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PRACTICA III (METODOS DE INTERVENCION EN INSTITUCIONES)

24.1 UNIDAD 01: TRABAJO SOCIAL DE CAMPO DISCIPLINARIO DE LAS


CIENCIAS SOCIALES Y LA IMPLICACION EN LA INTERVENCION
PROFESIONAL.

La importancia de esta discusión radica en la falta de precisión y claridad existente,


tanto a nivel nacional como internacionalmente, en la compresión de los subcampos
que constituyen el mundo de las ciencias sociales. Así lo evidencian los estudios
encargados por la UNESCO (Bell 1984, Piaget 1975, Ballestero 1980, Wallerstein
1997 y ISSC 2010), en donde se concluye la indeterminación respecto a cuáles son
las sub-disciplinas que conforman esta área del saber, lo que se evidencia en las
variadas propuestas taxonómicas que se han utilizados para organizar y clasificar
tales especializaciones. En Chile, al igual que la realidad internacional, se evidencia
bastante heterogeneidad en los modos de organizar las subdisciplinas que
componen el área de las ciencias sociales. A modo de ilustración, las instituciones
gubernamentales encargadas de coordinar y velar por la calidad de la educación
superior –lugar donde se desarrolla y reproducen las disciplinas– así como de
estimular el desarrollo de la ciencia y tecnología, presentan diferencias significativas
al momento de precisar cuáles son los subcampos de esta área del conocimiento
(ver tabla 2).

Tabla 2. Clasificación de las disciplinas del área de las ciencias sociales según
instituciones chilenas

Consejo de Rectores de Comisión Nacional de


Consejo Superior de
Universidades Chilenas Ciencia y Tecnología
Educación (CSE)
(CRUCH) (CONICYT)
 Antropología
 Geografía
 Periodismo
 Sociología
 Psicología  Antropología  Antropología y
 Servicio Social  Ciencias Políticas Arqueología
 Ciencia Política  Comunicación  Arquitectura,
 Ingeniería Comercial  Orientación Urbanismo,
 Administración  Periodismo Geografía y Arte
 Turismo  Psicología  Sociología,
 Contador Auditor  Sociología  Psicología,
 Estadística  Trabajo Social  Educación
 Relaciones
Internacionales
 Otras disciplinas
afines.
Fuente: Anuario Consejo Superior de Educación, Consejo Superior de Educación
2011, Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología 2011.

Otra alternativa que nos permita identificar los campos subdiciplinarios de esta área
del saber, es a través de la organización empírica que realizan las unidades
académicas, encargadas de administrar los programas, sus académicos y
estudiantes, es decir, las Facultades Universitarias de Ciencias Sociales, y
considerar aquellas subdisciplinas que presentan mayor regularidad en tales
unidades académicas como propias del campo científico social (ver tabla 3). A modo
de contextualización, cabe indicar que en Chile existen veinte Facultades de
Ciencias Sociales, las cuales se comienzan a estructurar a partir de los años
noventa, una vez recuperado el sistema democrático. Bajo este criterio de
organización empírica, tendríamos que indicar que las ciencias sociales estarían
conformadas por las siguientes subdisciplinas: Antropología, Ciencia Política,
Periodismo, Psicología, Sociología y Trabajo Social, en tanto son aquellas
profesiones-disciplinas que presentan mayor regularidad al interior de las
Facultades de Ciencias Sociales.

Tabla 3. Número de programas área ciencias sociales según adscripción a


Facultad

FACULTAD
Programas de Ciencias % de programas
PROGRAMAS Ciencias
Sociales adscritos a Adscritos Facultad de
Sociales
Otras Facultades Ciencias Sociales
Antropología 5 0 100,0
Ciencias
6 4 60,0
Políticas
Periodismo 6 7 46,2
Psicología 12 7 63,2
Sociología 11 1 91,7
Trabajo Social 15 0 100,0

 LA INTERVENCION EN TRABAJO SOCIAL: La intervención en el Trabajo


Social es entendida como la acción organizada y desarrollada por los
trabajadores sociales con las personas, grupos y comunidades. Sus objetivos
están orientados a superar los obstáculos que impiden avanzar en el
desarrollo humano y en la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía.
Intervención profesional que se basa en los fundamentos éticos,
epistemológicos y metodológicos del Trabajo Social, desde un enfoque
global, plural y de calidad. Estos planteamientos del Trabajo Social parten de
una concepción dinámica de la persona que se inscribe en un contexto social,
histórico, político, económico y cultural de la realidad social, conectando con
otras disciplinas y profesionales. Estos son algunos de los aspectos que se
abordan en este artículo y, concretamente, se plantea responder a las
siguientes cuestiones: ¿qué es y cuáles son las características de la
intervención en Trabajo Social? y ¿para qué intervenir en Trabajo Social
desde la calidad integrada en las organizaciones de servicios sociales y de
bienestar social.

 LA ESTRATEGIA METODOLOGICA: Definimos una estrategia de


intervención como el conjunto coherente de recursos utilizados por un equipo
profesional disciplinario o multidisciplinario, con el propósito de desplegar
tareas en un determinado espacio social y socio-cultural con el propósito de
producir determinados cambios.

 ESTRATEGIA DE INTERVENCIÓN

El siguiente es el esquema básico para el diseño de estrategias de


intervención en el campo general de las Ciencias Sociales.

Toda estrategia de intervención debe contener a lo menos los siguientes


elementos componentes: identificación y diagnóstico del problema; análisis
de sus causas, factores y consecuencias; objetivos de la intervención; público
objetivo y efectos multiplicadores; medios técnicas y recursos; criterios de
evaluación e indicadores de logro.
1.- Identificación del contexto o entorno del problema. Se trata de
focalizar el conjunto de variables sociales, económicas, políticas,
tecnológicas y culturales que intervienen e influyen en un determinado
problema de investigación.

2. Análisis e identificación del problema: causas, factores,


consecuencias. Se establecen aquí, las causas mediatas e inmediatas, las
causas principales y secundarias; los factores centrales que determinan y
componen el problema; y los efectos mediatos e inmediatos que resultan de
dichos factores.

3.- Objetivos generales y operacionales de la estrategia de


intervención.

4.- Público objetivo y efectos multiplicadores de la intervención.

5.- Medios, técnicas y recursos (humanos, financieros, materiales y


tecnológicos) que se utilizarán en la intervención. La estrategia de
medios debe incluir una estimación de todos los recursos necesarios en una
combinación que depende principalmente de los recursos financieros y del
equipo humano y profesional puesto a disposición del proyecto.

5.- Identificación de metas e indicadores de logro observables. Una carta


Gantt podría ser una herramienta de planificación útil para esta definición de
las tareas, las metas y logros esperados los cuales deben ser coherentes con
los objetivos de la estrategia.

6.- Criterios de evaluación e indicadores de logro.

 MODELOS DE INTERVENCION:
 MODELO PSICODINAMICO: El modelo Psicodinámico intenta estudiar más
allá del puro comportamiento externo del sujeto y como tal tienen un enfoque
hacia el inconsciente a través del sueño, determina siempre que los
comportamientos son motivados por fuerzas y siempre por conflictos
internos, siempre se caracterizan porque tienen poca consciencia y control
de motivación en sí. El modelo se basa en la concepción de la existencia que
se desenvuelve por fases y por crisis, que se apoya en las fuerzas utilizadas
y desarrolladas durante una crisis para poder resolver la siguiente. El
resultado del tratamiento es apoyar a resolver la dificultad actual y facilitar un
cierto aprendizaje del problema para hacer frente a las sucesivas dificultades
que presenta toda vida humana.
 MODELO DE INTERVENCION EN CRISIS: Su metodología fue desarrollada
por la psiquiatría americana y su adaptación al Trabajo Social se debe a que
la práctica de los Trabajadores Sociales se desenvuelve en permanente
contacto con personas en estado de crisis. Como individuos, miembros de la
familia o de un grupo, a lo largo de nuestra vida experimentamos crisis y
participamos en la crisis de otros; Es importante resaltar que algunos
individuos suelen tener la habilidad de solucionar sus crisis mientras que
otros deben buscar apoyo emocional y profesional. La intervención guiada
por este modelo se clasifica en el grupo de las terapias breves de
intervención, ya que exige por lo general, una respuesta inmediata y consejo
dentro de un periodo corto de tiempo por parte del profesional, debido a su
inmediatez se pueden experimentar sentimientos de ansiedad, desamparo e
impotencia en el Trabajador Social, es primordial poseer un sólido
conocimiento de los conceptos y principios de esta teoría en función de que
los Trabajadores Sociales hagan frente a los cambios que ocurren en el
proceso de intervención y evitar resultados negativo e insatisfactorios.

