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matices división académica de educación y artes julio - diciembre 2012

El Quijote: realidad y ficción


>Sergio Ricardo Arenas Martínez*

Hace poco jugaba con ideas sobre la


razón. Recordaba al escritor inglés
Chesterton cuando decía: “Loco es
el hombre que ha perdido todo, me­
nos la razón”, y traté de adecuarla
a la perspectiva de Lyotard sobre
la posmodernidad. El resultado fue
que hoy quizás cabría decir: “Loco
es el hombre que ha perdido La Ra­
zón, menos su razón”. Concluí, si la

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memoria no falla, que la locura es
un goce que recrea no sólo al que
la padece.
Ahora el tema regresa a mí en vir­
Cinzontle tud de una nueva lectura del Quijo­
te. Me parece imposible sustraerse
al tema de la locura en este texto.
Más si consideramos las expecta­
tivas rotas y los largos momentos Detalle del mural Las reformas.
de incertidumbre que nos envuel­
ven en estos tiempos. La lectura del flexión intenta diferenciar la reali­ cotidiano que la hacen creíble. En
Quijote, como cualquier obra signi­ dad real y otros niveles de realidad. este sentido, la ficción tiene su pro­
ficativa, nos puede servir para eva­ Cuando digo la perogrullada de rea­ pia verdad que no se rige por la ve­
dirnos de la realidad agobiante. Sin lidad real la utilizo para referirme racidad, como el periodismo o la cien­
embargo, nuestros ojos insisten en a la realidad de la vida cotidiana, cia, por ejemplo, sino que basta con
leer la pretendida sinrazón del per­ aquella que los seres humanos he­ que su verdad sea creíble, verosímil.
sonaje central; no pueden sino an­ mos acordado que sea real. Lo real, La verdad en la ficción se establece
clarla a la realidad de nuestra vida entonces, será lo que cotidianamen­ en el mismo texto, lo que sólo es po­
cotidiana. De esta manera puedo te vivimos. sible si tiene asideros con la realidad
afirmar que el Quijote ha perdido La ficción es otro tipo de realidad uti­ cotidiana, asideros que aporta, por
todo, menos su razón. Y me refiero lizada por la narrativa, la cual es la supuesto, el género literario.
tanto al personaje como a la novela creación de un mundo distinto, pero Pensemos en Cien años de soledad,
de Cervantes. posible. Así, la ficción no es un mun­ allí, García Márquez construye la
La locura, desde un plano no médico do de mentiras, ya que es otro mundo, historia de Macondo tomando ele­
y en términos generales, no es otra comparable con el mundo de los sue­ mentos de un pueblo de su querida
cosa que la instauración de un mun­ ños, que establece sus propias reglas Colombia. Macondo sólo existe en
do distinto que funciona con su pro­ y lógicas de funcionamiento, pero an­ Cien años de soledad y en ninguna
pia lógica, la cual no se correspon­ clado en la realidad del mundo co­ otra parte más. Consideremos que
de con la nuestra, con lo que hemos tidiano. En otras palabras, el mun­ en el mundo cotidiano no es posible
acordado culturalmente que es la rea­ do de la ficción construye su propia la existencia de un hombre que ca­
lidad y, por ende, la cordura. La re­ realidad con elementos del mundo mine con un aura de mariposas so­

* Profesor de la DAEA, maestro en Literatura Mexicana y jefe del Departamento de Difusión Cultural de la UJAT
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bre su cabeza, así como tampoco que Saavedra. Como dije líneas atrás, damente en las aventuras del Quijo­
un cura levite después de tomar una la realidad de la novela no es la del te, pues los duques, lectores explíci­
tacita de espumante chocolate. Esa mundo cotidiano, sino que es dis­ tos, han sido de tal forma seducidos
es la verdad del texto que los lec­ tinta. Ahora, en un primer análisis por la lectura que deciden involu­
tores aceptamos al ingresar a él, no observo que dentro de la ficción crarse en ella y construyen con esa
obstante que sepamos que esa ver­ de la novela existen dos niveles de finalidad un mundo diferente al de
dad sólo sucede en la novela y en nin­ realidad: uno, el de la vida cotidiana ellos y cercano al Quijote, esto es, en­
guna otra parte más, nos apropia­ de los personajes y otro conforma­ tran en el mundo fictivo del Qui­
mos de ella en nuestra vida, pues do por lo que para los personajes jote. Dicho de otro modo, desreali­
es utilizada cotidianamente y, al me­ del texto es la locura de don Alon­ zan su propia realidad.
nos, amplía nuestro horizonte de vi­ so de Quijano, un mundo construi­ La realidad de la ficción de la novela
da. Este punto es uno de los grandes do a partir de novelas de caballería, se empareja con el otro nivel de rea­
valores del arte en general. el del Quijote. lidad, la ficción en la ficción, lo cual
Para explicarme mejor recurriré a La realidad de la ficción de las nove­ rompe con la frontera entre el mun­
la literatura fantástica: en la reali­ las de caballería se encuentra muy do cuerdo y la locura, pero este ni­
dad de la vida cotidiana nadie se ha lejana ya del mundo cotidiano de vel de lo real no es ni uno ni otro, ya
topado con un unicornio, la ciencia Alonso Quijano, así como del de Cer­ que los mismos duques y persona­
no tiene indicios sobre su existencia, vantes, pero aquél piensa resucitar jes que lo acompañan saben que vi­
pero todos aceptamos su presencia en las novelas de caballería que nunca ven otro mundo que no es el “real”,
la ficción, aceptamos su símbolo y lo existieron en la vida cotidiana. Sin pero lo disfrutan más. Y el Quijote
ponemos en operación en la vida co­ embargo, don Quijote les atribuye se inconforma porque siente que ese
tidiana. ¿Acaso alguien en nuestro la veracidad de la Historia ciencia, mundo no es el suyo. De esta ma­

