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LAS ÉTICAS DEL EXEMPLUM

Los Castigos del vey don Sancho M,


El conde Lucanor y el Libro de buen amor

ELOISA PALAFOX

Primera edición: 1998

D.R. @ 1998. UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO


Ciudad Universitaria, 04510, México, D. F.

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOLÓGICAS


DIREcCIÓN GENERAL DE ASUNTOS DEL PERSOXAL ACADÉMICO

Impreso y hecho a México

ISBN 968-36-6796-1

UNIVERSIDAD NACIONAL A U T ~ N O M ADE ~ 6x1~0


MÉxrco, 1998
10 Las éticas del exemplum

misma sociedad occidental que la heredó de la retórica clásica y que la


llevó, durante la Edad Media, a su máxima expresión. Por eso, el primer
problema al que se enfrentaron los estudiosos que a finales del siglo XK
y principios del xx emprendieron el estudio del exemplum fue el de
encontrar una definición adecuada para el concepto mismo.'
La palabra exemplum, explica Welter en la introducción a su estudio
INTRODUCCI~N clásico sobre el tema, fue usada en la Edad Media para referirse a un
relato, una historia, una fábula, una parábola, una moralidad o una
EXEMPL UM descripción que pudiera servir de prueba para apoyar una exposición
doctrinal, religiosa o moral. Los exempla, añade este autor, podían ser
historias o leyendas de origen sagrado o profano, occidental u oriental,
Entre técnicas de sabery estrategasde PO- anécdotas, fábulas o cuentos extraídos de la antigüedad clásica o de la
der no existe exterioridad dguna, induso Edad Media misma, de los bestiarios, de los tratados de historia natural,
si poseen su propio papel específicoy se de la tradición popular o de la experiencia del compilador o predicador.
aniculan unacon otra a pmir de su &fe
'Lo que a continuación se presenta es una breve síntesis de las ideas en torno a1
M;& Fouuult exemplum que se utilizarán a lo largo de esre libro. Dada la calidad de los trabajos publi-
cados hasta la fecha que proporcionan excelentes bibliografías y visiones panorámimicasde
lo que fue y es el memplum para quienes lo han utilizado y estudiado, resultaría repetitivo
Cada individuo, cada civilización y cada época tienen su manera de relacio- volver sobre lo mismo. Una revisión de la historia del concepto desde Cicerón hasta
narse con el legado que les llega, en forma de canciones o de textos, de pintu- Valerio Masrimo puede versc rn: Bnttaglia CL'csempio mcdiev&", 45-64); Brémond, Lr
ras, de estatuas o de monumentos arquitectónicos, de aquellos a quienes con-
(;off v Schmitt orolonean" estd revisinn basta nuestros días (L"mem~1uai'. ,. ,v ore-
27-36).
sentan además una bibliografía sumamente útil. Otras dos referencias indispensables a
sideran sus ancestros: 1aEdadMediaeligió el exemplum.Más que un género en este respecto son: el libro de Ma. Jesús Lacarrl: Cuentbtica Medieval en EsparM: los
sí, más que un conjunto finito de historias y de motivos, el exempfumfue,para onkmk(39-46)y su introducciOn 2 (7uenror dpla EdddMdia, el libro dc ~arry'~can1on:
la sociedad medievai, una manera particular de pensar el pasado y de utilizar- Ndrrarive. Authoriru. andPowr. Thr MedievalExemolum and rhe C h a u c h n Traditwn
~ ~ ~~~~ ~