 MODELO DE INTERVENCION CENTRADO EN LA TAREA: Ha sido


desarrollado por completo desde el Trabajo Social y para el Trabajo Social,
orientado en los problemas, desde los años 70, basado en trabajos
realizados por William Reid y Am Shyne donde sugieren que los trabajos
realizados a corto plazo son más productivos que aquellas intervenciones
abiertas en el tiempo. Se basan en desarrollar y llevar a cabo tareas que
tengan que ver en la solución del problema que se plantea por los propios
usuarios

En teoría es un modelo orientado a proporcionar una respuesta práctica


breve y eficaz centrándose en la consecución de unos objetivos específicos.

La relación del Trabajador Social con el usuario se define por la intervención


basada no en dirigir sino en asesorar, acompañar y dar respeto a las
capacidades y posibilidades del usuario, llegando a una corresponsabilidad
mutua, donde el eje central está en la evaluación de los resultados de la
intervención del problema.

 MODELO DE MODIFICACION DE CONDUCTA:

Este modelo se apoya en la teoría del conductismo que se desarrolla a


comienzos del siglo XX y como disciplina aplicada al trabajo social se
produce a mediados de los ochenta; Es una corriente de la psicología
aplicada al objeto de estudio y análisis de la conducta humana y aplicada al
trabajo social ya que utiliza los principios propios de la psicología
experimental, el modelo de modificación de conducta consiste en modificar
los ¨problemas de conducta en el que el tratamiento puede ser ejecutado en
forma aislada o conjunta y consta de dos estrategias:

Modificar las respuestas del paciente de acuerdo a los factores que hay en
su ambiente.

Modificar factores de su ambiente

En este modelo se especifica que cuando el sujeto se mueve por su entorno


puede o no desarrollar la capacidad de aprender de él, de esta forma, nuestro
carácter y forma de pensar se van desarrollando poco a poco, en base a lo
que vamos viendo en el medio en que vivimos. Dicho de otra forma, nuestro
entorno es el que hace que seamos como somos. La aparición de las
conductas o comportamientos sociales se determinan por medio del
aprendizaje mencionado anteriormente, por ejemplo, el consumo de drogas
en un adolescente se considera como un problema, la intervención del
trabajador social teniendo en cuenta el modelo de codificación de conducta
sería examinar el ambiente en el que se mueve el individuo ya que de este
es de donde se genera el aprendizaje de forma directa.
 MODELO HUMANISTA/EXISTENCIAL: Al referirnos al modelo humanista,
podemos tener presente la caracterización que presenta Viscarret: “El trabajo
social humanista respeta la diversidad, la pertenencia étnica, la cultura, los
estilos de vida y de opinión, denuncia las formas de violencia y
discriminación, rechaza la estandarización y el modelamiento del ser
humano, respetando la capacidad de acción y de elección de éste,
impulsando la cooperación, el trabajo comunitario y la comunicación”.
De manera hipotética podríamos aplicar este modelo de intervención en un
grupo concreto de desplazados que llegan a la ciudad. Es importante
entonces conocer cada familia, su lugar de origen, el motivo por el cual dejan
el campo y llegan a la ciudad, la cultura propia que poseen, como vivían antes
de llegar a la ciudad, sus costumbres, ya que todo esto permitirá poder hacer
una intervención más desde lo que son y lo que necesitan realmente. Al
conocerlos se puede identificar si existen formas de violencia, de
discriminación y poder así, realizar las respectivas denuncias en el lugar
indicado.

Desde este modelo humanista del Trabajo Social, se puede llegar en este
caso concreto primero a la persona como un ser humano completo, que tiene
sus necesidades, sus opiniones, sus anhelos y a la cual es fundamental
respetarle su libertad, su dignidad y sobre todo su potencial o capacidad de
elección. Puede ser que emigrar del campo a la ciudad no sea una opción
personal, sino que está mediado por situaciones externas, generalmente de
violencia que pueden llevar a esto, sin embargo, al realizar una intervención
en un grupo de desplazados, es necesario partir de lo que cada uno espera
en ese nuevo estilo de vida, y fundamentalmente, se tiene que llevar a que
entre ellos, se impulse la cooperación, el trabajo comunitario, ya que al tener
una situación similar que los une, también debe ser apoyo los unos a los otros
y construir todos juntos nuevas oportunidades, lo que hace que sea muy
necesaria la comunicación para poder lograrlo.
 FUNCIONES Y ROLES DEL TRABAJADOR SOCIAL.

Función preventiva: actuación precoz sobre las causas que generan


problemáticas individuales y colectivas, derivadas de las relaciones humanas
y del entorno social. Elaborar y ejecutar proyectos de intervención para
grupos de población en situaciones de riesgo social y de carencia de
aplicación de los derechos humanos.

Función de atención directa: responde a la atención de individuos o grupos


que presentan o están en riesgo de presentar, problemas de índole social.
Su objeto será potenciar el desarrollo de las capacidades y facultades de las
personas para afrontar por sí mismas futuros problemas e integrarse
satisfactoriamente en la vida social.

Función de planificación: acción de ordenar y conducir un plan de acuerdo


con unos objetivos propuestos, contenidos en un programa determinado
mediante un proceso de análisis de la realidad y del cálculo de las probables
evoluciones de la misma. Esta función se puede desarrollar en dos niveles:

Nivel microsocial: comprende el diseño de tratamientos, intervenciones y


proyectos sociales.

Nivel macrosocial: comprende el diseño de programas y servicios sociales.

Función docente: impartir enseñanzas teóricas y prácticas de Trabajo


Social y de servicios sociales, tanto en las propias escuelas de Trabajo Social
como en otros ámbitos académicos. Contribuir a la formación teórico-práctica
pregrado y postgrado de alumnos/as de Trabajo Social y de otras disciplinas
afines. Los/las diplomados/as en Trabajo Social/asistentes sociales son los
profesionales idóneos para impartir la docencia en materias de Trabajo Social
y servicios sociales.

Función de promoción: se realiza mediante actuaciones encaminadas a


restablecer, conservar y mejorar las capacidades, la facultad de
autodeterminación y el funcionamiento individual o colectivo. Diseñar e
implementar las políticas sociales que favorezcan la creación y reajuste de
servicios y recursos adecuados para la cobertura de necesidades sociales.

Función de mediación: en la función de mediación el/la trabajador/a


social/asistente social actúa como catalizador, posibilitando la unión de las
partes implicadas en el conflicto con el fin de posibilitar con su intervención
que sean los propios interesados quienes logren la resolución del mismo.

Función de supervisión: ejercer el control de las tareas realizadas por los


profesionales, trabajadores/as sociales y miembros de otras profesiones que
ejerzan sus funciones en departamentos o servicios de Trabajo Social.

Función de evaluación: contrastar los resultados obtenidos en las distintas


actuaciones, en relación con los objetivos propuestos, teniendo en cuenta
técnicas, medios y tiempos empleados.

Función gerencial: se desarrolla cuando el/la trabajador/a social tiene


responsabilidades en la planificación de centros, organización, dirección y
control de programas sociales y servicios sociales

AREAS PROFESIONALES DE EL/LA TRABAJADOR SOCIAL.


EL DIAGNOSTICO.
El sentido de diagnóstico en trabajo social, está directamente relacionado con el
concepto mismo de trabajo social, que se ha ido reformulando históricamente.

La elaboración de un diagnóstico se basa siempre en un estudio o colecta de datos,


que relacionados, permite llegar a una síntesis e interpretación. En el terreno de las
relaciones personales y sociales, el profesional que recoge la información escucha,
observa, descubre, relaciona, e interpreta, no basándose solamente en los datos
sino en el efecto que producen en la persona.

M. Colomer define el diagnóstico como “el procedimiento utilizado por los


trabajadores sociales, por el cual se hace un juicio interpretativo de una situación
personal o de grupo, y se establece una jerarquización de las necesidades según
su naturaleza y magnitud, para entonces encontrar una conveniente hipótesis de
trabajo e intervención profesional, como base de una acción programada que
responda eficazmente a las necesidades”.

