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BIOLOGÍA MOLECULAR Y CELULAR

La biología celular es una disciplina encargada del estudio de las células en lo que respecta a las
propiedades, estructura, funciones, orgánulos que contienen, su interacción con el ambiente y su ciclo vital.

La biología molecular implica la comprensión de las interacciones de los diferentes sistemas de la


célula, lo que incluye muchas relaciones, entre ellas las del ADN con el ARN, la síntesis de proteínas, el
metabolismo, y cómo todas esas interacciones son reguladas para conseguir un correcto funcionamiento de la
célula.

El ADN: El ácido desoxirribonucleico, conocido también por las siglas ADN, es un ácido nucleico
que contiene las instrucciones genéticas usadas en el desarrollo y funcionamiento de todos los organismos
vivos y algunos virus. Está compuesta por dos hebras de desoxirribosa se conectan mediante un par de
nucleótidos (que forman el peldaño de la escalera), que se encuentran conectados, a su vez, por puentes de
hidrógeno. A, adenina; T, timina; C, citosina; G, guanina. El ADN es el mapa genético de la vida.

La disposición secuencial de estas cuatro bases a lo largo de la cadena es la que codifica la


información genética, siguiendo criterio de complementariedad.

Las histonas: son proteínas básicas, de baja masa molecular, y están muy conservadas entre los
eucariontes. Forman la cromatina, junto con el ADN, sobre la base, entre otras, de unas unidades conocidas
como nucleosomas. La cromatina resuelve el problema del tamaño del ADN dentro del núcleo,
compactándolo.

El nucleosoma: es una estructura que constituye la unidad fundamental de la cromatina, que es la


forma de organización del ADN en las células eucariotas. Están formados por un octámero de proteínas
histonas y aproximadamente 146 pares de bases nitrogenadas de ADN.

Un cromosoma es la estructura altamente organizada formada por ADN y proteínas, conteniendo la


información genética de un ser vivo. En la especie humana, la mayor parte de las células tiene 46
cromosomas, repartidos en 22 pares de cromosomas denominados autosomas y una pareja de cromosomas
sexuales (XX o XY). Cromatina condensada alrededor de proteínas histonas.

MENSAJE GENÉTICO
Un mensaje genético comienza como una molécula de ADN de doble. La secuencia de nucleótidos
en una hebra de ADN determina la secuencia de nucleótidos complementaria en la otra hebra. El mensaje
genético se agrupa en palabras de tres letras conocidas como codones. El codón especifica uno de los 20
aminoácidos que constituyen los bloques que forman a todas las proteínas.

Los Genes son Porción de ADN que codifica una enzima específica («un gen es igual a una
enzima»).

Transcripción: Para producir una proteína específica, el ADN del gen para dicha proteína específica
debe ser transcrito a una molécula de ARNm (a través de la ARN polimerasa). La información del ADN se
transcribe en el núcleo. El ARNm es transportado a continuación hasta el citoplasma, donde se produce la
traslación hacia las proteínas en el retículo endoplásmico. ADN, ácido desoxlrribonucleico; ARN, ácido
ribonucleico; ARNm, ARN mensajero; ARNt, ARN de transferencia. Translación: Proceso por el cual el
ARNm construye proteínas a partir de aminoácidos.

Un mensaje genético comienza como una molécula de ADN de doble hebra, que sirve de plantilla para el
ARN mensajero (ARNm). Éste, en grupos de tres nucleótidos es un codón, dirige el orden de los aminoácidos
en la proteína.

La transcripción y traducción son procesos que la célula usa para elaborar todas las proteínas que el cuerpo
necesita para funcionar a partir de la información almacenada en las secuencias de bases del ADN. La cuatro
bases (C, A, T/U y G de la figura) son los bloques que componen el ADN y el ARN. Durante la transcripción,
una porción de ADN que codifica un gen específico se copia en un ARN mensajero (ARNm) en el núcleo de
la célula. Luego, el ARNm lleva la información genética del ADN al citoplasma, en donde ocurre la
traducción. Durante la traducción, se elaboran las proteínas usando la información almacenada en la secuencia
de ARNm. El ARNm se une a una estructura llamada ribosoma que puede leer la información genética. A
medida que el ARNm pasa a través del ribosoma, otro tipo de ARN llamado ARN de transferencia (ARNt)
lleva hacia el ribosoma los bloques que forman las proteínas, llamado aminoácidos. El ARNt que lleva el
aminoácido se une a una secuencia de ARNm compatible. A medida que cada ARNt se une con la cadena de
ARNm, el aminoácido que lleva se enlaza con los otros aminoácidos para formar una cadena de aminoácidos.
Cuando todos los aminoácidos codificados en una porción de ARNm se han unido, la proteína completa se
desprende del ribosoma.
ANOMALÍAS CROMOSÓMICAS

Anomalías numéricas de los cromosomas: son la pérdida o la ganancia de uno o varios cromosomas.
Pueden afectar tanto a autosomas (cualquier cromosoma que no sea sexual) como a cromosomas sexuales

Aneuploidia: numero anormal de cromosomas.

Poliploidia:

Haploidia:

Anomalías estructurales de los cromosomas

Los reordenamientos estructurales implican rupturas y uniones cromosómicas, ya sea en un mismo


cromosoma o entre dos o más de ellos, resultando en complementos balanceados o no balanceados.

Cuando existe una anomalía cromosómica balanceada, no hay pérdida (deleciones) ni ganancia
(duplicaciones) de material hereditario, pero en el caso de los llamados desbalanceados sí las hay, lo cual
puede causar malformaciones congénitas, desarrollo sexual alterado y discapacidad intelectual.

