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Objetivos

Introducción

1 SIGNIFICADO Y EVOLUCION DEL TERMINO

2 DEMOCRACIA SEGÚN EL GRADO DE PARTICIPACION

3 LOS VLAORES DEMOCRATICOS

4 Los principios democráticos

4.1. Principio de mayoría

4.2. Principio de liberación

4.3. Principio de renovación periódica de los gobernantes

4.4. Principio de división de poderes

4.5. Principios de control de gobernantes

4.6. Principio de supremacía constitucional

4.7. Principio de respeto a los derechos humanos

4.8. Principio de seguridad jurídica

5 CONDICIONES PARA EL DESARROLLO DEMOCRATICO

6 La Democracia como forma de Gobierno

6.1 Su manifestación a través de la historia

6.2 Fundamentos principales

6.3 Principio democrático como fundamento del poder y como ética social

6.4 La libertad, condiciona a la Democracia


6.5 Evolución y estado actual del problema

7 La democracia como sistema político

Objetivo

Tener un conocimiento más claro, amplio y profundo acerca del tema de la democracia como
sistema político.

Introducción

Comenzaremos presentando un par de consideraciones previas que sirvan de referencia de lo que


entendemos por realidad en el momento de hablar de las democracias como nombre de
realidades existentes en el mundo político efectivo, espáticamente de Democracia como sistema
político.

La democracia es una manera de mostrar su organización en cada Estado según como se maneje
este, para aplicarse la democracia se debe de tener en cuenta muchos aspectos para llevarla a
cabo con exactitud, honestidad y cabalidad.

Democracia es una forma de gobierno que permite una igualdad política, administrativa y civil de


los habitantes del Estado, en la cual todo ciudadano puede elegir a sus gobernantes, así como
también está en la posibilidad de ser elegible para desempeñar un cargo público dentro de los
poderes ejecutivo y legislativo. Democracia "del griego demos, pueblo, fuerza, poder, autoridad.
Doctrina política según la cual la soberanía pertenece al conjunto de los ciudadanos; régimen
político caracterizado por la participación de los ciudadanos en la organización del poder público y
en su ejercicio, el término democracia se incorporó al inglés en el siglo XVI, proveniente de la
palabra francesa democratice, sus orígenes son griegos. Democracia deriva de démokratia, cuyas
raíces etimológicas son demos (pueblo) y kratos (gobierno), democracia significa una forma de
gobierno en la que al contrario que en las monarquías y las aristocracias, el pueblo gobierna,
democracia implica un estado en el que existe alguna forma de igualdad política entre las
personas". El presente trabajo busca conocer a la democracia como forma de gobierno y que  
genera la aplicación del régimen político democrático a través de la historia, sus fundamentos
principales en que descansa, las críticas de las doctrinas de los tratadistas, el principio democrático
como fundamento del poder y ética social, la lucha librada en defensa de la democracia y la
libertad como condición de la democracia.

4. Los principios democráticos

Se asigna el calificativo “democrático” cuando se respetan varios principios básicos en sentido de


ser acatados, algunos de estos son:

 Principio de mayoría
 Deliberación
 Periodicidad
 Renovación de gobierno
 División de poderes
 Control de gobernantes por los gobernados
 Supremacía constitucional
 Respeto de derechos humanos
 Seguridad jurídica

4.1. Principio de mayoría

El pueblo es un conjunto de individuos de grandes dimensiones en los Estados contemporáneo. La


unanimidad no es fácil de alcanzar en un ambiente de libertad, igualdad, tolerancia y pluralismo;
cuando varias opciones no coinciden. La democracia se refiere a su aspecto procedimental, una
técnica para arribar a un resultado. Dicha técnica puede ser empleada por cualquier grupo formal
e informal para decidir cualquier cuestión cuando existen varias posibilidades.

Decisión democrática no significa gobierno democrático, ni sociedad democrática o sistema


democrático, deberíamos de hablar de decisión mayoritaria.

EN la decisión democrática existe un concepto fundamental: el de quórum. Es entendido por tal


número de miembros de un cuerpo colegiado que deben participar en la decisión para que ésta
sea válida. Lo cual implica que el grupo establezca una norma por la voluntad de un número que
se presume que tiene la facultad para hacerlo precisamente porque es fundador.

EL principio de mayoría se desenvuelve en dos dimensiones: La primera se expresa en el


reconocimiento de que la mayoría tiene el derecho de hacer valer su decisión, y la segunda
consiste en que la minoría la acepta como obligatoria.

