Está en la página 1de 76

PERLA

DE GRAN
PRECIO
LA
PERLA DE
GRAN PRECIO
UNA SELECCIÓN DE LAS REVELACIONES,
TRADUCCIONES Y NARRACIONES DE
JOSÉ SMITH

PRIMER PROFETA, VIDENTE Y REVELADOR DE


LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE
LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS
TABLA DE MATERIAS

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . V
Moisés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Abraham . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  32
Facsímile 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . .  32
Facsímile 2 . . . . . . . . . . . . . . . . . .  40
Facsímile 3 . . . . . . . . . . . . . . . . . .  47
José Smith—Mateo . . . . . . . . . . . . . . . .  49
José Smith—Historia . . . . . . . . . . . . . . . .  53
Artículos de Fe . . . . . . . . . . . . . . . . . .  70
INTRODUCCIÓN

L a Perla de Gran Precio es una selección de materias o temas de


gran valor que se relacionan con muchos aspectos importantes de
la fe y de la doctrina de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los
Últimos Días. El profeta José Smith tradujo y preparó estos temas y
la mayoría se publicaron en los periódicos de la Iglesia en su época.
La primera colección de escritos que apareció con el título de la
Perla de Gran Precio la hizo en 1851 el élder Franklin D. Richards, que
entonces era miembro del Consejo de los Doce y presidente de la Mi-
sión Británica. Se publicó con el propósito de que estos escritos impor-
tantes que se habían hecho circular en forma limitada en los días de
José Smith fuesen más accesibles al público. Al aumentar el número de
miembros de la Iglesia tanto en Europa como en América, hubo nece-
sidad de hacer asequibles estos temas. La Perla de Gran Precio llegó a
usarse en forma muy extensa, y subsiguientemente llegó a ser uno de
los libros canónicos de la Iglesia al ser aprobado por la Primera Presi-
dencia y por la conferencia general que se llevó a efecto en Salt Lake
City el 10 de octubre de 1880.
De acuerdo con las necesidades de la Iglesia, se han hecho varias
revisiones del contenido. En 1878 se agregaron partes del libro de
Moisés que no se hallaban en la primera edición. En 1902 se omitieron
ciertas partes de la Perla de Gran Precio en las que se repetían escritos
que se habían publicado también en Doctrina y Convenios. La divi-
sión en capítulos y versículos, con notas al pie de las páginas, se efec-
tuó en 1902. La primera publicación en páginas de dos columnas, y
con índice, se hizo en 1921. No se hizo ningún otro cambio hasta abril
de 1976, ocasión en que se añadieron dos revelaciones. En 1979 se qui-
taron esas dos revelaciones de la Perla de Gran Precio y se incluyeron
en Doctrina y Convenios, donde actualmente aparecen como las sec-
ciones 137 y 138. Se han hecho algunos cambios en la edición actual,
para que el texto esté más de acuerdo con los documentos anteriores.
A continuación aparece una breve introducción de la materia que
actualmente contiene:
1. � Selecciones del Libro de Moisés. Partes del libro de Génesis de la
traducción que José Smith hizo de la Biblia, obra que él comenzó
en junio de 1830.
2. � El Libro de Abraham. Una traducción inspirada de los escritos de
Abraham. José Smith comenzó la traducción en 1835 tras obte-
ner unos papiros egipcios. La traducción se publicó en serie en el
Introducción VI
periódico Times and Seasons, empezando el 1º de marzo de 1842
en Nauvoo, Illinois.
3. � José Smith—Mateo. Parte del testimonio de Mateo tomada de la
traducción que hizo José Smith de la Biblia (véase Doctrina y
Convenios 45:60–61, donde aparece el precepto divino de empe-
zar la traducción del Nuevo Testamento).
4. � José Smith—Historia. Selecciones del testimonio e historia oficial
de José Smith que él y sus escribientes prepararon en 1838–1839
y que se publicó en serie en el periódico Times and Seasons, en
Nauvoo, Illinois, empezando el 15 de marzo de 1842.
5. � Los Artículos de Fe de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últi-
mos Días. Una declaración de José Smith que se publicó en el pe-
riódico Times and Seasons el 1º de marzo de 1842, junto con una
breve historia de la Iglesia, y que llegó a conocerse popularmente
como la Carta de Wentworth.
SELECCIONES DEL

LIBRO DE MOISÉS
Partes de la traducción de la Biblia cual fue revelada a José Smith el
Profeta, entre junio de 1830 y febrero de 1831.

CAPÍTULO 1 pues, y te mostraré las obras de


(Junio de 1830) mis b manos; pero no todas, por­
que mis c obras son sin d fin, y tam­
Dios se revela a Moisés — Este es
bién mis e palabras, porque jamás
transfigurado — Moisés tiene una
cesan.
confrontación con Satanás — Moisés
5 Por consiguiente, ningún hom­
ve muchos mundos habitados — El
bre puede contemplar todas mis
Hijo ha creado mundos sin número —
obras sin ver toda mi gloria; y nin­
La obra y la gloria de Dios es llevar a
gún hombre puede ver toda mi
cabo la inmortalidad y la vida eterna
gloria y después permanecer en
del hombre.
la carne sobre la tierra.

L AS palabras de Dios, las cuales


 a habló a b Moisés en una ocasión
en que Moisés fue arrebatado a una
6 Y tengo una obra para ti, Moi­
sés, hijo mío; y tú eres a a seme­
janza de mi b Unigénito; y mi
montaña extremadamente alta, Unigénito es y será el c Salvador,
2 y a vio a Dios b cara a cara, y porque es lleno de d gracia y de
habló con él, y la c gloria de Dios e 
verdad; pero aparte de mí f no
cubrió a Moisés; por lo tanto, Moi­ hay Dios, y para mí todas las co­
sés pudo d soportar su presencia. sas están presentes, porque todas
3  Y Dios habló a Moisés, di­ las g conozco.
ciendo: He aquí, soy el Señor Dios 7 Y ahora bien, he aquí, te revelo
a 
Omnipotente, y b Sin Fin es mi solo esto, Moisés, hijo mío, porque
nombre; porque soy sin principio tú estás en el mundo, y ahora te
de días ni fin de años; ¿y no es lo muestro.
esto sin fin? 8 Y aconteció que Moisés miró,
4 He aquí, tú eres mi hijo; a mira, y vio el a mundo sobre el cual
1 1 a Alma 12:30; 3 a Apoc. 11:17; 19:6; GEE Palabra de Dios.
Moisés 1:42. 1 Ne. 1:14; DyC 121:4. 6 a Gén. 1:26; Éter 3:14–15;
b GEE Moisés. GEE Trinidad. Moisés 1:13–16.
2 a Éx. 3:6; 33:11; b Isa. 63:16; b GEE Unigénito.
TJS Éx. 33:20, 23 DyC 19:9–12; c GEE Salvador.
(Apéndice — Biblia); Moisés 7:35. d Juan 1:14, 17; Alma 13:9.
Juan 1:18; 6:46; GEE Sin Fin. GEE Gracia.
Éter 3:6–16; Moisés 1:11. 4 a Moisés 7:4. e Moisés 5:7.
b Núm. 12:6–8; b Moisés 7:32, 35–37. f 1 Rey. 8:60;
Deut. 34:10; DyC 17:1. c Sal. 40:5; DyC 76:114. Isa. 45:5–18, 21–22.
c Deut. 5:24; d Sal. 111:7–8; g 1 Ne. 9:6; 2 Ne. 9:20;
Moisés 1:13–14, 25. Moisés 1:38. Alma 18:32; DyC 38:1–2.
GEE Gloria. e 2 Ne. 9:16; GEE Omnisciente.
d GEE Transfiguración. DyC 1:37–39. 8 a Moisés 2:1.
Moisés 1:9–19 2
fue creado; y vio Moisés el mundo
b 
Porque, he aquí, yo soy un hijo de a 

y sus confines, y todos los hijos de Dios, a semejanza de su Unigénito.


los hombres que son y que fueron ¿Y dónde está tu gloria, para que
creados, de lo cual grandemente te adore?
se c maravilló y se asombró. 14 Porque he aquí, no hubiera
9 Y la presencia de Dios se apartó podido ver a Dios, a menos que
de Moisés, de modo que su gloria su gloria me hubiera cubierto y
ya no lo cubría; y Moisés quedó hubiera sido a transfigurado ante
a solas; y al quedar a solas, cayó él. Pero yo puedo verte a ti según
a tierra. el hombre natural. ¿No es verdad
10 Y sucedió que por el espacio esto?
de muchas horas Moisés no pudo 15 Bendito sea el nombre de mi
recobrar su a fuerza natural según Dios, porque su Espíritu no se ha
el hombre, y se dijo a sí mismo: apartado de mí por completo, y
Por esta causa, ahora sé que el por otra parte, ¿dónde está tu glo­
hombre no es b nada, cosa que yo ria?, porque para mí es tinieblas.
nunca me había imaginado. Y puedo discernir entre tú y Dios;
11 Pero ahora mis propios ojos pues él me dijo: a Adora a Dios,
han visto a a Dios; pero no mis ojos porque a él solamente b servirás.
b 
naturales, sino mis ojos espiri­ 16 Vete de aquí, Satanás; no me
tuales; porque mis ojos naturales engañes; porque Dios me dijo: Eres
no hubieran podido ver; porque a a semejanza de mi Unigénito.
habría c desfallecido y me habría 17 Y también me dio manda­
d 
muerto en su presencia; mas su mientos cuando me habló desde
gloria me cubrió, y vi su e rostro, la a zarza que ardía, diciendo: b In­
porque fui f transfigurado delante voca a Dios en el nombre de mi
de él. Unigénito y adórame.
12 Y aconteció que cuando Moi­ 18 Y añadió Moisés: No cesaré de
sés hubo pronunciado estas pala­ clamar a Dios; tengo otras cosas
bras, he aquí, a Satanás vino para que preguntarle: porque su glo­
b 
tentarlo, diciendo: Moisés, hijo ria ha estado sobre mí; por tanto,
de hombre, adórame. puedo discernir entre tú y él. Retí­
13 Y sucedió que Moisés miró a rate de aquí, Satanás.
Satanás, y le dijo: ¿Quién eres tú? 19  Y cuando Moisés hubo
8 b Moisés 1:27. c Éx. 19:21. Heb. 12:9;
c Sal. 8:3–4. d Éx. 20:19. 1 Juan 3:2.
10 a Dan. 10:8, 17; e Gén. 32:30; 14 a GEE Transfiguración.
1 Ne. 17:47; Moisés 7:4. 15 a Mateo 4:10.
Alma 27:17; f Mateo 17:1–8. GEE Adorar.
JS—H 1:20. GEE Transfiguración. b 1 Sam. 7:3;
b Dan. 4:35; 12 a Moisés 4:1–4. 3 Ne. 13:24.
Hel. 12:7. GEE Diablo. 16 a Moisés 1:6.
11 a GEE Trinidad. b Moisés 6:49. 17 a Éx. 3:2.
b DyC 67:10–13; GEE Tentación, tentar. b Moisés 5:8.
Moisés 6:36. 13 a Sal. 82:6;
3 Moisés 1:20–31
pronunciado estas palabras, Sa­ porque lo cubrió; y oyó una voz
tanás gritó en alta voz y bramó que decía: Bendito eres, Moisés,
sobre la tierra, y mandó y dijo: Yo porque yo, el Omnipotente, te he
soy el a Unigénito, adórame a mí. escogido, y serás más fuerte que
20 Y aconteció que Moisés em­ muchas a aguas, porque estas obe­
pezó a temer grandemente; y al decerán tu b mandato cual si fue­
comenzar a temer, vio la amar­ ses c Dios.
gura del a infierno. No obstante, 26 Y he aquí, estoy contigo hasta
b 
clamando a Dios, recibió fuerza, el fin de tus días, porque a librarás
y mandó, diciendo: Retírate de mí, de la b servidumbre a mi pueblo, sí,
Satanás, porque solamente a este a c Israel mi d escogido.
único Dios adoraré, el cual es el 27 Y sucedió, mientras la voz aún
Dios de gloria. hablaba, que Moisés fijó los ojos
21 Y entonces a Satanás comenzó y a vio la tierra, sí, la vio toda; y
a temblar, y se estremeció la tierra; no hubo partícula de ella que no
y Moisés recibió fuerza, e invocó viese, discerniéndola por el Espí­
a Dios, diciendo: En el nombre ritu de Dios.
del Unigénito, retírate de aquí, 28 Y también vio a sus habitan­
Satanás. tes; y no hubo una sola alma que
22 Y ocurrió que Satanás gritó no viese; y pudo discernirlos por
en voz alta, con lloro, y llanto, y el Espíritu de Dios; y grande era
a 
crujir de dientes; y se apartó de su número, sí, incontables como
allí, sí, de la presencia de Moisés, las arenas sobre la playa del mar.
de modo que no lo vio más. 29 Y vio muchas regiones; y cada
23 Y Moisés dio testimonio de una se llamaba a tierra, y había ha­
esto; pero no existe entre los hijos bitantes sobre la faz de ellas.
de los hombres por motivo de la 30 Y sucedió que Moisés imploró
iniquidad. a Dios, diciendo: Te ruego que me
24 Y cuando Satanás se hubo re­ digas, ¿por qué son estas cosas así,
tirado de la presencia de Moisés, y por qué medio las hiciste?
sucedió que este levantó los ojos 31 Y he aquí, la gloria del Se­
al cielo, estando lleno del a Espí­ ñor cubrió a Moisés, de modo
ritu Santo, el cual da testimonio que Moisés estuvo en la presen­
del Padre y del Hijo, cia de Dios y habló con él a cara
25 e invocando el nombre de a cara. Y Dios el Señor le dijo a
Dios, de nuevo vio su gloria, Moisés: Para mi propio b fin he
19 a Mateo 24:4–5. 25 a Éx. 14:21–22. d GEE Escogido (adjetivo
20 a GEE Infierno. b GEE Poder; o sustantivo).
b JS—H 1:15–16. Sacerdocio. 27 a DyC 88:47; Moisés 1:8.
GEE Oración. c Éx. 4:16. GEE Visión.
21 a GEE Diablo. 26 a Éx. 3:7–12. 29 a GEE Tierra.
22 a Mateo 13:41–42; b 1 Ne. 17:23–25. 31 a Deut. 5:4; Moisés 1:11.
Mos. 16:1–3. c 1 Rey. 8:51–53. b Isa. 45:17–18;
24 a GEE Espíritu Santo. GEE Israel. 2 Ne. 2:14–15.
Moisés 1:32–42 4
hecho estas cosas. He aquí sabi­ hombre; pero para mí están con­
duría, y en mí permanece. tados, porque son míos.
32 Y las he creado por la a pala­ 38 Y así como dejará de existir
bra de mi poder, que es mi Hijo una tierra con sus cielos, así apa­
Unigénito, lleno de b gracia y de recerá otra; y no tienen a fin mis
c 
verdad. obras, ni tampoco mis palabras.
33  Y he a creado b incontables 39 Porque, he aquí, esta es mi
mundos, y también los he creado a 
obra y mi b gloria: Llevar a cabo
para mi propio fin; y por medio la c inmortalidad y la d vida eterna
del Hijo, que es mi c Unigénito, los del hombre.
he creado. 40 Y ahora, Moisés, hijo mío, yo
34 Y al a primer hombre de todos te hablaré acerca de esta tierra, so­
los hombres he llamado b Adán, bre la cual te hallas; y tú a escribirás
que es c muchos. las cosas que yo hablaré.
35 Pero solamente te doy un re­ 41 Y en el día en que los hijos de
lato de esta tierra y sus habitantes. los hombres menosprecien mis pa­
Porque he aquí, hay muchos mun­ labras y a quiten muchas de ellas
dos que por la palabra de mi poder del libro que tú escribas, he aquí,
han dejado de ser. Y hay muchos levantaré a otro b semejante a ti, y
que hoy existen, y son incontables de nuevo c existirán entre los hi­
para el hombre; pero para mí todas jos de los hombres, entre cuantos
las cosas están contadas, porque creyeren.
son mías y las a conozco. 42 (Estas palabras le fueron a de­
36 Y aconteció que Moisés habló claradas a Moisés sobre el monte,
al Señor, diciendo: Sé misericor­ el nombre del cual no se sabrá
dioso para con tu siervo, oh Dios, entre los hijos de los hombres; y
y dime acerca de esta tierra y sus ahora te son declaradas a ti. No las
habitantes, y también de los cie­ muestres a nadie sino a quienes
los; y entonces quedará conforme creyeren. Así sea. Amén).
tu siervo.
CAPÍTULO 2
37 Y Dios el Señor habló a Moi­
(De junio a octubre de 1830)
sés, diciendo: Los a cielos son mu­
chos, y son innumerables para el Dios crea los cielos y la tierra — Toda
32 a Juan 1:1–4, 14; c Moisés 1:6. GEE Plan de redención.
Heb. 1:1–3; 34 a Moisés 3:7. b GEE Gloria.
Apoc. 19:13; Jacob 4:9; b Abr. 1:3. c GEE Inmortal,
Moisés 2:1, 5. GEE Adán. inmortalidad.
GEE Jesucristo. c Moisés 4:26; 6:9. d GEE Vida eterna.
b Sal. 19:1; 35 a Moisés 1:6; 7:36. 40 a 2 Ne. 29:11–12.
Moisés 5:7–8. GEE Omnisciente. 41 a 1 Ne. 13:23–32;
GEE Gracia. 37 a Abr. 4:1. Moisés 1:23.
c GEE Verdad. GEE Cielo. b 2 Ne. 3:7–19.
33 a GEE Creación, crear. 38 a Moisés 1:4. c 1 Ne. 13:32, 39–40;
b Sal. 8:3–4; DyC 76:24; 39 a Rom. 8:16–17; DyC 9:2.
Moisés 7:29–30. 2 Ne. 2:14–15. 42 a Moisés 1:1.
5 Moisés 2:1–14
forma de vida es creada — Dios hace y separé las a aguas; sí, las gran­
al hombre y le da dominio sobre todo des aguas debajo del firmamento,
lo demás. de las aguas que estaban sobre el
firmamento; y fue hecho tal como
Y sucedió que el Señor habló a yo mandé.
Moisés, diciendo: He aquí, te a re­ 8 Y yo, Dios, llamé al firmamento
velo lo concerniente a este b cielo a 
Cielo; y fueron la tarde y la ma­
y a esta c tierra; escribe las pala­ ñana el día segundo.
bras que hablo. Soy el Principio y 9 Y yo, Dios, dije: Júntense las
el Fin, el d Dios Omnipotente; he aguas que están debajo del cielo en
e 
creado estas cosas por medio de a 
un lugar, y así se hizo. Y yo, Dios,
mi f Unigénito; sí, en el principio dije: Aparezca lo seco, y así fue.
creé los cielos y la tierra sobre la 10 Y yo, Dios, llamé a lo seco
cual estás. a 
Tierra, y al recogimiento de las
2 Y la a tierra estaba sin forma, y aguas llamé Mar; y yo, Dios, vi
vacía; y yo hice que la obscuridad que todas las cosas que había he­
viniera sobre la faz del abismo; y cho eran buenas.
mi Espíritu obraba sobre la faz del 11 Y yo, Dios, dije: Produzca la
agua, porque yo soy Dios. tierra a pasto, la hierba que dé se­
3 Y yo, Dios, dije: Haya a luz; y milla, el árbol frutal que produzca
hubo luz. fruto, según su especie, y el árbol
4 Y yo, Dios, vi la luz, y que la que dé fruto, cuya semilla esté en
luz era a buena. Y yo, Dios, separé sí sobre la tierra; y fue hecho tal
la luz de las tinieblas. como yo mandé.
5 Y yo, Dios, llamé a la luz Día, y 12 Y la tierra produjo pasto, toda
a las tinieblas llamé Noche; e hice hierba que da semilla según su
esto por la a palabra de mi poder, especie, y el árbol que produce
y fue hecho como yo b mandé; y fruto, cuya semilla habría de estar
fueron la tarde y la mañana el c día en él, según su especie, y yo, Dios,
primero. vi que todas las cosas que había
6 Y otra vez yo, Dios, dije: Haya hecho eran buenas;
un a firmamento en medio de las 13 y fueron la tarde y la mañana
aguas; y fue hecho tal como yo el día tercero.
mandé; y dije: Separe aquel las 14 Y yo, Dios, dije: Haya luces
aguas de las aguas; y fue hecho; en el firmamento del cielo para
7 y yo, Dios, hice el firmamento separar el día de la noche, y
2 1 a Moisés 1:30, 36. Abr. 4:2. 6 a Gén. 1:6–8.
b GEE Cielo. 3 a DyC 88:6–13. 7 a Abr. 4:9–10.
c Moisés 1:8. GEE Luz, luz de Cristo. 8 a GEE Cielo.
d GEE Trinidad — Dios el 4 a Gén. 1:4; 9 a Gén. 1:9;
Padre. Abr. 4:4. Abr. 4:9.
e GEE Creación, crear. 5 a Moisés 1:32. 10 a GEE Tierra.
f GEE Unigénito. b 2 Cor. 4:6. 11 a Gén. 1:11–12;
2 a Gén. 1:2; c Gén. 1:5. Abr. 4:11–12.
Moisés 2:15–29 6
sean por señales, y por estaciones, y henchid las aguas del mar; y mul­
y por días y por años; tiplíquense las aves en la tierra;
15 y sean por luces en el firma­ 23 y fueron la tarde y la mañana
mento del cielo para alumbrar la el día quinto.
tierra; y fue hecho. 24 Y yo, Dios, dije: Produzca la
16 Y yo, Dios, hice dos grandes tierra seres vivientes según su es­
luminares, el a luminar mayor para pecie: el ganado, y lo que se arras­
señorear el día y el luminar menor tra, y las bestias de la tierra, según
para señorear la noche; y el lumi­ su género; y fue hecho.
nar mayor fue el sol y el luminar 25 Y yo, Dios, hice las bestias
menor fue la luna; y también fue­ de la tierra según su género, y el
ron hechas las estrellas conforme ganado según su género, y todo
a mi palabra. lo que se arrastra sobre la tierra,
17 Y yo, Dios, las coloqué en el según su especie; y yo, Dios, vi
firmamento del cielo para alum­ que todas estas cosas eran buenas.
brar la tierra, 26 Y yo, Dios, dije a mi a Unigé­
18 el sol para gobernar el día y nito, el cual fue conmigo desde el
la luna para gobernar la noche, y principio: b Hagamos al hombre a
para separar la luz de las tinieblas; nuestra c imagen, conforme a nues­
y yo, Dios, vi que todas las cosas tra semejanza; y fue hecho. Y yo,
que había hecho eran buenas; Dios, dije: Tenga d dominio sobre
19 y fueron la tarde y la mañana los peces del mar, sobre las aves
el día cuarto. del cielo, sobre el ganado, sobre
20 Y yo, Dios, dije: Produzcan toda la tierra y sobre todo lo que
abundantemente las aguas seres se arrastra sobre la tierra.
vivientes que se muevan, y aves 27 Y yo, a Dios, creé al hombre a
que vuelen sobre la tierra en el mi propia imagen, a imagen de mi
amplio firmamento del cielo. Unigénito lo creé; varón y hembra
21 Y yo, Dios, hice las grandes los creé.
a 
ballenas y todo ser viviente que 28 Y yo, Dios, los bendije y dí­
se mueve, según su especie, los jeles: Fructificad y a multiplicaos,
cuales las aguas produjeron en henchid la tierra y sojuzgadla;
abundancia, y toda ave alada, se­ y tened dominio sobre los peces
gún su especie; y yo, Dios, vi que del mar, y sobre las aves del cielo,
todas las cosas que había creado y sobre todo ser viviente que se
eran buenas. mueve sobre la tierra.
22 Y yo, Dios, los bendije, di­ 29 Y yo, Dios, le dije al hombre:
ciendo: Fructificad y a multiplicaos, He aquí, te he dado toda hierba
16 a Gén. 1:16. 26 a GEE Jesucristo. d Gén. 1:28;
21 a Gén. 1:21; b GEE Creación, crear. Moisés 5:1;
Abr. 4:21. c Gén. 1:26–27; Abr. 4:28.
22 a Gén. 1:22–25; Moisés 6:8–10; 27 a GEE Trinidad.
Abr. 4:22–25. Abr. 4:26–27. 28 a Moisés 5:2.
7 Moisés 2:30–3:7
que produce semilla, que está so­ quedaron terminadas; y yo, Dios,
bre la faz de toda la tierra, y todo vi que eran buenas;
árbol en el cual estará el fruto del 3 y yo, Dios, a bendije el día sép­
árbol que produce semilla; a ti te timo y lo santifiqué, por motivo
será por a alimento. de que en él había reposado de
30 Y a toda bestia del campo, y a toda la b obra que yo, Dios, había
toda ave del cielo, y a todo animal creado y hecho.
que se arrastra sobre la tierra, a los 4 Y ahora bien, he aquí, te digo
que concedo vida, les será dada que estos son los orígenes del cielo
toda hierba limpia por alimento; y de la tierra, cuando fueron crea­
y fue hecho tal como yo mandé. dos, el día en que yo, Dios el Se­
31 Y yo, Dios, vi todo lo que ñor, hice el cielo y la tierra;
había hecho; y he aquí, todas 5 y toda planta del campo antes
las cosas que yo había hecho que existiese en la tierra, y toda
eran a buenas en gran manera; y hierba del campo a antes que cre­
fueron la tarde y la mañana el ciese. Porque yo, Dios el Señor,
día b sexto. b 
creé c espiritualmente todas las
cosas de que he hablado, antes
CAPÍTULO 3 que existiesen físicamente sobre
(De junio a octubre de 1830) la faz de la tierra. Pues yo, Dios
el Señor, no había hecho llover
Dios creó todas las cosas espiritual-
sobre la faz de la tierra. Y yo, Dios
mente antes que existieran física-
el Señor, había d creado a todos los
mente sobre la tierra — Es creado el
hijos de los hombres; y no había
primer hombre y la primera carne —
hombre todavía para que labrase
La mujer es una ayuda idónea para
la e tierra; porque los había f creado
el hombre.
en el g cielo; y aún no había carne
Así se a terminaron el cielo y la tie­ sobre la tierra, ni en el agua, ni en
rra y todas sus b huestes. el aire;
2 Y en el día séptimo yo, Dios, 6 mas yo, Dios el Señor, hablé,
acabé mi obra y todas las cosas y subió de la tierra un a vapor, y
que había hecho; y a descansé el regó toda la superficie de la tierra.
b 
día séptimo de toda mi obra, y 7 Y yo, Dios el Señor, formé al
todas las cosas que yo había hecho hombre del a polvo de la tierra, y
29 a Gén. 1:29–30; descanso (reposo). d GEE Espíritu.
Abr. 4:29–30. b GEE Día de reposo. e Gén. 2:5.
31 a Gén. 1:31; 3 a Mos. 13:19. f GEE Hombre(s) — El
DyC 59:16–20. b Éx. 31:14–15. hombre, hijo espiritual
b Éx. 20:11; Abr. 4:31. 5 a Gén. 2:4–5; de nuestro Padre
3 1 a GEE Creación, crear. Abr. 5:4–5. Celestial.
b Gén. 2:1; b Moisés 6:51. g GEE Cielo.
Abr. 5:1. c DyC 29:31–34; 6 a Gén. 2:6.
2 a Gén. 2:2–3; Abr. 3:23. 7 a Gén. 2:7;
Abr. 5:2–3. GEE Creación Moisés 4:25; 6:59;
GEE Descansar, espiritual. Abr. 5:7.
Moisés 3:8–19 8
soplé en su nariz el aliento de 12 y el oro de aquella tierra era
vida; y el b hombre fue c alma vi­ bueno, y había bedelio y ónice.
viente, la d primera carne sobre la 13 Y el nombre del segundo río
tierra, también el primer hombre; era Gihón, el mismo que rodea
sin embargo, todas las cosas fue­ toda la tierra de Etiopía.
ron creadas con anterioridad; pero 14 Y el nombre del tercer río
fueron creadas espiritualmente y era Hidekel; y este corre hacia el
hechas conforme a mi palabra. oriente de Asiria; y el cuarto río
8 Y yo, Dios el Señor, planté un era el Eufrates.
jardín hacia el oriente en a Edén, 15 Y yo, Dios el Señor, tomé al
y allí puse al hombre que había hombre y lo puse en el Jardín de
formado. Edén para que lo cultivara y lo
9 Y de la tierra, yo, Dios el Se­ guardara.
ñor, hice crecer físicamente todo 16 Y yo, Dios el Señor, le di man­
árbol que es agradable a la vista damiento al hombre, diciendo: De
del hombre; y el hombre podía todo árbol del jardín podrás comer
verlos. Y también se tornaron en libremente,
almas vivientes. Porque eran es­ 17 mas del árbol de la ciencia
pirituales el día en que los creé; del bien y del mal no comerás. No
pues permanecen en la esfera en obstante, podrás a escoger según tu
que yo, Dios, los creé, sí, todas las voluntad, porque te es concedido;
cosas que preparé para el uso del pero recuerda que yo lo prohíbo,
hombre; y este vio que eran bue­ porque el b día en que de él comie­
nas como alimento. Y yo, Dios el res, de cierto c morirás.
Señor, también planté el a árbol de 18 Y yo, Dios el Señor, dije a mi
la vida en medio del jardín, y asi­ a 
Unigénito que no era bueno que
mismo el b árbol de la ciencia del el hombre estuviese solo; por con­
bien y del mal. siguiente, le haré una b ayuda idó­
10 Y yo, Dios el Señor, hice que nea para él.
saliera un río del Edén para regar 19 Y de la tierra, yo, Dios el Señor,
el jardín; y de allí se repartía en formé a toda bestia del campo y a
cuatro a brazos. toda ave del cielo; y mandé que
11 Y yo, Dios el Señor, di al pri­ fuesen a Adán para ver qué nombre
mero el nombre de Pisón, el cual les daría; y también fueron almas
cerca toda la tierra de Havila, vivientes, porque yo, Dios el Señor,
donde yo, Dios el Señor, había soplé en ellos el aliento de vida; y
creado mucho oro; mandé que lo que Adán llamara
7 b GEE Adán. 10 a Gén. 2:10. mortalidad;
c GEE Alma. 17 a Moisés 7:32. Muerte física.
d Moisés 1:34. GEE Albedrío. 18 a GEE Unigénito.
8 a GEE Edén. b Abr. 5:13. b Gén. 2:18;
9 a GEE Árbol de la vida. c Gén. 2:17. Abr. 5:14.
b Gén. 2:9. GEE Mortal,
9 Moisés 3:20–4:5
a todo ser viviente, tal fuese su Y yo, Dios el Señor, le hablé a Moi­
nombre. sés, diciendo: Ese a Satanás, a quien
20 Y Adán dio nombre a todo tú has mandado en el nombre de
el ganado, a las aves del cielo y mi Unigénito, es el mismo que
a toda bestia del campo; pero en existió desde el b principio; y vino
cuanto a Adán, no se encontró ante mí, diciendo: Heme aquí, en­
ayuda idónea para él. víame a mí. Seré tu hijo y redimiré
21 Y yo, Dios el Señor, hice que a todo el género humano, de modo
cayera un sueño profundo sobre que no se perderá ni una sola alma,
Adán, y durmió; y tomé una de y de seguro lo c haré; dame, pues,
sus costillas y cerré la carne en tu honra.
su lugar; 2 Pero, he aquí, mi a Hijo Amado,
22 y de la costilla que yo, Dios que fue mi Amado y mi b Esco­
el Señor, había tomado del hom­ gido desde el principio, me
bre, hice una a mujer y la traje al dijo: c Padre, hágase tu d volun­
hombre. tad, y sea tuya la e gloria para
23 Y Adán dijo: Ahora sé que esta siempre.
es hueso de mis huesos y a carne de 3 Pues, por motivo de que Sa­
mi carne; Varona se llamará, por­ tanás se a rebeló contra mí, y pre­
que del varón fue tomada. tendió destruir el b albedrío del
24 Por tanto, dejará el hombre a hombre que yo, Dios el Señor, le
su padre y a su madre, y se a alle­ había dado, y que también le diera
gará a su esposa; y serán b una sola mi propio poder, hice que fuese
carne. c 
echado abajo por el poder de mi
25 Y estaban ambos desnudos, Unigénito;
el hombre y su esposa, y no se 4  y llegó a ser Satanás, sí, el
avergonzaban. diablo, el padre de todas las
a 
mentiras, para engañar y cegar
a los hombres y llevarlos cauti­
CAPÍTULO 4
vos según la voluntad de él, sí,
(De junio a octubre de 1830)
a cuantos no quieran escuchar
Cómo Satanás llegó a ser el diablo — mi voz.
Satanás tienta a Eva — Caen Adán y 5 Ahora bien, la serpiente era
Eva, y la muerte entra en el mundo. más a astuta que cualquiera de
22 a GEE Eva; c Isa. 14:12–15. cielos.
Mujer(es). 2 a GEE Jesucristo. b GEE Albedrío.
23 a Gén. 2:23; b Moisés 7:39; c DyC 76:25–27.
Abr. 5:17. Abr. 3:27. 4 a 2 Ne. 2:18;
24 a Gén. 2:24; GEE Preordenación. DyC 10:25.
DyC 42:22; 49:15–16; c GEE Trinidad — Dios el GEE Engañar, engaño;
Abr. 5:17–18. Padre. Mentiras.
b GEE Matrimonio. d Lucas 22:42. 5 a Gén. 3:1;
4 1 a GEE Diablo. e GEE Gloria. Mos. 16:3;
b DyC 29:36–37. 3 a GEE Concilio de los Alma 12:4.
Moisés 4:6–21 10
las bestias del campo que yo, Dios cosieron hojas de higuera y se hi­
el Señor, había hecho. cieron delantales.
6 Y Satanás incitó el corazón de 14 Y oyeron la voz de Dios el Se­
la serpiente (porque se había lle­ ñor, mientras se a paseaban en el
vado a muchos en pos de él), y jardín al fresco del día, y Adán y
procuró también engañar a a Eva, su esposa fueron a esconderse de
porque no conocía la mente de la presencia de Dios el Señor entre
Dios, de manera que procuraba los árboles del jardín.
destruir el mundo. 15 Y yo, Dios el Señor, llamé a
7 Y dijo a la mujer: ¿Conque Dios Adán, y le dije: ¿A dónde a vas?
ha dicho: No comeréis de todo 16 Y él respondió: Oí tu voz en
árbol del a jardín? (Y hablaba por el jardín y tuve miedo, porque
boca de la serpiente). vi que estaba desnudo, y me es­
8 Y la mujer dijo a la serpiente: condí.
Podemos comer del fruto de los 17 Y yo, Dios el Señor, dije a
árboles del jardín; Adán: ¿Quién te ha dicho que es­
9 mas en cuanto al fruto del árbol tabas desnudo? ¿Has comido del
que ves en medio del jardín, Dios árbol del cual te mandé no comer,
ha dicho: No comeréis de él, ni lo pues de hacerlo de cierto a mori­
tocaréis, no sea que muráis. rías?
10 Y la serpiente dijo a la mujer: 18 Y el hombre dijo: La mujer
De cierto no moriréis; que tú me diste, y mandaste que
11 pues Dios sabe que el día en permaneciese conmigo, me dio del
que de él comiereis se abrirán fruto del árbol, y yo comí.
vuestros a ojos, y seréis como b dio­ 19 Y yo, Dios el Señor, dije a la
ses, conociendo el bien y el mal. mujer: ¿Qué es esto que has he­
12 Y cuando la mujer vio que cho? Y la mujer respondió: La ser­
el árbol era bueno para comer, piente me a engañó, y yo comí.
y que se había vuelto agrada­ 20 Y a la serpiente, yo, Dios el
ble a los ojos, y un árbol a desea­ Señor, dije: Por cuanto has hecho
ble para darle sabiduría, tomó esto, a maldita serás sobre todo el
ella de su fruto y b comió, y dio ganado y sobre toda bestia del
también a su marido, y él comió campo. Sobre tu vientre te arras­
con ella. trarás y polvo comerás todos los
13  Y fueron abiertos los ojos días de tu vida;
de ambos, y se dieron cuenta de 21  y pondré enemistad entre
que habían estado a desnudos. Y tú y la mujer, entre tu simiente y
6 a GEE Eva. 12 a Gén. 3:6. 15 a Gén. 3:9.
7 a GEE Edén. b GEE Caída de Adán 17 a Moisés 3:17.
11 a Gén. 3:3–6; y Eva. 19 a Gén. 3:13;
Moisés 5:10. 13 a Gén. 2:25. Mos. 16:3.
b Alma 12:31. 14 a Gén. 3:8. 20 a Gén. 3:13–15.
11 Moisés 4:22–32
la de ella; y él te herirá la cabeza, nosotros, b conociendo el bien y el
y tú le herirás el calcañar. mal; y ahora, no sea que extienda
22 A la mujer, yo, Dios el Señor su mano y c tome también del d ár­
dije: Multiplicaré en gran manera bol de la vida, y coma y viva para
tus dolores en tus preñeces. Con siempre,
a 
dolor darás a luz los hijos, y tu 29 por tanto, yo, Dios el Señor,
deseo será para tu marido, y él se lo sacaré del Jardín de a Edén para
enseñoreará de ti; que labre la tierra de la cual fue
23 y a Adán, yo, Dios el Señor, tomado;
dije: Por haber escuchado la voz de 30 porque vivo yo, dice Dios el
tu esposa y comido del fruto del ár­ Señor, que no se han de frustrar
bol del cual te mandé, diciendo: No mis a palabras, pues tal como sa­
comerás de él, maldita será la tierra len de mi boca tendrán que ser
por tu causa; con dolor comerás de cumplidas.
ella todos los días de tu vida. 31 De modo que expulsé al hom­
24 Espinas también, y cardos te bre, y coloqué al oriente del Jardín
producirá, y comerás la hierba de Edén a querubines y una espada
del campo. encendida, la cual daba vueltas
25 Con el a sudor de tu rostro co­ por todos lados, para guardar el
merás el pan hasta que vuelvas camino del árbol de la vida.
a la tierra —pues de cierto mo­ 32 (Y estas son las palabras que
rirás— porque de ella fuiste to­ hablé a mi siervo Moisés; y son
mado: pues b polvo eras, y al polvo verdaderas conforme a mi volun­
has de volver. tad; y te las he declarado. Mira que
26 Y Adán llamó Eva a su esposa, no las muestres a hombre alguno,
por cuanto ella fue la madre de salvo a los que crean, hasta que yo
todos los vivientes; porque así te lo mande. Amén).
yo, Dios el Señor, he llamado a la
primera de todas las mujeres, que
CAPÍTULO 5
son a muchas.
(De junio a octubre de 1830)
27 Y yo, Dios el Señor, hice túni­
cas de pieles para Adán y también Adán y Eva tienen hijos — Adán
para su esposa, y los a vestí. ofrece sacrificios y sirve a Dios —
28 Y yo, Dios el Señor, dije a Nacen Caín y Abel — Caín se rebela,
mi Unigénito: He aquí, el a hom­ ama a Satanás más que a Dios y llega
bre ha llegado a ser como uno de a ser Perdición — Se multiplican
22 a Gén. 3:16. 28 a Gén. 3:22. 1 Ne. 11:25;
25 a Gén. 3:17–19. GEE Hombre(s) — Su Moisés 3:9.
GEE Caída de Adán potencial para llegar a GEE Árbol de la vida.
y Eva. ser como nuestro Padre 29 a GEE Edén.
b Gén. 2:7; Celestial. 30 a 1 Rey. 8:56;
Moisés 6:59; Abr. 5:7. b GEE Conocimiento. DyC 1:38.
26 a Moisés 1:34; 6:9. c Alma 42:4–5. 31 a Alma 42:3.
27 a GEE Modestia. d Gén. 2:9; GEE Querubines.
Moisés 5:1–10 12
el asesinato y la iniquidad — Se pre- y ofreciesen las primicias de sus
b 

