2º parcial de Perspectiva Sociopoitica. Pain, Myriam 1 “A” prof.
Ciencia Política
“La educación (en la actualidad) ya no podrá estar dirigida a la transmisión de
conocimientos y de informaciones sino a desarrollar la capacidad de producirlos y utilizarlos” Según Juan Tedesco: ¿por qué se debería desarrollar esta capacidad de producción y utilización y como se lograría desarrollar dicha capacidad desde las instituciones educativas? Respuesta: Las bases del sistema educativo anterior respondía a dos características centrales del capitalismo industrial: era inclusivo y hegemónico. El nuevo capitalismo en cambio tiene una fuerte tendencia a la exclusión definida por la mayor precariedad, la ausencia o la ruptura de los vínculos sociales. El gran cambio se visualiza en el ámbito del trabajo donde la preferencia por los productos estandarizados y por la producción en masa propios del capitalismo tradicional pierde importancia. En su lugar aparece la fábrica flexible y adaptable a mercados cambiantes en volúmenes y especificaciones, se exige una gran capacidad de adaptación que implica una formación polivalente y una fuerte capacidad de aprendizaje permanente. Esta nueva forma de organización del trabajo introduce nuevas formas de segmentación en el sector productivo. Se habla hasta de la formación de una estructura basada en la existencia de tres categorías principales de personal: a) personal de servicios rutinarios (puestos de trabajos con tareas repetitivas llevadas a cabo como producción en escala), los trabajadores deben ser capaces de leer, escribir y efectuar operaciones simples. Su principal virtud son la lealtad, la confiabilidad y la capacidad para ser dirigidos. B) personal d servicios personales (suponen tareas rutinarias y repetitivas que no requieren mucha educación) se realizan cara a cara, el trabajador se desarrolla en pequeños grupos o por su cuenta. C) el personal de servicios simbólicos (son los tres grandes tipos de actividades de las empresas: identificación de problemas, solución de problemas y definición de estrategias) su preparación suponía un mayor desarrollo de cuatro capacidades básicas; la abstracción, el pensamiento sistémico, la experimentación y la capacidad de trabajar en equipo. Para aprender las formas más complejas de abstracción y de pensamiento sistemático, es necesario aprender a experimentar. Comprender causas y consecuencias explorar las diferentes posibilidades de solución a un mismo problema. El nuevo contexto la dicotomía a superar es si formar para el trabajo i para la ciudadanía lo que afecta el equilibrio tradicional entre contenidos y cobertura del aprendizaje. Si bien el capitalismo tradicional la formación del ciudadano y la formación para el trabajo tenía un grado relativamente alto de disociación, la cohesión social se lograba por la adhesión a estructuras política y por la incorporación de todos al mercado del trabajo. Se denominaba solidaridad orgánica donde había explotados y explotadores, dominantes y dominados, ambos necesarios. En los nuevos escenarios de producción capitalista intensiva en conocimiento la disociación desde el punto de vista del contenido de las capacidades tiende a disminuir y el desempeño productivo reclama un compromiso más integral. Pero se producen una distancia entre los que trabajan en actividades intensivas en conocimiento y los que se desempeñan en áreas tradicionales. Además de desigualdad este capitalismo produce exclusión. Incluyen solo a una minoría de trabajadores de manera estable para el resto se crearían condiciones de extrema precariedad. Desigualdad y exclusión son los fenómenos sociales más importantes que acompañan la expansión de la economía intensiva de conocimientos. La cultura de este sistema tiene una fuerte concentración en la actualidad en el ámbito científico, económico y político. 2º parcial de Perspectiva Sociopoitica. Pain, Myriam 1 “A” prof. Ciencia Política
En esta nueva realidad los productos culturales ya no valen. No son transmitidos de
generación en generación sino comprados y vendidos en un mercado donde predomina el poder de compra de cada actor o sector social. Las nuevas formas de producción y distribución cultural tienen un fuerte potencial desestabilizador que no garantiza mayores niveles de libertad y de desarrollo personal. La sociabilización primaria y segundaria que estuvo en manos de la familia siempre sufren significativas modificaciones. Se registran cambios en la composición de la familia (expansión, uniones libres, modificaciones en los roles del padre y de la madre) cambios entre conyugalidad y filiación. En la familia tradicional estos vínculos eran indisolubles, en la actualidad, la conyugalidad ha perdido su carácter indisoluble, no así la filiación considerado un vínculo natural. Cambio las formas como los contenidos son transmitidos. Son cada vez más los adultos que consideran que no deben transmitir a sus hijos una determinada visión del mundo sino la capacidad para elegir y formar autónomamente su propia concepción. La familia contemporánea tiene tendencia a asumir la forma de una red de relaciones que en lugar de ser responsable de transmitir el patrimonio cultural y moral de una generación a otra tiende ahora a privilegiar la construcción de la identidad personal. La transmisión efectuada en el seno de la familia ya no se apoya en la aceptación del principio de la autoridad sino en el de la democracia. Se transforma así la familia en una red integrada por individuos solidarios pero iguales, no hay transmisión sino intercambio. Las nuevas tecnologías traen aparejadas la precariedad de los saberes e informaciones si no se incorporan adecuadamente la dimensión tecnológica en las políticas educativas democráticas. El acceso a la tecnología está íntimamente ligado al ingreso económico, al nivel educativo, al género y a la etnia. El punto central está dado en la función de la escuela. En la medida que los aparatos culturales del pasado actuaban desde la oferta y en esa oferta el estado tenía un papel preponderante, la discusión sobre el contenido de los marcos de referencia asumía cierto carácter público. Las nuevas modalidades de producción cultural están en cambio, basadas en tecnologías manejadas por grandes consorcios de empresas privadas que actúan siguiendo la lógica del beneficio a corto plazo y/o del control de la demanda de la población consumidora. Desde el punto de vista de marcos de referencia podría sintetizarse en dos de los pilares de la educación: aprender a aprender y aprender a vivir juntos. La escuela puede recuperar su función cultural a través del desarrollo de experiencias que no tienen lugar en la cultura externa. Puede cumplir un papel cultural y social significativo si asume un cierto grado de tensión y conflicto con la cultura. Su papel no es adecuarse a la cultura popular ni tampoco aislarse ni vaciarse de contenidos por la vía del empobrecimiento de los contenidos que ella transmite. Aprender a aprender se basa en dos características:1) la significativa velocidad que ha adquirido la producción del conocimiento y 2) la posibilidad de acceder a un enorme volumen de información. La educación ya no podrá estar dirigida solo a la transmisión de conocimientos y de información sino a desarrollar la capacidad de producirlos y de utilizarlos. En este nuevo horizonte, la función del docente es la de enseñar el oficio de aprender. El oficio del alumno está basado en una dosis muy alta de instrumentalismo, dirigidos a obtener los mejores resultados posibles de acuerdo a los criterios de evaluación. El papel del docente se define como el de un acompañante cognitivo que debe desarrollar una batería de actividades destinadas a hacer explícitos los comportamientos implícitos de los expertos de manera tal que el alumno pueda observarlos, compararlos con sus propios modos de pensar, para luego ponerlos en práctica con la ayuda del maestro y de los otros alumnos.