4.2 Princio de liberación

La deliberación en la teoría democrática abarca dos aspectos:


1) Tiene que ver con el proceso mediante el cual se “evalúan las razones implicadas en una
cuestión determinada”.
2) Alude “al momento en el cual el proceso de toma de decisiones tome lugar”.

La deliberación se considera un elemento indispensable.

4.3. Principio de renovación periódica de los gobernantes

El objetivo del sistema democrático de gobierno es impedir la concentración y el abuso de poder


para evitar que este se vuelva contra sus generadores originales: Los ciudadanos que forman el
pueblo y, por extensión, los gobernadores en general.

La norma generalmente aceptada es que el pueblo en tanto se manifieste periódicamente al


respecto, puede ejercer su soberanía para elegir cuantas veces lo desee a un funcionario o
representante.

4.4. Principio de división de poderes

Se reconoce a la democracia como un solo poder o si se prefiere una única fuente de poder que es
la voluntad popular, puesto que el pueblo actúa por medio de sus representantes.

La constitución es un elemento muy indispensable en las democracias modernas en ella solo se


concibe como tal si organiza el poder del Estado distribuyendo diversas funciones que se
equilibran entre sí.

4.5 Principios de control de gobernantes

Cuando un pueblo es soberano no se puede dar una traslación de poder autoridades constituidas
de modo que lo ejerzan sin ninguna cortapisa; la ciudadanía debe vigilar, controlar y exigir cuentas
a sus representantes.

4.6. Principio de supremacía constitucional

Los regímenes democráticos se caracterizan por establecer su organización gubernativa, derechos


individuales y los principios generales que sustentan ambas cuestiones. Existe un conjunto de
normas que rigen la elaboración y contenido de un orden jurídico dependiendo de cuál se trata;
tales normas solo pueden ser modificadas mediante el voto de una mayoría calificada, estas
condiciones varían de país en país.

4.7. Principio de respeto a los derechos humanos

Se organizan y garantizan en las normas constitucionales y se considera intocables de desvirtuar el


régimen democrático. Tal principio se funda en los valores de libertad, igualdad y legalidad.

4.8 Principio de seguridad jurídica

Aparece este principio que se enuncia en sus dos dimensiones: -“A la autoridad todo lo que no le
está expresamente permitido le está prohibido” y “a los particulares todo lo que no les está
prohibido, les está permitido”.
El concepto de seguridad ha sufrido una evolución en los países democráticos que actualmente
parece estar experimentado una regresión.

6. La Democracia como forma de Gobierno

6.1. Su manifestación a través de la historia

Con la palabra “democracia”, que deriva del griego (demos, pueblo y kratos, poder), los
pensadores de la antigua Grecia querían significar un sistema de gobierno formado con la
participación del pueblo. Según PLATON, la democracia es una forma “impura” de gobierno, un
gobierno “de lo más”, pero que gobierna abusivamente, lo que conduce a la tiranía.

ARISTOTELES también reconocía a la democracia como una forma de gobierno, pero distinguen
entre “democracia moderna” (forma pura) y “democracia radical” o “demagogia” (forma impura)
La característica principal de las democracias antiguas, así en Grecia como en Roma, era la
participación directa del pueblo en el gobierno de la ciudad-estado, generalmente de escasa
población. Esta forma de democracia directa se practicaba mediante reuniones populares en la
plaza pública, donde se llevaban a cabo las asambleas. Por lo general, la participación del pueblo
se limitaba a la función legislativa: aprobación de las leyes. Más tarde, esta intervención fue
ampliada, participando en la designación de magistrados.

El concepto de la democracia representativa como sistema de gobierno opuesto al absolutismo,


adquiere su importancia en la Francia del siglo XVIII, y bajo la forma especial de la soberanía
popular para la Revolución France al Derecho Constitucional Positivo. De ahí en adelante
constituirá, progresivamente, en los siglos XIX y XX, el principio fundamental de ese Derecho.
Puede afirmarse que la democracia representativa, funcionando dentro de la república nació en la
América del Norte como consecuencia de la Revolución de 1776.

6.2 Fundamentos principales

Los fundamentos principales en que descansa la democracia como forma de gobierno, son los
siguientes:

a) Reconocimiento de la dignidad esencial del hombre.


b) Igualdad de los seres humanos, lo que implica la anulación de privilegios a favor de personas o
grupos sociales.
c) Participación del pueblo en el gobierno del Estado, de conformidad a las normas
constitucionales.
d) Consentimiento de los individuos. Este consentimiento debe manifestarse libremente, sin
coacciones, para que sea la verdadera expresión de la voluntad popular. Si hay consentimiento
hay confianza popular.

