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HOMBRE Y MUJER EN EL GÉNESIS.


¿
Diferencias fundantes?

Los diferencios entre humanidod y noturolezo, y entre hombre y mu-


jer, hon sido con frecuencia considerodas en el Occidente cristiono co-
mo diferencios fundontes, rodicolmente insuperables. ¿No estorón es-
tos convicciones bosodos en la reveloción del principio del Génesis,
donde la humonidod se corocterizo desde lo ueoción por lo distinción
con lo onimolidod osí como por lo diferencio sexuol que la atroviesa?
Que los dos primeros copítulos del Génesis seon en esto cuestión uno
referencio teológico obligado, es motivo suficiente poro que los releo-
mos y demos olgunos claves poro su reinterpretoción.

Homme etfemme en 6enése. Des differences fondatrices? Études,


Juillet-Ao0t (20 l4) 63-72

La pretensión del mito es co- tos se inscriben en w continuum


diflcar en una narración las cons- que no está exento de tensiones, y
tantes humanas, pero esto se hace que dichos textos no pretenden sin-
desde una visión histórica y cultu- tetizar todo lo que la Biblia afirma
ralmente situada. Vér en los pri- sobre la creación y la humanidad.
meros capítulos del Génesis un tex- Por todas estas razones podemos
to teológico en estado puro supone replanteary examinarlo que dicen,
ignorar el hecho de que estas pá- y observar sus matices y tensiones
ginas son narraciones y que, como que no permiten leerlos como si
tales, su sentido no es un sentido transmitiesen un mensaje inmedia-
cerrado. Es ignorar que estos tex- tamente teológico.

LO HUMANO Y LA NATURALEZA
i
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;É 'r' "Hagamos al ser humano a sa el creador (elohtm) a la huma-
nuestra imagen, como semejanza nidad. Él la sitúa a medio camino
nuestra, y domine en los peces del entre é1, de la cual será imagen, y
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f mar y en las aves de los cielos, y los animales que dominará. Y la

