Trails (el Ultra-Trail
4 Sobre la historia del maratón, consultar la obra de uno
de sus partidarios “convencidos”: Pointu (1979). El au-
del Mont Blanc), los maratones de arena, y otros
tor fue redactor jefe de la revista Miroir de l’athlétisme y desafíos “iniciáticos” u “ordalías”, como las lla-
fan de las carreras a pie. marían los sociólogos post-modernos. El Maratón

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de las Arenas reúne desde 1986 en el desierto del sobre todo, se imitan entre ellos mismos, trotando
Sáhara marroquí a más de 900 participantes. Con- como hamsters ajetreados por las calles, los par-
siste en recorrer 250 km divididos en seis etapas ques, los bosques o las plazas a cualquier hora
por las dunas, los montículos, las mesetas pedre- del día, como si la vida se resumiese en calcular
gosas, los cauces secos, las tormentas de arena y las pulsaciones cardiacas, las distancias recorri-
el calor tórrido (40-50 ºC). Las etapas varían entre das, la longitud del paso o el equilibrio calórico. La
20 km la más corta y 80 km la más larga. En este moda es correr con auriculares en las orejas, gorra
esfuerzo para hipomaníacos del sufrimiento, los ajustada en la cabeza, zapatillas de marca en los
corredores, cargados con una mochila que incluye pies, smartphone en el brazo con GPS y conexión
material para dormir y alimentarse durante siete a Facebook para estar siempre localizados y com-
días, se transforman en clones de la infantería del partir en tiempo real con la comunidad de “ami-
Afrikakorps de Rommel o en una burda imitación de gos” virtuales, pero manteniendo ese semblante
aventureros que regresan del desierto. En cuanto serio característico de los devotos al mens sana
a los organizadores, justifican la carrera mediante in corpore sano y siempre apasionados con el con-
su valor humano y humanitario. El director de la formismo gregario que contiene el mandato de la
prueba, Patrick Bauer, habla de “epopeya huma- publicidad: “muévete”, “haz deporte por tu salud”,
na”, de “burbuja de fraternidad entre los pueblos”. “elimina grasas”, “vigila tu peso”.
La organización proporciona a cada participante Entre tanto, incluso los políticos no desaprove-
entre 10 y 12 litros de agua por etapa. Como ya chan para mostrar su amor al footing delante de las
se hizo antes en el Rally París-Dakar, se trabaja cámaras de televisión. E igual hacen los jubilados
bien esta coartada “humanitaria” para favorecer con barriga, las madres de familia en búsqueda
a las poblaciones locales, aunque ellas no hayan de nuevo look, los sindicalistas modernizados, los
demandado evidentemente esas caravanas de no- directores de recursos humanos, los ex-deportistas
madismo turístico neocolonial poco respetuoso con que tienen que “hacer mantenimiento”, y, en ge-
el medioambiente y bendecidas por el ojo vigilante neral, toda la multitud de practicantes deportivos
de su majestad el rey de Marruecos. que quieren mejorar su rendimiento. Todos ellos es-
También en otros lugares, se multiplican y se cenifican el espectáculo de una comedia humana
endurecen estas pruebas para fanáticos del es- banal donde se corre para olvidar por qué se corre,
fuerzo extremo, como por ejemplo la Vasaloppet víctimas de la engañosa euforia de las endorfinas
en Suecia (90 km de esquí de fondo con más de biológicas e ideológicas: ¡corre y olvídate de todo,
15.000 esquiadores), o los triatlones que com- corre y desestrésate, corre y conoce tu cuerpo, corre
binan la natación, el ciclismo y la carrera sobre y vuelve con más ganas a tu trabajo embrutecedor!
cuatro distancias variables: el “sprint” (750 m de Algunos profesores universitarios, que ya pei-
natación, 20 km de ciclismo y 5 km de carrera a nan canas, cargan las tintas para justificar su
pie); la “corta distancia” (1.500 m de natación, nueva obsesión. Así lo hace Guillaume Le Blanc,
40 km de ciclismo y 10 km de carrera); la media maratoniano y profesor de Filosofía en la Univer-
distancia (3.000 m de natación, 80 km de ciclis- sidad Michel de Montaigne Burdeos 3, autor de
mo y 20 km de carrera a pie). La larga distancia Courir: meditations physiques. En este elogio nar-
(¡4.000 metros de natación, 120 km de ciclismo cisista del corredor-filósofo, Le Blanc “reivindica
y 30 km de carrera!) Los triatlones están eviden- un modo de pensar a 12 km por hora” y encadena
temente bajo la organización de las federaciones los tópicos más superficiales tan aprisa como las
nacionales y la Federación Internacional de Triat- zancadas de Emil Zatopek. Entre otras pedanterías,
lón (International Triathlon Union) y dan lugar a Le Blanc declara que al correr formulamos “tests
campeonatos mundiales y pruebas en los juegos de metafísica”: ponemos a prueba nuestra libertad
olímpicos. ante el dilema permanente que plantea la carrera:
Por una especie de mimetismo animal, los “seguir corriendo o parar”. Dilema shakesperiano,
joggers y runners imitan (Tarde, 1993) los “mo- en efecto... Le Blanc —que admite que la fortaleza
delos” de resistencia y “superación de límites” y, mental del corredor “se trastorna al cabo de unos