Otro autores lo definen como "un proceso de aproximaciones sucesivas que,


partiendo de la relación entre teoría y práctica, proporciona un conocimiento de la
realidad concreta, y que permite identificar carencias, necesidades, problemas,
aspiraciones, así como la magnitud de los mismos, su génesis, cómo se
manifiestan, y su priorización".

En el trabajo social, los problemas son definidos y clasificados con referencia, unas
veces, al factor desencadenante del conflicto que aparece como principal y que
determina la acción prioritaria (económico, vivienda, salud, etc.), y otras, por una
causa que introduce una serie de dificultades en la situación que el cliente presenta
(alcoholismo, etc.).
El diagnóstico también presenta una cierta dirección unilateral, ya que se elabora
desde un servicio concreto que sólo podrá prestar atención a una parte del problema
que presenta el cliente.

El diagnóstico supone la síntesis, interpretación y evaluación profesional de una


situación en que se demanda la intervención del trabajador social.

EL METODO EN EL TRABAJO SOCIAL.

Cuando se habla de los métodos del trabajo social, se hace referencia al método
profesional propio de los trabajadores sociales. Con esta expresión se alude a las
formas de actuación que tienen “como fin la obtención de determinados resultados
prácticos, la modificación de cosas o situaciones reales”. Los diferentes métodos
del trabajo social también son parte de un proceso. Y dentro de ese proceso. Y
dentro de este proceso se han ido configurando los llamados métodos clásicos:
caso, grupo y comunidad.

METODO COMO PROCEDIMIENTO. Un método es la guía detallada que muestra


secuencial y ordenadamente como realiza una persona un trabajo. ... Un
procedimiento es la guía detallada que muestra secuencial y ordenada de cómo dos
o más personas realizan un trabajo.

24.2 UNIDAD 02 PRACTICA SOCIAL Y PRACTICA PROFESIONAL.

La práctica profesional es un proceso académico-administrativo que permite


fortalecer la formación profesional de los trabajadores sociales, pues además de ser
una asignatura, es un espacio que requiere de una gestión y administración
apropiada para que, tanto estudiantes como población beneficiada e instituciones,
tengan clara la misión de la práctica profesional y la importancia de ésta, con el fin
de generar un impacto social que trascienda al espacio académico, ya que integra
funciones de docencia, investigación y proyección social.

 LA NATURALEZA DE LAS RELACIONES SOCIALES, ENTENDIDAS EN


SU TOTALIDAD COMO UN MODO DE VIDA. “REPRODUCCION
MATERIAL, IDEOLOGICA Y POLITICA”.

La naturaleza ha sido objeto de uso, apropiación y explotación para el ser humano


y para la sociedad y esto ha impactado de manera negativa en las condiciones de
los recursos naturales necesarios para la vida. El abordaje de esta problemática se
llevará a cabo mediante la revisión de los inicios y la evolución de la relación
naturaleza-sociedad, así como la manera en que estos elementos determinaron una
tendencia en el uso y manejo con la generación de impactos negativos que aún hoy
no se han podido mitigar.

En este aparte se caracteriza la relación sociedad-naturaleza a partir de las


diferentes interacciones históricas de este fenómeno en las que se reconocen el
establecimiento de las comunidades sedentarias, el crecimiento de las zonas
urbanas, la industrialización, la capitalización de la naturaleza y la globalización.

Desde el punto de vista de los procesos civilizatorios, en principio, la relación que


existió entre el hombre y la naturaleza fue recíproca y de mutua transformación en
las diversas culturas, representada en una concepción integradora (Martínez, 2001,
p. 4) “y unificadora del contenedor y del contenido [que] en lugar de establecer
jerarquías, instaura lazos de continuidad reciprocidad entre lo viviente y lo inerte,
como elementos conformadores de una cultura, donde todo se re-crea y se renueva
(Grillo, 1993, p. 15)” (Flórez & Mosquera, 2013, p. 86). “Desde la aparición de la
especie humana, el hombre está transformando la naturaleza (…) como cualquier
otro viviente, el hombre toma recursos para asegurarse su supervivencia y devuelve
la materia empleada” (Corte Constitucional, 2012, p. 28).

Actualmente, la relación entre sociedad-naturaleza es un aspecto importante de


debate en los diferentes escenarios políticos, académicos y cotidianos, entre otros,
debido a las múltiples problemáticas resultantes hoy en día entre el ser humano y
las interacciones que este desarrolló en el entorno. Este tema es objeto de estudio
y análisis en las diversas relaciones políticas, económicas, sociales y culturales, y
es abordado desde diversos enfoques y aproximaciones conceptuales. El
antagonismo de la relación naturaleza-sociedad, las tendencias que surgen a partir
de esta y los nuevos enfoques que buscan integrar y asociar estos dos
componentes fundamentales para el desarrollo social y la preservación del
ambiente, serán el objeto de reflexión

 RELACION ENTRE ESTADO, POLITICA SOCIAL Y TRABAJO SOCIAL.

Vamos a entender el Trabajo Social ya no como una acción organizada e


institucionalizada para modificar el medio social y mejorar las condiciones de
vida que resultan negativas o perjudiciales para ciertos grupos, sino como
una profesión (solo hasta el momento) encargada de potenciar la
concientización y expresión de las contradicciones y necesidades sociales y
educar, en una práctica transformadora, las posibilidades de solución a
través de la vida activa y constructiva del hombre y la sociedad.

El Trabajo Social basado en el principio de autodesarrollo promueve la


participación y cooperación en la potenciación de la realidad y el crecimiento
hacia estadios superiores de integración social en pos de la satisfacción de
necesidades sociales.

Y en este sentido también cambia nuestra concepción de Política Social; la


cual se aleja de verla solo como "… estrategias, trazadas por el estado, que
ponen en relación las necesidades y los recursos sociales", o "La noción de
políticas sociales entendidas como conjunto de medidas destinadas a
asegurar la satisfacción mínima de las necesidades vitales está ligada al
desarrollo del Estado de Bienestar". En este concepto el Trabajo social
estaría encaminado a servir, a su vez, de mediador entre las políticas
sociales y la sociedad a todos sus niveles (comunidad, grupo, individuo).

O sea, existe consenso en reconocer a las políticas sociales como una serie
de acciones que desde el poder estatal tratan de satisfacer las necesidades
sociales, principalmente de aquellos grupos más necesitados de su acción,
expresada fundamentalmente a través de los servicios sociales.

Si analizamos este concepto nos percatamos de que esta práctica social


parte del poder de los recursos y la posibilidad hegemónica de utilizarlos allí
donde se suponen sean más necesarios.

Esto implica una intervención externa que mantiene el carácter asistencialista


del Trabajo Social, al no tener en cuenta las necesidades verdaderamente
sentidas y latentes que no siempre se expresan en las demandas
manifiestas. Desde esta posición la acción social adquiere un papel
intervensionista, homogéneo y desarticulador de las potencialidades de los
sujetos a las que van dirigidas estas políticas.

Las políticas sociales que mantienen esta visión no se convierten en


estrategias desarrolladoras que resuelvan algún problema, son simplemente
métodos de control social de forma tal que estas situaciones críticas o de
riesgo no afecten sobremanera a la sociedad que las potenció. Provocan
dependencia de los sujetos a los que está dirigida y, a nuestro entender, falta
de compromiso de los agentes encargados de llevarlas a cabo, pues no
implican conocimientos e integración con dichos sujetos. Intenta trabajar con
sujetos estáticos y aislados del mundo social que promovió esa situación.
Además, están dirigidas a lograr más fragmentación y exclusión que aquella
que pretenden solucionar, pues al crear estrategias de solución para
problemas de grupos específicos provocan la segmentación de la acción de
los agentes sociales con respecto a sus influencias en la sociedad. No solo
estigmatizan a estos grupos clasificándolos como: pobres, marginales,
problemáticos, de riesgo, familias disfuncionales, etc., sino que dejan fuera
de la acción conjunta de las instituciones y el estado a aquellos grupos que
no explicitan demandas materiales o sociales inmediatas pero que presentan
otro tipo de necesidades y precisan ser integrados en la construcción
autónoma de sus vidas y de la sociedad.

"La noción de políticas sociales entendidas como conjunto de medidas


destinadas a asegurar la satisfacción mínima de las necesidades vitales está
ligada al desarrollo del Estado de Bienestar. En un Estado Neoliberal
conservador las políticas sociales se entienden como conjunto de medidas
destinadas a procurar la subsistencia de los grupos excluidos por el
funcionamiento del mercado. Es decir que son instrumentos para reducir las
situaciones de pobreza”.