en las bestias y en todas las alima- narración sigue'. "Elohtm creó al
ñas terrestres, y en todas las sier- ser humano a imagen suya, a ima-
:.t gen de elohtm le creó, macho y
::f¿-* pes que serpentean por la tierra"
d. (Gn 1,26). En estos términos Pien- hembra los creó" (Gn 1,27). Note-
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mos que la primera intención no tá limitado por lo que sigue (v 29- mito: "Entonces elolttm, el Señor con los animales. el aliento recibi-
se lleva a cabo del todo. "Haga- 30): Dios les da los vegetales de la formó al hombre (ha'adam) con el do del creador permite al ser hu-
mos" es sustituido por "él creó"; la tierra como alimento. Es una invi- polvo del suelo (ha'adamah), e in- mano darles nombre. de la misma
expresión "a imagen de" se repite tación a e.iercer el dominio sobre sufló en sus narices aliento de vi- manera que elohínt ha dado nom-
y la "semej anza" desaparece; lo los animales sin violencia, ya que da, y resultó el hombre un ser vi- bre a las partes del mundo en Gn
humano pasa de ser primero sin- uno no tiene necesidad de matar viente" (Gn 2,7). Vinculado al l, v. 5, 8 y 10. Es una primera con-
gular a convertirse en un plural para comer. Para Beauchamp se mundo mineral (humus) pero te- creción del dominio sin violencia.
vinculado al "macho y hembra" y trata de una "llamada a una socie- niendo la respiraciónde elohim,lo Sin embargo. posteriormente.
esta expresión lo emparenta con dad pacífica" que configwará la humano se sitúa de nuevo entre los cuando la mujer y el hombre pre-
los animales que, por orden divi- humanidad a imagen de elohtm, dos. El texto siguiente aún subraya fieren obedecer a la serpiente an-
na, deberá dominar sometiendo la cuyo despliegue de poder está pre- más su pertenencia a la naturale- tes que a Adonai elolint, un cami-
tierra (v.28). sidido por la dulzura, tal y como za: también los vegetales precen a no de mucrte se abre ¿rnte ellos -no
se subraya en la imagen del sépti- partir del humus (v 9) como los la desaparición física que represen-
mo dia. Por tanto, toda persona hu- animales (v l9). Sin embargo, el ta volver al polvo, sino la muerte
A imagen de elohim mana y la misma humanidad estár don del aliento divino (que no re- en el ser humano de aquello que
Ilamadas a cumplir la semejanza cibieron los animales) imprime en permite aflorar su humanidad (3,1-
cuya imagen llevan incorporada, el hombre una posición singular l9). Aquí, la figura animal evoca
Según el padre Beauchamp, es-
lo que implica el dominio de la ani- que se concretará en la tarea que realidades humanas como la codi-
te texto no define a la humanidad.
malidad presente en cada uno y elohtm le dará en el jardín del Edén cia o la envidia, fuerzas presentes
Simplemente recuerda el progra-
ma. Situada entre elohímy los ani-
también en el seno mismo de la hu- (v.8 y 15). en lo humano, y que, si no son do-
manidad. minadas, lo conducen no a rcali-
males, la humanidad es una ima- Sin dejar de pertenecer a la na-.
gen del primero ("él lo creó") y es Como se puede ver, la diferen- turaleza, al ser humano se le asig- zarse según la irnagen de elohínt,
plural como los segundos ("el los cia entre humano y animal tiene na una función (2,15): primero sino según la imagen de lo inhu-
creó"). Así "creado a imagen" de menos relación con unaposible na- trabajar el jardín, cultivarlo, arre- mano. Como escribió el P. Beau-
elohfm, pero a falta de la "seme- twaleza de lo humano, que le da- glarlo, y por lo tanto también ejer- champ, el hombre no pucde "unir-
janzd'y próximo a las bestias (ma- ría un estatuto superior, que con la cer un cierto dominio. Pero este se a Dios si no es pastor de su
cho y hembra como ellos), la hu- tarea de la que depende el cumpli- dominio viene matizado por el sen- propia animalidad".
manidad, por un "hacer" que miento de su humanidad a imagen tido más común de este verbo que
prolonga el acto "creador", deberá de elolttm. En efecto, Gn I dibuja significa también servir. También,
ir haciéndose semejante a la ima- un horizonte, un proyecto, que cuando Adonai ofrece al ser hu- No solamente en el Génesis
gen que lleva en sí. Siguiendo el Isaías definirá como la instaura- mano comer de todos los árboles
diseño divino (v 26b y 28), conse- ción de una paz universal por par- (v l6-17), instaura una especie de Los dos primeros capítulos del
guirá hacerse semejante dominan- te de un hijo de Jesé que, lleno del intercambio. El ser humano traba-
Génesis desarrollan pues un dis-
