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1.

1 Inventario y tasación de bienes por el usufructo

Realizar inventario al entrar en posesión y tasación si son bienes muebles, salvo que
haya sido expresamente eximido de esa obligación por el propietario que no tenga
heredero forzoso. El inventario y la tasación serán judiciales cuando se trata del
usufructo legal y del testamentario (artículo 1006).

Esta obligació1n no puede eludirse, a menos que el usufructuario haya sido eximido
por el nudo propietario, cuando este no tenga herederos forzosos. Si los tuviera,
obviamente ellos tendrán interés en el inventario y tasación, como una forma de
controlar los bienes que se entregan en usufructo y que serán devueltos al cesar el
usufructo 1.

El inventario comprende la enumeración y descripción detallada de las cosas que son


materia de usufructo, debiendo expresarse su especie, nombre, marca, modelo,
numeración, estado de funcionamiento y conservación [CITATION Mus00 \l 3082 ].
Los gastos del inventario y tasación son de cargo del usufructuario. El inventario se
entiende hecho para salvaguarda de los intereses del usufructuario, más que para
preservar los del nudo propietario.

La finalidad de esta obligación es dar cuenta de cómo se recibe el bien para que al
momento de la restitución sea devuelto en las mismas condiciones.

1.2 Obligación del usufructuario de prestar garantía

Prestar la garantía señalada en el título constitutivo de su derecho o la que ordene el


juez, cuando este encuentre que puede peligrar el derecho del propietario (artículo
1007).

1
Ramírez Cruz, E. (2007). Tratado de derechos reales (5.a ed., vol. III). Lima:
Rodhas, paginas 24,25

1
Es la cautio fructuaria. Puede ser cualquier tipo de garantía, de las más variadas que
existan. Desde ya puede ser real (prenda mobiliaria, hipoteca, anticresis) o personal
(fianza). Las finalidades de la fianza son las de garantizar al nudo propietario2:

 El goce y conservación de la cosa conforme a la ley, o sea, respetando el


principio salva rerum substantia.
 El cumplimiento de todas las obligaciones emergentes del usufructo, sea que
estén impuestas por la ley o por el título que es fuente del usufructo (contrato o
testamento).
 La devolución de la cosa al finalizar el usufructo.

Tratándose del usufructo per deductionem, la garantía puede ser, perfectamente,


dispensada.
En caso de que el usufructo se constituyere por contrato oneroso, es susceptible de
nacer de dos modos diferentes, que los romanistas llamaban per traslationem y per
deductionem, según tuviera por fin crear el usufructo o transferir la nuda propiedad con
reserva del uso y goce de la cosa.

En cambio, si fuere producto de una liberalidad, pueden darse tres hipótesis: que el
propietario done sólo la nuda propiedad, que done sólo el usufructo o que done el
usufructo a uno y la nuda propiedad a otro; obrando per deductionem en el primer caso
y per traslationem en los dos restantes3

El usufructo puede constituirse por contratos onerosos o por contratos gratuitos,


siendo aplicables las normas del contrato por el cual se instrumentó el mismo. La
doctrina ha expresado que el contrato de usufructo es un contrato innominado que se
regirá por las normas del contrato nominado al que más se asemeje. Es así que el
usufructo se establece por contrato oneroso cuando es el objeto directo de una venta, de
un cambio, de una partición, de una transacción, etc., o cuando el vendedor enajena
solamente la nuda propiedad de un fundo, reservándose su usufructo. Por otra parte, el

2
Musto, N. (2000). Derechos reales (vol. II). Buenos Aires: Astrea. Paginas 166-
171

3
Garrido, R., & Andorno, L. (1979). "Código Civil anotado", t. III. Buenos
Aires: Ed. Zavalía. Paginas 243 - 250

2
usufructo es establecido por contrato gratuito, cuando el donante no enajena sino la
nuda propiedad de la cosa, reservándose su goce; o cuando no da más que el usufructo,
o cuando cede a uno el derecho de propiedad, y a otro el de goce de la cosa. En caso de
duda se presume oneroso el usufructo constituido por contrato; y gratuito, el que fuese
constituido por disposición de última voluntad

1.3 Explotación del Bien

Usar y disfrutar temporalmente de un bien ajeno (artículo 999). El uso y disfrute


son los derechos cardinales del usufructuario, e implican un servirse y aprovecharse de
la cosa.