y el d e ~ á r t Haro
a cortés: ~orcompmdiosdecari~o;ddrig[o xru(78-106). La ventaja de
lo, de distintos modos, para influir en su propio presente. Como explica los trabajos de Lacarra y de Haro CortCs es que no sólo presentan un panorama $eneral
Maravall: de los estudios sobre el exemplum, sino que lo enfocan además al contexto de IaPenínsu-
la Ibérica. Como explica Lacarra, y más adelante también Haro Cortés, en la Península se
La alegorización y moralización de cuanto se ve en el mundo constituye da allí, sobre todo a partir del sido mi,u i a confluencia de tradiciones occidentales y
el procedimiento para penetrar en el saber de éste, porque todo saber es, orientales. Scanlon, por su parte, establece una división fundamental entre lo que él
fundamentalmente, un saber de símbolos. Todo el arte medieval se con- considera como dos tiadiciokes netamente diferenciables: el exemplum religioso relacio-
viene, por ello, en expresión alegórica de una realidad moral que, en ..
nado con In homilética v el exemolum de t i ~ ~olÍtico.
o .
cuvos
> .
~rincioalcs
' cxoonenres
serían los Espejos de príncipes (para una visión panorámica de lo que fue en Europa esta
cualquier caso, afecta al hombre. Las representaciones en tímpanos, capi- tradición de los Espejos ver Sunlon (Narrative, 81-134). y. H u o Cortés (Ln imgen,. 20-
teles, vidrieras, etc., tienen ese valor y ese sentido adoctrinante ("Con- 3C). c,uicn prrrrntn además u m m u y útil revisión de los Espejos árabes o que fueron
cepción", 239). venidos a1 árabe a raíz del advenimiento del Islam. Tanto Lacarra como Haro Cortis se
centran en el estudio de textos que, en términos generales, podrían considerarse como
Pero esta manera particular de leer e integrar el pasado al presente, y Espejos de príncipes, sin embargo, a lo largo de sus respectivas revisiones de la historia
del concepto de exemplum, ninguna de ellas esrablece una división entre la tradición
de volverlo "útil" para lograr ciertos propósitos, sufrió con el tiempo
política y la religiosa tan tajante como la planteada por Scadon.
tantas transformaciones que terminó volviéndose un tanto ajena para la
Introducción 11 12 Las écicas del exemplum
En suma, observa Welter, todo el fondo narrativo y descriptivo del La mente medieval, señala Battaglia (en la misma línea que Maravall y
pasado y del presente podía ser leído, entendido y usado como exemplum Tubach), concibe la historia humana como una cadena inmutable y fi-
(L' "Exemplum", 1-2).2 nita de sucesos que se reiteran una y otra vez. Es por eso que las colec-
Según Tubach (Y en esto coincide con Maravall), tal divergencia en ciones de exempla podían ser presentadas como depositarias de un "códi-
cuanto a la naturaleza de los materiales a los que se aplicó el término de go" hasta cieno punto exhaustivo de conducta, que para cada hecho y
exemplum se debe a que los autores, compiladores y predicadores medie- para cada experiencia vital ofrecía una norma y alegaba un testimonio
vales no sólo lo usaban para referirse a una forma de relato, sino tam- ("L'esempio", 68). Bajo esta luz, su valor de conjunto y el de cada uno
bién, en un sentido más amplio, para aludir a la manera como interpre- de sus exempla, se elevaba enormemente:
taban y utilizaban la información, y al espíritu con que esperaban que
sus lectores e interlocutores la recibieran: Nella tela dell'esempio l'esistenza degli uomini si colloca in una sua
costanza paradigmatica. L'aneddoto 'esemplare' presuppone una visione
the exemplum is an attempt to discover in each narrative event, character, dell'esperienza che non ammete impensati sviluppi o precarie soluzioni.
situation or act a paradigmatic sign that would either substantiate Tutto preciso, stabilito, perpetuo ("L'esempio", 76).
religious beliefs and Church dogma or delineate social ills and human
foibles (Index, 523). Además, debido a la brevedad de la existencia humana era posible creer
que cada persona tenía Únicamente que enfrentarse, a lo largo de su
Battaglia propone también algo semejante: vida, a un número limitado de alternativas y, por lo tanto, una buena