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cuantos kilómetros, cuando pensar ya no es posible impulsado por un alma vivaz”. Esta es la singular
por culpa de la debilidad del cuerpo”—se pregun- lección de física que reduce el cuerpo a un depósito
ta, muy seriamente, si el filósofo Henri Bergson fue bípedo de glucosa (Klein, 2012).
jogger—: “Sin duda fue el primer jogger filósofo,
afirma, ya que supo correr a través de los diferen-
tes estados de la movilidad y ganarse sus galones LA MARCHA, ENTRE EL DEPORTE Y LA IDEOLOGÍA
como filósofo maratoniano”. Ante tal nivel de me- DE LA LIBERTAD
táfora colorista, no se puede por menos que reco-
mendar a Le Blanc que no filosofe mientras corre. Por su parte, otra práctica deportiva, la mar-
Pero su adicción es más fuerte que cualquier otra cha, más o menos deportivizada (no el simple
cosa: “Ser adicto (al cuerpo corredor) es descubrir- paseo, la excursión o el caminar), ha conocido
se vivo, irreductiblemente vivo”. Correr es, además, igualmente en los últimos años un crecimiento
un modo de descubrir el amor en todas sus formas: sin precedentes. Como las interminables colonias
amor propio, por parejas o en grupo, pues según de hormigas que colonizan las cepas de los árbo-
él: “¿Qué es correr con más gente sino una manera les, los marchadores se lanzan a la ruta movidos
de hacer el amor?” se pregunta con embeleso. Más por una obsesión secreta: hacer marcha es bueno
aún, la carrera disuelve las dicotomías de género: para la salud y para la moral. Y hay que hacerlo el
ni hombre ni mujer, el “sexo de la carrera” reside mayor tiempo posible, al mayor ritmo posible y lle-
en un “devenir transgénero de la manada”. O, para gando lo más lejos posible conforme a la lógica tí-
acabar estos argumentos, cuando Le Blanc conclu- picamente deportiva del desafío y de la superación
ye simplemente afirmando que correr es: “la pasión de los propios límites. Las diferentes variantes de
de la simpleza”, donde reside una “intensidad vital caminatas pedestres (se estima en 15 millones
sin igual (sic)” en la que el corredor busca crear los franceses que practican la marcha) incluyen
para sí su “pequeño mundo, estrecho, incluso, es- la marcha nórdica (nordic walking), el trekking o
caso” (Le Blanc, 2012: 25, 69, 24, 74, 77, 145, 159 las marchas de peregrinaje (a Chartres o a San-
y 198). tiago de Compostela) (Rufin, 2013)5. La marcha es
Étienne Klein, el excelente físico y filósofo de una actividad que convoca a grupos de afines, a
la ciencia, ha sucumbido también a la moda de la masas de peregrinos, muchedumbres solitarias,
filo-realidad exhibicionista al relatar a sus lectores escuadrones de resistencia física y otros adep-
de Philosophie Magazine sus sensaciones físicas y tos “cautivados” por estilos de vida alternativos
mentales tras participar en el Ultra-Trail del Mont “zen”, “eco”, “New Age”. Además de todas estas
Blanc (168 km y 9.600 m de desnivel). Klein acude modalidades, se inventan regularmente nuevas
a Spinoza y Deleuze para justificar, un tanto forza- formas de marcha, como por ejemplo el “Masaï
damente, esta forma extrema de compromiso físico Walking”, que se inspira en los guerreros masaï
en virtud del hecho de que “nadie sabe hasta dónde que caminan descalzos sobre la arena y que se
puede llegar su cuerpo”. Descartes es también ci- recomienda practicar en las playas. Igualmente,
tado por Klein para justificar que “exponer el cuer- encontramos la marcha versión “chi”, establecida
po a la práctica del ultra-fondo permite ignorar los según los principios del “qi gong” o la “marcha
mensajes de dolor que manda el cuerpo histérico afgana”, que supuestamente sincroniza la marcha
y puede uno mostrarse durante más tiempo ajeno con la respiración. Todos estos tipos de marcha
a estas lamentaciones. Esto no es masoquismo, han sido ensalzados por diferentes gurús y coachs
prosigue Klein, sino una postura estética (¿o quizá que ofertan sus manuales en las librerías y cobran
ética?): se trata, en todo caso, de mantener la apa- convenientemente por sus servicios.
riencia de uno mismo tal y como uno se imagina
a sí mismo”. Según Klein, aceptando lo anterior,
5 Véase la crónica del viaje de Jean-Christophe Rufin
el cuerpo puede prolongar su aguante trotando, (2013). En el libro, el académico describe minuciosa-
siempre que uno esté “calzado con unas buenas mente su aprendizaje “del vacío que conduce a la pleni-
zapatillas, lleno de azúcares de absorción lenta e tud” en un estilo cercano a la Guide du Routard.

