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Me Todos
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Los egipcios fueron los primeros en destilar plantas con la intención de extraer
sus aceites esenciales. Desde entonces, los métodos de extracción de aceites esenciales se han
diversificado y han sido perfeccionados.
Los aceites esenciales provienen de las diferentes partes de la planta: pétalos, raíces, tallo, ramas,
semillas, savia, hojas o la propia piel. Dependiendo del tipo de planta en cuestión, los aceites se
concentran en un lugar distinto, por lo que el método de extracción ideal también varía en función
de la planta.
Los aceites esenciales se caracterizan por ser extremamente volátiles, insolubles en el agua y
porque se evaporaran muy rápidamente después de ser expuestos al aire. En consecuencia, puede
ser complicado extraer los aceites esenciales antes de que se evaporen. Son varios los métodos de
extracción existentes. Los industriales son bastante sofisticados, sin embargo, existen diversos
métodos de extracción caseros que le permitirán obtener sus propias esencias.
Destilación: es, sin duda, el proceso de extracción más fácil y barato, utilizado por las más
prestigiosas marcas de perfume y de extracción de aceites esenciales. Convierte los aceites
esenciales en vapor (vea Destilación a Vapor) y después vuelve a condensarlos. Con un alambique
o una alquitara podrá producir sus aceites esenciales preferidos, que impregnarán su mente y su
cuerpo de aromas y energía positiva. Para ello puede utilizar cualquiera de las unidades de
destilación que se presentan a continuación:
-- Utensilios de Destilación
(vea también nuestra sugerencia que explica, paso a paso, cómo destilar aceite esencial de
lavanda)
Expresión a frío: se trata de un método muy utilizado para la extracción de cítricos como el limón,
la naranja, la bergamota, la mandarina o la lima. Este método de extracción presenta la ventaja de
no someter los aceites esenciales a temperaturas elevadas. Sin embargo, estos entran en contacto
con el agua, por lo que se dispersan importantes componentes hidrosolubles. En casa, para
simular este método basta con pelar los frutos y guardar la parte externa de la cáscara, donde se
acumulan las esencias. Posteriormente, corte las cáscaras en pedazos y colóquelas en un paño de
lino o algodón. Después, sobre un tablero, tritúrelas tanto como sea posible. Por último, al escurrir
el paño meta el líquido resultante en un frasco pequeño que deberá cerrarse herméticamente y de
forma rápida para evitar la evaporación de los aceites esenciales.
Extracción con solventes: en este método se utilizan solventes para extraer aceites esenciales,
especialmente en materias orgánicas. La extracción con solventes comprende los siguientes
métodos.
Maceración: Para extraer sus propias esencias en casa, utilizando este método, necesita macerar
en un aceite sus flores preferidas (jazmín, rosas, madreselva…) hasta que éste quede totalmente
impregnado con el aroma de las flores y debe escoger un aceite conductor. Una forma muy simple
de hacerlo consiste en colocar en un recipiente de cobre 1 parte de pétalos de flores y 2 partes de
un aceite (de almendra o de girasol). Posteriormente, se calienta esta infusión a fuego lento
durante 3 horas. Finalmente, se filtran las flores exprimiéndolas enérgicamente y se reserva la
solución resultante en un sitio fresco, apartado del sol.
Extracción con dióxido de carbono: se trata de un método reciente, que utiliza temperaturas
relativamente más bajas a las de la destilación, lo que lo hace menos agresivo para las plantas.
Consiste en colocar las plantas en un tanque de acero inoxidable, al que posteriormente se le
introduce dióxido de carbono para aumentar la presión. Cuando el dióxido de carbono se somete a
altas presiones, se licua, actuando como un solvente que permite extraer los aceites esenciales de
las plantas. Después, la presión disminuye y el dióxido de carbono vuelve al estado gaseoso sin
dejar ningún tipo de señal.