colección podría bastarle y sobrarle para resolver sus problemas indivi-
Sull'impasto di queste varie forme lerrerarie, originariamente distinte duales.
mavia via convergenti, il Medioevo ha regolato l'espressione della propria
saggezza e della propria esperienza. Non si tratta soltanto d'un gusto La autoridad del exemplum emana de lo que se presenta y se percibe
letierario e stilistico, benri d k n metodo che la mentalir2 medievale ha como su pertenencia a la tradición, es decir, al conjunto global de expe-
applicato alla sua cognizione della real& etica e pratica ("L'esempio", 71; riencias vitales de la comunidad, que han sido probadas y transmitidas
el énfasis es mío). de generación en generación. Los exempla, observa Battaglia, "erano
stati eredati perché gli uomini vi si spechiassero e vi si riconoscessero.
D e acuerdo con Maravall, la importancia que tuvo este "método" Ciascuno d'esii era un mito dell' esperienza, un emblema della realti"
para la sociedad medieval se debió al carácter doctrina de su concep- ("L'esempio", 71). De ahí precisamente la insistencia en su calidad de
ción del saber: "pmeba", y la tendencia de quienes lo utilizaban en sus sermones a
introducirlo como cosa leída (de preferencia en una obra antigua y res-
Dos son las fuentes de toda doctrina -y el saber para el hombre medie-
petada) o escuchada de boca de una persona digna de crédit0.j
val es, ante todo, eso: doctrina-, y estas dos fuentes son: "proeceptis
scilicet et exemplis". Y aún se puede decir que las dos se reducen a una
sola, puesto que el ejemplo es el hecho cuya observación nos dará la cien- 3 A lo largode este libro, el concepto de "tradición" y de "saber tradicional" se usará,
cia, y el precepto es la sentencia en que, tras la observación del ejemplo, siguiendo la línea de pensamiento de Battaglia y de Maravall, para aludir al carácter
se destila el saber que de él se saca. Ejemplo y precepto son las dos caras ancestral asociado por quienes lo manejan con ese saber "ejemplar"(tanto oral como
de un mismo saber (Concepción, 239). escrito) al que se adjudica la capacidadde servir como clave para entender y resolver los
problemasvitales y las preocupaciones religiosas y morales. En su Romancero Hispánico
(Cap. iiI del vol. 1, 58-80), Menéndez Pida1 utiliza el término de "tradicionalizición"
Jolles (Formes Simples)y, en épocas mis recientes, Zumthor (Esrai de poéripe para referirse al proceso de transformación por el que suele pasar el 'saber tradicional"
médihle,339-404), incluyen asimismo en la categoría de oremplum toda una variedad que re transmite en forma oral. Este proceso tiene un carácter comunitario y da como
de temas y formas narrativas y no narrativas. resultado lo que este crítico español designó con el término de 'estilo tradicional". En
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14 Las éticas del exemplum
Siguiendo a Crane (The 'éxempla~y en un intento por delimitar su
La ciencia de la razón, en el sentido medieval de esa razón, es la retórica,
campo de estudio, Brémond, Le Gnff y Schmitt establecen una diferen- es decir, un cultivo de los medios de expresión más elevados y propios
cia entre lo que consideran como dos acepciones distintas del término: del hombre, con los que se transmite y hace asimilable el saber, lo que da
la que, en el campo más general de la lógica y de la filosofía ve en el lugar a que, a su vez, ese cultivo aparezca como el saber principal y aun
exemplum un arquetipo o modelo y la que, en el marco más restringido como el saber que los abarca todos ("Concepción", 235).
de la gramática y de la retórica, lo entiende como un argumento de
carácter narrativo "au meme titre que d'autres tnoncés" (L' 'Exemplum", E n este contexto, el hombre "sabio" es aquel que conoce las claves nece-
28). Basados en esta segunda acepción, estos críticos incluyen el exemplum sarias para adquirir el saber (descifrando el universo de los signos inscri-
en el conjunto de los géneros y formas narrativas de la E d ~ dMedia.4 tos tanto en los textos como e n la naturaleza), que gracias a eso posee