dica el Evangelio desde el principio. rebaños como ofrenda al Señor. Y


Adán fue c obediente a los manda­
Y sucedió que, después que yo, mientos del Señor.
Dios el Señor, los hube expulsado, 6 Y después de muchos días,
Adán empezó a cultivar la tierra, un a ángel del Señor se apareció
y a ejercer a dominio sobre todas a Adán y le dijo: ¿Por qué ofreces
las bestias del campo, y a comer b 
sacrificios al Señor? Y Adán le
su pan con el sudor de su rostro, contestó: No sé, sino que el Señor
como yo, el Señor, le había man­ me lo mandó.
dado; y Eva, su esposa, también 7 Entonces el ángel le habló, di­
se afanaba con él. ciendo: Esto es una a semejanza
2 Y Adán conoció a su esposa, y del b sacrificio del Unigénito del
de ella le a nacieron hijos e b hijas, Padre, el cual es lleno de c gracia
y empezaron a c multiplicarse y a y de verdad.
henchir la tierra. 8 Por consiguiente, harás todo
3 Y de allí en adelante los hijos cuanto hicieres en el a nombre del
e a hijas de Adán empezaron a se­ Hijo, y te b arrepentirás e c invoca­
pararse de dos en dos en la tierra, rás a Dios en el nombre del Hijo
y a cultivarla y a cuidar rebaños; para siempre jamás.
y también ellos engendraron hi­ 9 Y en ese día descendió sobre
jos e hijas. Adán el a Espíritu Santo, que da
4 Y Adán y Eva, su esposa, in­ testimonio del Padre y del Hijo,
vocaron el nombre del Señor, y diciendo: Soy el b Unigénito del
oyeron la voz del Señor que les Padre desde el principio, desde
hablaba en dirección del Jardín ahora y para siempre, para que
de a Edén, y no lo vieron, porque así como has c caído puedas ser
se encontraban excluidos de su d 
redimido; y también todo el gé­
b 
presencia. nero humano, sí, cuantos quieran.
5 Y les dio mandamientos de 10  Y Adán bendijo a Dios en
que a adorasen al Señor su Dios ese día y fue a lleno, y empezó a
5 1 a Moisés 2:26. 6 a GEE Ángeles. 9 a GEE Espíritu Santo.
2 a Gén. 5:4. b GEE Sacrificios. b GEE Jesucristo;
b DyC 138:39. 7 a GEE Jesucristo — Unigénito.
c Gén. 1:28; Simbolismos o c GEE Caída de Adán
Moisés 2:28. símbolos de Jesucristo. y Eva;
3 a Moisés 5:28. b Alma 34:10–15. Muerte espiritual.
4 a GEE Edén. GEE Sangre. d Mos. 27:24–26;
b Alma 42:9. c Moisés 1:6, 32. DyC 93:38;
5 a GEE Adorar. GEE Gracia. AdeF 1:3.
b Éx. 13:12–13; 8 a 2 Ne. 31:21. GEE Plan de redención;
Núm. 18:17; Mos. 2:3. b Moisés 6:57. Redención, redimido,
GEE Primogénito. GEE Arrepentimiento, redimir.
c GEE Obediencia, arrepentirse. 10 a GEE Nacer de Dios,
obediente, obedecer. c GEE Oración. nacer de nuevo.
13 Moisés 5:11–21
b 
profetizar concerniente a todas creyeran ni se arrepintieran, se­
las familias de la tierra, diciendo: rían c condenados; y las palabras
Bendito sea el nombre de Dios, salieron de la boca de Dios como
pues a causa de mi transgresión firme decreto; por consiguiente,
se han abierto mis ojos, y tendré se cumplirán.
c 
gozo en esta vida, y en la d carne 16 Y Adán y Eva, su esposa, no
de nuevo veré a Dios. cesaron de invocar a Dios. Y Adán
11 Y a Eva, su esposa, oyó todas conoció a Eva, su esposa, y ella
estas cosas y se regocijó, diciendo: concibió y dio a luz a a Caín, y dijo:
De no haber sido por nuestra He adquirido un varón del Se­
transgresión, nunca habríamos ñor; por tanto, tal vez este no re­
tenido b posteridad, ni hubiéramos chace sus palabras. Mas he aquí,
conocido jamás el bien y el mal, ni Caín no escuchó, y decía: ¿Quién
el gozo de nuestra redención, ni es el Señor, para que tenga que
la vida eterna que Dios concede conocerlo?
a todos los que son obedientes. 17 Y concibió ella de nuevo y
12 Y Adán y Eva bendijeron el dio a luz a a Abel, su hermano; y él
nombre de Dios, e hicieron a sa­ b 
escuchó la voz del Señor. Y Abel
ber todas las cosas a sus hijos era pastor de ovejas, mas Caín la­
e hijas. braba la tierra.
13 Y a Satanás vino entre ellos, 18 Y Caín a amó a Satanás más
diciendo: Yo también soy un hijo que a Dios. Y Satanás le mandó, di­
de Dios; y les mandó, y dijo: No lo ciendo: b Haz una ofrenda al Señor.
creáis; y b no lo creyeron, y c amaron 19 Y con el transcurso del tiempo,
a Satanás más que a Dios. Y desde sucedió que Caín trajo al Señor
ese tiempo los hombres empeza­ una ofrenda del fruto de la tierra.
ron a ser d carnales, sensuales y 20 Y Abel también trajo de las
diabólicos. primicias de su rebaño, y de su
14 Y Dios el Señor llamó a los grosura. Y el Señor miró con
hombres en todas partes, por el agrado a Abel y su a ofrenda;
a 
Espíritu Santo, y les mandó que 21 mas no miró con agrado a
se arrepintiesen; Caín y su a ofrenda. Ahora bien,
15 y cuantos a creyeran en el Hijo, Satanás sabía esto, y se alegró. Y
y se arrepintieran de sus peca­ Caín se ensañó en gran manera, y
dos, serían b salvos; y cuantos no decayó su semblante.
10 b DyC 107:41–56. c Moisés 6:15. 16 a Gén. 4:1–2.
GEE Profecía, profetizar. d GEE Carnal; GEE Caín.
c GEE Gozo. Hombre natural. 17 a GEE Abel.
d Job 19:26; 2 Ne. 9:4. 14 a Juan 14:16–18, 26. b Heb. 11:4.
11 a GEE Eva. 15 a GEE Creencia, creer. 18 a DyC 10:20–21.
b 2 Ne. 2:22–23. b GEE Salvación. b DyC 132:8–11.
12 a Deut. 4:9. c DyC 42:60. 20 a GEE Ofrenda;
13 a GEE Diablo. GEE Condenación, Sacrificios.
b GEE Incredulidad. condenar. 21 a Gén. 4:3–7.
Moisés 5:22–36 14
22 Y el Señor le dijo a Caín: ¿Por el Dios viviente, a fin de que no
qué te has ensañado? ¿Por qué ha lo digan, porque si lo revelan, de
decaído tu semblante? seguro morirán; y esto para que
23 Si haces lo bueno, serás a acep­ tu padre no lo sepa; y este día en­
tado; y si no haces lo bueno, el tregaré a tu hermano Abel en tus
pecado está a la puerta, y Satanás manos.
desea poseerte; y a menos que 30 Y Satanás juró a Caín que
escuches mis mandamientos, te obraría de acuerdo con sus man­
entregaré, y será hecho contigo datos. Y todas estas cosas se hicie­
según la voluntad de él. Y tú te ron en secreto.
enseñorearás de él, 31 Y Caín dijo: Verdaderamente
24 porque desde ahora en ade­ yo soy Mahán, el maestro de este
lante tú serás el padre de sus men­ gran secreto, a fin de que yo pueda
tiras; serás llamado a Perdición; a 
asesinar y obtener lucro. Por
porque también tú existías antes tanto, Caín fue llamado Maestro
que el mundo. b 
Mahán, y se gloriaba de su ini­
25 Y se dirá en tiempos veni­ quidad.
deros que estas a abominaciones 32 Y Caín salió al campo y habló
procedieron de Caín, porque re­ con Abel, su hermano. Y aconteció
chazó el consejo mayor que venía que mientras estaban en el campo,
de Dios; y esta es una maldición Caín se levantó contra Abel, su
que pondré sobre ti, a menos que hermano, y lo mató.
te arrepientas. 33 Y Caín se a glorió de lo que
26 Y Caín se encolerizó, y no es­ había hecho, diciendo: Estoy li­
cuchó más la voz del Señor, ni a bre; seguramente los rebaños
Abel, su hermano, el cual andaba de mi hermano caerán en mis
en santidad delante del Señor. manos.
27 Y Adán y su esposa se lamen­ 34  Y el Señor le dijo a Caín:
taban ante el Señor por causa de ¿Dónde está Abel, tu hermano? Y
Caín y sus hermanos. él contestó: No sé. ¿Soy yo a guarda
28 Y aconteció que Caín tomó de mi hermano?
por esposa a una de las hijas de 35 Y el Señor le dijo: ¿Qué has he­
sus hermanos, y a amaron a Sata­ cho? La voz de la sangre de tu her­
nás más que a Dios. mano clama a mí desde la tierra.
29 Y Satanás le dijo a Caín: Jú­ 36 Y ahora maldito serás de la
rame por tu garganta, y si lo re­ tierra que abrió su boca para re­
velas morirás; y juramenta a tus cibir de mano tuya la sangre de
hermanos por sus cabezas y por tu hermano.
23 a Gén. 4:7; 31 a GEE Asesinato. “destructor” y “el
DyC 52:15; 97:8. b Entre los posibles grande”.
24 a GEE Hijos de perdición. significados de la 33 a GEE Mundano, lo;
25 a Hel. 6:26–28. palabra Mahán se Orgullo.
28 a Moisés 5:13. encuentran “mente”, 34 a Gén. 4:9.
15 Moisés 5:37–49
37 Cuando labres la tierra no te dio a la a ciudad el nombre de su
dará su fuerza de aquí en adelante. hijo Enoc.
a 
Fugitivo y vagabundo serás en 43 Y a Enoc le nacieron Irad y
la tierra. otros hijos e hijas. E Irad engendró
38 Y Caín dijo al Señor: Satanás a Mehujael y a otros hijos e hijas.
me a tentó a causa de los rebaños Y Mehujael engendró a Metusael
de mi hermano. Y también es­ y a otros hijos e hijas. Y Metusael
taba yo con saña, porque acep­ engendró a Lamec.
taste su ofrenda y la mía no; mi 44 Y Lamec tomó para sí dos es­
castigo es más de lo que puedo posas; el nombre de una era Ada,
soportar. y el de la otra, Zila.
39 He aquí, me echas hoy de 45 Y Ada dio a luz a Jabal, que
ante la faz del Señor, y de tu pre­ fue el padre de los que habitan en
sencia quedaré escondido; y seré tiendas; y estos criaban ganado; y
fugitivo y vagabundo en la tie­ el nombre de su hermano fue Ju­
rra; y sucederá que cualquiera bal, padre de todos los que tocan
que me encuentre me matará por el arpa y el órgano.
causa de mis iniquidades, por­ 46 Y también Zila dio a luz a Tu­
que estas cosas no se ocultan del bal Caín, maestro de todo artífice
Señor. en bronce y hierro. Y la hermana
40  Y yo, el Señor, le dije: de Tubal Caín se llamaba Naama.
Quienquie­ra que te mate, siete 47 Y Lamec dijo a sus mujeres
veces se tomará en él la venganza. Ada y Zila: Oíd mi voz, muje­
Y yo, el Señor, puse una a marca res de Lamec, escuchad mis pa­
sobre Caín, para que no lo matara labras; porque a un hombre he
cualquiera que lo hallase. dado muerte para mi perjuicio, y
41 Y Caín fue desterrado de la a un mancebo para mi daño.
a 
presencia del Señor, y con su 48 Si Caín ha de ser vengado
esposa y muchos de sus herma­ siete veces, Lamec en verdad lo
nos habitó en la tierra de Nod, al será a setenta y siete veces;
oriente de Edén. 49 porque Lamec había hecho
42 Y Caín conoció a su esposa, la un a pacto con Satanás, a la ma­
cual concibió y dio a luz a Enoc, y nera de Caín, por lo que él llegó
engendró, además, a muchos hi­ a ser Maestro Mahán, dueño
jos e hijas. Y edificó una ciudad, y del gran secreto que Satanás
37 a Gén. 4:11–12. ese nombre entre los de que Satanás haría
38 a GEE Codiciar; de su pueblo. Estos no más por él de lo que
Tentación, tentar. deben confundirse con había hecho por Caín.
40 a Gén. 4:15. el Enoc de la progenie Las razones de su
41 a Moisés 6:49. justa de Set y su ciu­ presunción se exponen
42 a En el linaje de Caín, dad de Sion, llamada en los versículos
hubo un hombre lla­ también la “Ciudad de  49 y 50.
mado Enoc, y también Enoc”. Gén. 4:24.
hubo una ciudad de 48 a Es decir, Lamec se jactó 49 a GEE Juramento.
Moisés 5:50–6:1 16
administró a Caín; e Irad hijo de 56 Y Dios maldijo la tierra con
Enoc, habiendo descubierto el se­ penosa maldición; y se llenó de
creto de ellos, empezó a divulgarlo ira contra los inicuos, contra to­
entre los hijos de Adán; dos los hijos de los hombres que
50 por lo que Lamec, lleno de había creado;
ira, lo mató; no como Caín a su 57  porque no querían escu­
hermano Abel, con el fin de ob­ char su voz, ni creer en su a Hijo
tener lucro, sino por causa del Unigénito, aquel que él declaró
juramento. que vendría en el meridiano de
51 Porque desde los días de Caín los tiempos, que fue preparado
hubo una a combinación secreta, y desde antes de la fundación del
hacían sus obras en la obscuridad, mundo.
y conocía cada cual a su hermano. 58 Y así se empezó a predicar
52 Por tanto, el Señor maldijo el a evangelio desde el principio,
a Lamec y a su casa, y a todos siendo declarado por santos b án­
los que habían hecho un pacto geles enviados de la presencia de
con Satanás, porque no guarda­ Dios, y por su propia voz, y por
ron los mandamientos de Dios y el c don del Espíritu Santo.
desagradó esto a Dios y no los mi­ 59 Y así se le confirmaron todas
nistró; y sus obras eran abomina­ las cosas a Adán mediante una
ciones, y empezaron a esparcirse santa ordenanza; y se predicó el
entre todos los a hijos de los hom­ evangelio, y se proclamó un de­
bres. Y esto estaba entre los hijos creto de que estaría en el mundo
de los hombres. hasta su fin; y así fue. Amén.
53 Y entre las hijas de los hom­
bres no se hablaba de estas cosas, CAPÍTULO 6
porque Lamec había divulgado (De noviembre a diciembre de
el secreto a sus mujeres; y ellas se 1830)
rebelaron en contra de él, y decla­
Los de la posteridad de Adán lle-
raron estas cosas por todos lados,
van un libro de memorias — Los
y no tuvieron compasión;
justos de su posteridad predican el
54 de manera que Lamec fue
arrepentimiento — Dios se revela
despre­ciado y desterrado; y no
a Enoc — Enoc predica el Evange-
iba entre los hijos de los hombres,
lio — El plan de salvación se reveló a
por temor de morir.
Adán — Este recibió el bautismo y el
55 Y así empezaron a prevalecer
sacerdocio.
las obras de a tinieblas entre todos
los hijos de los hombres. Y a Adán escuchó la voz de Dios,
51 a GEE Combinaciones 57 a GEE Jesucristo. c GEE Don del Espíritu
secretas. 58 a GEE Evangelio. Santo.
52 a Moisés 8:14–15. b Alma 12:28–30; 6 1 a GEE Adán.
55 a GEE Inicuo, iniquidad; Moro. 7:25, 29–31.
Tinieblas espirituales. GEE Ángeles.
17 Moisés 6:2–15
y exhortó a sus hijos a que se arre­ Adán, y decía: El día en que Dios
pintieran. creó al hombre, a semejanza de
2 Y Adán conoció de nuevo a su Dios lo hizo;
esposa, la cual dio a luz un hijo, y 9 a a imagen de su propio cuerpo,
él le dio el nombre de a Set. Y Adán varón y hembra b los creó, y los
glorificó el nombre de Dios, por­ bendijo y les dio a ellos el c nom­
que dijo: Dios me ha designado bre de Adán, el día en que fueron
otra descendencia en vez de Abel, creados, y llegaron a ser d almas
a quien Caín mató. vivientes en la tierra sobre el e es­
3 Y Dios se reveló a Set, el cual trado de los pies de Dios.
no fue rebelde, sino que ofreció un 10 Y a Adán vivió ciento treinta
a 
sacrificio aceptable, como lo hizo años, y engendró un hijo a su pro­
su hermano Abel. Y también a él pia b imagen y semejanza, y llamó
le nació un hijo, y lo llamó Enós. su nombre Set.
4  Entonces empezaron estos 11 Y fueron los días de Adán,
hombres a a invocar el nombre del después de engendrar a Set, ocho­
Señor, y el Señor los bendijo; cientos años, y engendró muchos
5 y se llevaba un a libro de me­ hijos e hijas;
morias, en el cual se escribía en el 12 y fueron todos los días que
lenguaje de Adán, porque a cuan­ Adán vivió novecientos treinta
tos invocaban a Dios les era con­ años, y murió.
cedido escribir por el espíritu de 13 Set vivió ciento cinco años,
b 
inspiración; y engendró a Enós, y profetizó
6 y poseyendo un lenguaje puro todos sus días y enseñó a su
y sin mezcla, enseñaban a sus hijos hijo Enós conforme a las vías de
a leer y a escribir. Dios; por tanto, Enós también
7 Ahora bien, este mismo a Sa­ profetizó.
cerdocio que existió en el princi­ 14 Y vivió Set, después de en­
pio, existirá también en el fin del gendrar a Enós, ochocientos siete
mundo. años, y engendró muchos hijos
8  Adán declaró esta profecía e hijas.
al ser inspirado por el a Espíritu 15 Y los hijos de los hombres
Santo, y se guardaba una b genea­ eran muchos sobre toda la faz
logía de los c hijos de Dios. Y este de la tierra. Y en aquellos días
era el d libro de las generaciones de Satanás ejercía gran a dominio
2 a Gén. 4:25. inspirar. Abr. 4:26–31.
GEE Set. 7 a GEE Sacerdocio. b GEE Hombre(s).
3 a GEE Sacrificios. 8 a 2 Pe. 1:21. c Moisés 1:34; 4:26.
4 a Gén. 4:26. b GEE Genealogía. d GEE Alma.
GEE Oración. c GEE Hijos e hijas de e Abr. 2:7.
5 a Abr. 1:28, 31. Dios. 10 a DyC 107:41–56.
GEE Libro de d Gén. 5:1. b Gén. 5:3;
memorias. 9 a Gén. 1:26–28; DyC 107:42–43; 138:40.
b GEE Inspiración, Moisés 2:26–29; 15 a Moisés 5:13.
Moisés 6:16–27 18
entre los hombres y agitaba sus ochocientos noventa y cinco años,
cora­zones a la ira; y desde enton­ y murió.
ces hubo guerras y derramamiento 21 Jared vivió ciento sesenta y
de sangre; y buscando poder, el dos años, y engendró a a Enoc;
hombre levantaba su mano en y vivió Jared ochocientos años
contra de su propio hermano para después de engendrar a Enoc, y
darle la muerte, por causa de las engendró hijos e hijas. Y Jared ins­
b 
obras secretas. truyó a Enoc en todas las vías de
16 Y todos los días de Set fueron Dios.
novecientos doce años, y murió. 22 Y esta es la genealogía de los
17 Enós vivió noventa años, y hijos de Adán, que fue el a hijo de
engendró a a Cainán; y Enós y el Dios, con el cual Dios mismo con­
resto del pueblo de Dios salieron versó.
de la tierra que se llamaba Shulón 23 Y fueron a predicadores de rec­
y habitaron en una tierra prome­ titud; y hablaron, b profetizaron y
tida, a la cual él dio el nombre de exhortaron a todos los hombres,
su propio hijo, a quien había lla­ en todas partes, a que se c arrepin­
mado Cainán; tieran; y se enseñó la d fe a los hijos
18 y después de engendrar a de los hombres.
Cainán, Enós vivió ochocientos 24 Sucedió, pues, que todos los
quince años, y engendró muchos días de Jared fueron novecientos
hijos e hijas. Y todos los días de sesenta y dos años, y murió.
Enós fueron novecientos cinco 25  Y Enoc vivió sesenta y
años, y murió. cinco años, y engendró a a Matu­
19 Cainán vivió setenta años, y salén.
engendró a Mahalaleel; y vivió 26 Y aconteció que Enoc viajaba
Cainán, después que engendró por la tierra, entre el pueblo, y
a Mahalaleel, ochocientos cua­ mientras viajaba, el Espíritu de
renta años, y engendró hijos e Dios descendió del cielo y reposó
hijas. Y fueron todos los días de sobre él.
Cainán novecientos diez años, 27  Y oyó una voz del cielo
y murió. que decía: Enoc, hijo mío, pro­
20 Mahalaleel vivió sesenta y fetiza a los de este pueblo y di­
cinco años, y engendró a Jared, les: Arrepentíos, porque así dice
y después de engendrar a Jared, el Señor: Estoy a enojado con­
vivió ochocientos treinta años, tra este pueblo, y mi furiosa
y engendró hijos e hijas. Y fue­ ira está encendida en contra de
ron todos los días de Mahalaleel ellos, pues se han endurecido sus
15 b GEE Combinaciones Moisés 7:69; 8:1–2. c GEE Arrepentimiento,
secretas. GEE Enoc. arrepentirse.
17 a Gén. 5:10–14; 22 a Lucas 3:38. d GEE Fe.
DyC 107:45, 53. 23 a GEE Profeta. 25 a GEE Matusalén.
21 a Gén. 5:18–24; b GEE Profecía, profetizar. 27 a DyC 63:32.
19 Moisés 6:28–38
corazones, y sus b oídos se han en­ haz lo que te he mandado, y nin­
torpecido, y sus ojos c no pueden gún hombre te herirá. Abre tu
ver lejos; a 
boca y se llenará, y yo te daré
28 y durante estas muchas ge­ poder para expresarte, porque
neraciones, desde el día en que toda carne está en mis manos, y
los creé, se han a desviado, y me haré conforme bien me parezca.
han negado y buscado sus pro­ 33 Di a este pueblo: a Elegid hoy
pios consejos en las tinieblas; y servir a Dios el Señor que os hizo.
en sus propias abominaciones han 34 He aquí, mi Espíritu reposa
ideado el asesinato, y no han guar­ sobre ti; por consiguiente, jus­
dado los mandamientos que yo di tificaré todas tus palabras; y las
a su padre Adán. a 
montañas huirán de tu presen­
29 Por consiguiente, se han jura­ cia, y los b ríos se desviarán de
mentado entre sí, y a causa de sus su cauce; y tú permanecerás en
propios a juramentos han traído la mí, y yo en ti; por tanto, c anda
muerte sobre sí mismos; y tengo conmigo.
preparado un b infierno para ellos, 35 Y el Señor habló a Enoc y le
si no se arrepienten; dijo: Úntate los ojos con barro, y
30 y este es un decreto que he lávatelos, y verás. Y Enoc lo hizo.
enviado, de mi propia boca, desde 36 Y vio los a espíritus que Dios
el principio del mundo, desde había creado; y también vio cosas
la fundación de este; y lo he de­ que el ojo b natural no percibe; y
cretado por boca de mis siervos, desde entonces se esparció este
tus padres, tal como ha de ser dicho por la tierra: El Señor ha le­
enviado al mundo, hasta sus vantado un c vidente a su pueblo.
confines. 37 Y sucedió que Enoc salió por
31 Y cuando Enoc oyó estas pa­ la tierra, entre el pueblo, y subía
labras, se humilló a tierra ante a las colinas y a los lugares altos y
el Señor, y habló ante él, di­ clamaba en voz alta, testificando
ciendo: ¿Por qué he hallado gra­ en contra de sus obras; y todos los
cia ante tu vista, si no soy más hombres se a ofendían por causa
que un jovenzuelo, y toda la gente de él.
me desprecia, por cuanto soy 38 Y salían a escucharlo, en los
a 
tardo en el habla; por qué soy lugares altos, y decían a los que
tu siervo? guardaban las tiendas: Quedaos
32 Y el Señor dijo a Enoc: Ve y aquí y cuidad las tiendas mientras
27 b Mateo 13:15; 31 a Éx. 4:10–16; GEE Andar, andar con
2 Ne. 9:31; Jer. 1:6–9. Dios.
Mos. 26:28; 32 a DyC 24:5–6; 60:2. 36 a GEE Creación
DyC 1:2, 11, 14. 33 a GEE Albedrío. espiritual.
c Alma 10:25; 14:6. 34 a Mateo 17:20. b Moisés 1:11.
28 a GEE Rebelión. b Moisés 7:13. c GEE Vidente.
29 a GEE Juramento. c Gén. 5:24; 37 a 1 Ne. 16:1–3.
b GEE Infierno. Moisés 7:69.
Moisés 6:39–51 20
vamos allá para ver al vidente, el estrado de sus pies; y suyo es
b 

