13/7/2020 El analista y lo social: una política del vacío | Hospitales - ElSigma

     

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  Lo social es el campo de las identificaciones. Todo se ordena y organiza a partir de
identificaciones. La política, incluso —en sentido amplio—, organiza el mundo en torno a
identificaciones, lo que quiere decir que construye y lee el mundo en torno a
identificaciones. Por ejemplo: los buenos y los malos, los conservadores y los
progresistas, los explotadores y los explotados, los idealistas, los revolucionarios, los
corruptos y los honestos, etc. Incluso, cualquier charla “social” de pasillo procede igual: Del mismo autor
identificando al otro, identificándose.
No se puede evitar ordenar el caos del mundo de determinada manera, aunque » Cuando no se puede ser uno entre
hay mejores y peores maneras de hacerlo. Por otro lado, cada orden discursivo que se otros
arma vehiculiza determinadas consecuencias. Por lo tanto, no es lo mismo un orden
discursivo que otro. Pero no dejemos de señalar, que por estructura todo orden
discursivo en un punto es segregativo. Búsquedas relacionadas
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Hay algo previo a las identificaciones

El psicoanálisis, señala Miller, “supone la hipótesis de un sujeto anterior a la

identificación” (1). Un sujeto previo a la captura identificatoria. Por eso, cuando un
individuo se presenta del lado del ser y dice, por ejemplo, “Soy adicto”, el analista le
pregunta, “¿desde cuándo?”. Ese es el des-ser al que apunta la intervención analítica.
Supone un más allá de la identificación.
En psicoanálisis hablamos de identificaciones y no de identidad, porque el
psicoanálisis no sostiene una consistencia del ser, sino una inconsistencia: una
incompletud estructural.
El problema es que el sujeto nada quiere saber del vacío, y busca constantemente
identificaciones que definan su ser, y también que definan a los otros. De ahí el éxito de
toda propuesta que ayude al sujeto a colmar el vacío.

Un común distinto del para todos.

Como venimos sosteniendo, hay un más allá de las identificaciones. Lo que

tenemos en común los seres hablantes, sexuados y mortales, no son sólo
identificaciones. Si no estaríamos condenados eternamente a la psicología de las masas,
es decir, a la lógica del “para todos”. Sin olvidar que desde esa lógica siempre hay un
elemento que hace excepción, con las consecuencias segregativas que ello implica. El
desafío, creemos, consiste en poder pensar lo común y la igualdad, desde la diferencia
absoluta, es decir, desde la lógica de “no-todo”, en su infinitud inconsistente.

https://www.elsigma.com/hospitales/el-analista-y-lo-social-una-politica-del-vacio/12890 1/3
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Jorge Alemán se pregunta, en su libro Soledad: común, por aquello que sería
común a todos. Se pregunta por un punto común diferente al “para todos”
homogeneizante de la “psicología de las masas”, para concluir que la matriz de “lo
común” procede del encuentro traumático, solitario, con lo real de Lalengua. “Ser
africano, ser árabe, ser latinoamericano pertenecen al Universal, que siempre es ya una
deriva segunda con respecto a la primera pertenecía del ser hablante al Común de la
lengua” (2). Se trata de algo previo a las identificaciones constituyentes.
Resumiendo, hay un común diferente y previo a las identificaciones. Nos parece
que esta conclusión es importante para orientarse desde el psicoanálisis en el campo
social, para no extraviarse en el mundo de las identificaciones y para tratar de captar en
lo real de la práctica —y más allá de los imaginarios— esa soledad singular, esa soledad
incomparable de cada uno; esa soledad: común.

El vacío

¿Qué entendemos por vacío? En principio aquello que no es del orden del ser, del
semblante. La castración, la no relación sexual son nombres del vacío. Lo real, si lo
definimos como aquello que no tiene nombre, por supuesto también lo es.
El vacío es aquello que no se historiza, aquello que solo queda referido por lo
imposible de decir; aquello que divide y agujerea a la subjetividad, impidiéndole toda
identidad consigo misma.
El vacío es aquello que no puede representarse, aquello que escapa por estructura
a lo simbólico y a lo imaginario. Aquello que hace frontera al decir, ayer, hoy y siempre.
Hay algo en la sexualidad y en la muerte, como sabemos, que hace frontera al decir, y
eso es más allá de todo relativismo cultural y de cualquier época.
Pero si proponemos una política del vacío, es porque creemos que un “buen uso
del vacío” propicia la invención.
François Cheng, discípulo chino con quien Lacan estudio el Tao de Lao Tsé, cuenta
de sus encuentros con Lacan. Tao quiere decir “camino”, “vía” pero también “hacer”,
“decir”, “enunciar”. François Cheng cuenta que la pregunta de Lacan era como mantener
junto “lo que tiene nombre” con aquello “que no tiene nombre”; y concluyen que eso es
posible por lo que llaman “el vacío medio”. El “vacío medio” es lo que separa dos cosas
pero a su vez es lo que las mantiene juntas; es una versión del litoral. (3)
El vacío oriental que François Cheng aclara en su libro El vacío en la pintura china,
no debe ser considerado como un noúmeno o un fenómeno, sino que es lo que otorga la
posibilidad del cuadro; pero no solo es la condición para que surja el color, el trazo y la
pintura, sino que el vacío es también el “soplo vital” que anima el cuerpo. (4)
La cuestión es cómo introducir un vacío vital en las instituciones que habitamos;
un vacío que ayude a que nuevos cuadros de situación puedan emerger