Además del ya mencionado carácter narrativo, el resto de las caracterís- una parte respetable de dicho saber (al que la mente medieval imagina
ticas que Brémond, LeGoff y Schmitt consideran como propias de este como un todo acabado, definitivo y delimitado) y que maneja además
"género" son las siguientes: su brevedad, su veracidad o autenticidad, su las técnicas necesarias para transmitirlo adecuadamente.
dependencia relativa con respecto a iin discurso globalizante, su rela- El problema de una definición como la intentada p o r Brémond, LeGoff
ción con l~ homilética, su finalidad pcrsuasiva, el hecho de qiir ~ i audi-
i y Schmitt radicaría por l o tanto e n el hecho de que aquello que están
torio está compuesto por fieles o discípulos, su calidad didáctica y su tratando de definir de manera exhaustiva n o es en realidad u n "género"
origen en una preocupación por el bienestar espiritual del receptor propiamente dicho, y tampoco necesariamente una forma narrativa,
(L' "Exemplum",36-37). sino a u n mismo tiempo, y de manera inseparable, u n a estrategia
Pero, como puede verse por el contenido de esta lista, a pesar de la discursiva y u n método de c o n ~ c i m i e n t oPero,
.~ como se verá más ade-
advertencia de estos tres críticos con respecto a su intención de limitarse lante, esto de ninguna manera quiere decir que la descripción que pro-
al estudio "retórico" del exemplum, en la práctica, les resulta imposible ponen esros críticos deba ser desechada por completo, pues el resto de
delinear con precisión las fronteras entre el ámbito de lo "retórico" y el las caracteristicas que mencionan como propias del exemplum resultan
de lo "filosófico". Lo cual, en el fondo, resulta bastante comprensible, sumamente útiles para su estudia6
sobre todo si se piensa que para la sociedad medieval, que tenía una A los problemas relacionados con u n intento de definición del
concepción tradicional, estática y acabada del saber, la filosofía y la exemplum, vienen a añadirse además los que se refieren a su trayectoria
retórica no eran en absoluto dos disciplinas excluyentes. Según Maravall, histórica. A este respecto, nadie niega que sus orígenes se remontan a la
tal coincidencia tuvo que ver con el hecho de que (salvo en casos excep- antigüedad grecolatina, pero sí hay, entre los críticos, quienes han trata-
cionales) las preocupaciones básicas del hombre medieval con respecto
al saber eran: su obtención, su conservación y su transmisión; todas De hecho, hay abundantes muestras de que los escritores medievales también llama-
encaminadas a perpetuar los modelos y las normas heredadas de los ban arempla a descripciones no narrativas de distintas cosas, animales y fenómenos natu-
rales, cuando las usaban con fines ejemplares. Una discusión en torno a la variedad de
antepasados, lo cual, de una forma u otra, las relacionaba con el manejo términos uciliz*dos por los autot.es mediiv~lerpara referirre a sus propios exemph pue-
de los signos: de verse en: Paredes Nuiiez ( F o w narrarivnr bwwr).
"0 único que hasta cierto punto podría cuenionarx es el asunto de la 'brevedad",
sociedades como la medieval. los textos escritos suelen oasar también oor un oroceso pues, aun cuando la mayoría de los estudiosos la aceptan sin reparos, cabría preguntarse
si no se trata de una cualidad material demasiado subjetiva como para incluirla en la
semejante, debido a la necesidad de los usuarios de adaptarla iniormaciin a susbropios
- -
contextos. Sin embargo, los resultados a nivel estilística no son los mismos que en el caso descripción& una estra.tegiadiiursivo.de tan amplio alcance y con can variadas manifes
de las tradiciones orales, pues cada forma de almacenamientodel saber tiene sus propios tlciones como es el exemplurn. Como observa Susnn Suleiman, en un sentido amplio,
medios de conservación y reproducción. prácticamente se podría comparar el srmplirm medieval con el romana th&e: "le lecteur
En esto concuerdan con Scholes y Kellog (Naturr) y con Jauss ("Litrérature"). d'un roman 1thise se trouve dans une position analogue A celle du public d'un orateur,
d'un professeur ou d'un prtdicateur" CRécit", 469).
Introducción 15 16 Lar éticas del exemplum