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entorno no ha tenido contacto con y como ya no existen los valores que nera se confirman sus reflexiones
un unicornio?, pensemos en la can­ en ella se encuentran, piensa reac­ sobre los bienes dados como una li­
ción de Silvio Rodríguez El unicor­ tivarlos. La ficción de las novelas de bertad no completa, ya que uno se
nio azul o en una simple tarjeta de caballería es una respuesta al mun­ encuentra en deuda con el donador
felicitación. do desordenado y sin valores en el y este hecho resulta una limitante. Cinzontle
El influjo que la ficción realiza en cual surgieron, y en el Quijote, son Existen varios pasajes en la novela
la vida cotidiana se reproduce en actualizados. Son dos niveles de rea­ que pueden ilustrar este mecanismo
la ficción misma del Quijote. Vea­ lidad que se oponen pero que se apo­ de ruptura de planos, pero hay dos
mos: En la segunda parte de la yan mutuamente; eso es la litera­ que pueden ayudar de mejor mane­
obra intervienen en la acción unos tura. Al respecto puedo decir que ra, me refiero, por una parte, al de la
personajes –los duques– que ante­ la realidad de las novelas de caba­ ficción creada por Basilio para ca­
riormente leyeron la primera par­ llerías se utiliza para, por un lado, sarse con Quiteria, el cual tiene éxi­
te, lo que los convierte en lectores iniciar la narración con su voraz lec­ to con la ayuda del Quijote. Se insi­
explícitos, pero también en agentes tura de parte de don Alonso, lo que núa aquí que con la ayuda del Quijote
que, sabedores de las andanzas de provoca la locura y la aparición del es posible hacer reales los anhelos.
Don Alonso de Quijano, deciden Quijote, porque aunque son obras Por otra parte, es importante men­
intervenir en la acción. Este me­ de ficción, él las toma como libros cionar que los amigos del pueblo
canismo narrativo nos sugiere una de Historia. Por otro lado, son mo­ de don Quijote recurren a la ficción
gran caja china o una matrioska, tivo de crítica para Cervantes, por­ que antes ellos habían rechazado.
muñeca rusa, que en su interior que, al parecer, su intención al crear Montan una ficción para hacerlo vol­
contiene otra más pequeña, que a la novela inmortal que nos ocupa, ver a la realidad, hecho que sucede,
su vez contiene una de tamaño aún era desestimar la lectura de ese tipo pero que lo hace morir. Entonces, pa­
más reducido y así sucesivamente. de textos, ya que consideró que los ra que no ocurra esto, intentan que
Esta idea nos permite establecer lectores de los mismos llegaban efec­ el Quijote regrese a la ficción, pero
que el Quijote maneja distintos tivamente a confundir los planos de este personaje ha renunciado ya a
niveles de realidad que procuraré las realidades; otro tipo de locura, su locura, ha comprobado su daño,
desentrañar. de desfase con la realidad cotidia­ el cual no se trata de la muerte de un
Considero importante determinar na. Este hecho conforma a su vez el ideal sino de un desengaño. Se crea
que Don Quijote de la Mancha es juego de realidades ficcionalizadas. una ficción para deshacer la ficción
una obra de ficción y que, por lo Ya antes había mencionado que Cer­ y al lograrlo ven las consecuencias
tanto, constituye su propio mundo, vantes narrativiza en la segunda par­ negativas y pretenden revivirla. En
el cual está edificado con elemen­ te del Quijote a unos lectores de la la realidad de la ficción se crea una
tos de la realidad cotidiana del au­ primera parte, quienes son puestos ficción que tiene, de una manera u
tor persona Miguel de Cervantes en operación interviniendo decidi­ otra, impacto en ella.
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Observo en ambos pasajes que los