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El deporte como arma de distracción masiva

La variedad de formas de marcha es inacaba- al “move montañero” no duda en presentarnos la


ble: sobre el asfalto, en los senderos forestales, en marcha como una “filosofía”. Y aunque no llega
los caminos de Grandes Rutas (GR), en los circui- tan lejos como para afirmar que practicar la mar-
tos de fitness balizados. Hay que resaltar que los cha es filosofar, se acerca mucho. Gros, profesor
grupos de walkers comparten la misma filosofía de la Universidad París-Est Creteil, convoca en su
que los corredores extremos del Ultra-Trail, todos libro a diferentes pensadores proclives a “gastar
se presentan como batallones ejemplarizantes de suela” y se entrega a la doxa del walking, no sin
la salud y de la vida sana y se organizan en fe- talento, de la mano de escritores y filósofos que le
deraciones (como la Federación Francesa de nordic acompañan en su periplo pedestre (Gros, 2011). Lo
walking). Estas prácticas, con un origen “alterna- más sorprendente de sus opiniones, tratándose de
tivo”, se institucionalizan muy rápidamente y son un filósofo, es su elogio al tipo de beneficios que
absorbidas por el mercado. En esta línea, es muy supuestamente aporta la práctica de la marcha:
sintomático el coming out de numerosos profesores “Sirve para aliviar la carga de las penas y olvidar
universitarios que confiesan —a veces con candi- por un tiempo tus problemas. Te permite dejar de
dez y otras con orgullo— su entusiasmo hacia esta llevar a cuestas la presión de la oficina: salir, pa-
pasión marchadora que supuestamente nos hace sear, pensar en otra cosa. Con una caminata larga
libres y virtuosos. Al mismo tiempo que esta manía de varios días, se acentúa el proceso de ausentarse
deambulatoria se va propagando entre la pequeña de todo, escapamos de las restricciones del traba-
burguesía urbana, asistimos a la eclosión de toda jo, nos liberamos de la camisa de fuerza de nues-
una serie de “elogios” sobre la marcha que encajan tras costumbres [...]. En la marcha, la libertad se
a la perfección con los elogios que hemos visto en concreta en un bocado de pan, un trago de agua
páginas anteriores sobre el cuerpo, sus “prácticas” fresca, un paisaje abierto” (Gros, 2011b: 11). Esta
y sus “espacios”6. El antropólogo David Le Breton, filosofía del dejarse ir, del alejarse, del desapego
por ejemplo, nos recuerda que los paleo-antropólo- e incluso de la renuncia —tan propia de la pers-
gos defienden que la hominización de nuestros an- pectiva de la filosofía hindú—, resulta algo paté-
cestros primates se debió a la verticalización, que ticamente mistificador, un espejismo en el que solo
permitió la marcha bípeda y favoreció la liberación en apariencia podemos “sentirnos libres y sentir
de la mano y de la visión. Sobre estas sólidas ba- que nuestra realidad, un tanto infernal —nombre,
ses, Le Breton se aventura en una exaltación muy edad, profesión, carrera—, se torna en algo total y
postmoderna o maffesoliana del “júbilo sensorial” absolutamente insignificante, minúsculo, ficticio”
de la marcha; de cómo “propicia el desarrollo de (ibid., p. 19). El deseo de este filosofo andarín, que
una filosofía elemental de la existencia” favorable propone “regresar a nuestros gozos más simples”,
al silencio, a la suspensión del tiempo, a la sereni- que ensalza la aspiración a escapar “de la idea
dad, a la paz, a la belleza. Dado que es un “placer misma de identidad, de la tentación de ser alguien,
sencillo y poco costoso”, la marcha, como otras ins- de tener un nombre y una historia”, que encumbra
tituciones de diversión, de evasión, de distracción, la fantasía de “no ser persona, porque el cuerpo
permite a los individuos “la plenitud que parece que hace marcha no tiene historia” (ibid., pp. 15-
cada vez más difícil de lograr en las sociedades 17), estos deseos no son sino una huida de la rea-
modernas” (Le Breton, 2000). Le Breton insiste en lidad, una invitación a no pensar. Cuando nuestro
el elogio de la lentitud y la felicidad tranquila del trotamundos acaba la marcha, y no le queda más
paseante convencido de que la felicidad se encuen- remedio que volver al redil, entonces ha de ocupar-
tra en el prado o en Katmandú (Le Breton, 2017). se de su carrera, de su promoción profesional, de
Otro profesor universitario, Frédéric Gros, lidiar con los conflictos de la oficina, de gestionar
también propenso al viaje “mood existencial” y como pueda su edad y su sexualidad, de pagar
alquiler e impuestos, de ocuparse del colegio de
6 Véanse las sustanciosas elucubraciones de Bernard
sus hijos o de pasar la pensión alimenticia a su
Andrieu (2011), que se denomina a sí mismo “epistemó- ex-esposa. Esta filosofía de agua de rosas de los
logo del cuerpo” (sic). partidarios del decrecimiento del pensamiento,

