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Hebreos 1:6 ¿Adorar o rendir

homenaje?
Así traduce Hebreos 1:6 la versión de la Biblia
llamada Reina-Valera revisión de 1960 (RV60).
Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el
mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios.

Por el contexto sabemos que el "Primogénito" del


que se habla en este versículo es Jesucristo. Y
como el texto de RV60 indica que se le debe
adorar, los usuarios de esta versión afirman que
aquí se enseña que Jesucristo es el mismo Dios. 

La palabra griega que se traduce "adórenle"


es  proskyneō. La mayoría de las versiones de la
Biblia al español también vierten aquí este verbo
griego por "adorar". Pero, como pudimos
comprobar en una entrada anterior, existen en
español varias traducciones (tanto protestantes
como católicas) que vierten en este pasaje el
verbo proskyneō como "dar homenaje",
"prosternarse" o "rendir pleitesía". De esta
manera, no se podría usar este versículo para
apoyar el dogma de la Trinidad ni el
Pentecostalismo Unicitario.

Puesto que ambas opciones de traducción son


correctas gramatical y semánticamente, debemos
analizar el contexto para conocer cuál es la que
mejor transmite el sentido del texto. Tenemos,
pues, que preguntarnos: ¿enseña Hebreos 1:6 que
Jesucristo es Dios y que, por lo tanto, se le debe
adorar?

Leamos, para comenzar, la explicación que da


sobre este pasaje el Comentario Bíblico Mundo
Hispano. Tomo 23. Hebreos, Santiago, 1 y 2
Pedro, Judas (Editorial Mundo Hispano, El Paso,
2005; pág. 39): 
Con respecto a Hebreos 1:6, esta obra llega a la
siguiente conclusión:
Analicemos algunas afirmaciones que se hacen en
esta obra. 

En primer lugar, se nos informa de que Hebreos


1:6 es una cita de la Versión de los
Setenta o Septuaginta (LXX), probablemente de
Deuteronomio 32:43, aunque algunos autores
afirman que se trata de una combinación de este
versículo del Pentateuco con Salmo 97:7. Así lo
hace, por ejemplo, la Biblia de Estudio Ryrie,
editada por el profesor, teólogo y escritor
evangélico Charles C. Ryrie (Editorial Portavoz,
Grand Rapids, 1991; pág. 1720):
Veamos como vierte estos versículos desde la
LXX al español la traducción académica La
Biblia Griega. Septuaginta (Sígueme,
Salamanca, 4 Tomos, 2008-2015). Primero
leamos Deuteronomio 32:43:

Este versículo es distinto según se lea desde


el Texto Masorético hebreo (TM) o la LXX;
uno de los manuscritos hebreos de Qumrán
(4QDeutq) apoya la lectura de LXX. Así
muestra estas diferencias el libro La Biblia judia
y la Biblia cristiana por Julio Trebolle
Barrera (Editorial Trotta, Madrid, 1ª edición
1993; pág. 397):
Y así traduce La Biblia Griega.
Septuaginta (LBG) el texto de Salmo 97:7
(numerado 96:7 en la versión griega):

Es muy interesante notar que LBG vierte el verbo


griego proskyneō por postrarse en Deuteronomio
32:43 y Salmo 97:7 (96:7 LXX).
Pablo no cita palabra por palabra el texto griego
de Deuteronomio 32:43, sino que cambia la
expresión "los hijos de Dios" por "los ángeles de
Dios".
En la imagen que ofrecemos arriba
del Comentario Bíblico Mundo Hispano (CMH)
se explica que el autor de la carta a los Hebreos
"interpreta las Escrituras de acuerdo con las
reglas de interpretación de su día". Es esencial
tener en cuenta este hecho para entender
correctamente el pasaje.

En Hebreos, así como en otros libros del Nuevo


Testamento (NT), se utilizan métodos judíos de
citar y comentar la Biblia Hebrea. Ciertas
interpretaciones toman una palabra o un pasaje
separándolo de su contexto y de su sentido
original y le atribuyen un significado que no
corresponde a los principios actuales de la
exégesis.

