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Segundo Gobierno

Para la mayoría de los peruanos, la presencia de Alan García en la presidencia de la República era
recordar las épocas de inflación, colas y desorden económico, factores que caracterizaron los meses
finales de su gestión durante la década de 1980.
Después de nueve años de permanecer lejos de su país, reencontrándose con el pueblo peruano, el 27
de enero del año 2001 en la plaza San Martín, emitió un discurso señalando:
“Compatriotas, compañeros, pueblo de lima, saludó emocionado después de nueve años al pueblo
peruano, que supo ponerse de pie, marchar por las calles, lavar las banderas y echar a la dictadura para
recobrar la libertad y nueve años después, nueve largos años después, estoy aquí para ratificar ante
todos ustedes mi fe, mi compromiso, mi creencia profunda en el Perú, en su juventud, en su pueblo y en
el propósito común que Haya de la Torre nos enseñó, de hacer en nuestra tierra una patria de pan con
libertad para todos los peruanos, por eso, en esta hora dramática y aciaga, que recuerda el dramatismo
de la guerra con Chile, en esta obra dramática en que hay incertidumbre, desilusión, cólera y pena, yo
vengo a traer al Perú en nombre de todos ustedes, una propuesta de esperanza, una propuesta de
trabajo, una propuesta de descentralización, y de democracia; pero quiero ante todo hacer una
confidencia a ustedes, por nueve años he caminado solo el mundo y a cada paso me decía, podrán
dejarme, podrán insultarme, podrán alejarme, pero no romperán mi fe, no quebraran mis ideas, no
quebraran mis compromisos, no podrán impedir que esté nuevamente junto al pueblo y por lejana sea la
distancia, profundo fuera el sueño de la muerte, yo sabía que algún día vendría a estar con ustedes, para
que con ustedes y con los demás peruanos comenzar otra vez el camino, por eso, porque sabía eso,
vengo sin rencor, sin ningún encono, todo quedó atrás, vengo sin vanidad, ni soberbia, sin triunfalismo,
aquí está mi mano extendida a todos los peruanos, aún a los adversarios, el dolor y la desgracia del
pueblo es muy grande para que nos dividamos, aquí está mi mano extendida por el Perú y mi saludo a
todos los candidatos, mi saludo a todos los peruanos, para con ellos labrar un Gobierno de unidad
nacional que es lo que el pueblo quiere, un Gobierno de unidad democrática para reconstruir nuestra
tierra. Yo quiero dirigirme a los jóvenes con los que voy a entablar un diálogo porque ellos jamás me
escucharon, les dijeron no escuches a Alan García, porque te puede convencer, esa fue la mayor
objeción que se me hizo, apaga el televisor que te puede convencer, déjese convencer peruano, déjeme
explicar en democracia, son las razones, son los argumentos, es la libertad, son las cifras, son los datos
con los que se discuten, no las pasiones, no las invectivas, no los montajes, no las patrañas, no los
muñecos en los que fue experto el régimen fujimorista, le pido a esa juventud que me escucha, porque
tiene el corazón abierto, sin encono, ni maldad y le digo que me escuche, porque yo soy aprista, porque
soy, y seré aprista, pero soy algo más que aprista, no soy solamente aprista, yo acompaño a cada
peruana en su vida, yo quiero acompañar a cada peruano en su preocupación y en su angustia, yo estoy
con mis compañeros y con otros ciudadanos y jóvenes que han venido a todos ellos, a los jóvenes les
digo estoy aquí como aprista, pero estoy con ustedes también, y con todos los peruanos, de manera que
por todos estos conceptos, yo vengo ante ustedes, pero vengo sin rencor, qué importa lo que hayan
podido decir de Alan García, que importa lo que le han hecho sufrir a mí y a mi familia, qué importa, si lo
que a mí me importa, es lo que ha sufrido el millón de desempleados, lo que han sufrido todos los que
trabajan diez, catorce y quince horas, lo que han sufrido los que ganan la mitad del salario, lo que han
sufrido los campesinos que no tienen crédito, yo me acuerdo de ese hermoso verso de Calderón de la
Barca que todos aprendimos y repetimos, porque caminando las calles y muchas veces solo yo decía,
cuándo pasará esto, cuando volveré a ver el Perú y me comprometía a estar después de muerto juntos a
ustedes en espíritu, a tener la fuerza de traer mi espíritu hasta aquí para acompañarlos, yo repetía el
hermoso verso de Calderón de la barca que dice: yo sueño que estoy aquí de estas prisiones cargado y
soñé que en otro estado más lisonjero me vi, qué es la vida un frenesí, qué es la vida una ilusión, una
sombra, una ficción y el mayor bien es pequeño, que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son y a
mí me parece súbitamente un sueño estar frente a ustedes y a mí me parece súbitamente una añoranza
cumplida estar frente a ustedes y a mí me parece súbitamente que quizás he muerto y estoy frente a
ustedes, ya no sé, yo no quiero despertar, ni odios, ni rencores, ni gritos, ni vejámenes, perdono a todos
los que me gritan, perdono a todos los que me injuriaron, perdono a todos los que me dejaron, los
perdonó en nombre del Perú, no sé a dónde me conduzca la vida, no sé si me llega la muerte, pero aquí
estoy entregando todo lo que soy, otra vez al servicio de la patria. Arriba los corazones, arriba las
esperanzas, viva el Perú, viva Haya de la Torre.”
Del análisis al discurso, podemos afirmar la gran capacidad oradora y de convencimiento de masas que
tenía el expresidente Alan García, caracterizado por un discurso florido y lleno de expresiones destinadas
a impresionar al auditorio y provocar aplausos, pues de la narrativa solo, podemos apreciar un discurso
sin argumentos, pues solo sostiene su deseo de labrar un gobierno de unidad nacional, un gobierno de
unidad democrática para reconstruir nuestra tierra, pero sin desarrollar un fundamento lógico o formal, y
sin evidencia de cómo lograr lo que sostiene.