El uso y disfrute se extiende a todo el bien, partes integrantes y accesorias, a sus


cualidades jurídicas que le sean inherentes (servidumbres) y los aumentos que adquiera
el bien (aluvión, avulsión u otras accesiones naturales)19, no incluye los productos. El
usufructuario carece de derecho sobre el tesoro oculto en el bien, al no ser una parte
integrante del fructuario, contando este con una individualidad [ CITATION Gon13 \l
3082 ]; en su calidad de tal, nada tiene que percibir iure domini y solamente le incumbe
participación iure inventione, como cualquier otro descubridor4.
Dada su naturaleza no consumible y no fungible. Esta obligación es propia de la
naturaleza del usufructo. Siendo un derecho sobre cosa ajena, que debe ser devuelta al
dueño, tiene que ser conservada para que pueda ser restituida en el mismo estado en que
fue recibida [ CITATION Gom12 \l 3082 ]. El usufructuario no puede alterar su forma o
sustancia. Está obligado a conservar la cosa, evitar que perezca o pierda su capacidad
productiva. Debe cuidar la cosa usufructuada como buen padre de familia [ CITATION
Vel14 \l 3082 ], con el deber de diligencia que amerita, administrándola con la
diligencia y cuidado ordinario en sus negocios propios. El deber de conservar la cosa
(en forma y sustancia) se asienta en la tensión entre el derecho actual del disfrute del
bien por el usufructuario y el derecho del nudo propietario a su futura restitución
(Peñailillo, 2006, p. 473). Respecto del bien fructuario, para Ternera Barrios
[CITATION Ter15 \n \t \l 3082 ], el usufructuario no puede modificar su forma

4
Lafaille, H., & Alterini, J. (2011). Derecho civil. Tratado de los derechos reales
(2.a ed., vol. IV). Buenos Aires: La Ley. Paginas 210 - 213

3
exterior y composición, así como tampoco puede alterar su destinación. La
conservación va de la mano con el acto de administración.

1.4 Prohibición de modificar el bien usufructuado

No hacer ninguna modificación sustancial del bien o de su uso (artículo 1009). La


primera y primordial obligación que tiene el usufructuario respecto del bien es la de
conservar la sustancia, según su naturaleza y destino. El usufructuario no puede
consumir el bien; por algo la ley dice que el usufructo recae sobre bienes no
consumibles. La modificación implica, per se, una disposición de la que carece el
usufructuario.
En ese sentido, es importante conocer cómo la autoridad de competencia analiza estas
conductas para saber si son constitutivas o no de una infracción, y para ello se vale de
unas reglas o sistemas de valoración: la regla per se y la regla de la razón. Estas reglas
pueden aparecer expresamente en los articulados de las normas de competencia y en los
casos en que no las haya, serán las autoridades o jueces que controlan los actos de estas
últimas quienes irán determinando su aplicación.

En la noción se incluyen las siguientes notas:

 Naturaleza temporal del usufructo;


 Uso y disfrute de la cosa en su totalidad (de hecho, es debido a esta plenitud
que los poderes del dueño de la cosa quedan reducidos);
 Tiene por objeto cosas o derechos
 Mantenimiento de la forma o sustancia de la cosa.

Doctrina nacional considera otras características del usufructo tales como: Es un


derecho real, que persigue al objeto allí dónde este se encuentre, y sin importar a quien
sea. A decir de Salvat el usufructuario “entra en relación directa e inmediata” con la
cosa, “lo cual constituye el carácter esencial de los derechos reales”. Díez Picazo y
Gullón, buscando precisar el concepto, sostienen que pertenece a la categoría de los
derechos reales limitados o limitativos del dominio, siendo “el paradigma de esta clase
de derechos.

Desde el punto de vista sucesoral, se trata de un derecho intransmisible. En otras


palabras, la muerte del usufructuario, por mandato de la ley, pone fin al usufructo sin
que este pase a sus herederos. La norma admitida por el Código Civil tiene como

4
finalidad evitar que esta institución se perpetúe en el tiempo, entendiéndose que se trata
de una figura eminentemente temporal. [ CITATION Ari11 \l 3082 ].

Ahora bien, lo antes referido no implica que el usufructuario no pueda transferir sus
derechos por acto inter vivos. Puede hacerlo a título oneroso o gratuito, siempre y
cuando no se haya constituido con el carácter personalísimo, estipulándose la
prohibición de transmitirlo (Ibídem, p. 392)

1.5 Obligación del usufructuario de pagar tributos y rentas

Pagar los tributos, las rentas vitalicias y las pensiones de alimentos que graven los
bienes (artículo 1010). La norma no menciona el pago de los servicios relacionados con
el bien usufructuado (luz, agua, desagüe, teléfono y otros), los cuales corresponden,
también, al usufructuario, por interpretación extensiva del artículo 1010 o por aplicación
analógica del artículo 1681, inciso 3 del Código [ CITATION Ari11 \l 3082 ].

