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NOTAS DEL DIA 23 DE MARZO DEL 2020 GRUPO: “A”

MATERIA: TEORÍA DE LAS OBLIGACIONES CIVILES


TEMA: DAÑO MORAL

La maestra Ayala Escorza, explica que el Daño Moral como elemento del
hecho ilícito, consiste en el menoscabo que una persona puede sufrir en su persona
(integridad física) o en su patrimonio (económico o moral), como consecuencia
directa de los actos o de los hechos de terceras personas, es decir, la lesión o
detrimento que un sujeto experimenta en su patrimonio moral, incluso, en su
integridad física.
Es decir, el daño que se le puede causar a una persona, no necesariamente
tiene o puede ser de carácter material, físico; ya que materialmente hablando,
en términos generales o en sentido amplio, si existiera un daño material, éste
equivaldría al valor de lo dañado, de los destruido, de lo afectado, y
aparentemente las cosas volverían al estado que tenían antes con el acto
mismo de pagar su equivalente pecuniario. Sin embargo, el caso que nos
ocuparía y nos invitaría a la reflexión, sería cuando el daño afectaría aspectos
internos, subjetivos, internos, psíquicos de la persona afectada, aspectos que
no podrían valorarse con exactitud. Lo anterior, en atención a que cada
persona valora internamente de manera distinta, diversos aspectos.
Existe tesis jurisprudencia con el rubro; “daño moral en el derecho positivo
mexicano” de la novena época, Tesis: I.4º.C.58 C donde enuncia que los bienes que
tutela esa figura son, de manera solo enunciativa:
a) Afectos
b) Creencias
c) Sentimientos
d) Vida privada
e) Configuración y aspectos físicos
f) Decoro
g) Honor
h) Reputación
i) La consideración que de uno tienen los demás.
Estos derechos no pueden ser tasables o valorables perfecta o
aproximadamente en dinero, por referirse a la persona en su individualidad o
intimidad. Por eso la legislación mexicana adopta la teoría de la comprobación
objetiva del daño, es decir, basta con la demostración de:
1. La relación jurídica que vincula al sujeto activo con el agente pasivo o
agraviado, y
2. La existencia de un hecho u omisión ilícitos que lesione uno o varios de los
bienes que tutela la figura, enunciados anteriormente.

Por su parte el maestro Bejarano Sánchez, define el Daño Moral, como la


lesión que una persona sufre en sus sentimientos, afectos, creencias, honor o
reputación, o en la autoestima del sujeto, como consecuencia de un hecho de
tercero, antijurídico y culpable, o por riesgo creado.
Si observamos el aporte del maestro Bejarano, el daño moral se refiere
entonces a un daño a ese aspecto interno, subjetivo que afecta a la persona
en ese aspecto, lo que haría difícil cuantificarlo de manera exacta, sobre todo,
cuando esta afectación puede variar o varia en la valoración que se hace de
una persona respecto de otra. Es decir, el valor que una persona da a una
osa -que puede ser la misma respecto de otra-, puede ser diferente.
El mencionado maestro refiriendo a los hermanos Maseaud quienes
distinguen dos partes o aspectos en el patrimonio moral de las personas:
1. La parte social que comprende el honor, la reputación, la consideración de
la persona y las heridas que causan lesiones estéticas, y
2. La parte afectiva del patrimonio moral, constituida por los sentimientos
morales o religiosos, los sentimientos del amor, la fe, los sufrimientos por
el fallecimiento de una persona amada, etc., etc.
Estos últimos autores también distinguen tres corrientes y doctrinas sobre el
tratamiento de los daños morales.
1. La que niega la posibilidad de resarcir el daño moral, pues, si la reparación
significa la restauración de la situación que prevalecía antes del daño sufrido,
el daño moral nunca podrá ser reparado en vista de la imposibilidad de borrar
sus efectos.
2. La corriente que asegura que el daño moral es resarcible siempre y cuando
coexista con el daño de tipo económico; supuesto según el cual, la reparación
será proporcional al daño económico resentido; y
3. La que afirma que el daño moral puede y debe ser resarcido con
independencia de todo daño económico, puesto que los autores sostienen
que reparar es colocar a la víctima en condiciones de procurarse un
equivalente.

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