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Adicción a los videojuegos: cuatro señales de que debes pedir ayuda

Dejar de lado relaciones sociales, familiares o de trabajo


Como entretenimiento, los videojuegos sirven para ocupar tu tiempo libre. Reservar tiempo
de tu día para jugar tampoco tiene por qué ser preocupante. El problema viene cuando se
convierte en una prioridad y dejas de hacer otras cosas más importantes por sentarte delante
del ordenador. Es decir, cuando el juego es lo primero para ti y lo antepones a salir con tus
amigos, pasar tiempo con tu familia, hacer planes con tu pareja o terminar de hacer tu
trabajo. Uno de los criterios diagnósticos para saber si alguien sufre de adicción a los
videojuegos es determinar si, durante los últimos 12 meses, "ha dado cada vez más
prioridad al juego sobre otros intereses y actividades de la vida diaria".
No ser capaz de limitar el tiempo de juego
Ponerse media hora y acabar enganchado toda la tarde. Perder la noción del tiempo es
normal si sucede esporádicamente. Este punto no tiene tanto que ver con que el tiempo
vuele, sino con que, aun siendo consciente de que deberías dejarlo por hoy, eres incapaz de
hacerlo. En esa situación, se considera que el usuario está perdiendo control sobre sus
impulsos y que se deja llevar por el placer que le generan las hormonas que su cerebro está
secretando mientras juega.
Jugar cuando deberías estar durmiendo
Aunque las necesidades de sueño pueden variar mucho de una persona a otra, hay ciertos
límites que, si se cruzan, pueden ser una señal de alarma. Por ejemplo, mantener al día tus
obligaciones diarias a cambio de sacrificar horas de sueño para poder jugar o cambiar los
hábitos de sueño para amoldarlos al juego: no es lo mismo ser alguien que siempre ha
funcionado bien durmiendo solo cinco o seis horas, que reducir el tiempo que estás
durmiendo para poder jugar. Aunque sea una decisión personal, no dormir afecta
directamente a la salud física y mental y puede perjudicar al desempeño en el trabajo o de
las obligaciones familiares.
Continuar jugando a pesar de las consecuencias negativas que les causa
Según Vladimir Poznyak, una de las claves para llegar a diagnosticar la adicción a los
videojuegos es la incapacidad de dejar de jugar aún a sabiendas de las consecuencias
negativas. Es decir, cuando está afectando a tus relaciones personales, a tu trabajo o a tu
salud física y mental y, aun así, sigues dándole prioridad y no eres capaz de dejarlo. "El
patrón del uso de estos juegos es a menudo persistente a pesar de la conciencia de un mayor
riesgo de daño para la persona o para otros", explica Poznyak.
Adicción a los videojuegos: síntomas, causas y tratamiento
Pasar mucho tiempo frente a la pantalla por los juegos de videoconsola u ordenador pasa
factura.
La adicción a los videojuegos ha llegado a ser uno de los temas que más preocupa a muchos
padres y madres alarmados ante el tiempo que sus hijos pasan jugando a esta forma de ocio.
Aunque está claro que el grado de dependencia que se puede generar con este tipo de
entretenimiento no es comparable al que aparece con el consumo de drogas, es cierto que la
obsesión con esta actividad puede tener consecuencias serias en la calidad de vida de las
personas jóvenes.
En este artículo repasaremos las características de la adicción a los videojuegos, lo que hace
que se pase del hábito a una trampa de la que resulta difícil escapar, y los métodos
utilizados para intervenir de este problema y romper con ese círculo vicioso.
¿Qué es la adicción a los videojuegos?
A lo largo y ancho del planeta, muchos jóvenes han convertido los videojuegos en una de
sus principales aficiones, del mismo modo en el que otros casos son el fútbol o el patinaje
los que ocupan buena parte del tiempo dedicado al ocio. De hecho, lo que antaño fue un
pasatiempo con mala prensa y que no estaba bien aceptado socialmente, hoy se ha
normalizado tanto que hay toda una subcultura que reivindica abiertamente esta clase
de entretenimiento, e incluso existen torneos y campeonatos mundiales centrados en
videojuegos específicos; esto es lo que se conoce como eSports).
Sin embargo, el hecho de que muchas personas valoren muy positivamente el uso diario de
esta forma de entretenimiento no hace que la adicción a los videojuegos deje de existir. La
adicción a los videojuegos es lo que ocurre cuando la dependencia hacia las partidas de
videojuegos se vuelve tan intensa que se dedica al menos cuatro horas diarias a esta
actividad, suponiendo esto la desatención de todo tipo de obligaciones y responsabilidades.
Síntomas
1. Aislamiento social
La adicción a los videojuegos potencia el aislamiento social, que se traduce en la pérdida de
contacto con amigos y familiares. A su vez, el aislamiento social puede ser una de las
causas que lleve a la adicción a los videojuegos, ya que estos pueden ser tanto el
entretenimiento solitario con el que emplear el tiempo obteniendo placer a cambio, como un
medio con el que interactuar indirectamente con otras personas (en el caso de los
juegos online).
2. Empeoramiento del rendimiento académico
El tiempo dedicado a jugar hace que no se invierta tiempo y esfuerzo en estudiar, lo cual
repercute en el rendimiento académico y retrasa el aprendizaje de las competencias y
habilidades que se impulsan a través de la educación.
3. Uno de las partidas de videojuegos como conducta compensatoria