porque profetiza, y hay una cosa el fundamento de ella. He aquí,


extraña en la tierra; ha venido un él la estableció, y ha traído una
demente entre nosotros. hueste de hombres sobre la faz
39 Y aconteció que cuando lo de ella.
oyeron, ninguno puso las manos 45 Y la muerte ha venido sobre
en él, porque el temor se apoderó nuestros padres; no obstante, los
de todos los que lo oían; porque conocemos, y no podemos negar,
andaba con Dios. y conocemos aun el primero de
40 Y vino a él un hombre lla­ todos, sí, Adán.
mado Mahíjah, y le dijo: Dinos 46 Porque hemos escrito un a libro
claramente quién eres, y de dónde de memorias entre nosotros, de
vienes. acuerdo con el modelo dado por
41 Y él les contestó: Vine de la el dedo de Dios; y se ha dado en
tierra de Cainán, tierra de mis nuestro propio idioma.
padres, una tierra de rectitud 47 Y al hablar Enoc las palabras
hasta el día de hoy. Mi padre de Dios, la gente tembló y no pudo
me instruyó en todas las vías de estar en su presencia.
Dios; 48 Y él les dijo: Por motivo de que
42 y aconteció que mientras yo Adán a cayó, nosotros existimos; y
venía de la tierra de Cainán, por por su caída vino la b muerte; y so­
el mar del oriente, vi una visión; mos hechos partícipes de miseria
y he aquí, vi los cielos, y el Señor y angustia.
habló conmigo y me dio un man­ 49 He aquí, Satanás viene en­
damiento; de modo que, por esta tre los hijos de los hombres, y los
causa hablo estas palabras a fin de a 
tienta para que lo adoren; y los
cumplir el mandamiento. hombres se han vuelto b carnales,
43 Y Enoc continuó sus pala­ c 
sensuales y diabólicos, y se ha­
bras, diciendo: El Señor que ha­ llan d desterrados de la presencia
bló conmigo es el Dios del cielo; de Dios.
y es mi Dios y vuestro Dios, y 50 Mas Dios ha hecho saber a
vosotros sois mis hermanos; y, nuestros padres que es preciso que
¿por qué os a aconsejáis voso­ todos los hombres se arrepientan.
tros mismos y negáis al Dios del 51 Y por su propia voz llamó
cielo? a nuestro padre Adán, diciendo:
44 Él hizo los cielos; la a tierra es Yo soy Dios; yo hice el mundo y
43 a Prov. 1:24–33; 48 a 2 Ne. 2:25. b Mos. 16:3–4;
DyC 56:14–15. GEE Caída de Adán Moisés 5:13.
44 a Deut. 10:14. y Eva. GEE Carnal.
b Abr. 2:7. b GEE Muerte física. c GEE Sensual,
46 a GEE Libro de 49 a Moisés 1:12. sensualidad.
memorias. GEE Tentación, tentar. d GEE Muerte espiritual.
21 Moisés 6:52–59
a los a hombres b antes que existie­ 55 Y el Señor habló a Adán, di­
sen en la carne. ciendo: Por cuanto se conciben
52  Y también le dijo: Si te tus hijos en pecado, de igual ma­
vuelves a mí y escuchas mi nera, cuando empiezan a crecer,
voz, y crees y te arrepientes de el a pecado nace en sus corazones,
todas tus transgresiones, y te y prueban lo b amargo para saber
a 
bautizas en el agua, en el nom­ apreciar lo bueno.
bre de mi Hijo Unigénito, lleno 56 Y les es concedido discernir
de b gracia y de verdad, el cual el bien del mal; de modo que, son
es c Jesucristo, el único d nombre sus propios a agentes, y otra ley y
que se dará debajo del cielo me­ mandamiento te he dado.
diante el cual vendrá la e salvación 57 Enséñalo, pues, a tus hijos, que
a los hijos de los hombres, reci­ es preciso que todos los hombres,
birás el don del Espíritu Santo, en todas partes, se a arrepientan,
pidiendo todas las cosas en su o de ninguna manera heredarán
nombre, y te será dado cuanto tú el reino de Dios, porque ninguna
pidieres. b 
cosa inmunda puede morar allí,
53 Y nuestro padre Adán habló ni c morar en su presencia; porque
al Señor, y dijo: ¿Por qué es nece­ en el lenguaje de Adán, su nom­
sario que los hombres se arrepien­ bre es d Hombre de Santidad, y el
tan y se bauticen en el agua? Y el nombre de su Unigénito es el e Hijo
Señor le contestó: He aquí, te he del Hombre, sí, Jesucristo, un justo
a 
perdonado tu transgresión en el f 
Juez que vendrá en el meridiano
Jardín de Edén. de los tiempos.
54 De allí que se extendió entre 58  Por tanto, te doy el man­
el pueblo el dicho: Que el a Hijo de damiento de enseñar estas co­
Dios ha b expiado la transgresión sas sin reserva a tus a hijos,
original, por lo que los pecados de diciendo:
los padres no pueden recaer sobre 59 Que por causa de la trans­
la cabeza de los c niños, porque es­ gresión viene la caída, la cual
tos son limpios desde la fundación trae la muerte; y como habéis
del mundo. nacido en el mundo mediante el
51 a GEE Hombre(s) — El 53 a GEE Perdonar. b 1 Ne. 10:21.
hombre, hijo espiritual 54 a GEE Jesucristo. GEE Limpio e inmundo.
de nuestro Padre b GEE Expiación, expiar. c Sal. 24:3–4;
Celestial. c Mos. 3:16. 1 Ne. 15:33–36;
b GEE Creación 55 a GEE Pecado. Morm. 7:7;
espiritual. b DyC 29:39. DyC 76:50–62.
52 a 3 Ne. 11:23–26. GEE Adversidad. d Moisés 7:35.
GEE Bautismo, bautizar. 56 a 2 Ne. 2:26–27; GEE Hombre de
b GEE Gracia. Hel. 14:29–30. Santidad.
c GEE Jesucristo. GEE Albedrío. e GEE Hijo del Hombre.
d Hech. 4:12; 57 a 1 Cor. 6:9–10. f GEE Jesucristo — Es
2 Ne. 31:21. GEE Arrepentimiento, juez; Justicia.
e GEE Salvación. arrepentirse. 58 a GEE Hijo(s).
Moisés 6:60–68 22
agua, y la sangre, y el espíritu
a 
63 Y he aquí, todas las cosas tie­
que yo he hecho, y así del b polvo nen su semejanza, y se han creado
habéis llegado a ser alma viviente, y hecho todas las cosas para que
así igualmente tendréis que c nacer a 
den testimonio de mí; tanto las
otra vez en el reino de los cielos, que son temporales, como las que
del d agua y del Espíritu, y ser pu­ son espirituales; cosas que hay
rificados por sangre, a saber, la arriba en los cielos, cosas que es­
sangre de mi Unigénito, para que tán sobre la tierra, cosas que es­
seáis santificados de todo pecado tán en la tierra y cosas que están
y e gocéis de las f palabras de vida debajo de la tierra, tanto arriba
eterna en este mundo, y la vida como abajo; todas las cosas testi­
eterna en el mundo venidero, sí, fican de mí.
g 
gloria inmortal; 64 Y cuando el Señor hubo ha­
60 porque por el a agua guardáis blado con Adán, nuestro padre,
el mandamiento; por el Espíritu sucedió que Adán clamó al Señor,
sois b justificados; y por la c sangre y lo arrebató el a Espíritu del Señor,
sois d santificados; y fue llevado al agua, y sumergido
61 de manera que se da para que en el b agua, y sacado del agua.
permanezca en vosotros; el testi­ 65 Y de esta manera fue bauti­
monio del cielo; el a Consolador; zado, y el Espíritu de Dios des­
las cosas pacíficas de la gloria in­ cendió sobre él, y así a nació del
mortal; la verdad de todas las co­ Espíritu, y fue vivificado en el
sas; lo que vivifica todas las cosas; hombre b interior.
lo que conoce todas las cosas y 66 Y oyó una voz del cielo que
tiene todo poder de acuerdo con decía: Eres a bautizado con fuego
la sabiduría, la misericordia, ver­ y con el Espíritu Santo. Este es el
dad, justicia y juicio. b 
testimonio del Padre y del Hijo,
62 Y ahora bien, he aquí, ahora desde ahora y para siempre;
te digo: Este es el a plan de salva­ 67  y eres según el a orden de
ción para todos los hombres, me­ aquel que fue sin principio de
diante la sangre de mi b Unigénito, días ni fin de años, de eternidad
el cual vendrá en el meridiano de en eternidad.
los tiempos. 68 He aquí, eres a uno en mí, un
59 a 1 Juan 5:8. b GEE Justificación, nacer de nuevo.
b Gén. 2:7; justificar. b Mos. 27:25;
Moisés 4:25; c GEE Sangre. Alma 5:12–15.
Abr. 5:7. d GEE Santificación. 66 a DyC 19:31.
c GEE Nacer de Dios, 61 a GEE Espíritu Santo. GEE Don del Espíritu
nacer de nuevo. 62 a GEE Plan de redención. Santo.
d GEE Bautismo, bautizar. b GEE Unigénito. b 2 Ne. 31:17–18;
e 2 Ne. 4:15–16; 63 a Alma 30:44; 3 Ne. 28:11.
Alma 32:28. DyC 88:45–47. 67 a GEE Sacerdocio de
f Juan 6:68. 64 a GEE Espíritu Santo. Melquisedec.
g GEE Gloria celestial. b GEE Bautismo, bautizar. 68 a 1 Juan 3:1–3;
60 a Moro. 8:25. 65 a GEE Nacer de Dios, DyC 35:2.
23 Moisés 7:1–10
hijo de Dios; y así todos pueden a cara; y me dijo: b Mira, y te mos­
llegar a ser mis b hijos. Amén. traré el mundo por el espacio de
muchas generaciones.
CAPÍTULO 7 5 Y he aquí, aconteció que vi en
(Diciembre de 1830) el valle de Shum un pueblo nume­
roso que habitaba en tiendas, el
Enoc instruye y dirige al pueblo, y
cual era el pueblo de Shum.
mueve montañas — Se establece la
6 Y otra vez me dijo el Señor:
ciudad de Sion — Enoc prevé la ve-
Mira; y miré hacia el norte y vi al
nida del Hijo del Hombre, Su sacri-
pueblo de Canaán, que vivía en
ficio expiatorio y la resurrección de
tiendas.
los santos — Prevé la Restauración,
7 Y el Señor me dijo: Profetiza; y
el Recogimiento, la Segunda Venida
yo profeticé, diciendo: He aquí, el
y el regreso de Sion.
pueblo de Canaán, que es nume­
Y sucedió que Enoc continuó sus roso, saldrá a la batalla contra el
palabras, diciendo: He aquí, nues­ pueblo de Shum y lo matará hasta
tro padre Adán enseñó estas cosas, destruirlo por completo; y el pue­
y muchos han creído y han llegado blo de Canaán se repartirá sobre
a ser a hijos de Dios; y muchos no la tierra, y la tierra será estéril e
han creído y han perecido en sus infecunda y ningún otro pueblo
pecados, y con b temor esperan, vivirá allí sino el de Canaán;
atormentados, que se derrame 8 porque he aquí, el Señor mal­
sobre ellos la ardiente indignación decirá la tierra con mucho calor,
de la ira de Dios. y su esterilidad continuará para
2  Y de allí en adelante Enoc siempre; y vino un color a obscuro
empezó a profetizar, diciendo al sobre todos los hijos de Canaán,
pueblo: Mientras viajaba y me ha­ de modo que fueron despreciados
llaba en el lugar llamado Mahújah, entre toda gente.
clamé al Señor, y vino una voz de 9 Y sucedió que el Señor me dijo:
los cielos que decía: Vuélvete y as­ Mira; y miré y vi la tierra de Sarón,
ciende al monte de Simeón. y la tierra de Enoc, y la tierra de
3 Y aconteció que me volví y subí Omner, y la tierra de Heni, y la tie­
al monte; y mientras estaba en el rra de Sem, y la tierra de Haner, y
monte, vi abrirse los cielos y fui la tierra de Hannanníah, y a todos
revestido de a gloria; sus habitantes;
4 y vi al Señor; y estaba ante mi 10 y el Señor me dijo: Ve a los
faz, y habló conmigo, así como de este pueblo y diles: a Arrepen­
un hombre habla con otro, a cara tíos, no sea que yo venga y los
68 b Juan 1:12; DyC 34:3. b Alma 40:11–14. b Moisés 1:4.
GEE Hijos e hijas de 3 a GEE Transfiguración. 8 a 2 Ne. 26:33.
Dios. 4 a Gén. 32:30; 10 a Moisés 6:57.
7 1 a GEE Hijos e hijas de Deut. 5:4; GEE Arrepentimiento,
Dios. Moisés 1:2, 11, 31. arrepentirse.
Moisés 7:11–22 24
hiera con una maldición, y guerras y derramamiento de san­
perezcan. gre entre ellos; mas el Señor vino
11 Y me dio el mandamiento de y habitó con su pueblo, y moraron
a 
bautizar en el nombre del Padre, en rectitud.
y del Hijo, lleno de b gracia y de 17 El a temor del Señor cayó so­
verdad, y del c Espíritu Santo, que bre todas las naciones, por ser tan
da testimonio del Padre y del Hijo. grande la gloria del Señor que cu­
12 Y sucedió que Enoc continuó bría a su pueblo. Y el Señor b ben­
llamando a todo pueblo al arre­ dijo la tierra, y los de su pueblo
pentimiento, salvo al pueblo de fueron bendecidos sobre las mon­
Canaán; tañas y en los lugares altos, y pros­
13 y tan grande fue la a fe de Enoc peraron.
que dirigió al pueblo de Dios, y 18 Y el Señor llamó a Sion a su
sus enemigos salieron a la batalla pueblo, porque eran b uno en cora­
contra ellos; y él habló la palabra zón y voluntad, y vivían en recti­
del Señor, y tembló la tierra, y hu­ tud; y no había pobres entre ellos.
yeron las b montañas, de acuerdo 19 Y Enoc continuó su predi­
con su mandato; y los c ríos de cación en justicia al pueblo de
agua se desviaron de su cauce, y Dios. Y aconteció que en sus
se oyó el rugido de los leones en días él edificó una ciudad que se
el desierto; y todas las naciones llamó la Ciudad de Santidad, a
temieron en gran manera, por ser saber, Sion.
tan d poderosa la palabra de Enoc, 20 Y aconteció que Enoc habló
y tan grande el poder de la palabra con el Señor, y le dijo: Ciertamente
que Dios le había dado. a 
Sion morará segura para siempre.
14 También salió una tierra de Mas el Señor le dijo a Enoc: He
la profundidad del mar, y fue tan bendecido a Sion, pero he malde­
grande el temor de los enemigos cido al resto de la gente.
del pueblo de Dios, que huyeron 21 Y aconteció que el Señor le
y se apartaron lejos y se fueron a mostró a Enoc todos los habitantes
la tierra que salió de lo profundo de la tierra; y vio, y he aquí, con
del mar. el transcurso del tiempo, Sion fue
15 Y los a gigantes de la tierra a 
llevada al cielo. Y el Señor dijo
también se quedaron lejos; y cayó a Enoc: He allí mi morada para
una maldición sobre todo el pue­ siempre.
blo que pugnaba contra Dios; 22 Y Enoc también vio al resto
16 y de allí en adelante hubo de los del pueblo, que eran los
11 a GEE Bautismo, bautizar. d GEE Poder; 18 a GEE Sion.
b GEE Gracia. Sacerdocio. b Hech. 4:32; Filip. 2:1–4.
c GEE Espíritu Santo. 15 a Gén. 6:4; Moisés 8:18. GEE Unidad.
13 a GEE Fe. 17 a Éx. 23:27. 20 a Moisés 7:62–63.
b Mateo 17:20. b 1 Cró. 28:7–8; GEE Nueva Jerusalén.
c Moisés 6:34. 1 Ne. 17:35. 21 a Moisés 7:69.
25 Moisés 7:23–33
hijos de Adán; y eran una mez­ de ello, diciendo: ¿Por qué llo­
cla de toda la descendencia de ran los cielos, y derraman sus
Adán, salvo la de Caín, porque lágrimas como la lluvia sobre las
los de la posteridad de Caín montañas?
eran a negros, y no tenían cabida 29 Y dijo Enoc al Señor: ¿Cómo
entre ellos. es posible que tú a llores, si eres
23  Y después que Sion fue santo, y de eternidad en eterni­
llevada al a cielo, Enoc b miró; dad?
y he aquí, c todas las nacio­ 30 Y si fuera posible que el hom­
nes de la tierra estaban delante bre pudiese contar las partícu­
de él; las de la tierra, sí, de millones de
24 y una generación sucedía a a 
tierras como esta, no sería ni el
otra; y Enoc fue enaltecido y a ele­ principio del número de tus b crea­
vado hasta el seno del Padre y del ciones; y tus cortinas aún están
Hijo del Hombre; y he aquí, el po­ desplegadas; y tú todavía estás
der de Satanás se extendía sobre allí, y tu seno está allí; y también
toda la faz de la tierra. eres justo; eres misericordioso y
25 Y vio que descendían ángeles benévolo para siempre;
del cielo; y oyó una voz fuerte que 31 y de todas tus creaciones has
decía: ¡Ay! ¡Ay de los habitantes tomado a Sion a tu propio seno,
de la tierra! de eternidad en eternidad; y nada
26 Y vio a Satanás; y este tenía sino a paz, b justicia y c verdad es la
en su mano una a cadena grande habitación de tu trono; y la mise­
que cubrió de b obscuridad toda ricordia irá delante de tu faz y no
la faz de la tierra; y miró hacia tendrá fin; ¿cómo es posible que
arriba, y se rio, y sus c ángeles se llores?
alegraron. 32 El Señor dijo a Enoc: He allí
27 Y Enoc vio que descendían a estos, tus hermanos; son la obra
a 
ángeles del cielo, dando b testi­ de mis propias a manos, y les di
monio del Padre y del Hijo; y el su b conocimiento el día en que los
Espíritu Santo cayó sobre mu­ creé; y en el Jardín de Edén le di
chos, y fueron arrebatados hasta al hombre su c albedrío;
Sion por los poderes del cielo. 33 y a tus hermanos he dicho, y
28 Y aconteció que el Dios del también he dado mandamiento,
cielo miró al resto del pueblo, que se a amen el uno al otro, y
y lloró, y Enoc dio testimonio que me prefieran a mí, su Padre,
22 a 2 Ne. 26:33. c Judas 1:6; 31 a GEE Paz.
23 a GEE Cielo. DyC 29:36–37. b GEE Justicia.
b GEE Visión. 27 a GEE Ángeles. c GEE Verdad.
c DyC 88:47; b GEE Testimonio. 32 a Moisés 1:4.
Moisés 1:27–29. 29 a Isa. 63:7–10. b GEE Conocimiento.
24 a 2 Cor. 12:1–4. 30 a DyC 76:24; c GEE Albedrío.
26 a Alma 12:10–11. Moisés 1:33. 33 a GEE Amor.
b Isa. 60:1–2. b GEE Creación, crear.
Moisés 7:34–44 26
mas he aquí, no tienen afecto y ha abogado ante mi faz. Por consi­
aborrecen su propia sangre; guiente, él padece por los pecados
34 y el a fuego de mi indignación de ellos, si es que se arrepienten
está encendido en su contra; y en el día en que mi b Elegido vuelva
mi intenso desagrado enviaré los a mí, y hasta ese día se verán
b 
diluvios sobre ellos, porque mi c 
atormen­tados.
furiosa ira está encendida en con­ 40 Por esto, pues, llorarán los
tra de ellos. cielos, sí, y toda la obra de mis
35 He aquí, yo soy Dios; a Hom­ manos.
bre de Santidad es mi nombre; 41 Y aconteció que el Señor le
Varón de Consejo me llamo; y habló a Enoc, y le declaró todos
Sin Fin y Eterno es también mi los hechos de los hijos de los hom­
b 
nombre. bres; por lo que Enoc supo, y vio
36  Por consiguiente, puedo las abominaciones y la miseria de
exten­der mis manos y abarcar to­ ellos, y lloró y extendió sus brazos,
das las creaciones que he hecho; y se ensanchó su a corazón como
y mi a ojo las puede traspasar tam­ la anchura de la eternidad; y se
bién, y de entre toda la obra de conmovieron sus entrañas; y toda
mis manos jamás ha habido tan la eternidad tembló.
grande b iniquidad como entre tus 42 Y Enoc también vio a a Noé y
hermanos. a su b familia; que la posteridad de
37 Mas he aquí, sus pecados cae­ todos los hijos de Noé se salvaría
rán sobre la cabeza de sus padres. con una salvación temporal;
Satanás será su padre, y miseria su 43 por tanto, Enoc vio que Noé
destino; y todos los cielos llora­ construyó un a arca; y que el Se­
rán sobre ellos, sí, toda la obra de ñor estuvo complacido con ella,
mis manos; por tanto, ¿no han de y la sostuvo con su propia mano;
llorar los cielos, viendo que estos pero las aguas descendieron so­
han de sufrir? bre el resto de los inicuos y los
38 Mas he aquí, estos que tus ojos tragaron.
ven morirán en los diluvios; y he 44  Y al ver esto, Enoc sintió
aquí, los encerraré; he preparado amargura dentro de su alma, y
una a prisión para ellos. lloró por sus hermanos, y dijo a
39 Y a Aquel a quien he escogido los cielos: a No seré consolado;
34 a Isa. 30:27; Moisés 1:35–37. condenar.
Nahúm 1:6; b Gén. 6:5–6; 41 a Mos. 28:3.
DyC 35:14. Moisés 8:22, 28–30. GEE Compasión.
b Gén. 7:4, 10; 38 a 1 Pe. 3:18–20. 42 a GEE Noé, patriarca
Moisés 8:17, 24. GEE Infierno. bíblico.
GEE Diluvio en los 39 a Es decir, el Salvador. b Moisés 8:12.
tiempos de Noé. b Moisés 4:2; 43 a Gén. 6:14–16;
35 a Moisés 6:57. Abr. 3:27. Éter 6:7.
b Moisés 1:3. GEE Jesucristo. 44 a Sal. 77:2;
36 a DyC 38:2; 88:41; c GEE Condenación, Éter 15:3.
27 Moisés 7:45–54
mas el Señor le dijo: Anímese tu al Señor, diciendo: Oh Señor, ¿no
corazón, regocíjate y mira. tendrás compasión de la tierra?
45 Y aconteció que Enoc miró; y ¿No bendecirás a los hijos de Noé?
desde Noé vio a todas las familias 50 Y sucedió que Enoc continuó
de la tierra; y clamó al Señor, di­ su clamor al Señor, diciendo: Te
ciendo: ¿Cuándo vendrá el día del ruego, oh Señor, en el nombre de
Señor? ¿Cuándo será derramada la tu Unigénito, que es Jesucristo,
sangre del Justo, a fin de que todos que tengas misericordia de Noé
los que lloran sean a santificados y y su descendencia, para que las
tengan vida eterna? aguas nunca más vuelvan a cu­
46  Y el Señor dijo: Será en brir la tierra.
el a meridiano de los tiem­ 51 Y el Señor no pudo resistir; e
pos, en los días de iniquidad y hizo convenio con Enoc, y le juró
venganza. con juramento que detendría las
47 Y he aquí, Enoc vio el día de la a 
aguas; que visitaría a los hijos
venida del Hijo del Hombre en la de Noé;
carne; y se regocijó su alma, y dijo: 52 y expidió un decreto inaltera­
El Justo es levantado, y muerto es ble de que un a resto de su descen­
el a Cordero desde la fundación del dencia siempre se hallaría entre
mundo; y por medio de la fe estoy todas las naciones, mientras per­
en el seno del Padre, y he aquí, maneciese la tierra;
b 
Sion está conmigo. 53 y el Señor dijo: Bendito es
48 Y sucedió que Enoc miró a la aquel por medio de cuya descen­
a 
tierra; y oyó que venía una voz dencia vendrá el Mesías; porque
de sus entrañas, y decía: ¡Ay, ay él dice: Yo soy el a Mesías, el b Rey
de mí, la madre de los hombres! de Sion, la c Roca del Cielo, que
¡Estoy afligida, estoy fatigada por es extensa como la eternidad;
causa de la iniquidad de mis hijos! quien entre por la puerta y d suba
¿Cuándo b descansaré y quedaré por medio de mí, jamás caerá;
limpia de la c impureza que de mí por tanto, benditos son aquellos
ha salido? ¿Cuándo me santificará de quienes he hablado, porque
mi Creador para que yo descanse, vendrán con e canciones de gozo
y more la justicia sobre mi faz por sempiterno.
un tiempo? 54 Y sucedió que Enoc clamó al
49 Y cuando Enoc oyó que la Señor, diciendo: ¿Descansará la
tierra se lamentaba, lloró y clamó tierra cuando el Hijo del Hombre
45 a GEE Santificación. b Moisés 7:54, 58, 64. Alma 5:50;
46 a Moisés 5:57. c GEE Inmundicia, DyC 128:22.
47 a GEE Cordero de Dios. inmundo. c Sal. 71:3; 78:35;
b Moisés 7:21. 51 a Sal. 104:6–9. Hel. 5:12.
48 a GEE Tierra — La 52 a Moisés 8:2. GEE Roca.
purificación de la 53 a GEE Mesías. d 2 Ne. 31:19–20.
tierra. b Mateo 2:2; 2 Ne. 10:14; e GEE Música.
Moisés 7:55–63 28
venga en la carne? Te ruego me propia gracia; por consiguiente,
muestres estas cosas. te pregunto si no volverás otra
55 Y dijo el Señor a Enoc: Mira; vez a la tierra.
y mirando, vio que el a Hijo 60 Y el Señor dijo a Enoc: Vivo yo
del Hombre era levantado so­ que vendré en los a últimos días,
bre la b cruz, a la manera de los en los días de iniquidad y ven­
hombres; ganza, para cumplir el juramento
56  y oyó una fuerte voz; y que te hice concerniente a los hi­
fueron cubiertos los cielos; y jos de Noé;
todas las creaciones de Dios llo­ 61 y llegará el día en que a descan­
raron; y la tierra a gimió; y se hi­ sará la tierra, pero antes de ese
cieron pedazos los peñascos; día se b obscurecerán los cielos, y
y se b levantaron los santos y un c manto de tinieblas cubrirá la
fueron c coronados a la d diestra tierra; y temblarán los cielos así
del Hijo del Hombre con coronas como la tierra; y habrá grandes
de gloria; tribulaciones entre los hijos de
57 y salieron cuantos a espíri­ los hombres, mas d preservaré a
tus se hallaban en la b prisión, y mi pueblo;
se pusieron a la diestra de Dios; 62 y a justicia enviaré desde los
y el resto quedó en cadenas cielos; y la b verdad haré brotar
de tinieblas hasta el juicio del de la c tierra para d testificar de mi
gran día. Unigénito, de su resurrección de
58 Y Enoc lloró otra vez y clamó entre los muertos, sí, y también
al Señor, diciendo: ¿Cuándo des­ de la e resurrección de todos los
cansará la tierra? hombres; y haré que la justicia y la
59 Y Enoc vio al Hijo del Hom­ verdad inunden la tierra como con
bre ascender al Padre, y se dirigió un diluvio, a fin de f recoger a mis
al Señor, diciendo: ¿No vendrás escogidos de las cuatro partes de la
otra vez a la tierra? Por cuanto tierra a un lugar que yo prepararé,
eres Dios, y te conozco, y me has una Ciudad Santa, a fin de que mi
jurado, y me mandaste que pi­ pueblo ciña sus lomos y espere el
diera en el nombre de tu Unigé­ tiempo de mi venida; porque allí
nito; tú me has creado y me has estará mi tabernáculo, y se llamará
dado derecho a tu trono, y no Sion, una g Nueva Jerusalén.
de mí mismo, sino mediante tu 63 Y el Señor dijo a Enoc: Entonces
55 a GEE Hijo del Hombre. 60 a GEE Últimos días, GEE Restauración del
b 3 Ne. 27:14. postreros días. Evangelio.
GEE Crucifixión. 61 a GEE Tierra — El estado b GEE Libro de Mormón.
56 a Mateo 27:45, 50–51. final de la tierra. c Isa. 29:4.
b GEE Resurrección. b DyC 38:11–12; 112:23. d GEE Testimonio.
c GEE Corona; Exaltación. c GEE Velo. e GEE Resurrección.
d Mateo 25:34. d 1 Ne. 22:15–22; f GEE Israel — La
57 a GEE Espíritu. 2 Ne. 30:10. congregación de Israel.
b DyC 76:71–74; 88:99. 62 a Sal. 85:11. g GEE Nueva Jerusalén.
29 Moisés 7:64–8:7
tú y toda tu a ciudad los recibiréis entonces se extendió el dicho:
allí, y los recibiremos en nues­ Sion ha huido.
tro seno, y ellos nos verán; y nos
echaremos sobre su cuello, y ellos CAPÍTULO 8
sobre el nuestro, y nos besaremos (Febrero de 1831)
unos a otros;
Matusalén profetiza — Noé y sus hi-
64 y allí será mi morada, y será
jos predican el Evangelio — Prevalece
Sion, la cual saldrá de todas las
una gran iniquidad — No se hace caso
creaciones que he hecho; y por
del llamado al arrepentimiento —
el espacio de a mil años la tierra
Dios decreta la destrucción de toda
b 
descansará.
carne por medio del Diluvio.
65  Y aconteció que Enoc vio
el día de la a venida del Hijo del Y fueron todos los días de Enoc
Hombre, en los últimos días, cuatrocientos treinta años.
para morar en rectitud sobre 2 Y sucedió que a Matusalén, el
la tierra por el espacio de mil hijo de Enoc, no fue llevado, a fin
años; de que se cumplieran los conve­
66 pero antes de ese día vio gran­ nios que el Señor había hecho con
des tribulaciones entre los inicuos; Enoc, porque él verdaderamente
y también vio que el mar se agi­ hizo convenio con Enoc de que Noé
taba y que a desfallecía el corazón procedería del fruto de sus lomos.
de los hombres mientras espera­ 3  Y sucedió que Matusalén
ban con temor los b juicios del Dios profetizó que de sus lomos nace­
Todopoderoso que habrían de so­ rían todos los reinos de la tierra
brevenir a los inicuos. (mediante Noé), y se atribuyó la
67 Y el Señor le mostró a Enoc gloria a sí mismo.
todas las cosas, aun hasta el fin del 4 Y vino sobre la tierra un hambre
mundo; y vio el día de los justos, muy grave, y el Señor maldijo la
la hora de su redención; y recibió tierra con penosa maldición, y mu­
una plenitud de a gozo; chos de sus habitantes perecieron.
68 y fueron todos los días de 5  Y aconteció que Matusalén
a 
Sion, en la época de Enoc, tres­ vivió ciento ochenta y siete años,
cientos sesenta y cinco años. y engendró a Lamec;
69 Y Enoc y todo su pueblo a an­ 6  y después de engendrar a
duvieron con Dios, y él moró en Lamec, vivió Matusalén sete­
medio de Sion; y aconteció que cientos ochenta y dos años, y
Sion no fue más, porque Dios la engendró hijos e hijas;
llevó a su propio seno, y desde 7  y fueron todos los días de
63 a Apoc. 21:9–11; GEE Segunda venida de Moisés 8:1.
DyC 45:11–12; Jesucristo. 69 a Gén. 5:24;
Moisés 7:19–21. 66 a Isa. 13:6–7. Moisés 6:34.
64 a GEE Milenio. b GEE Juicio final. GEE Andar, andar con
b Moisés 7:48. 67 a GEE Gozo. Dios.
65 a Judas 1:14. 68 a Gén. 5:23; 8 2 a GEE Matusalén.
Moisés 8:8–21 30
Matusalén novecientos sesenta y de tus hijos se han vendido; por
a 

nueve años, y murió. lo que, he aquí, mi ira está encen­


8 Lamec vivió ciento ochenta y dida en contra de los hijos de los
dos años, y engendró un hijo, hombres, porque no quieren escu­
9 y le puso por nombre a Noé, di­ char mi voz.
ciendo: Este hijo nos consolará en 16 Y aconteció que Noé profetizó
cuanto a nuestro afán y el trabajo y enseñó las cosas de Dios, aun
de nuestras manos, por causa de la como fue en el principio.
tierra que el Señor ha b maldecido. 17 Y el Señor dijo a Noé: No a lu­
10 Y vivió Lamec, después de chará mi Espíritu con el hombre
engendrar a Noé, quinientos no­ para siempre, porque él ha de sa­
venta y cinco años, y engendró ber que toda b carne morirá; sin
hijos e hijas. embargo, serán sus días ciento
11 y fueron todos los días de La­ veinte años, y si los hombres no
mec setecientos setenta y siete se arrepienten, mandaré las c aguas
años, y murió. sobre ellos.
12 Y Noé tenía cuatrocientos cin­ 18 Y en aquellos días había a gi­
cuenta años, y a engendró a Jafet; gantes sobre la tierra, y buscaron
y cuarenta y dos años después, a Noé para quitarle la vida; mas el
engendró a b Sem de la que fue la Señor fue con Noé, y el b poder del
madre de Jafet, y a la edad de qui­ Señor reposó sobre él.
nientos años, engendró a c Cam. 19 Y el Señor a ordenó a b Noé se­
13 Y a Noé y sus hijos b escucharon gún su propio c orden, y le mandó
al Señor, y obedecieron, y se les que saliese a d declarar su evange­
llamó los c hijos de Dios. lio a los hijos de los hombres, tal
14 Y cuando estos hombres em­ como fue dado a Enoc.
pezaron a multiplicarse sobre la 20 Y aconteció que Noé exhortó
faz de la tierra, y les nacieron hi­ a los hijos de los hombres a que
jas, los a hijos de los hombres vie­ se a arrepintieran; pero no hicieron
ron que estas hijas eran bellas, y caso de sus palabras;
tomaron para sí esposas, según 21 y también, después de ha­
su elección. berlo escuchado, vinieron ante
15 Y el Señor dijo a Noé: Las hijas él, diciendo: He aquí, nosotros
9 a GEE Noé, patriarca Dios. 18 a Gén. 6:4; Núm. 13:33;
bíblico. 14 a Moisés 5:52. Josué 17:15.
b Moisés 4:23. 15 a GEE Matrimonio — b GEE Poder.
12 a Gén. 5:32. El matrimonio entre 19 a DyC 107:52.
GEE Jafet. personas de distintas GEE Ordenación,
b GEE Sem. religiones. ordenar.
c GEE Cam. 17 a Gén. 6:3; 2 Ne. 26:11; b Abr. 1:19.
13 a DyC 138:41. Éter 2:15; DyC 1:33. c GEE Sacerdocio de
GEE Gabriel. b 2 Ne. 9:4. Melquisedec.
b GEE Obediencia, GEE Carne. d GEE Obra misional.
obediente, obedecer. c Gén. 7:4, 10; 20 a GEE Arrepentimiento,
c GEE Hijos e hijas de Moisés 7:34. arrepentirse.
31 Moisés 8:22–30
somos los hijos de Dios; ¿no hemos 25 Y le pesó a Noé, y se afligió
tomado para nosotros a las hijas su corazón de que el Señor hu­
de los hombres? ¿No estamos a co­ biese formado al hombre sobre
miendo, bebiendo, y casándonos la tierra, y se apesadumbró su
y dando en casamiento? Nuestras corazón.
esposas nos dan hijos y estos son 26 Y el Señor dijo: a Raeré al hom­
hombres poderosos, semejantes a bre que he creado de sobre la faz
los hombres de la antigüedad, va­ de la tierra, tanto hombre como
rones de gran renombre. Y no hi­ bestia, y lo que se arrastra, y las
cieron caso de las palabras de Noé. aves del cielo, pues le pesa a Noé
22 Y Dios vio que la a iniquidad que yo los haya creado y hecho; y
de los hombres se había hecho me ha invocado, porque han inten­
grande en la tierra; y que todo tado quitarle la vida.
hombre se ensoberbecía con el de­ 27 Y así Noé halló a gracia ante
signio de los b pensamientos de su los ojos del Señor; porque Noé
corazón, siendo continuamente fue un hombre justo y b perfecto
perversos. en su generación; y c anduvo con
23 Y sucedió que Noé continuó Dios, así como sus tres hijos, Sem,
su a predicación al pueblo, di­ Cam y Jafet.
ciendo: Escuchad y dad oído a 28 La tierra se a corrompió delante
mis palabras; de Dios, y se llenó de violencia.
24 a creed y arrepentíos de vues­ 29 Y miró Dios la tierra; y he
tros pecados y b bautizaos en el aquí, estaba corrompida, porque
nombre de Jesucristo, el Hijo de toda carne había corrompido su
Dios, tal como nuestros padres, y camino sobre la tierra.
recibiréis el Espíritu Santo, a fin 30 Y dijo Dios a Noé: Ha llegado
de que se os c manifiesten todas para mí el fin de toda carne, por­
las cosas; y si no hacéis esto, las que la tierra está llena de violencia;
aguas vendrán sobre vosotros. Sin y he aquí, a destruiré a toda carne
embargo, no escucharon. de sobre la tierra.
21 a Mateo 24:38–39; 24 a GEE Creencia, creer. 27 a GEE Gracia.
JS—M 1:41. b GEE Bautismo, b Gén. 6:9.
22 a Gén. 6:5; bautizar — Requisitos c GEE Andar, andar con
Moisés 7:36–37. del bautismo. Dios.
b Mos. 4:30; c 2 Ne. 32:2–5. 28 a Gén. 6:11–13.
Alma 12:14. 26 a GEE Tierra — La 30 a DyC 56:3.
GEE Pensamientos. purificación de la
23 a GEE Predicar. tierra.
FACSÍMILE DEL LIBRO DE ABRAHAM
Núm. 1.

Explicación del grabado


Fig. 1. El ángel del Señor.
Fig. 2. Abraham atado sobre un altar.
Fig. 3. El sacerdote idólatra de Elkénah intentando ofrecer a Abraham como sacrificio.
Fig. 4. El altar de sacrificio de los sacerdotes idólatras; se halla ante los dioses de El­
kénah, de Líbnah, de Mahmáckrah, de Korash y de Faraón.
Fig. 5. El dios idolátrico de Elkénah.
Fig. 6. El dios idolátrico de Líbnah.
Fig. 7. El dios idolátrico de Mahmáckrah.
Fig. 8. El dios idolátrico de Korash.
Fig. 9. El dios idolátrico de Faraón.
Fig. 10. Abraham en Egipto.
Fig. 11. Tiene por objeto representar los pilares del cielo, cual lo entendían los egipcios.
Fig. 12. Raukeeyang, que significa expansión, o sea, el firmamento arriba de nuestra
cabeza; pero en este caso, en relación con este asunto, los egipcios querían indicar Shau­
mau, estar en alto, o sea, en los cielos, que corresponde a la palabra hebrea Shaumahyeem.
EL LIBRO DE ABRAHAM
TRADUCIDO DEL PAPIRO POR JOSÉ SMITH

Una traducción de unos anales antiguos que han llegado a nuestras manos
procedentes de las catacumbas de Egipto. Los escritos de Abraham mientras
se hallaba en Egipto, llamado el Libro de Abraham; fue escrito de su propia
mano en papiro.
CAPÍTULO 1 un heredero legítimo, un e Sumo
Sacer­dote, poseedor del f derecho
Abraham busca las bendiciones del
que pertenecía a los patriarcas.
orden patriarcal — Es perseguido,
3 Me fue a conferido de los pa­
en Caldea, por sacerdotes falsos —
dres; descendió de los padres,
Jehová lo salva — Se hace una rese­ña
desde que comenzó el tiempo, sí,
de los orígenes de Egipto y del go-
aun desde el principio, o sea, antes
bierno de este.
de la fundación de la tierra hasta