Además, se aprecia que el orador tiene un sentido desmesurado de su propia importancia, una necesidad
profunda de atención excesiva y admiración, al señalar: “yo no quiero despertar, ni odios, ni rencores, ni
gritos, ni vejámenes, perdono a todos los que me gritan, perdono a todos los que me injuriaron, perdono a
todos los que me dejaron, los perdonó en nombre del Perú, no sé a dónde me conduzca la vida, no sé si
me llega la muerte, pero aquí estoy entregando todo lo que soy, otra vez al servicio de la patria”·

Buenas noches, Dr. Sandro


Lo molesto para informarle que solicite licencia con goce de haber por covid-19, para mi recuperación
post hospitalaria hasta el 28 de mayo, requerimiento que ha sido aceptado por la gerencia, pues sigo
presentando dolor de garganta, tos y estornudos, síntomas que según el doctor se van a ir retirando con
el tiempo. Cabe indicar, que solicite licencia, pues supero los 20 días de descanso médico, y entraría a
subsidio, y habiéndome generado gastos mi estado de salud, tuve que solicitar licencia con goce de haber
por covid-19, para no verme afectada más económicamente, espero su comprensión y apoyo.
Conforme a lo coordinado telefónicamente, voy a seguir en coordinación con el equipo de trabajo para
alcanzar las metas trazadas.

Advirtiéndose nuevamente su gran capacidad de convencimiento con la facilidad de la palabra, pues tenía
la adaptabilidad de expresar lo que la gente quería escuchar, lo que le aseguro ganar la segunda vuelta.

Alan García volvió a convertirse en presidente del Perú en el 2006 y en esta segunda oportunidad que le
dio el pueblo peruano intentó reivindicarse en lo que respecta a su política económica. En su segundo
gobierno, García se caracterizó por promover la inversión extranjera y local, y mantener la política de
integración comercial a nivel global promoviendo la firma de nuevos Tratados de Libre Comercio
(TLC) con otras economías.

En esos cinco años del segundo Gobierno de García, la economía creció de manera importante y
sostenida, en parte gracias al boom del precio de los metales a nivel internacional. Y el líder aprista tuvo
la suerte de dirigir el barco justo en el pico de esa ola. El PBI creció casi 8% en su primer año (2006) y
para los dos años siguientes, bordeó el 9%; aunque por efectos de la crisis mundial, en 2009 se creció en
1,12% y en 2010 se elevó a 8,78%. En promedio, el PBI creció durante los cinco años en 7.2%.

Vale recordar que en medio de la crisis económica mundial del 2008 que sacudió a los principales
mercados del mundo, la economía peruana se mantuvo sólida, gracias a la confianza del sector
empresarial. El gobierno dejó unas reservas internacionales netas por US$ 47.059 millones, según el
Banco Central de Reserva (BCR).

El expresidente Alan García mantuvo la política de apertura comercial de su predecesor Alejandro Toledo.
En su Gobierno se firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos a los que siguieron los
realizados con Chile, China, Canadá, Singapur, la EFTA (Suiza, Liechtenstein, Islandia y Noruega),
Tailandia, Corea del Sur, México y la Unión Europea.
Esta apertura comercial permitió que las exportaciones peruanas tanto tradicionales como no
tradicionales vivieran una etapa de bonanza. El crecimiento económico de ese quinquenio y los
programas sociales también permitieron que la pobreza en el Perú se redujera de 49% en el 2006 hasta
27.8% en el 2011, año en el que tomó la posta el expresidente Ollanta Humala. Sin, embargo durante su
segundo Gobierno el expresidente tuvo que enfrentar un gran número de conflictos socio ambientales en
las zonas de influencia donde se desarrollaban los proyectos mineros, de hidrocarburos o eléctricos.

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