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El deporte como arma de distracción masiva

esta poética autodidacta de la marcha, que ve en mismo grado de convicción ideológica que los ve-
ella una experiencia para sentirse libre, relajado, getarianos comen sus pequeños granos de cereales
solitario y soñador, corresponde más bien al estilo en el desayuno. Por un efecto boomerang, o como
de vida pretendidamente ecologista de una gene- nueva moda urbana, las grandes ciudades tienden
ración actual de profesionales altamente cualifi- hoy en día a promover la bicicleta como medio de
cados, descendientes de los yuppies, que sueñan desplazamiento alternativo y solución “ecológica”
con soltar amarras, abrir camino y exiliarse en la a la contaminación y a la huella de carbono. En
profundidad del bosque o en un lago aislado, su- Francia, con cierto retraso respecto a los países de
mergiéndose en la eternidad de la naturaleza, todo Europa del Norte y Alemania, se han instalado esta-
ello sin perjuicio de poder regresar a su loft parisi- ciones de bicicletas públicas en muchas ciudades,
no o a su chalé de fin de semana en los Pirineos. principalmente en París y su corona metropolitana,
Frente a estos, al menos algunos de los viejos se- donde abundan las “Vélib”, instrumento de pro-
sentayochistas, refugiados en el campo para criar paganda ideológica del ayuntamiento socialista.
cabras y disfrutar la vida sana, tienen el mérito de Mientras que los transportes públicos en la región
haber participado en las protestas con estudiantes parisina (metro, bus, RER) sufren hoy en día un
y obreros en el Mayo 68. Cuando marchaban sobre deficiente mantenimiento, y una creciente sucie-
los adoquines de París era para enfrentarse a la dad, inseguridad y alto coste, los partidarios de la
policía y no, como ocurre hoy, para “dar un paseo”. “ciclo-revolución urbana” organizan pseudo-solu-
Aquel “rechazo de una civilización alienante, con- ciones para reemplazarlos. Pero ¿quién puede creer
taminada y sórdida” no tenía nada que ver con la por un instante que los cientos de miles de asala-
actual pose ventajista de los estetas de la marcha7, riados cuyos desplazamientos al trabajo llegan a
sino más bien con un compromiso político real. Los superar las dos horas en transporte público puedan
tiempos han cambiado, en efecto. encontrar una solución en la “Velib”?, ¿quién puede
creer que las personas mayores, los minusválidos o
los más débiles serán capaces de poder usar esos
LA BICICLETA COMO ESTILO DE VIDA DEPORTIVO ingenios pesados, incómodos y peligrosos?, por no
hablar del mal tiempo y el hielo. Se tiene que tener
La última de las prácticas, junto a la carrera el espíritu austero de un socialista o de un ecolo-
y la marcha, de esta triunfante trilogía de “recu- gista sectario para imaginar que la solución a los
peración del cuerpo”, es la bicicleta o el arte de problemas colectivos puede conseguirse mediante
pedalear. Sobre este tema también nos encontra- soluciones individuales. La cuestión no consiste en
mos con un rush creciente de edificantes publica- poner bicicletas a disposición del público, sino en
ciones que consideran que la bicicleta forma parte favorecer la calidad y la fiabilidad del transporte en
del estilo de vida del futuro8: el trasero pegado al común. Ya en la década de 1970, el grupo trostkista
sillín de la felicidad; las zapatillas sujetas sobre “Lucha Obrera” inventó un slogan muy elocuente:
los pedales de la “libertad”, la nariz sumergida “No se nos transporta, somos conducidos...”. Hoy
en el manillar, los adeptos del pedaleo disfrutan en día, seguimos siendo conducidos sin que se nos
cabalgando sobre su montura mecánica con el transporte y se intenta imponer, por razones ideoló-
gicas, un modo de desplazamiento normalizado en
7 Entre los numerosos opúsculos consagrados a la mar-
el espacio urbano. Por añadidura, aunque los ser-
cha, que desarrollan un enfoque ideológico similar, pue- vicios del Ayuntamiento de París procuran cuidado-
den consultarse: Christophe Lamoure (2007); Barozzi samente minimizar los riesgos de este dispositivo
(2008); Solnit (2004); Paccalet (2000); Fisset (2010); ciclista, especialmente concebido para los jóvenes
Thomas (2010). favorecidos del centro de París, los accidentes gra-
8 Véanse principalmente Frederic Vitoux (2007); Fottorino ves son una tendencia en alza. También entre los
(2007); Deprez (2007); Bertho-Lavenir (2011); Tronchet
(2000) —todo un programa que parte de la idea de que
peatones, víctimas de colisiones con las bicicletas
la bici es “un instrumento liberador del pensamien- que no respetan el sentido de la vía o usan la ace-
to”—. ra como carril-bici. Es difícil armonizar modos de

