Está en la página 1de 4

Todas las naciones, tribus y lenguas

Por el Elder Gerrit W. Gong Del Cuórum de los Doce Apóstoles

Oficio un sellamiento en el templo, la novia era la novena de diez hijos. Sus nueve hermanos se
hallaban sentados de mayor a menor, los miembros de la familia habían procurado ser buenos
vecinos en todos los lugares donde vivieron, pero en uno de los vecindarios no habían sido bien
recibidos porque, su familia eran miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los
Últimos Días. Hicieron todo lo posible por hacerse de amigos en la escuela, contribuir y ser
aceptados, pero fue en vano. Oraron y oraron para que los corazones se ablandaran. Una
noche, la familia sintió que sus oraciones fueron contestadas, aunque de una manera muy
inesperada. Su casa se incendió, quedando todo en cenizas, pero sucedió algo más: el incendio
ablandó los corazones de los vecinos. Sus vecinos y la escuela local hicieron una colecta de
ropa, zapatos y objetos de primera necesidad para una familia que lo había perdido todo. La
bondad dio paso a la comprensión. No era la manera en que la familia esperaba que sus
oraciones fueran contestadas; sin embargo, sienten gratitud por lo que aprendieron por medio
de duras experiencias y respuestas inesperadas a oraciones sinceras.

Para quienes tienen corazones fieles y ojos para ver, las tiernas misericordias del Señor se
manifiestan en medio de los desafíos de la vida. Los desafíos y el sacrificio que se afrontan con
fe traen las bendiciones del cielo. En esta vida terrenal podríamos perder o esperar algunas cosas
por un tiempo, pero, al final, encontraremos lo que de verdad importa 1. Esa es Su promesa2.

Dios promete, hace convenio y nos invita a cada uno de nosotros en toda nación, tribu, lengua y
pueblo4 a venir y a participar de Su abundante gozo y bondad. ESTA ES La promesa
profundamente inclusiva de que “Dios ama a Sus hijos en toda nación del mundo”, el amor de
Dios por todo pueblo se confirma a lo largo de las Escrituras 5. Ese amor abarca el convenio de
Abraham, recoger a Sus hijos dispersos 6, y Su plan de felicidad en nuestra vida. Entre los de la
familia de la fe no ha de haber extranjeros ni advenedizos 7, ricos ni pobres8, ni quienes se sientan
fuera de lugar. Por eso se nos invita a cambiar el mundo para bien, de adentro hacia afuera, una
persona, una familia, un barrio a la vez.

En los primeros días de esta dispensación, el profeta José recibió la profecía de que el Padre
Celestial desea que cada persona, en todo lugar, descubra el amor de Dios y experimente Su
poder para crecer y cambiar. Esa profecía se recibió en una cabaña de troncos de la familia
Smith en Nueva York, donde Moroni, como glorioso mensajero de Dios, se presentó al joven
José en la noche del 21 de septiembre de 1823. Todos Recordarán lo que el profeta José relató:
“[Moroni] le dijo […] que Dios tenía una obra para él, y que entre todas las naciones, tribus y
lenguas se tomaría mi nombre para bien y para mal […]. “[Moroni] dijo que se hallaba
depositado un libro […] [y que] en él se encerraba la plenitud del evangelio eterno” 12. ES
IMPORTANTE RECORDAR QUE Nosotros adoramos a Dios el Eterno Padre, y a Su Hijo
Jesucristo, no al profeta José ni a ningún otro hombre o mujer mortal. Aun así, observen
cómo se cumplen las profecías que Dios da a Sus siervos 13. Algunas se cumplen antes, otras
más tarde, pero todas se cumplen14. Al dar oído al espíritu de profecía del Señor, podemos
llegar a ser, a nuestra manera, parte del cumplimiento de Sus profecías y promesas; parte
de la forma en que el Evangelio bendice al mundo.

PENSEMOS QUE En 1823, José era un joven desconocido de diecisiete años que vivía
en un pueblo poco conocido, en un país recién independizado ¿cómo se le habría ocurrido decir
que él sería un instrumento en la obra de Dios y traduciría, por el don y el poder de Dios,
Escrituras sagradas que se llegarían a conocer por todos lados? Hoy podemos testificar que esa
profecía se está cumpliendo, incluso que se nos invita a ayudar a que se cumpla, todo el mundo,
cada uno de los que participamos en esta reunión estamos entre las naciones, tribus y lenguas de
las que habla la profecía. PERO Que hubiera pasado si el joven José no hubiera compartido el
evangelio, las verdades que les fueron reveladas? si los misioneros decidieran a quienes si y a
quienes no compartir la palabra de Dios, o nosotros mismos excluir a personas que vienen a la
capilla a escuchar las palabras del señor? cuantos de nosotros compartimos a diario el
evangelio? Por medio de cosas pequeñas y sencillas, se realizan grandes cosas. La historia de
nuestra Iglesia está anclada en el testimonio personal y en el camino del Evangelio de cada
miembro. Por ejemplo Las revistas de la Iglesia Amigos, Para la Fortaleza de la

