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1.

RESUMEN EJECUTIVO

Este resumen pretende que una rápida lectura permita una visión bastante concreta de los
principales aspectos de la gestión de AySA en el periodo que va desde su creación hasta diciembre
de 2014, aspectos que por otra parte están desarrollados con extensión y profundidad en cada los
cuatro capítulos del presente informe.

El primer aspecto desarrollado se refiere a la performance alcanzada en materia de población


servida y grado de cobertura en agua potable y desagües cloacales. En este aspecto el análisis
realizado ha permitido mostrar una situación paradójica que se deriva básicamente de la mala
calidad de la información de base de los censos nacionales de población que se utilizó para
determinar cobertura y población servida al inicio de la concesión.

Así, el porcentaje inicial de cobertura, cuando se crea AySA, era de 79,16 y 59,84 en agua potable
y desagües cloacales respectivamente. Los habitantes que se incorporaban al servicio por la
expansión sobre una base más alta que la real hacia aparecer también una cobertura más alta al
final. Así por ejemplo el informe anual del año 2011 decía que la cobertura en agua potable y
cloacas era de 83,75% y 62,62%. Cuando aparecen los datos del censo 2010 corrigiendo los datos
del 2001 entonces la cobertura que aparecía en el informe anual para el año 2014 era de 83,00%
y 62,65% (es decir más baja que la de 2011) y por tanto la performance de AySA, con todo el
esfuerzo realizado daba como que la cobertura en agua solo había subido un pobre 3,84% y 2,81%
en agua potable y desagües cloacales respectivamente.

El análisis retrospectivo de las series demográficas permitió determinar que en realidad la


cobertura inicial era 75,10% y 56,61% y que la expansión realizada entre 2006 y 2014 llevó estos
porcentajes de cobertura al 81,63 y 62,93 en agua potable y cloacas respectivamente. Es decir
que en realidad la performance de AySA fue un aumento de 6,53% y 6,42% en la cobertura con
una incorporación de 1.380.277 y
1.201.870 habitantes en agua potable
y cloacas respectivamente.

Es decir que al finalizar el año 2014 la


población con servicio había
aumentado, respecto al inicio de
2006, en 18,6 y 21,5% en agua y
cloacas, con el adicional que el agua
residual que generan el total de los
habitantes servidos es tratada
adecuadamente.

Otro aspecto que resulta


demostrativo del esfuerzo realizado
en materia de cobertura de los
servicios se obtiene discriminando al crecimiento de la población servida en lo que es crecimiento
del radio servido propiamente dicho y lo que se deriva de la propia densificación de dicho radio.

La incorporación de población al usufructo de ambos servicios fue de 2.582.085 habitantes, de los


cuales el 69,3% se hizo a través de la expansión del radio servido y 30,7% por densificación, hecho
que realza más el esfuerzo realizado, máxime si se tiene en cuenta que la expansión fue
proporcionalmente más importante en el servicio de cloacas, donde la expansión en redes fue
acompañada por la expansión de la infraestructura para que los líquidos recolectados puedan ser
debidamente tratados para su vuelco a cuerpo receptor, hecho que implico un cambio de
paradigma de lo que hasta entonces era la expansión en cloacas, donde solo se recolectaba y se
volcaba crudo a cuerpo receptor.

Los logros alcanzados en materia de cobertura de población servida resultan más notorios aún si
se tiene en cuenta que durante los tres – cuatro primeros años la compañía se tuvo que dedicar
desarrollar un plan de atención de emergencias y normalización del servicio, del deterioro
provocado por el congelamiento tarifario desde el año 2002 que provoco una aguda crisis
económica – financiera al anterior concesionario y puso el servicio al borde del colapso.

El gráfico muestra esta situación, con la cobertura cayendo al inicio de la creación de AySA y
recién comenzando a crecer entre el año 2009 y 2010, con la fuerte inversión en expansión
llevada cabo a partir de allí.

Otro aspecto para destacar es un hecho que esta comenzado a tomar relieve y es que tanto en el
servicio de agua potable como en el desagües cloacales, aunque en este caso aún es en menor
medida, la expansión está llevándose a cabo en zonas cada vez menos pobladas lo cual no solo
implica mayores de gastos de capital por habitante servido en el presente sino además mayores
gastos operativos, también por habitante servido, en el futuro. Así la relación habitantes/km 2 que
al inicio de la concesión de AySA era de 9.166 y 10.038 en agua potable y desagües cloacales
respectivamente, al cierre del año 2014 había descendido a 8.757 y 8.680 respectivamente.

Análisis específico merecen los indicadores de cobertura del servicio de agua potable y desagües
cloacales previos a la existencia de AySA, por existir una amplia divergencia entre los datos de
cobertura entre el año 2005, último año de la concesión de AASA y el año 2006, primero de la
concesión de AySA, lo cual ponía en duda las estimaciones de cobertura realizadas en este
informe.
El informe de Benchmarking
de 2011 del ERAS consigna
que los porcentajes de
cobertura de agua potable y
desagües cloacales para el
año 2005 serían 81,6 y 66,2
y los correspondientes a
2006 serían 76,7 y 62,8 es
decir que al pasar de una
concesión a otra se
perdieron 4,9 y 3,4 puntos
porcentuales de cobertura
en agua potable y cloacas
respectivamente, lo cual
resulta virtualmente
imposible.

Como era evidente que esta divergencia ponía en duda todos los datos de cobertura que brindada
AySA, se hizo una revisión del informe anual de 2005 de AASA, que permitió determinar que en
realidad este concesionario presentaba su cumplimiento de metas de cobertura por habitantes
servidos y no como una relación. Estos habitantes se determinaban por la población base del
censo de 1991 proyectado por las tasas de crecimiento de población que figuraban en su contrato
de concesión. Por otro lado el ERAS tomaba este dato como dado y determinaba la población
total de la concesión según el censo 2001 y utilizaba las tasas de crecimiento demográfico
intercensales 2001 – 2010. Por tanto las relaciones de cobertura confeccionada por ERAS el tenían
un numerador que era la población correspondiente a un censo y el denominador que era
población de otros censos. AySA por su parte tomaba poblaciones del mismo censo para
numerador y denominador y de allí saltaba esta discrepancia en los indicadores de cobertura,
discrepancia que fue neutralizada por al realizar este estudio donde se muestra que la cobertura
de agua potable era de 75,10 % y 73,93% para agua potable y 56,6% y 55,86& para desagües
cloacales, para los años 2005 y 2006 respectivamente.