do de señalar las diferencias entre lo que fue el exemplum para los grie- No resulta extraño que haya sido precisamente entonces cuando dio
gos 7 los romanos, y l o que fue luego para la sociedad europea, a partir inicio la época más importante en la historia del exemplum y cuando, a
del advenimiento del cristianismo. Battaglia, por ejemplo, considera la raíz de la importancia que éste adquirió para la predicación, empezaron
obra de Valerio Massimo (Facta e dicta) como un punto clave en la hisro- a surgir las grandes colecciones destinadas a auxiliar a los clérigos en sus
ria del exemplum cristiano.' Pero, como observa Stierle, lo que vino a tareas de adoctrinamiento.
marcar la diferencia fue e n realidad el gran cambio e n la concepción del Otro asunto que ha provocado bastante controversia es el de su deca-
tiempo y de la historia humana que trajo consigo la nueva religión: dencia: para Tubach, ésta empieza ya alrededor del siglo xm ("Exempla"),
en cambio Welter (L' "Exemplum",3 4 , y también Brémohd, LeGoff y
Toutefois, l'exemple change de caractere en passant dans le Moyen Age Schmitt (L' "Exemplum",27 y 57) la sitúan en el siglo xv. Pero vale la
chr¿tien. [...]De meme que l'histoire est a la fois rrragisrra vilae et histoire pena hacer notar que cuando estos críticos hablan de la decadencia del
de la Rédemption, l'exemple se réfere a la Iois . isa classification
exemplum a lo que se refieren ante todo es a la disminución en el núme-
pa~adigmati~ue dans le contexte du systeme philosophico-moral, et, en
tant que figura, 1 la Rédemption qui s'annonce et s'accomplit ("L'His-
ro de recopilaciones elaboradas y en la originalidad de los relatos inclui-
toire*, 185)8 dos en éstas, y no a la concepción del saber que propiciaba su utiliza-
ción, pues algo en lo que casi todos los críticos están de acuerdo es en el
Otros dos puntos clave e n la historia del exemplum fueron los decre- hecho de que su uso está relacionado con unas estructuras mentales,
tos del cuarto Concilio de Letrán de 1215, en los que se aconsejaba el culturales y sociales que subsisten por un período de tiempo mucho más
mejoramiento de la educación de los religiosos y de la instrucción de las largo. Según LeGoff, Brémond y Schmitt: "L'exemplum,lié A un type de
masas, y la aparición contemporánea de las órdenes d e dominicos y parole (orale ou écrite) qui cntrc dans un ensemble didactique fonement
franciscanos destinadas a la predicación.9 Por eso mismo, éste fue el marqué par le christianisme pré-industriel, ne recule qu'avec la desapa-
período e n el que se desarrolló y se difundió la forma popular del ser- rition progressive & cet ensemble A partir du XIXe siecle" (L' "Exemplum",
m ó n medieval, destinada a influir e n un público más numeroso y menos 57). Sin embargo, ya en el siglo xvn (1624) hubo otro evento clave que
letrado, conocida con el nombre de dzvrcto extra, que hizo del exemplum contribuyó a la desaparición del exemplum de los púlpitos católicos: el
uno de sus principales recursos. Como explica Deyermond: decreto del Concilio de Burgos que prohibía utilizarlo para la predicación,
a raíz de las quejas de quienes consideraban que las preocupaciones esté-
this is the form in which the majority of Christians in the closing ticas y el factor del entretenimiento habían llegado a desplazar su com-
centuries of the Middle Ages most often, and most memorably, ponente didáctico-doctrinal."
encountered theprea~hin~functionof the Church ("The Sermon", 127).10
Antes de seguir adelante con la discusión sobre el concepto de
' "L'insegnamenro di Valerio Massirno andava al di Ii delie sue stesse intenzioni. Egli, exemplum que servirá de punto de partida a este trabajo, es necesario
aclarar que los intentos de definir el exemplum de una manera restricti-
invero. tentava di riordinare i fatti della storia sullo schermo eeuale
" dell'emerienza etica:
cioe, paniva da un processo di astrazione, per cui i casi del passato diventano tutti va, es decir, utilizando parámetros formales y temáticos que lo convier-
concemporancie vengono a formare una teoria di modelli perenni" ("i'e~mpio",63).
Stierle utiliza aquí el concepto defptra tal y como lo presenta Auerbach en su
