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Lo Que Se Requiere para Ser Un Ganador
Lo Que Se Requiere para Ser Un Ganador
Ganador
LA VIDA DE PAUL J. MEYER: UN TESTAMENTO DE LO QUE ES POSIBLE
Paul comenzó Success Motivation Institute hace 48 años. Fue el primero en condensar
libros de mejora personal y ponerlos en cintas, luego LPs de 12 pulgadas, después
cartuchos de 8 pistas, después cassettes y ahora CDs y DVDs. Desde entonces Paul
ha escrito 28 programas completos en los temas de fijación de metas, motivación,
ventas y liderazgo. Si se pusieran en forma de libro, todos estos programas serían
equivalentes a más de 100 libros conteniendo algunos de los materiales más
importantes e impactantes de logro personal jamás producidos. W. Clement Stone,
propietario de la revista SUCCESS durante varias décadas, dijo que Paul J. Meyer
llevó a la industria de desarrollo personal de la era de la lectura a la era del audio.
En las últimas cinco décadas, Paul ha sintetizado y resumido lo que ha aprendido para
compartirlo con los demás. Pero si se le forzara a resumir los principios que hay en
todos los programas que ha escrito, así como en los volúmenes escritos sobre mejora
personal, simplemente diría “Todo es Cuestión de Actitud”. Se ha convertido en su
clarinada en el mundo del desarrollo personal, y fue la inspiración detrás de Success
Motivation Institute.
Más importante es que el material que Paul enseña proviene de experiencias reales de
la vida, revisadas a través de prueba y error. No hace un planteamiento hipotético o
teórico sobre lo que se requiere para ser exitoso. Paul lo ha vivido. No se puede
cuestionar si sabe de lo que está hablando; sólo hace falta ver su vida para tener un
testimonio.
A lo largo de los años Paul comprendió aún más el poderoso papel que desempeña la
actitud para determinar el éxito y ganar en la vida. Paul dice “Cuando las personas
piensan que son exitosas, tienen éxito. Cuando crees en ti mismo, otros tienden a
creer en ti. Cuando ven tu confianza en ti mismo y tu expectativa positiva sobre tus
metas, creen en ti y comienzan a aceptar tus ideas”.
Paul dice que las personas exitosas piensan como ganadores. Se aborda la vida con
una expectativa confiada que se puede resolver cualquier problema que surja,
convertir cualquier situación en una ventaja positiva y lograr cualquier meta que sea
importante para su éxito. El dice: “Los ganadores comparten algunas actitudes
Paul dice: “El éxito comienza con la actitud. Los ganadores usualmente enfrentan el
trabajo del día con el propósito de descubrir lo que puede hacerse en vez de
preocuparse por lo que no puede hacerse. Cuando los ganadores encuentran
obstáculos, sacan inmediatamente su actitud positiva y determinan rápidamente como
reaccionar constructivamente”.
Este punto fue inculcado a Paul por su padre, un ebanista y artesano que creía que el
uso diestro de la herramienta correcta era esencial para crear la obra maestra
deseada. Una herramienta que resalta en la memoria de Paul es el imán de su padre,
porque su padre lo utilizó para demostrar una ley fascinante que Paul utilizaría toda su
vida. Él dice: “El experimentar con este imán me condujo a la ley de atracción de la
vida. Los positivos atraen, y los negativos repelen. Cuando las personas permiten que
el miedo, la preocupación, la duda, la indecisión y otras formas de pensamiento
negativo determinen la dirección de su actitud mental, cortan el poder positivo de sus
imanes”.
En contraste, Paul dice que cuando apuntamos nuestra actitud hacia resultados
positivos, los resultados son positivos. “El poder de una actitud positiva es de largo
alcance, va mucho más allá de los límites inmediatos de nuestro proceso de
pensamiento”.
Durante una recesión económica en 1962, Paul y su equipo estaban esforzándose por
encontrar una forma de ayudar a su fuerza de ventas durante este difícil periodo.
Sabiendo que estaban rodeados de mensajes negativos provenientes de todas
direcciones, la compañía se fijó una meta de no leer el diario, no ver televisión y no
escuchar ningún chisme durante 30 días sino simplemente salir y trabajar. Aumentaron
su producción 50 por ciento. “Cuando te concentras en los positivos en tu vida, incitan
el deseo de ponerte en marcha, tomar acción, superar cualquier adversidad que haga
peligrar el bienestar o prosperidad”.
Paul dice: “Los ganadores no esperan obtener algo a cambio de nada. Los ganadores
están dispuestos a dar el tiempo, esfuerzo, creatividad y dinero necesarios para lograr
sus propósitos. Ellos saben que cualquier éxito que valga la pena conlleva un alto
costo y aceptan con agrado la oportunidad de invertir en su propio éxito”.
Otro de los dones que le dieron sus padres a Paul fue aprender el valor del trabajo. Él
dice, “Lo que mis padres me enseñaron, año a año, ha adoptado un significado incluso
más completo y valioso a medida que he experimentado el maravilloso mundo del
trabajo. Siempre he tenido la voluntad de trabajar con un plan para lograr metas
valiosas y predeterminadas”.