En capitulo siguiente de este informe se comparan los costos operativos de AASA en el año 2001
con los de AySA en 2014 y dentro del conjunto de variables alternativas para medir la evidente
diferencia de tamaño entre ambas empresas se seleccionó la variación de la población servida con
agua potable y desagües cloacales entre tales años, lo cual implico revisar las poblaciones servidas
de agua potable y desagües cloacales que informo AASA en el informe anual de 2001, para que la
comparación entre ese año y 2014 sea consistente.
Según el análisis llevado a cabo,
entre 2001 y 2014 las poblaciones
servidas con agua potable y
desagües cloacales subieron 19% y
25% respectivamente, mientras que
la total lo hizo en un 23%.

En el capítulo siguiente del informe


se compararon los costos operativos
de AySA para el año 2014, último
año con información auditada, con los costos operativos de AASA para el año 2001.

No se utilizó el 2006, año de creación de AySA, para la comparación porque se ha considerado que
el gasto operativo del año 2001 es más adecuado 1 como referencia para medir la gestión en
materia de gasto operativo de AySA pues en el año 2001 se llevó a cabo la última revisión
ordinaria entre el ETOSS (anterior regulador) y AASA (anterior concesionario), en la cual
supuestamente se determinaron los gastos operativos y de capital y las tarifas de equilibrio para
prestar el servicio con el nivel de calidad previsto en el marco regulatorio vigente y financiar las
inversiones por los siguientes 5 años y sobre todo porque a partir del año 2001 se produjo un
aumento del precio de los insumos de la empresa (primero muy fuerte y que luego se fue
atenuando) con las tarifas del servicio congeladas, de modo que al llegar al año 2006 existía un

1
En el sentido que es un año más normal para medir el gasto operativo, a pesar que de por si el año 2001 fue
económicamente muy crítico donde el riesgo país llego a los 4000 puntos básicos y el producto interno bruto se redujo
un 4,5% respecto al 2000 y este año ya se había reducido un 1% respecto al año 1999.
deterioro generalizado de la situación de la empresa, con un gasto operativo muy deprimido,
como para que 2006 pueda ser considerado una referencia válida.

La comparación del año 2001 con el 2014 requirió de un ajuste de tipo general en cantidades y
precios, considerando por un lado que la empresa en 2014 tiene una dimensión mucho mayor
que la que tenía en 2001 y por otro el alza importante en los precios ocurrida entre ambos años.

Respecto al tamaño, luego de analizar diversos indicadores se optó, como se mencionó con
anterioridad, por seleccionar el aumento porcentual de la población servida con agua potable y
desagües cloacales para mostrar la diferencia de tamaño entre la empresa de 2001 y la de 2014,
considerando que en el último año la empresa es 23% más grande que en 2001. 2 Respecto a la
variación de precios de cada uno de los insumos que la empresa utiliza en sus procesos, se tomó
la que mostraban los índices oficiales que se consideró eran más representativos de cada rubro de
gasto.

Complementariamente se hizo un análisis particularizado por cuentas y sub cuentas cuando se


consideró que el ajuste general en cantidades o precios no era representativo de lo realmente
ocurrido en dichos cuentas en función de lo informado por cada una de las áreas de la empresa.

Este análisis particularizado incluye aquellos rubros o sub rubros donde se detectan las
principales diferencias, sea en más o en menos, entre el gasto teórico y el gasto efectivamente
realizado en 2014, incluyéndose o excluyéndose gastos operativos que la empresa se ha visto
obligada a realizar como consecuencia de factores externos como vigilancia, derivadas del
programa de inversiones (impuestos) o que antes no se pagaban como gastos operativos
(management fee), etc., todo ello con el objetivo de hacer más homogénea la comparación entre
el gasto teórico estimado y el efectivamente ejecutado en 2014.

El gasto en personal no representa el de mayor crecimiento porcentual pero si es el rubro de


mayor importancia relativa dentro del total de gasto operativo y por tal razón es el que se
considera en primer lugar y dentro de este el componente más importante es el gasto en
remuneraciones.

El crecimiento del gasto en remuneraciones se explica por factores cuantitativos como el aumento
de la dotación de personal o factores de precio como la política salarial, los beneficios no
salariales al personal, los cambios regulatorios impositivos que afectan el gasto en personal, etc.

Tanto el salario básico de convenio como el gasto medio en personal, ambos expresados en
términos reales respecto a la evolución de los salarios del sector formal registran una gran caída
desde el 2001 al 2006 y luego comienzan a crecer pero al año 2014 aún no habían recuperado su
poder de compra del año 2001 ya que mostraban un nivel 73,3 y 88,8 respecto a un nivel 100 del
año 2001.
2
Por supuesto que hay otros indicadores como el aumento de la producción de agua potable y de captación
- tratamiento de agua residual que alcanza al 50% o las cuentas del servicio que aumentaron 21%.
Es decir que el aumento del gasto en remuneraciones esta básicamente explicado por el
incremento de la dotación de personal que desde la creación de AySA en 2006 creció de 3897 a
6061 empleados en 2014 (+55,5%), lo cual se explica por los siguientes motivos:

Cobertura de la brecha existente entre la dotación de personal existente al momento de


la creación de la compañía y la dotación que se consideraba necesaria para enfrentar las
emergencias y falencias que enfrentaba el servicio a ese momento.
Incorporación de los recursos humanos de alta calificación que proveyeran el know – how
que suministraba a AASA su operador con personal propio y por el cual percibía un
management fee3.
Incorporación para atender con personal propio especializado algunos servicios
anteriormente sub dimensionados o prestados por terceros (higiene y seguridad,
medicina laboral, etc.)
En el mediano plazo y de manera consecuente con el plan estratégico diseñado a partir de
haberse resuelto las emergencias, cubrir con anticipación, los puestos para necesarios
para operar las obras que el desenvolvimiento del plan estratégico 2011 – 2020 requería,
incluyendo en ello el personal suficiente para la atención técnica y comercial que el plan
de expansión de los servicios implicaba.