6.3 Principio democrático como fundamento del poder y como ética social

El principio esencial de la democracia es el autogobierno del pueblo. Admitiendo que la soberanía


del Estado reside en el pueblo, y que ella –la soberanía- es un atributo del poder, corresponde al
pueblo el ejercicio de éste poder. Y el poder, como sabemos, es la capacidad de organizar al
gobierno de la colectividad.
Cuando decimos que democracia es autogobierno del pueblo, estamos significando que es el
pueblo quien se gobierna a sí mismo. Determinando él mismo el sistema de gobierno que adopta y
estableciendo el orden jurídico que ha de imperar y al cual se someterá así entendemos el
principio democrático como fundamento del poder. Mediante el sufragio universal y libre, que
exprese y refleje la verdadera voluntad del pueblo.

En cuanto al principio democrático como ética social, debemos decir que verdaderamente tal
principio tiene ese carácter, porque la democracia representativa distingue a los ciudadanos según
sus méritos y confía los negocios públicos a los mejores, mirando a la cualidad de los elegidos.

6.4 La libertad, condiciona a la Democracia

La libertad política es condición necesaria pero no la única de la democracia. Esta libertad política
permite a los ciudadanos participar en el gobierno, ya sea como gobernantes o gobernados como
electores o como elegidos.

Pero para que ésta libertad sea efectiva también es condición indispensable el reconocimiento de
la igualdad política de los ciudadanos; vale decir, que no deben de existir prerrogativas ni
privilegios a favor de unos y en perjuicio de otros. Por ejemplo, en algunos países, solo pueden
votar los que tienen determinada renta como mínimo; en otros se priva del derecho al sufragio
por motivos raciales o religiosos, o por ser analfabeto. En Rusia y además países comunistas,
solamente gozan de derechos políticos los trabajadores.

El ejercicio de la libertad política sobre la base de la igualdad política permite al ciudadano la


defensa de las demás libertades de pensamiento, de reunión, de religión, etc.

6.5 Evolución y estado actual del problema

Después de la Primera Guerra Mundial, y aun poco antes de su terminación 1917 se van
produciendo grandes cambios políticos en Europa. Las características de estos cambios de gran
resonancia mundial es que llevan aparejados la implantación de formas de gobierno “no
democráticas”. Primeramente en Rusia con el triunfo de los Bolcheviques o Comunistas, se crea la
Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas. Unos años después en 1922 triunfa el fascismo bajo la
dirección de MUSSOLINI e Italia se convierte en un Estado Corporativo. Más tarde, en 1933, como
resultado de una aplastante victoria electoral, triunfa el nacional-socialismo en Alemania, bajo la
conducción de ADOLFO HITLER.

Estos tres sucesos históricos tuvieron honda repercusión en todo el mundo: algunos atemorizados;
otros confusos, y los más sin comprender lo que verdaderamente sucedía, proclamaban que la
democracia estaba en crisis, auguraban su desaparición como sistema de gobierno y, muchos, o
casi todos, se aprestaban a enrolarse en las nuevas corrientes de ideologías totalitarias,
esencialmente anti democráticas.

Se proclamaba a boca llena y con énfasis delirante,. El reinado de un Nuevo Orden en el mundo,
que podía ser comunista, fascista o nazista. La ingenuidad de las masas, alentada por la
propaganda interesada, llegó a creer que se habían formado dos frentes ideológicos, antagónicos
e irreconciliables: de un lado el comunismo y del otro fascismo y nazismo… y soslayaron a la
democracia, a la que creían caduca, en estado comatoso próxima a desaparecer.
En 1936 España estalla en llamas: La república española es duramente atacada por militares y
civiles que cuentan con el apoyo de la Italia fascista y de la Alemania nazista. Se produce el
derrumbe y triunfa el falangismo. España queda enrolada en las filas del totalitarismo.

La destrucción de un sistema por el otro, por medio de la guerra, o hallar la fórmula para que
ambos puedan coexistir pacíficamente, para beneficio de la humanidad. No creemos, desde luego
que para llegar a la segunda solución el camino más adecuado sea la proliferación y
perfeccionamiento actual de las tremendas armas atómicas.