Por ejemplo, la parte final de Hebreos 1:5 que,


según RV60, lee así:
y otra vez:
Yo seré a él Padre,
Y él me será a mí hijo?
Esta cita está tomada palabra por palabra de 2
Samuel 7:14 según LXX. Así vierte ese versículo
LBG:

En su contexto original, este pasaje forma parte


de la palabra de Jehová que el profeta Natán dijo
al rey David sobre su descendencia, Salomón,
quien edificaría el Templo en Jerusalén. En 2
Samuel 7:14 LXX se dice sobre esa descendencia
que Dios reprendería su maldad con "vara de
hombres y con golpes de hijos de hombres".
Puesto que este versículo se aplica a Jesucristo en
Hebreos 1:5 ¿deberíamos entender, entonces, que
Jesús y Salomón son el mismo? ¿Que la maldad
de Cristo puede hacer acto de presencia y ser
reprendida? ¡Por supuesto que no! Pablo usó en
este y en otros lugares un recurso exegético judío
llamado pésher o "interpretación", que el Dr.
Julio Trebolle define así (pág. 509):
Así, Pablo cita en este primer capítulo de Hebreos
varios textos del Antiguo Testamento fuera de su
contexto y significado original, aplicándolos a su
objetivo, en este caso, demostrar que Jesucristo es
superior a los ángeles. Este uso de la Biblia
Hebrea era fácilmente aceptado y entendido en
una comunidad de origen judío, a la que se dirige
la carta. 

Por lo tanto, extraer la conclusión de que dado


que en Hebreos 1:6 se cita de Deuteronomio
32:43 o Salmo 97:7, que originalmente se refieren
a Jehová, se debe interpretar que Jesucristo es
"Dios igualmente con el Padre", es tergiversar lo
que Pablo quiso enseñar.

La Biblia debe ser interpretada de acuerdo a su


contexto. Y en Hebreos 1:6 el contexto no apoya
que Jesucristo sea Dios igualmente como su
Padre y que deba ser adorado. Podrán hallar más
información sobre esta cuestión en la entrada de
este blog titulada: Hebreos 1:8 ¿Se llama Dios
aquí a Jesús?

Podemos concluir entonces que, en el español


actual, una traducción de proskyneō en Hebreos
1:6 por prosternarse o rendir homenaje es la que
mejor transmite el sentido del pasaje.

Deu 32:43 Alégrate, cielos, con él, y adorenle todos los ángeles de Dios; <1> Regocijaos los gentiles, con su
pueblo, y que todos los hijos de Dios se fortalezcan en él; porque él vengará la sangre de sus hijos, y se
vengará, y pagará justicia a sus enemigos, y recompensará a los que lo odian; y el Señor purificará la tierra
de su pueblo. 1) Romanos 15:10

Juneman

Deu 32:43 Alabad, naciones, a su pueblo,(E)


Porque él vengará la sangre de sus siervos,(F)
Y tomará venganza de sus enemigos,
Y hará expiación por la tierra de su pueblo.

Rv60

Deu 32:43 ¡Cielos, exultad con él, y adórenle los hijos de Dios! ¡Exultad, naciones,
con su pueblo, y todos los mensajeros de Dios narren su fuerza! Porque él vengará la
sangre de sus siervos, tomará venganza de sus adversarios, dará su pago a quienes le
aborrecen y purificará el suelo de su pueblo.

Jerusalen

Adoradle vosotros dioses todos” (seres sublimes, como ángeles), significa culto a
Dios; pero se concedía universalmente entre los hebreos que Dios moraría, en un
sentido peculiar, en el Mesías (de modo que podría en la frase talmúdica “ser capaz de
ser señalado con el dedo”); de modo que lo que se decía de Dios, se aplicaba también
al Mesías y se cumplía en él. Kimchi dice que los Salmos 93 al 101 contienen el
misterio del Mesías. Dios gobernaba la teocracia en él y por él. la tierra—el mundo
sujetado a Cristo (Phi_2:5). Como “primogénito” él tiene los derechos de
primogenitura (Rom_8:29; Col_1:15-16, Col_1:18). En Deu_32:43, la versión de los
Setenta tiene: “Adórenle todos los ángeles de Dios”, palabras omitidas en el hebreo.
Este pasaje de la versión de los Setenta podría haber estado en la mente del autor
respecto de la forma, pero la sustancia se deriva del Psa_97:7. David el tipo, en el
Psa_89:27 (citado en el v. 5), es llamado el “primogénito de Dios, superior a los reyes
de la tierra”; así el primogénito antitípico, el hijo de David, ha de ser adorado por
todos los señores inferiores, como ángeles (“dioses”, Psa_97:7); pues él es “Rey de
reyes y Señor de señores” (Rev_19:16). En el griego “otra vez” está pospuesta y no
nos obliga, como opina Alford, a traducir: “Cuando haya introducido otra vez …”, es
decir, en la segunda venida; porque no hay mención anterior de una primera
introducción; y “otra vez” a menudo se usa en citas, no unida al verbo, sino
parentéticamente.

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