do la tierra, en particular la anima- espíritu y del temor del Señor, ha- ja el jardín que le da sus frutos;
curso bastante coherente, insistien-
lidad, y hará todo ello a la manera rá reinar la justicia y Ia fidelidad guarda el recinto que le protege Ja
do en la posición particular de lo
del creador cuyo dominio sobera- (Is 11,5-9). palabra'Jardín" viene en hebreo
humano en el mundo, más que por
no queda claro desde la primera de un verbo que significa proteger.
,su naturaleza, por el lugar o tarea
págin:adel libro. Estamos pues ante una forma de
que se Ie asigna. Para los que re-
La función humana: cultivar y reciprocidad o aTianza, de la que
Si lo humano tiene algo de es- celan de esta interpretación y se
pecíflco es que es inacabado, su cuidar eliardín el ser humano es responsable ya
inclinan a considerar este texto co-
que es a él a quien incumbe la ta-
destino está vinculado a una tarea mo un discurso dogmático, otras
por realizar: dominar la naturale- rea de cultivar y cuidar.
Más adelante Gn sigue la na- páginas bíblicas podrían ser un
za. Sin embargo, este mandato es- rración siempre en el lenguaje del Por lo que afecta a la relación buen antídoto. Basta co¡r leer el
100 André Wénin Hombre y mujer en el Génesis l0l
Salmo 104: en la creación, donde profundos como estructurales. dos a la vez. Por lo que respecta a mente, si el otro es un don, la re-
se manifiestan la sabiduriay lage- la palabra hebrea tséla, en la Biblia lación con él supone que uno re-
nerosidad divinas (v.24), cada co- ¿Hay buenas razones para dar
más peso a Génesis 1-2 que al Sal- hebraica siempre significa "costa- nuncia a todo, que uno asume un
sa contribuye, desde su lugar, a la do" y nunca "costilla". Aquello que límite radical.
armonía del todo. Lo humano apa- fno 104 o a los discursos divinos
en Job? Si la tradición cristiana ha se describe en2,2l-22 es, pues, la
rece como un ser en medio de los Esta lectura presenta la ventaja
privilegiado el inicio de la Biblia división de un ser genérico en dos
otros, si bien sin un lugar particu- de tener en cuenta los elementos
y ha construido a partir de él el costados. A1 modelar uno de los
lar para é1. Nada que evoque algo de la narración y de tomarse en se-
fundamento de una antropología costados como "mujer", Adona|la
parecido a centralidad o domina- rio sus palabras y sus metáforas
de la especificidad humana, de su diferencia antes de "presentarla" para buscar un sentido que huya de
ción. También en los discursos di- al hombre. Este verbo también de-
poder sobre el mundo y de su des- las imágenes falsamente ingenuas.
vinos, al final del libro de Job (Jb signa un "regalo", un don.
38-41), se ponen en evidencia los
tino único, lo ha hecho olvidando Pero cuestiona también determi-
que el objetivo de esos textos no es Si es así, entonces'lo que el nadas eviderrcias muy arraigadas:
límites humanos. Su dominio so-
exponer la esencia de la humani- creador constata es que no es bue- que el "bien" de un ser humano es-
bre el mundo es bastante relativo
a las fuerzas que aseguran el equi-
dad sino despertar la responsabi- no que el ser humano esté solo y tá en ser perfecto, sin falta -en la
lidad ética de esta humanidad, res- decide remediarlo "proporcionán- narración, es Ia falta o la Iimita-
librio y que revelan un poder radi-
ponsabi I idad que se concreta en el dole una ayuda como un cara a ca- ción (finitud o contingencia) la que
calmente fuera de sus posibilida-
mandato recibido de cuidar de la ra coll é1" (v. 18), es decir, hacer abre al bien; que el hombre (mas-
des. Estas páginas recuerdan al ser
humano que sus límites son tan creación. del ser humano un ser de relación culino) tendría la prioridad porque
de modo que cada uno sea para el aparece antes que la mujer y ella
otro una ayuda adecuada ante el existiría para é1, cuando nadie es
LO HUMANO, HOMBRE Y MUJER peligro mortal de la soledad. La sin el otro o antes que el otro; que
expresión "caraacafacon é1" evo- la mujer se definiría por su función
ca la relación que Dios quiere es- de ayuda del hombre o, para decir-
Desde los escritos del Nuevo tiene nadamás que argumenta¡ al- lo más positivamente, que le sería
tablecer. Es un "cara a cara" que
Testamento, la "creación de la mu- go que pueda ayudar a pensar y no excluye la confrontación, o in- complementaria, cuando cada uno
jer" en Gn 2,18-24 ha sido leída que no busque simplemente una constituye para el otro una ayuda
cluso el enfrentamiento. Por lo que
como fundante, a la vez, del ma- adhesión incondicional? para hacer frente al aislamiento
se refiere a la preposición de apro-