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El deporte como arma de distracción masiva

transporte urbanos incompatibles entre sí. Pese a de montaña que se trabajan salvajemente los sen-
ello, los ideólogos del pedaleo continúan imponien- deros pretendiendo defender el medio ambiente, o
do su visión dogmática de la “bicicletización” del los docentes cicloturistas adictos a las compras al
mundo (Auge, 2010). Así el antropólogo Marc Augé por mayor, o los pedaleadores de la tercera edad12,
—que no tiene miedo al ridículo cuando proclama o los ciclo-campistas nómadas que, como los cara-
en su libro que el “ciclismo es un humanismo” coles, llevan su pequeña cabaña sobre la espalda
(ibid., p. 91)—, se recrea escribiendo largo y ten- o los enamorados del tándem, o los pelotones de
dido sobre sus recuerdos de adolescencia y su mi- ciclistas amateurs, equipados como los esforzados
tología personal ciclista9, en particular del Tour de de la ruta, que escalan los puertos a pleno sol; o
Francia. Idealizando el paraíso perdido del ciclismo las tropas de ciclo-revolucionarios de buena fami-
de antaño, Augé deplora la actual generalización lia que desfilan en grupos numerosos ciertas tar-
del dopaje en el ciclismo como una “perversión del des por París, muchas veces acompañados por sus
heroísmo deportivo” que “transforma a los corre- hermanos los patinadores, para proclamar que una
dores en instrumentos pasivos de estrategias co- nueva era está llegando...
merciales” (ibid., p. 47). Recordando con nostalgia
los grandes nombres del pasado (Coppi, Bartali,
Bobet, Geminiani, Darrigade, Magni, Anquetil...) EL DEPORTE COMO NUEVO TÓPICO:
Augé no solo mistifica la “libertad” que supuesta- OBSERVACIONES CONCLUSIVAS Y CUESTIONES
mente trae la bicicleta, “gracias a que permite el ABIERTAS
descubrimiento de uno mismo y de los otros”, sino
que también idealiza el mito del Tour de Francia10: Para muchos de nuestros contemporáneos, el
“Es natural pensar en la Ilíada o la Odisea cuando deporte se ha convertido en el símbolo de la “actitud
se rememora el Tour de France —apunta Augé ro- positiva”, el conjuro mágico del desarrollo personal
zando la levitación— pero más en la Ilíada ya que y la vida plena, una diversión apacible fuera de toda
son los combates cotidianos de los héroes los que sospecha, un “bien común”. Burbuja de emociones
atraen muestra atención” (ibid., p. 24). puras para algunos, pasión universal apolítica para
Hoy en día, la épica de la bicicleta se prolonga otros, sueño real a tamaño natural para evadirse
a través de otros mitos como dar la vuelta al mun- de lo ordinario y desestresarse, el deporte es tam-
do11, explorar “libremente” la naturaleza, aventu- bién considerado como refugio de valores positivos
rarse en la carretera o recuperar el espíritu de con- indiscutibles y el esperanto del progreso humano.
vivencia de los peregrinos —que han encontrado, Tanto los espectadores como los propios deportistas
como hemos visto, trovadores dispuestos a hacerles lo consideran como un entretenimiento respetable,
su panegírico—. En el mundo de la bicicleta, nos tan imprescindible para su bienestar personal co-
encontramos también con el grupo de fervientes y tidiano como lo es para la solidaridad, la unidad y
celosos adeptos como los empedernidos ciclistas la cohesión social. Una vida sin deporte, sin “mo-
vimiento deportivo” que pueda mantener ocupada
9  Ibid., p. 9. “No puede hacerse un elogio de la bicicleta
a la juventud, divertir a los trabajadores, volver di-
sin hablar de uno mismo. La bicicleta forma parte de la
historia personal de cada uno de nosotros”. Augé, como
otros tantos “elogiadores”, cautivo en su narcisismo au- 12 “La bicicleta es también componente de la vida social
tobiográfico se transforma en etnólogo de sí mismo; mi de la tercera edad en las provincias francesas. La
primer pedaleo, mis primeras emociones (la exaltación camaradería de los viejos tiempos entre jubilados es
de la cuesta abajo sin frenar), mis primeras escapadas algo amable y heroico (sic) pues se proclama contra el
gracias a la “autonomía velocipédica” (p. 30), “mi cuer- envejecimiento y la muerte. Es una ocasión para la so-
po a cuerpo conmigo mismo”. lidaridad entre las generaciones y los grupos de ciclis-
10 Sobre el Tour de Francia hay numerosas obras que glo- tas de ambos sexos, de modo que los de menor edad
rifican el mito y sus leyendas. Véanse principalmente: pueden servir de mentores discretos, sin que estos ha-
Blodin (2001); Olivier (2006); Londres (2008); Lapeyré- gan sentir a los compañeros mayores su superioridad
re (2006). muscular” (Augé, 2010: 44)... la etnología deviene así
11 Véase, por ejemplo, Poussin y Tesson (1996). discurso caritativo...