El uso de los juegos puede ser un recurso para canalizar el estrés y la ansiedad derivados de
otros problemas del día a día, como el hecho de vivir en una familia desestructurada o el
sufrimiento de maltrato en casa o bullying en la escuela.
4. Pérdida de la noción del tiempo
La adicción a los videojuegos hace que se pierda el control de la gestión del tiempo, de
modo que la capacidad para saber las horas que han pasado durante las partidas
empeora y se pierde de vista el hecho de que esto retrasa otras actividades.
5. Dolores y enfermedades posturales
El hecho de pasar muchas horas seguidas jugando a videojuegos frente al televisor o al
ordenador puede llevar a desarrollar problemas óseos, de articulaciones o de
circulación, especialmente en la espalda, los muslos y las manos.
6. Estallidos de ira ante limitaciones para jugar
Cuando ciertas situaciones hacen que la partida termine o se vea entorpecida, esto genera un
nivel de frustración que puede derivar en estallidos de ira o incluso en agresiones físicas
contra otras personas, así como en golpes contra partes del inmueble u objetos.
¿Qué nos hace estar enganchados a la pantalla?
Es cierto que la mayoría de los videojuegos están diseñados para ser usados durante partidas
relativamente largas, o bien para ofrecer la posibilidad de jugar varias partidas seguidas con
muy poco tiempo de demora. Por ejemplo, aquellos que ofrecen experiencias inmersivas,
como The elder Scrolls V: Skyrim, es posible que la partida dure toda la tarde, mientras que
en otros, como Hotline Miami, cada partida dura entre varios segundos hasta unos pocos
minutos, aunque entre una y otra hay que esperar menos de un par de segundos de carga.
Por otro lado, las mecánicas de la mayoría de videojuegos se centran en dar
recompensas por progresar y superar pruebas. Por ejemplo, batir ciertas marcas o superar
ciertos enemigos nos permite acceder a nuevas zonas que explorar o a modos de juego que
no habíamos desbloqueado. Esto, sumado a una curva de dificultad ascendente (es cada vez
más complicado avanzar, per a la vez aprendemos más y más acerca de cómo superar los
desafíos del juego) hace que todo gire alrededor del condicionamiento operante.
Normalmente podemos desconectar de este hábito, pero en otros casos las ganas de recibir
más recompensas nos llevan a querer jugar más y más a las opciones que nos ofrecen estos
juegos, sin dedicar tiempo a pensar en otras cosas.
Por otro lado, la adicción a los videojuegos, al igual que muchas otras formas de
dependencia a hábitos, nos lleva a caer en una dinámica que nos atrapa y que, con el
tiempo, hace empeorar las perspectivas de salir de esa trampa. Esto es así porque a medida
que interiorizamos la importancia de echar partidas a los videojuegos, los pensamientos
recurrentes vinculados a esa actividad se hacen cada vez más frecuente, y todo nos hace
recordar esas partidas o imaginar lo bien que lo podríamos estar pasando si estuviésemos
frente a la pantalla.
Tratamiento de la adicción a los videojuegos
Más allá de la intervención psicológica conducida por profesionales, que es la opción
recomendada cuando la adicción a los videojuegos es muy intensa, hay otras medidas que
pueden ayudar a combatir esta tendencia hacia el abuso de las partidas a juegos de
ordenador o videoconsola. Las principales son las siguientes.
1. Impedir la compra de más juegos
El hecho de no poder acceder a más juegos durante un tiempo indefinido hace que la
cantidad de recompensas y nuevos estímulos a los que se opta se vea limitada, de modo que
jugar todo el rato a lo mismo sea una experiencia tediosa.
2. Invitar a realizar otros pasatiempos
Ocupar el tiempo en otras actividades ayuda a romper con el ciclo del juego, ya
que presenta otras rutinas y pensamientos estimulantes.
3. Limitar el tiempo
Es preferible dejar jugar durante un tiempo limitado a cortar en seco la posibilidad de seguir
jugando, ya que lo segundo produce tal hostilidad que la situación es vista como un
enfrentamiento directo en el que todo vale con tal de saltarse la norma.

Cómo reconocer y hacer frente a la adicción a los videojuegos


"En caso de detectarse una dependencia, es importante poner el acento en la persona y no criticar
el papel de los videojuegos en el mundo del entretenimiento, pues no todo el que juega a un
videojuego acaba enganchado", ha desmentido Soto.

La adicción a los videojuegos se puede abordar de forma individual y autónoma, a través de unas
normas, unos horarios, una rutina y el sentido de responsabilidad.

Pero, en caso de no poder afrontar el problema, es conveniente realizar un tratamiento llevado por
especialistas.

El tratamiento de la adicción a los videojuegos debe ser personalizado y han de estudiarse las
causas que pueden haber llevado a la persona a dicha dependencia.

"En Triora buscamos hacer un análisis profundo de la persona y su entorno. 


Cuando alguien padece un problema relacionado con la adicción a los videojuegos, sobre todo si
es el caso de un menor de edad, trabajamos directamente con la familia", ha explicado Soto.

Tal y como ha señalado, lo importante no es prohibir, sino supervisar.

Los expertos han añadido que cada caso debe abordarse de forma individualizada y realizando un
análisis funcional en el que se comprueben los detonantes y las consecuencias académicas,
laborales o afectivas.

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