E
b 
N la tierra de los a caldeos, en
la morada de mi padre, yo,
Abraham, vi que me era necesario
el tiempo presente, a saber, el de­
recho del b primogénito, o sea, del
primer hombre, el cual es c Adán,
buscar otro lugar donde c morar; nuestro primer padre, y por con­
2 y hallando que había mayor ducto de los padres hasta mí.
a 
felicidad, paz y b reposo para mí, 4 Busqué mi a nombramiento en
busqué las bendiciones de los pa­ el sacerdocio conforme al nombra­
dres, y el derecho al cual yo debía miento de Dios a los padres en lo
ser ordenado, a fin de adminis­ que atañe a la descendencia.
trarlas; habiendo sido yo mismo 5 Habiéndose apartado mis a pa­
seguidor de la c rectitud, deseando dres de su rectitud y de los santos
también ser el poseedor de gran mandamientos que el Señor su
d 
conocimiento, y ser un seguidor Dios les había dado, y habiéndose
más fiel de la rectitud, y lograr entregado a la b adoración de los
un conocimiento mayor, y ser pa­ ídolos de los paganos, se negaron
dre de muchas naciones, un prín­ por completo a escuchar mi voz;
cipe de paz, y anhelando recibir 6 porque sus corazones estaban
instrucciones y guardar los man­ resueltos a hacer lo malo, y se ha­
damientos de Dios, llegué a ser bían entregado completamente
1 1 a GEE Ur. d DyC 42:61. GEE Primogénito.
b GEE Abraham. GEE Conocimiento. c Moisés 1:34.
c Hech. 7:2–4. e GEE Sumo sacerdote. GEE Adán.
2 a GEE Gozo. f GEE Sacerdocio de 4 a GEE Primogenitura.
b GEE Descansar, Melquisedec. 5 a Gén. 12:1.
descanso (reposo). 3 a DyC 84:14. b GEE Idolatría.
c GEE Rectitud, recto. b DyC 68:17.
Abraham 1:7–16 34
al dios de Elkénah, y al dios de
a 
para adorar dioses de madera ni
Líbnah, al dios de Mahmáckrah, de piedra; por consiguiente, les
al dios de Korash y al dios de Fa­ quitaron la vida sobre este altar,
raón, rey de Egipto; y se hizo según la manera de los
7  de modo que, tornaron sus egipcios.
corazones al sacrificio de los pa­ 12 Y sucedió que los sacerdotes
ganos, ofreciendo sus hijos a sus me tomaron por la fuerza, a fin
ídolos mudos, y no escucharon de matarme a mí también, como
mi voz, sino que trataron de qui­ lo hicieron con aquellas vírgenes
tarme la vida por mano del sacer­ sobre este altar; y para que tengáis
dote de Elkénah. El sacerdote de una idea de este altar, os referiré a
Elkénah era también el sacerdote la representación que se encuentra
de Faraón. al principio de este relato.
8 En este tiempo era costumbre 13  Estaba hecho en forma de
del sacerdote de Faraón, rey de cama, semejante a las que se usa­
Egipto, ofrecer hombres, muje­ ban entre los caldeos, y se hallaba
res y niños como sacrificio a estos ante los dioses de Elkénah, Líbnah,
dioses extraños, sobre el altar que Mahmáckrah, Korash y también
se había construido en la tierra de un dios parecido al de Faraón, rey
Caldea. de Egipto.
9 Y sucedió que el sacerdote ofre­ 14 Para que entendáis cómo eran
ció un sacrificio al dios de Faraón, estos dioses, os he hecho una re­
y también al dios de Shagreel, a la presentación de ellos en las figu­
manera de los egipcios. El dios de ras que se encuentran al principio,
Shagreel era el sol. tipo de figuras que los caldeos
10 Y hasta un niño ofreció el llaman Rahleenos, que significa
sacerdote de Faraón, como jeroglíficos.
ofrenda de gratitud, sobre el al­ 15 Y al levantar sus manos contra
tar que se hallaba junto a la co­ mí para sacrificarme y quitarme la
lina llamada la colina de Potifar, vida, he aquí, elevé mi voz al Se­
a la cabecera de la planicie de ñor mi Dios, y el Señor a escuchó
Olishem. y oyó, y me llenó con la visión
11 Ahora bien, en cierta ocasión, del Todopoderoso, y el ángel de
este sacerdote había sacrificado a su presencia se puso a mi lado e
tres vírgenes, hijas de Onítah, uno inmediatamente b soltó mis liga­
de los de linaje real directamente duras;
de los lomos de a Cam. Sacrificaron 16  y me habló su voz: Abra­
a estas vírgenes por motivo de su ham, Abraham, he aquí, a Jehová
virtud; no quisieron b postrarse es mi nombre, y te he oído, y he
6 a Es decir, los dioses Abr., fac. 1. 15 a Mos. 9:17–18.
falsos, los cuales se 11 a GEE Cam. b Abr. 2:13.
representan en b Dan. 3:13–18. 16 a GEE Jehová.
35 Abraham 1:17–27
descendido para librarte y llevarte todos los egipcios, y así se con­
de la casa de tu padre y de toda tu servó la sangre de los cananeos
parentela a una b tierra extraña de en la tierra.
la cual nada sabes; 23 La tierra de a Egipto fue descu­
17 y esto por causa de que han bierta primeramente por una mu­
apartado sus corazones de mí para jer que era hija de Cam e hija de
adorar al dios de Elkénah, y al Egyptus, que en caldeo significa
dios de Líbnah, y al dios de Mah­ Egipto, y quiere decir aquello que
máckrah, y al dios de Korash, y al está prohibido.
dios de Faraón, rey de Egipto; por 24 Cuando esta mujer la descu­
tanto, he descendido para visitar­ brió, la tierra se hallaba inundada,
los y destruir a aquel que ha levan­ y más tarde estableció a sus hijos
tado su mano contra ti, Abraham, allí; y así nació de Cam la raza
hijo mío, para quitarte la vida. que conservó la maldición sobre
18 He aquí, con mi mano te con­ la tierra.
duciré, y te llevaré para poner so­ 25 Ahora, Faraón, el hijo mayor
bre ti mi nombre, sí, el a sacerdocio de Egyptus, hija de Cam, estable­
de tu padre, y mi poder descansará ció el primer gobierno de Egipto,
sobre ti. y fue a semejanza del gobierno de
19 Cual fue con Noé, tal será con­ Cam, el cual era patriarcal.
tigo; pero mediante tu ministerio 26 Faraón, siendo un hombre
se conocerá mi a nombre en la tie­ justo, estableció su reino y juzgó
rra para siempre, porque yo soy prudente y rectamente a su pueblo
tu Dios. todos sus días, tratando sincera­
20 He aquí, la colina de Potifar se mente de imitar el orden que los
hallaba en la tierra de a Ur de los padres establecieron en las pri­
caldeos. Y el Señor derribó el altar meras generaciones, en los días
de Elkénah y de los dioses de la del primer reinado patriarcal, sí,
tierra, y los destruyó por completo, en el reinado de Adán y también
e hirió al sacerdote de modo que de Noé, su padre, quien lo bendijo
murió; y hubo gran luto en Caldea con las a bendiciones de la tierra y
y también en la corte de Faraón; y con las bendiciones de sabiduría,
Faraón significa rey por sangre real. mas lo maldijo en cuanto al sa­
21 Este rey de Egipto era descen­ cerdocio.
diente de los lomos de a Cam y por 27 Siendo, pues, Faraón de ese
nacimiento era de la sangre de los linaje que le impedía poseer el
b 
cananeos. derecho del a sacerdocio, aun
22 De esta descendencia nacieron cuando los Faraones de buena
16 b GEE Tierra prometida. 21 a Gén. 10:6; 23 a GEE Egipto.
18 a GEE Sacerdocio. Sal. 78:51; 26 a GEE Bendecido,
19 a Gén. 12:1–3. Moisés 8:12. bendecir, bendición.
20 a Gén. 11:28; b Moisés 7:6–8. 27 a DO 2.
Abr. 2:4. GEE Canaán, cananeo. GEE Sacerdocio.
Abraham 1:28–2:5 36
gana lo habrían reclamado de Noé, CAPÍTULO 2
por el linaje de Cam, resultó que
Abraham sale de Ur para trasladarse
mi padre fue descarriado por la
a Canaán — Jehová se le aparece en
idolatría de ellos;
Harán — Todas las bendiciones del
28  pero de aquí en adelante
Evangelio se prometen a su descen-
procu­raré delinear la cronología
dencia y, por medio de su descenden-
que se remonta desde mí hasta el
cia, a todos — Llega a Canaán y sigue
principio de la creación, porque
hasta Egipto.
han llegado a mis manos los a ana­
les que tengo hasta el día de hoy. Ahora, Dios el Señor hizo que se
29 Y después que el sacerdote agravase el hambre en la tierra de
de Elkénah fue herido y murió, se Ur, tanto que murió mi hermano
cumplieron las cosas que me fue­ a 
Harán; pero mi padre b Taré siguió
ron dichas con respecto a la tierra viviendo en la tierra de Ur de los
de Caldea, de que habría hambre caldeos.
en la tierra. 2 Y aconteció que yo, Abraham,
30 De modo que prevaleció el tomé por esposa a a Sarai; y b Na­
hambre por toda la tierra de Cal­ cor, mi hermano, tomó por esposa
dea, y mi padre se vio atormen­ a Milca, la cual era hija de Harán.
tado gravemente por causa del 3 Y el Señor me había a dicho:
hambre, y se arrepintió del mal Abraham, sal de tu país y de tu
que había resuelto en contra de parentela y de la casa de tu padre,
mí para quitarme la a vida. a una tierra que yo te mostraré.
31 Pero el Señor mi Dios pre­ 4 Por consiguiente, salí de la tie­
servó en mis propias manos los rra de a Ur de los caldeos para ir
anales de los padres, sí, los pa­ a la tierra de Canaán; y llevé a
triarcas, concernientes al dere­ Lot, el hijo de mi hermano, y a
cho del sacerdocio; por tanto, he su esposa, y a Sarai, mi esposa;
guardado hasta el día de hoy el y mi b padre también me siguió
conocimiento del principio de la hasta la tierra que llamamos
creación, y también de los a pla­ Harán.
netas y de las estrellas, tal como 5 Y menguó el hambre; y mi pa­
se dio a conocer a los patriarcas; dre se quedó en Harán y allí moró,
y trataré de escribir algunas de porque había muchos rebaños
estas cosas en este relato para el en Harán; y mi padre volvió de
beneficio de mi posteridad que nuevo a su a idolatría, por lo que
vendrá después de mí. permaneció en Harán.
28 a Moisés 6:5. 2 1 a Gén. 11:28. b Gén. 11:27; 22:20–24.
GEE Libro de b Gén. 11:24–26; 3 a Gén. 12:1; Hech. 7:1–3.
memorias. 1 Cró. 1:26. 4 a Neh. 9:7.
30 a Abr. 1:7. 2 a Gén. 11:29. b Gén. 11:31–32.
31 a Abr. 3:1–18. GEE Sara. 5 a Josué 24:2.
37 Abraham 2:6–14
6 Mas yo, Abraham, y a Lot, el nombre; pues cuantos reciban este
hijo de mi hermano, oramos al a 
evangelio serán llamados por tu
Señor, y el Señor se me b apareció nombre; y serán considerados
y me dijo: Levántate y toma a Lot tu b descendencia, y se levanta­
contigo; porque me he propuesto rán y te bendecirán como c padre
sacarte de Harán y hacer de ti un de ellos;
ministro para llevar mi c nombre 11  y a bendeciré a los que te
en una d tierra extraña que daré bendi­jeren, y maldeciré a los que
por posesión sempiterna a los de te maldijeren; y en ti (es decir, en
tu descendencia después de ti, tu sacerdocio) y en tu b descenden­
cuando escuchen mi voz. cia (es decir, tu sacerdocio), pues te
7 Porque yo soy el Señor tu Dios; prometo que en ti continuará este
yo habito en el cielo; la tierra es el c 
derecho, y en tu descendencia
a 
estrado de mis pies; extiendo mi después de ti (es decir, la descen­
mano sobre el mar, y obedece mi dencia literal, o sea, la descenden­
voz; hago que el viento y el fuego cia corporal) serán bendecidas
me sean por b carro; a las montañas todas las familias de la tierra, sí,
digo: Idos de aquí; y he aquí, se las con las bendiciones del evangelio,
lleva el torbellino en un instante, que son las bendiciones de salva­
repentinamente. ción, sí, de vida eterna.
8  a Jehová es mi nombre, y b co­ 12 Y después que el Señor hubo
nozco el fin desde el principio; por cesado de hablarme, y retiró su
lo tanto, te cubriré con mi mano. faz de mí, dije en mi corazón: Tu
9 Y haré de ti una nación grande siervo te a buscó diligentemente;
y te a bendeciré sobremanera, y en­ ahora te he hallado;
grandeceré tu nombre entre todas 13 enviaste a tu ángel para a li­
las naciones, y serás una bendición brarme de los dioses de Elkénah,
para tu descendencia después de y bien haré si escucho tu voz; per­
ti, para que en sus manos lleven mite, pues, que tu siervo se le­
este ministerio y b sacerdocio a to­ vante y vaya en paz.
das las naciones. 14 Así que yo, Abraham, salí
10 Y las bendeciré mediante tu como el Señor me había dicho,
6 a GEE Lot. b GEE Omnisciente. Gál. 3:29;
b Gén. 17:1. 9 a 1 Ne. 17:40; 2 Ne. 30:2.
GEE Jesucristo — La 2 Ne. 29:14; c GEE Patriarca,
existencia premortal de 3 Ne. 20:27; patriarcal.
Cristo. Morm. 5:20. 11 a GEE Abraham,
c Gén. 12:2–3; GEE Abraham — La convenio de (convenio
Abr. 1:19. descendencia de abrahámico).
d Gén. 13:14–15; 17:8; Abraham. b Isa. 61:9.
Éx. 33:1. b DyC 84:17–19; c GEE Israel;
GEE Tierra prometida. Moisés 6:7. Primogenitura;
7 a 1 Ne. 17:39; GEE Sacerdocio de Sacerdocio.
DyC 38:17. Melquisedec. 12 a DyC 88:63.
b Isa. 66:15–16. 10 a Gál. 3:7–9. 13 a Abr. 1:15–17.
8 a GEE Jehová. b Gén. 13:16;
Abraham 2:15–25 38
y Lot fue conmigo; y yo, Abraham, respuesta a mis oraciones, y me
tenía a sesenta y dos años de edad dijo: Daré esta a tierra a tu descen­
cuando salí de Harán. dencia.
15 Y tomé a a Sarai, a quien ha­ 20 Y yo, Abraham, me levanté
bía recibido por esposa cuando del lugar donde le había edificado
moraba en b Ur de los caldeos, y a el altar al Señor, y me trasladé de
Lot, el hijo de mi hermano, junto allí a una montaña al oriente de
con todos nuestros bienes que ha­ Betel, y planté mi tienda allí, es­
bíamos reunido, y las almas que tando a Betel al occidente y b Hai
habíamos c ganado en Harán, y al oriente; y allí levanté otro altar
tomamos el camino de la tierra al Señor, e c invoqué de nuevo el
de d Canaán, habitando en tiendas nombre del Señor.
mientras viajábamos; 21 Y yo, Abraham, viajé, con­
16 por tanto, la eternidad fue tinuando todavía hacia el sur; y
nuestra protección y nuestra seguía el hambre en la tierra; y
a 
roca y salvación, mientras via­ yo, Abraham, decidí descender a
jábamos de Harán por el camino Egipto para morar allí, porque se
de Jersón para llegar a la tierra de agravó el hambre.
Canaán. 22 Y sucedió que cuando estaba
17 Entonces yo, Abraham, edifi­ cerca, ya para entrar en Egipto, el
qué un a altar en la tierra de Jersón Señor me dijo: He aquí, a Sarai tu
e hice una ofrenda al Señor, e im­ esposa es de hermoso aspecto;
ploré que se apartara el b hambre 23  por tanto, sucederá que
de los de la casa de mi padre, a fin cuando la vean los egipcios, di­
de que no perecieran. rán: Su esposa es; y te matarán,
18 Y de Jersón pasamos por el mas a ella le preservarán la vida;
país hasta llegar al sitio de Siquem, por tanto, hazlo de esta manera:
que se encontraba en las llanuras 24 Diga ella a los egipcios que es
de More; y ya habíamos llegado a tu hermana, y vivirá tu alma.
las fronteras de la tierra de los a ca­ 25 Y aconteció que yo, Abraham,
naneos; y allí en el valle de More dije a Sarai, mi esposa, todo lo que
ofrecí b sacrificio e invoqué devo­ el Señor me había dicho; por tanto,
tamente al Señor, porque ya ha­ te ruego les digas que eres mi her­
bíamos llegado a la tierra de esta mana, para que me vaya bien por
nación idólatra. causa tuya, y viva mi alma por
19 Y el Señor se me apareció en causa de ti.
14 a Gén. 12:4–5. 17 a GEE Altar. GEE Tierra prometida.
15 a GEE Sara. b Abr. 1:29. 20 a GEE Bet-el.
b GEE Ur. 18 a Gén. 12:6. b Gén. 13:3–4.
c GEE Conversión, b GEE Sacrificios. c Gén. 12:8.
convertir. 19 a Gén. 13:12–15; 17:8; 22 a Gén. 12:11–13.
d GEE Canaán, cananeo. Éx. 3:1–10;
16 a GEE Roca. Núm. 34:2.
39 Abraham 3:1–9
CAPÍTULO 3 pequeño que aquel que ha de se­
ñorear el día, sí, la luz de la noche,
Abraham aprende acerca del sol, la
está más arriba, o sea, es mayor
luna y las estrellas por medio del Urim
que aquel donde te encuentras,
y Tumim — El Señor le revela la na-
en cuanto a computación, pues
turaleza eterna de los espíritus — Se
se mueve en orden más despacio;
entera de la vida preterrenal, así como
esto va en orden, porque se halla
de la preordenación, de la Creación,
sobre la tierra en la cual estás; por
de la selección de un Redentor y del
consiguiente, no es tanta la com­
segundo estado del hombre.
putación de su tiempo, en lo que
Y yo, Abraham, tenía el a Urim y respecta a su número de días, de
Tumim, que el Señor mi Dios me meses y de años.
había dado en Ur de los caldeos; 6 Y el Señor me dijo: Abraham,
2 y vi las a estrellas, y que eran estos a dos hechos existen, he aquí,
muy grandes, y que una de ellas tus ojos lo ven; te es concedido co­
se hallaba más próxima al trono nocer los tiempos de computar y el
de Dios; y había muchas de las tiempo fijo, sí, el tiempo fijo de la
grandes que estaban cerca; tierra sobre la cual estás, así como
3 y el Señor me dijo: Estas son las el tiempo fijo del luminar mayor
que rigen; y el nombre de la mayor que se ha puesto para señorear el
es a Kólob, porque está cerca de mí, día y el tiempo fijo del luminar
pues yo soy el Señor tu Dios; a esta menor que se ha puesto para se­
la he puesto para regir a todas las ñorear la noche.
que pertenecen al mismo orden 7 Ahora, el tiempo fijo del lumi­
que esa sobre la cual estás. nar menor es más largo, en cuanto
4 Y el Señor me dijo por el Urim a su computación, que la compu­
y Tumim que Kólob era conforme tación del tiempo de la tierra sobre
a la manera del Señor, según sus la cual estás.
tiempos y estaciones en sus revo­ 8 Y donde existan estos dos he­
luciones; que una revolución era chos, habrá otro sobre ellos, es
un a día para el Señor, según su decir, habrá otro planeta cuya
manera de contar, que es mil b años computación de tiempo será más
de acuerdo con el tiempo que le es larga todavía;
señalado a esa donde estás. Esta 9  y así habrá la computación
es la computación del tiempo del del tiempo de un planeta sobre
Señor, según el cómputo de Kólob. otro, hasta acercarte a Kólob,
5 Y el Señor me dijo: El planeta el cual es según la computa­
que es el luminar menor, más ción del tiempo del Señor. Este
3 1 a Éx. 28:30; 2 a Abr. 1:31. 4 a Abr. 5:13.
Mos. 8:13; 28:13–16; 3 a Véase b Sal. 90:4;
JS—H 1:35. Abr., fac. 2, figs. 1–5. 2 Pe. 3:8.
GEE Urim y Tumim. GEE Kólob. 6 a Abr. 3:16–19.
FACSÍMILE DEL LIBRO DE ABRAHAM
Núm. 2.
Explicación del grabado anterior
Fig. 1. Kólob, que significa la primera creación, la más próxima a lo celestial, o sea, a
la morada de Dios. Primera en gobierno, última en cuanto a la medida de tiempo. La
medida corresponde al tiempo celestial, que significa un día por codo. Un día en Kó­
lob equivale a mil años, según la manera de medir de esta tierra, a la cual los egipcios
dan el nombre de Jah-oh-eh.
Fig. 2. Se halla contigua a Kólob, llamada Olíblish por los egipcios, y constituye la
siguiente gran creación regente cerca de lo celestial, o sea, el lugar donde Dios mora;
posee también la llave de poder perteneciente a otros planetas; así lo reveló Dios a
Abraham cuando este ofreció sacrificio sobre un altar que había edificado al Señor.
Fig. 3. Tiene por objeto representar a Dios, sentado sobre su trono, revestido de po­
der y autoridad; lleva sobre la cabeza una corona de luz eterna. También representa
las grandes palabras claves del Santo Sacerdocio cual fueron reveladas a Adán en el
Jardín de Edén, como también a Set, a Noé, Melquisedec, Abraham y a todos aquellos
a quienes se revelaba el sacerdocio.
Fig. 4. Corresponde a la palabra hebrea Raukeeyang, que significa expansión, o sea,
el firmamento celeste; también un símbolo numérico egipcio que significa mil; corres­
ponde a la medida del tiempo de Olíblish, que es igual que Kólob en su revolución y
su computación de tiempo.
Fig. 5. Se llama Enish-go-on-dosh en egipcio. Este también es uno de los planetas
regentes, y los egipcios dicen que es el sol, y que recibe su luz de Kólob por conducto
de Kae-e-vanrash, que es la magna Llave, o en otras palabras, el poder gobernante que
rige a otros quince planetas o estrellas fijos, así como a Floeese, o sea, la luna, la tierra
y el sol en sus revoluciones anuales. Este planeta recibe su poder por conducto de
Kli-flos-is-es o Hah-ko-kau-beam, las estrellas, que en los números 22 y 23 se represen­
tan recibiendo luz de las revoluciones de Kólob.
Fig. 6. Representa a esta tierra en sus cuatro partes.
Fig. 7. Representa a Dios, sentado sobre su trono, revelando a través de los cielos las
grandes palabras claves del sacerdocio. También la señal del Espíritu Santo a Abraham,
en forma de paloma.
Fig. 8. Contiene escritos que no se pueden revelar al mundo; pero se pueden recibir
en el Santo Templo de Dios.
Fig. 9. No se debe revelar por ahora.
Fig. 10. Ídem.
Fig. 11. Ídem. Si el mundo puede descubrir estos números, así sea. Amén.
Las figuras 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20 y 21 se revelarán en el propio y debido
tiempo del Señor.
Se presenta la traducción anterior hasta donde tenemos el derecho de hacerlo
actualmente.
Abraham 3:10–20 42
Kólob está colocado cerca del 15 Y el Señor me dijo: Abraham,
trono de Dios para gobernar a to­ te enseño estas cosas antes que en­
dos aquellos planetas que perte­ tres en Egipto, para que declares
necen al mismo a orden que aquel todas estas palabras.
sobre el cual estás. 16 Si existen dos cosas, y una está
10  Y te es dado a conocer el sobre la otra, habrá cosas mayo­
tiempo fijo de todas las estrellas res sobre ellas; por consiguiente,
que han sido puestas para dar luz, a 
Kólob es la mayor de todas las
hasta acercarte al trono de Dios. Kókaubeam que has visto, porque
11 Así fue que yo, Abraham, a ha­ está más cerca de mí.
blé con el Señor cara a cara, como 17 Ahora bien, si hay dos co­
un hombre habla con otro; y me sas, una sobre la otra, y si la luna
habló de las obras que sus manos está sobre la tierra, entonces
habían hecho; puede ser que sobre ella exista
12 y él me dijo: Hijo mío, hijo un planeta o una estrella; y no
mío (y tenía extendida su mano), hay nada que el Señor tu Dios dis­
he aquí, te mostraré todas estas. ponga en su corazón hacer que él
Y puso su mano sobre mis ojos, y no a haga.
vi aquellas cosas que sus manos 18 De ahí que él hizo la estrella
habían creado, las cuales eran mu­ mayor. Así también, si hay dos
chas; y se multiplicaron ante mis espíritus, y uno es más inteligente
ojos, y no pude ver su fin. que el otro, sin embargo estos dos
13 Y me dijo: Esto es Shinehah, espíritus, a pesar de ser uno más
que es el sol. Y me dijo: Kókob, inteligente que el otro, no tienen
que significa estrella. Y me dijo: principio; existieron antes, no ten­
Olea, que es la luna. Y me dijo: drán fin, existirán después, porque
Kókaubeam, que quiere decir es­ son a gnolaum o eternos.
trellas, o sea, todos los grandes 19 Y el Señor me dijo: Estos dos
luminares que había en el firma­ hechos existen: Hay dos espíritus,
mento del cielo. y uno es más inteligente que el
14 Y era de noche cuando el Se­ otro; habrá otro más inteligente
ñor me habló estas palabras: Te que ellos; yo soy el Señor tu Dios,
a 
multiplicaré a ti, y a tu b posteri­ soy a más inteligente que todos
dad después de ti, igual que a es­ ellos.
tas; y si puedes contar el c número 20 El Señor tu Dios envió a su
de las arenas, así será el número ángel para a librarte de las manos
de tus descendientes. del sacerdote de Elkénah.
9 a DyC 88:37–44. c Gén. 22:17; palabra hebrea que
11 a Gén. 17:1; Oseas 1:10. significa eterno.
Núm. 12:5–8. 16 a Abr. 3:3. 19 a Isa. 55:8–9.
14 a Abr. 2:9. 17 a Job 9:4–12. GEE Omnisciente.
b Gén. 13:16; 18 a Gnolaum es la 20 a Abr. 1:15.
DyC 132:30. transliteración de una
43 Abraham 3:21–4:1
21 Yo habito en medio de todos tierra sobre la cual estos puedan
c 

ellos; por tanto, he descendido morar;