La secuencia de aumento de la
dotación de personal desde
marzo de 2006 hasta finalizar el
año 2009, con sus más y sus
menos, tuvo la impronta propia
que las necesidades del servicio
imponían para salir de la crisis en
que se encontraba la nueva
empresa. A partir del año 2010
estaba previsto que la política de
incorporación de personal
siguiera las proyecciones que al
respecto se hicieran para cubrir
las necesidades de recursos
humanos en el plan estratégico,
sin embargo por diversos
motivos, la mayoría ajenos a la Dirección de la empresa, y sobre todo vinculados a la gestión del
financiamiento de las obras, la entrada en régimen del plan estratégico sufrió un rezago y lo
mismo ocurrió con la dotación de personal que se mantuvo constante en dicho año (4.847
personas). A partir del año 2011, en la medida que las obras y acciones del plan estratégico
3
Según Anexo IX del contrato de concesión “CONTRATO DE CONTROL DE GESTION Y TRANSFERENCIA DE TECNOLOGIA
(KNOW HOW).
comenzaron a tomar ritmo, así lo hizo incorporación de personal, pero no al ritmo planeado
originalmente sino más ajustado al real del plan que era inferior al proyectado. Así, si bien la
planta de personal creció efectivamente en 1214 personas (6061-4847) entre 2010 y 2014, lo hizo
bastante menos que lo previsto en el plan estratégico que preveía un aumento de 1653 personas
(6500 – 4847).

Los aumentos registrados en el rubro otros gastos en personal se explican por:

Higiene & seguridad: Dado que AySA es solidariamente responsable con las empresas contratistas
y subcontratistas se realizó la incorporación de personal técnico para tareas de control de la
normativa vigente. Complementariamente los elementos que se provee al personal deben estar
certificados lo cual aumento su costo.

Medicina laboral: La ampliación en la distribución geográfica y el propio aumento de la dotación


de la compañía creó la necesidad de adquirir nuevos consultorios, compra de más equipamiento
médico insumos y concomitantemente la contratación más médicos y enfermeras. El aumento de
dotación también trajo aparejado un mayor número de exámenes médicos pre-ocupacionales y
periódicos y en los programas de vacunación (gripe, hepatitis, etc.

Asistencia Social Interna: Se creó internamente, el sector de Servicio Social del personal, integrado
por un grupo de profesionales especializados.

Seguimiento y control de los Contratistas: Se implementó un sector específico de seguimiento y


control de las obligaciones sociales y fiscales de los contratistas:

Acuerdo Prestaciones Sociales Sindicales: En este rubro se contabilizan los aportes a los aportes
del personal al sindicato del personal de AySA (SGBATOS) las capacitaciones que se dan a al
personal a través la Federación Nacional de Trabajadores de Sanitarias (FENTOS), los subsidios
que se otorgan al personal a través del gremio.

Gastos de transporte en personal: Buena parte del nuevo personal que se desempeña en las
nuevas plantas, se encuentran a grandes distancias y en algunos casos en zonas peligrosas que
requieren la utilización de remises y otros medios de transporte pagados por la empresa.

En el rubro de gasto de energía eléctrica el determinante principal del aumento es la cantidad de


energía consumida, no es el precio pues este como el de casi todas las tarifas de servicios públicos
fue uno de los que menos subió.

El consumo de energía eléctrica paso de 397.881.128 kWh en 2001 a 532.178.898 kWh en 2014,
es decir un incremento del orden del 33,7 %, el cual se debe al aumento de producción en la
plantas potabilizadoras y en las estaciones elevadoras de agua, a la incorporación de plantas en
los sectores más alejados de la concesión (como ser Planta Juan Manuel de Rosas y Virrey del
Pino) y en la elevación de agua potable en los sistemas de alta presión, como Bernal I, Quilmes,
Morón y Tres de Febrero, en los cuales el rendimiento global de las instalaciones es inferior a los
sistemas más antiguos.
La variación de costos operativos por el uso de insumos químicos responde en términos generales
a los aumentos de producción de agua superficial y subterránea y al deterioro del agua cruda.

El aumento de producción se produjo (respecto al año 2001) por la incorporación al sistema de


agua de la planta potabilizadora Juan Manuel de Rosas, 10 plantas de tratamiento (6 de
Intercambio Iónico, 2 de ósmosis inversa y 2 de adsorción) y con respecto a los pozos disponibles
(funcionamiento + reserva), se deben operar y mantener 134 perforaciones más que en el 2001.

Los cambios en el perímetro implicaron un aumento de producción promedio diaria, pasando de


4,1 Millones de m3/día en el 2001, a 5,1 Millones de m 3/día en el 2014, representando un
aumento del 25%. La capacidad máxima de las instalaciones ha sido incrementada desde los 4,9
Millones de m3/día a 5,5 Millones de m3/día.

Respecto a la variación de la calidad de la fuente de agua superficial, hay que destacar el


progresivo deterioro de la misma que se manifiesta con la presencia de compuestos orgánicos
como el amonio, con un aumento de su concentración y duración de eventos en el agua cruda
tanto en Planta San Martín como en Planta Manuel Belgrano y un problema recurrente en Planta
Juan Manuel de Rosas y en Planta Dique Luján, que es la presencia de manganeso, cuyo
tratamiento requiere el uso de hipoclorito de sodio para oxidar y poder precipitar ese
componente.

En lo atinente al aumento de gasto en el rubro mantenimiento de edificios, el mismo está


determinado con la ampliación de la dotación de personal (debido a la necesidad de restablecer
nuevas oficinas, vestuarios, comedores y adecuar instalaciones existentes), a la ampliación de la
infraestructura física y la expansión del radio servido que exige la tener nuevos edificios y oficinas
y a la necesidad de implantación y mantenimiento de espacios verdes.

En mantenimiento de máquinas y equipos el aumento del gasto se explica porque la cantidad de


activos que pasó de 3.953 en 2001 a 9.075 en el 2014, resultando un incremento del 129 %, muy
superior al incremento general de dimensión de la compañía del 23%.

El mayor consumo en la cuenta de limpieza se vincula al incremento en personal y ampliación de


perímetro, dando origen a la incorporación de nuevas dependencias a las cuales se deba brindar
servicio de limpieza.

Una aclaración muy especial requiere el aumento del gasto en evacuación de residuos de
tratamiento. En este caso la razón es el aumento del 400% del agua tratada y además el cambio
en las nuevas regulaciones ambientales que considera las arenas derivadas del tratamiento como
residuos peligrosos o especiales4 y en lugar de ser tratados para su disposición como RSU
(Residuos Sólidos Urbanos) partir del año 2008 comenzaron a tratarse como Residuos Especiales.
Este cambio de normativa llevó a un aumento en el costo del transporte y disposición de los
residuos en condiciones especiales y no como simple relleno.

