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Pautas Emergencias
Pautas Emergencias
Para el control de la inflamación fase aguda (primeros 7 días): Corticoides tópicos, durante
los 7-10 días de inicio de la lesión a dosis relativamente altas, a partir de los 7 días se inicia el
destete, algunos autores recomiendan suspenderlos a los 7 a 10 días.
Para el alivio del dolor en la fase aguda: ciclopentolato y AINES vía oral.
Para el control de la hipertensión ocular: Acetazolamida 250mg cada 4 horas o 500mg cada
12 horas o timolol tópico cada 12 horas si esta elevada la PIO. U otro fármaco
antiglaucomatoso supresor del humor acuoso.
7. Blefaritis:
Esquema de tratamiento:
8. Orzuelo:
a) Aplicar compresas calientes.
b) Antibiótico en ungüento (Todex, Tobradex, Trazidex, Poentobral Plus) si es algo
muy localizado. Antibiótico sistémico (Amoxacilina Acido clavulánico, cefadroxilo,
ciprofloxacina, sultamicilína, doxiciclina, Azitromicina) cuando inicia una celulitis.
c) AINES vía oral (Ibuprofeno, Naproxeno, Ketoprofeno tabletas c/8h 5dias).
9. Chalazión
a) Compresas calientes. (tratamiento completo para blefaritis si la hay).
b) Infiltración de esteroides (triamcinolona intra-articular – Kenacort A 40mg/ml).
c) Curetaje quirúrgico vía conjuntival o cutánea.
Clasificación de Queratitis:
Clasificación de Jones:
Grado I: úlcera corneal menor de 2 mm de diámetro, con afectación del tercio
anterior del parénquima corneal, sin alteraciones estructurales y con inflamación
mínima del segmento anterior.
Grado II: úlcera corneal de 2 mm a 6 mm de diámetro, que invade generalmente
hasta el tercio medio del parénquima corneal, con alteraciones estructurales que
respetan el tercio posterior y con inflamación de moderada a severa del segmento
anterior.
Grado III: úlcera corneal de más de 6 mm de diámetro, que ocupa hasta el tercio
posterior del parénquima con perforación presente o pendiente de la membrana
de Descemet, con hipopión y marcada congestión del segmento anterior.
Clasificación de Veracristo:
Localización: central o periférica.
Profundidad: superficial o profunda.
Integridad: ulcerativa o no ulcerativa.
Etiología: viral, bacteriana, micótica, parasitaria.
Agentes causales: Cocos GRAM positivos: Estafilococo aureus, Estafilococo coagulasa negativo,
Estreptococo pneumoniae, Estreptococo viridans, Bacilo GRAM negativos: Pseudomona
aeruginosa, Serratia marcescens, Proteus mirabilis, Moraxella, Bacilo GRAM positivos
Propionibacterium, Mycobacterium, Cocobacilos GRAM negativos Haemophilus.
En las ulceras neurotróficas hacer énfasis en la lubricación con gotas y gel, uso de lentes de
contacto terapéuticos por meses, evitar los antivirales tópicos para facilitar el cierre epitelial,
indicar el antiviral vía oral, el ciclopléjico solo si hay Iridociclitis, AINES si hay dolor y
congestión, suero autólogo para ayudar con la reepitelizacion. Están indicados los
recubrimientos conjuntivales y con membrana amniótica.
Nota: dolor ocular intenso que no se relaciona con el proceso inflamatorio en el segmento
anterior. Puede observarse como una pseudodendrita epitelial, un infiltrado perineural o
anular en el estroma corneal. Antecedente de uso de lentes de contacto. Está indicado el uso
de la microscopia confocal para su determinación, así como GRAM, H-E, cultivo en agar no
nutritivo.
Debe evaluarse el sitio de la lesión bajo anestesia tópica, con un aplicador mover
con cuidado la conjuntiva y descartar lesión escleral subyacente. Se coloca fluoresceína
para delimitar la lesión y explorar el signo de seidel. En algunos casos debe descartarse
cuerpo extraño intraocular, realizarse fondo de ojo, y en ocasiones TAC de orbita cortes
coronales y axiales con secciones de 1mm o ecografía ocular. En heridas menores de
10mm basta el cierre espontaneo de la lesión bajo la protección de un ATB tópico, cuando
la lesión supera esta medida está indicada suturar con Vicryl 8-0.
21. Hifema
22. Iridodialisis
Es la desinserción del iris del espolón escleral. La ciclodialisis es la desinserción del
cuerpo ciliar del espolón escleral.
Como tratamiento pueden usarse lentes de sol, lentes de contacto con pupila artificial,
hipotensores oculares si existe hipertensión, o por el contrario si existe hipotensión debe
usarse atropina para aproximar el cuerpo ciliar a la esclera. Los esteroides están indicados para
reducir el proceso inflamatorio.
25. Uveítis
Pruebas básicas: HC, glicemia, urea, creatinina, TGO, TGP, VSG, VDRL, HIV, RX TORAX.
Artritis reumatoide: FR, ANA y anticuerpo anticitrulina. Lupus eritematoso sistémico:
ANTI DNA. Vasculitis: ANCA. Toxoplasmosis ocular: serología IgM e IgG, Toxocariasis
ocular: serología IgM e IgG, Tuberculosis: PPD, Síndrome antifosfolípidos:
Anticoagulante lúpico, anticuerpo anticardiolipina IgM e IgG, anticuerpo antibeta 2
glicoproteína I IgM e IgG. Síndrome de Sjögren: Anti SSA y Anti SSB. Sarcoidosis: Calcio
sérico, ECA.
Midriático – ciclopléjico: Tropicamida o ciclopentolato (leve), homatropina
(moderada), atropina (severa) hasta que el tyndall sea menor de 1+.