niveles de realidad están ligados a la
realidad del lector competente: Un
lector que después de la lectura par­
ticipa en la ficción de lo leído, hace
suya la lectura del Quijote y vive en
ella. La realidad del lector, que es
quien actualiza dentro de su marco
de lo real el texto, se ve impactada
por las realidades de la novela que,
como hemos visto, no es una en nin­
gún caso. Por este motivo, el Quijo­
te puede tener diferencias que pue­
den oponerse en su interpretación de
lector a lector y en el lector mismo
a lo largo de su vida. En cada lec­
tura pueden encontrase matices que
pueden girar la significación de la
obra.
Como por lo regular a un lector Mural Las Reformas.
explícito corresponde un autor ex­
plícito, encuentro que Cide Hamete

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Benengeli cubre las características
de este tipo de autor, pues él es asu­ la ficción en su discurso? La cien­ Mancha sea una novela del desen­
mido como el autor “real”, en la fic­ cia pide pruebas concretas, la fic­ gaño, del fin de la locura y del im­
ción. Sus manuscritos son el texto ción pide congruencia dentro de su perio de la Razón.
Cinzontle real en la realidad que instala la no­ mismo discurso con la vida cotidia­ Hemos establecido que el autor pone
vela, el cual se opone al Quijote apó­ na. Y esta congruencia, como la vida en operación el mundo cotidiano en
crifo de Avellaneda, un pretendido misma, tiene sus períodos históri­ la ficción mediante su creatividad,
autor que publica en la vida coti­ cos de credibilidad. La ciencia debe pero también en la vida cotidiana se
diana y en la ficción una versión fal­ ser veraz, la ficción deber ser vero­ pone en operación la ficción, o ¿aca­
sa del Quijote. De este texto, Cer­ símil, creíble. so el mundo cotidiano no ha sufrido
vantes, en un alarde de imagina­ Por último he querido dejar la rea­ la influencia del Quijote, se halla leí­
ción y humor, toma a un personaje, lidad del autor persona: Miguel de do o no? Existe un arquetipo de su
don Álvaro Tarfe, y lo hace inter­ Cervantes Saavedra. Me refiero a simbología, pensemos en la figura
venir en la narración. Pero este jue­ las condiciones de producción de del Quijote montado en Rocinante,
go de autores es llevado al máximo la obra que hicieron que fuera así pensemos en lo que en la vida coti­
cuando Cervantes se ficcionaliza a como la tenemos en nuestras ma­ diana ha significado “El caballero
sí mismo, ya que es quien halla en nos y no de otra manera. Las con­ de la triste figura”. La realidad del
Toledo el ficticio manuscrito de Be­ diciones en las cuales fue escrita Quijote impregnó las otras realida­
nengeli. la obra son distintas en una parte des hasta confundir los planos y de
Vamos, el mismo texto Don Quijo­ y en otra. La primera parte de la alguna manera hizo partícipe a cada
te de la Mancha de la vida cotidiana segunda en tonos y matices que nivel de la locura de Don Alonso:
participa en su propia ficción en la tienen correspondencia con la vida El Quijote.
segunda parte en un juego de meta­ cotidiana del autor. La juventud, el Con cada lectura, el Quijote cabal­
ficciones. Mezcla una realidad con cautiverio y el afán de lucha en pro ga de nuevo, y su andar lo va con­
la otra hasta diluir su frontera sin de la nación se van minando con figurando cada lector. Sin embar­
fundirse: ¿cómo demostrar que el la incomprensión del mundo bu­ go, nunca se accede al todo de una
Quijote fue escrito por Cervantes rocrático que lo lleva a la prisión obra considerando que los términos
en la vida cotidiana y que no es un y al desencanto, a la pobreza en la nunca y todo son resbaladizos. Y si
hurto literario? Sólo con una serie vejez después de tantos servicios a las obras de arte deben pasar por la
de investigaciones minuciosas. ¿Có­ la corona, empapan a cada capítulo decantación del tiempo y del espa­
mo establecer claramente la diferen­ de anhelo, de fe, de lucha, de sudor, cio, podemos asistir a la instauración
cia entre lo real y lo ficticio si hasta de hambre, de frustración y dolor. de una obra cumbre de la literatura
la misma Historia ciencia recurre a Quizá por ello, Don Quijote de la mundial.

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