Una alteración estructural balanceada presente en alguno de los progenitores (portador) no tiene repercusión
en su salud, pero es posible que transmita a la descendencia un complemento cromosómico desbalanceado, lo
que puede dar origen a pérdidas gestacionales, infertilidad e incluso productos nacidos vivos con múltiples
anomalías morfológicas.
Deleción. Está ausente una sección de un cromosoma (en una pareja de cromosomas).
Duplicación. Está presente una sección extra de un cromosoma (en una pareja de cromosomas).
Traslocación. Una porción de un cromosoma se intercambia con una porción de otro cromosoma.
Inversión. Una porción rota de un cromosoma se vuelve a acoplar al mismo cromosoma en la misma
localización, pero en la dirección inversa.

Con ganancia o pérdida de material genético: esto tendrá una implicación a nivel fenotípico para el portador.
Ejemplo: deleción, inserción.
Sin ganancia ni pérdida de material: normalmente no tiene ninguna consecuencia para el portador pero si tiene
consecuencias a nivel reproductivo. Ejemplo: translocación equilibrada, inversión.

Herencia mendeliana

Los rasgos mendelianos son los que siguen patrones de herencia específicos controlados por un solo
par de genes («monogénico»). Un locus génico es una posición específica del gen sobre un cromosoma. Un
alelo es una de las muchas formas alternativas posibles de un gen. Como los cromosomas forman parejas (46
cromosomas; 23 pares [22 pares de autosomas y un par de cromosomas sexuales], existen dos copias (loci)
para cada gen.

Un individuo es homocigoto si dos alelos en cada par de cromosomas son idénticos; el individuo
es heterocigoto si los alelos son diferentes.

El término fenotipo se refiere a las características mostradas por un individuo debido a la


constitución genética; el genotipo hace referencia a la presencia o a la ausencia de genes concretos, no a los
rasgos asociados que son expresados.

Los rasgos mendelianos pueden heredarse por cuatro modos distintos: autosómico dominante, autosómico
recesivo, dominante ligado al cromosoma X y recesivo ligado al cromosoma X. En la se realiza una
descripción detallada de estos cuatro modos de herencia mendeliana. La incidencia global de trastornos
mendelianos en los humanos es aproximadamente del 1%. Los rasgos no mendelianos pueden heredarse a
través de una transmisión «poligénica» (ocasionada por la actuación de varios genes).

Heredar una enfermedad, afección o rasgo específico depende del tipo de cromosoma afectado

Patrón de herencia autosómico recesivo

Una mutación en un gen en uno de los primeros 22 cromosomas no sexuales puede llevar a un
trastorno autosómico.

Los genes vienen en pares. Un gen en cada par proviene de la madre y el otro del padre. La herencia
recesiva significa que ambos genes de un par deben ser anormales para causar la enfermedad. Las personas
con solo un gen defectuoso en el par se consideran portadoras. Estas personas con mucha frecuencia no son
perjudicadas por esta afección. Sin embargo, les pueden transmitir el gen anormal a sus hijos.

Suele suponer defectos bioquímicos o enzimáticos. El estado homocigoto (aa) manifiesta la enfermedad. Los
progenitores no están afectados (lo más habitual es que sean heterocigotos)

El 25% de la descendencia se encuentra afectada (suponiendo que cada progenitor es un heterocigoto. No


existe preferencia de sexo

Significa que deben estar presentes dos copias de un gen anormal para que se desarrolle la enfermedad o el
rasgo.
Patrón autosómico dominante

Supone habitualmente defectos estructurales. El estado heterocigoto (Aa) manifiesta la enfermedad. El 50%
de la descendencia se encuentra afectada (suponiendo que sólo está afectado un progenitor. La descendencia
sana no transmite la enfermedad. Sin preferencia por el sexo.

En una enfermedad autosómica dominante, si usted hereda el gen anormal de solo uno de los padres, puede
presentar la enfermedad. Con frecuencia, uno de los padres también puede tener la enfermedad.

Herencia dominante quiere decir que un gen anormal de uno de los padres puede causar la enfermedad. Esto
sucede aunque el gen compatible del otro padre sea normal. El gen anormal domina.

Esta enfermedad también puede ocurrir como una nueva afección en un niño cuando ninguno de los padres
tiene el gen anormal. Un padre con una afección autosómica dominante tiene un 50% de probabilidades de
tener un hijo con la enfermedad. Esto es válido para cada embarazo. Significa que el riesgo de cada niño para
la enfermedad no depende de si su hermano la padece.

Los niños que no heredan el gen anormal no tendrán ni transmitirán la enfermedad. Si a alguien se le
diagnostica una enfermedad autosómica dominante, también se debe examinar a sus padres para buscar el gen
anormal.
Dominante ligada al cromosoma X

Los heterocigotos (X’X o X’Y) manifiestan la enfermedad. Las mujeres afectadas (con hombres sanos)
transmiten el gen ligado al cromosoma X al 50% de las hijas y al 50% de los hijos.Los hombres afectados
(con mujeres sanas) transmiten el gen ligado, al cromosoma X a todas las hijas pero no a los hijos.

La herencia dominante ocurre cuando un gen anormal de uno de los padres puede causar la enfermedad,
aunque un gen compatible del otro padre sea normal. El gen anormal domina el par genético.

Para un trastorno dominante ligado al cromosoma X: Si el padre porta el gen anormal X, todas sus hijas
heredarán la enfermedad y ninguno de sus hijos varones la padecerá. Esto es porque las hijas siempre heredan
el cromosoma X de su padre. Si la madre porta el gen anormal X, la mitad de sus hijos (hijas e hijos)
heredarán la tendencia a la enfermedad.

