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2 - La Teoría de La Complejidad y El Caos
2 - La Teoría de La Complejidad y El Caos
TEORÍA DE LA COMPLEJIDAD
La Teoría de la Complejidad y la Teoría del Caos han saltado de las ciencias biológicas y
físicas al campo de los negocios. Las organizaciones complejas necesitan nuevas maneras
para resolver los problemas, y es aquí donde las Teoría del Caos y la Complejidad
aparecen, ofreciendo nuevas formas de enfocar los problemas organizacionales.
Estamos inmersos en una sociedad en donde se buscan sin cesar exactitudes y reglas
generales. En forma tradicional se nos enseña a pensar que lo correcto es:
El modelo de Newton, según cita Fritjof Capra en su libro El Tao de la Física, “era un
cimiento formidable que soportaba, como una firme roca, toda la estructura de la ciencia
y que proporcionó una base sólida a la filosofía natural durante casi tres siglos”.
Según la teoría de Isaac Newton, Dios creó en un comienzo las partículas materiales, las
fuerzas existentes entre ellas y las leyes fundamentales del movimiento. De este modo,
todo el universo fue puesto en movimiento y así ha continuado desde entonces,
gobernado por leyes inmutables como una máquina. Esta visión mecanicista está
estrechamente relacionada con el determinismo riguroso. El futuro podía se previsto,
siempre que su situación en un momento dado se conociera con todo detalle.
● Hay una causa para cada efecto y solo un efecto para cada causa.
● Los sistemas buscan en forma permanente el equilibrio.
● La naturaleza es ordenada.
En la realidad podríamos decir que a veces, las menos, se cumplen dichos postulados.
Desde el siglo XVII en Europa, por problemas religiosos y ante la búsqueda de una
identificación del Anticristo y del momento en que debería aparecer, se crea una ciencia
denominada “numerología”, por medio de la cual estudiosos trataron de hallar
coincidencias entre secuencias de números y hechos.
La idea de que el hombre podía llegar a determinar con exactitud cualquier fenómeno real
se mantuvo por largos siglos. Ilya Prigogine (El fin de las certidumbres) sostiene que una
1
Wegner y Tyler, B. El mundo de los fractales. Anaya Multimedia, Madrid, 1995.
de las razones por las que fue necesario tanto tiempo para llegar a una generalización de
las leyes de la naturaleza que incluya la irreversibilidad y las probabilidades “sin duda…
[es] el deseo de un punto de vista cuasi divino sobre la naturaleza”.
Los límites a esa ambición humana comenzaron a perfilarse a fines del siglo XIX con el
problema denominado como “de los tres cuerpos”: a través de la mecánica newtoniana es
posible predecir el comportamiento de dos cuerpos que se interrelacionan, como por
ejemplo, la Tierra y el Sol, con total precisión. El inconveniente surge al introducir un
tercer cuerpo (por ejemplo, la Luna). Matemáticamente, la solución se encuentra en
nueve ecuaciones diferenciales de segundo orden y simultáneas, imposibles de resolver ya
que (en el ejemplo del sistema solar) la Luna al interrelacionar con la Tierra, afecta su
comportamiento (y por lo tanto, la distancia entre el planeta y su estrella), lo que modifica
los datos para el cálculo de trayectorias. Al ser un problema tan interesante, el rey de
Suecia ofreció un premio a aquella persona que pudiera encontrarle una solución que
fuera rigurosamente cierta. El galardón lo ganó el francés Jules Henri Poincaré, que en
1890 determinó que no era posible, al menos con la matemática de ese momento (que
justamente era la de Newton), encontrarle una solución a dicho problema. El
conocimiento de esta limitación fue el inicio de lo que más adelante se llamó la ciencia del
caos.
“En psicología y ciencia social, la predicción cuantitativa es un sueño remoto… Los éxitos
de la física y sus consecuencias tecnológicas han sido tan grandes que muchas personas
todavía mantienen que otra disciplinas sólo son científicas en la medida que siguen la
pauta marcada por Newton. Insisten que con datos y tiempo suficiente podemos pasar
sistemáticamente de la física fundamental a la química, luego a la biología, luego al
cerebro y la sociedad. Sólo entonces encajarán todas las piezas sueltas del pensamiento
cualitativo”. “Toda ciencia es física o coleccionismo de sellos” dijo el experimentador
atómico Lord Rutherford a sus alumnos a principios de siglo. “Lo cualitativo no es sino
deficientemente cuantitativo”3.
2
Ormerod, Paul. Por una nueva economía. Anagrama, Barcelona, 1995.
3
Woodcock, Alexander y Monte Davis. Teoría de las catástrofes. Ediciones Cátedra, Madrid, 1994.
“Un sistema es un conjunto de elementos interrelacionados, de cualquier clase, por
ejemplo: conceptos (como el sistema numérico), objetos (como en un sistema telefónico o
el cuerpo humano) o personas (como en una sociedad). El conjunto de elementos tiene las
tres características siguientes:
A su vez, los sistemas dinámicos pueden ser deterministas o estocásticos. Los primeros
son aquellos que tienen una consecuencia única para cada evento, mientras que los
segundos son los aleatorios. En estos últimos no tenemos una única consecuencia sino
que tenemos una probabilidad5. El clima es un ejemplo de sistema estocástico.
