La informalidad surge cuando los costos de reinsertarse, al marco legal y
normativo de un país son superiores a los beneficios que ello conlleva. La formalidad involucra costos tanto en términos de ingresar a este sector, largos, complejos y costosos procesos de inscripción y registro, como en términos de permanecer dentro del mismo, pago de impuestos, cumplir las normas referidas a aspectos laborales, manejo ambiental, salud, etc.
En principio, los beneficios de la formalidad son, el respaldo del sistema judicial
para la resolución de conflictos y el cumplimiento de contratos, la protección policial frente al crimen y el abuso, el acceso a instituciones financieras formales para obtener crédito y diversificar riesgos y, más ampliamente, la posibilidad de expandirse a mercados tanto locales como internacionales. Cuando menos en principio, la pertenencia al sector formal también elimina la posibilidad de tener que pagar sobornos y evita el pago de las multas y tarifas por sanciones de autoridades administrativas o judiciales, a las que suelen estar expuestas las empresas que operan en la informalidad. Por ello, este sector predomina cuando el marco legal y normativo es confuso, carece de orientación, cuando los servicios ofrecidos por el gobierno no son de gran calidad, y cuando la presencia y control de los órganos administradores de tributos son débiles.
Actualmente en los espectáculos públicos no deportivos se puede observar que
existe una alta concentración de público asistente; sin embargo se evidencia el crecimiento de la informalidad y modalidades de evasión tributaria para no cumplir con el pago de sus impuestos. Los tipos de espectáculos donde se ha demostrado tener mayor capacidad contributiva, son las discotecas, eventos bailables, peñas y similares. En este contexto se percibe el incumplimiento tributario, produciéndose modalidades de evasión como declarar menos ingresos de los que han percibido, la existencia de empresas inscritas con Registro único de contribuyentes (RUC) que finalizado el evento desaparecen o que sus representantes legales se convierten en personas no habidos; llevándose los fondos recaudados, o empresas que funcionan sin la debida autorización por lo que no se tiene control sobre ellas, en el pago de impuestos y cumplimiento de las obligaciones tributarias señaladas por ley.
Un impuesto particular es el IEPND, para el cual la recaudación y administración
del impuesto es facultad de la Municipalidad distrital en cuya jurisdicción se realiza el espectáculo público no deportivo; los involucrados en el impuesto, lo constituyen el público asistente, que es el sujeto pasivo o contribuyente; entonces los organizadores de espectáculos públicos no deportivos, son agentes perceptores del impuesto y representan el intermediario entre el sujeto pasivo y el sujeto activo que es la Municipalidad distrital, como el conductor del local donde se realiza el espectáculo, que es un responsable solidario, y también aquellos que prestan sus servicios para realizar el evento, como los artistas, grupos musicales, etc.
En el IEPND también se incrementa la evasión, por la confusión normativa para
precisar el ámbito de aplicación actual de los espectáculos públicos no deportivos y para informar el destino de lo recaudado. A pesar que para efectos del IEPND se ampara en la Ley de Tributación Municipal, y además en base a la ley n°29168, desde el 2008 se comenzó a aplicar el IEPND a una serie de casos que antes se encontraban libres de este impuesto, como podría suceder con las discotecas que funcionan con equipos de música, bailes sociales, karaoke, etc. Y de acuerdo al Art. 54 se considera afecta la asistencia del público ya sea para presenciar o participar en espectáculos públicos no deportivos que se realicen en locales y parques cerrados. Falta regular las normas existentes para que no limiten el cumplimiento de la ley referida a los espectáculos públicos no deportivos en el distrito, ya que en particular en el distrito, existe una Ordenanza Municipal N° 187-MD SJM. Publicada el 2011, mediante la cual se suspendió la autorización y licencias de funcionamiento de los espectáculos públicos no deportivos, dentro del giro de discotecas, bares, entre otros, por ende se ha dejado de recaudar el IEPND, sin embargo a pesar de las normas existentes no se ha logrado evitar la celebración de espectáculos públicos no deportivos, ya que realizan sus actividades en la informalidad y sin hacer efectivo el impuesto que la ley designa.
Ante las evasiones existentes no se dirigen suficientes
procedimientos de orientación, control y fiscalización oportuna por parte de los órganos administradores de tributos, disminuyendo la formalización de contribuyentes, reduciendo la recaudación del IEPND, IGV y otras obligaciones que deberían cumplirse por ley, ocasionando incluso que se genere una cadena de evasiones, que se inicia con los organizadores de espectáculos públicos no deportivos y continua con el conjunto de personas que participan con ellas, ya que también en el comercio de bienes de consumo como bebidas, durante la realización de los espectáculos, se omite la declaración del IGV correspondiente, además los artistas o grupos musicales al vincularse con los organizadores de espectáculos públicos no deportivos, se desarrollan bajo la informalidad con facilidad, considerando que algunos tributan importes menores por ingresos, ya que no entregan comprobantes de pago y para ser contratados solo presentan un contrato sin valor legal, al no estar inscritos debidamente en la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT), ya sea por desconocimiento de sus obligaciones y derechos como contribuyente o intencionalmente, generando más cadenas de evasiones. En consecuencia, la informalidad de los organizadores de espectáculos públicos no deportivos, existente sumada a la cadena de evasiones del conjunto de personas que participan con ellas, ya que la formalización de las mismas, se ve obstaculizada por falta de información y orientación a cargo de los órganos administradores de tributos, desconocimiento de la población sobre las normas tributarias, las deficiencias en la regulación de la norma, trámites y procedimientos costosos de los lineamientos a seguir para la formalización de empresas. Por ende, al permanecer en la informalidad los organizadores de espectáculos públicos no deportivos, no son controladas y fiscalizadas para el cumplimiento de sus obligaciones tributarias, reduciendo la recaudación de impuestos.