Por ejemplo, si hay cuatro hijos (dos varones y dos mujeres) y la madre está afectada (ella tiene un
cromosoma X anormal y tiene la enfermedad), pero el padre no tiene el gen X anormal, las probabilidades
esperadas son:

 Dos hijos (una mujer y un varón) tendrán la enfermedad

 Dos hijos (una mujer y un varón) no tendrán la enfermedad

Si hay cuatro hijos (dos mujeres y dos varones) y el padre está afectado (tiene un X anormal y tiene la
enfermedad), pero la madre no, las probabilidades esperadas son:

 Dos niñas tendrán la enfermedad.

 Dos niños no tendrán la enfermedad.

Estas probabilidades no significan que los niños que hereden el cromosoma X anormal mostrarán síntomas
graves de la enfermedad. La posibilidad de heredar es nueva con cada concepción, así que esto puede
realmente no ocurrir en una familia. Algunos trastornos relacionados con el gen X dominante son tan graves
que los varones con el trastorno genético pueden morir antes del nacimiento. Por lo tanto, puede haber un
aumento en la tasa de aborto espontáneo en la familia o menos niños varones de lo esperado.
Recesiva ligada al cromosoma x

Los hombres heterocigotos (X’Y) manifiestan la enfermedad. Las mujeres heterocigotas (X’X) están sanas.
Los hombres afectados (con mujeres sanas) transmiten el gen ligado. al cromosoma X a todas las hijas (que
son portadoras), pero no a los hijos

La mujer portadora (con hombre sano) transmite el gen ligado al cromosoma X al 50% de las hijas (que son
portadoras) y al 50% de los hijos (que están sanos)

La herencia recesiva ligada al cromosoma X es una de las formas en que un rasgo o afección genética pasa de
padres a hijos cuando hay mutaciones (cambios) en un gen del cromosoma X. En los hombres, la presencia de
una mutación en un gen del único cromosoma X (los varones solo tienen un cromosoma X) causa la
enfermedad. Las mujeres presentan la afección únicamente cuando la mutación está en ambos cromosomas X
(las mujeres tienen dos cromosomas X). Cuando el gen mutado ligado al cromosoma X solo está en uno de
los padres (la madre o el padre), las hijas de la pareja por lo general no están afectadas, pero son portadoras
porque tienen la mutación en un cromosoma X y el otro cromosoma X es normal. Los hijos estarán afectados
si heredan el cromosoma X mutado de su madre. Los padres no pueden pasar afecciones recesivas ligadas al
cromosoma X a sus hijos varones.
TÉCNICAS APLICADAS PARA EL ESTUDIO DE LOS TRASTORNOS GENÉTICOS
(HEREDITARIOS)

1. Enzimas de restricción. Se emplean para cortar el ADN en un punto de escisión reproducible y concreta.
Los fragmentos de ADN que se han separado de este modo se denominan fragmentos de restricción. Los
análisis de acoplamiento aplican métodos estadísticos para calcular la probabilidad de que un rasgo o una
enfermedad genética se asocie con varios polimorfismos (expresiones génicas alternativas) identificadas en
los fragmentos de restricción.

En la clonación de ADN, se utilizan enzimas de restricción y ADN ligasa para insertar genes y otros
fragmentos de ADN en plásmidos.

Las enzimas de restricción son una herramienta primordial para la ejecución de diversos ensayos
útiles en investigación clínica, desde la determinación de polimorfismos de longitud de fragmentos de
restricción (restriction fragment length polymorphism, RFLP), así como en la construcción de vectores con
ADN recombinante y clonación de secuencias de ADN provenientes de humano, virus, bacterias y demás
microorganismos de interés para la generación de conocimiento o para su aplicación en el área de la medicina.
Entre las enzimas que modifican los ácidos nucleicos se encuentran las nucleasas, es decir, aquellas capaces
de cortar los enlaces fosfodiéster que unen los nucleótidos de una cadena de ácidos nucleicos. Las nucleasas
se denominan endonucleasas si son capaces de cortar el enlace fosfodiéster en nucleótidos localizados dentro
de la cadena del ácido nucleico, y reciben el nombre de exonucleasas si cortan los enlaces fosfodiéster de los
nucleótidos en los extremos de las cadenas. Así, existen 3’exonucleasas las que escinden enlaces en el
extremo 3’ de la cadena, y 5’exonucleasas que rompen enlaces fosfodiéster en el extremo 5’ de la cadena.

Las enzimas de restricción presentan actividad endonucleasa, son de origen bacteriano y cortan los
enlaces fosfodiéster del ADN en una secuencia específica denominada secuencia diana. El uso de estas
enzimas como herramienta biotecnológica surgió de la necesidad de cortar las largas cadenas de ADN
genómico para manipularse y analizarse en fragmentos más pequeños. El empleo de las enzimas de
restricción y otras enzimas que modifican ácidos nucleicos, como la ligasa, permitió desarrollar la
metodología del ADN recombinante.

2. Electroforesis en gel de agarosa. Cuando se expone a un campo eléctrico, el ADN cargado negativamente
suspendido en gel de agarosa se desplaza por el gel hacia el polo positivo del campo. El gel actúa como
«colador»; los fragmentos de ADN pequeños se mueven con más facilidad (a mayor distancia en un tiempo
determinado) que los fragmentos grandes. La electroforesis en gel de agarosa se aplica con frecuencia (y de
manera simultánea) junto con enzimas de restricción.
La electroforesis en gel de agarosa es de las más utilizadas para analizar y caracterizar ácidos nucleicos de
distintas procedencias. Los geles se comportan como un tamiz molecular y permiten separar moléculas
cargadas en función de su tamaño y forma. Así, moléculas de DNA de diferente tamaño van a emigrar de
forma distinta en una electroforesis en gel de agarosa. Además, si en dicha electroforesis se aplican
marcadores de peso molecular (fragmentos de DNA de tamaño conocido) se puede calcular el tamaño
aproximado del DNA en estudio.