ahora para darte a conocer las 25 y con esto los a probaremos,
a 
obras que mis manos han hecho, para ver si b harán todas las cosas
por lo que mi b sabiduría los so­ que el Señor su Dios les mandare;
brepuja a todos ellos, pues reino 26 y a los que guarden su a primer
arriba en los cielos y abajo en la estado les será añadido; y aquellos
tierra, con toda sabiduría y pru­ que no guarden su primer estado
dencia, sobre todas las inteligen­ no tendrán gloria en el mismo
cias que tus ojos han visto desde el reino con los que guarden su pri­
principio; yo descendí en el prin­ mer estado; y a quienes guarden
cipio en medio de todas las inte­ su b segundo estado, les será
ligencias que has visto. aumentada c gloria sobre su cabeza
22 Y el Señor me había mostrado para siempre jamás.
a mí, Abraham, las a inteligencias 27 Y el a Señor dijo: ¿A quién en­
que fueron organizadas b antes que viaré? Y respondió uno semejante
existiera el mundo; y entre todas al b Hijo del Hombre: Heme aquí;
estas había muchas de las c nobles envíame. Y c otro contestó, y dijo:
y grandes; Heme aquí; envíame a mí. Y el Se­
23 y vio Dios que estas almas ñor dijo: Enviaré al primero.
eran buenas, y estaba en medio 28 Y el a segundo se llenó de ira,
de ellas, y dijo: A estos haré mis y no guardó su primer estado; y
gobernantes; pues estaba entre b 
muchos lo siguieron ese día.
aquellos que eran espíritus, y vio
que eran buenos; y me dijo: Abra­ CAPÍTULO 4
ham, tú eres uno de ellos; fuiste
Los Dioses proyectan la creación de
a 
escogido antes de nacer.
la tierra y toda vida sobre ella — Se
24  Y estaba entre ellos a uno
exponen los planes de los seis días de
que era semejante a Dios, y dijo
la creación.
a los que se hallaban con él:
Descenderemos, pues hay es­ Entonces el Señor dijo: Des­
pacio allá, y tomaremos de es­ cendamos. Y descendieron en
tos materiales y b haremos una el a principio, y ellos, esto es, los
21 a DyC 88:45–47; Preordenación. mortalidad.
Moisés 1:27–29. 24 a GEE Primogénito. c Tito 1:2.
b GEE Sabiduría. b GEE Creación, crear. GEE Gloria.
22 a GEE Inteligencia(s). c GEE Tierra — Se creó 27 a GEE Trinidad — Dios el
b GEE Concilio de los para el hombre. Padre.
cielos; 25 a DyC 98:12–14; 124:55. b GEE Hijo del Hombre;
Vida preterrenal. GEE Albedrío; Jesucristo.
c DyC 138:55. Plan de redención. c Moisés 4:1–2.
23 a Isa. 49:1–5; b GEE Obediencia, 28 a GEE Diablo.
Jer. 1:5. obediente, obedecer. b GEE Hijos de perdición.
GEE Escoger, escogido 26 a Judas 1:6. 4 1 a Gén. 1:1;
(verbo); b GEE Mortal, Moisés 2:1.
Abraham 4:2–14 44
Dioses, organizaron y formaron
b 
hasta la tarde llamaron día; y fue
los cielos y la tierra. la segunda b ocasión que designa­
2 Y la tierra, después de ser for­ ron noche y día.
mada, estaba vacía y desolada, 9 Y los Dioses ordenaron, di­
porque no habían formado más ciendo: Júntense en a un lugar las
que la tierra; y la obscuridad pre­ b 
aguas que están debajo del cielo,
valecía sobre la faz del abismo, y y aparezca la tierra seca; y fue he­
el Espíritu de los Dioses a cubría la cho como lo ordenaron;
faz de las aguas. 10 y a la parte seca los Dioses
3 Y ellos (los Dioses) dijeron: llamaron Tierra; y al recogimiento
Haya luz; y hubo luz. de las aguas llamaron a Grandes
4 Y ellos (los Dioses) compren­ Aguas; y los Dioses vieron que se
dieron la luz, porque brillaba; y les obedecía.
sepa­raron la luz, o sea, hicieron 11 Y los Dioses dijeron: Prepare­
que fuera separada de las tinieblas. mos la tierra para que produzca
5 Y los Dioses llamaron a la luz a 
pasto; la hierba que dé semilla; el
Día, y a las tinieblas llamaron No­ árbol frutal que dé fruto según su
che. Y aconteció que desde la tarde especie, cuya semilla dentro de sí
hasta la mañana llamaron noche, reproduzca su especie sobre la tie­
y desde la mañana hasta la tarde rra; y fue así, tal como ordenaron.
llamaron día; y este fue el primero, 12 Y los Dioses organizaron la
o sea, el principio de lo que ellos tierra para que produjese el pasto
llamaron día y noche. de su propia semilla, y la hierba
6 Y los Dioses también dijeron: para que de su propia semilla pro­
Haya una a expansión en medio dujese hierba, dando semilla se­
de las aguas, y esta separará las gún su especie; y la tierra para
aguas de las aguas. que produjese el árbol frutal de su
7 Y los Dioses ordenaron la ex­ propia semilla, cuya semilla solo
pansión, de modo que separó las pudiera reproducir lo que estu­
aguas que estaban debajo de la viese en sí, según su especie; y los
expansión de las aguas que esta­ Dioses vieron que se les obedecía.
ban sobre la expansión; y así fue, 13 Y aconteció que contaron los
tal como ordenaron. días; de la tarde a la mañana lla­
8 Y los Dioses llamaron a la ex­ maron noche, y aconteció que de
pansión a Cielo. Y sucedió que lo la mañana a la tarde llamaron día;
que fue desde la tarde hasta la y fue la tercera ocasión.
mañana llamaron noche; y sucedió 14  Y los Dioses organizaron
que lo que fue desde la mañana los a luminares en la expansión
1 b GEE Creación, crear. 8 a GEE Cielo. 10 a Gén. 1:10;
2 a Gén. 1:2; b Gén. 1:8. Abr. 4:22.
Moisés 2:2. 9 a Gén. 1:9. 11 a Gén. 1:11–12;
6 a Gén. 1:4–6; b Amós 9:6; Moisés 2:11–12.
Moisés 2:4. Moisés 2:7. 14 a DyC 88:7–11.
45 Abraham 4:15–26
del cielo, e hicieron que separasen abundantemente, según su es­
el día de la noche; y los organiza­ pecie; y toda ave alada, según su
ron para que fuesen por señales especie. Y los Dioses vieron que
y por estaciones, y por días y por se les obedecería, y que su plan
años; era bueno.
15 y los organizaron para que 22 Y los Dioses dijeron: Los ben­
fuesen por luminares en la ex­ deciremos y haremos que fructi­
pansión del cielo, para alumbrar fiquen y se multipliquen y llenen
la tierra; y fue así. las aguas en los mares, o sea,
16 Y los Dioses organizaron los las a grandes aguas; y haremos
dos grandes luminares, el luminar que las aves se multipliquen en
a 
mayor para señorear el día, y el la tierra.
luminar menor para señorear la 23 Y sucedió que de la tarde a la
noche; con el luminar menor tam­ mañana llamaron noche; y sucedió
bién fijaron las estrellas; que de la mañana a la tarde llama­
17 y los Dioses los pusieron en ron día; y fue la quinta ocasión.
la expansión de los cielos para 24 Y los a Dioses prepararon la
dar luz a la tierra, y para que tierra para que produjese anima­
señoreasen el día y la noche, y les vivientes, según su especie,
hacer que separasen la luz de las ganado y todo lo que se arrastra,
tinieblas. y bestias de la tierra según su es­
18 Y los Dioses vigilaron aquellas pecie; y así se hizo, tal como ha­
cosas que habían ordenado hasta bían dicho.
que obedecieron. 25 Y los Dioses organizaron la
19 Y sucedió que de la tarde a la tierra para que produjese las bes­
mañana fue noche; y sucedió que tias según su especie, y ganado
de la mañana a la tarde fue día; y según su especie; y todo lo que se
fue la cuarta ocasión. arrastra sobre la tierra, según su
20 Y los Dioses dijeron: Prepare­ especie; y los Dioses vieron que
mos las aguas para que produzcan obedecerían.
en abundancia los seres animados 26 Y los Dioses tomaron a consejo
que tienen vida; y las aves, para entre sí, y dijeron: Descendamos
que vuelen sobre la tierra en la y formemos al b hombre a nuestra
vasta expansión del cielo. c 
imagen, conforme a nuestra seme­
21  Y los Dioses prepararon janza; y le daremos dominio sobre
las aguas para que produjesen los peces del mar, sobre las aves
grandes a ballenas y todo ser vi­ del cielo, sobre el ganado y sobre
viente que se mueve, los cuales toda la tierra y toda cosa que se
las aguas habían de producir arrastra sobre la tierra.
16 a Gén. 1:16. 22 a Abr. 4:10. b GEE Hombre(s).
21 a Gén. 1:21; 24 a GEE Trinidad. c Moisés 6:8–10.
Moisés 2:21. 26 a GEE Consejo.
Abraham 4:27–5:6 46
27  De modo que los Dioses
a 
CAPÍTULO 5
descendieron para organizar
Los Dioses terminan Sus planes de la
al hombre a su propia imagen,
creación de todas las cosas — Llevan a
para formarlo a imagen de los
efecto la Creación de acuerdo con Sus
Dioses, para formarlos varón y
planes — Adán pone nombre a toda
hembra.
criatura viviente.
28 Y dijeron los Dioses: Los ben­
deciremos. Y los Dioses dijeron: Y así terminaremos los cielos y la
Haremos que fructifiquen y se tierra, y todas sus huestes.
multipliquen, y llenen la tierra y 2 Y los Dioses dijeron entre sí: En
la sojuzguen; y que tengan domi­ la a séptima ocasión terminaremos
nio sobre los peces del mar, so­ nuestra obra que hemos acordado;
bre las aves del cielo y sobre toda y en ella descansaremos de toda
cosa viviente que se mueve sobre nuestra obra que hemos acordado.
la tierra. 3 Y en la séptima vez los Dioses
29  Y los Dioses dijeron: He concluyeron, porque en ella iban a
aquí, les daremos toda hierba a 
descansar de todas sus obras que
que produce semilla que nacerá ellos (los Dioses) acordaron entre
sobre la faz de toda la tierra, y sí formar; y la b santificaron. Y así
todo árbol que producirá fruto; fueron sus decisiones al tiempo
sí, les daremos el fruto del árbol que acordaron entre sí formar los
que da semilla; esto les será por cielos y la tierra.
a 
alimento. 4 Y descendieron los Dioses y
30 Y a toda bestia de la tierra, a formaron los orígenes de los cie­
toda ave del cielo y a todo lo que los y de la tierra, cuando fueron
se arrastra sobre la tierra, he aquí, hechos el día en que los Dioses
les daremos vida, y también, les formaron la tierra y los cielos,
daremos toda hierba verde como 5 de acuerdo con todo lo que
alimento, y así se organizarán to­ habían dicho concerniente a toda
das estas cosas. planta del campo a antes que se ha­
31 Y los Dioses dijeron: Haremos llase sobre la tierra, y toda hierba
todo lo que hemos dicho y los or­ del campo antes que creciese; por­
ganizaremos; y he aquí, serán muy que los Dioses no habían hecho
obedientes. Y sucedió que de la llover sobre la tierra cuando acor­
tarde a la mañana llamaron noche; daron hacerlos, y no habían for­
y sucedió que de la mañana a la mado al hombre para que labrase
tarde llamaron día; y contaron la la tierra.
a 
sexta ocasión. 6 Mas subía de la tierra un vapor
y regaba toda la faz de la tierra.
27 a Gén. 1:26–27; 5 2 a GEE Día de reposo. 5 a GEE Creación
Abr. 5:7. 3 a Éx. 20:8–11; espiritual.
29 a Gén. 1:29–30. Mos. 13:16–19.
31 a Éx. 31:17. b DyC 77:12.
FACSÍMILE DEL LIBRO DE ABRAHAM
Núm. 3.

Explicación del grabado


Fig. 1. Abraham, sentado sobre el trono de Faraón por cortesía del rey, con una corona
sobre su cabeza, que representa el sacerdocio, como emblema de la gran Presidencia
del Cielo; en la mano lleva el cetro de justicia y de juicio.
Fig. 2. El rey Faraón, cuyo nombre aparece en los caracteres arriba de su cabeza.
Fig. 3. Significa Abraham en Egipto como también aparece en la figura 10 del facsí­
mile número 1.
Fig. 4. Príncipe de Faraón, rey de Egipto, según lo que se ve escrito arriba de su mano.
Fig. 5. Shulem, uno de los siervos principales del rey, según lo representan los carac­
teres que aparecen arriba de su mano.
Fig. 6. Olímlah, esclavo del príncipe.
Abraham, en la corte del rey, está razonando sobre los principios de astronomía.
Abraham 5:7–21 48
7 Y los Dioses formaron al hom­
a 
aún no le habían señalado a Adán
bre del b polvo de la tierra, y toma­ su manera de calcular el tiempo.
ron su c espíritu (esto es, el espíritu 14 Y los Dioses dijeron: Hagamos
del hombre), y lo pusieron dentro una ayuda idónea al hombre, por
de él; y soplaron en su nariz el cuanto no es bueno que el hombre
aliento de vida, y el hombre fue esté solo; por consiguiente, forma­
d 
alma viviente. remos para él una ayuda idónea.
8 Y los Dioses plantaron un jar­ 15 Y los Dioses hicieron que ca­
dín hacia el oriente en a Edén, y allí yera un sueño profundo sobre
pusieron al hombre, cuyo espíritu a 
Adán, y durmió; y tomaron una
habían puesto dentro del cuerpo de sus costillas y cerraron la carne
que habían formado. en su lugar;
9 Y los Dioses hicieron que de 16 y de la costilla que los Dio­
la tierra naciese todo árbol que ses habían tomado del hombre,
es agradable a la vista y bueno formaron ellos una a mujer, y se la
como alimento; también el a árbol trajeron al hombre.
de la vida en medio del jardín, y 17 Y Adán dijo: Esta era hueso de
el árbol de la ciencia del bien y mis huesos, y carne de mi carne;
del mal. ahora será llamada Varona, por­
10 Había un río que corría del que del varón fue tomada;
Edén para regar el jardín, y de allí 18 por lo tanto, dejará el hom­
se repartía en cuatro brazos. bre a su padre y a su madre, y se
11 Y los Dioses tomaron al hom­ a 
allegará a su esposa, y serán b una
bre y lo pusieron en el Jardín de sola carne.
Edén para que lo labrase y lo guar­ 19 Y estaban ambos desnudos,
dase. el hombre y su esposa, y no se
12 Y los Dioses dieron manda­ avergonzaban.
miento al hombre, diciendo: De 20 Y de la tierra formaron los
todo árbol del jardín podrás comer Dioses toda bestia del campo y
libremente, toda ave del cielo, y las llevaron
13 mas del árbol de la ciencia a Adán para ver qué nombre les
del bien y del mal no comerás, había de dar; y lo que Adán lla­
porque en la ocasión en que de mara a toda cosa viviente, tal sería
él comieres, de seguro morirás. su nombre.
Ahora bien, yo, Abraham, vi que 21 Y Adán dio nombre a todo ga­
era según el a tiempo del Señor, nado, a las aves del cielo, a toda
que era según el tiempo de b Kólob; bestia del campo; y se halló una
porque hasta entonces los Dioses ayuda idónea para Adán.
7 a Abr. 4:26–31. d GEE Alma. 15 a GEE Adán.
b Moisés 4:25; 6:59. 8 a GEE Edén. 16 a GEE Eva.
c Gén. 2:7; 9 a GEE Árbol de la vida. 18 a DyC 42:22; 49:15–16.
DyC 93:33. 13 a 2 Pe. 3:8. b GEE Matrimonio.
GEE Espíritu; b Abr. 3:2–4.
Vida preterrenal. GEE Kólob.
JOSÉ SMITH—MATEO
Parte de la traducción de la Biblia cual se reveló a José Smith el Profeta en
1831: Mateo 23:39 y el capítulo 24.
Jesús predice la destrucción inminente estando sentado en el monte de
de Jerusalén — También habla de la los Olivos, los discípulos vinieron
segunda venida del Hijo del Hombre a él en privado, diciendo: Dinos,
y de la destrucción de los inicuos. ¿cuándo serán estas cosas que has
dicho concerniente a la destruc­

P ORQUE os digo que desde


ahora no me veréis, ni sabréis
que yo soy aquel de quien los pro­
ción del templo y de los judíos;
y cuál es la b señal de tu c venida y
del d fin del mundo, o sea, la des­
fetas escribieron, hasta que digáis: trucción de los e inicuos, que es el
Bendito el que a viene en el nombre fin del mundo?
del Señor, en las nubes del cielo, y 5 Y Jesús respondió y les dijo:
todos los santos ángeles con él. En­ Mirad que nadie os engañe;
tonces sus discípulos entendieron 6 porque vendrán muchos en mi
que él volvería a la tierra después nombre, diciendo: Yo soy Cristo;
que fuese glorificado y coronado y engañarán a muchos;
a la diestra de b Dios. 7 entonces os entregarán para ser
2 Y salió Jesús y se alejó del tem­ a 
afligidos, y os matarán; y todas
plo; y vinieron a él sus discípulos las naciones os b aborrecerán por
para oírle, y dijeron: Maestro, de­ causa de mi nombre;
cláranos concerniente a los edifi­ 8 y entonces se ofenderán mu­
cios del templo, pues has dicho: chos, y se traicionarán unos a
Serán derribados y quedarán de­ otros, y se aborrecerán unos a
solados. otros;
3 Y Jesús les dijo: ¿Veis todas es­ 9 y muchos falsos profetas se le­
tas cosas y no las comprendéis? En vantarán y engañarán a muchos;
verdad os digo, no quedará aquí, 10 y debido a que abundará la
en este templo, a piedra sobre pie­ maldad, el a amor de muchos se
dra que no sea derribada. enfriará;
4 Y Jesús se apartó de ellos, y 11 mas el que permanezca firme
subió al a monte de los Olivos. Y y no sea vencido, este será salvo.
1 1 a Mateo 26:64; GEE Señales de los e Mal. 4:1;
Hech. 1:11. tiempos; DyC 133:64–74.
b GEE Trinidad. Últimos días, postreros GEE Inicuo, iniquidad.
3 a Lucas 19:44. días. 7 a 1 Pe. 4:12–14.
4 a GEE Olivos, monte c GEE Segunda venida b GEE Persecución,
de los. de Jesucristo. perseguir.
b Lucas 21:7–36; d GEE Mundo — El fin 10 a DyC 45:27.
DyC 45:16–75. del mundo.
José Smith—Mateo 1:12–29 50
12 Por tanto, cuando veáis la además, después de la tribulación
a 
abominación desoladora de la de aquellos días que vendrá sobre
cual habló b Daniel el profeta, con­ Jerusalén, si alguien os dijere: He
cerniente a la destrucción de c Jeru­ aquí el Cristo, o allí, no le creáis;
salén, quedaos en el d lugar santo; 22 porque en aquellos días tam­
el que lee, entienda. bién se levantarán falsos Cristos
13 Entonces huyan a los a montes y falsos profetas, y harán grandes
los que estén en Judea; señales y prodigios, a tal grado
14 el que se encuentre sobre el que engañarán, si fuere posible,
techado huya, y no vuelva para aun a los mismos escogidos, que
sacar cosa alguna de su casa; son los escogidos conforme al con­
15 tampoco regrese por su ropa venio.
el que esté en el campo; 23 He aquí, os digo estas cosas
16 y, ¡ay de las que estén a em­ por el bien de los a escogidos; y
barazadas y de las que críen en también oiréis de b guerras y ru­
aquellos días! mores de guerras; mirad que no
17 Por tanto, rogad al Señor que os turbéis, porque ha de acontecer
no sea vuestra huida en invierno, cuanto os dije; mas aún no es el fin.
ni en día de reposo; 24 He aquí, os lo he dicho antes;
18 porque en aquellos días ven­ 25 por tanto, si os dijeren: He
drá gran tribulación sobre los aquí, está en el desierto; no vayáis.
a 
judíos y sobre los habitantes de Helo aquí en las cámaras secretas;
b 
Jerusalén, cual Dios jamás ha en­ no lo creáis.
viado sobre Israel, desde el co­ 26 Porque así como la luz de la
mienzo de su reino hasta el día de mañana nace en el a oriente y res­
hoy; no, ni jamás será enviada de plandece hasta el occidente, y cu­
nuevo sobre Israel. bre toda la tierra, así también será
19 Todas las cosas que les han la venida del Hijo del Hombre.
acontecido no son sino el princi­ 27 Y ahora os declaro una pará­
pio de los dolores que vendrán bola. He aquí, donde estuviere el
sobre ellos. cuerpo, allí se juntarán las águi­
20 Y a menos que fuesen acorta­ las; así también se a recogerán mis
dos esos días, no se salvaría nin­ escogidos de los cuatro extremos
guna de su carne; pero por el bien de la tierra.
de los escogidos, según el conve­ 28 Y ellos oirán de guerras y ru­
nio, se acortarán aquellos días. mores de guerras.
21 He aquí, estas cosas os he di­ 29 He aquí, hablo por el bien
cho concernientes a los judíos; y de mis escogidos; porque nación
12 a Dan. 12:11. 16 a Lucas 23:29–30. 26 a Ezeq. 43:2.
b GEE Daniel. 18 a GEE Judíos. 27 a GEE Israel — La
c GEE Jerusalén. b Zac. 12; 14:1–5. congregación de Israel.
d DyC 101:22–25. 23 a GEE Elegidos.
13 a DyC 133:13. b DyC 45:26.
51 José Smith—Mateo 1:30–43
se levantará contra nación, y reino se lamentarán todas las tribus
contra reino; habrá a hambres, de la tierra; y verán al Hijo del
pestes y terremotos en diversos Hombre que b viene en las nu­
lugares. bes del cielo, con poder y gran
30  Y otra vez, por motivo de gloria;
que abundará la iniquidad, el 37  y el que atesore mi a pala­
amor de muchos se enfriará; mas bra no será engañado, porque el
el que no fuere vencido, este se Hijo del Hombre vendrá y en­
salvará. viará a sus b ángeles delante de
31 Y otra vez, este Evangelio del sí con el fuerte son de trom­
Reino será predicado en todo el peta, y c juntarán al resto de sus
a 
mundo, por testimonio a todas las escogidos de los cuatro vientos,
naciones; y entonces vendrá el fin, desde un extremo del cielo hasta
o sea, la destrucción de los inicuos; el otro.
32 y de nuevo se cumplirá la abo­ 38 Ahora, aprended la parábola
minación desoladora predicha por de la a higuera: Cuando sus ramas
Daniel el profeta. todavía están tiernas y empieza
33 E inmediatamente después de a cubrirse de hojas, sabéis que el
la tribulación de aquellos días, el verano está cerca;
a 
sol se obscurecerá, y la luna no 39 así igualmente mis escogidos,
dará su luz, y las estrellas caerán cuando vean todas estas cosas,
del cielo, y serán conmovidos los sabrán que él está cerca, sí, a las
poderes del cielo. puertas.
34 De cierto os digo, no pasará la 40 Pero de aquel día y hora, nadie
generación en la cual se muestren a 
sabe; no, ni los ángeles de Dios en
estas cosas, sin que se cumpla todo el cielo, sino mi Padre únicamente.
lo que yo he dicho. 41 Pero como fue en los días de
35 Aun cuando llegarán los días a 
Noé, así también será en la venida
en que pasarán el cielo y la tierra; del Hijo del Hombre;
sin embargo, mis a palabras no pa­ 42 porque con ellos será como
sarán, sino que todas se cumplirán. fue en los días antes del a diluvio;
36 Y como antes dije, después de porque hasta el día en que Noé
la a tribulación de aquellos días, entró en el arca, estaban comiendo
y de haber sido conmovidos los y bebiendo, casándose y dando en
poderes de los cielos, entonces casamiento;
aparecerá la señal del Hijo del 43  y no supieron hasta que
Hombre en el cielo, y entonces llegó el diluvio y se los llevó a
29 a DyC 43:24–25. b GEE Segunda venida de 38 a DyC 35:16.
31 a Mateo 28:19–20. Jesucristo. 40 a DyC 39:20–21; 49:7.
33 a Joel 2:10; 37 a GEE Escrituras. 41 a Gén. 6:5.
DyC 29:14. b DyC 29:11–15. 42 a GEE Diluvio en los
35 a DyC 1:38. c GEE Israel — La tiempos de Noé.
36 a JS—M 1:18. congregación de Israel.
José Smith—Mateo 1:44–55 52
todos; así también será la venida puesto por mayordomo sobre su
del Hijo del Hombre. casa, para darles alimento a su de­
44 Entonces se cumplirá todo lo bido tiempo?
que está escrito, que en los a últi­ 50  Bienaventurado es aquel
mos días estarán dos en el campo; siervo al cual, cuando su señor
y uno será tomado, y el otro será venga, lo encuentre haciendo así;
b 
dejado; y de cierto os digo, lo hará mayor­
45 dos estarán moliendo en el domo de todos sus bienes.
molino; uno será tomado, y el otro 51 Mas si aquel siervo inicuo di­
será dejado. jere en su corazón: Mi señor a de­
46 Y lo que digo a uno, lo digo a mora su venida,
todos los hombres; a velad, pues, 52 y empezare a golpear a sus
porque no sabéis la hora en que consiervos, y a comer y beber con
vuestro Señor viene. los borrachos,
47 Mas sabed esto, que si el buen 53 el señor de ese siervo vendrá
hombre de la casa hubiera sabido en el día en que este no lo estará
en cuál vigilia llegaría el ladrón, esperando, y a la hora que no sabe,
habría velado, y no habría dejado 54 y lo cortará por en medio, y
minar su casa, antes habría estado le señalará su parte con los hipó­
prevenido. critas; allí será el llanto y el a crujir
48 Por tanto, estad preparados de dientes.
también vosotros, porque el Hijo 55 Y así viene el a fin de los ini­
del Hombre vendrá a la hora que cuos, según la profecía de Moisés,
no pensáis. que dice: Serán desarraigados de
49 ¿Quién es, pues, el siervo a pru­ entre el pueblo; mas el fin de la
dente y fiel, a quien su señor ha tierra no es aún, sino pronto.
44 a GEE Últimos días, 49 a GEE Confianza, confiar. DyC 1:9–10; 29:17.
postreros días. 51 a DyC 45:26. GEE Mundo — El fin
b Zac. 13:8. 54 a Mateo 8:12. del mundo.
46 a GEE Atalaya, atalayar. 55 a 2 Ne. 30:10;
JOSÉ SMITH—HISTORIA
SELECCIONES DE LA HISTORIA DE JOSÉ SMITH EL PROFETA

José Smith habla de sus ascendientes, tal como han sucedido, o como en
de los miembros de su familia y de los la actualidad existen, siendo ocho,
lugares donde habían vivido anterior- con este [1838], los años que han
mente — En la parte occidental de transcurrido desde la a organiza­
Nueva York, predomina una agitación ción de dicha Iglesia.
extraordinaria en cuanto a religión — 3 a Nací en el año de nuestro Se­
Resuelve buscar sabiduría como lo ñor mil ochocientos cinco, el día
aconseja Santiago — El Padre y el veintitrés de diciembre, en el pue­
Hijo se aparecen a José Smith y este blo de Sharon, condado de Wind­
es llamado a su ministerio profético. sor, estado de Vermont. . . Tendría
(Versículos 1–20). yo unos diez años de edad, cuando
mi padre, que también se llamaba