Una de las mejores y más concisas definiciones que se puede hacer de un sistema
dinámico, complejo, no lineal y estocástico, es quizás la que ensaya Mark Youngblood6 al
hablar de los sistemas vivos (Living Systems). En su obra enumera siete principios
orgánicos propios de estos sistemas:
4
Ackoff, Russell. “La ciencia en la edad de los sistemas: más allá de la ingeniería industrial, la investigación
operativa y la ciencia de la administración”, en Revista Operations Research, Nueva York, mayo-junio de
1973.
5
Monroy Olivares, C. Teoría del caos. Alfaomega Grupo Editor, México, 1997.
6
Youngblood, Mark D. Life at the Edge of Caos. Perceval Publishing, Dallas, 1997.
Sinergia Identidad
Apertura Flexibilidad
7
En realidad, Ilya Prigogine señala que ni siquiera es condición necesaria para tener un sistema caótico que
el mismo sea complejo. Existen sistemas caóticos muy simples, “ya no nos sirve la coartada de la
complejidad”, dice.
mientras que una catástrofe es “un hecho imprevisto y de graves consecuencias //
Desastre, cosa o hecho de pésimo resultado”8.
En donde lambda es una constante que puede tomar distintos valores. el proceso que se
realiza para obtener una serie de datos es muy sencillo. Simplemente, partiendo de un
valor inicial y de una constante, se empieza a aplicar esta fórmula en forma iterativa,
haciendo que el resultado obtenido en una instancia esté influenciado por el inmediato
anterior.
8
Diccionario enciclopédico Grijalbo, 1995.
9
El desarrollo matemático está basado en la simulación planteada por Cesar Monroy Olivares en Teoría del
Caos.
10
En realidad, se puede observar que para lambda = 2, si se cumple la condición ( 0 < valor inicial < 1), en
algún momento el valor de la serie se estabiliza en 0,5.
imperceptible, luego en forma notoria. En este ejemplo, si no tuviéramos la fórmula, sería
muy difícil arriesgar el valor que cada serie arrojará en el momento 31.
Tal como sostiene Katherine Hayles11, “mientras más caótico es un sistema, más
información produce”. En el ejemplo numérico anterior, para lambda igual a 2 después
de la cuarta, quinta o sexta iteración, cuando el valor se estabiliza en 0,5 ya deja de
producir información. Con lambda igual a 4, en cada nueva corrida se produce un valor
distinto. Se genera tanta información como iteraciones se realicen.
● Determinismo. Los resultados obtenidos no son fruto del azar, sino que se producen
como consecuencia de una secuencia lógica y concatenada de acontecimientos.
● Aparente desorden. Si se observan los últimos diez valores obtenidos en la series E, F
y G parecería que estamos frente a valores generados por el azar, totalmente
fortuitos y sin ningún orden.
● Alta sensibilidad a las condiciones iniciales. Tal como lo demuestra el ejemplo en
cuestión, pequeñísimas alteraciones en las condiciones iniciales producen resultados
absolutamente distintos.
La alta sensibilidad a las condiciones iniciales es conocida como efecto mariposa. Edward
Lorenz es el descubridor de la misma, indicando en forma muy gráfica su
comportamiento: el aleteo que produce hoy una mariposa en el aire de Brasil puede
generar un tornado en Texas. Esta característica produce una dicotomía entre el grado de
determinismo y el nivel de predicción que pueden esperarse de estos sistemas. Los
sistemas caóticos son deterministas… pero impredecibles al menos en el mediano y largo
plazo. En el ejemplo numérico incluido anteriormente, se observa que para series de datos
generados por una misma fórmula, con la misma constante (lambda igual a 4), sólo se
puede predecir el valor generado después de 30 iteraciones si se conoce con exactitud el
valor inicial. En este contexto, exactitud no quiere decir “bastante aproximado” o “más o
menos” o “redondeando”. Quiere decir “totalmente exacto”. Las consecuencias, entonces,
de esta propiedad son funestas: en aquellas ciencias donde la medición exacta sea un
problema (por ej., la economía, la administración o la estrategia) nunca se podrá predecir
con precisión la consecuencia de una acción. La información faltante (o falta de fidelidad)
producirá un pronóstico erróneo. La paradoja de la Teoría del Caos es precisamente ésta.
Se supone que una ciencia tiene que formular leyes que permitan vaticinar el estado
futuro de algo, cosa que en este caso no existe. De todas maneras, la impredecibilidad no
significa el conocimiento inexacto o falso de una situación, sino que es la consecuencia del
11
Hayles, N. Katherine. La evolución del caos. Gedisa Editorial, Barcelona, 1993.
estado de las cosas. Pretender lo contrario significaría tratar de encorsetar la realidad en
un modelo simplificado, conveniente pero irreal.
En muchos textos aparece la analogía del río: supongamos que colocamos un corcho en el
río Iguazú unos metros antes de que se una con el río Paraná, y quisiéramos saber con
exactitud en qué momento, y/o por qué lugar del río va a pasar unos kilómetros más
abajo, después de las Cataratas. El comportamiento que tendrá el corcho va a ser lógico.