3. Ligadura de ADN. Proceso de acoplamiento de genes eliminados del ADN humano a piezas de ADN no
humano, como plásmidos, para facilitar el estudio de genes específicos. Dos fragmentos de ADN unidos
mediante ligadura forman ADN recombinante.

4. Plásmidos vectores. Se emplean para producir grandes cantidades del gen que se va a estudiar. El gen se
liga a un plásmido (que pasa a conocerse en este caso como plásmido recombinante) y se inserta en una
bacteria (el vector) mediante un proceso denominado transformación. El plásmido recombinante se replica en
el interior de la bacteria y aumenta, de ese modo, el ADN recombinante y el gen que transporta.

5. Cribado genómico Realización de una prueba de diagnóstico genético a toda la población o a un grupo
concreto para determinar si poseen algún gen o alteración cromosómica causante de una determinada
enfermedad en ellos o en su descendencia.

El objetivo del cribado genético es examinar a todos los miembros de una población, independientemente de
su historia familiar.

La realización de un Consejo Genético es imprescindible ante un hallazgo patológico y consiste en informar a


la persona afecta sobre las posibles consecuencias para él o su descendencia de los resultados de un análisis
cribado genéticos y sus ventajas y riesgos y, en su caso, para asesorarla en relación con las posibles
alternativas derivadas del análisis.

I. Test genéticos. 1.1. Cribado genético neonatal.—Se trata en estos casos de un programa de salud pública de
cribado poblacional de recién nacidos dirigido a la identificación en individuos de determinantes genéticos,
para los cuales una intervención médica precoz pudiera conducir a la eliminación o reducción de la
mortalidad, morbilidad o discapacidades asociadas a tales determinantes. La efectividad de los programas de
cribado neonatal se basan en la existencia de pruebas diagnósticas rápidas y sensibles, en la existencia de
tratamientos efectivos y en que se lleve a cabo un cribado de patologías lo suficientemente frecuentes y graves
como para justificar el costo-efectividad del procedimiento.
El screening rutinario de recién nacidos para la detección de patologías relativamente frecuentes constituye el
diagnóstico genético mas comúnmente utilizado. En la mayoría de países desarrollados se lleva a cabo un
screening neonatal sistemático de la fenilcetonuria y del hipotiroidismo congénito.

1.2. Diagnóstico genético.—Se utiliza para diagnosticar o descartar una patología de origen genético. Puede
ser llevado a cabo a lo largo de toda la vida del individuo y en la mayoría de casos se utiliza para confirmar un
diagnóstico de sospecha, basado en sintomatología clínica.

1.3. Detección de portadores.—Se trata del diagnóstico de individuos portadores de una determinada
patología genética que no padecen las enfermedades pero que son susceptibles de pasarla a la descendencia.

1.4. Diagnóstico prenatal.—Se utiliza para detectar patología genética en el feto, durante la gestación. En caso
de feto afecto la pareja deberá decidir sobre la continuidad de la gestación.

1.5. Test predictivos y presintomáticos.—Este tipo de test se utilizan para detectar mutaciones genéticas
asociadas con alteraciones que aparecen tras el nacimiento, en ocasiones en la vida adulta. Los test predictivos
pueden identificar mutaciones asociadas a la probabilidad de desarrollar determinados tipos de cáncer o
enfermedades degenerativas. Los test genéticos pueden realizarse en distintos tipos de muestras tales como
sangre, pelo, piel, líquido amniótico u otros tipos de tejido.

INMUNOLOGÍA

Ciencia biológica que estudia todos los mecanismos fisiológicos de defensa de la integridad biológica del
organismo. Dichos mecanismos consisten esencialmente en la identificación de lo extraño y su destrucción.
La inmunología también estudia los factores inespecíficos que coadyuvan a los anteriores en sus efectos
finales. La inmunología es el estudio de los mecanismos de defensa del cuerpo. Los ámbitos de especial
relevancia para el sistema musculosquelético son las infecciones, los trasplantes, los tumores, los trastornos
autoimunitarios (p. ej., artritis reumatoide) y la remodelación ósea. Se han descrito dos tipos de respuestas
inmunitarias: inespecífica y específica.

Respuesta inmunitaria inespecífica. Reacción inflamatoria que comienza cuando se reconoce un antígeno
extraño. Puede surgir como resultado de una fractura, una lesión de partes blandas o un cuerpo extraño. Se
libera histamina con la consiguiente vasodilatación local (exudado), con células fagocitarias que digieren
enzimáticamente el «material ofensivo». La respuesta inflamatoria puede potenciarse por la activación del
sistema del complemento o suprimirse mediante medicación antiinflamatoria.

La respuesta inmune inespecífica es la primera barrera defensiva del organismo y no requiere sensibilización
previa. Este tipo de respuesta es mediada por células con capacidad fagocítica y células asesinas naturales.

