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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria

Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez”

Núcleo San Carlos-Edo. Cojedes

Facilitador Participante

Yelitza Torres Rosaura Torrealba, C.I:29803541

SCAI1 Administración Informática

San Carlos, 27 de marzo de 2020


El trabajo de hoy

El capital intelectual puede definirse como el conjunto de activos


intangibles de una organización que, aunque no están reflejados en su totalidad en
los estados contables tradicionales, generan valor o tienen potencial de generarlo
en el futuro; es el conocimiento intelectual de esa organización, la información
intangible (que no es visible).

El Capital Intelectual siempre ha existido, y en las empresas proactivas,


desde su constitución, detrás del fondo de comercio, o plusvalía (valor no pagado
del trabajo del obrero que crea un plusproducto del cual se hace propietario el
empresario), o goodwill como también se le conoce. Sin embargo, esa plusvalía no
representa todos los elementos de naturaleza intangible que hacen posible el éxito
de una empresa, sino una pequeña parte de éstos.

Según Roos y otros (2001) es en el año 1969 que el economista John


Kenneth Galbraith da las primeras pistas sobre cómo abordar el desajuste en el
valor real de una empresa cuando acuña por primera vez el concepto de Capital
Intelectual. Galbraith sugiere que Capital Intelectual significa acción intelectual,
más que mero conocimiento o puro intelecto. En este sentido, se puede considerar
al CI tanto como una forma de creación de valor como también un activo en su
sentido tradicional.

Son muchas las definiciones que se han dado de Capital Intelectual


desde la década de los 90 cuando comenzaron a desarrollarse teorías en relación
con la administración y medición de los conocimientos dentro de las empresas,
algunas muy simplistas y otras más ajustadas a la realidad sobre la base del
primer concepto ya mencionado perteneciente a Galbraith. Entre algunas
definiciones sobre lo que es Capital Intelectual, se hallan las siguientes: “el
conocimiento y la pericia acumulados del individuo que son la fuente de
innovación y regeneración” o esta otra “capacidad, destreza y aptitud...
incorporados al cerebro humano”. La indeterminación de las anteriores
definiciones consiste en su imposibilidad de traducir éstas en planes y acciones.

Son muchas las ideas que constituyen al Capital Intelectual,


independientemente de su tamaño o alcance, si esta beneficia a la empresa y la
hace más eficiente y competitiva en su desarrollo y funcionamiento, es totalmente
útil. Edvinsson y Malone (1998), definen el Capital Intelectual “como la posesión
de conocimientos, experiencia aplicada, tecnología organizacional, relaciones con
clientes y destrezas profesionales que ofrecen a la empresa una ventaja
competitiva en el mercado.” Este concepto es importante porque en él queda al
descubierto un aspecto relevante que tiene que ver con los lugares en donde se
debe buscar y desarrollar el Capital Intelectual.

En fin, en base a todo lo analizado, se puede decir que el Capital Intelectual


está constituido por todos aquellos conocimientos o ideas que poseen los
miembros de una empresa y que son puestos en práctica para contribuir a darle
ventajas competitivas dentro del mercado en que se desenvuelve.

Por otro lado, la globalización es un proceso económico, tecnológico, político,


social y cultural a escala mundial que consiste en la creciente comunicación e
interdependencia entre los distintos países del mundo uniendo sus mercados
sociales y culturales, a través de una serie de transformaciones sociales y políticas
que les dan un carácter global. La globalización es a menudo identificada como un
proceso dinámico producido principalmente por la sociedad, y que ha abierto sus
puertas a la revolución informática, llegando a un nivel considerable de
liberalización y democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico
y económico nacional, y en sus relaciones nacionales e internacionales. En ese
sentido, se dice que este proceso ha hecho del mundo una aldea global. La
disolución progresiva de las fronteras económicas y comunicacionales ha
generado una expansión capitalista. Esta, a su vez, ha posibilitado inversiones y
transacciones financieras globales orientadas a mercados distantes o emergentes,
en términos que antiguamente resultaban muy difíciles, altamente costosos o
inviables.