Hipotensores oculares: primero sospechar respuesta a esteroides (ocurre a las 2 – 4
semanas y mejoran al suspender el esteroide a las 2 – 4 semanas), se emplean de
elección betabloqueantes, en segundo lugar alfa agonistas adrenérgicos y en tercer
lugar inhibidores de la anhidrasa carbónica.
Esteroide tópico: Utilizar horario durante 1-2 semanas (hasta que tyndall sea menor
de 1+), luego c/2h x 1-2 semanas, c/4h x 1-2semanas, c/6h x 1-2semanas, c/8h x 1-
2semanas, c/12h x 1-2semanas, c/24h x 1-2 semanas. Total no menor de 6 semanas.
Esteroide periocular: Se utilizan esteroides de liberación prolongada tales como la
betametasona, triamcinolona y metilprednisolona, cada 4 semanas por 3 veces. En
uveítis intermedias, EM Uveítico, mal cumplimiento del tratamiento tópico, o previo
en cirugía con antecedente de uveítis.
Esteroide sistémico: 1mg/Kg/día y reducir un 25% de la dosis inicial semanalmente
hasta suspender, usado en Síndrome de Vogt Koyanagi Harada, y en oftalmía
simpática.
Fracturas orbitarias:
Las fracturas simples o aisladas las vamos a definir como aquellas que solo afectan a la
cavidad o el reborde de la órbita respetando los huesos faciales adyacentes.
Las fracturas complejas, que pueden acompañarse de fracturas simples, afectan otras
estructuras faciales pudiendo involucrar la fosa craneal y los senos paranasales
(frontal, maxilar).
Las fracturas tipo "blow out", en donde la pared se rompe por su zona más débil
debido a una presión secundaria y el tejido óseo fracturado se aleja de la cavidad
orbitaria, expandiendo el volumen de la misma. En éste tipo de fracturas el reborde
orbitario está indemne.
Las fracturas del tipo "blow in" donde el fragmento óseo que se ha fracturado se
introduce a la cavidad orbitaria reduciendo el volumen de la misma.
Fractura del piso de la órbita: por lo general simples del tipo blow out, diplopía,
Enoftalmo, hipoftalmo, enfisema subcutáneo, alteración de la sensibilidad por
afectación del nervio infraorbitario. Cirugía inmediata o antes de las dos semanas de
evolución: diplopía, atrapamiento muscular o de sus vainas, de grasa orbitaria,
Enoftalmo, hipoftalmo, reflejo oculocardíaco, hipoestesia progresiva, observar en
casos de diplopia mínima, test de ducción forzada dudoso, buena motilidad ocular,
ausencia de Enoftalmo.
Fractura de la pared medial de la órbita: por lo general simples del tipo blow out, rara
vez producen diplopía y Enoftalmo, por lo que por lo general su manejo es
conservador. Generalmente se presentan con enfisema orbitario y mínimo Enoftalmo.
Suelen requerir cirugía cuando se asocian con fractura del piso de la órbita.
Fractura de la pared lateral: La fractura de la pared lateral de la órbita rara vez es
conminuta, incluso en grandes desplazamientos del Zigomático. El Zigomático puede
romperse en sus uniones con los otros huesos de la cara. Un desplazamiento pequeño
del hueso puede no causar alteración alguna y no ser necesario su reparación, por el
contrario, los grandes desplazamientos dan lugar a distopias del globo ocular, el cual
se desplaza hacia fuera y hacia abajo al estar afectadas la pared lateral y el suelo de la
órbita, igualmente el tendón cantal lateral se afecta en su inserción, lo que hace
necesario su corrección quirúrgica.
Fractura del techo de la órbita: Las fracturas del techo de la órbita están asociadas a
traumas de alto impacto en la cabeza y la cara, en niños estas fracturas pueden
producirse por golpes más triviales, en el adulto los golpes más leves suelen ser
amortiguados por el seno frontal que previene la extensión de la lesión al techo de la
órbita. La fractura del techo de la órbita puede ser aislada, sin embargo, esto es la
excepción y se reporta que hasta un 76% de pacientes con fracturas del techo tienen
otra pared orbitaria fracturada. Estas fracturas pueden ser manejadas de manera
conservadora, incluso en casos de pneumocefalo y escape de líquido cefalorraquídeo
(LCR) que revelan lesión de la duramadre; estos pacientes pueden ser tratados con
antibióticos I.V. y observación ya que en la gran mayoría se produce un cierre
espontáneo de la fuga de LCR sin infección del cerebro o las meninges. La intervención
quirúrgica de urgencia solo está indicada en presencia de complicaciones que sean un
peligro para la visión como fractura del canal orbitario, hemorragia expansiva, o en
caso de indicación neuroquirúrgica de urgencia. La reparación quirúrgica de la diplopía
por atrapamiento o daño del recto superior, la ptosis traumática o el lagoftalmos por
atrapamiento del elevador del párpado superior, se puede realizar en un tiempo
tardío.
Fractura naso-etmoidales: Son fracturas generalmente por mecanismo directo contra
una superficie sólida. Esta fractura involucra por lo general al proceso frontal del hueso
maxilar, al hueso lagrimal y al etmoides. Puede acompañarse con laceraciones en los
canalículos lagrimales o con lesión del canalículo común, generalmente, al ser un golpe
contuso, se produce un estallido de la piel con desgarro de la vía lagrimal, es muy
importante la reparación inicial del sistema lagrimal uniendo cuidadosamente las
paredes del canalículo afectado y realizando la intubación con silicona; este abordaje
se facilita mucho con el empleo de microscopios quirúrgicos.
Fracturas mediofaciales: involucran al hueso maxilar y se extienden a las láminas
pterigoideas.