conocido ensayo del mismo nombre ("Figura"), publicado en alemán en 1938 (la versión especialistas en la literarura peninsuiar: el de Rico (Predicacióny literatura) y el de Cáte-
inglesa aparece como primer capítulo de su libro: Scewsfrom the Dvama of Europenn dra (Dos estudios). En el libro de LeGoff, Brémoud y Schmitt (L'"Exemp1um: 24-25) y
Literature). en el libro de Haro Cortés (Compendaos,81, n. 9), pueden encontrarse además dos bue-
El estudio clásico de los efectos que tuvieron los decretos de dicho Concilio en la nas bibliografías en las que se mencionan los principales estudios sobre la retórica del
Península Ibérica es el deLomax í"Laterannl. sermón medieval europeo.
'O Aunque el estudio del sermón medieval excede los objetivos del presente libro, es
" Aunque, como demuestra Ricard, este decreto no consiguió que el exemplum des-
necesario aludir por lo menos a otros dos trabajos indispensables sobre el tema para los apareciera por completo de la litenrun religiosa europea ('Tour une hirtoire").
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ten en parte de una clasificación mucho más amplia, han sido múltiples Sin ánimo ninguno de restar importancia a éste y otros estudios de
y variados. Uno de los más interesantes es el de Ma. Jesús Lacarra, cyien carácter tipológico que, indudablemente, pueden resultar sobremanera
después de dar cuenta de las divergencias que existieron y aún existen útiles para profundizar en cienos aspectos relacionados con la práctica
entre lo que tanto los autores medievales como los críricos actuales medieval de la retórica, a lo largo de este trabajo se usará un concepto
entienden por exemplum (Libro, 25-29), llega a la conclusión de que el de exemplum en un sentido todavía más amplio que el propuesto por
término abarca, en un sentido amplio, "toda forma breve, narrativa o Lacarra y por Haro Conés, considerándolo como una estrategia discur-
no, susceptible de servir de prueba para un argumento religioso" (Libro, siva que consiste en la utilización analógica de cierta información para
34).12 Pero, según Lacarra, también es posible definir el exemplum, en defender una idea o un conjunto de ideas."
un sentido restringido, considerándolo como elemento integrante de un En tanto que "estrategia", el exemplum funcionó, desde los comienzos
conjunto más amplio que abarcaría lo que ella misma designa con el del cristianismo y de manera especial durante la Edad Media, como un
nombre de "formas breves" (dando por entendido que todas ellas poseen elemento clave en la configuración de un tipo de discurso, al
un carácter ejemplar). Para su clasificación, utiliza como base cinco que llamaremos aquí discurso ejemplar, que contribuyó al establecimien-
categorías tomadas de la preceptiva retórica vigente en la Edad Media y, t o de una serie de relaciones de poder que sirvieron para consolidar las
para ilustrar cada una de ellas, se sirve de los enxienplos del L i b r o d e los dos más imponantes instituciones medievales: la Iglesia y el Estado. Es-
gatos. Estas categorías son las siguientes: exemplum, fábula, allegorh, tas "relaciones de poder", tal y como las entiende Foucault en el marco
desuiptio o descripción d e costumbres d e animales y similitudo. Dentro de de su concepción del discurso (que sirve de base al concepto de exemplum
esta clasificación Lacarra define el exemplum como una "narración bre-
ve de un acontecimiento, presentado como verdadero y sucedido una el narrativo, el in~er~retativo, el pragmático y el ercatológico o anagógico). En la catego
ría de la dermdtio se incluven todas las descri~cionesde costumbres de inimles. en las
sola vez a personajes humanosn, del que se extrae una enseñanza cuya
cuales ya no se usa el pretérito de la narración sino el presente durativo (esta es la forma
finalidad Última es la salvación eterna y que puede tener distintos oríge- típica de los bestiarios). Por último, estaría la rimilitirdo que es, a grandes rasgos, la
nes, tanto cultos como populares (Libro, 26).13 descripciónde realidadesestáticas (Libro,21-34).En suestudio, Haro Conés retornaesta
clasificación propuesta por Lacarra y la utiliza para clasificar las 'formas breves' que