7. La democracia como sistema político

Damos por supuesto que la democracia es un sistema político con múltiples variantes (realmente
existentes). Por ello podríamos afirmar (valiéndonos de una fórmula que el mismo Aristóteles
utilizó en otros contextos) que la democracia “se dice de muchas maneras”. Pero la democracia es
también un “sistema de ideologías”, es decir, de ideas confusas, por no decir erróneas, que figuran
como contenidos de una falsa conciencia, vinculada a los intereses de determinados grupos o
clases sociales, en tanto se enfrentan mutuamente de un modo más o menos explícito o
encubierto.

El tipo de realidad que, desde nuestras coordenadas, cabría reconocer a las democracias.
Supondremos que la democracia, en cuanto término que se refiere a alguna entidad real, dice ante
todo una forma o un tipo de formas, entre otras u otros, según las cuales los cuales puede estar
organizada una sociedad política. Suponemos, por tanto, que democracia, en cuanta realidad, no
en cuanto mero contenido ideológico, es una forma una categoría política, a la manera como la
circunferencia es una forma una categoría geométrica. Esta afirmación puede parecer trivial o
tautológica, en sí misma considerada; pero no lo es de hecho en el momento en que advertimos,
por ejemplo, el uso, muy frecuente en el lenguaje cotidiano, de la distinción entre una democracia
política y una “democracia económica”.

La forma democrática de una sociedad política está también siempre vinculada a “materiales
sociales” (antrópicos) más o menos precisos, dentro de una gran diversidad; y esta diversidad de
materiales tendrá mucho que ver con la propia variabilidad de la “forma democrática” en su
sentido genérico, y ello sin necesidad de considerar a la diversidad de los materiales como la
fuente misma de las variedades formales específicas, que es lo que probablemente pensó
Aristóteles: “Hay dos causas de que las democracias sean varias; en primer lugar... que los pueblos
son distintos (uno es un pueblo de agricultores, otro es un pueblo de artesanos, o de jornaleros, y
si el primero se añade al segundo, o el tercero a los otros dos, la democracia no sólo resulta
diferente, porque se hace mejor o peor, sino porque deja de ser la misma)”.

No tendrá, por tanto, por qué decirse de la misma manera la democracia referida a una sociedad
de pequeño tamaño, que permita un tipo de democracia asamblearia o directa, y la referida a una
sociedad de gran tamaño, que obligue a una democracia representativa, con partidos políticos (al
menos hasta que no esté dotada de tecnologías que hagan posible la intervención directa de los
ciudadanos y la computación rápida de los votos). Ni será igual una “democracia burguesa” (como
la de Estados Unidos de Norteamérica) que una, democracia popular, (como la de la Cuba actual),
o una, democracia cristiana, que una democracia islámica.
La expresión, de uso tan frecuente, democracia formal (que sugiere la presencia de una forma
pura, que por otra parte suele considerarse insuficiente cuando se la opone a una democracia
participativa) es sólo expresión de un pseudoconcepto, porque la forma pura no puede siquiera
ser pensada como existente. No existen, por tanto, democracias formales, y las realidades que con
esa expresión se denotan (elecciones cada cuatro años entre listas cerradas y bloqueadas,
abstención rondando el cincuenta por ciento, &c.) están constituidas por un material social mucho
más preciso de lo que, en un principio, algunos quisieran reconocer.

Un modo de usar el adjetivo democrático como calificativo de sujetos no políticos, con intención
ponderativa; porque esta intención puede arrastrar una idea formal de democracia, en cuanto
forma que por sí misma, y separada de la materia política, está sirviendo como justificación de la
exaltación o ponderación de referencia. Así ocurre en expresiones tales como ciencia democrática,
cristianismo democrático, agricultura democrática. Estas expresiones, y otras similares, son, según
lo dicho, vacuas, y suponen una extensión oblicua o meramente metonímica, por denominación
extrínseca, del adjetivo democrático, que propiamente sólo puede aplicarse a un sustantivo
incluido en la categoría política (parlamento democrático, ejército democrático o incluso
presupuestos democráticos).

El hecho de que una resolución haya sido adoptada por mayoría absoluta de la asamblea o por un
referéndum acreditado, no convierte tal resolución en una resolución democrática, porque no es
tanto por su origen (por sus causas), sino por sus contenidos o por sus resultados (por sus efectos)
por lo que una resolución puede ser considerada democrática. Una resolución democrática por el
origen puede conducir, por sus contenidos, a situaciones difíciles para la democracia (por ejemplo,
en el caso límite, la aprobación de un acto de suicidio democrático, o simplemente la aprobación
de unos presupuestos que influyan selectivamente en un sector determinado del cuerpo
electoral). Y no sólo porque incida en resultados formalmente políticos, por ejemplo caso de la
dictadura comisarial (aprobada por una gran mayoría parlamentaria), sino simplemente porque
incide, por la materia, en la propia sociedad política (como sería el caso de una decisión, fundada
en principios metafísicos, relativa a la esterilización de todas las mujeres en nombre de un
principio feminista que buscase la eliminación de las diferencias de sexo).