trimonio y de la superioridad del ximación "como", hace pensar que mortal...
hombre (lCo 11,8-10; Ef 5, 2I-22;
no será posible deflnir el uno a par-
Mc 10, 6-9). Esta lectura ha mar- Ho'odom es la humanidad
tir del otro -idea que se retoma en-
cado la antropología y la ética pos-
seguida en la narración de la cons- El hombre habla de la mujer
terior: escisión "natural" entre En la lectura tradicional de Gn trucción de un costado y, por
hombre y mujer y superioridad in- 2,18-23, el ser humano hecho de tanto, de su diferenciación (2,22). Después de que la mujer le ha
discutible del primero; desvalori- arcilla por el creador es el hombre, El sueño en el que está sumergido sido presentada, el hombre excla-
zación de la sexualidad misma en el varón vaciado de un costilla des- el ser indiferenciado en el momen- ma "¡Esta sí que es carne de mi
el matrimonio y sobrevaloración de la que será modelada la mujer. to de la separación y de la trans- carne y hueso de mis huesos! Ésta
de la maternidad; sacrali zación de Sin embargo, no hay nada que im- formación de un costado evoca el se va a llamar 'mujer' ('isltá), por-
la familia clásica. A todo aquello, ponga esta interpretación. En efec- hecho de que el origen del yo y del que del 'varón' ('tsh)hasido toma-
en deflnitiva, a lo que se contrapo- to, el primer humano es llamado otro se nos escapa radicalmente, da ésta!" (2,23). El hombre se sitúa
ne el feminismo, la "teoría de gé- ha'adam. La palabra designa al ser que nadie tiene acceso a aquello aquí frente a la mujer y de ahí la
nero" o incluso el "matrimonio pa- humano en general, la antigua tra- que fundamenta su propia identi- diferencia a la hora de interpretar
ra todos". En un contexto así, el dición judía ve en él un humano en dad ni a la del otro, y por tanto la nueva situación: la cicatriz en la
viejo apólogo mítico de Gn 2 ¿no genérico, ni hombre ni mujer, o los tampoco a su diferencia. Final- carne, el hecho de que sean dos, Ia
102 André Wénin Hombre y mujer en el Génesis 103
el sueño, y expresa la forma en que ¡llusión! Quien cree que Puede de su padre" a invitación dc Aclo-
diferencia innegable que les sepa-
aprehender totalmente al otro no nai (Gn l2,l-4).
ra. Su grito es un grito de arroba- comprende lo que ve al despertar.
miento. Sin embargo, lo que aquí Poniéndose en el centro, piensa hace sino abrazarse a sí mismo. Gn2,24 irnplica qLre la tlifbren-
expresa es su visión de la mujer y que Ia mujer depende de é1, pues Esta escetra narra la diferencia cia entre el hombre Y la mujer se
de su relación con el hombre. ¿Có- es solo una parte de é1. A sus ojos, irreductible entre hombre Y mujer, vive concretamente solo en el tnar-
mo ve a la mujer de la que se mues- la diferencia de la mujer es secun- la manera cómo el primero la vive co de otra relación que inrPlica
tra encantado? ¿Qué lectura hace daria. Es así como, sin darle voz (¡mal!), pero también cómo la se- otras diferencias: la relación entre
de su diferencia? en el capítulo, se siente perfecta- gunda se deja decir sin situarse ca- las generaciones donde la relacióll
mente capaz de decir lo que ella taa.caracon é1. Este es el momen- hombre-mujer toma las formas a
Primera constatación: el hom- es. to -sin duda extraño en la Biblia- en la vez de vínculo entrc cónYuges Y
bre habla de Ia mujer, él no le ha-
que el narrador se permite un co- tambiérl relaciones entre Padre o
bla a ella. Lejos de hacer de ella
mentario que tiene algo de incon- madre e hijo o hija. La com¡:leji-
una interlocutora, no es más que La diferencia irr.eductible del dad resultante dc cstas rel¿rciorlcs
un objeto de su monólogo. ¿No gruente, pues habla de abandonar
otro al padre y a la madre ¡a proPósito cruzadas será soberbiamente ilus-
buscará evitar el encuentro con trada en la ¡larración de la saga fa-
aquella a la cual se acerca con un de unos personajes que no tienen
padres!: "Por eso el hombre aban- miliar que empieza en Gn 11,77.
triple "ésta"? Su palabra muestra Dicho esto, al mostrar que la
donará a su padre y a su madre Y Muestra cómo ottas diferencias
en todo caso que la comprende a reacción del hombre se sustenta so-
(hermanos, hermanas; autóctonos,
partir de sí mismo, ya que af,rma bre un error de juicio, la narración se unirá a su mujer, y pasarán a ser
una carne única' (2,24). En gene- extranjeros) influyen en la rclación
que es hueso de sus propios hue- invita al lector a tomar distancia hombre-mu.ler. De este modo, el
sos, carne de su propia carne. En crítica. Lo que el hombre dice re- ral, la frase es entendida en clave