 PROCESO DE INTERVENCION SOCIAL Y PRACTICA PROFESIONAL EN


INSTITUCIONES.

Recoger y sintetizar acciones que se implementaban de manera puntual o


crear intervenciones para casos que no se contemplaban ha sido la labor
principal en este campo.

Así se ha comenzado creando seis planes de actuación, diferenciando cinco


ámbitos distintos en cada uno: prevención, detección, intervención,
seguimiento y evaluación. Con estos procesos se garantiza la aplicación de
acciones coordinadas y consensuadas entre los distintos referentes
(educativos, sociales, institucionales,) ante situaciones que afectan a nuestro
alumnado: absentismo, atención domiciliaria, aprendizaje y servicio,

Los procesos se implementan de forma paralela a los protocolos oficiales de


Educación y de los Servicios sociales. Su utilidad radica en que intervienen con el
alumno desde el primer momento de la detección y que se adaptan a los recursos
concretos del instituto y de la comunidad

1. ABSENTISMO: Proceso que agiliza la intervención en los casos de


absentismo escolar y que garantiza la respuesta más completa para cada
caso, implementando de una manera coordinada todos los recursos de los
que dispone la red.
2. ASISTENCIA DOCMICILIARIA: Proceso que regula la atención
pedagógica de aquellos alumnos que están en situación de escolarización
y que, por justificación médica, no pueden acudir al centro escolar.
3. BOLSA DE FAMILIAS VOLUNTARIAS: Proceso que organiza la
captación y gestión de las familias voluntarias en el instituto.

 LA PRACTICA PROFESIONAL VS LA INTERVENCION DE LA REALIDAD.

La práctica pre-profesional es una pieza clave en la formación de


Trabajadores Sociales, ya que constituye la herramienta pedagógica básica
que le permite al estudiante trascender el abordaje de conocimientos teóricos
abstractos, tomar contacto con la realidad social desde el inicio de la
formación e intervenir en ella contribuyendo con la transformación de
situaciones. El desarrollo de la práctica implica una intervención que se da
en dos ámbitos: comunitario e Institucional Es en estos ámbitos donde el
practicante se pone en contacto con la trama cultural, percibe la
confrontación de elementos teóricos y prácticos a partir de su interacción con
la realidad situacional y la apropiación de técnicas e instrumentos de la
profesión.
El desarrollo de la práctica pre-profesional se enfrenta a importantes factores
que la condicionan: el contexto, la especificidad del campo profesional, las
políticas nacionales, provinciales y locales, y las habilidades y destrezas de
los actores que la componen.
En el quehacer cotidiano “el contexto” es un elemento importante para la
reflexión ¿de qué manera se coloca el practicante en este contexto y en qué
forma lo conoce? La formación profesional debe estar conectada a la realidad
concreta que atraviesa un país, una provincia o región determinada. Las
Escuelas de Trabajo Social deben preparar a los estudiantes para
conocer e interpretar la realidad en la que actúan, lo que favorecería el
desarrollo de capacidades, asegurando una intervención con conocimiento
cabal de la situación.
La Organización curricular se ve acechada permanentemente por la
transmisión de saberes insuficientes para responder a la complejidad de las
nuevas configuraciones de lo social.
Por ello, tomando en cuenta la ubicación del Trabajador Social en los
diferentes contextos de intervención, y teniendo presente la aparición de
nuevos campos y nuevas configuraciones sociales se hacen necesaria una
reflexión profunda de los ámbitos académicos frente a la actual coyuntura,
para encauzar los contenidos teóricos, habilidades y destrezas de modo de
responder a los nuevos contextos.
Así la práctica cobra vital importancia en el proceso de formación profesional
ya que en ella se encuentran contenidas las instancias de investigación,
producción de conocimientos y sistematización como herramienta básica en
a la construcción de la especificidad profesional.
La propuesta docente busca ubicar los aportes de la cátedra en perspectiva
de exigencias que enfrentan los profesionales del campo ante las grandes
transformaciones que sufre la sociedad.
Está relacionado con los saberes teórico-prácticos que deben ser adquiridos
en la formación profesional y que cimentan el ejercicio de la profesión La
experiencia se inscribe en el encuadre del Construccionismo por responder
más acertadamente a las necesidades y objetivos de la profesión, al mismo
tiempo que ofrece un enfoque epistemológico transdisciplinario.
Construccionismo y constructivismo comparten la naturaleza constructiva del
conocimiento y que la realidad no existe independientemente del sujeto que
conoce.
Al articular lo que hay en esa realidad con el andamiaje teórico metodológico
del campo disciplinar, estamos construyendo un discurso y un proceso
necesariamente conectado que nos posibilitan conocerlos y transformarlos.
Desde esta perspectiva la práctica está sujeta a permanentes
construcciones, de-construcciones y reconstrucciones en un entramado
creativo que se retroalimenta permanentemente.
Las orientaciones sistémicas contemplan la conformación de las prácticas
dadas por sus componentes, propiedades y relacionamientos entre as partes
que la componen. Rescatan fundamentalmente el carácter interactivo, las
interconexiones y la mutua influencia.
Cobra vital importancia el contexto en que se desarrollan los procesos, el
papel de los actores y la subjetividad que se pone en juego.
La metodología de trabajo privilegia la participación activa de todos los
actores del proceso instructivo, el papel del estudiante en la construcción de
aprendizajes significativos, la contrastación del conocimiento con la acción y
las posibilidades de producción de nuevos conocimientos.
La práctica en la formación de Trabajadores Sociales ubica al alumno en un
contexto de debe ser conocido e interpretado en su complejidad, debe ser
capaz de identificar su campo de acción y operar sobre la realidad con actitud
transformadora.

 TIPOS DE INTERVENCION.
- MODELO PSICODINAMICO
- MODELO DE INTERVENCION EN CRISIS
- MODELO DE INTERVENCION CENTRADO EN LA TAREA
- MODELO DE MODIFICACION DE CONDUCTA
- MODELO HUMANISTA/ EIXSTENCIAL.

24.3 UNIDAD 03: EL ESPACIO PROFESIONAL Y LA PARTICIPACION DE


LOS AGENTES SOCIALES.
 ESTRATEGIA INSTITUCIONAL-RELACION CON LAS CLASES
POPULARES.

La acción colectiva históricamente ha asumido diferentes formas; unas más


visibles como las movilizaciones y protestas; otras menos visibles como el
asociacionismo en torno a demandas y proyectos y las estrategias de
resistencia cotidiana. La mayor parte de los analistas de los movimientos
sociales en América Latina ha dado prioridad a las expresiones manifiestas
de inconformismos, las cuales generalmente dejan su huella en la prensa o
en los archivos de organismos oficiales (Archila, 2003 y 2004). Otros
investigadores e investigadoras que se sitúan en una perspectiva cultural,
privilegian las diversas estrategias de resistencia silenciosa de los
dominados, acudiendo al estudio de casos específicos que ilustran la
capacidad de la gente para sobrevivir y mantener sus vínculos e identidades
en contextos adversos (Scott, 2000).

Entre la acción manifiesta y la silenciosa resistencia, los subalternos generan


-desde su propia iniciativa o la de agentes externos- una variedad de formas
organizativas desde las cuales articulan voluntades y esfuerzos para hacer
frente a la resolución de problemas comunes o para hacer viables proyectos
y utopías compartidas. Pese a la importancia que han tenido los procesos
organizativos en la consecución de un lugar físico, simbólico y político,
protagonizados por los pobladores populares en las ciudades
latinoamericanas, los estudios sistemáticos y la conceptualización sobre el
asociacionismo popular son escasos (Villasante, 1994; Torres, 2002).
Mientras que en ciudades como México, Lima, Caracas y Sao Pablo están
suficientemente documentados los procesos de conformación de los
asentamientos populares urbanos y las modalidades de organización y
acción colectiva, en otras ciudades de la región son menos conocidos tales
procesos.
Bogotá ha sido escenario de la emergencia de múltiples experiencias
asociativas protagonizadas por los pobladores y pobladoras populares;
enfrentados a precarias condiciones, se asocian para ganar mayor capacidad
de solución a sus necesidades, de interlocución con el Estado y de impulso
de iniciativas propias. A lo largo del siglo XX, pero en especial a partir de la
década de los años cincuenta, las formas de asociación más generalizadas
fueron las Juntas de Acción Comunal. Hijas del Frente Nacional, se
convirtieron en instituciones que subordinaron tradicionales prácticas
comunitarias a la lógica clientelista. Sus líderes se convirtieron en
pragmáticos mediadores entre necesidades colectivas y recursos del Estado,
a la vez que reprodujeron los modelos de acción caudillistas y monopolizaron
la representación de los habitantes de los barrios frente a las autoridades.
Desde mediados de los años setenta, surgieron asociaciones impulsadas por
activistas provenientes del mundo eclesial, cultural y universitario de
izquierda, y por nuevos actores sociales de los barrios -como las mujeres y
los jóvenes-, que no se sentían representados o representadas en la
tradicionales Juntas Comunales. Sus campos de acción fueron la educación
infantil y de adultos, las actividades culturales y artísticas, la autogestión
económica, el medio ambiente y la comunicación.