Las leyes de la física que afectarán al mismo van a ser conocidas (serán las de Newton). Sin
embargo, no hay científico en el mundo ni computadora capaz de resolver el problema.
¿Qué es lo que sucede? Estamos frente a un sistema complejo de características caóticas,
en donde el comportamiento ex-post es lógico y posible de explicar, pero ex-ante es
imposible de predecir.
Los libros de texto y la física convencional modelizan estos sistemas. Y los simplifican en
demasía haciéndolos totalmente distintos de la realidad. Se supone, por ejemplo, un
corcho flotando en un río ideal, lineal, recto, con una pendiente constante, en donde el
agua corra siempre a la misma velocidad. Si tiramos allí el corcho y quisiéramos saber
dónde se encuentra después de un tiempo, calculamos “velocidad del agua por tiempo” y
logramos la ubicación exacta del mismo.
Si este cálculo lo hacemos en un río real, es altamente improbable que arroje un resultado
correcto. La realidad, entonces, esta llena de excepciones a la regla general, y en
ocasiones, se produce algún acierto. La realidad está llena de caos. Es impredecible, pero
no fortuita. Compleja. Y en apariencia, desordenada.
Pero lo interesante que tiene la Teoría del Caos es que precisamente no hace hincapié en
el desorden aparente de estos sistemas, sino que se resalta el orden implícito que ellos
poseen. Si los modelos lineales son tan inexactos para estudiar la realidad, ¿Por qué se los
utiliza tanto? Como se enunciará más adelante, simplemente porque son convenientes.
Los sistemas no lineales son muy difíciles de estudiar, muy difíciles de modelizar. De todas
maneras, y a pesar de no tener en la actualidad todas las herramientas matemáticas
necesarias para su análisis, hay algunas de ellas muy novedosas de las que sí disponemos,
como los fractales.
Como hemos visto, los sistemas caóticos son estudiados a través de técnicas matemáticas
puras: la iteración y la recursión. La iteración es un proceso de aproximaciones sucesivas
utilizadas en la resolución de problemas de ecuaciones algebraicas diferenciales o la
interpolación de los valores de una función. La recursión es aquella técnica que se emplea
en procesos iterativos. por medio de la cual se toma el resultado de una ecuación y se la
retroalimenta una y otra vez para descubrir el desarrollo de sus conductas.
En razón del método matemático que se utiliza para su estudio, y la alta sensibilidad que
tiene todo este proceso a la exactitud y precisión de los números utilizados (ya que el
proceso se pierde al redondear cifras), es que, con el advenimiento de las computadoras,
esta ciencia cobró nuevo auge.
• Por un lado, dentro de los sistemas caóticos hay cuestiones posibles, probables e
imposibles o improbables. Por ejemplo, es altamente probable que el corcho tirado en el
río navegue siguiendo el curso de la corriente, es posible que lo detenga alguna rama,
roca o animal, y es imposible que navegue río arriba.
12
Prigogine, Ilya y Stengers, Isabelle. Entre el tiempo y la eternidad. Alianza Editorial. Buenos Aires, 1991.
tendencia universal hacia la disipación. En otras palabras, la entropía indica la tendencia
que tiene la energía de un sistema cerrado a desaparecer (muerte térmica). El efecto que
produce esta norma es fundamental para entender la irreversibilidad: cada momento de
un sistema es único, porque en cada momento el sistema es único. El estado, los
elementos, sus conexiones y propiedades, y el entorno que lo rodea es diferente, instante
a instante, por lo que en función del tiempo los sistemas van desapareciendo,
transformándose en otros distintos, con otras reglas y preceptos. Esta irreversibilidad ha
sido denominada como la “flecha del tiempo”, ya que el comportamiento que presentan
los sistemas aislados va hacia una sola dirección, que es aquella en donde crece la energía
no utilizable.
• Los patrones posibles son los llamados atractores, porque el comportamiento del
sistema es atraído hacia esa zona.
I. Prigogine señala que “lo que nos interesa, sobre todo, es conocer la incidencia de la
inestabilidad en conceptos fundamentales como el determinismo, la irreversibilidad y los
propios fundamentos de la mecánica cuántica. Como veremos, aparece un nuevo
enfoque para abordar todos estos problemas. Por eso, cuando se tiene en cuenta el caos,
se puede hablar de una nueva formulación de las leyes de la naturaleza. La apuesta es
fuerte”13.
Lo Simple y lo Complejo
Cuando nos enfrentamos con un sistema que queremos, analiza y es realmente complejo,
como en el caso de una organización, surge el interrogante: ¿necesitamos modelos
simples o complejos para lograr un análisis adecuado de la realidad y poder actuar en
consecuencia?
La respuesta que a menudo surge frente a esta pregunta es: “modelos simples, ya que
con modelos complejos nos complicaríamos demasiado y no podríamos entender qué es
lo que pasa”.
Otra respuesta que puede aparecer es: “modelos complejos, ya que con los modelos
simples no es suficiente para interpretar sistemas complejos y esto nos llevaría a cometer
muchos errores”.