4
Por la eventual existencia de metales peligrosos para la salud.
Entre los gastos que se quitaron en 2001 y en 2014 para homogenizar la comparación, está el de
corte y reconexión del servicio puesto que la ley 26.221 estableció que ante la falta de pago de los
usuarios residenciales se establecería un servicio limitado (restricción del servicio) y no el corte de
servicio. Este cambio normativo produce una importante diferencia respecto al año 2001 cuando
el corte del servicio correspondía a ambos usuarios, residenciales y no residenciales, lo que hace
imposible comparar el gasto por este concepto entre ambos años.

Existe un consejo generalizado entre los expertos tributarios que la presión impositiva a nivel de
partidos, provincial y nacional es actualmente la más alta de la historia. Esto se debe tanto a un
aumento de las alícuotas como de las bases impositivas. Además el plan estratégico implica un
ambicioso programa de inversiones que implica movimientos bancarios en los cuales se produce
un alto devengamiento de impuesto a los débitos y créditos bancarios, pero al estar las tarifas
congeladas no se pueden descargar los créditos impositivos devengados, de modo que este
impuesto ha crecido substancialmente.

Finalmente los impuestos y tasas no son un gasto operativo donde es posible ganar o perder
eficiencia, son lo que son y deben ser pagados. Dado estos motivos los impuestos
correspondientes a los años 2001 y 2014 también fueron quitados de la comparación.

Los gastos de vigilancia en el año 2014 fueron 76,83 veces mayores que en el 2001, básicamente
como consecuencia del aumento del robo y el vandalismo que obligo a aumentar la vigilancia en
la mayoría de las instalaciones de la compañía. Este mismo aumento del robo y el vandalismo
implico un aumento muy importante en los salarios del personal dedicado a estas tareas. Ninguno
de estos hechos tiene nada que ver cambios en eficiencia de la compañía, motivo por el cual
también se quitó de ambos años, el gasto en vigilancia pues era un gasto no comparable.

El programa “Vida Liquida” consiste en un conjunto de actividades, que AySA financia, destinadas
a promover el cuidado del agua y del medio ambiente y a valorar el suministro de agua potable y
saneamiento, a través de la educación. Esta es una actividad que debe considerarse más vinculada
con la necesidad propia de promover el ahorro de agua a través otros medios que el mecanismo
de precios, ya que si se tratará de un programa meramente educativo debería ser considerado
como una responsabilidad propia el Estado que debiera tener lugar no solo en el ámbito de la
concesión de AySA sino en todo el país. Por este motivo no fue considerado como gasto en 2014.

También el programa “mejora barrial” es una iniciativa desarrollada por el gobierno nacional para
paliar el problema de empleo en los partidos de La Matanza, Avellaneda, Lomas de Zamora, y San
Martin a través de los cuales se han construido o reemplazado 664.000 m 2 de veredas y que no
deben considerarse como un costo operativo de la actividad principal de AySA.

Como consecuencia del congelamiento tarifario la comisión bancaria por recaudación sufrió una
marcada disminución en términos reales, por este motivo este gasto solo fue actualizado por un
coeficiente único de 3,35 que representa simplemente el aumento de las ventas de 2014 respecto
a las de 2001.
Según el anexo IX del contrato de concesión entre AASA y el Estado Nacional, la primera contrató
como operador a Lyonnaise de Euax – Dumez, para que la segunda preste asistencia técnica,
auditoria, control de gestión, transferencia de tecnología, experiencia y conocimientos (know –
how) en estrategia empresarial, a cambio de estos servicios al operador se le pagaba un
“management fee”, que no estaba incluido en los costos operativos. Actualmente todas tareas
son desarrolladas por personal propio o contratado que se incluye como gasto operativo de AySA.
En vista de ello de los gastos operativos de 2014 se quito un monto equivalente al que se estimó
se habría pagado como management fee en dicho año.

Como consecuencia de los ajustes realizados, se estima que el gasto operativo de 2014 es 4,8%
mayor que el que habría tenido en 2001 una empresa de tamaño similar al de AySA, y que además
hubiera enfrentado el mismo aumento de costos ocurrido entre 2001 y 2014.

Con referencia al balance de agua es necesario precisar que la administración de un sistema de


distribución de agua potable depende de los instrumentos con que el prestador cuenta para
lograr sus objetivos, tanto para actuar sobre la demanda como la oferta de servicios. AySA vio
limitada la posibilidad de interferir sobre las cantidades demandas; profundizando los serios
problemas que ya heredaba; derivación de los problemas de estructuración de su sistema tarifario
y su régimen dominante (cuota fija), como de los niveles de tarifas y subsidios (explícitos e
implícitos) imperantes y el desarrollo de la micromedición.

La población servida, ya sea por expansión como por densificación, se incrementó en 1.380.277
habitantes (aumento del 18,6%), presionando sobre la capacidad de oferta de forma tal de
constituir una restricción a la expansión o generar incrementales de demanda insatisfecha en el
área servida; ambos hechos incompatibles con los principios que AySA se había fijado.

Es de interés analizar el comportamiento de la oferta de agua, para lo cual se utilizan tres


variables (capacidad teórica de potabilización, despacho a red máximo diario (pico) y promedio
diario anual). La situación fue crítica durante el período 2008 – 2010. Analicemos tres variables.
La capacidad teórica instalada de
potabilización en plantas y pozos
se mantuvo constante desde el
2006 al 2010, en el orden de los
5,25 millones m3/día. Los
volúmenes del día de máximo
despacho del año (pico anual),
que en el 2006 representaban un
93% de la capacidad teórica
instalada (cercano al límite
máximo en un servicio como
AySA) generaron una curva que
se volvió tangente con la curva de
capacidad teórica (97% en el 2007; desde el 2008 al 2010 el 98%). A su vez el diferencial entre el
día de demanda pico anual y el promedio diario de agua despachada fue de casi 9% en el 2007,
crece levemente en el 2008 y se reduce drásticamente, hasta que en los años 2009 – 2011 el
diferencial medio es del 3,3%. En estas condiciones es posible presuponer una tendencia a generar
demandas insatisfechas por restricciones de oferta.

En una franja de ± 2,9% en los años 2009 – 2010 se agrupaban la capacidad teórica máxima de
potabilización, el consumo de punta máximo diario del año y el consumo promedio diario anual. La
situación tiende a descomprimirse a partir del 2011. La curva de capacidad de oferta teórica de
potabilización crece, hasta el 2014, en un 11%, reduciéndose la utilización de dicha capacidad por
la demanda de pico, que finaliza en un 94,5% y ampliándose el diferencial de la demanda pico
diario con relación al volumen despachado diario al 11%.

