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Pienso que me cuesta hacerme una idea de cual es mi modelo de clase porque he dado

muy pocas y prácticamente todas han sido como profesor sustituto. Por ello, a pesar de
que comprendí y re exioné sobre el debate y las propuestas que hubieron en clase, no
creo que pudiera, ni pueda, dar una visión personal o explicar cual es “mi modelo” de
clase.

En relación con lo que se expuso en clase, creo que el modelo de cuatro fases en forma
de pico, que concentra el mayor punto de concentración y exigencia en la parte central
de la clase, es un modelo interesante, pero quizá demasiado rígido. Creo que la forma es
bastante intuitiva, es bastante lógico no comenzar con lo más difícil ni dejarlo para el
nal, y entender el paso de manera gradual entra bastante dentro del sentido común. Por
ello, pienso que es un modelo que tampoco ayuda demasiado, pese a que
porbablemente todos los modelos de clase tengan una estructura muy parecida (o
precisamente por eso).

No obstante, puedo exponer más o menos cuales son mis ideas sobre lo que sería una
clase “ideal” o, mejor dicho, el tipo de clase que prepararía en caso de tener que dar
clases actualmente.

Habría una primera parte, que consistiría en el recibimiento y el montaje del instrumento.
Esta parte valdría para conocer un poco más al alumno y que él poco a poco vaya
adquiriendo con anza. La duración aproximada sería de unos 5 minutos. Creo interesante
que durante esta parte esté sonando música, ya sea la que se va a tocar posteriormente
como otras cosas que puedan ampliar la cultura musical del alumno.

En segundo lugar, el primer contacto de la clase creo que sería interesante que no
estuviese dirigido a una partitura, sino que se pudiera trabajar desde la improvisación,
por ejemplo, con intención de que el alumno “encuentre” su instrumento. En esta parte
sería interesante también incluir aspectos de movimiento.

Con la intención y sensaciones adquiridas en l asegunda parte sería interesante pasar a


abordar el repertorio que se esté trabajando directamente en la partitura, en caso de que
se suela trabajar así. Si no, mantener este ambiente de impro visación y movimiento e
incluir la pieza que se esté trabajando puede ser muy positivo.

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Creo que esta última tercera fase se puede estirar todo lo que se pueda, hasta que el
alumno comience a mostrar cansancio, de manera que podamos bajar la intensidad y
acercanos a una fase en la que cerremos la clase. En esta última fase creo que es
importante que el alumno sea consciente de lo que se ha trabajado durante la sesión, al
mismo tiempo que se hable sobre lo que se hará en la próxima y de qué manera puede
prepararla.

Julen Latorre Urbaneta

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