Si bien las dos respuestas pueden ser correctas, para la Teoría del Caos ninguna de las dos
lo es, ya que se trata de evitar las dualidades, una res-puesta u otra, dualidades
provenientes del Mecanicismo y del Determinismo newtoniano.
Entonces, la respuesta para el caos sería utilizar modelos simples y complejos al mismo
tiempo, rompiendo la dualidad.
Atractores
Los atractores muestran los comportamientos posibles para un sistema, luego de que el
mismo haya estado funcionando durante un cierto tiempo. Estas trayectorias se aprecian
en un gráfico cartesiano denominado espacio de fases, en cuyos ejes se detallan las
variables que describen al sistema dinámico. Existen tres tipos básicos de atractores:
13
Prigogine, llya. El fin de las incertidumbres. Editorial Andrés Bello. Santiago, 1991.
14
Monroy Olivares, César; (op. cit.).
a partir de un campo infinito y cuyo grado de atracción depende de determinada función
de J la distancia”. El ejemplo corriente de este atractor se observa con el comportamiento
de un péndulo. El mismo puede estar en movimiento durante un tiempo finito: tarde o
temprano su fuerza se va debilitando como consecuencia de la resistencia del aire;
finalmente, este péndulo se “estaciona” en un punto fijo: su atractor. Este caso de
sistema dinámico ofrece muy poca información: a largo plazo se sabe con total seguridad
en qué posición va a estar este elemento.
Los sistemas disipativos, en cambio, son aquellos que van perdiendo la energía con el
tiempo. Los ejemplos posibles son muchos y variados: la atmósfera terrestre, todos los
sistemas vivos, las máquinas, etc. Sus comportamientos se asimilan mucho más al de los
atractores puntuales, ya que, a largo plazo, las trayectorias convergen en un lugar
determinado (energía igual a cero, ubicación en el punto de equilibrio).
Los atractores también sirven para precisar si se está en presencia de un sistema estable
o inestable. Un sistema estable es aquel que “soporta” pequeñas alteraciones. Por
ejemplo, la trayectoria que sigue un péndulo puede ser alterada por una fuerza externa,
que modifica su movimiento. A pesar de esta perturbación la dinámica del sistema tiende
a volver a la normalidad. Esto no ocurre cuando se está en presencia de un sistema
inestable, ya que una muy pequeña alteración en las condiciones iniciales produce
resultados inesperados. Un ejemplo de este tipo de sistemas ocurre si se quiere hacer
girar una moneda sobre su canto, pretendiendo que una vez que cese el movimiento, no
15
Monroy Olivares, César; (op. cit.).
caiga sobre ninguna de sus caras. Hay más chances de fracaso que de éxito.
Evidentemente, se está en presencia de un sistema estable cuando el atractor del mismo
es puntual o circular; se está frente a un sistema inestable cuando su atractor es de tipo
caótico.
Los latidos del corazón parecen regulares pero no son perfectamente iguales, sino que
siguen una órbita irregular, con determinado grado de libertad. Existe un atractor extraño
en esta órbita. Si fueran perfectamente regulares estaríamos hablando de una persona en
estado de suma gravedad, ya que no existiría "ningún grado de libertad y no tendría la
elasticidad necesaria para funcionar.
Ciclo Limitante
En los gráficos anteriores se observa con claridad cómo el atractor caótico está mucho
mejor formado en la época de estabilidad (enero 1993 / julio 1998).
16
Fuente: INDEC.
Atractores en niveles de producción: los siguientes gráficos corresponden a las
variaciones en los niveles de producción de bienes agropecuarios17, desde la campaña
1970/1971 a la 1996/1997.
El primero de ellos muestra un atractor bien marcado, formado por la variación del Indice
(Laspeyres) de Volumen Físico de la Producción Agropecuaria de Frutas (manzana, pera,
limón, naranja y pomelo) y Hortalizas y legumbres (pimiento, ajo, arveja, batata, cebolla,
garbanzo, lenteja, papa, poroto seco, tomate y zapallo). En los siguientes, se observa la
variación del Indice (Laspeyres) de Volumen Físico de la Producción Agropecuaria de
bienes de granja, leche y carne. Se puede ver con claridad cómo existe un atractor mejor
marcado en el segundo de los gráficos (granja versus carne) que en el primero (leche
versus carne).
El Juego de la Cerveza
Las reglas son simples: los minoristas, además de otras cervezas, venden una llamada
“cerveza de los enamorados”. Esta bebida es distinta del resto, ya que es una marca
regional, fabricada artesanalmente y que no se puede estoquear en demasía, ya que se
descompone rápidamente. Por otro lado, se busca no tener faltantes, para que los clientes
no realicen sus compras a la competencia. En función de lo expuesto, cuando los
minoristas realizan su pedido, tienen en cuenta las ventas que esperan tener en la semana
y el stock remanente. Cada semana pasa un camionero, al que se le entrega el formulario
con el pedido de cerveza. En ese mismo camión viene el pedido que se realizó cuatro
semanas antes. Esta demora obedece a las características del proceso de entrega; el
17
Fuente: Sistema Integrado de Información Agropecuaria y Pesquera. Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Pesca y Alimentación de la República Argentina.