El salto en la tasa de incremento de la población servida, se produce en el 2011, mientras que en


años anteriores los aumentos fueron, comparativamente, significativamente menores, como sí los
crecimientos en población servida estuviesen limitados por la oferta.

Es oportuno ahora analizar el comportamiento del Balance de Agua (Versión sintética)

Concepto Unidad 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
Agua Bombeada al Sistema Distribución m3 /d 4.526.084 4.619.514 4.803.902 4.948.888 4.978.989 5.039.634 4.971.341 4.960.837 5.048.167
Consumos Autorizados m3 /d 2.634.210 2.643.345 2.743.257 2.779.394 2.827.692 2.870.688 2.854.615 2.924.928 2.965.246
Consumos Autorizados Comercializados m3 /d 2.607.584 2.616.557 2.716.154 2.752.076 2.799.798 2.842.465 2.825.651 2.895.655 2.928.410
Consumos Autorizados No Comercializados m3 /d 26.626 26.788 27.103 27.316 27.894 28.223 28.964 29.273 36.836
Pérdidas Físicas y Comerciales m3 /d 1.891.874 1.976.169 2.060.645 2.169.494 2.151.297 2.168.946 2.116.726 2.035.909 2.082.921

Lo anterior es consistente con los hechos que se reflejan en el Balance de Agua. Una primera
conclusión resulta evidente: existen dos subperíodos claramente diferenciados:

1. Subperíodo 2006 – 2009: Caracterizado por el empeoramiento de la situación inicial, pese


al crecimiento del Agua Bombeada (9,3%) superior al de los Consumos Autorizados (5,5%)
pero notablemente inferior al Agua No Contabilizada (14,7%)
2. Subperíodo 2010 2014: Caracterizado por el mejoramiento de las principales variables. El
cambio es evidente. A partir del 2009 han sucedido hechos relevadores de un cambio de
tendencia. El mismo no puede ser imputado, exclusivamente, al aumento de la capacidad
instalada de potabilización. La disminución de la incertidumbre en el agua que ingresa al
sistema. Una dotación se reduce en un 9,6% al pasar de los 634 l/hab/día (2009) a 573
l/hab/día, el agua facturada per cápita se reduce en un 5,7 % (352 l/hab/día a 333
l/hab/día) y las pérdidas per cápita (físicas más comerciales) caen de 281 l/hab/día a 241
l/hab/día; esto es una reducción, entre los años señalados del 14,5%.
Si las pérdidas per cápita del 2009 se hubiesen mantenido en el 2014, el total de pérdidas
ascendería a 2.477.490 m3/día, contra los 2.082.921 m3/día efectivamente contabilizados para
este último año. La diferencia entre ambos volúmenes diarios es de 394.569 m3 que equivalen a:
(i) el 61 % del incremento de capacidad teórica de potabilización en establecimientos y pozos de
agua del período 2009 – 2014; ii) El 160% del total de agua subterránea captada en el 2014 o iii) a
la incorporación de 688.000 habitantes servidos cuantificados a la dotación per cápita del 2014.

Desde luego que no pueden ser acreditados a un único evento los resultados expuesto en el
párrafo anterior. Se ha incrementado la confiabilidad de los volúmenes despachados; la expansión
de las redes (durante la gestión de AySA, las redes nuevas representan el 16,24% del total de
comparar lo existente al 2006 con el 2014) y las conexiones ( se incrementaron en un 25,25%
entre nuevas y reemplazadas para igual período), que por ser nuevas presuponen menores
pérdidas físicas, usuarios incrementales con menor consumo estimado que el promedio, y otras
acciones propias de la RANF; entre otras cuestiones.

Pero no cualquier mejora en el Balance de Agua es de igual naturaleza y consecuencias. Para que
un incremento de capacidad
sea firme y sustentable en el
mediano /largo plazo se
requiere que provenga de
fuente superficial. Si el
incremento es de fuente
subterránea se torna, en la
mayoría de los casos, inestable
por la difícil predicción de la
curva de degradación del pozo,
unido a los problemas de
calidad, asociados
fundamentalmente a la
presencia de nitratos y arsénico, por lo que es necesario incorporar procesos adicionales de
ósmosis inversa o intercambio iónico más plantas de transferencia y mezcla, tal como figuran en
el desarrollo de AySA.

A su vez, los Programas de RANF compiten /complementan con los incrementos de capacidad de
producción de agua potable (en especial con las plantas de tratamiento). Estas últimas con
aumentos efectivos; la RANF indirectamente a través mejoras en la productividad de la capacidad
existente (m3 consumidos por los usuarios /capacidad teórica). Las nuevas plantas posibilitan
saltos en la capacidad que no son reversibles. Los planes de RANF posibilitan las mejoras indirectas
pero de no mantenerse las acciones en el tiempo, las ganancias son rápidamente absorbidas. Peor
aún, inclusive cuando las acciones se mantengan en el tiempo no es raro observar que durante
varios años las ganancias se amesetan o disminuyen para luego retomar la senda planeada. En el
momento en que, transitoriamente, no se observan mejoras continuas se produce un incentivo a
reducir o discontinuar el programa RANF.

Esto último determina que el Programa RANF debe contar con un muy fuerte compromiso
político explícito de niveles superiores a la propia Empresa. Además, como lo expresa el propio
Plan Estratégico del Balance de Agua 2011 – 2020, la política pública debe abarcar un combo
integrando la estrategia de RANF conjuntamente con las Tarifas y Subsidios más un Programa de
Medición de Consumos.

Lograr niveles aceptables de pérdidas es un desafío para la gestión de las empresas sanitarias por
sus múltiples derivaciones sociales y ambientales. El problema atraviesa a toda la industria
sanitaria, por la existencia de diferentes modelos para su comprensión (distintas definiciones de
pérdidas) y gestión. Es por ello que en la década de los ’90 la IWA (International Water
Association) formó un Grupo de Trabajo cuyo primer resultado fue la creación de una metodología
estandarizada. El Balance de Agua de AySA ha ido migrando, por pasos, a plantear los problemas
desde la misma óptica – en términos generales - que la metodología IWA 5y6. La decisión de AySA
de ir adoptando la metodología IWA (ver Plan Estratégico 2011 – 2020) fue el primer paso hacia un
cambio profundo en la materia.