Un rasgo de identidad común a este nuevo asociacionismo fue su declarada


autonomía frente al Estado y su distanciamiento crítico frente a las prácticas
clientelistas, así como su identificación con las ideologías de izquierda de la
época, pero sin tener necesariamente vínculos orgánicos con sus partidos o
movimientos políticos. Este conjunto amplio de grupos, comités,
asociaciones, corporaciones y centros culturales se autodenominó
"organizaciones populares" para diferenciarse de otras formas organizativas
subordinadas al Estado y para enfatizar su vocación alternativa.
Muchas de ellas sucumbieron en los años siguientes, ya sea por la represión
oficial, por su propio agotamiento o porque fueron absorbidas por el sistema.
Unas pocas lograron sobrevivir al siglo XX y mantener su autonomía y su
perfil "alternativo", adquiriendo legitimidad entre la población local y
reconocimiento por parte de las instituciones gubernamentales y no
gubernamentales. ¿Cuáles factores han permitido la continuidad de dichas
organizaciones? ¿cuál ha sido el significado e incidencia de éstas en las
poblaciones con las que actúan? ¿cuál ha sido su contribución en la
construcción de identidades sociales y de alternativas políticas en la ciudad?

Estas eran algunas de las preguntas que nos planteábamos como


investigadores al elaborar el proyecto; interrogantes que desde algunas
organizaciones también se hacían, a la vez que se reconocía la necesidad
de reconstruir su historia. La confluencia de estas dos expectativas dio como
resultado un proyecto de investigación, cuyo propósito era el de a partir de la
reconstrucción de la historia de las organizaciones, interpretar los modos
como éstas han influido en el tejido social local, en la construcción de
identidades colectivas y en la formación de ciudadanías críticas.

El presente artículo sintetiza los resultados del Proyecto de investigación


"Organizaciones populares, identidad local y ciudadanía en Bogotá"
desarrollado con el equipo de investigación de la línea Memoria, identidad y
constitución de sujetos, del Departamento de Ciencias Sociales de la
Universidad Pedagógica Nacional, cofinanciado por COLCIENCIAS entre
2001 y 2002 1. El campo temático más amplio en el que se ubica la
investigación es el de las dinámicas asociativas, la acción colectiva y la
participación política de los pobladores y pobladoras de las grandes ciudades
de América Latina.

El propósito del artículo es mostrar el sentido y la potencialidad de algunas


experiencias significativas de organización y lucha popular urbana en la
ciudad de Bogotá, en la configuración de nuevas identidades sociales,
prácticas y subjetividades políticas. La idea central que lo atraviesa es que el
asociacionismo urbano alternativo contribuye a la formación de sujetos
sociales en los sectores populares de la ciudad, a través del fortalecimiento
de su tejido social y asociativo, de la formación de identidades culturales y
de la generación de nuevas prácticas políticas democráticas.

La metodología asumida fue participativa, en la medida en que se conformó


un equipo de investigación compuesto por docentes investigadores de la
Universidad e investigadores miembros de las organizaciones, algunos y
algunas de las cuales iniciaban o cursaban su postgrado en la universidad.
Una vez establecidos los acuerdos acerca del sentido y orientación del
proyecto, se procedió a reconstruir la historia de cada experiencia, acudiendo
a diferentes fuentes y técnicas de activación de la memoria, como talleres,
tertulias y museos del recuerdo.

Con base en dichas reconstrucciones, se realizó un taller con una veintena


de dirigentes de las organizaciones para reconocer aspectos comunes que
definieran la identidad de las organizaciones populares y para identificar los
ejes temáticos en torno a los cuales focalizar el análisis; estos fueron lo
político, lo organizativo, lo pedagógico y lo cultural, ejes sobre los cuales se
volvió a recoger nueva información y se efectuó un primer análisis por
organización. Finalmente, se hizo una interpretación global de cada eje,
apoyándonos en referentes conceptuales e investigaciones previas. Los
borradores fueron discutidos por el equipo, reelaborados y afinados, hasta
obtener la síntesis interpretativa cuyo resumen compartiré a continuación.

 ESPACIO PROFESIONAL Y ROL DE LOS AGENTES SOCIALES.


En la actualidad existen tres agentes sociales que en el espacio profesional
interactúan entre sí, los cuales son: La institución, el trabajador social y el
usuario.

Como se define al usuario: sujeto, persona o grupo que solicita y recibe un


servicio de las instituciones estatales.

El trabajador social como disciplina profesional, esta institucionalizado dentro de


la organización social, siendo los trabajadores sociales sus agentes
profesionales y el intermediario entre el usuario y la institución.

Al agente profesional le toca intervenir en las varias expresiones de vida


cotidiana de las clases trabajadoras y dispone por estos, de condiciones
potencialmente privilegiadas para influir en su modo de vivir y de pensar “invadir”
la esfera de la privacidad del cotidiano, a partir de intereses sociales, objetivos
de la misma.

La institución no debe ser reconocida simplemente como una infraestructura,


sino que además de conocer el organigrama de ella con la ubicación de los
puestos de la misma el trabajador social debe estar al tanto de sus reglamentos,
estatutos y objetivos, así también de todas las actividades que transcurren en su
interior, por ejemplo, los programas que desarrollan, entre otros.

El rol de los agentes sociales en el transcurso del tiempo ha evolucionado, y ha


pasado de actuar en un momento determinado para solucionar problemas
inmediatos como el hambre, a un rol mucho más dinámico y complejo llevando
a las personas ideas, herramientas, capacitación y alternativas para su
desarrollo y con ello hacer realidad el cambio en cada una de sus vidas y por
ende el cambio social.

 INSTITUCION, USUARIO Y TRABAJO SOCIAL, EN EL ESPACIO


PROFESIONAL.

En cuanto a la relación de ayuda en la intervención social, Rodríguez (2010)


entiende al ser humano como un ser social, que crea una relación de ayuda
para intentar satisfacer las necesidades que le surgen. La autora insiste en
establecer una buena relación con los usuarios para que la intervención sea
exitosa, ligada a la profesión y a su ética, que es intrínseca y desempeña un
papel central tanto en la teoría como en la práctica del trabajo social (Preston,
2001, citado en Ballestero, Uriz y Viscarret, 2012) así como en todas las
profesiones que se consideran sociales o de ayuda. En las profesiones de
ayuda, los profesionales se ocupan de las personas más vulnerables de la
sociedad, de su atención, acompañamiento y cuidado. Ballestero, Uriz y
Viscarret (2012) consideran que el trabajo social se ocupa de los aspectos
más importantes de la vida de las personas que “necesitan una intervención
apropiada que les ayude a mejorar sus condiciones de vida, su autonomía y
su bienestar” (p. 876). Cuando se inicia la relación trabajadora social-
demandante de ayuda, se trata de una complementación, ya que sus
situaciones son desiguales. La profesional, que ejerce un poder, se sitúa en
un escalafón superior, quedando el
demandante en una posición secundaria. La profesional debe conseguir
transformar esa relación jerárquica en simétrica, cuando, gracias a la
intervención, la persona ya no precise apoyo y atención (Rodríguez, 2010).
Peligré (2004) destaca que las trabajadoras sociales se mueven en
situaciones de injusticia, que en ocasiones van ligadas a estructuras de
poder, y ante las cuales no son capaces de encontrar soluciones efectivas.
Relacionado con esto,
Álvarez-Uría (1995) presenta la idea de “ambigüedad constitutiva y
constituyente”, que cree encontrar en la profesión al tratar de solucionar
problemas sociales, pero sin llegar a poder generar grandes cambios en las
estructuras que los causan debido a la institucionalización de la profesión.
Las profesionales deben ser conscientes y responsables del poder que les
es otorgado, para que su uso sea en pro y no en contra de los demandantes
(Pelegrí, 2018).