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El deporte como arma de distracción masiva

námica a la tercera edad, beneficiar a los discapa- definitiva “mucho más que deporte” —el Tour de
citados, dar moral a los desempleados, relanzar la Francia, “mucho más” que el dopaje: “Una pasión
economía, unir a todas las clases sociales resulta por el paisaje”—15. Los Juegos Olímpicos, “mu-
hoy tan imposible como un mundo sin petróleo. Un cho más” que pueblos endeudados y trabajadores
consenso indestructible, transpolítico, transgénero, esclavizados: la magia de los récords16. El fútbol,
transgeneracional, más allá de las clases sociales, “mucho más” que una máquina de hacer dinero:
ha surgido en estas últimas décadas de forma pau- el arte de los goles acrobáticos17. El balonmano
latina para difundir por medio de los aparatos de “mucho más” que apuestas trucadas: un “medio
Estado y las redes de la industria cultural la idea de educación para los jóvenes”18, por usar este
de que el deporte está al servicio del ser humano, eslogan hueco ampliamente utilizado por quienes
de su salud, de su integridad psíquica, su alegría,
su ocio creativo, su sociabilidad, su disciplina y su días, más de un millón de personas se manifestaron en
moralidad. Estas ideas se mantenían ya desde los las grandes ciudades de Brasil para protestar contra
años sesenta y unían a autores gaullistas (como el alza del coste de la vida ocasionado por el derroche
de dinero público y por la corrupción masiva ligada a
Maurice Herzog), petainistas (como Jean Borotra) o
la preparación de los Juegos Olímpicos de 2016 y al
socialistas (como Joffre Dumazedier). Mundial de fútbol en 2014.
Este espíritu mancomunador de ideologías de 15 Como tantos otros intelectuales convertidos en fervien-
la “commission de la doctrine” se ha implantado tes apasionados del deporte, Gilles Fumey, profesor de
como el estribillo de los anuncios publicitarios en Geografía en la Sorbona, se une al grupo de profesio-
el campo de las ideas preconcebidas: “El deporte nales de la cortina de humo a base de trivialidades.
Explica que el Tour de Francia “es una lección de geo-
es, en verdad, un lenguaje pacífico y universal que
grafía [...] una pasión paisajística. Un viaje que trans-
debe permitir al hombre la mesura, el autoconoci- curre en el dormitorio, donde los franceses se plantan
miento y el respeto más allá de razas e ideologías. delante del televisor y se deleitan con esos momentos
Su vocación internacional es promover la amistad de geografía en las tardes de julio. Ciertamente, una
entre los pueblos y favorecer la paz en el mundo” parte de entre ellos ha desaprobado los vínculos in-
(Haut-Comité des Sports, 1966)13. No queda lugar cestuosos entre dinero y deporte que han conducido al
dopaje. Sin embargo, globalmente, la fiesta permane-
a dudas, el deporte lleva la libertad a los hombres
ce. Los franceses se divierten en julio y se aburren en
del mundo entero, “los une sin enfrentarlos y les agosto [...]. Una Francia sin Tour no sería Francia [sic]”
hace compartir las mismas emociones”, todos los (Fumey, 2013: 10-11).
pueblos quedan fusionados a su vez por la digni- 16 Véase Andreff y Nys (2002), entre otros muchos econo-
dad de ganar. Como el presidente de la FIFA, Sepp mistas del deporte que fingen descubrir la desregula-
Blatter, declaró: “Incluso en periodos de grave ción de los mercados deportivos o el esclavismo de los
trabajadores, pero no lo estudian seriamente animados
crisis social, el fútbol es más fuerte que la insa-
por la pasión y el espectáculo deportivo que estos pro-
tisfacción de la gente” y “los problemas sociales porcionan.
dan una tregua para dejar sitio a un acontecimien- 17  Sobre este tema, véase el reportaje de France 2, Cash
to deportivo extraordinario”14. El deporte sería, en investigation. Football Business: enquête sur une
omerta, que fue difundido el 11 de septiembre de 2013.
Este reportaje prueba lo que la Teoría Crítica del depor-
13 Documento elaborado por diversos expertos de derecha te viene explicando los últimos cuarenta años: el fútbol
(Coronel Crespin), de izquierda (Joffre Dumazedier), es una formidable maquinaria financiera dentro del
sociólogos (Michel Bouet) y una variedad de periodis- capitalismo, donde inversores sin escrúpulos, patroci-
tas deportivos (Jacques Goddet, Raymond Marcillac). nadores rapaces, agentes corruptos, mafias locales y
La “commission de la doctrine” fue presidida por Jean federaciones cómplices tratan a los jugadores, incluso
Borotra, comisario general de Educación y Deportes niños de seis o siete años, como vulgares mercancías
entre julio de 1940 y abril de 1942 en los gobiernos del rentables.
régimen de Petain. Un sublime palmarés deportivo... 18 A pesar de que algunos jugadores de la selección fran-
14 Declaraciones de Sepp Blatter (ex presidente de la cesa de balonmano han sido encausados por apues-
Federación Internacional de Fútbol) realizadas en julio tas ilegales (Nikola Karabatic y Samuel Honrubia), su
de 2013 durante la Copa de Confederaciones ganada entrenador, Claude Onesta, y otros políticos, incluidos
por la selección brasileña de fútbol. En esos mismos algunos de izquierda, estiman que los “Experts”, tal y