Un concepto central del Balance Hídrico, cuyo formato puede visualizarse en el Capítulo de
Balance de Agua y Programa de Reducción de Agua Facturada es el nivel de incertidumbre con
que se trabaja. En cada paso del Balance Hídrico incorpora la incertidumbre del paso anterior. A
nivel macro y en un sistema medido la incertidumbre se concentra en los volúmenes de entrada al
sistema de distribución y los vinculados con las pérdidas comerciales ya que el consumo
autorizado medido carece de incertidumbre por ser el resultado de las lecturas efectuadas. En un
sistema no medido la incertidumbre se concentra en los conceptos anteriormente señalados más
el correspondiente al consumo autorizado no medido. AySA ha realizado exitosos esfuerzos para
reducir la incertidumbre en cuanto a los volúmenes de entrada.

La importancia de lo anterior radica en el hecho que la IWA considera que si el volumen de


pérdidas físicas supera una incertidumbre del ±15 por ciento, el mismo es inadecuado para la
elaboración de estrategias confiables de control y reducción de las pérdidas; lo que no debe
interpretarse como una recomendación a la inacción en materia de pérdidas.

Las pérdidas físicas (reales) son de una naturaleza distinta a las comerciales (aparentes), que
generan uso pero no ingreso, mientras que en las físicas (reales) no hay uso ni ingreso, sólo costos.
La recuperación de 1 m3 de pérdidas física permite recuperar el costo marginal de largo plazo
mientras que la recuperación de 1 m 3 de pérdida comercial permite recuperar el valor equivalente
de lo que tarifa cubre. En los sistemas donde prevalece la cuota fija y /o la cobertura de costos a

5
En AySA la información que más se ajusta a los requerimientos del Balance Hídrico estándar IWA es la que
surge de los Informes de Segmentación del Agua entregada a la red.
6
Es por ello que en el presente documento se ha tendido a hablar de Agua no Facturada (AnF) por las
razones oportunamente sostenidas por la IWA y la AWWA (American Water Works Association)
través de la tarifa es baja existen escasos incentivos para reducir y hasta conocer las pérdidas
comerciales de un origen distinto a la clandestinidad del usuario.

El paso siguiente del Comité de Perdidas de la IWA fue poner el foco en los indicadores en uso.
Todo Programa de RNAF propone intervenciones de mejora de eficiencia que deben tener
correlato con el indicador que controla su evolución; para lo cual es necesario conocer cómo y
bajo qué condiciones se ha diseñado cada indicador. Este conocimiento trata de coadyuvar a
dilucidar si los altos valores que presenta AySA en cuanto a indicadores de pérdidas físicas puede
deberse a que en realidad la empresa presenta niveles comparativos excepcionalmente altos o
que existen elementos en el Balance Hídrico que distorsionan los resultados o que la aplicabilidad
de la metodología encubre los valores por no concordar con las condiciones de la empresa.

La utilización del porcentual de ANC /AD; donde ANC cuantificaba el Agua no Contabilizada y AD
los volúmenes ingresados al sistema de distribución, como indicador de eficiencia estaba
absolutamente difundida hasta inicios del presente siglo pese a que en Gran Bretaña y en
Alemania ya era cuestionado desde principios de los ’80.

En el Capítulo de Balance de Agua y Programas de Reducción de Agua No Facturada se describen


los indicadores de gestión recomendados por la IWA y la adaptación y compilación de la AWWA.

Los indicadores de nivel intermedio recomendados por son litros/acometida/día, cuando el


sistema está presurizado para el total empresa, pérdidas comerciales y pérdidas físicas como así
también m3 de pérdidas /km de red/día cuando el sistema está presurizado utilizable para el total y
las pérdidas físicas; en ambos casos aplicables también en la sectorización del operador. El valor
promedio de la base de datos internacional del Grupo de Pérdidas de la IWA es de 276 L/con/día
para el primer indicador y de 12,5 m3/km/día para el segundo.

Con posterioridad al año 2000, el grupo de trabajo en Pérdidas de Agua efectuó las siguientes
consideraciones para obtener un indicador de pérdidas físicas más preciso: i) en un sistema real no
es posible reducir a cero las pérdidas. Debe reconocerse que para cada sistema existe un límite
técnico mínimo de fugas irreductible, aún en condiciones óptimas de mantenimiento de la
infraestructura, al cual se le dio el nombre de Umbral Mínimo de Fugas (UARL, por sus siglas en
inglés de por Unavoidable Annual Real Losses); ii) crear un nuevo indicador, esta vez de tercer
nivel, que fuese adimensional y que vinculase el nivel de pérdidas actuales (CARL - Current
Annual Real Losses cuya expresión en castellano es Pérdidas Reales Anuales Corrientes) con el
UARL, iii) definiéndose el Índice de Fugas Estructurales (ILI, por sus siglas en inglés de
“Infrastructure Leakage Indicator) el cual corresponde a la relación entre el nivel actual anual de
pérdidas reales y el umbral mínimo de fugas, donde ILI=CARL/UARL

La metodología para la determinación de la UARL requería de servicios sin regulación específica


que actuaran a distintos niveles de presión media, y fue el resultado de un análisis de regresión de
datos suministrados por 27 sistemas de diferentes partes del mundo que operasen sin
restricciones económico – financiero para el desarrollo de las actividades de reducción de pérdidas
con infraestructura en buenas condiciones y operados con las mejores prácticas; analizándose la
frecuencia, duración y caudales de pérdidas para cada tipo de fuga

El índice de fugas estructurales mide, de esta forma, que cuan eficiente es la gestión de las
pérdidas reales bajo el régimen actual de presiones (no necesariamente la óptima). El Grupo de
Trabajo de la IWA realizó estudios posteriores de convalidación, resultando el indicador ILI
altamente satisfactorio frente a la alternativa; por lo que obtuvo una rápida y generalizada
aplicación.

El ILI, sin embargo, es fuente de debate, por cuanto a menor presión menor UARL. Es objetivo del
operador disminuir la presión media para evitar pérdidas. Esto, de alguna manera, favorece a los
sistemas que operan con alta presión y opera en contra de aquellos que operan con presiones
promedio relativas bajas, los que se encuentran limitados a seguir bajando la presión para evitar
servicios discontinuos en determinados sectores. Es obvio que la administración del sistema se
torna mucho más compleja y que la norma de presiones, para aquellos organismos que la poseen 7,
debería ser lo suficientemente compleja para contemplar tanto los aspectos positivos de la menor
presión como la continuidad del servicio

Desarrollos posteriores generaron matrices explicativas en los que se vinculó los intervalos
representativos de ILI con la interpretación de ellos desde el punto de vista financiero, operacional
y de los recursos hídricos, por un lado y por el otro, se estableció – para países desarrollados y
subdesarrollados – la relación entre los intervalos de ILI con la categoría de desempeño técnico a
la vez que establecían el nexo entre el ILI y las pérdidas físicas esperadas para distintos valores de
presión media; a la vez que las categoría de desempeño calificaban genéricamente al prestador al
categorizarlos como ante adicional una reducción pérdidas, cuyos formato puede visualizarse en el
Capítulo de Balance de Agua y Programa de Reducción de Agua Facturada.