24.4 UNIDAD 04: METODO Y METODOLOGIA EN TRABAJO SOCIAL.


A pesar de que -por lo menos- desde Bacon, Galileo y, más tarde Descartes,
para la ciencia en general está clara la diferencia entre «método» y
«metodología», en el ámbito del Trabajo Social ha primado la confusión más
extrema, muy especialmente en el denominado «trabajo social
reconceptualizado», la que no ha sido salvada hasta el presente excepto
rarísimas excepciones.1 Esto nos obliga a una necesaria precisión
conceptual. En efecto, desde comienzos de la Edad Moderna se entiende por
«método» (del griego «metá» preposición queda idea de «movimiento» y
«odos» que significa «camino») a las etapas sucesivas, lógicamente
estructuradas para alcanzar un fin determinado. Mientras, por "metodología"
se entiende la disciplina o rama de la ciencia que se ocupa del estudio de los
métodos y de sus interrelaciones para el estudio científico de la realidad. Sin
embargo, aún en la presente década y luego de más de 30 años de iniciado
el proceso de reconceptualización, siguen circulando libros, folletos y
artículos con títulos ampulosos tales como «Metodología del Trabajo Social»
o «Metodología del Trabajo Comunitario» que, fácil es constatar, sólo
contienen proposiciones de un método en particular (de trabajo comunitario
o de trabajo social, según sea el caso). O sea que, dicho sea sin rodeos, se
sigue cayendo en yerros y/o ingenuidades ya superadas, incluso dentro de
los marcos del positivismo más clásico, desde hace mucho tiempo. Más
grave aún resulta la situación, si nos atenemos al hecho de que el
positivismo, aún en sus grados más avanzados como son el neopositivismo
o el estructural-funcionalismo del algunos autores «marxistas», como el
filósofo y antropólogo francés Lévy-Strauss, no han dicho la última palabra
en el tema que nos ocupa. Porque en efecto, lo que hay que decir es que
«metodología», desde nuestra perspectiva, es conceptualmente hablando,
un término de contenidos e implicaciones lógicas y epistemológicas, cuanti-
cualitativamente más amplias que las de «disciplina que se ocupa del estudio
de los métodos y de sus interrelaciones...». En principio, porque ese
«estudio...», 110 se da nunca en un vacío anodino de pretendida «asepsia»
(químicamente pura, inolora e insípida), sino SITUADO Y FECHADO
(geográfica e históricamente), como ESLABON DE MEDI ACION entre
lineamientos provenientes de marcos científicos más generales, es decir
«meta- metodológicos», y objetivos (generales y específicos) socialmente
determinados, con arreglo a las leyes generales que determinan los procesos
materiales de desarrollo de todo cuanto existe. Es la diferencia entre
metodología abstracta y epistemología2 . Además de que la ciencia ha sido
hasta hoy ante todo el instrumento humano para producir el más alto y mejor
grado de sistematización y síntesis de la acción transformadora del conjunto
de la humanidad, o sea es producto de la relación entre teoría y práctica,
como las formas de la acción cotidiana de los hombres.

 METODOS CLASICOS.

- METODO DE CASO INDIVIDUAL: El método de caso social


individual es un proceso spico-social destinado a operar
cambios en el individuo y en su relación con el medio, con el fin
que pueda enfrentar con efectividad sus problemas de
funcionamiento social.

- TRABAJO SOCIAL DE GRUPO: El Trabajo Social con Grupos


puede definirse como aquella especialidad dentro del Trabajo
Social que se orienta a recuperar y fortalecer, mediante la
interacción grupal y la realización de actividades de grupo, las
capacidades sociales de los ciudadanos, para aumentar su
enriquecimiento personal y su funcionamiento social. Es decir,
mediante la estructura social básica de socialización, el grupo,
se busca fortalecer las habilidades necesarias para mejorar las
posibilidades de inclusión social de aquellas personas que, por
diversos motivos, adolecen de la capacidad relacional básica
para poder llevar a cabo una vida personal, familiar, laboral, en
el contexto actual.

- TRABAJOSOCIAL INDIVIDUAL: El Trabajo Social Comunitario


busca cambiar y transformar el entorno donde viven las
personas, a través de la acción tanto de profesionales como de
la población. Es decir, un proceso de transformación desde la
comunidad: soñado, planificado, conducido, ejecutado y
evaluado por la propia comunidad.

 METODO BASICO/INTEGRADO.

Podemos definir el método básico como un proceso operativo, organizado,


de conocimiento y comprensión de la realidad objeto de estudio con el
objetivo de alcanzar un resultado.

"Pasar de la situación presente a la situación deseada"

Las características que lo engloban:

FLEXIBLE-DINÁMICO, no podemos ver la realidad como algo estático, se


producen alteraciones en las situaciones de las personas, en el ambiente,
que son necesarias tener presente para proponer nuevas estrategias,
modificaciones.
GLOBAL, observar la realidad como un todo, es necesario tener presente las
variables que se interrelacionan.

INTERDISCIPLINAR, se apoya en varias disciplinas, aparecen otros/as


profesionales que intervienen en la situación para trabajar diferentes áreas.

OPERATIVO, se busca obtener unos resultados concretos.

PARTICIPATIVO, la persona lidera su proceso de cambio, promoción,


desarrollo. No olvidemos que entre los principios del código ético aparecen
los de: autorrealización, participación, autodeterminación, responsabilidad
personal.

 DIFERENCIA ENTRE METODO, METODOLOGIA Y LOS MODELOS DE


INTERVENCION.

El término método se utiliza para el procedimiento que se emplea para


alcanzar los objetivos de un proyecto, la metodología es el estudio del
método y el modelo es una representación teórica que luego llevamos a la
práctica en un contexto determinado.

 24.5 UNIDAD 05: CONSIDERACIONES METODOLOGICAS QUE


ORIENTAN LA PROPUESTA PARA EL ANALISIS DE LA PRACTICA.
En Chile, la tradición histórica de la formación en Trabajo Social se
caracterizó entre los años 1925 a 1973 por organizar sus procesos de
enseñanza y aprendizaje en torno a la intervención profesional de caso
social, grupos y comunidad. La intervención con caso social se inicia junto
con la fundación de la carrera y se mantiene vigente a lo largo de su
desarrollo histórico, profundizando y especializando su quehacer con el
transcurso del tiempo. La intervención con grupos se incorpora a contar de
la década de 1940 y el trabajo profesional orientado a la organización y al
desarrollo de la comunidad se consolida con fuerza en la década de 1960.
Las intervenciones profesionales con casos, grupos y comunidades
orientaban el proceso formativo en forma angular, dado que determinaban el
orden, la profundidad y la secuencia en que los referentes teóricos
conceptuales de las ciencias sociales, las políticas y programas sociales, los
marcos jurídicos normativos y los repertorios de métodos y técnicas de
intervención social tributaban a la formación. Las prácticas profesionales
recogían dicha estructura, replicándola en los espacios de trabajo
institucional. Durante la década de 1960 e inicios de la década de 1970, en
el marco de iniciativas internacionales tendientes a impulsar cambios
económicos y sociales estructurales en la región latinoamericana - situación
que fue acompañada a nivel nacional por una progresiva polarización del
clima político - se inicia un importante cuestionamiento del rol profesional de
Trabajo Social. En ese contexto, se reconocía la existencia de una abierta
tensión entre, por una parte, la continuación de una tradición profesional que
reproducía un desempeño defi nido desde las estabilidades sociales
requeridas por la funcionalidad de la sociedad mayor.

 LA ACCION TRANFORMADORA DE LA INTERVENCION EN TRABAJO


SOCIAL.

La intervención en el Trabajo Social es entendida como la acción organizada


y desarrollada por los trabajadores sociales con las personas, grupos y
comunidades. Sus objetivos están orientados a superar los obstáculos que
impiden avanzar en el desarrollo humano y en la mejora de la calidad de vida
de la ciudadanía. Intervención profesional que se basa en los fundamentos
éticos, epistemológicos y metodológicos del Trabajo Social, desde un
enfoque global, plural y de calidad. Estos planteamientos del Trabajo Social
parten de una concepción dinámica de la persona que se inscribe en un
contexto social, histórico, político, económico y cultural de la realidad social,
conectando con otras disciplinas y profesionales. La acción transformadora
en trabajo social es satisfacer las necesidades básicas del ser humano.