Esta obligación le corresponde al usufructuario, a pesar de no ser el deudor directo


frente a los acreedores (rentista, alimentista), sino por haber recibido el bien con dichas
cargas5

Cabe precisar que, según el artículo 1011, si el usufructuario paga la deuda


hipotecaria o el interés que esta devenga, se subroga en el crédito pagado; es un caso de
subrogación legal (artículo 1260, inciso 6). Penteado (2008, p. 500) considera con
precisión que al usufructuario le corresponden y es responsable de las obligaciones
propter rem, entendidas como aquellas derivadas de la posesión y rendimiento de la
cosa fructuaria.
Esta figura jurídica suele estudiarse desde la perspectiva de las obligaciones de hacer
impuestas por derechos reales (derechos reales in faciendo). Aún cuando normalmente
el contenido del derecho real es puramente negativo, pues sólo impone a los extraños a
él, o sujetos pasivos, obligaciones de no hacer o de sufrir el derecho real del otro, hay
también casos en que impone prestaciones de hacer. Son ejemplo de ello, en las
legislaciones históricas, la servidumbre romana oneris ferendi, que como excepción al
principio servitus in faciendo consistere nequit, obliga al propietario del fundo gravado
a realizar un acto positivo, cuál era el de reparar y conservar el muro o apoyo (el
5
Arias Schreiber Pezet, M. (2011). Exégesis del Código Civil peruano de 1984.
Derechos Reales. Tomo III. Lima: Normas Legales. Paginas 23 - 30

5
reficere parietem), y las cargas territoriales (Reallasten) del Derecho Germánico, que
otorgaban facultad de exigir al poseedor de un fundo ciertas prestaciones periódicas,
consistentes en servicios, frutos o dinero.

1.6 Derecho se subrogación del usufructuario

El usufructo, así no se establezca de forma originaria, se constituye por subrogación


cuando la cosa en que recae es sustituida por otra, subrogatum capit naturam subrogan,
esto es, lo subrogado mantiene la naturaleza de aquello que subroga. El usufructo de un
crédito, por ejemplo, puede convertirse en usufructo de una cosa cuando el deudor paga
al usufructuario la cosa debida, que pasa a ser propiedad del acreedor [ CITATION
Gom12 \l 3082 ].
Desde este punto de vista son terceros no sólo el absoluto, sino también el deudor
subsidiario y el solidario. Estos últimos, en cuanto obligados, se encuentran en la
posibilidad de verse afectados por la demanda del acreedor y de allí su interés en pagar,
que justifica el efecto subrogatorio, pues al hacerlo cumplen su propia obligación. En
efecto, el acreedor puede dirigirse contra cualquiera de los codeudores solidarios por el
total de la deuda y el pago que realiza un codeudor solidario extingue la deuda respecto
de todos. En el caso del fiador, típico deudor subsidiario, garantiza una deuda ajena pero
es deudor de su propia obligación fideiusoria y cuando paga cumple su obligación a la
vez que satisface el interés del acreedor, salvo que se haya obligado a menos. Por ello es
que, profundizando un poco en la situación de estos sujetos, cabe preguntarse si son
realmente terceros, es decir, personas ajenas a la relación obligatoria. La pregunta es
válida ya que el pago propiamente tal, aquél que despliega y realiza todas sus funciones
propias (satisfactoria, extintiva y liberatoria), es solamente el que efectúe un tercero sin
subrogarse, pues sólo entonces el pago extinguirá completamente la obligación.
Considerando lo anterior, parte de la doctrina estima que existe pago de tercero, en
sentido estricto, cuando se realiza el pago con el único fin de extinguir la obligación.

Ahora bien, siguiendo la línea que ha utilizado nuestro Código al referirse a los
terceros, es posible distinguir tres categorías de terceros: i) aquellos que pagan y que
son también verdaderos deudores; ii) aquellos que pagan y tienen interés en el pago; y
iii) aquellos que pagan y que son completos extraños a la obligación.

En el primer grupo, como ya se dijo, están el codeudor solidario y el deudor


subsidiario, que, no obstante ser verdaderos deudores frente al acreedor, son

6
denominados terceros porque la deuda que pagan es en parte ajena, lo que se observa en
toda la etapa de contribución a la deuda y en la vía de regreso del fiador. Este aspecto de
la solidaridad pasiva y de la fianza coincide con su carácter de cauciones.