18
Fuente: INTA, Trenque Lauquen.
19
Un análisis desarrollado de este juego lo realiza Peter Senge en La Quinta Disciplina.
camionero no sólo reparte y solicita pedidos a este minorista, sino que realiza una ronda
contactándose con otros vendedores al menudeo.
Algo similar ocurre con los mayoristas, que realizan sus pedidos a la fábrica teniendo en
cuenta su expectativa de ventas y sus stocks. Estos pedidos tienen respuesta del
productor recién en la cuarta semana.
A pesar de esta estructura tan elemental, como hemos dicho, una simple modificación en
la demanda del consumidor final produce un desastre total: el sistema se comporta en
forma caótica.
• Alta sensibilidad a las condiciones iniciales: los pedidos se encuentran en función del
stock existente y del pretendido, o de seguridad.
• Amplificación por fluctuaciones: los retardos propios del sistema hacen que, en un
principio, los pedidos sean mucho más grandes de los necesarios y que al final lo mismo
ocurra con los stocks.
• Paradoja: cuando se cree que se está llegando a la solución del proble- ' ma (se
normaliza la relación pedidos-entrega), aparece un problema nuevo
(sobredimensionamiento de los stocks).
Fractales
Hemos dicho que el comportamiento de los sistemas caóticos puede ser graficado a través
de fractales. Ahora bien: ¿qué son estos fractales?
Con esta geometría elemental podemos graficar (en forma muy básica) un árbol con un
círculo y un rectángulo. Si este fuera nuestro objetivo, podríamos conocer con cierta
aproximación algunas de sus propiedades, tales como superficie, volumen, etc. Pero un
árbol no es así. Su copa no es un círculo perfecto, sino que es una superficie irregular. Lo
mismo se podría decir de su tronco, que podría ser representado por un rectángulo, pero
que realmente no es así.
Jules Henri Poincaré, considerado el padre de la Teoría del Caos, sostenía que “la
geometría euclidiana no es verdadera, sino simplemente conveniente”21.
Benoit Mandelbrot, del centro de investigación Thomas Watson de IBM, fue el que acuñó
el término fractal. Una de sus preguntas fue: ¿cuánto mide la costa de Bretaña?22. Y la
respuesta es: depende del tamaño del elemento que utilizamos para medirla. Mandelbrot
demostró que si tuviéramos una regla de 200 millas de largo, esta costa se dividiría en 8
segmentos, lo que daría un total de 1600 millas; mientras que si el tamaño de la regla
fuese de 25 millas, serían necesarios 102 segmentos, lo que daría un total de 2550 millas.
A medida que achicamos el tamaño de la regla, aumenta la longitud de esta costa.
¿Por qué ocurre esto? Muy simple. Mientras más pequeña es la regla, más detalles
podemos medir. Con una regla de muchas millas, omitimos medir determinadas bahías o
salientes de la costa, los que sí medimos con una regla más pequeña. A medida que
disminuimos el tamaño del elemento de medición, encontramos más cosas para medir:
una roca, por ejemplo, aumentaría el tamaño. Si tuviéramos una regla lo suficientemente
pequeña, el tamaño de esta costa tendería a ser infinita, ya que podríamos medir los
contornos de cada grano de arena que la compone. Además, sería muy , complejo el
proceso de medición, que tendría que ser instantáneo, porque el flujo (y reflujo) de las
olas lo modificaría permanentemente.
Unificación, abstracción y generalidad han sido las tendencias que han dominado la
investigación en el tercer cuarto de este siglo.
Pensemos en la distancia que separa dos ciudades. Esta también es una dimensión fractal,
ya que si la midiéramos en forma recta, desde el espacio, lograríamos una medida; desde
20
Diccionario enciclopédico Grijalbo, 1995.
21
Citado por Hayles, N. Katherine, (op. cit.).
22
Mandelbrot, en Science, N° 155, 1967.
la tierra, las ondulaciones del camino y hasta una piedra o un bache aumentan su
longitud.
En 1904 un matemático sueco, Helgue von Koch, dio a conocer lo que luego fue
denominado un “monstruo matemático”. La curva de Koch o “copo de nieve”, está
formada por la siguiente superposición de triángulos: se comienza con un gran triángulo
equilátero al que se le añade otro triángulo equilátero de un tercio del tamaño del original
a la mitad de cada una de las caras. De esta manera se obtiene una estrella de seis puntas, doce
lados y con una longitud de su borde externo de cuatro tercios de la que tenía el triángulo original.
El proceso continúa agregando a la mitad de cada uno de los lados un triángulo equilátero del
tamaño de un tercio de cada uno de ellos. De esta manera se llega a un objeto que es simple de
entender, pero de una longitud de borde superior al original.
23
Hayles, N. Katherine, (op. cit.).
de las ganancias), se dieron cuenta de que, a pesar de trabajar en áreas distintas, sus
conclusiones eran similares, en el sentido de que no tenían una distribución normal. Tanto
las fluctuaciones pequeñas como las grandes eran autosimilares entre sí
independientemente de la escala en la que se percibieran24.