 PRINCIPIOS DE LA ACCION.
El Trabajo Social debe respeto al hombre cualquiera que sea su condición,
clase,
raza, credo o religión y grupo político. Tratará de comprender su situación
dentro de
sus circunstancias por darle la ayuda necesaria independientemente de si se
comparten sus puntos de vista o los actos que haya cometido. Partirá del
punto en
que se encuentre. Dentro de este mismo rubro y ligado al principio de
individualización
está el de no enjuiciar al beneficiario. Como se dijo, es verlo dentro de su
circunstancia. No debemos medir las personas con nuestra propia tabla de
valores, ni
juzgarlo, aunque esto no significa estar de acuerdo con su conducta. Debe
ser objetivo
con respecto al beneficiario y reflexionar sobre sus sentimientos hacia y las
posibles
causas. El proyectar los propios conflictos nos ayudará a la labor del
Trabajador Social
con beneficiarios o con otros profesionales.

 TECNICAS, HABILIDADES Y ACTITUDES EN TRABAJO SOCIAL.


La mayoría de las autoridades locales tienen equipos especializados de
trabajadores sociales, que realizan intervenciones relacionadas con
problemas específicos o con grupos de personas con determinadas
particularidades. Por ejemplo, un trabajador social puede formar parte de un
equipo especializado en:
- Protección de la infancia.
- Niños que han sido excluidos de la escuela.
- Personas diagnosticadas con problemas de salud mental.
- Personas con discapacidades físicas o de aprendizaje.
- Personas afectadas por el sida.
- Personas mayores.
Algunos trabajadores sociales se encargan de responder las peticiones de la
gente que busca ayuda y luego las remiten al equipo de especialista
adecuado. Las referencias también pueden provenir directamente de otros
profesionales que trabajan con estos colectivos, tales como médicos,
maestros o policías, así como tribunales de justicia.

La construcción de una relación de confianza con el usuario es una parte muy


importante de la labor de estos profesionales. El trabajador social debe
conocer muy bien la situación del usuario y tomar decisiones en base a un
análisis cuidadoso de toda la información de la que disponen.

Es importante destacar que los sistemas de asistencia social a colectivos


cuentan con sistemas de derivación de recursos muy completos. Esto quiere
decir que las entidades están en continua comunicación para ofrecer una
atención especializada y derivan a los usuarios hacia los recursos más
adecuados según sus necesidades personales.

Por ejemplo, la Ley de protección de la infancia otorga a los trabajadores


sociales la responsabilidad legal de proteger a los niños en riesgo de "daño
significativo" (término legal). Si un trabajador social determina que existe un
riesgo de daño significativo, tiene el poder legal de retirar al niño de su hogar
o de otra situación en la se considere que el niño está en situación riesgo.

La decisión de retirar al niño del hogar tiene un impacto muy grande en todos
los involucrados, por lo que resulta vital que el trabajador social esté seguro
de que ha tomado
la decisión correcta, basándose en su conocimiento del caso y en una
investigación profunda de todos los factores involucrados.

Por ejemplo, un trabajador social puede hablar con los maestros del niño
para obtener más información sobre la vida familiar del niño, incluyendo la
familia directa o cualquier otro adulto que tenga la responsabilidad de cuidar
al niño. A continuación, puede decidir entrevistarse con el niño en la escuela,
en presencia de un padre o cuidador (pero nunca ante la persona que es
sospechosa de perjudicar al niño).

 DEFINICION DEL PROBLEMA OBJETO.

Definir el objeto de intervención lleva a una “construcción” teórica que


resignifica una
situación problema, siendo siempre provisoria, lo que genera incertidumbre.
Su complejidad radica en su naturaleza histórica social y en que incumbe a
seres humanos: sujetos únicos y autónomos.
Reflexionando, luego de este recorrido histórico, entorno al proceso personal
de formación, la definición del objeto del Trabajo Social siempre se relacionó
a las categorías o
elementos que lo constituyen, apareciendo íntimamente ligados al concepto
que los comprende y su presentación para el estudio llevo a confusiones.
La experiencia personal contrastándola con este análisis, nos permite
reconocer que
estudiar categorías como cuestión social, problemas/problemáticas sociales,
necesidades demandas sin relacionarlas a su fundamento en la intervención,
puede concluir en su con-
fusión, en el enredo de conceptos, los cuales adquieren una independencia
en sí mismos,
no quedando necesariamente ligados ni comprendidos como categorías
fundamentales
para entender qué es el objeto de intervención y como leerlo ante la
complejidad social.
Y esto ¿a qué se debe?, ¿por qué un concepto que es síntesis aparece
siempre disgregado en sus partes?, ¿acaso es demasiado difícil de
comprender por sí mismo ó, tal vez,
inacabado para lo que pretende abarcar?
Creemos que un poco de las dos, pudiendo responder de alguna manera
que: por un
lado, en tanto concepto teórico, es una permanente construcción de
designación de realidad. Esta afirmación ya se encuentra por demás
solucionada y, sin lugar a dudas, los alcances explicativos del concepto son
transitorios y siempre en tensión y cambio, dado que
su sustrato tiene por esencia la complejidad de la actualización constante de
puntos de encuentro entre coordenadas macro y micro sociales, dando lugar
a problemáticas únicas a la vez que compartidas. Nos referimos a lo social,
sus problemáticas, su cuestión, sus manifestaciones. Esto explica también,
por otro lado, que cuando se lo refiere, se necesite explicitar respecto de qué:
qué aspecto de la realidad se pretende abordar en el objeto, cuál será el
objeto específico en el abordaje que se estudia, qué sujetos se implican en
el objeto y así, podemos continuar multiplicando las opciones.
al objeto de intervención del Trabajo Social en los procesos de encuentro de
los sujetos con los objetos de su necesidad, insoslayablemente estamos
involucrando en el objeto al sujeto y, es allí, donde se explica el protagonismo
que toman en el objeto de intervención y su dificultad a la hora de
diferenciarlos. El hecho de que en lugar de definirlo claramente
una y otra vez en los abordajes se lo refiera a categorías independientes que
a su vez lo
componen: ¿genera confusión?
Señalamos que la ligazón del objeto a otras categorías opera como elemento
de confusión conceptual. Tales categorías, tienen una independencia
conceptual, dado que por
sí mismas constituyen dilemas de interpretación de la realidad que interrogan
y ponen en
cuestión al Trabajo Social.

24.6 UNIDAD 06: CONTRADICCIONES Y LIMITACIONES EN EL ESPACIO


PROFESIONAL
 AMBIGÜEDAD ENTRE EL ROL DEL TRABAJO SOCIAL Y LAS
POLITICAS SOCIALES.
Como todos sabemos, por edad o por lectura, a fines de los 70 los
trabajadores sociales
latinoamericanos fuimos adentrándonos crecientemente en el estudio y
reflexión acerca de la naturaleza el significado y la función que cumplían las
políticas sociales. Una gran cantidad de artículos y libros publicados por el
Centro Latinoamericano de Trabajo Social (CELATS) en Lima, contribuyeron
significativamente a la comprensión de esta temática central para el campo
del Trabajo Social. Y en esa época predominaban las críticas a los Estados
de Bienestar, del mismo modo que la caracterización sesgada y unilineal de
las políticas sociales como meras reproductoras de las relaciones sociales
de producción, ganaba el pensamiento de los sectores más críticos de las
ciencias sociales y, en particular, del Trabajo Social.
No éramos muchos, para ese entonces, los que comenzamos a vislumbrar y
balbucear las
primeras reflexiones y escritos acerca del carácter complejo y contradictorio
de las políticas sociales, en tanto respondían y responden simultáneamente
a los intereses en juego de clases sociales opuestas. Es cierto que los
Estados de Bienestar y sus políticas sociales tenían y tienen sus límites, pero
luego se impuso el fundamentalismo neoliberal que trajo mayores retrocesos
con perjuicios mucho más severos.
Así, por ejemplo, Claudia Danani, trabajadora social y politóloga argentina,
define con precisión a las políticas sociales “como un tipo de “políticas
estatales” y dentro de éstas, de sus intervenciones sociales (o intervenciones
sociales del Estado). Así concebidas, las políticas sociales son constitutivas
del régimen social de acumulación y encuentran su especificidad en el hecho
de orientarse de manera directa a las condiciones de vida (y de reproducción
de la vida) de distintos sectores y grupos sociales, operando especialmente
en el momento de la distribución secundaria del ingreso. Es decir: no en la
distribución del
ingreso directamente derivado del proceso de producción, por la vía de la
retribución a los factores, sino por mecanismos de redistribución que se le
superponen. En este sentido, históricamente han cumplido una función
reguladora de las condiciones de venta y uso de la fuerza de trabajo”.