A mitad de sus 40, Paul estaba tratando de reclutar a algunos compañeros para uno
de sus negocios. Ellos reiteradamente dieron excusas de ser demasiado viejos o que
era demasiado tarde para aventurarse en tales empeños. Paul se propuso
demostrarles que estaban equivocados mostrándoles que cualquier cosa es posible
siempre que fijes una meta, tengas la actitud de un ganador, y apliques disciplina y
Incluso antes de haber cogido una raqueta por primera vez, compró un equipo para
quemar madera e hizo una afirmación y la puso sobre su mesa de escritorio. Decía:
“Soy un jugador de tenis de Clase A”. Después se fue a trabajar. Compró y estudió
reiteradamente cada video de cada gran jugador de tenis. “Tomé clases con Rod
Laver, el jugador Nº 1 del mundo en esos tiempos, así como de Roy Emerson, quien
había ganado más torneos que cualquiera en ese entonces, y de Russell Seymour, el
mejor jugador de mi edad”.
Cuando se le pregunta cómo alguien de su edad pudo lograr tal faena, trae la
discusión de vuelta al poder de fijar metas. Paul dice: “Puse mi meta por escrito,
enumeré los obstáculos y barreras, y después se trataba de encontrar una solución.
Yo tenía más de 50 años en ese entonces, pero eso es lo que estaba dispuesto a
hacer para aprender. Es lo que tenía que hacer para ser un campeón y ser el mejor”.
Paul dice: “Los ganadores ejercen iniciativa; hacen lo requerido porque son
personalmente responsables. Los ganadores nunca dan excusas; reconocen sus
errores o fallas y aprenden de ellas. Los ganadores cumplen con su responsabilidad
de ser y hacer lo mejor”.
Aunque estaba devastado por la traición, la verdad era que tenía varios cientos de
vendedores de seguros que de pronto quedaron desempleados, igual que él. También
había muchas personas que habían comprado pólizas de su agencia que estaban en
riesgo financiero. La mayoría de personas en esa situación alegarían que fueron
estafados y acogerse a la protección en caso de quiebra. Pero Paul no. Él dice: “No
podía conscientemente abandonar a todas esas personas”. Se pasó el año siguiente,
sin paga, redimiendo el perjuicio. “Nos aseguramos que nuestros asegurados
estuvieran protegidos y ayudamos a cada vendedor de la agencia a encontrar un
nuevo empleo. Cuando se terminó de hacer todo, no le quedaba nada excepto el
saber que había hecho lo que era correcto”.
Paul dice que “Todos han nacido con la habilidad para ser creativos”. Los ganadores
cultivan su creatividad, confían en ella y la ejercitan. La creatividad surge de la
aceptación de uno mismo, el conocimiento de uno mismo, y el valor para desarrollar y
ejercitar los talentos originales de uno mismo”.
El coronel había escuchado que Paul era un atleta bastante bueno e hizo un trato con
él, un trato que pensó que nunca podría cumplir. Le dijo que en tres semanas vendrían
los records de aptitud física del Ejército, una competencia tipo decatlón. Le dijo: “Si
rompes cada uno de esos records, puedes quedarte aquí y ser un entrenador de
aptitud física”.
Paul dice: “La frase darse por vencido no está en el vocabulario de los ganadores.
Cuando los ganadores eligen una meta, su compromiso para lograrla es firme y
resuelto. Cuando los ganadores enfrentan obstáculos o se encuentran con
impedimentos, pasan por encima o los convierten en escalones para progresar. Los
ganadores prosiguen sus metas persistentemente hasta tener éxito”.
El primer trabajo en ventas que tuvo Paul fue con una compañía de seguros con sede
en Columbus, Georgia. Al haber terminado la Segunda Guerra Mundial, la
competencia por empleos era feroz. Paul se presentó a las 57 compañías que había
en la ciudad. Él dice: “La última compañía me dio un empleo y me enviaron al campo,
una de las áreas más difíciles para vender, para probar mi temple. No había lugar para
fallas”. Fijó una meta de ser exitoso vendiendo seguros de vida y no había más que
hablar. Si habían obstáculos, el pasaba por encima de ellos. De haber una pared,
hubiera pasado a través de ella. Paul dice: “Si escuchaba un no, no me importaba. Yo
tenía la misma saludable imagen de mi mismo cuando llamé a la primera compañía de
seguros que cuando llamé a la 57ª, incluso con 55 rechazos de por medio”.
Paul dice que su éxito en la vida no es parte de alguna fórmula mágica sino el tener la
actitud correcta en la vida. Él dice: “Todo es cuestión de actitud. Tengo ese letrero en
mi oficina. Fui en un viaje alrededor de Sudamérica en el viaje inaugural del Queen
Mary y cuando estaba en el Polo Sur, fui tan lejos como pude llegar, alcé un letrero
que decía, “Todo es Cuestión de Actitud”. Fui a hacer buceo en las islas Cayman,
donde vivo cuatro meses del año y llevé el letrero al fondo del océano. Decía, “Cuando
estás hundido en el fondo, todo es cuestión de actitud”. Así que no interesa donde
estés o qué estés haciendo, todo tiene que ver con actitud. Y después tengo una
actitud no-dejaré-que-me-lo-impidan. Y eso es algo increíble de tener. No veo mi
debilidad; veo mi fortaleza. No veo mis problemas; veo mi poder. Todo es cuestión de
actitud”.