La respuesta inespecífica representa la primera barrera defensiva del organismo y es de especial significación
frente a la protección del mismo ante infecciones y cáncer. Las células que mediatizan esta respuesta, son los
PMN neutrófilos y macrófagos, celulas que se caracterizan por activarse de forma inmediata siempre que
cualquier sustancia extraña penetra en el organismo, como, por ejemplo, después de una herida, en cuyo caso
estas células se movilizan hacia dicho foco, reconocen y toman contacto con la sustancia extraña, que
destruyen mediante el proceso de fagocitosis y posterior lisis intracelular. En el enfermo crítico, la ausencia o
disminucion funcional de este tipo de respuesta tiene especial significación y trascendencia como se verá en
detalle después. También en este tipo de respuesta participan las células asesinas naturales, conocidas como
natural killer o NK. Los mecanismos de defensa inespecíficos aportan un buen sistema de protección. Sin
embargo, en muchas ocasiones no es suficiente para defender eficazmente al organismo
Respuesta inmunitaria especifica

Abarca a las respuestas inmunitarias mediadas por células o por anticuerpos humorales. Las células
implicadas en las respuestas inmunitarias específicas (linfocitos T y B) surgen a partir de células
mesenquimales primitivas desde la médula ósea, linfocitos B maduros en los ganglios linfáticos; los linfocitos
T se originan en la médula ósea y atraviesan el timo durante el desarrollo fetal antes de pasar a los ganglios
linfáticos y la sangre. Los linfocitos T abarcan a los linfocitos T colaboradores, supresores y citolíticos. Los
antígenos evocan una respuesta inmunitaria. Los macrófagos y los monocitos son los responsables del
procesamiento de los antígenos para que sean capaces de estimular a los linfocitos. Éstos poseen la capacidad
exclusiva de montar las bases de reacciones específicas ante millones de antígenos potenciales. Lo consiguen
reconfigurando sus genes (lo que ninguna otra célula puede hacer) para lograr diversidad antigénica y
producir de esta forma millones de anticuerpos.

La respuesta inmune específica se caracteriza porque es efectiva ante aquellos antígenos frente a los cuales se
ha iniciado y desarrollado. Este tipo de respuesta es mediada por los linfocitos. Los linfocitos son de dos
tipos: linfocitos B y linfocitos T. Los linfocitos T, a su vez, pueden ser linfocitos T colaboradores (Th),
linfocitos T citotóxicos (Tc) y por algunos autores tambien se proponen los linfocitos T
supresores/reguladores (Ts).

CARACTERÍSTICAS RESPUESTA INMUNE ESPECÍFICA

La respuesta inmune especifica se caracteriza por ser de caracter clonal, especifica, desarrollar memoria y ser
regulable.

Especificidad. Se sabe que cada antígeno estimula solo a aquel linfocito o grupo de linfocitos que han
desarrollado y en consecuencia poseen en su membrana los receptores capaces de reconocer y unirse
específicamente a él. Estos receptores, tal como se ha indicado anteriormente, son las inmunoglobulinas de
superficie cuando se trata de linfocitos B o el TcR cuando se trata de linfocitos T.

Clonalidad. Cuando un linfocito o grupo de linfocitos es activado, este prolifera y se diferencia en múltiples
cedulas derivadas, todas ellas con idénticos receptores de superficie. se dice entonces que todas estas cedulas
constituyen lo que se denomina clon celular. Tanto la especificidad como la clonalidad de la respuesta inmune
fue originariamente definidos en los años cincuenta por varios inmunólogos entre los que se encontraba
Burnet y se conoció después por la teoría de selección clonal de Burnet. Esta teoria decía que cada antígeno
estimulará a aquel linfocito o grupo de linfocitos que poseen en su membrana receptores capaces de reconocer
y unirse específicamente a él y que como consecuencia se producía su proliferación y diferenciación en
células con las mismas características de reconocimiento que los linfocitos originales.

Memoria Inmunológica. Otra característica importante de este tipo de repuesta es que el organismo mantiene
memoria de un estímulo a otro cuando son de la misma índole. Eso se debe a la permanencia de linfocitos
sensibilizados de larga vida después de un estímulo antigénico.

Regulación. Este tipo de respuesta dispone de mecanismos internos de control, de tal forma que la intensidad
de la misma se regula por acción de diversos tipos de moléculas entre las que destacan las inmunoglobulinas y
sobre todo las citocinas.

La respuesta inmune especifica, se considera que puede ser de dos tipos: humoral y celular. Aunque la
separación de ambos tipos de respuesta es mas de tipo didáctico que real, en general se considera que cuando
el elemento efector final son las inmunoglobulinas formadas por los linfocitos B se trata de una respuesta tipo
humoral, mientras que cuando participan los linfocitos T tanto colaboradores (Th) como citotóxicos (Tc), se
trata de una respuesta tipo celular.

Para que se inicie una u otra respuesta inmune se requiere el reconocimiento del antígeno y activación de los
linfocitos. Los linfocitos B reconocen el antígenos mediante inmunoglobulinas de membrana (Igs) mientras
que los linfocitos T lo reconocen mediante una estructura especializada a tal fin conocida como receptor de
linfocitos T (TcR). Para que los linfocitos se activen, se requiere además del reconocimiento del antígeno por
los receptores T, la participación de otras moléculas como son las moléculas accesorias y las interleucinas. Si
participa solo el RcT se produce una anergia (no respuesta).

Respuesta inmune humoral

La ausencia de este tipo de respuesta deja al individuo tan indefenso frente a toda clase de gérmenes
patógenos y otras agresiones, que es incompatible con la vida si no se instaura a tiempo un tratamiento
adecuado.

La respuesta inmune humoral es mediatizada por los linfocitos B, que como se ha dicho anteriormente
reconocen al antigeno a través de las inmunoglobulinas de membrana. Sin embargo este estímulo no es
suficiente para que se inicien los procesos de proliferación de estas células. Para ello es necesario que los
linfocitos B además del estimulo antigénico reciban el estimulo de ciertas interleucinas.