D EBIDO a las muchas noticias José [Joseph] Smith, salió del es­
b 

que personas mal dispuestas tado de Vermont y se trasladó


e insidiosas han hecho circular a Palmyra, condado de Ontario
acerca del a origen y progreso de (hoy Wayne), estado de Nueva
b 
La Iglesia de Jesucristo de los York. Como a los cuatro años de
Santos de los Últimos Días, con las la llegada de mi padre a Palmyra,
cuales sus autores han intentado se mudó con su familia a Man­
combatir su reputación como Igle­ chester, en el mismo condado de
sia y su progreso en el mundo, se Ontario.
me ha persuadido a escribir esta 4 Once personas integraban su
historia para sacar del error a la familia, a saber, mi padre a Joseph
opinión pública y presentar a los Smith; mi b madre, Lucy Smith
que buscan la verdad los hechos (cuyo apellido de soltera era
tal como han sucedido, tanto en Mack, hija de Solomon Mack);
lo concerniente a mí, así como a mis hermanos c Alvin (fallecido
la Iglesia, y lo hago hasta donde el 19 de noviembre de 1823, a
el conocimiento de estos hechos los veinticinco años de edad),
me lo permite. d 
Hyrum, yo, e Samuel Harrison,
2 En este relato presentaré con William, Don Carlos, y mis her­
verdad y justicia los varios sucesos manas Sophronia, Catherine y
que con esta Iglesia se relacionan, Lucy.
1 1 a GEE Restauración del La. Joseph.
Evangelio. 2 a DyC 20:1. b GEE Smith, Lucy Mack.
b GEE Iglesia de 3 a GEE Smith, hijo, José. c DyC 137:5–6.
Jesucristo de los Santos b 2 Ne. 3:15. d GEE Smith, Hyrum.
de los Últimos Días, 4 a GEE Smith, padre, e GEE Smith, Samuel H.
José Smith—Historia 1:5–9 54
5 Durante el segundo año de con el otro, si es que alguna vez la
nuestra residencia en Manchester, abrigaron, se había perdido com­
surgió en la región donde vivía­ pletamente en una a lucha de pa­
mos una agitación extraordinaria labras y contienda de opiniones.
sobre el tema de la religión. Em­ 7 Por esa época tenía yo catorce
pezó entre los metodistas, pero años de edad. La familia de mi
pronto se generalizó entre todas padre se convirtió a la fe presbite­
las sectas de la comarca. En ver­ riana; y cuatro de ellos ingresaron a
dad, parecía repercutir en toda esa iglesia, a saber, mi madre Lucy,
la región, y grandes multitudes mis hermanos Hyrum y Samuel
se unían a los diferentes partidos Harrison, y mi hermana Sophronia.
religiosos, ocasionando no poca 8 Durante estos días de tanta agi­
agitación y división entre la gente; tación, invadieron mi mente una
pues unos gritaban: “a ¡He aquí!”; y seria reflexión y gran inquietud;
otros: “¡He allí!”. Unos contendían pero no obstante la intensidad de
a favor de la fe metodista, otros a mis sentimientos, que a menudo
favor de la presbiteriana y otros a eran punzantes, me conservé apar­
favor de la bautista. tado de todos estos grupos, aun­
6 Porque a pesar del gran amor que concurría a sus respectivas
expresado por los conversos de reuniones cada vez que la ocasión
estas distintas creencias en el mo­ me lo permitía. Con el transcurso
mento de su conversión, y del gran del tiempo llegué a inclinarme un
celo manifestado por los clérigos tanto a la secta metodista, y sentí
respectivos, que activamente sus­ cierto deseo de unirme a ella, pero
citaban y fomentaban este cuadro eran tan grandes la confusión y
singular de sentimientos religiosos la contención entre las diferentes
—a fin de lograr convertir a todos, denominaciones, que era impo­
como se complacían en decir, pese sible que una persona tan joven
a la secta que fuere— sin embargo, como yo, y sin ninguna experien­
cuando los conversos empezaron cia en cuanto a los hombres y las
a dividirse, unos con este partido cosas, llegase a una determinación
y otros con aquel, se vio que los precisa sobre quién tenía razón y
supuestos buenos sentimientos, quién no.
tanto de los sacerdotes como de 9 Tan grande e incesante eran
los conversos, eran más fingidos el clamor y el alboroto, que a
que verdaderos; porque siguió una veces mi mente se agitaba en
escena de gran confusión y malos extremo. Los presbiterianos es­
sentimientos —sacerdote conten­ taban decididamente en con­
diendo con sacerdote, y converso tra de los bautistas y de los
con converso— de modo que toda metodistas, y se valían de toda
esa buena voluntad del uno para la fuerza del razonamiento, así
5 a Mateo 24:23. 6 a GEE Contención, contienda.
55 José Smith—Historia 1:10–15
como de la sofistería, para de­ porque los maestros religiosos de
mostrar los errores de aquellos, las diferentes sectas a entendían
o por lo menos, hacer creer a la los mismos pasajes de las Escri­
gente que estaban en error. Por turas de un modo tan distinto,
otra parte los bautistas y los me­ que destruían toda esperanza de
todistas, a su vez, se afanaban con resolver el problema recurriendo
el mismo celo para establecer sus a la b Biblia.
propias doctrinas y refutar las de­ 13 Finalmente llegué a la conclu­
más. sión de que tendría que perma­
10 En medio de esta guerra de necer en tinieblas y confusión, o
palabras y tumulto de opiniones, de lo contrario, hacer lo que San­
a menudo me decía a mí mismo: tiago aconsejaba, esto es, recurrir
¿Qué se puede hacer? ¿Cuál de to­ a Dios. Al fin tomé la determina­
dos estos grupos tiene a razón; o es­ ción de “a pedir a Dios”, habiendo
tán todos en error? Si uno de ellos decidido que si él daba sabiduría
es verdadero, ¿cuál es, y cómo po­ a quienes carecían de ella, y la
dré saberlo? impartía abundantemente y sin
11 Agobiado bajo el peso de las reprochar, yo podría intentarlo.
graves dificultades que provoca­ 14 Por consiguiente, de acuerdo
ban las contiendas de estos grupos con esta resolución mía de recurrir
religiosos, un día estaba leyendo la a Dios, me retiré al bosque para
Epístola de Santiago, primer capí­ hacer la prueba. Fue por la ma­
tulo y quinto versículo, que dice: ñana de un día hermoso y despe­
Y si alguno de vosotros tiene falta de jado, a principios de la primavera
sabiduría, pídala a Dios, quien da a de 1820. Era la primera vez en mi
todos abundantemente y sin reproche, vida que hacía tal intento, porque
y le será dada. en medio de toda mi ansiedad,
12 Ningún pasaje de las Escritu­ hasta ahora no había procurado
ras jamás penetró el corazón de un a 
orar vocalmente.
hombre con más fuerza que este 15 Después de apartarme al lugar
en esta ocasión, el mío. Pareció que previamente había designado,
introducirse con inmenso poder mirando a mi derredor y encon­
en cada fibra de mi corazón. Lo trándome solo, me arrodillé y em­
medité repetidas veces, sabiendo pecé a elevar a Dios el deseo de mi
que si alguien necesitaba sabidu­ corazón. Apenas lo hube hecho,
ría de Dios, esa persona era yo; cuando súbitamente se apoderó
porque no sabía qué hacer, y a de mí una fuerza que me dominó
menos que obtuviera mayor co­ por completo, y surtió tan asom­
nocimiento del que hasta enton­ brosa influencia en mí, que se me
ces tenía, jamás llegaría a saber; trabó la lengua, de modo que no
10 a GEE Verdad. b GEE Biblia. 14 a GEE Oración.
12 a 1 Cor. 2:10–16. 13 a GEE Oración.
José Smith—Historia 1:16–20 56
pude hablar. Una densa obscuri­ de saber a cuál unirme. Por tanto,
dad se formó alrededor de mí, y luego que me hube recobrado lo
por un momento me pareció que suficiente para poder hablar, pre­
estaba destinado a una destruc­ gunté a los Personajes que esta­
ción repentina. ban en la luz arriba de mí, cuál de
16 Mas esforzándome con todo todas las sectas era la verdadera
mi aliento por a pedirle a Dios que (porque hasta ese momento nunca
me librara del poder de este ene­ se me había ocurrido pensar que
migo que se había apoderado de todas estuvieran en error), y a cuál
mí, y en el momento en que estaba debía unirme.
para hundirme en la desespera­ 19 Se me contestó que no debía
ción y entregarme a la destruc­ unirme a ninguna, porque todas
ción —no a una ruina imaginaria, estaban en a error; y el Personaje
sino al poder de un ser efectivo que me habló dijo que todos sus
del mundo invisible que ejercía credos eran una abominación a su
una fuerza tan asombrosa como vista; que todos aquellos profeso­
yo nunca había sentido en ningún res se habían pervertido; que “con
otro ser— precisamente en este sus labios me b honran, pero su
momento de tan grande alarma vi c 
corazón lejos está de mí; enseñan
una columna de b luz, más brillante como doctrinas los d mandamien­
que el c sol, directamente arriba tos de los hombres, teniendo e apa­
de mi cabeza; y esta luz gradual­ riencia de piedad, mas negando el
mente descendió hasta descansar poder de ella”.
sobre mí. 20 De nuevo me mandó que no
17 No bien se apareció, me sentí me uniera a ninguna de ellas; y
libre del enemigo que me había su­ muchas otras cosas me dijo que
jetado. Al reposar sobre mí la luz, no puedo escribir en esta ocasión.
a 
vi en el aire arriba de mí a b dos Cuando otra vez volví en mí, me
Personajes, cuyo fulgor y c gloria encontré de espaldas mirando
no admiten descripción. Uno de hacia el cielo. Al retirarse la luz,
ellos me habló, llamándome por mi me quedé sin fuerzas, pero poco
nombre, y dijo, señalando al otro: después, habiéndome recobrado
Este es mi d Hijo e Amado: ¡Escúchalo! hasta cierto punto, volví a casa.
18 Había sido mi objeto a recurrir Al apoyarme sobre la mesilla de la
al Señor para saber cuál de todas chimenea, mi madre me preguntó
las sectas era la verdadera, a fin si algo me pasaba. Yo le contesté:
16 a
Moisés 1:20. d GEE Jesucristo. b Isa. 29:13–14;
b Hech. 26:13. e Mateo 3:17; 17:5; Ezeq. 33:30–31.
c Apoc. 1:16. 3 Ne. 11:7. c GEE Apostasía —
17 a
GEE Visión. 18 a DyC 6:11; 46:7. Apostasía general.
b Hech. 7:55–56; 19 a Sal. 14. d Tito 1:14;
Col. 3:1. GEE Apostasía — DyC 45:29.
GEE Trinidad. Apostasía de la Iglesia e 2 Tim. 3:5.
c GEE Gloria. cristiana primitiva.
57 José Smith—Historia 1:21–24
“Pierda cuidado, todo está bien; 22 Sin embargo, no tardé en des­
me siento bastante bien”. Entonces cubrir que mi relato había desper­
le dije: “He sabido a satisfacción tado mucho prejuicio en contra
mía que el presbiterianismo no de mí entre los profesores de reli­
es verdadero”. Parece que desde gión, y fue la causa de una fuerte
los años más tiernos de mi vida a 
persecución, cada vez mayor; y
el a adversario sabía que yo estaba aunque no era yo sino un b mu­
destinado a perturbar y molestar chacho desconocido, apenas en­
su reino; de lo contrario, ¿por qué tre los catorce y quince años de
habían de combinarse en mi con­ edad, y tal mi posición en la vida
tra los poderes de las tinieblas? que no era un joven de importan­
¿Cuál era el motivo de la b oposi­ cia alguna en el mundo, sin em­
ción y persecución que se desató bargo, los hombres de elevada
contra mí casi desde mi infancia? posición se fijaban en mí lo sufi­
ciente para agitar el sentimiento
Algunos predicadores y otros profe-
público en mi contra y provocar
sores de religión rechazan el relato
con ello una encarnizada persecu­
de la Primera Visión — Se desata la
ción; y esto fue general entre todas
persecución contra José Smith — Él
las sectas: todas se unieron para
testifica de la realidad de la visión.
perseguirme.
(Versículos 21–26).
23 En aquel tiempo me fue mo­
21 A los pocos días de haber visto tivo de seria reflexión, y frecuen­
esta a visión, me encontré por ca­ temente lo ha sido desde entonces,
sualidad en compañía de uno de cuán extraño que un muchacho
los ministros metodistas, uno muy desconocido de poco más de ca­
activo en la ya mencionada agi­ torce años, y además, uno que es­
tación religiosa; y hablando con taba bajo la necesidad de ganarse
él de asuntos religiosos, aprove­ un escaso sostén con su trabajo
ché la oportunidad para relatarle diario, fuese considerado persona
la visión que yo había visto. Su de importancia suficiente para
conducta me sorprendió grande­ llamar la atención de los grandes
mente; no solo trató mi narración personajes de las sectas más po­
livianamente, sino con mucho des­ pulares del día; y a tal grado, que
precio, diciendo que todo aquello suscitaba en ellos un espíritu de
era del diablo; que no había tales la más rencorosa persecución y
cosas como b visiones ni c revela­ vilipendio. Pero, extraño o no, así
ciones en estos días; que todo eso aconteció; y a menudo fue motivo
había cesado con los apóstoles, y de mucha tristeza para mí.
que no volvería a haber más. 24  Sin embargo, no por esto
20 a GEE Diablo. 21 a GEE Primera Visión. GEE Persecución,
b 2 Ne. 2:11; b GEE Visión. perseguir.
DyC 58:2–4. c GEE Revelación. b 1 Sam. 16:7;
GEE Adversidad. 22 a Stg. 5:10–11. Alma 37:35.
José Smith—Historia 1:25–28 58
dejaba de ser un hecho el que yo visión; yo lo sabía, y sabía que
hubiera visto una visión. He pen­ Dios lo sabía; y no podía b negarlo,
sado desde entonces que me sentía ni osaría hacerlo; por lo menos,
igual que a Pablo, cuando presentó sabía que haciéndolo, ofendería
su b defensa ante el rey Agripa y a Dios y caería bajo condenación.
refirió la visión, en la cual vio 26 Mi mente ya estaba satisfecha
una luz y oyó una voz. Mas con en lo que concernía al mundo sec­
todo, fueron pocos los que le cre­ tario: que mi deber era no unirme
yeron; unos dijeron que estaba a ninguno de ellos, sino permane­
mintiendo; otros, que estaba loco; cer como estaba hasta que se me
y se burlaron de él y lo vitupera­ dieran más instrucciones. Había
ron. Pero nada de esto destruyó la descubierto que el a testimonio de
realidad de su visión. Había visto Santiago era cierto: que si el hom­
una visión, y él lo sabía, y toda la bre carece de sabiduría, puede
persecución debajo del cielo no iba pedirla a Dios y obtenerla sin re­
a cambiar ese hecho; y aunque lo proche.
persiguieran hasta la muerte, aun
Moroni se aparece a José Smith — El
así sabía, y sabría hasta su último
nombre de José se tomará para bien y
aliento, que había visto una luz así
para mal entre todas las naciones —
como oído una voz que le habló; y
Moroni le habla del Libro de Mormón,
el mundo entero no pudo hacerlo
de los juicios venideros del Señor y
pensar ni creer lo contrario.
cita muchos pasajes de las Escritu-
25 Así era conmigo. Yo efectiva­
ras — Se le revela el lugar donde
mente había visto una luz, y en
estaban escondidas las planchas de
medio de la luz vi a dos a Perso­
oro — Moroni continúa instruyendo
najes, los cuales en realidad me
al Profeta. (Versículos 27–54).
hablaron; y aunque se me odiaba
y perseguía por decir que había 27  Seguí con mis ocupacio­
visto una visión, no obstante, era nes comunes de la vida hasta el
cierto; y mientras me perseguían, veintiuno de septiembre de mil
y me vilipendiaban, y decían falsa­ ochocientos veintitrés, sufriendo
mente toda clase de mal en contra continuamente severa persecu­
de mí por afirmarlo, yo pensaba ción de toda clase de individuos,
en mi corazón: ¿Por qué me persi­ tanto religiosos como irreligiosos,
guen por decir la verdad? En reali­ por motivo de que yo seguía afir­
dad he visto una visión; y, ¿quién mando que había visto una visión.
soy yo para oponerme a Dios? 28 Durante el tiempo que trans­
O, ¿por qué piensa el mundo ha­ currió entre la ocasión en que vi
cerme negar lo que realmente he la visión y el año mil ochocien­
visto? Porque había visto una tos veintitrés —habiéndoseme
24 a GEE Pablo. 25 a JS—H 1:17. Valor, valiente.
b Hech. 26. b GEE Integridad; 26 a Stg. 1:5–7.
59 José Smith—Historia 1:29–31
prohibido unirme a las sectas veintiuno de septiembre, después
religiosas del día, cualquiera que de haberme retirado a la cama, me
fuese, teniendo pocos años, y puse a a orar, pidiéndole a Dios
perseguido por aquellos que Todopoderoso perdón de todos
debieron haber sido mis amigos mis pecados e imprudencias; y
y haberme tratado con bondad; también una manifestación para
y que si me creían engañado, saber de mi condición y posición
debieron haber procurado de ante él; porque tenía la más ab­
una manera apropiada y cari­ soluta confianza de obtener una
ñosa rescatarme— me vi sujeto manifestación divina, como pre­
a toda especie de a tentaciones; y, viamente la había tenido.
juntándome con toda clase de 30 Encontrándome así, en el acto
personas, frecuentemente co­ de suplicar a Dios, vi que se apa­
metía muchas imprudencias y recía una luz en mi cuarto, y que
manifestaba las debilidades de siguió aumentando hasta que la
la juventud y las flaquezas de la habitación quedó más iluminada
naturaleza humana, lo cual, me que al mediodía; cuando repenti­
da pena decirlo, me condujo a namente se apareció un a personaje
diversas tentaciones, ofensivas a al lado de mi cama, de pie en el
la vista de Dios. Esta confesión aire, porque sus pies no tocaban
no es motivo para que se me juz­ el suelo.
gue culpable de cometer pecados 31 Llevaba puesta una túnica
graves o malos, porque jamás suelta de una a blancura exqui­
hubo en mi naturaleza la dispo­ sita. Era una blancura que excedía
sición para hacer tal cosa. Pero a cuanta cosa terrenal jamás ha­
sí fui culpable de levedad, y en bía visto yo; y no creo que exista
ocasiones me asociaba con com­ objeto alguno en el mundo que
pañeros joviales, etc., cosa que no pueda presentar tan extraordina­
correspondía con la conducta que rio brillo y blancura. Sus manos
había de guardar uno que había estaban desnudas, y también sus
sido b llamado por Dios como yo. brazos, un poco más arriba de las
Mas esto no le parecerá muy ex­ muñecas; y de igual manera sus
traño a cualquiera que se acuerde pies, así como sus piernas, poco
de mi juventud y conozca mi más arriba de los tobillos. Tam­
jovial temperamento natural. bién tenía descubiertos la cabeza
29 Como consecuencia de estas y el cuello, y pude darme cuenta
cosas, solía sentirme censurado de que no llevaba puesta más ropa
a causa de mis debilidades e que esta túnica, porque estaba
imperfecciones. De modo que, por abierta de tal manera que podía
la noche del ya mencionado día verle el pecho.
28 a GEE Tentación, tentar. 29 a GEE Oración. Mormón.
b GEE Llamado, llamado 30 a GEE Ángeles; 31 a Hech. 10:30;
por Dios, llamamiento. Moroni hijo de 1 Ne. 8:5; 3 Ne. 11:8.
José Smith—Historia 1:32–38 60
32 No solo tenía su túnica esta piedras, en aros de plata, las cua­
blancura singular, sino que toda les, aseguradas a un a pectoral, for­
su persona era a gloriosa más de maban lo que se llamaba el b Urim
lo que se puede describir, y su faz y Tumim; que la posesión y uso de
era como un vivo b relámpago. El estas piedras era lo que constituía
cuarto estaba sumamente ilumi­ a los c “videntes” en los días anti­
nado, pero no con la brillantez guos, o anteriores, y que Dios las
que había en torno de su persona. había preparado para la traduc­
Cuando lo vi por primera vez, ción del libro.
tuve c miedo; mas el temor pronto 36 Después de decirme estas co­
se apartó de mí. sas, empezó a citar las profecías
33 Me llamó por mi a nombre, y del a Antiguo Testamento. Primero
me dijo que era un mensajero en­ citó parte del b tercer capítulo de
viado de la presencia de Dios, y Malaquías, y también el cuarto y
que se llamaba Moroni; que Dios último capítulo de la misma pro­
tenía una obra para mí, y que en­ fecía, aunque variando un poco
tre todas las naciones, tribus y len­ de la forma en que se halla en
guas se tomaría mi nombre para nuestra Biblia. En lugar de citar
bien y para mal, o sea, que se iba el primer versículo cual se halla
a hablar bien y mal de mí entre en nuestros libros, lo hizo de esta
todo pueblo. manera:
34 Dijo que se hallaba depositado 37 Porque, he aquí, viene el a día
un a libro, escrito sobre b planchas que b arderá como un horno, y todos
de oro, el cual daba una relación los soberbios, sí, todos los que obran
de los antiguos habitantes de este inicuamente, arderán como c ras-
continente, así como del origen de trojo; porque los que vienen los que-
su procedencia. También declaró marán, dice el Señor de los Ejércitos,