Juventud y Liahona invitan a todos a ser parte y a compartir experiencias y testimonios en


nuestra comunidad de fe de alcance mundial

Hoy en día, los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
viven en 196 países y territorios, con 3446 estacas de la Iglesia en 90 de ellos 15.
Representamos tanto amplitud geográfica como centros de fortaleza. En 1823, ¿quién
hubiera imaginado que en el año 2020 habría tres países —Estados Unidos, México y
Brasil— que contarían cada uno con más de un millón de miembros de esta Iglesia? ¿O
veintitrés países con más de 100 000 miembros de la Iglesia cada uno: tres en
Norteamérica, catorce en Centro y Sudamérica, uno en Europa, cuatro en Asia y uno en
África?16. El presidente Nelson se refiere al Libro de Mormón como “un milagroso
milagro”17. Sus testigos declaran: “Manifiestese a todas las naciones, tribus, lenguas y
pueblos”18. Hoy en día, la conferencia general se escucha en cien idiomas. El presidente
Nelson ha testificado de Jesucristo y de Su evangelio restaurado en 138 naciones, y el
número sigue subiendo. Comenzando con los cinco mil ejemplares impresos de la primera
edición del Libro de Mormón en 1830, unos 192 millones de ejemplares del Libro de
Mormón o de fragmentos del mismo se han publicado en 112 idiomas. Las traducciones del
Libro de Mormón también están disponibles ampliamente en formato digital. Las
traducciones actuales del Libro de Mormón incluyen la mayoría de los veintitrés idiomas
que hablan más de cincuenta millones de personas en el mundo, que en conjunto
representan las lenguas maternas de unos 4100 millones de personas 19.

Al aumentar nuestra fe en el Padre Celestial y Jesucristo, al recibir las bendiciones que se


hallan al vivir las verdades del Evangelio restaurado y los convenios sagrados, y al estudiar,
meditar y compartir acerca de la Restauración, participamos en el cumplimiento de profecías.

SABEN…………… NOS CAMBIAMOS A NOSOTROS MISMOS Y CAMBIAMOS AL


MUNDO A UN MODELO DEL EVANGELIO QUE BENDICE VIDAS POR TODAS
PARTES.

El Padre Celestial nos invita a todos, en todo lugar, a sentir Su amor, a aprender y progresar por
medio de la educación, del trabajo honrado, del servicio autosuficiente y de los modelos de
bondad y felicidad que encontramos en Su Iglesia restaurada. A medida que llegamos a confiar
en Dios, aprendemos que Él nos conoce mejor y nos ama más de lo que nosotros nos conocemos
y nos amamos a nosotros mismos.

Es por eso que necesitamos la ayuda de Dios para crear rectitud, igualdad, equidad
y paz duraderas en nuestros hogares y comunidades. Nuestra historia, lugar y sentido de
pertenencia más verdaderos, profundos y auténticos se reciben cuando sentimos el amor
redentor de Dios, procuramos la gracia y los milagros por medio de la expiación de Su
Hijo y establecemos relaciones duraderas por medio de convenios sagrados. LA BONDAD
Y LA SABIDURÍA RELIGIOSAS SON NECESARIAS EN ESTE MUNDO
DESORDENADO, RUIDOSO Y CONTAMINADO. ¿DE QUÉ OTRO MODO PODEMOS
RENOVAR, INSPIRAR Y EDIFICAR EL ESPÍRITU HUMANO?24.

El 80 por ciento de la población mundial está inclinada a una denominación religiosa,


responden de buena gana a las necesidades inmediatas después de desastres naturales, así como
a las necesidades recurrentes de alimentos, refugio, educación, alfabetización y capacitación de
empleo. Por todo el mundo, nuestros miembros, amigos y la Iglesia ayudan a las comunidades a
dar apoyo a los refugiados y proporcionan agua, saneamiento, movilidad a personas con
discapacidades … una persona, una aldea, un árbol a la vez. En todas partes, nos esforzamos por
ser buenos padres y buenos ciudadanos, por contribuir en nuestros vecindarios y sociedades.

Dios nos da el albedrío moral y la responsabilidad moral. Así dice el Señor: “Yo, Dios el
Señor, os hago libres; por consiguiente, sois verdaderamente libres ” . Al proclamar
29

“libertad a los cautivos”30, el Señor promete que Su expiación y la senda del Evangelio pueden
romper las ligaduras temporales y espirituales.

Cuando descubrimos a Dios, las inesperadas respuestas a las oraciones nos sacan de la calle,
nos integran en la sociedad, eliminan la oscuridad de nuestra alma y nos llevan a encontrar
refugio espiritual y sentido de pertenencia en la bondad de Sus convenios y Su amor perdurable.

Las cosas grandes comienzan siendo pequeñas, pero los milagros de Dios se manifiestan a
diario. Cuán agradecidos estamos por el don supremo del Espíritu Santo, por la expiación de
Jesucristo y por Su doctrina, las ordenanzas y los convenios revelados que se encuentran en Su
Iglesia restaurada.

Podemos llegar a ser, parte del cumplimiento de las profecías y promesas del

Señor; formar parte Del Evangelio que bendice al mundo, aceptemos con gozo la

invitación de Dios de recibir y ayudar a cumplir Sus bendiciones prometidas y

profetizadas en todas las naciones, tribus y lenguas.

Lo ruego en el sagrado y santo nombre de Jesucristo. Amén.

También podría gustarte