En otro orden de cosas, la palabra ética proviene del griego ethos y


significaba estancia, lugar donde se habita, manera de ser, carácter. Es como una
segunda naturaleza, una naturaleza de carácter moldeable y adquirido, no
heredada biológicamente. Es la manera de ser que se construye mediante la
creación de hábitos que desarrollamos como parte de nuestro carácter. Por otro
lado la tecnología, es la aplicación de conocimiento científico en la solución de
problemas prácticos. La Tecnología es el conjunto de conocimientos técnicos,
ordenado científicamente para diseñar y crear bienes y servicios. La ética permite
orientar la conducta humana en la tecnología, orienta y guía las acciones del ser
humano. Su objeto es definir cómo comportarse ante diversas experiencias en
beneficio propio y en el de los demás.

La ética tecnológica involucra muchas decisiones estratégicas, como


inversión en recursos humanos, modernización, desarrollo y servicios de
productos. Las amenazas y oportunidades, pueden afectar de manera significativa
el desempeño, caracterizándose por su singularidad, complejidad y velocidad. Es
un área interdisciplinal sobre todos los aspectos morales y éticos de la tecnología
en la sociedad. Se basa en las teorías y métodos de varios dominios de
conocimiento (como las comunicaciones, ciencias sociales, estudios de
información de estudios de tecnología, la ética aplicada, y la filosofía) para
proporcionar información sobre las dimensiones morales de los sistemas y
prácticas tecnológicas cuyo fin es avanzar en una sociedad moderna.

Las organizaciones en el nuevo lugar de trabajo

Introduciendo otro tema, se prosigue a definir una organización y ¿Qué es


una organización? es un sistema social, formado con el fin de alcanzar un mismo
objetivo en común. Como todo sistema, éste puede contar con subsistemas
internos, que tengan asignados tareas específicas. La organización, palabra que
deriva del griego “órganon”, consta de un grupo de personas enfocadas en un
objetivo en común a lograr. Esta organización sólo puede funcionar y ser real si,
entre las personas que la componen, existe la comunicación y la intención de
actuar coordinadamente hacia las metas u objetivos a cumplir. Se plantean
normas, las cuales la organización adopta y ayudan a lograr la misión.

Las organizaciones cuentan con características específicas. El grupo


humano, para funcionar, debe establecer reglas explícitas y claras, aportar un
cierto grado de formalidad y presentar conductas recurrentes. Básicamente, las
organizaciones son un orden que se dan en un tiempo, espacio y cultura
determinados. Con su vista en un objetivo concreto, se crean en un punto
temporal específico, creando consecuencias en el ambiente. Las organizaciones
crean poder, lo poseen y lo transmiten. No sólo generan trabajo, sino que también
generan una cultura propia. A través de sus símbolos, imágenes y de su prestigio
se crea un camino por el cual se inician, conservan y reproducen conocimientos.

Ahora bien, ya sabemos lo que es una organización, pero ahora para el


propósito del análisis de una organización desde el punto de vista de la teoría, la
palabra sistema toma un sentido particular: significa una pauta de relaciones
dentro de un marco pertinente destinado a la realización de cierto propósito
específico. Así, puede concebirse a una organización como un conjunto complejo
de relaciones entre recursos físicos, humanos y trabajo, unidos en una red de
sistemas. Los sistemas actúan como arterias que transportan recursos para
generar procesos productivos y distributivos, para convertirse en los medios de
satisfacer las necesidades de grupos de miembros. Los sistemas pueden
percibirse de dos formas: cerrados y abiertos. Los sistemas cerrados son aquellos
sistemas cuyo comportamiento es determinístico y programado, que opera con un
muy pequeño intercambio de energía y materia con el ambiente. Los sistemas
abiertos son aquellos que presentan intercambio con el ambiente, a través de
entradas y salidas. Intercambian energía y materia con el ambiente, adaptándose
a este como medio para sobrevivir.
Estamos sujetos día a día a un proceso de transformación, en el que
constantemente debemos ir reajustando nuestra conducta e ideas a las nuevas
formas de convivencia y desarrollo social. Todo cambio presupone el paso de un
estado a otro, ya sea por causas externas o por causas internas. Las
organizaciones como entidades o grupos que componen la sociedad son
afectadas por estos cambios. Las mismas enfrentan un ambiente dinámico y
cambiante, que demanda de estas una reestructuración y una adaptación. El
cambio organizacional ha sido trabajado por diversos autores, demostrando que
este es un proceso mucho más complejo que una simple transición de un estado a
otro, en él influyen varios factores condicionados por su principal protagonista, el
ser humano. La organización viéndola desde su carácter desarrollador y sistémico,
no podemos remitirnos a una simple descripción de lo que pueda ocurrir, a partir
de una transformación. En esta se encuentran varios factores coexistiendo como:
la estructura, dentro de ella la dirección y el liderazgo; la cultura; la estrategia de la
organización y la subjetividad organizacional. Teniendo en cuenta los factores del
medio que le rodea, la entrada y salida de información, el intercambio de bienes,
capacidades, poder información y afecto.