Cuando decimos, en resolución, que la democracia no es sólo una ideología, queremos decirlo en
un sentido análogo a cuando afirmamos que el número tres no es tampoco una ideología, sino una
entidad dotada de realidad aritmética (terciogenérica); pero, al mismo tiempo, queremos subrayar
la circunstancia de que las realidades democráticas, las democracias realmente existentes, están
siempre acompañadas de nebulosas ideológicas, desde las cuales suelen ser pensadas según
modos que, en otras ocasiones, hemos denominado nematológicos. También en torno al número
tres se han condensado espesas nebulosas ideológicas o mitológicas del calibre de las trinidades
indoeuropeas (Júpiter, Marte, Quirino) o de la propia trinidad cristiana (Padre, Hijo, Espíritu
Santo); pero también trinidades más abstractas, no prosopopéyicas, tales como las que
constituyen la ideología oriental y antigua de las tres clases sociales, o la medieval de las tres
virtudes teologales (fe, esperanza, caridad) o la de los tres reinos de la naturaleza viviente
(vegetal, animal, hominal) o la doctrina, con fuertes componentes ideológicos, de los tres axiomas
newtonianos (inercia, fuerza, acción recíproca) o la de los tres principios revolucionarios (igualdad,
libertad, fraternidad). Sin hablar de los tres poderes políticos bien diferenciados que, según un
consenso casi unánime, constituyen el «triple fundamento» de la propia sociedad democrática
organizada como Estado de Derecho: el poder legislativo, el poder ejecutivo y el poder judicial.

Conclusión
4. Se manifiesta claramente el uso de la democracia en el Estado, puesto que en ella
se toma en cuenta al pueblo para que sea ameno, y en definitivo queda que el aspecto democracia
significa mucho más que poseer un poder.

6. Democracia es el   derecho que tiene el pueblo para elegir a sus gobernantes a través de
procesos electorales transparentes, delegando en forma relativa la investidura de soberanía que
de esencia le pertenece, para la toma de decisiones en los asuntos públicos, tendientes a
satisfacer las necesidades de la población en general, traducidas en el bienestar común,
procurando que las clases homogéneamente más desprotegidas gocen de igualdad,
libertad, propiedad y seguridad jurídica, asimismo puedan de vivir con dignidad y realizarse como
seres humanos.

En la democracia predomina la transparencia de los asuntos públicos y justicia social, la


participación de la población en los asuntos públicos, en la democracia no debe imperar la
violencia en los cambios de gobierno, la ejecución de las decisiones del gobierno y de la población
de un pueblo tienen que ser sin violencia; estos elementos favorecen la ruta democrática y
representativa del Estado. La democracia requiere de un orden para su efectiva observancia, a las
personas se les facilita el actuar correctamente, cuando se les otorgan normas que deben seguir
en beneficio propio, de su familia o de su ciudad, evitando de tal forma prácticas sociales que
generan la degradación de la sociedad humana.

La confianza recíproca entre el pueblo y gobernantes es el factor principal   de la democracia; la


confianza del pueblo al depositar la soberanía en los poderes de la unión para administrar la cosa
pública y sean garantes de sus derechos, es importante para la existencia de la democracia;
confianza que debe ser fortalecida por los gobernantes al dar resultados positivos a las demandas
ciudadanas, en el buen desempeño de sus funciones públicas.

"En cada sistema político, la relación entre la minoría dominante y la mayoría


dominada revista características diferentes que es tarea del estudioso descubrir y examinar, pero
la división entre la minoría organizada y la mayoría desorganizada es una constante"

7. La democracia como sistema político es una realidad no una simple ideología, con
múltiples variantes, es una forma, una categoría política

BIBLIOGRAFIA
Marini, Ruy Mauro. “América Latina: integración y democracia ” Venezuela, Editorial Nueva
Sociedad, 1993

Bobbio, Norberto, “El futuro de la democracia”, Fondo de Cultura Económica, México, 1992

Schumpeter, JA., “Capitalismo, socialismo y democracia”, Orbis, Barcelona, 1983

Pelayo García Sierra, Diccionario filosófico, La democracia como sistema político, España S.E., 2000

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