Después de este hallazgo, Mandelbrot comenzó a jugar con diferentes maneras de graficar
60 años de los precios de algodón y “descubrió” un objeto matemático que luego se
conoció como el conjunto de Mandelbrot.
Este es el objeto matemático sintético más complejo que el hombre haya creado. Su
simetría corresponde a escalas, no a planos, por lo que, al igual que las gráficas de la
economía, cualquier parte tiene la totalidad del objeto25.
Zn + 1 = Zn + C
Siendo un número complejo (del tipo a +bi) donde i es la raíz cuadra da de -1, y una
constante cualquiera.
Tim Wegner y Bert Tyler26 señalan que todo fractal, para serlo, tiene que cumplir
necesariamente con las siguientes propiedades:
• Bifurcación infinita.
• Autosimilitud. El objeto es similar a sí mismo a diferentes escalas. Por ejemplo, una rama
de un árbol es similar a todo el árbol mismo.
Edward Lorenz, en su libro La Esencia del Caos, define como fractal a “un grupo o conjunto
de puntos cuya dimensión no es un número entero. También es un conjunto de
estructuras similares cuya dimensión resulta ser un número entero”.
24
Monroy Olivares, César; (op. cit.).
25
Monroy Olivares, César; (op. cit.).
26
Wegner, Tim y Tyler, Bert, (op. cit.).
De esta definición se desprende que cualquier fractal tiene una dimensión distinta de las
conocidas habitualmente. No podemos hablar de una dimensión 2 por el plano, ni de una
dimensión 3 por el espació, sino de una dimensión 2,4, por ejemplo.
Tiempo Fractal
El tiempo mecánico fue creado por el hombre alrededor del siglo XIV27 con el objeto de
darle valor a los préstamos de dinero. En ese momento aparece la variable t para calcular
los intereses. También en esa época surgen los primeros relojes.
Newton decía: “Todos los cambios que tienen lugar en el mundo físico fueron descriptos
en función de una dimensión aparte, llamada tiempo, que a su vez era absoluta, sin
conexión con el mundo material y que fluía suavemente desde el pasado, pasando-por el
presente, hacia el futuro”.
Pero de acuerdo con la Teoría del Caos, este concepto del tiempo mecánico, como
muchos otros conceptos lineales y determinísticos, no sería válido, ya que el tiempo es el
que sentimos. Cuando estamos aburridos, decimos que “el tiempo no pasa nunca”. En
cambio, cuando estamos muy entretenidos con una actividad, sentimos que el tiempo
pasa muy rápido. Una hora de tiempo mecánico puede ser muchísimo o muy poco, según
nuestro interés y entusiasmo en el tema.
Esta idea de tiempo fractal también se puede entender cuando pensamos en los sueños,
ya que en unos pocos segundos mecánicos podemos tener clara una historia que llevaría
mucho tiempo ser contada.28
Todo, desde un átomo a una célula, tiene su reloj interno que mide su pasaje individual de
tiempo.
27
Briggs y Peat. Seven life lessons of chaos. Harper Collins, New York, 1998.
28
Briggs y Peat, (op. cit.).
La Teoría del Caos dice que los sistemas tienden a autoorganizarse preservando su
equilibrio interno y reteniendo una medida a su apertura al entorno o al mundo exterior.
Algo similar es lo que sucede con el tiempo.
Como sostienen Briggs y Peat, cada uno de nosotros tiene una multiplicidad de relojes
internos. Nuestras células tienen sus propios relojes. Las células se organizan en órganos
individuales, cuyos relojes internos instruyen a éstas a segregar hormonas y químicos.
Estos mensajeros químicos causan el “ritmo” de los órganos, trabajando juntos en el
sistema autóorganizado del cuerpo humano. Algunos de estos subsistemas de relojes
operan cíclicamente como ciclos limitantes, como el ciclo femenino menstrual o el ciclo de
dormir y despenar. Otros de nuestros relojes internos, como muchos de los ritmos de la
conciencia, se encuentran más abiertos a la influencia del entorno.
El concepto de ritmo proviene, entonces, de este concepto de tiempo fractal y del espacio
fractal, de cómo se relacionan los subsistemas entre sí y con el entorno.
El ritmo en una organización es la base para que ésta pueda participar del juego. De
acuerdo al ritmo que ésta logre podrá lograr una mejor o peor performance en su
rendimiento. Este ritmo depende no sólo de la empresa, sino ele su inserción en el ritmo
de los jugadores clave. Cuando hablamos de la idea de “ritmo” estamos hablando de un
concepto fractal, que no puede ser medido con elementos lineales tradicionales, sino que
es algo que de alguna manera “se siente”, la idea del timing, la aceleración justa en el
momento adecuado, acertar con los lanzamientos de productos en el momento
apropiado, o encontrar la pausa adecuada en medio de una negociación importante.
Como vemos, es mucho más importante el ritmo que la velocidad o la aceleración. Estas
nos pueden llevar a generar presiones equivocadas, con todas las consecuencias negativas
que éstas generan. El ritmo es importante en cualquier juego, no sólo en el que juegan las
organizaciones, sino que claramente se puede apreciar en algunos deportes como el tenis,
donde un jugador impone un ritmo con respecto a su contrincante, o el ritmo del swing de
golf, que importa tanto o más que la potencia o la velocidad para pegar más fuerte o más
largo.
