Es la extinción unilateralmente dispuesta por la Administración, con fundamento en el
incumplimiento, por el particular, de condiciones fijadas en el acto.- La L.N.P.A. prevé esta modalidad exigiendo, como procedimiento a cumplir antes del dictado del acto, la constitución en mora del interesado y la concesión a éste de un plazo suplementario para que cumpla.- El incumplimiento del procedimiento indicado, según lo ha declarado la C.S.J.N., ocasiona la nulidad absoluta del acto.- Así, el Alto Tribunal ha entendido que la falta de todo requerimiento al demandante hace que el acto de caducidad dispuesto en un caso por la administración haya sido dictado con violación de la ley, ya que la omisión del recaudo sustancial previsto en ésta, como condición para decidir la caducidad del acto, sólo puede dar lugar a la nulidad absoluta del acto. La caducidad requería, así, de mm interpelación para que el empleado incurriera en mora (897).- En un fallo reciente, el Alto Tribunal entendió que era suficiente, para constituir en mora a un contratista por incumplimiento de sus obligaciones, y disponer la consecuente caducidad del acuerdo, un reclamo de obra faltante que constaba en las actuaciones administrativas, del que tomó conocimiento aquél, y que hacía referencia en forma explícita a las obras no ejecutadas (898).- La CNFed. C. A. resolvió que correspondía hacer lugar a un amparo interpuesto contra la resolución de Lotería Nacional Sociedad del Estado por la que se dispuso la revocación de un contrato de agencia oficial, ya que el art. 21 de la L.N.P.A. establece que la Administración podrá declarar unilateralmente la caducidad de un acto administrativo cuando el interesado no cumpliere las condiciones en aquél fijadas, pero deberá mediar previa constitución en mora y concesión de un plazo suplementario razonable al efecto (899).- Es también ésta la doctrina de la P.T.N., que ha sostenido que se impone al órgano competente la notificación al interesado en forma previa a la declaración de caducidad de un acto administrativo, ante el incumplimiento por aquél de las condiciones en éste fijadas, a fin de que medie previa constitución en mora, con concesión de un plazo suplementario razonable al efecto (900).- Ello es así, pues se ha considerado tradicionalmente que la caducidad constituye una sanción máxima, una pena administrativa, por lo que su procedencia es limitada y antes de aplicarla, debe garantizarse una última oportunidad al administrado.- Esta circunstancia toma exigible que el acto mediante el cual se notifica el estado moroso en el accionar del administrado yla concesión legal del nuevo plazo, exigidos por el art. 21 de la Ley N* 19.549, no puedan ser obviados ni tampoco dispuestos con anterioridad al vencimiento del plazo de caducidad originariamente acordado al administrado.- El “derecho a una decisión fundada”, amparado en el art. 1*, inc. f), ap. 3) de la Ley N* 19.549, encuentra, entre otras formas de exteriorizarse. la prevista en el art. 21 de la ley mencionada, en cuanto dicho precepto exige, para decretar la caducidad del acto administrativo, que la misma se funde en un emplazamiento previo del interesado y en el incumplimiento de éste (901).- Finalmente, corresponde consignar que la C.S.J.N., incurriendo, a nuestro juicio, en un lamentable error conceptual, ha extendido la protección de la “cosa juzgada administrativa” y, consecuentemente, la inextinguibilidad del acto administrativo en sede administrativa del acto pertinente, en materia previsional militar a casos no constitutivos, en rigor, de “revocación por ilegitimidad”, sino de situaciones equiparables a la “caducidad” del acto. en tanto exigió la intervención judicial para la extinción de un beneficio previsional fundada en hechos sobrevinientes a su otorgamiento (902).- Este error, que viene a ignorar la jurisprudencia del tribunal que resultaba de fallos emitidos con anterioridad (903) se ha traducido también en dictámenes de la P.T.N. emitidos en seguimiento de ese criterio jurisprudencial (904). El temperamento comentado importa, asimismo, prescindir del principio aplicable en la materia previsional en general por imperio de lo establecido en su momento por el art .48 de la Ley N* 21.451 (incorporado por la Ley N* 21.451) –actualmente art. 15, segundo párrafo, de la Ley N* 24.241– que significa una clara excepción ala preceptuado por el art. 17 de la L.N.P.A. La doctrina correcta en la cuestión ha sido sentada, sin embargo, por la Auditoría General de las Fuerzas Armadas (905).- Fuente: Comadira, Julio Rodolfo C., El Acto Administrativo. Primera edición. 2.003.- La presente publicación se realiza con propósitos exclusivamente didácticos. Quedan excluido todo propósito comercial, lucrativo y semejante, sin excepción alguna.-