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Evangelio según san Juan 14, 6-14 (lunes 03)

La vida de Jesús gira en torno a su Padre. Se puede decir que está


realmente enamorado de Él. Busca complacerlo en todo y hacer de su
voluntad la primera prioridad de su vida. "Señor, enséñanos al Padre y eso
nos bastará". Tal vez sea porque ve a Jesús tan alegre en su quehacer
cotidiano de frente al Padre, porque ve que el estar con el Padre le da
tanta energía y entusiasmo. Tal vez sea porque él mismo quisiera
experimentar esa felicidad que ve Jesús cuando está con el Padre. Jesús
responde que el secreto de su gozo, es decir, estar con el Padre, no es tan
oculto como parece. La clave está en estar con Jesús que siempre está
cercano a nosotros, dispuesto a venir cuando lo llamemos.

Evangelio según san Juan 14, 27-31 (Martes 04)


La paz es un don de Dios, fruto del perdón y de la misericordia de Dios,
que hemos de hacer presente en las relaciones y sociedades de nuestro
mundo. Anunciar la resurrección del Señor, es llevar la paz a los corazones
de la gente, es tener la valentía de transmitir el perdón y la misericordia
que nos llegan con Jesús y que nos obligan a ser trabajadores de paz, a
difundir la bienaventuranza de Dios.

Evangelio según san Juan 15, 1-8 (miércoles 05)


Si estamos íntimamente unidos a Cristo, nuestras plegarias serán las suyas
y el Padre las acogerá con suma complacencia. Y, si damos fruto copioso
por nuestra vinculación con el Hijo, esa cosecha fecunda redundará en
reconocimiento de su fuente, que es la iniciativa amorosa del Padre.

Evangelio según san Juan 15, 9-11 (jueves 06)


Si le amamos, si le hacemos caso, Jesús nos regalará una alegría que nada
ni nadie nos podrá arrebatar. “Os he hablado de esto para que mi alegría
esté en vosotros y vuestra alegría llegue a plenitud”.

Evangelio según san Juan 15, 12-17 (viernes 07)


Jesús entregó su vida a Dios Padre en rescate por muchos. Dar la vida es lo
único que da pleno sentido a la vida. La vida de Jesús, el Hijo de Dios, fue
la vida humana más pura de sentido.
Evangelio según san Juan 15, 18-21 (sábado 08)
El seguimiento de Jesús, la fidelidad a su mensaje, nos va a complicar la
vida en más de una ocasión. Lo fácil es hacer lo que todos hacen, decir lo
políticamente correcto, o guardar silencio con el pretexto de ser
prudentes, pero el Señor nos ha elegido para una misión concreta, y ahí
radica nuestra felicidad, en adecuar nuestra vida a esa misión. Nos ha
elegido para ser testigos de su amor en medio de nuestro mundo, ser
testigos de su Resurrección.

Evangelio según san Juan 15, 18-21 (domingo 09)


Ese amor solo puede darse en Dios, en cuanto que excluye mezcla de
otros intereses: Dios que no es un ser que ame, sino que ama por serlo, el
que existe en sí: es su esencia. No puede dejar de amar, ama siempre y a
todos de la misma manera.

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