El elemento efector final de la respuesta humoral son las inmunoglobulinas. El termino inmunoglobulina fue
propuesto por Heberman para designar a todas las sustancias con capacidad de anticuerpo, esto es con
capacidad de anteponerse al antigeno. Las inmunoglobulinas son de cinco clases: inmunoglobulina M (IgM),
inmunoglobulina A (IgA), inmunoglobulina G (IgG), inmunoglobulina D (IgD) e inmunoglobulina E (IgE).
Las inmunoglobulinas tienen la propiedad de unirse específicamente al antígeno que indujo su formación.

Tras la unión antígeno-anticuerpo (Ag-Ac), las sustancias extrañas (o antígenas) son destruídas por las
inmunoglobulinas a través de mecanismos, que pueden ser diferentes según el tipo de inmunoglobulina que
participa. Esto se debe a que aunque las distintas clases de inmunoglobulinas tienen una estrucutura igual en
ciertas partes de la molecula, en otras partes presentan una estrucura distinta. Podemos decir que las
inmunoglobulinas, al detectar al antígeno y unirse a el, actúan como transductores de la información de la
presencia de los mismos, que serán posteriormente destruidos por el mecanismo más idoneo, en el que
colaborarán además del propio anticuerpo el sistema del complemento, macrófagos, los polimorfonucleares o
células K.

El término complemento engloba, una gran variedad de proteinas, que interactúan en un determinado orden,
se representan por C' y se encuentran en el suero. Cuando se produce la activación del C' se pone en marcha
una serie de reacciones, en forma de "cascada", de tal forma que se van generando productos activos que
además de influir en que la reacción prosiga tienen diferentes acciones biológicas importantes en la defensa
del organismo.

1.2.2. Respuesta inmune celular

La respuesta inmune de tipo celular cubre una importante función como mecanismo inmunológico de defensa,
actuando principalmente frente a bacterias y virus, así como evitando la aparición y desarrollo de células
tumorales. Sin embargo, este tipo de respuesta representa una seria limitación en la práctica de trasplantes por
ser el principal mecanismo implicado en el rechazo de los mismos.

La respuesta inmune de tipo celular es compleja en sus efectos y acciones finales, así como en su iniciación y
desarrollo. En ella participan esencialmente los linfocitos T colaboradores y citotóxicos. Tal como se ha dicho
anteriormente, los linfocitos reconocen el antigeno mediante el receptor T (TcR) y lo hacen solo cuando el
antigeno es degradado y procesado en el interior de las células presentadoras de antígeno (APC) y su
determinantes antigéncios son expuestos en la superficie de estas células en el seno de una molécula del
complejo principal de histocompatibilidad.

Las moléculas del Complejo Mayor de Histocompatibilidad (MHC) son una serie de glicoproteínas presentes
en las membranas de todas las células nucleadas, entre las que se encuentran las células inmunocompetentes.
estas moléculas son esencialmente de dos tipos o clases, clase I y clase II y tienen entre otras funciones las de
presentar el antígeno a los linfocitos así como participar en el proceso de maduración de los linfocitos en el
timo.

Las células presentadoras de antígeno tienen como misión captar, procesar y presentar el antígeno a los
linfocitos T. El reconocimiento del antígeno por las células T exige que previamente sea procesado
proteolíticamente en el interior de las células presentadoras de antígeno. Aunque existen excepciones, la
separación de las funciones de los linfocitos T colaboradores CD4+ y CD8+ viene dada por el origen de los
antígenos que reconocen y, en último término, por donde han sido procesados por vía exógena en el sistema
endosomal de las células presentadoras de antígeno y expresados en superficie por el producto de los genes
MHC de clase II. Los linfocitos citolíticos CD8+ reconocen a los antígenos que han sido procesados
endógenamente en el citosol de la célula infectada y presentados en superficie por moléculas MHC de clase I,
mientras que los linfocitos CD4+ interaccionan con el antígeno en el conctexto de moléculas de case II.

Este fenómeno se conoce como restricción por el MHC, es decir, que el TcR que reconoce especificamente el
antigeno ha de encontrarlo presentado en el contecto de moleculas MHC propias. En el proceso de
reconocimiento e interaccion de una celula con otra intervienen, además, toda una serie de moléculas
llamadas moléculas accesorias que se encuentran bien en la superficie de los linfocitos T o en las células
presentadoras de antígeno. Estas moléculas interaccionan entre sí o con otros ligandos reforzando la unión
entre el receptor de las células T y el complejo MHC-péptido e incrementando así la adherencia intercelular y
su afinidad.

Cuando tiene lugar el reconocimiento antigénico entre el TcR y la molécula MHC que porta el antígeno, se
desencadena una cascada de reacciones bioquímicas en el citoplasma de la célula T, dando así lugar al
proceso de activación, proliferación y diferenciación celular. Estos mecanismos implican la participación de
una serie de sustancias intracitoplasmáticas, conocidas como segundos mensajeros y que son ciertas
sustancias de caracter lipídico y proteínas que adquieren sus caracter funcional al fosforilizarse esencialmente
en los aminoacidos serina y treonina. Como consecuencia de estos eventos se predecirá finalmente la
activación de la transcripción de los genes implicados en la síntesis de la proteína y factor implicado en una
determinada función, tal como la síntensis de interleucina 2 u otros factores.

La consecuencia final de este tipo de respuesta es la formación de cedulas Th activas productoras de


inteleucinas y celulas citotóxicas (CTL) que posen capacidad de lisar a las cedulas que portan el antigeno que
indujo su activación. Este tipo de respuesta requiere varios días para su desarrollo. Ante, por ejemplo, un
contagio viral, la acción del interferón y de las celulas NK antecede al de las células CTL.
La inmunidad humoral cuenta con unas moléculas presentes en la sangre y en las secreciones mucosas, que
reciben el nombre de anticuerpos, producidas por los linfocitos B. Los anticuerpos reconocen los antígenos
microbianos, neutralizan la infecciosidad de los microorganismos y los marcan para su eliminación por los
fagocitos y el sistema del complemento. La inmunidad humoral es el principal mecanismo de defensa contra
los microbios extracelulares y sus toxinas (p. ej., en las luces de los sistemas digestivo y respiratorio y en la
sangre) debido a que los anticuerpos secretados pueden unirse a ellos y contribuir a su destrucción.