Alejandro Reyes y José Ángel Velásquez (1997, citado en Villalón, I.D.,


2008) definen el cambio organizacional como “la capacidad de adaptación de las
organizaciones a las diferentes transformaciones que sufra el medio ambiente
interno o externo, mediante el aprendizaje”. Otra definición sería: “el conjunto de
variaciones de orden estructural que sufren las organizaciones y que se traducen
en un nuevo comportamiento organizacional.”

Para algunos autores en el concepto de cambio organizativo, se incluye


desde el cambio en la macroestructura global de una empresa hasta las
alteraciones en la asignación del trabajo y la coordinación de la actividad en
unidades de menor tamaño definidas con precisión; puede tratarse de
modificaciones en la administración o en la producción. De un modo u otro, la
cuestión consiste en replantear las relaciones laborales entre trabajadores. Otros
han tratado el tema donde se ve al cambio como el paso de un estado a otro,
caracterizado por ciertas propiedades distintas a las iniciales, y a lo largo del cual
se suceden intercambios con su entorno. Tal como sucede en la naturaleza, en las
organizaciones el cambio es promovido ya sea como reacción a factores externos,
o bien como consecuencia de las propias decisiones.

Las organizaciones se ven forzadas a desarrollarse en un medio en el cual


el cambio es constante, apareciendo cambios favorables o desfavorables, donde
la única alternativa sería actuar o adaptarse en función de crecer y no
desaparecer, logrando competencia. Por esa razón el cambio debe ser planificado,
lo que significa preparar al sujeto organizacional para el mismo, partiendo de las
ideas, presunciones, creencias y expectativas del mismo con respecto a la
variación. Un cambio planeado no es sencillo, barato o sin dolor. Es necesario que
los trabajadores cambien sus costumbres, normas, valores, reglas, en general su
cultura. Solo así sería posible la sobrevivencia de la organización.

Los administradores y el nuevo lugar de trabajo

A través de los años se han planteado diversas definiciones de lo que es


administración y, por lo tanto, de lo que es un administrador. Según Allen y
Gilmore “Un administrador es una persona que obtiene resultados a través de
otras personas. Un administrador es el responsable de llevar a cabo las
actividades necesarias para alcanzar las metas organizacionales. Más
específicamente, un administrador desempeña ciertas funciones básicas para que
la organización se encamine hacia la consecución de dichas metas.”

Mintzberg (2013) ha resumido muy bien lo sucedido en los siguientes


términos: Henry Fayol vio la administración a través del ejercicio del control,
mientras Tom Peters la visualizó como «hacer». Michael Porter en cambio la ha
equiparado con pensar, específicamente analizar. Warren Bennis la ha descrito
como liderar, al tiempo que Herbert Simon la ve como tomar decisiones, con lo
cual ha estado de acuerdo la Harvard Business Review que ha dicho en su
portada, durante años, que es «La revista de los tomadores de decisiones». Todos
se han equivocado porque todos estaban en lo correcto. Administrar no es
ninguna de estas cosas sino todas ellas, es controlar y hacer, es manejar y
pensar, es liderar y decidir y muchas más, no agregadas sino mezcladas. Si se
quita alguna de estas actividades no se tiene completa la labor del administrador.

De acuerdo con lo expresado por Mintzberg, se podría decir entonces que:

Un administrador es quien controla, ejecuta, maneja, analiza, comunica, vincula,


planifica, lidera, negocia, motiva y toma decisiones, entre muchas otras
actividades, dentro de una organización, un área, rama, unidad o departamento de
la misma, con el propósito de conseguir que se cumplan ciertos objetivos.