La IWA ha desarrollado además las estratégicas básicas para plantear la Reducción de las pérdidas
físicas y comerciales; ambas basadas en cuatro pilares fundamentales incluidos en el Capítulo
referido en el párrafo anterior

El Plan Estratégico de Reducción de Agua No Facturada 2011 – 2020 presenta algunas divergencias
con respecto a lo planteado en el Anexo D. En primer lugar no diferencia entre el UARL y el Nivel
Económico de Pérdidas. Si bien es cierto que la mayoría de los operadores que han implantado el
ILI no lo establecen (o planteo similar); el mismo es necesario para no sub /sobrevalorar el
Programa y, además, poder establecer un Plan Priorizado de intervenciones. Además el Plan
Estratégico no incorpora, con idéntico criterio que el utilizado para las pérdidas, la estrategia
central de la Reducción de las Pérdidas Comerciales.

7
Existen operadores que no están regulados por norma de presión satisfactoria mínima. Llama la atención
que en los Informes de Benchmarking de ADERASSA la problemática de la presión no esté contemplada.
Existe más de una metodología para la estimación del nivel económico de pérdidas, metodologías
que se pueden expandir a todo tipo de intervención de eficiencia. De igual manera deberían
efectuarse estudios acerca de la pérdida admisible física y comercial 8.

AySA inicio las tareas preparatoria del Plan Estratégico del Balance de Agua y Reducción de Agua
no Contabilizada en el 2007, con la elaboración de los Diagnósticos de base y a partir de los cuales
se definieron las Estrategias a seguir, adquiriendo conocimientos a través de la capacitación y la
toma de contacto con experiencia en marcha.

Las acciones emprendidas durante el 2008 /09 permitieron tener un conocimiento más adecuado
de la problemática en los aspectos metodológicos y al elaborar, primariamente, indicadores y
compararlos con los estándares internacional se concluyó que AySA se posicionaba en el rango de
empresa con gestión deficiente en relación con sus pérdidas físicas; a la vez que se estructuraban
proyectos, definían pliegos y se ejecutaban acciones preliminares.

Durante el 2010 se elaboró el Plan Estratégico Balance de Agua y Reducción de Agua No


contabilizada 2011 – 2020, en el 2011 ya existían avances en todos los ejes de acción, las que
continuarían a lo largo del trienio hasta el 2014.

El Plan Balance de Agua 2011 – 2020 Versión I tenía por objetivo reducir a casi “la mitad las
perdidas físicas ajustando su valor al rango entre 20 y 30 %, lo cual permitiría liberar agua para
abastecer aproximadamente 1.600.000 habitantes”, lo que equivaldría a la casi la totalidad de la
expansión dentro del área actual de la Concesión 9 o posibilitaría que el Establecimiento J. M. de
Rosas y la ampliación de Bernal pudiesen alimentar a áreas de partidos vecinos tal como figura en
documentos de la empresa10. Si se pudiese lograr que el rango de pérdidas físicas fuese del 25%,
de simulaciones primarias efectuadas, no sólo la afirmación anterior es posible sino que se lograría
con un ILI que se reduciría a más de la mitad (de 77,3 a 30,1) al igual que las pérdidas físicas, tanto
si las midiésemos en Km (de 112 m3/Km/día a 47 m3/Km/día) como si las calculásemos en
conexiones de (de 1150 a 480 litros/conex/día).

Si bien las metas resultan optimistas, de todas maneras los indicadores resultan significativamente
más elevados que los que surgen de las recomendaciones internacionales (12,5 m 3/km/día y 276
litros/conex/día, de tener en cuenta los valores medios de la base de datos de la IWA y un ILI de
30,1 seguiría indicando que el nivel de desempeño sería de categoría D por lo que los usos de los
recursos es ineficiente y los programas de reducción de pérdidas son imperativos y de alta
8
Para la comercial impacta la tecnología del medidor, el lapso óptimo de renovación el que varía en función del perfil de
consumo de cada grupo de usuarios, de la existencia o no de tanques de reservas o cisternas, etc. En los casos más
favorables el nivel mínimo no se reduciría por debajo del 9%, sin considerar el problema de la clandestinidad que es
sensiblemente diferente entre los distintos operadores.
9
Para una dotación de 511 litros /habitante /día (meta actual al 2020) y un consumo propio del 5%
equivaldría a la capacidad que aporta el Establecimiento J. M. de Rosas. Desde luego que estas
comparaciones son al sólo efecto de mostrar la importancia de una adecuada gestión de pérdidas. .
10
Ver “Financiamiento del Sector Agua Potable y Saneamiento en la Región Metropolitana de Buenos Aires
AySA -Documento Principal – Separata de Eficiencia – Informes de Apoyo). Ing. Abel Mejía, Dr. Jorge Rais,
Lic. Luis Poggi. 2013. Para BIRF.
prioridad, y que para presiones de servicios del orden de los 15 m/c/a las pérdidas deberían ser
del orden de los 300 litros/conex/día)

El Plan Balance de Agua 2011 – 2020 Versión II reformula las metas:

i. La dotación se reduciría en un 18% ( tomando como base la dotación 2009: 629 l/h/d a
para obtener una dotación al 2020: 511 l/h/d);
ii. una reducción de las Pérdidas de Agua del 3% anual, medido sobre m3 /km/día;
iii. la incorporación de medidas para otorgar precisión y confiabilidad al cálculo de la
dotación (volumen confiabilizado 90% en 2016),
iv. precisar la estimación del consumo a través de la colocación de 9.500 medidores de
control al 2015 y

v. modelización matemática del sistema de agua, con 18 Distritos calibrados para el 2013.