Respuesta inmunitaria por anticuerpos humorales

(Fig. 1-87). Están implicados los linfocitos B, que sediferencian a células plasmáticas para producir
inmunoglobulinas contra antígenos específicos. Los linfocitos B se asocian con inmunoglobulinas y con el
sistema del HLA, mientras que los linfocitos T no lo hacen. Las inmunoglobulinas son producidas por las
células plasmáticas en una configuración en «Y»(Fig. 1-88). Se han descrito cinco clases de
inmunoglobulinas. a. IgA. Mucosas. b. IgM. Son las que se producen antes en el feto; las de mayor tamaño; el
FR es una IgM. c. IgG. La más abundante; surge en respuesta a una infección. d. IgD. Actúa como receptor. e.
IgE. Respuestas alérgicas.

Por su parte, la inmunidad celular queda a cargo de los linfocitos T. Muchos microbios son ingeridos por los
fagocitos y sobreviven en su interior, y algunos microbios, sobre todo los virus, infectan a varias células del
hospedador y se replican en ellas. En estos lugares los microbios son inaccesibles a los anticuerpos
circulantes. La defensa contra estas infecciones corresponde a la inmunidad celular, que fomenta la
destrucción de los microorganismos residentes en los fagocitos o la eliminación de las células infectadas para
suprimir los reservorios de la infección.
Citosinas

Proteínas (o glucoproteínas) que son productos celulares secretados en respuesta a un antígeno extraño. Son
producidas por los linfocitos T y regulan las respuestas inflamatoria e inmunitaria. Se han descrito cuatro
categorías amplias de citoquinas:

1. Interferones

2. Factores del crecimiento

3. Factores estimulantes de las colonias

4. Interleuquinas

Las citoquinas (también denominadas citocinas) son proteínas que regulan la función de las células que las
producen sobre otros tipos celulares. Son los agentes responsables de la comunicación intercelular, inducen la
activación de receptores específicos de membrana, funciones de proliferación y diferenciación celular,
quimiotaxis, crecimiento y modulación de la secreción de inmunoglobulinas. Son producidas
fundamentalmente por los linfocitos y los macrófagos activados, aunque también pueden ser producidas por
leucocitos polimorfonucleares (PMN), células endoteliales, epiteliales, adipocitos, del tejido muscular
(miocitos) y del tejido conjuntivo. Las citoquinas secretadas por linfocitos se llaman linfocinas, aquellas
producidas por macrófagos (Mf) son monocinas, etc. (dependiendo del tipo de célula). Su acción fundamental
consiste en la regulación del mecanismo de la inflamación. Hay citoquinas proinflamatorias y
antiinflamatorias.
Sistema de complemento:

El sistema del complemento es un mecanismo de defensa cuya misión principal es eliminar patógenos de la
circulación. Existen tres vías de activación: clásica, alternativa y de las lectinas. La importancia de este
sistema se manifiesta porque la ausencia o anomalías en algún componente pueden causar enfermedades
graves e incluso letales.

El sistema del complemento forma parte de esta inmunidad innata y es uno de los sistemas de defensa más
antiguos, habiéndose detectado su presencia en vertebrados como la lamprea y en algunos invertebrados. En
mamíferos este sistema funciona como uno de los principales mecanismos de defensa y su principal misión es
la eliminación de patógenos. Es también un arma de doble filo, pues su ausencia puede ocasionar una
susceptibilidad importante a infecciones, pero su activación en exceso también puede resultar dañina.
Pertenece a los sistemas de activación de los que disponen los vertebrados en la circulación sanguínea. Cada
uno de ellos consta de una serie de proteínas coordinadas en sus funciones como los miembros de un equipo
de una carrera de relevos. Estos sistemas se activan gradualmente, en cascada, y sus diversos integrantes
interaccionan entre sí. En condiciones normales, las proteínas están en forma inactiva, pero una señal
específica, hace que se active la primera de ellas, quien a su vez activa a la segunda, y así sucesivamente. Los
últimos miembros del equipo son los que realizan las funciones efectoras, como formar un coágulo,
deshacerlo cuando ya no es necesario, ampliar la luz de los vasos e incrementar la permeabilidad capilar, y en
el caso del complemento que nos ocupa eliminar patógenos y células infectadas.

Se han descrito tres vías de activación del sistema del complemento: la vía clásica, la alternativa, y la de las
lectinas (Figura 1), que se diferencian tanto en el mecanismo desencadenante de la activación como en sus
componentes iniciales. En general, los integrantes de este sistema se nombran con una C seguida de un
número que indica el orden de participación en la cascada (del 1 al 9). Las tres vías tienen un acontecimiento
común que consiste en la formación de la C3 convertasa, enzima capaz de convertir C3 en C3b y C3a.

La vía clásica se activa fundamentalmente por complejos antígeno-anticuerpo. Es un proceso espontáneo, que
ocurre continuamente en la circulación y es controlado por el principal regulador de esta vía, el inhibidor de
C1, una proteína altamente glicosilada que actúa como un inhibidor de distintas proteasas que pertenecen a los
diferentes sistemas de activación. La vía de las lectinas se activa por la presencia de ciertos azúcares
(mananos) que aparecen en la superficie de las bacterias. La vía alternativa no necesita anticuerpos para
activarse, por lo que es un mecanismo innato de defensa muy importante en los estadios iniciales de una
infección.