Para concluir

Teniendo en cuenta lo antes desarrollado, qué puede propiciar el analista inmerso

en lo social:
—Intervenir en los grupos introduciendo el “no-todo”.
—Agujerear identificaciones comunes.
—Ayudar a un grupo o a una institución a soportar lo diferente, lo diverso y lo
incierto.
—Sostener un lugar éxtimo al sistema de la lengua común de cada lugar, estando
afuera y sin embargo adentro, para admitir y autorizar los sentidos nuevos que se
producen. Para decir que sí a las buenas invenciones.
—Señalar aquello que es del orden de lo Real.

Como señala Jorge Alemán: “Podemos ser muchos, pero eso no borra el vacío de
cada uno, no borra el “no hay”, y a la vez genera una trama colectiva. También
podemos decir que la gran experiencia del arte, del amor y de la amistad, es hacer algo
con el vacío, no colmarlo. Hemos de exigirle a la política lo que podemos exigirle al
amor, no que sea una experiencia que de la ilusión de colmar el vacío, sino que dé
posibilidad de afrontarlo y sobrellevarlo de la manera más digna posible” (5)
Hemos de orientar nuestras intervenciones dentro de los colectivos no propiciando
la ilusión de que el grupo colme el vacío, sino que el grupo dé la posibilidad de afrontarlo
y sobrellevarlo de la manera más digna posible.

Trabajo presentado en IX Jornadas de Salud Mental “La práctica hospitalaria”. Desafíos Éticos en
la Clínica. 7 y 8 de Agosto de 2014. Hospital Zonal General de Agudos “Gral. Manuel Belgrano”. El
presente texto es producto del grupo de estudio “El analista y lo social”, que desde principios del
2014 viene trabajando los desarrollos de Jorge Alemán en su aplicación clínica y social.
Coordinadores del grupo: Mercedes Buschini y Juan Mitre.
Juan Mitre es psicoanalista, ex-Jefe de Residentes, actualmente instructor de residentes de
Psicología del HZGA “Manuel Belgrano”, San Martín, Buenos Aires. Docente en Causa Clínica y en
la Escuela de Especialización en Psicoanálisis del Colegio de Psicólogos de la Prov. de Buenos
Aires, Distrito XV. Correspondencia a: mitrejuan@gmail.com.
Mercedes Buschini es psicoanalista, ex residente y ex Jefa de Residentes de psicología del HGZA
"Manuel Belgrano”, San Martín, Buenos Aires". Actualmente trabaja en el Centro de Atención
Familiar y de Salud (CAFyS), Troncos del Talar, Tigre. Correspondencia a:
mercedesbuschini@gmail.com

Notas

(1) Cf. MILLER, J-A, Un esfuerzo de poesía, Colofón N°25, Boletín de la Federación Internacional de
Bibliotecas de Campo Freudiano, 2005, p. 9.

https://www.elsigma.com/hospitales/el-analista-y-lo-social-una-politica-del-vacio/12890 2/3
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(2) Cf. ALEMÁN, J., Soledad: Común, políticas en Lacan, Capital Intelectual, Buenos Aires, 2012, p.
53.
(3) Cf. LAURENT, E., “El camino del psicoanalista”. En: MILLER, J.-A. et al., La experiencia de lo
real en la cura psicoanalítica, Paidós, Buenos Aires, 2008, p. 196.
(4) Cf. ALEMÁN, J., Jaques Lacan y el debate posmoderno, Filigrana, Buenos Aires, 2013, p. 135.
(5) Cf. ALEMÁN, J., Conjeturas sobre una izquierda lacaniana, Grama, Buenos Aires, 2013, p.34.  

Bibliografía

ALEMÁN, J., Conjeturas sobre una izquierda lacaniana, Grama, Buenos Aires, 2013.
ALEMÁN, J., Jaques Lacan y el debate posmoderno, Filigrana, Buenos Aires, 2013.
ALEMÁN, J., Soledad: Común, políticas en Lacan, Capital Intelectual, Buenos Aires,
2012.
LAURENT, E., “El camino del psicoanalista”. En: MILLER, J.-A. et al., La experiencia de lo
real en la cura psicoanalítica, Paidós, Buenos Aires, 2008.
MILLER, J.-A. et al., La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica, Paidós, Buenos
Aires, 2008.
MILLER, J-A, Un esfuerzo de poesía, Colofón N°25, Boletín de la Federación Internacional
de Bibliotecas de Campo Freudiano, 2005.

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