Constituían medidas centrales:

 Confiabilización del Balance (medición): adquisición e instalación de 126 caudalimetros


con precisión ≤ 5%
 Sectorización y Gestión de Presión: adecuación y medición en 247 cámaras existentes y
ejecución de nuevas cámaras que permitan definir sectorizaciones de la red y
regulaciones nocturnas de las presiones
 Gestión de Activos: el plan de renovación de redes incluido en el “Plan Mejora y
Mantenimiento de Redes” contempla la renovación de 873 kilómetros de red secundaria,
con un plazo de ejecución de 15 años

Acerca del cumplimiento de las principales metas se puede concluir:

1.º. La meta implicaba una reducción de 118 litros /habitantes/día en 11 años. En cinco años
la reducción alcanzó los 58,6 litros /habitantes /día; por lo que se circula a través del
sendero de reducción esperado.
2.º. Las pérdidas físicas, medidas a través de los m3/km/día, se contrajeron a una tasa media
anual acumulativa del 2,84%; por lo que también se circula dentro del sendero de
reducción esperado. Las pérdidas comerciales disminuyeron en términos absolutos un
14,8% y a través del indicador litros /conex/día, lo hicieron a una tasa anual acumulativa
de 5,35%; impulsada por una reducción del consumo del 26,47% de los usuarios
clandestinos (derivada de una disminución de similar proporción de los habitantes en
dicha situación)
3.º. La reducción de la incertidumbre con relación a los volúmenes ingresados al sistema de
distribución se cumplieron ampliamente. El Programa alcanzó un avance del 85 %, con una
precisión de ± 0,5. Dicho 85% se mide a través de Medidores Electromagnéticos de
Carretel Ultrasonido Húmedo (MEC – USH con transmisión) instalados en las Plantas de
Potabilización y Estaciones Elevadoras, restando un 10% pendiente y un 5 % (pozos
profundos) en los que se aplica una técnica alternativa. El Programa de Macromedición no
sólo
Renovación de Redes y Conexiones de Agua
1.40%
1.20%
1.00%
0.80%
0.60%
0.40%
0.20%
0.00%
2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014

Cañería de Agua Reemplazadas Cantidad Conexiones de Agua


contempla los volúmenes de entrada al sistema de distribución sino además los
suministros a los distintos a los Distritos. En tal sentido el Programa tiene un avance del
79% con una precisión de ±0,5% a través de Medidores MEC – USH, un 6% a través de
Medidores Electromagnéticos de Carretel y un 15% a través de estimaciones. Esto implica
un cambio sustancial con respecto a la situación de inicio del programa que reflejaba 39 %
del volumen se medidos con venturis de poca precisión; 26 % del volumen se medido
con caudalimetros electromagnéticos de inserción (EMI) de mediana precisión, 10 % del
volumen se medidos con caudalimetros electromagnéticos de carretel(EMC) con muy
buena precisión; 23% del volumen no se medían y se estimaba por horas de
funcionamiento de bombas – poca precisión – y el 2 % del volumen a través de campañas
de medición y /o extrapolación de datos.
4.º. La meta de la Gestión de Activos pareciera limitada. La renovación de los 873 km de red
secundaria para reducir y /o reutilizar 138.570 m3 /día (7,3% de las pérdidas físicas
actuales; 2,7% del agua introducida al sistema de distribución).

La información contenida en los informes anuales muestra una baja tasa de renovación y
rehabilitación de redes y de conexiones de agua potable.

Los porcentuales de renovación de redes de agua y de conexiones demasiado bajo como para ser
consistentes, en el largo plazo, con las reducciones de pérdidas físicas que están pronosticadas en
el Plan Estratégico de Balance de Agua 2011 – 2020.

El porcentaje de renovación de cañería de agua de los años 2011 y 2012 (los más altos de la serie)
están influidos por las acciones financiadas a través del Préstamo BID en el marco del componente
de Reducción de Pérdidas Físicas. La ausencia de financiamiento para estas acciones es uno de los
problemas a solucionar si se quiere avanzar decididamente en el logro de los objetivos propuestos.

Los problemas señalados durante la etapa en la cual la oferta de servicios estuvo comprometida
(la capacidad máxima teórica de potabilización, la demanda diaria de punta anual y la demanda
promedio anual diferían
Presiones
Población
Mínimas
Servida Promedio
por franja ydeMedio
presión
Anual
mínima en valores mínimos) unido
Estimadas
40% a la inestabilidad de la
35%
16 producción de los pozos
15 <=6 pudo haber afectado la
30% > de 6 a 9
14
calidad del servicio en
25% > de 9 a 12
cuanto a continuidad o
> de 12 a 15
m ca

13
20% > de 15 a 18 manifestar agudos
12
15% > de 18 a 20 problemas de presión. El
11 > de 20 problema fue enfrentado
10%
10 gestionando
5% 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 (redistribuyendo) las
0% Presión Mínima Promedio Estimada presiones de servicio de
2006 2007 2008 2009
Presión2010 2011Estimada
Promedio 2012 2013 2014 manera tal de cubrir las
necesidades en las zonas afectadas y tratando de reducir las presiones áreas con alta valor relativo
con el objeto de proteger la infraestructura básica.

Si observamos la evolución de las franjas de presión mínima anual promedio para el período 2006
– 2014 observamos que más del 55% de la “población” en el 2014 se concentra en las presiones
media y media alta (9 a 12 mca y 12 a 15 mca) ganando en comparación al 2006 casi 13 puntos
porcentuales; mientras que las presiones alta media y altas (15 a 18 mca, 18 a 20 mca y mayores a
20 mca) reducen su participación porcentual de casi 20 puntos porcentuales al pasar de casi 45 %
de la población en el 2006 al 25% de participación en el 2014. El manejo de las presiones de
servicio, beneficioso en los casos citados, no pudo impedir un crecimiento relativamente modesto
de las franjas presión de servicio baja – media (6 a12 mca) y baja ( > 6)

Si comparamos los años extremos toda el área contenida por debajo de la línea azul es ganancia
(se ofrece menos presión sin comprometer el servicio) para las franjas mayores a los 15 mca y
también es ganancia el área de la línea roja sobre la azul para las presiones en 9 a 15 mca (se
ofrece a más gente mayor presión de servicio sin comprometer la infraestructura); no pudiendo
impedir un servicio algo menos seguro al resto a un 13% en el 2014 y con potenciales problemas
al 7%.

La evolución de las presiones mínima promedio tiene una baja moderada manteniéndose
significativamente superior a los 10 mca, pese a la reducción de población sujeta a media altas y
altas presiones mínimas. A su vez no existe un diferencial demasiado significativo con la presión
media anual; lo que implica una determinada estabilidad en el sistema de presiones.

La cantidad de análisis por sobre los requerimientos normativos más el alto grado de conformidad
de los análisis (99%) aseguran la calidad del agua en redes. Similares consideraciones corresponde
para los análisis de cloro residual, bacteriológicos, en relación al contenido de nitratos y arsénicos.

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