Puntos de Bifurcación
Los puntos de bifurcación aparecen cuando se producen perturbaciones que afectan al
sistema y éste explota hacia un nivel superior, hacia un nivel de mayor complejidad,
transformándose en una nueva estructura, o desintegrándose.
La pregunta que tenemos que hacernos es qué se siente cuando aparece un punto de
bifurcación en una organización. Un punto de bifurcación puede ser una crisis financiera,
un problema de competencia al nivel de productos o posicionamiento, un problema con
los accionistas, etc. Al tomar estas situaciones como puntos de bifurcación, tenemos que
poner energía en buscar nuevas trayectorias en niveles superiores, de manera de
superarlas y crecer. Nunca vamos a superar estas crisis con herramientas del mismo nivel
de complejidad.
La planificación estratégica a largo plazo es una utopía. Pero cuando se comprende que el
mundo de los negocios es un sistema complejo imprevisible, se entiende el fracaso de la
planificación estratégica a largo plazo.
El desafío pasa por aceptar la ambigüedad y estar preparado para adaptarse y evolucionar
de acuerdo con los cambios. Este desafío es especialmente difícil de aceptar para los
niveles más altos de la organización: admitir que no se tienen todas las respuestas, que no
se conocen todas las alternativas. Se requiere de una visión mucho más amplia, que sólo
puede surgir de la suma de las visiones de las distintas personas que ven el problema
desde sus distintas ópticas.
Para iniciar el cambio es una buena idea comenzar con reglas simples, pequeñas
modificaciones, experimentos, que lleven a un entorno de libertad para la prueba, donde
la gente se sienta contenida. A su vez, una cultura de contención (en lugar de una cultura
de órdenes y control), ayuda a que las personas se sientan más predispuestas a formar
parte del futuro de la empresa, y más cómodas para generar opciones creativas en las que
estén preparadas para involucrarse.
Si aplicamos este efecto mariposa a las organizaciones, tenemos muchos casos donde, por
ejemplo un rumor que se esparce (verdadero o falso), genera un problema grave en las
relaciones interpersonales, pudiendo hacer caer al gerente general de la empresa. O
cuando lanzamos un producto sólo en un nicho muy acotado, pero muy referente para un
mercado y .el efecto se propaga rápidamente por todo el mundo (el éxito de la cerveza
Corona en un segmento de mercado, el rumor de guerra que esparce el asesor
presidencial encarnado por Robert de Niro en Wag the Dog, un restaurante que se pone
rápidamente de moda, una opinión vertida por Alan Greenspan...).
Teoría de Catástrofes
Andrés Fernández Díaz29 define la Teoría de Catástrofes como “un método matemático
para describir la evolución de formas en la naturaleza y que trata de explicar cómo y por
qué la acción continua de fuerzas provoca cambios bruscos e insospechados”.
Esta teoría es atribuida principalmente al matemático y topólogo francés René Thom, que
con Christopher Zeeman, sobre finales de la década del sesenta y principios del setenta,
expuso sus ideas. Thom publicó en 1972 el libro titulado Structural Stability and
Morphogenesis, en donde, sobre una base eminentemente cualitativa, desarrolla un
método que permite describir los modelos dinámicos compatibles con una morfología
29
Fernández Díaz, Andrés. La economía de la complejidad. Mc. Graw-Hill, Madrid, 1994.
dada. Zeeman, matemático inglés, es quien aporta a dicha teoría la verificación
cuantitativa.
En un sentido amplio, una catástrofe existe cuando un sistema que puede tener más de
un estado estable, o más de un curso estable de cambio, transita en forma discontinua
de uno a otro de ellos. Un ejemplo físico puede servirnos a esta altura para ilustrarnos de
una manera sencilla. Pensemos en el agua. Este elemento tiene tres estados estables:
sólido, líquido y gaseoso. Si se saca agua de la canilla (líquido) y se comienza a calentarla,
con cada grado extra, sus propiedades (por ejemplo, volumen) varían en forma lineal y
suave. Hasta llegar a un punto: 100° C. En ese punto, la materia “salta” de un estado a
otro, de líquido a gaseoso. Se produce una catástrofe elemental. Un pequeño aumento de
dos o tres grados de temperatura cuando este elemento tiene 30 grados, modifica sus
propiedades en forma lineal. El mismo aumento, a los 99 grados, tiene efecto catastrófico.
No es casual que un topógrafo haya sido uno de los iniciadores de esta teoría. Las
catástrofes se grafican por medio de mapas topográficos, con montañas y valles. En estos
planos, los picos hacia arriba o hacia abajo se denominan singularidades. Este término no
sólo tiene un significado dentro de esta área. Para el cálculo y el análisis, una singularidad
es el punto en el gráfico de una curva donde la dirección o la cualidad de la misma
cambia.
Imaginemos que la curva anterior es la vía de una montaña rusa. Un vagón parado en
cualquiera de los mínimos locales se encuentra inmóvil, en equilibrio. Si se aplica en forma
temporal una pequeña fuerza que lo haga mover unos centímetros, apenas haya cesado la
presión, el mismo va a tender a volver al punto original. Estos puntos significan un
equilibrio estable, ya que para modificar su estado hay que forzar al sistema.