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El deporte como arma de distracción masiva

niegan estas oscuras realidades del deporte y le mágica” de Lance Amstrong): “Estamos en un
atribuyen una supuesta importancia trascenden- mundo de competición, es un hecho. Nadie puede
tal. Esta cínica afirmación de una importancia rechazar esta competición. No hay elección. Ni para
trascendental del deporte, de su irrebatible “buen mi país, Francia, ni para ningún otro. No hay que
sentido popular”, desmiente todos los horrores de- luchar contra la competición, simplemente hay
portivos mencionados anteriormente y los tacha de que controlarla. Así pues, el deporte nos muestra
propaganda deformada de algunas ideologías que el camino (sic), la competición es una invitación a
odian los valores intrínsecos del deporte. François superarse y un motor de progreso siempre que se
Hollande desea que los franceses crean firmemen- tengan unas reglas de juego claras que garanticen
te en este tipo de fábula: “El deporte, afirma con su equidad”20... como lo fue la financiación de la
énfasis, atesora tres virtudes principales para una campaña electoral de su partido UMP, clara como
sociedad: primero, permite la cohesión social. Co- el agua. O como lo fue el control de dopaje de las
hesión entre personas que no se conocían previa- “pociones mágicas” de Lance Armstrong21 que tan-
mente a cualquier encuentro sobre una cancha o un to trivializó Sarkozy.
estadio. Cohesión entre territorios. Cohesión entre El éxito de la propaganda deportiva —propa-
grupos sociales. Cohesión entre colectivos que po- ganda permanente de integración y de consenti-
drían tener intereses diferentes. El deporte une y da miento—22 es total: el deporte se convierte en una
a la juventud esperanza y posibilidades de realizar- especie de patrimonio mundial de la humanidad
se. Hablar de deporte es hablar de los jóvenes y de que ha de ser venerado y protegido de cualquier
la confianza que la sociedad tiene puesta en ellos. daño con todas nuestras energías. La Unesco y sus
El deporte aumenta la calidad de vida, la salud, el afamados embajadores deportistas (Pelé, Bubka,
conocimiento de uno mismo, la plenitud corporal, Douillet, Schumacher, etc., todos acostumbrados
la realización personal. Todo ello al servicio de la a vender su talento al mejor postor...) han hecho a
dignidad colectiva” (Hollande, 2012). menudo del deporte un elemento para “construir
El deporte produciría como por arte de magia la paz en el espíritu de los hombres y de las mu-
el milagro del “vivir juntos” y de la “autoestima”. jeres”. El geo-estratega mediático Pascal Bonifa-
De modo que a la pregunta “¿cuál es el aconteci- ce, embajador extra oficial de la FIFA, del Comité
miento que hace vibrar con la misma intensidad Olímpico Internacional (COI) y del Comité National
a un colegial catarí, a un estudiante chino, a un
joven africano y a uno europeo?”, una abrumado- 20 AFP, 11 de diciembre de 2012.
ra mayoría respondería, con independencia de las 21 Lance Armstrong, culpable confeso de haber organiza-
diferencias ideológicas, como hizo Nicolás Sarkozy: do un sistema mafioso de dopaje durante prácticamen-
te toda su carrera, se habría beneficiado de la compli-
“Es el deporte”19.
cidad y la condescendencia de algunos altos cargos
Aunque desde esta otra perspectiva sarko- políticos y de los mandatarios del mundo del ciclismo
zysta, para gozar intensamente del deporte haría durante aquellos años. Entre los nombres citados por
falta convertirse previamente en creyente de la Le Nouvel Observateur en un reportaje de investigación
vieja mística de la lucha de todos contra todos o se encuentra el de Nicolas Sarkozy, quien decidió ce-
de la ontología política de la agresividad natural sar en 2010 a Pierre Bordry, antiguo jefe de la Agencia
y del triunfo del más fuerte. Así, sería más sencillo francesa de lucha contra el dopaje (AFLD), favorecien-
do una petición expresa de Armstrong. Bordry habría
compartir con el ex-jogger del Palacio del Elíseo la comunicado a Sarkozy sus sospechas sobre Armstrong
idea de que (dicho sea de paso, fan de la “poción en una reunión en el Palacio del Elíseo en octubre de
2009. El presidente de la República le habría replica-
do: “Incluso Astérix tomaba la poción mágica”. Véase
como es llamada la selección en la prensa deportiva, Cabarrus (2012).
dan una “imagen educativa” del deporte de alto nivel. 22 Sobre la distinción importante entre propaganda de
19 Este fue el contenido principal del discurso de Nicolas agitación y propaganda de integración, véase Ellul
Sarkozy en el Doha Goals, un foro internacional sobre (2008). La propaganda de integración persigue la ad-
los retos económicos del deporte, organizado por el em- hesión total del ser a los dogmas y comportamientos de
presario y hombre de negocios Richard Attias. la sociedad (deportivizada).