de matrimonio, y así Parece queJo
Génesis enseña que la diferencia
este mismo sentido, el nombre que fleja lo que él piensa. Pero esto no inicial deGn2,2l-23 la viven siem-
le da es apartir de su propio nom- es la verdad de la narración, sino entienden los evangelistas Marcos
pre en los contextos particulares'
bre, subrayando aquello que les la del personaje cuyo arrobamien- y Mateo que la citan en este senti-
seres humanos singulares marca-
une más que aquello que los dife- to, por sincero que sea, no proce- do. Sin embargo, ninguna de las
dos por su historia personal Y co-
rencia. Y cuando él dice que ha si- de sino de una auténtica ceguera. expresiones hebreas referidas a la
lectiva. Por lo tanto, no se desarro-
do sacada del hombre, uno entien- . Esto se debe a que la narración no unión conyugal es utilizada en es-
Ila en un único modelo, Pues las
de que la ve como una parte de sí califica en ninguna parte la dife- te caso. La frase "y Pasarán a ser
formas que la diferencia Y la rela-
mismo. En esto comete una gran rencia entre el hombre y la mujer, una carne única", tampoco desig-
ción van asumiendo son necesaria-
equivocación pues la narración dejándola sin objeto, sin conteni- na ni la unión carnal ni la comu-
mente tributarias cle contextos cle-
cuenta cómo la mujer y él han si- do. La narración no dice nada de nión de los seres. En la antroPolo-
terminados.
do sacados de "lo humano", sien- la natural:eza de uno y otra, sim- gía bíblica, la palabra 'ocarne"
do cada uno un lado de este "hu- plemente se limita a decir que ca- significa un ser viviente, Y subraYa
mano". Finalmente, después de da uno es parte de lo humano, que en particular el aspecto frágil, vul-
No confundir narración Y
que Adonai venga a hacerle el don son diferentes, hagan lo que hagan, nerable. Se produciría entonces pa-
teología
de la mujer, el hombre reduce su y que lo que funda esta diferencia ra el hombre y la mujer el llegar a
intervención a un "tomar" anóni- escapa a su poder y a su saber. Así, ser (cada uno) una persona única,
mo, subrayando así el hueco que si el lector tiene por verdadera la singular, en el marco de una rela- El examen de páginas bíblicas
ción en la que el hombre no toma que utiliza con frecuencia la antro-
le afecta y detrás del cual don y visión sesgada del hombre de la
narración, cae en el mismo error a la mujer (como en el v. 23), sino pología cristiana ntuestra quc esta
dador desaparecen a sus ojos. Ade-
más, cuando el hombre pronuncia en que cae el hombre: negar la ra- que se une a ella. Por eso, debe antropología tiende a reducir Ia
dicalidad de la extrañeza del otro, abandonar padre y madre, distan- complejidad del terto centrándose
estas palabras, se expresa como si
creer que es posible aprehender su ciarse para asumir su proPio cami- en aquello que es suscePtible de
nada se le hubiera escapado de
diferencia a partir de sí mismo. no, como Abraham dejó la "casa acomodarse a una posición que no
aquello que ha sucedido durante
Hombre y muier en el Génesis 105
104 André Wénin
quiere ser cuestionada por el texto ciarse sobre la antropología que re-
mismo. De ahí que haya una ten- flejan.
dencia a confundir narración y teo-
Entonces, ¿son fundantes e in-
logía. Aislar un elemento de la na-
rración para fijarse solo en un
' superables, las diferencias entre
humano y animal, entre hombre y
punto ignorando su función narra-
mujer? Si se piensa encontrar la ba-
tiva y el punto de vista desde el que
se de tal antropología en la Biblia,
se ha narrado, ¿no es violentar el
se debe aceptar que la cuestión de
texto? En cambio, hacer honor a la
estas diferencias no es la punta de
forma narrativa de estas páginas
Ios relatos del Génesis. Más bien
supone aceptar reconsiderar los
encontrará, por lo que hemos vis-
elementos que la teología ha privi-
to, una relativización de estas di-
legiado y, por tanto, relativizar su
ferencias que se sitúan en la pers-
alcance. Una vez en su contexto,
pectiva de un desarrollo que pide
en efecto, estos elementos no se
a los humanos una toma de respon-
pueden tomar sin más como afir-
maciones teológicas sobre el ser
sabilidad existencial y ética los
unos frente a ellos mismos y a los
humano, sino que se convierten en
otros, y también con los demás vi-
rasgos que caracterizan a los per-
vientes y la creación confiada a sus
sonajes de una narración que hay
cuidados.
que interpretar antes de pronun-

Tradujo y corrdensó: SANTI TORRES, S.J.

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106 André Wénin


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