1.7 Desgaste del bien por disfrute ordinario

Responder por los daños que ocasione una pérdida o deterioro del bien, en la medida
en que se acredite su culpa. El usufructuario en el ejercicio de su derecho responde hasta
por culpa leve; por ello, debe actuar con la diligencia y cuidados propios de un buen
padre de familia; apoyan en este sentido [ CITATION Vel14 \l 3082 ].

No obstante lo anterior, heos de señalar que la postura mayoritaria sigue siendo la


que considera que los desperfectos que aparecen al final del arrendamiento, si son
producto del uso ordinario de la vivienda, no deben serle cargados al inquilino como en
muchas ocasiones ocurre cuando el arrendador pretende compensar el importe de la
fianza con el pago de dichos gastos.

Hay un sector de la doctrina que viene interpretando este precepto, como ya pusimos
de manifiesto en otro artículo sobre desperfectos al finalizar el arrendamiento, en el
sentido de que dichos desperfectos por el uso ordinario de la vivienda arrendada a cargo
del inquilino son los que aparecen durante la vigencia del contrato, pero no los que
resultan al finalizar el mismo.

Es decir, el inquilino responderá de estos pequeños desperfectos mientras está


ocupando la vivienda, pero al finalizar el arrendamiento será el arrendador quien deba
ocuparse de ellos.

1.8 Obligación de reparar el bien usufructuado

Efectuar las reparaciones ordinarias (artículo 1013) y, si por su culpa se necesitan


obras extraordinarias, debe hacerlas a su costo (artículo 1014). El usufructuario está
obligado a efectuar las reparaciones ordinarias del bien y también las extraordinarias,
cuando estas se originen en hechos (acciones y omisiones) atribuibles a él. En cierto
modo, dichas reparaciones son la contrapartida al uso y goce que se hace del bien, a fin
de mantenerlo conservado y óptimo6.

6
Ramírez Cruz, E. (2007). Tratado de derechos reales (5.a ed., vol. III). Lima:
Rodhas. Páginas 45 - 49
7
Tolerar las reparaciones extraordinarias que realice el propietario, que no hayan sido
originadas por culpa del usufructuario. Esto a símil de lo que sucede con el arrendador
y el comodante, quienes, como poseedores mediatos, asumen los gastos extraordinarios.
La obligación legal del usufructuario de realizar las reparaciones ordinarias impuestas
es configurada en nuestro ordenamiento como una auténtica obligación exigible durante
toda la vida del usufructo, porque el nudo propietario tiene interés en que la cosa objeto
de usufructo no se deteriore. Es una obligación que nace con el inicio del derecho del
usufructo y no con la entrada en posesión de la cosa y su fundamento es el propio deber
de conservar y cuidar diligentemente los bienes usufructuados. Se define las
reparaciones ordinarias como las que exijan los deterioros o desperfectos que procedan
del uso natural de las cosas y sean indispensables para su conservación. El nudo
propietario, por tanto, no podría pedir mejoras, obras que incrementen el valor de la
cosa dada en usufructo, pero sí las reparaciones indispensables para su conservación, las
que permitan continuar disfrutando de la cosa en el estado que se recibió para mantener
su función y utilidad. El nudo propietario tampoco podría exigir la reparación de los
deterioros naturales y consustanciales al uso adecuado de la cosa conforme a su destino

BIBLIOGRAFÍA

8
Arias Schreiber Pezet, M. (2011). Exégesis del Código Civil peruano de 1984.
Derechos Reales. Tomo III. Lima: Normas Legales.

Garrido, R., & Andorno, L. (1979). "Código Civil anotado", t. III. Buenos Aires: Ed.
Zavalía.

Gomes, O. (2012). Direitos reais (21.a ed.). Río de Janeiro: Forense.

Gonzales Barrón, G. (2013). Tratado de derechos reales (3.a ed., vol. II). Lima: Jurista.

Lafaille, H., & Alterini, J. (2011). Derecho civil. Tratado de los derechos reales (2.a
ed., vol. IV). Buenos Aires: La Ley.

Musto, , N. (2000). Derechos reales (vol. II). Buenos Aires: Astrea.

Ramírez Cruz, E. (2007). Tratado de derechos reales (5.a ed., vol. III). Lima: Rodhas.

Ternera Barrios, F. (2015). Derechos reales (4.a ed.). Bogotá: Temis.

Velásquez Jaramillo, L. (2014). Bienes (13.a ed.). Bogotá: Temis.

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