Cuando la activación llega hasta el final tiene lugar la lisis celular (destrucción de la célula), proceso en el que
intervienen los componentes de C5 hasta C9. Esta fase final de la cascada tiene como resultado la formación
de grandes poros en la membrana, alterándose el equilibrio osmótico y destruyendo el agente patógeno o la
célula afectada.

Inmunogenética

Ciencia biológica que estudia todos los mecanismos fisiológicos de defensa de la integridad biológica del
organismo. Dichos mecanismos consisten esencialmente en la identificación de lo extraño y su destrucción.
La inmunología también estudia los factores inespecíficos que coadyuvan a los anteriores en sus efectos
finales.

Trasplante:
En la medicina, un trasplante, o injerto es un tratamiento médico complejo que consiste en sustituir un órgano
que está enfermo y que pone en peligro la vida de una persona, por otro que funcione adecuadamente
proveniente de otra.

En función de la relación existente entre donante y receptor, se distinguen los siguientes tipos de trasplantes:

Autoinjerto o autólogo: El donante en cuestión y el receptor son el mismo individuo. Entonces no existe
ningún problema con la incompatibilidad, porque el injerto y el receptor son genéticamente idénticos.

Isotrasplante o trasplante singénico: El donante y el receptor son individuos distintos, pero genéticamente
idénticos, como gemelos univitelinos. Casi no hay riesgo de rechazo.

Alotrasplante u homotrasplante: El donante y el receptor son genéticamente distintos y de la misma


especie. Este es el tipo de trasplante más común de células, tejidos y órganos entre humanos. Para evitar el
rechazo generalmente se necesita tener en cuenta la inmunocompatibilidad entre donante y receptor. En la
mayoría de casos es necesario seguir tomando fármacos inmunosupresivos por la vida del injerto.

Xenotrasplante, heterotrasplante o trasplante xenogénico: El donante y el receptor son individuos de


diferentes especies. Por ejemplo, los reemplazos valvulares pueden usar válvulas bovinas o porcinas.

Oncología:

La oncología es la rama de la medicina que estudia y trata las neoplasias, con especial atención a los tumores
malignos o cáncer.

El cáncer es una enfermedad caracterizada por un crecimiento celular anormal y descontrolado debido a una
lesión en el ADN de la célula. Las estrategias moleculares frente al cáncer intentan descubrir los mecanismos
por los que las células normales se convierten en células cancerosas. Existen numerosos mecanismos que
pueden lesionar a las células normales y dar lugar a una neoplasia, como una mutación puntual en el ADN,
una deleción génica o una translocación cromosómica (lo que da lugar a una reconfiguración génica).

1. Oncogenes. Son genes que controlan el crecimiento. La expresión inadecuada de un oncogén causa un
crecimiento celular sin regulación, como se observa en las células cancerosas. Es un gen anormal o activado
que procede de la mutación de un alelo de un gen normal llamado protooncogén. Los oncogenes son los
responsables de la transformación de una célula normal en una maligna que desarrollará un determinado tipo
de cáncer.

Dentro de cada célula de nuestro cuerpo hay una clase de genes conocidos como proto-
oncogenes. Los Proto-oncogenes desempeñan un papel importante en el control de la división
celular y la muerte celular durante nuestro crecimiento y desarrollo. Sin embargo, si un proto-
oncogén se muta, o la célula hace copias adicionales de ese proto-oncogén, puede super-activarse
y producir una división celular descontrolada. De esta manera un proto-oncogén contribuye al
desarrollo de una célula de cáncer partiendo de una célula normal. Una vez que un proto-oncogén
es activado por una mutación, se le demonima oncogén. Por ello la activación de oncogenes, que
es un tipo de lesión genética, contribuye al desarrollo de un tumor.

2. Antioncogenes (genes supresores tumorales). Suprimen el crecimiento en las células lesionadas para inhibir
a los tumores.
3. Metástasis. Es una secuencia de acontecimientos para que las células tumorales primarias causen metástasis
en un órgano a distancia.

a. Secuencia de acontecimientos.

(1) Crecimiento progresivo del tumor primario.

(2) Neo vascularización del tumor.

(3) Erosión e invasión de la membrana basal.

(a) Las metaloproteinasas de la matriz tienen la capacidad para degradar el colágeno de tipo IV, que se
encuentra presente en la membrana basal (v. Tabla 1-20).

(b) Se cree, por lo tanto, que las metaloproteinasas de la matriz son de importancia en las metástasis de las
células tumorales.

(4) Entrada de las células tumorales en los vasos sanguíneos adyacentes.

(5) Desprendimiento de las células desde el tumor primario.

(6) Embolización de las células tumorales hacia la circulación general.

(7) Acoplamiento de las células tumorales en un foco a distancia.

(8) Invasión hacia las paredes del vaso, con migración hacia el parénquima circundante.

(9) Crecimiento tumoral progresivo en el foco nuevo.

Concepto de inmunidad: Conjunto de mecanismos de defensa de los animales frente a agentes externos
extraños. Se adquiere al nacer, y va madurando y consolidándose durante los primeros años de vida.

Respuesta inmune: Actuación integrada de un gran número de mecanismos heterogéneos de defensa contra
sustancias y agentes extraños. En general, a las sustancias extrañas se las denomina como antígenos, y son
ellos los que desencadenan en el organismo una serie de eventos celulares que provocan la producción\n de
los mecanismos de defensa. Como veremos, los mecanismos de respuesta tienen una componente celular y
otra molecular.

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