 UNA REFLEXION ENTRE LOS OBJETIVOS PROFESIONALES, LOS


OBJETIVOS INSTITUCIONALES Y LOS OBJETIVOS INDIVIDUALES.

Intervenir con sentido de responsabilidad, compromiso, eficiencia y eficacia, en la


atención de problemas y necesidades tanto individuales como colectivas, con el
propósito de incidir en el mejoramiento de las condiciones de vida.

Promover acciones profesionales desde las diferentes áreas y campos de


intervención que logren un impacto social en los individuos, grupos y comunidades.

- Proponer, promover e impulsar formas de intervención social


tendientes a contribuir en los procesos de desarrollo social,
económico, político y cultural de la región.

- Consolidar un conjunto de referentes teóricos, conceptuales,


históricos, filosóficos, metodológicos, técnicos e instrumentales
propios de la especificidad del campo profesional, así como,
incorporar los aportes contemporáneos de las disciplinas de las
ciencias sociales.
- Promover y fomentar en los estudiantes el trabajo inter y
multidisciplinario que permita generar una visión integral de los
problemas sociales susceptibles de ser intervenidos, así
también; propiciar el espíritu de tolerancia, colaboración,
solidaridad y equidad.

- Formar Trabajadores Sociales capaces de competir


profesionalmente en el mercado laboral a través del diseño de
estrategias que conduzcan al abordaje de los problemas
sociales, utilizando los avances generados por las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación lo que permitirá
elevar la calidad en la prestación de los servicios profesionales.

- Fomentar la sensibilidad y el humanitarismo ante los problemas


sociales a partir de las interacciones que se establecen con los
individuos, grupos y comunidades.

 EL BUROCRATISMO Y EL ESPONTANEISMO.

Entendía Max Weber que un signo de evolución, de progreso, de desarrollo


de una sociedad es su estructura burocrática y la formación de cuerpos de
funcionarios. La burocracia “tiene un carácter racional: la norma, la finalidad,
el medio y la impersonalidad objetiva dominan su conducta” (WEBER, M.
1983, 752). Y esto hoy día se refleja en las modernas organizaciones, no sólo
las públicas sino también las privadas, regidas por principios burocráticos,
derivados parcialmente de las exigencias que las subvenciones comportan
en los servicios privados. Resumiendo, crecen en términos absolutos y
relativos los servicios de Bienestar Social públicos y crece la incidencia del
sector público
sobre el privado, en materia de organización.
Los modernos servicios de carácter social, particularmente en el sector
público, se están configurando bajo formas que responden al modelo de la
burocracia moderna: reglamentación Encarna GUILLÉN SAlDABA de ayudas
y servicios y de los procedimientos correspondientes; estructuración de las
organizaciones de acuerdo con los principios de centralización,
jerarquización de órganos y cargos y especialización de funciones; estructura
y régimen de personal de tipo “funcionarial”, etc. Todas estas notas aparecen
documentadas en las normas orgánicas de los distintos servicios de
Bienestar su estatuto de lo personal.

 CONTRADICCIONES DE INTERES ENTRE LOS AGENTES SOCIALES.

Partimos de una perspectiva sociológica para entender los conflictos sociales


actuales que trabaja con la reconstrucción de la complejidad de las relaciones
sociales y de poder a ellas asociadas, relaciones que están presentes de un modo
transversal en los distintos ejes de la estructura social. Podemos agrupar estas
relaciones en cinco ejes conflictivos: clases sociales, relaciones étnicas, de género,
instituciones disciplinarias, dispositivos de la biopolítica y procesos simbólicos. En
cada conjunto de estos elementos se reconocen a su vez las relaciones de poder y
tensiones entre orden y desorden, en interacciones macro y micro, de las cuales
emergen los conflictos sociales y las luchas sociales en sus diversas expresiones.

Para Simmel un grupo absolutamente centrípeto y armonioso, una unión pura es


empíricamente irreal; si bien es cierto que el antagonismo por sí mismo no
constituye una socialización, es también importante decir que no está ausente de
este proceso. Sus reflexiones aportan elementos para pensar en cómo y en qué
situaciones se viven los conflictos, los sentidos o los actos explicados como
violentos. En el siglo xxi todavía vivimos con problemas graves en el ámbito de la
ciudadanía y de los derechos humanos con el aumento de la violencia y la
delincuencia. Los datos sobre la violación de los derechos humanos y la ausencia
de respeto a los ciudadanos son alarmantes, como también el aumento de la
delincuencia y la 11 Conflictos sociales, luchas sociales y políticas de seguridad
ciudadana violencia, todo lo cual genera un clima de inquietud. Esta situación hace
que sea posible pensar en una futura cultura del miedo en un contexto de gran
incertidumbre, en el que las prácticas sociales se guíen por los principios de la
sospecha y de la intolerancia. Es éste un contexto social en el que contrastan el
fortalecimiento de las barreras sociales, los estereotipos y prejuicios, y la demanda
de más represión con los principios de un Estado democrático. La mundialización
de la sociedad se ha dado a través de un proceso que ha marcado las formas
sociales por la exclusión como efecto de las políticas neoliberales, lo que ha
provocado nuevos conflictos sociales y, a veces, establecido nuevos límites a la
acción del Estado.

 LA AUTONOMIA RELATIVA DEL TRABAJADOR SOCIAL EN LAS


INSTITUCIONES Y FUERA DE ELLAS.

El concepto de autonomía refiere, de manera genérica, a la capacidad de


expresarse sin condicionamientos, sin restricciones, a la posibilidad de actuar por
voluntad propia y pensar sin límites. Casi como encarnando a su opuesto, la palabra
Estado suele asociarse a límite, frontera, a opresión, en definitiva, a la imposibilidad
de actuar libremente. En el ámbito del ejercicio profesional, la autonomía absoluta
se encontraría reflejada en la capacidad del Trabajador Social de intervenir acorde
con un posicionamiento ético-político anclado en un proyecto societal superador del
sistema imperante, teniendo como único horizonte los fines últimos de la profesión;
independientemente de los intereses de la clase dominante. Tal autonomía no se
da en la práctica real, situación por la cual surge la llamada autonomía relativa, que
cobra vital importancia al momento de definir la Intervención, intentando conjugar
libertad y coacción, descubriendo las tensiones, en tanto “no hay ninguna situación
histórica que ponga límites a las acciones profesionales y que no ofrezca, además,
posibilidades y alternativas” No obstante, tradicionalmente se vinculó la práctica
profesional a aquello que el Trabajador Social “hace”, a un conjunto de actividades
puestas en marcha en relación para a dar respuesta a problemáticas diversas de
los sujetos sin considerar las condiciones sociales en las que se realizan. Esta visión
supondría que las actuaciones dependen casi exclusivamente del profesional; por
el contrario, una interpretación distinta del ejercicio parte de considerar el trabajo
profesional como parte de procesos y relaciones de trabajo; esto permite otra lectura
que abarca los elementos constitutivos del trabajo. Sostener que la actividad
profesional depende exclusivamente de él, afirmando que éste cuenta con la
autonomía necesaria y suficiente para direccionar y ejecutar su práctica según su
propia determinación, entra en directa colisión con su condición de asalariado, que
sin duda alguna condiciona parte de su práctica. Podría objetarse que toda la clase
trabajadora adolece de las mismas presiones y no obstante han podido llevar
adelante importantes luchas y revoluciones, pero nunca como sujeto aislado, por
ello es necesario superar la individualidad, constituyéndose como colectivo
permitiendo aunar criterios y fuerzas para, no sólo modificar condiciones de trabajo
adversas sino para superar los condicionamientos mencionados. Lo expresado no
implica sostener que la ausencia de autonomía absoluta deba paralizar el accionar
de los profesionales del Trabajo Social, cayendo en el fatalismo más determinista;
por el contrario, debe impulsar la práctica cotidiana en la búsqueda de su
construcción, sin, por ello, caer en prácticas heroicas, que nada tienen de
superadoras del orden actual.

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