Siguiendo con el tema, existen los niveles de administradores y, desde una


perspectiva horizontal, se pueden dar tres niveles administrativos:
Administradores altos o Alta dirección, son un pequeño grupo que controla la
organización; títulos como: presidente, vicepresidente, gerente general, entre
otros, pertenecen a este grupo. Los altos administradores establecen los objetivos
de la organización, la estrategia global y las políticas operacionales. Los
administradores medios o Dirección media que probablemente es el grupo más
grande en la mayoría de las organizaciones, son responsables de implementar las
políticas y planes desarrollados por los altos ejecutivos. Un área de
responsabilidad es supervisar y coordinar las actividades de los administradores
de primera línea. Gerentes de planta, gerente de operaciones, gerente de división
son ejemplo de títulos de estos administradores. Y los administradores bajos o
Dirección Operativa, estos supervisan y coordinan las actividades de los
empleados operativos. Títulos como capataz, supervisor, administrador de oficina
pertenecen a esta categoría. En contraste con los administradores altos y medios,
los de primera línea gestan una gran proporción de su tiempo supervisando
directamente el trabajo de sus subordinados.

Dentro de una empresa pueden existir diferentes tipos de administradores,


en función de las circunstancias y necesidades que presente cada organización
empresarial, cuyo principal objetivo es obtener buenos resultados y garantizar el
funcionamiento de la propia empresa.

 Administrador mancomunado: Se caracteriza porque no cuenta con un


margen de maniobra demasiado amplio para la toma de decisiones, puesto
que necesita el apoyo de todos los miembros que formen el consejo, para
llevar a cabo cualquier tipo de acción. Es habitual que el papel de
administrador mancomunado lo ejerza una persona que no tenga ningún
tipo de vínculo con ninguno de los socios, con el objetivo de garantizar
imparcialidad a la hora de actuar.
 Administrador solidario: La figura del administrador solidario es totalmente
opuesta a la del administrador mancomunado, ya que este sí que tiene total
libertad para tomar decisiones sin necesitar el apoyo de los socios. Los
administradores solidarios son nombrados en consenso por todos los
socios que forman el consejo empresarial, otorgándoles plenos poderes
para dirigir la empresa, siempre dentro de la legalidad.
 Administrador concursal: La figura del administrador concursal, aparece en
el momento en el que una organización empresarial entra en concurso de
acreedores. Una situación excepcional, que requiere además de una serie
de medidas concretas, que garanticen el cumplimiento de las obligaciones
por parte de una empresa, al entrar en concurso. Tal y como establece la
vigente Ley Concursal, la persona que ejerza el cargo de administrador
concursal, debe ser un abogado con al menos cinco años de experiencia
profesional, un economista, un titulado mercantil o un auditor de cuentas,
con experiencia en el ámbito concursal a lo largo de su trayectoria.

Estos son solo tres de los muchos tipos de administradores que nos
podemos encontrar en una sociedad. Ahora bien, a la hora de administrar una
empresa, se puede optar por un administrador único, por varios administradores, o
por implantar un Consejo de Administración:
 Administrador único: Una sola persona física es la encargada de
llevar a cabo todas las funciones que derivan de la administración, así
como hacerse responsable de todas las acciones u omisiones
llevadas a cabo.
 Varios administradores: Al haber diferentes administradores dentro de
una empresa, existen diversas alternativas en cuanto a la toma de
decisiones y a la organización de la propia empresa.
 Consejo de Administración: Para implantar un Consejo de
Administración, debe estar previsto en los propios estatutos de la
empresa, y puede estar formado por un mínimo de tres miembros, y
un máximo de doce. El Consejo de Administración no suele ser
común en las sociedades limitadas, puesto que no resulta eficiente
para la toma de decisiones.

El administrador tiene un campo de acción amplio ya que puede desarrollarse


en diferentes áreas como: organización y métodos, producción, planeamiento,
finanzas, mercadeo, supervisión, ventas, capacitación, selección de personal.
Puede desempeñarse también como administrador financiero y contable,
administrador de operaciones, administrador de recursos humanos, administrador
de compras y ventas, administrador público, docencia universitaria, auditoria
gerencia, consultoría empresarial, entre otros.

Desde otro punto de vista, el administrador también desempeña una serie de


roles que le dan considerable poder indirecto en la estructura.

Primero; el administrador pasa mucho tiempo manejando perturbaciones en


la estructura. El proceso de encasillamiento es imperfecto y conduce a disputas
jurisdiccionales ente los no profesionales de la administración. Segundo; los
administradores, especialmente en los niveles superiores, sirven para dirigir más
allá de los límites de la organización, entre las partes internas y las partes
externas: gobiernos, asociaciones de clientes, etc. Tercero; la organización se
vuelve dependiente del administrador efectivo. El no profesional de la
administración enfrenta un dilema: hacer el trabajo administrativo él mismo, en
cuyo caso tiene que renunciar al tiempo para practicar su profesión; o dejarlo a los
administradores, en cuyo caso debe ceder algo de su poder de decisión.