que en él se encerraba la c pleni­ de modo que no les dejará ni raíz ni
tud del evangelio eterno cual el rama.
Salvador lo había comunicado a 38 Entonces citó el quinto ver­
los antiguos habitantes. sículo en esta forma: He aquí, yo
35 Asimismo, que junto con las os revelaré el a sacerdocio por me-
planchas estaban depositadas dos dio de b Elías el Profeta, antes de la
32 a 3 Ne. 19:25. 35 a Lev. 8:8. del mundo;
GEE Gloria. GEE Pectoral. Tierra — La purifica­
b Éx. 34:29–35; Hel. 5:36; b Éx. 28:30. ción de la tierra.
DyC 110:3. GEE Urim y Tumim. c Nahúm 1:8–10;
c Éx. 3:6; c GEE Vidente. 1 Ne. 22:15, 23;
Éter 3:6–8, 19. 36 a GEE Antiguo 2 Ne. 26:4–6;
33 a Éx. 33:12, 17; Testamento. DyC 29:9.
Isa. 45:3–4. b GEE Malaquías. 38 a GEE Llaves del
34 a GEE Libro de Mormón. 37 a GEE Segunda venida de sacerdocio;
b GEE Planchas de oro. Jesucristo. Sacerdocio.
c GEE Restauración del b 3 Ne. 25; DyC 64:23–24. b DyC 27:9; 110:13–16.
Evangelio. GEE Mundo — El fin GEE Elías el Profeta.
61 José Smith—Historia 1:39–45
venida del grande y terrible día del pectoral con el Urim y Tumim,
Señor. sino únicamente a aquellos a quie­
39 También expresó el siguiente nes se me mandase que las ense­
versículo de otro modo: Y él plan- ñara; si lo hacía, sería destruido.
tará en el corazón de los hijos las Mientras hablaba conmigo acerca
a 
prome­sas hechas a los padres, y el de las planchas, se manifestó a mi
corazón de los hijos se b volverá a sus a 
mente la visión de tal modo que
padres. De no ser así, toda la tierra pude ver el lugar donde estaban
sería totalmente asolada a su venida. depositadas; y con tanta claridad
40 Aparte de estos, citó el undé­ y distinción, que reconocí el lugar
cimo capítulo de Isaías, diciendo cuando lo visité.
que estaba por cumplirse; y tam­ 43 Después de esta comunica­
bién los versículos veintidós y ción, vi que la luz en el cuarto
veintitrés del tercer capítulo de empezaba a juntarse en derredor
los Hechos, tal como se hallan en del personaje que me había estado
nuestro Nuevo Testamento. De­ hablando, y así continuó hasta que
claró que ese a profeta era Cristo, el cuarto una vez más quedó a
pero que aún no había llegado el obscuras, exceptuando alrededor
día en que “toda alma que no oiga de su persona inmediata, cuando
a aquel profeta, será b desarrai­ repentinamente vi abrirse algo
gada del pueblo”, sino que pronto como un conducto que iba directa­
llegaría. mente hasta el cielo, y él ascendió
41 Citó, además, desde el ver­ hasta desaparecer por completo,
sículo veintiocho hasta el último, y el cuarto quedó tal como había
del a segundo capítulo de Joel. estado antes de aparecerse esta
También indicó que todavía no luz celestial.
se cumplía, pero que se realizaría 44  Me quedé reflexionando
en breve; y declaró, además, que sobre la singularidad de la
pronto entraría la plenitud de los escena, y maravillándome gran­
b 
gentiles. Citó muchos otros pasa­ demente de lo que me había
jes de las Escrituras y expuso mu­ dicho este mensajero extraordi­
chas explicaciones que no pueden nario, cuando en medio de mi
mencionarse aquí. a 
meditación, de pronto descubrí
42 Por otra parte, me manifestó que mi cuarto empezaba a ilu­
que cuando yo recibiera las plan­ minarse de nuevo, y, en lo que
chas de que él había hablado — me pareció un instante, el mismo
porque aún no había llegado el mensajero celestial apareció una
tiempo para obtenerlas— no ha­ vez más al lado de mi cama.
bría de enseñarlas a nadie, ni el 45 Empezó, y otra vez me dijo
39 a Gál. 3:8, 19. 40 a Deut. 18:15–19. DyC 88:84.
b GEE Genealogía; b 3 Ne. 20:23; 21:20. GEE Gentiles.
Salvación de los 41 a Hech. 2:16–21. 42 a GEE Mente.
muertos. b Rom. 11:11–25; 44 a GEE Meditar.
José Smith—Historia 1:46–50 62
las mismísimas cosas que me ha­ casi inmediatamente después que
bía relatado en su primera visita, el mensajero celestial hubo ascen­
sin la menor variación; después de dido la tercera vez, cantó el gallo,
lo cual me informó de grandes jui­ y vi que estaba amaneciendo; de
cios que vendrían sobre la tierra, modo que nuestras conversacio­
con gran desolación causada por nes deben de haber durado toda
el hambre, la espada y las pesti­ aquella noche.
lencias; y que esos penosos juicios 48 Poco después me levanté de
vendrían sobre la tierra en esta ge­ mi cama y, como de costumbre, fui
neración. Habiéndome referido es­ a desempeñar las faenas necesa­
tas cosas, de nuevo ascendió como rias del día; pero al querer traba­
lo había hecho anteriormente. jar como en otras ocasiones, hallé
46 Ya para entonces eran tan pro­ que se me habían agotado a tal
fundas las impresiones que se me grado las fuerzas, que me sentía
habían grabado en la mente, que completamente incapacitado. Mi
el sueño había huido de mis ojos, padre, que estaba trabajando cerca
y yacía dominado por el asombro de mí, vio que algo me sucedía y
de lo que había visto y oído. Pero me dijo que me fuera a casa. Partí
cual no sería mi sorpresa al ver de allí con la intención de volver
de nuevo al mismo mensajero al a casa, pero al querer cruzar el
lado de mi cama, y oírlo repasar cerco para salir del campo en que
y repetir las mismas cosas que an­ estábamos, se me acabaron com­
tes; y añadió una advertencia, di­ pletamente las fuerzas, caí inerte
ciéndome que a Satanás procuraría al suelo y por un tiempo no estuve
b 
tentarme (a causa de la situación consciente de nada.
indigente de la familia de mi pa­ 49 Lo primero que pude recordar
dre) a que obtuviera las planchas fue una voz que me hablaba, lla­
con el fin de hacerme rico. Esto mándome por mi nombre. Alcé la
él me lo prohibió, y dijo que, al vista y, a la altura de mi cabeza, vi
obtener las planchas, no debía al mismo mensajero, rodeado de
tener presente más c objeto que el luz como antes. Entonces me re­
de glorificar a Dios; y que ningún lató otra vez todo lo que me había
otro motivo había de influir en mí referido la noche anterior, y me
sino el de edificar su reino; de lo mandó ir a mi a padre y hablarle
contrario, no podría obtenerlas. acerca de la visión y los manda­
47 Después de esta tercera visita, mientos que había recibido.
de nuevo ascendió al cielo como 50 Obedecí; regresé a donde es­
antes, y otra vez me quedé me­ taba mi padre en el campo, y le
ditando en lo extraño de lo que declaré todo el asunto. Me res­
acababa de experimentar; cuando pondió que era de Dios, y me
46 a GEE Diablo. c DyC 121:37. Joseph.
b GEE Tentación, tentar. 49 a GEE Smith, padre,
63 José Smith—Historia 1:51–55
dijo que fuera e hiciera lo que el planchas y los otros objetos que las
mensajero me había mandado. Salí acompañaban.
del campo y fui al lugar donde 53 Intenté sacarlas, pero me lo
el mensajero me había dicho que prohibió el mensajero; y de nuevo
estaban depositadas las plan­ se me informó que aún no había
chas; y debido a la claridad de llegado la hora de sacarlas, ni lle­
la visión que había visto tocante garía sino hasta después de cuatro
al lugar, en cuanto llegué allí, lo años, a partir de esa fecha; pero
reconocí. me dijo que fuera a ese lugar pre­
51 Cerca de la aldea de Manches­ cisamente un año después, y que
ter, condado de Ontario, estado de él me esperaría allí; y que siguiera
Nueva York, se levanta una a colina haciéndolo así hasta que llegara el
de tamaño regular, y la más ele­ momento de obtener las planchas.
vada de todas las de la comarca. 54 De acuerdo con lo que se me
Por el costado occidental del ce­ había mandado, acudía al fin de
rro, no lejos de la cima, debajo de cada año, y en cada ocasión encon­
una piedra de buen tamaño, ya­ traba allí al mismo mensajero, y en
cían las planchas, depositadas en cada una de nuestras entrevistas
una caja de piedra. En el centro, y recibía de él instrucciones e a inte­
por la parte superior, esta piedra ligencia concernientes a lo que el
era gruesa y redonda, pero más Señor iba a hacer, y cómo y de qué
delgada hacia los extremos; de manera se conduciría su b reino en
manera que se podía ver la parte los últimos días.
céntrica sobre la superficie del
José Smith contrae matrimonio con
suelo, mientras que alrededor de
Emma Hale — Recibe de Moroni las
la orilla estaba cubierta de tierra.
planchas de oro y traduce algunos
52 Habiendo quitado la tierra,
de los caracteres — Martin Harris
conseguí una palanca que logré
muestra los caracteres y la traducción
introducir debajo de la orilla de la
al profesor Anthon, el cual dice: “No
piedra, y con un ligero esfuerzo la
puedo leer un libro sellado”. (Versícu-
levanté. Miré dentro de la caja, y
los 55–65).
efectivamente vi allí las a planchas,
el b Urim y Tumim y el c pectoral, 55 Debido a que las condicio­
como lo había dicho el mensa­ nes económicas de mi padre se
jero. La caja en que se hallaban hallaban sumamente limitadas,
estaba hecha de piedras, coloca­ nos veíamos obligados a traba­
das en una especie de cemento. jar manualmente, a jornal y de
En el fondo de la caja había dos otras maneras, según se presen­
piedras puestas transversalmente, taba la oportunidad. A veces es­
y sobre estas descansaban las tábamos en casa, a veces fuera
51 a GEE Cumorah, cerro. b GEE Urim y Tumim. b GEE Reino de Dios o de
52 a Morm. 6:6. c GEE Pectoral. los cielos.
GEE Planchas de oro. 54 a Véase DyC 93:36.
José Smith—Historia 1:56–60 64
de casa; y trabajando continua­ afirmando que había visto una
mente podíamos ganarnos un sos­ visión, la a persecución me seguía
tén más o menos cómodo. acechando, y la familia del padre
56 En el año 1823 sobrevino a la de mi esposa se opuso muchísimo
familia de mi padre una aflicción a que nos casáramos. Por tanto,
muy grande con la muerte de mi me vi obligado a llevarla a otra
hermano a Alvin, el mayor de la parte, de modo que nos fuimos
familia. En el mes de octubre de y nos casamos en la casa del se­
1825 me empleó un señor de edad ñor Tarbill, en South Bainbridge,
llamado Josiah Stoal, del condado condado de Chenango, en Nueva
de Chenango, estado de Nueva York. Inmediatamente después de
York. Él había oído algo acerca mi matrimonio dejé el trabajo del
de una mina de plata que los es­ señor Stoal, me trasladé a la casa
pañoles habían explotado en Har­ de mi padre y con él labré la tierra
mony, condado de Susquehanna, esa temporada.
estado de Pensilvania; y antes de 59 Por fin llegó el momento de
ocuparme ya había hecho algunas obtener las planchas, el Urim y Tu­
excavaciones para ver si le era po­ mim y el pectoral. El día veintidós
sible descubrir la mina. Después de septiembre de mil ochocientos
que fui a vivir a la casa de él, me veintisiete, habiendo ido al fin de
llevó con el resto de sus trabajado­ otro año, como de costumbre, al
res a excavar en busca de la mina lugar donde estaban depositados,
de plata, en lo cual estuve traba­ el mismo mensajero celestial me
jando cerca de un mes sin lograr los entregó, con esta advertencia:
el éxito en nuestra empresa; y por que yo sería responsable de ellos;
fin convencí al anciano señor que que si permitía que se extraviaran
dejase de excavar. Así fue como por algún a descuido o negligencia
se originó el tan común rumor mía, sería desarraigado; pero que
de que yo había sido buscador si me esforzaba con todo mi em­
de dinero. peño por b preservarlos hasta que
57 Durante el tiempo que estuve él (el mensajero) viniera por ellos,
en ese trabajo, me hospedé con el entonces serían protegidos.
señor Isaac Hale, de ese lugar. Fue 60 Pronto supe por qué había
allí donde por primera vez vi a recibido tan estrictos manda­
mi esposa (su hija), a Emma Hale. tos de guardarlos, y por qué me
Nos casamos el 18 de enero de había dicho el mensajero que
1827 mientras yo todavía estaba cuando yo terminara lo que se
al servicio del señor Stoal. requería de mí, él vendría por
58 Por motivo de que continuaba ellos. Porque no bien se supo
56 a DyC 137:5–8. 58 a GEE Persecución, b GEE Escrituras — Las
57 a GEE Smith, Emma perseguir. Escrituras deben
Hale. 59 a JS—H 1:42. preservarse.
65 José Smith—Historia 1:61–64
que yo los tenía, comenzaron a y me dio cincuenta dólares para
hacerse los más tenaces esfuer­ ayudarnos a hacer nuestro viaje. El
zos por privarme de ellos. Se re­ señor Harris era vecino del muni­
currió a cuanta estratagema se cipio de Palmyra, condado de Wa­
pudo inventar para realizar ese yne, en el estado de Nueva York, y
propósito. La persecución llegó un agricultor respetable.
a ser más severa y enconada que 62 Mediante esta ayuda tan opor­
antes, y grandes números de per­ tuna, pude llegar a mi destino en
sonas andaban continuamente Pensilvania, e inmediatamente
al acecho para quitármelos, de después de llegar allí, comencé a
ser posible. Pero mediante la sa­ copiar los caracteres de las plan­
biduría de Dios permanecieron chas. Copié un número considera­
seguros en mis manos hasta que ble de ellos, y traduje algunos por
cumplí con ellos lo que se requi­ medio del a Urim y Tumim, obra
rió de mí. Cuando el mensajero, que efectué entre los meses de di­
de conformidad con el acuerdo, ciembre —fecha en que llegué a la
llegó por ellos, se los entregué; y casa del padre de mi esposa— y
él los tiene a su cargo hasta el día febrero del año siguiente.
de hoy, dos de mayo de mil ocho­ 63 En este mismo mes de febrero,
cientos treinta y ocho. el antedicho señor Martin Harris
61 Sin embargo, la agitación con­ vino a nuestra casa, tomó los carac­
tinuaba, y el rumor con sus mil teres que yo había copiado de las
lenguas no cesaba de hacer circular planchas, y con ellos partió rumbo a
calumnias acerca de la familia de la ciudad de Nueva York. En cuanto
mi padre y de mí. Si me pusiera a a lo que aconteció, respecto de él y
contar la milésima parte de ellas, los caracteres, deseo referirme a su
llenaría varios tomos. Sin embargo, propio relato de las circunstancias,
la persecución llegó a ser tan into­ cual él me lo comunicó a su regreso,
lerable que me vi obligado a salir y que es el siguiente:
de Manchester y partir con mi 64 “Fui a la ciudad de Nueva
esposa al condado de Susque­ York y presenté los caracte­
hanna, estado de Pensilvania. res que habían sido traducidos,
Mientras nos preparábamos para así como su traducción, al pro­
salir —siendo muy pobres, y ago­ fesor Charles Anthon, célebre
biándonos de tal manera la perse­ caballero por motivo de sus co­
cución que no había probabilidad nocimientos literarios. El profesor
de que se mejorase nuestra situa­ Anthon manifestó que la traduc­
ción— en medio de nuestras aflic­ ción era correcta y más exacta
ciones hallamos a un amigo en la que cualquiera otra que hasta
persona de un caballero llamado entonces había visto del idioma
a 
Martin Harris, que vino a nosotros egipcio. Luego le enseñé los que
61 a DyC 5:1. GEE Harris, Martin. 62 a GEE Urim y Tumim.
José Smith—Historia 1:65–68 66
aún no estaban traducidos, y me Mormón — José y Oliver reciben el
dijo que eran egipcios, caldeos, Sacerdocio Aarónico de manos de
asirios y árabes, y que eran carac­ Juan el Bautista — Son bautizados
teres genuinos. Me dio un certi­ y ordenados, y reciben el espíritu de
ficado en el cual hacía constar a profecía. (Versículos 66–75).
los ciudadanos de Palmyra que
66 El día 5 de abril de 1829,
eran auténticos, y que la traduc­
vino a mi casa a Oliver Cowdery, a
ción de los que se habían tradu­
quien yo jamás había visto hasta
cido también era exacta. Tomé
entonces. Me dijo que había es­
el certificado, me lo eché en el
tado enseñando en una escuela
bolsillo, y estaba para salir de
que se hallaba cerca de donde
la casa cuando el Sr. Anthon me
vivía mi padre y, siendo este uno
llamó, y me preguntó cómo llegó
de los que tenían niños en la es­
a saber el joven que había plan­
cuela, había ido a hospedarse
chas de oro en el lugar donde
por un tiempo en su casa; y que
las encontró. Yo le contesté que
mientras estuvo allí, la familia
un ángel de Dios se lo había
le comunicó el hecho de que yo
revelado.
había recibido las planchas y, por
65 “Él entonces me dijo: ‘Per­
consiguiente, había venido para
mítame ver el certificado’. De
interrogarme.
acuerdo con la indicación, lo sa­
67 Dos días después de la llegada
qué del bolsillo y se lo entregué;
del señor Cowdery (siendo el día
y él, tomándolo, lo hizo pedazos,
7 de abril), empecé a traducir el
diciendo que ya no había tales co­
Libro de Mormón, y él comenzó
sas como la ministración de a án­
a escribir por mí.
geles, y que si yo le llevaba las
planchas, él las traduciría. Yo le ·······
68 El mes siguiente (mayo de
informé que parte de las planchas
1829), encontrándonos todavía
estaban b selladas, y que me era
realizando el trabajo de la tra­
prohibido llevarlas. Entonces me
ducción, nos retiramos al bos­
respondió: ‘No puedo leer un libro
que un cierto día para orar y
sellado’. Salí de allí, y fui a ver al
preguntar al Señor acerca del
Dr. Mitchell, el cual confirmó todo a 
bautismo para la b remisión de
lo que el profesor Anthon había
los pecados, del cual vimos que
dicho, respecto de los caracteres,
se hablaba en la traducción de
así como de la traducción”.
las planchas. Mientras en esto
······· nos hallábamos, orando e im­
Oliver Cowdery sirve de escri- plorando al Señor, descendió
biente en la traducción del Libro de un c mensajero del cielo en una
65 a GEE Ángeles. Éter 4:4–7. b GEE Remisión de
b Isa. 29:11–12; 66 a GEE Cowdery, Oliver. pecados.
2 Ne. 27:10; 68 a GEE Bautismo, bautizar. c GEE Juan el Bautista.
67 José Smith—Historia 1:69–72
d 
nube de luz y, habiendo puesto primero, y luego me bautizó él
sus e manos sobre nosotros, nos a mí —después de lo cual puse
f 
ordenó, diciendo: mis manos sobre su cabeza y lo
69 Sobre vosotros, mis consiervos, ordené al Sacerdocio de Aarón,
en el nombre del Mesías, confiero el y luego él puso sus manos sobre
a 
Sacerdocio de Aarón, el cual tiene mí y me ordenó al mismo sacer­
las llaves del ministerio de ángeles, docio— porque así se nos había
y del evangelio de arrepentimiento, mandado.*
y del bautismo por inmersión para 72  El mensajero que en esta
la remisión de pecados; y este sacer- ocasión nos visitó y nos confirió
docio nunca más será quitado de la este sacerdocio dijo que se lla­
tierra, hasta que los hijos de b Leví de maba Juan, el mismo que es cono­
nuevo ofrezcan al Señor un sacrificio cido como a Juan el Bautista en el
en rectitud. Nuevo Testamento, y que obraba
70 Declaró que este Sacerdocio bajo la dirección de b Pedro, c San­
Aarónico no tenía el poder de tiago y d Juan, quienes poseían las
impo­ner las manos para comuni­ e 
llaves del Sacerdocio de f Melqui­
car el a don del Espíritu Santo, pero sedec, sacerdocio que nos sería
que se nos conferiría más adelante; conferido, dijo él, en el momento
y nos mandó bautizarnos, indicán­ oportuno; y que yo sería llamado
donos que yo bautizara a Oliver el primer g Élder de la Iglesia, y
Cowdery, y que después me bau­ él (Oliver Cowdery) el segundo.
tizara él a mí. Fue el día quince de mayo de
71 Por consiguiente, fuimos y 1829 cuando este mensajero nos
nos bautizamos. Yo lo bauticé ordenó, y nos bautizamos.
* Oliver Cowdery describe estos acontecimientos de la siguiente manera: “Estos fueron
días inolvidables: ¡Estar sentado oyendo el son de una voz dictada por la inspiración
del cielo despertó la más profunda gratitud en este pecho! Día tras día yo continuaba
escribiendo las palabras de su boca, sin interrupción, según él traducía con el Urim y
Tumim o ‘Intérpretes’, como los nefitas habrían dicho, la historia o relato llamado ‘El
Libro de Mormón’.
“Mencionar, aun cuando brevemente, el interesante relato hecho por Mormón y
su fiel hijo Moroni acerca de un pueblo que en un tiempo fue amado y favorecido
del cielo, sería desviarme de mi presente intención. Dejaré, por tanto, este asunto
para un tiempo futuro y, como ya he dicho en la introducción, pasaré más directa­
mente a un corto número de sucesos que se relacionan íntimamente con la fundación