Si el vagón está parado exactamente en el punto C (máximo local) puede alcanzar también
un equilibrio. En este caso será un equilibrio inestable, ya que la menor perturbación al
sistema provocaría la caída del artefacto. El desplazamiento del artefacto del punto C
(máximo local y equilibrio inestable) al D (mínimo local y equilibrio estable), es una
catástrofe.
Ahora bien, lo que analizamos hasta el momento es una catástrofe rudimentaria, de dos-
dimensiones (altura y distancia). Este tipo de catástrofes tiene un solo factor de control (la
fuerza o velocidad horizontal), y otro de conducta (que suba o que baje).
Pero las verdaderas catástrofes son aquellas en donde el sistema no encuentra fácilmente
equilibrios en donde “descansar”, sino que se mantiene en permanente tensión. Como
sostienen en su obra Woodcock y Monte Davis30 “por algún lado van a saltar”.
Así como podemos afirmar que sólo hay cinco objetos tridimensionales regulares (es
decir, todas las caras son polígonos idénticos)31, de acuerdo con los postulados de Thom,
se asegura que cualquier proceso discontinuo cuya, conducta pueda ser descripta por
medio de un gráfico de hasta seis dimensiones, si es estructuralmente estable tiene que
corresponder a una de las siete catástrofes elementales.
Hay muchos otros modelos además de los siete descriptos, pero sólo ellos tienen esta
propiedad; en los otros posibles, pequeñas perturbaciones hacen derrumbar todo el
sistema.
30
Woodcock, Alexander y Monte Davis, (op. cit.).
31
Los poliedros regulares, también llamados sólidos ideales, son las siguientes: el tetraedro (formado por
cuatro triángulos). El hexaedro o cubo (seis cuadrados), el octoedro (ocho triángulos), el dodecaedro (doce
pentágonos) y el icosaedro (veinte triángulos).
Siendo X el co-rango o número de variables de estados o ejes de control, y C la dimensión
del espacio de control.
De todas las catástrofes, la más utilizada en ciencias sociales (por su mezcla de simpleza
con complejidad) es la de Cúspide. Su tratamiento es el siguiente:
Critícalidad autoorganizada
Un caso particular de catástrofe en sistemas caóticos es el que descubrieron dos
científicos del Laboratorio Nacional de Brookhaven (Long Island, Nueva York, instituto
descubridor del quark “charm”). Los doctores en física Per Bak y Kan Chen, estudiando los
sistemas compuestos (aquellos que contienen millones de elementos que interactúan a
pequeña escala), encontraron lo que denominaron “criticalidad autoorganizada”, cuyo
significado es el siguiente: muchos sistemas compuestos evolucionan espontáneamente
hacia un estado crítico, en el que un acontecimiento banal da inicio a una reacción en
cadena capaz de afectar a un número cualquiera de elementos del mismo. El enfoque
dado a dicho tema fue de tipo holístico, ya que se demostró que es imposible estudiar un
sistema en forma fragmentada porque, en este caso, el todo es mucho más que la simple
suma de sus partes.
José Vicente Rubio D.32 enumera las características propias y distintivas de los sistemas
complejos:
32
Red colombiana de pensamiento complejo. Redcom (Internet).
consistencia global determina la estructura de la totalidad de la red (Chew, Capra, Física
cuántica).
• Borrosidad. No hay límites definidos entre los elementos ni en el interior de elos. Todo
es cuestión de grado o de aproximación; a medid que nos acercamos a las cosas, sus
bordes se tornan más borrosos; a mayor borrosidad, mayor precisión. Cuanto más se
parece una cosa a su contrario, más borrosa es (Kosko, Zadeh).
• Flujicidad. Los puntos de control del sistema y sus mecanismos de información están
dispersos, difusos, en la estructura del sistema.
• Inclusión. El todo está en la parte que está en el todo. Las partes contienen al todo en
proporción directa a su tamaño o masa o solapamiento con el todo. No sólo la parte está
en el todo, sino que el todo está en el interior de la parte que está en el interior del todo
(Bohm, Kosko, Morin).
• Paradoja. Cuando esperamos hallar la respuesta, nos topamos con la pregunta. Cuando
creemos llegar al final, estamos al comienzo. Las cosas pueden ser y no ser a la vez
(Hofstadter, Bateson).
• Potencialidad. Existe un potencial en cada ser, en cada relación, en cada suceso. Hay
más recursos abundantes que recursos escasos. En términos de desarrollo social y
humano, deberíamos pensar más en Coeficientes de Potencial Disponible (CPD) que en
Necesidades Básicas Insatisfechas (NB1) (Elizalde, Max Neef).
• Recursión. Los procesos y elementos vuelven sobre sí mismos en bucles, rizos o cascadas
de espirales creativas (Briggs, Hofstadter, Morin).
• Resonancia. Existe una íntima conexión entre los sucesos y las cosas, que los hace a la
vez causa y consecuencia, imagen y semejanza (Bateson, Sheldrake).