Finalmente, es necesario recordar algunas definiciones:

1. Eficiencia es la optimización de los recursos y Eficacia es el logro de los


objetivos.
2. Eficiencia + Eficacia = Efectividad
3. Administración es la optimización de los recursos para el logro de los
objetivos.
4. Por lo tanto todos los Administradores deben ser Efectivos.

La vida profesional transcurre durante muchos años y, en la sociedad


actual, sujeta a numerosos y cada vez más veloces cambios en todos los ámbitos,
se ve sometida a innumerables circunstancias cambiantes, situaciones
inesperadas, imprevistos y nuevos problemas que resolver. Unos de los retos que
considero está presente en el trabajo de hoy es: El manejo integral de la
información, el empleado, profesional, obrero, etc. Debe estar muy bien informado
sobre cualquier tipo de tema inherente o no a su área de trabajo, también de estar
muy bien actualizado, después de todo, la información y definición de cada cosa
se va ampliando y, a veces, hasta cambia. Y también aparecen nuevos temas de
los cuales se debe tener conocimiento. Otro reto son las relaciones humanas, un
profesional debe saber cómo relacionarse con todas las personas de su entorno y
más allá, debe saber cómo llevar una buena comunicación y trato con cualquier
persona, sea esta profesional o no lo sea.

¿Cuáles son los retos en el trabajo de hoy?

Un empleado tiene que adaptarse a la transformación digital, no


descubrimos nada si no reconocemos que el entorno profesional está sometido a
nuevas exigencias respecto a los recursos humanos y a perfiles cada vez más
orientados a negocios con alto componente digital. Todos los sectores tendrán que
adaptarse a esta nueva realidad. Y, por último, fijándonos en aquellos que son
recién egresados de un centro de estudio, el mayor reto que se le presenta es la
experiencia laboral, puede ser posible que muchos no tengan experiencia laboral
previa y, al presentarse en una entrevista, estarán o estaremos compitiendo contra
quienes si tienen algún tipo de experiencia. Por eso es importante resaltar, no solo
los talleres y/o cursos tomados en la universidad o fuera de ella, sino también
destacar las aptitudes y los logros académicos. Siempre se debe tener la meta
fijada en mente para saber a dónde se quiere llegar y luego de llegar allí, querer
más y superarse.

¿Cómo son las organizaciones?

Las organizaciones son sistemas organizado para alcanzar una misma


meta. Como toda organización se ordena jerárquicamente, estableciendo normas
y reglas. Además, no solo generan trabajo, sino que también generan una cultura
propia, generan conocimiento. Un dato interesante es que pueden ser con fin o sin
fines de lucro. Una definición más concreta, manera subjetiva, de cómo es una
organización es que son sistemas visionarios compuesto por un grupo de
personas que quieren alcanzar un mismo resultado.

¿Quiénes son los administradores y qué hacen?

En español administrador es el que gobierna o dirige. Administrador es el


que administra (Real Academia de la Lengua Española). Son sinónimos de
administrador: gobernador, rector, regente, gerente, director, ministro, intendente
gestor, apoderado, jefe, guía, dirigente, mayordomo, síndico, cuidador, tutor,
curador. Administrar significa: gobernar, regir, aplicar.

La Academia de la Lengua anota: "administrador. Que administra.


Persona que administra bienes ajenos". Lo anterior expresa la posibilidad de que
el administrador se ocupe de bienes propios (primera acepción) o bienes ajenos
(segunda acepción). Es un hecho que existe una gama muy amplia de jerarquías
para gobernar o dirigir las instituciones: presidentes, vicepresidentes,
gobernadores, regentes, ministros, directores, gerentes, jefes, supervisores, etc.,
donde cada cargo específico tiene su propia connotación pero donde todos ellos
administran, es decir, gobiernan, aun cuando en general reportan a instancias
superiores, también son, de una u otra manera, subordinados. Pero el rasgo que
les es común es el mando, la autoridad; la diferencia expresa fundamentalmente
jerarquía y facultades.

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