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Olympique et Sportif Français (CNOSF)23, legitima mágicas” (Bourdieu) y sus “satisfacciones imagi-
con mucha frecuencia este programa mistificador, narias comunes” (Fromm, 1975: 27). Boniface lo
pretendiendo que la institución olímpica “es una pregona, además, alto y fuerte: “Asumo plenamen-
organización no gubernamental sin ánimo de lucro, te la regresión a la infancia que me invade al ini-
o una ONG, al igual que Amnistía Internacional o cio de la competición (Copa del Mundo de fútbol).
Médicos sin fronteras” (Boniface, 2012: 19). Aho- De pronto me siento con el estado de ánimo de un
ra bien, considerar que el COI y sus multimillona- niño de diez años y me siento muy feliz” (Boniface,
rios socios comerciales son organismos sin ánimo 2013: 14).
de lucro es como comparar a Total, Shell, Areva, Todos estos procedimientos, utilizados con ma-
Monsanto, y otras multinacionales predadoras, yor o menor conciencia por los ideólogos del deporte,
con una obra de caridad. Igualmente, equiparar se acoplan para dar forma final a un principio de
Amnistía Internacional con el COI —cuyos presi- unificación, una ideología de base capaz de movili-
dentes (Brundage, conocido reaccionario, Sama- zar a las masas bajo un mismo espíritu comunitario.
ranch, franquista probado) no dudaron nunca en ¿Quiénes son los artesanos de esta mistificación
colaborar con los regímenes totalitarios fascistas integradora? ¿Quiénes son los “perros de guardia”
o estalinistas—, es un insulto a las asociaciones (Nizan, 1998)24, los criados o los “cortesanos”25?
de defensa de los derechos humanos. Pero Bonifa- ¿Qué ideologías mantienen, qué visión del mun-
ce no se detiene ante nada para sacralizar el en- do, qué imaginario social? ¿Qué efectos causan
frentamiento deportivo que él ha calificado como sus opiniones sedantes, repetidas ad nauseam,
“pacífico y simbólico” (ibid., p. 28), esto a pesar sobre la realidad objetiva del deporte contempo-
de las oleadas de violencia habitual dentro o en los ráneo? ¿Cómo vehiculan la jerga cómplice26 en el
alrededores de los estadios. Aún lleva más lejos seno del Leviatán de las mayorías silenciosas —o
la confusión cuando mantiene que “el COI es un ruidosas— de la exaltación deportiva? Este es el
aliado de la ONU porque, sin pretender sustituirla objetivo que hemos perseguido en nuestra inves-
en sus funciones, logra, por ejemplo, que coexistan tigación: analizar la ideología deportiva a partir de
China y Taiwan o Israel y Palestina, algo que no lo- los textos de los numerosos adeptos al opio deporti-
gra hacer la propia ONU” (Dher, 2012). vo, oficiantes de un pensamiento dominante prêt a
Este tipo de argumento infantil, que mezcla porter en el ámbito del deporte. Como Marx y Engels
todo, repite devotamente la propaganda fabricada (1974) lo entendieron, el pensamiento dominante
por las burocracias deportivas sin tener en cuenta no es otra cosa que la expresión ideológica de las
las guerras deportivas reales y se convierte, de esa relaciones materiales dominantes, son dichas re-
forma, en el “complemento solemne de justifica- laciones, expresadas en forma de ideas, las que
ción” (Marx), la mejor cobertura ideológica para la convierten a una clase en dominante; dicho de otra
mundialización frenética de la religión del deporte- manera, son las ideas de su dominación. Las per-
espectáculo de competición con sus “comuniones sonas a las que aludimos en nuestra crítica no nos
interesan de manera individual, sino porque repre-

23 Véase el diálogo complaciente que Boniface realiza


con el presidente del Comité Olímpico Internacional y 24 “Es hora de decir que hay una filosofía de los opreso-
deportivo francés, Denis Masseglia (Boniface y Masse- res y una filosofía de los oprimidos, no tienen ningún
glia, 2013). Masseglia burócrata acostumbrado a los parecido real, aunque las llamemos filosofía a ambas”
rodeos, que se cree representativo de los deportistas (Nizan, 1998: 57).
franceses, cuando fue elegido solo por 28 de los 45 25 “Un perfecto cortesano es sin discusión el más sor-
miembros del consejo de administración de CNOSF y prendente de los seres humanos. La verdadera ab-
afirma sin que su compadre Boniface le lleve la con- negación no es la de los devotos hacia Dios, sino la
traria que: “No debemos avergonzarnos de ser el país del cortesano hacia su maestro: ¡su sola presencia, lo
de Pierre de Coubertin, podemos y debemos sentirnos anula!” (Holbach, 2010: 15).
orgullosos” (p. 167). Gran análisis de las ideas del ba- 26 Esa ideología que según Theodor W. Adorno (1989: 96)
rón reaccionario, colonialista, sexista y admirador de “se desliza en el lenguaje a raíz de cambios sociales y
los Juegos de Hitler. antropológicos mayores”.

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El deporte como arma de distracción masiva

sentan “guardianes y guías” —según la expresión Ellul, J. (2008). Propagandes. Paris: ed. Éconómica.
de Marx— del mercado ideológico. Y añade: “Las Fisset, E. (2010). L’Ivresse de la marche. Petit
máscaras diversas con las que se disfrazan para manifeste en faveur du voyage à pied. Paris:
ajustarse a las circunstancias son la personifica- Transboréal.
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