68 d Núm. 11:25; b Deut. 10:8; Zebedeo (llamado


Éter 2:4–5, 14; DyC 13; 124:39. también Santiago).
DyC 34:7. GEE Leví — La tribu d GEE Juan hijo de
e AdeF 1:5. de Leví. Zebedeo.
GEE Imposición de 70 a GEE Don del Espíritu e GEE Llaves del
manos. Santo. sacerdocio.
f GEE Autoridad; 72 a GEE Juan el Bautista. f GEE Sacerdocio de
Ordenación, ordenar. b DyC 27:12–13. Melquisedec.
69 a GEE Sacerdocio GEE Pedro. g GEE Élder (anciano).
Aarónico. c GEE Jacobo hijo de
José Smith—Historia 1:73–75 68
73 Inmediatamente después de manera que hasta entonces no ha­
salir del agua, tras haber sido bíamos logrado, ni siquiera pen­
bautizados, sentimos grandes y sado. Mientras tanto, nos vimos
gloriosas bendiciones de nuestro obligados a guardar en secreto
Padre Celestial. No bien hube bau­ las circunstancias relativas al ha­
tizado a Oliver Cowdery, cuando ber recibido el sacerdocio y el ha­
el a Espíritu Santo descendió so­ bernos bautizado, por motivo del
bre él, y se puso de pie y b profe­ espíritu de persecución que ya se
tizó muchas cosas que habían de había manifestado en la región.
acontecer en breve. Igualmente, 75 De cuando en cuando habían
en cuanto él me hubo bautizado, amenazado golpearnos, y esto
recibí también el espíritu de pro­ por parte de los profesores de re­
fecía y, poniéndome de pie, profe­ ligión; y lo único que contrarrestó
ticé concerniente al desarrollo de sus intenciones de atropellarnos
esta Iglesia, y muchas otras cosas fue la influencia de los familia­
que se relacionaban con ella y con res de mi esposa (mediante la
esta generación de los hijos de los divina Providencia), los cuales
hombres. Fuimos llenos del Espí­ se habían vuelto muy amigables
ritu Santo, y nos regocijamos en el conmigo, y se oponían a los po­
Dios de nuestra salvación. pulachos, y deseaban que se me
74 Encontrándose ahora ilumi­ permitiera continuar sin inte­
nadas nuestras mentes, empeza­ rrupción la obra de la traducción.
mos a a comprender las Escrituras, Por consiguiente, nos ofrecieron
y nos fue revelado el b verdadero y prometieron protección, hasta
significado e intención de sus donde les fuera posible, de cual­
pasajes más misteriosos de una quier acto ilícito.

de esta Iglesia, los cuales serán de interés para los miles que, en medio de la desapro­
bación de fanáticos y las calumnias de hipócritas, se han adelantado para abrazar el
evangelio de Cristo.
“Ningún hombre, en su estado sensato, podría traducir y escribir las instrucciones
que de los labios del Salvador recibieron los nefitas, referentes a la forma precisa en que
los hombres deberían edificar su Iglesia —y particularmente cuando la corrupción ha­
bía cubierto de incertidumbre todas las formas y sistemas que se practicaban entre los
hombres— sin anhelar el privilegio de mostrar la disposición de su corazón mediante
la inmersión en la sepultura líquida ‘como la aspiración de una buena conciencia hacia
Dios por la resurrección de Jesucristo’.
“Después de escribir el relato del ministerio del Salvador entre el resto de la pos­
teridad de Jacob sobre este continente, fue fácil ver, tal como el profeta dijo que
sucedería, que las tinieblas cubrieron la tierra, y densa obscuridad la mente de
los pueblos. Reflexionando un poco más, fue igualmente fácil ver que en la gran
contienda y clamor en cuanto a religión, ninguno tenía la autoridad de Dios para
administrar las ordenanzas del evangelio. Pues se podría preguntar: ¿Tienen los

73 a GEE Espíritu Santo. 74 a GEE Entender, b Juan 16:13.


b GEE Profecía, profetizar. entendimiento.
69 José Smith—Historia
hombres que niegan las revelaciones la autoridad para obrar en el nombre de Cristo,
dado que el testimonio de Jesús no es ni más ni menos que el espíritu de la profecía,
y que su religión está basada en revelaciones directas, y por ellas es edificada y soste­
nida en cualquier época del mundo en que ha tenido un pueblo sobre la tierra? Si se
escondieron estas cosas y cuidadosamente las ocultaron hombres cuyos artificios ha­
brían estado en peligro si se hubiera permitido que estos hechos alumbrasen la faz de
los hombres, para nosotros ya no lo estaban; y solamente esperábamos que se diera el
mandamiento: ‘Levantaos y bautizaos’.
“No tardó mucho este deseo en realizarse. El Señor, grande en misericordia, y siempre
dispuesto a contestar la oración constante de los humildes, condescendió a manifes­
tarnos su bondad, después que lo hubimos invocado fervientemente, apartados de las
habitaciones de los hombres. Repentinamente, cual si hubiera salido desde el centro de
la eternidad, la voz del Redentor nos habló paz, y se partió el velo y un ángel de Dios
descendió, revestido de gloria, y dejó el anhelado mensaje y las llaves del evangelio de
arrepentimiento. ¡Qué gozo! ¡Qué admiración! ¡Qué asombro! Mientras el mundo se
hacía pedazos confundido; mientras millones buscaban palpando la pared como cie­
gos, y mientras todos los hombres se basaban en la incertidumbre, como masa general,
nuestros ojos vieron, nuestros oídos oyeron, como en el ‘fulgor del día’; sí, más aún,
¡mayor que el resplandor del sol de mayo que en esos momentos bañaba con su brillo
la faz de la naturaleza! ¡Entonces su voz, aunque apacible, penetró hasta el centro, y sus
palabras, ‘Soy vuestro consiervo’, desvaneció todo temor! ¡Escuchamos! ¡Contemplamos!
¡Admiramos! ¡Era la voz de un ángel de la gloria, un mensaje del Altísimo! ¡Y al oír nos
llenamos de gozo mientras su amor encendía nuestras almas, y fuimos envueltos en
la visión del Omnipotente! ¿Qué lugar había para dudas? Ninguno; ¡la incertidumbre
había desaparecido; la duda se había sumergido para no levantarse jamás, mientras
que la ficción y el engaño se habían desvanecido para siempre!
“Pero, querido hermano, piensa, piensa un poco más en el gozo que llenó nuestros
corazones, y en el asombro con que nos habremos arrodillado (porque, ¿quién no se
habría arrodillado para recibir tal bendición?) cuando recibimos de sus manos el Santo
Sacerdocio, al decirnos: ‘Sobre vosotros, mis consiervos, en el nombre del Mesías con­
fiero este sacerdocio y esta autoridad, que permanecerán sobre la tierra, a fin de que los
hijos de Leví todavía puedan hacer una ofrenda al Señor en rectitud’.
“No procuraré describirte los sentimientos de este corazón, ni la majestuosa belleza
y gloria que nos rodeó en esta ocasión; pero sí me has de creer cuando te digo que ni la
tierra, ni los hombres, con la elocuencia del tiempo, pueden siquiera empezar a ador­
nar el lenguaje de tan interesante y sublime manera como este santo personaje. ¡No!
¡Ni tiene esta tierra el poder para comunicar el gozo, conferir la paz o comprender la
sabiduría contenida en cada frase declarada por el poder del Espíritu Santo! Los hom­
bres podrán engañar a sus semejantes, las decepciones podrán venir una tras otra, y los
hijos del inicuo podrán tener el poder para seducir a los incautos e ignorantes al grado
de que las multitudes solo vivan de la ficción, y el fruto de la falsedad arrastre en su
corriente a los frívolos hasta la tumba; pero un toque del dedo de su amor, sí, un rayo
de gloria del mundo celestial o una palabra de la boca del Salvador, desde el seno de la
eternidad, lo reduce todo a una insignificancia y lo borra para siempre de la mente. La
seguridad de que nos hallábamos en presencia de un ángel, la certeza de que oímos la
voz de Jesús y la verdad inmaculada que emanaba de un personaje puro, dictada por
la voluntad de Dios, es para mí indescriptible y para siempre estimaré esta expresión
de la bondad del Salvador con asombro y gratitud mientras se me permita permane­
cer sobre esta tierra; y en esas mansiones donde la perfección mora y el pecado nunca
llega, espero adorar en aquel día que jamás cesará”. — Messenger and Advocate, tomo
I (octubre de 1834), págs. 14–16.
LOS ARTÍCULOS DE FE
DE LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS

N OSOTROS a creemos en b Dios


el Eterno Padre, y en su c Hijo
Jesucristo, y en el d Espíritu Santo.
5 Creemos que el hombre debe
ser a llamado por Dios, por b pro­
fecía y la imposición de c manos,
2 Creemos que los hombres se­ por aquellos que tienen la d auto­
rán castigados por sus a propios ridad, a fin de que pueda e predi­
pecados, y no por la b transgresión car el evangelio y administrar sus
de Adán. f 
ordenanzas.
3 Creemos que por la a expiación 6 Creemos en la misma a orga­
de Cristo, todo el género humano nización que existió en la Iglesia
puede b salvarse, mediante la c obe­ Primitiva, esto es, b apóstoles, c pro­
diencia a las d leyes y ordenanzas fetas, d pastores, maestros, e evan­
del e Evangelio. gelistas, etc.
4 Creemos que los primeros prin­ 7 Creemos en el a don de b len­
cipios y a ordenanzas del Evange­ guas, c profecía, d revelación, e visio­
lio son: primero, b Fe en el Señor nes, f sanidades, g interpretación de
Jesucristo; segundo, c Arrepenti­ lenguas, etc.
miento; tercero, d Bautismo por 8 Creemos que la a Biblia es la
inmersión para la e remisión de b 
palabra de Dios hasta donde esté
los pecados; cuarto, Imposición traducida c correctamente; también
de f manos para comunicar el g don creemos que el d Libro de Mormón
del Espíritu Santo. es la palabra de Dios.
1 1 a GEE Creencia, creer. d GEE Ley. 6 a GEE Iglesia verdadera,
b GEE Trinidad — Dios el e GEE Evangelio. señales de la — La
Padre. 4 a GEE Ordenanzas. organización de la
c GEE Jesucristo; b GEE Fe. Iglesia.
Trinidad — Dios el c GEE Arrepentimiento, b GEE Apóstol.
Hijo. arrepentirse. c GEE Profeta.
d GEE Espíritu Santo; d GEE Bautismo, bautizar. d GEE Obispo.
Trinidad — Dios el e GEE Remisión de e GEE Evangelista;
Espíritu Santo. pecados. Patriarca, patriarcal.
2 a Deut. 24:16; f GEE Imposición de 7 a GEE Dones del Espíritu.
Ezeq. 18:19–20. manos. b GEE Lenguas, don de.
GEE Albedrío; g GEE Don del Espíritu c GEE Profecía, profetizar.
Responsabilidad, Santo. d GEE Revelación.
responsable. 5 a GEE Llamado, llamado e GEE Visión.
b GEE Caída de Adán por Dios, llamamiento. f GEE Sanar, sanidades.
y Eva. b GEE Profecía, profetizar. g 1 Cor. 12:10;
3 a GEE Expiación, expiar. c GEE Imposición de Morm. 9:7–8.
b Mos. 27:24–26; manos. 8 a GEE Biblia.
Moisés 5:9. d GEE Autoridad; b GEE Palabra de Dios.
GEE Salvación. Sacerdocio. c 1 Ne. 13:20–40;
c GEE Obediencia, e GEE Predicar. 14:20–26.
obediente, obedecer. f Alma 13:8–16. d GEE Libro de Mormón.
71 Artículos de Fe 1:9–13
9 Creemos todo lo que Dios ha privilegio: que d adoren cómo,
a 
revelado, todo lo que actualmente dónde o lo que deseen.
revela, y creemos que aún b reve­ 12 Creemos en estar sujetos a los
lará muchos grandes e importan­ reyes, presidentes, gobernantes y
tes asuntos pertenecientes al reino magistrados; en obedecer, honrar
de Dios. y sostener la a ley.
10 Creemos en la a congregación 13 Creemos en ser a honrados, ve­
literal del pueblo de Israel y en la rídicos, b castos, benevolentes, vir­
restauración de las b Diez Tribus; tuosos y en c hacer el bien a todos
que c Sion (la Nueva Jerusalén) será los hombres; en verdad, podemos
edificada sobre el continente ame­ decir que seguimos la d admoni­
ricano; que Cristo d reinará perso­ ción de Pablo: Todo lo creemos,
nalmente sobre la tierra, y que la todo lo e esperamos; hemos sufrido
tierra será e renovada y recibirá su muchas cosas, y esperamos po­
f 
gloria g paradisíaca. der f sufrir todas las cosas. Si hay
11 Reclamamos el a derecho de algo g virtuoso, o bello, o de buena
adorar a Dios Todopoderoso con­ reputación, o digno de alabanza,
forme a los b dictados de nuestra a esto aspiramos.
propia c conciencia, y concedemos José Smith.
a todos los hombres el mismo
9 a GEE Revelación. GEE Nueva Jerusalén; c GEE Conciencia.
b Amós 3:7; Sion. d GEE Adorar.
DyC 121:26–33. d GEE Milenio. 12 a DyC 58:21–23.
GEE Escrituras — Se e GEE Tierra — La GEE Ley.
profetiza la publicación purificación de la 13 a GEE Honestidad,
de las Escrituras. tierra. honradez;
10 a Isa. 49:20–22; 60:4; f GEE Gloria. Integridad.
1 Ne. 19:16–17. g Es decir, un estado b GEE Castidad.
GEE Israel — La como el del Jardín c GEE Servicio.
congregación de Israel. de Edén; d Filip. 4:8.
b GEE Israel — Las diez Isa. 11:6–9; 35; 51:1–3; e GEE Esperanza.
tribus perdidas de 65:17–25; f GEE Perseverar.
Israel. Ezeq. 36:35. g GEE Modestia;
c Éter 13:2–11; GEE Paraíso. Virtud.
DyC 45:66–67; 84:2–5; 11 a DyC 134:1–11.
Moisés 7:18. b GEE Albedrío.

También podría gustarte