lZ En esta misma línea vale la pena citar el trabajo de Haro Cortés quien, para descri-
encuentra en los textos didácticos castellanosdel sido . .
" xiii (Comumdior. 98-105).
'4 El concepto de "estrategia"
. es usado aquí de acuerdo con la explicación que de él da
bir el exmplum en un sentido amplio, retoma la propuesta de Lacarra y le añade algunos Michel Foucault en su Arqueologh del saber: como una 'manera regulada" de poner en
puntos de los señalados por Brémond, LeGoff y Schmitt: "una forma breve (general- obra cierrzs oosibilidades del discurso (211. Podría dccirsc cnronccs ouc cl excm~íurnes
\ ,

mente narrativa, aunque puede no serlo), que versa sobre materia de índole bien diversa una swategia dkcurriva que consiste en la reactualización de enunciados pertenecientes a
y procedente de multitud de fuentes con carácter intratextual y que, a modo de pmeba otros dominios del discurso (para este crítico francés, la "reactualización" es el acto de
comparativa, transmite una enseñanza [...], el carácter autónomo y plenario de esta for- "reinserción de un discurso en un dominio de generalización, de aplicación o de transfor-
ma breve aumenta su adaptabilidad a diversos tipos de contextos. Esto traerá consigo el mación nuevo para éi. [221). Dicha reactualización. en el caso del exemplum, estaría apo-
establecimiento de unas relaciones entre el exemplum y el espacio oral/textual que lo yada en lo que Foucault designa con el término de "mecanismo o episteme de la semejan-
acoge" (Compendios, 105). Dicho sea de paso, al estudio de las formas que adquiere este za": el cual, según explica en Las palabras y las cosas, tiene que ver con la idea de que el
"rspacio" (que, como ella misma indica, puede ser narrativo o enunciativa) dedica esta mundo es como un gran texto acabado y escrito en distintos planos que se relacionan
autora un interesante apartado (Compendio, 150-216). unos con otros. Esto hace que las similitudes entre los elementos de un plano y otro
" La categoría de lafibula vendría a comprender en cambio todos los relatos prota- adquirir el valor de signos (o indicios) útiles en la develación de los secretos del
gonizados por animales (con o sin humanos), los cuales, como observa Lacarra, han cosmos. La concepción del mundo como texto o como libro es de hecho un lugar co-
pasado ya por iin proceso de ripificación que ayuda 11 recepror a asimilar l i ~nseñanza.El mún para los estudiosos del pensamiento medieval, entre quienes cabe destacar -por la
caso de la allego& es algo más complicado pues, segúnesta autora, tanto lafábula como iirilidad. en un rrahalo como isre. de sus alusiones a rexroi pro di ir ido^ o rradiicidos en
el exemplum pueden funcionar como allegorías. Aunque lo distintivo, en este caso, seria ~., sc aoova
D C ~ ~..quien
12 Peninsiil.1 Ihérica- al mismo M A ~ ~ v (ACI IO I I C ~245.252,. . , a su vez
la importancia que adquiere la interpretación que se le proporciona punto por punto al en García Pelayo ("Las culturas del libro?. ~ e s i l t kdipensable
a mencionar también el
lector (se recuerda aquí que el pensamiento medieval distinguía cuatro niveles de lectura: estudio más extenso y más reciente de J. M. Gellrich (The Idea of the Book).
Introducción 20 Las éticas del exemplum
que aquí se maneja), desempeñan un papel productor y no represor, El exemplum medieval se desarrolló en estrecha relación con las prác-
funcionan en el interior de todo lo que ordena y, dado que son ticas de la retórica, la disciplina heredada de los clásicos que sirvió para
inmanentes, participan de modo fundamental en las codificaciones de dar forma a los discursos por medio de los cuales se ejerció el poder,
toda cultura. desde un principio, en la civilización occidental. Aun cuando solían
Es precisaniente este caricter dc rstra~rgiadiscursiva, inherente a la transmitirse de viva voz, estos discursos, que contribuyeron a la consoli-
existencia misma del exemplum, el que permite estudiar, bajo un mismo dación de las instituciones medievales, eran fundamentalmente de carác-
mbro, tipos de discurso aparentemente tan disímiles como son: las vidas ter letrado. Pero, como observan Brémond, LeGoff y Schmitt, dado que
de santos, los milagros, las leyendas, los castigos, los mitos, los apólogos, el objetivo de su "pedagogía ejemplar" era suscitar una identificación por
los cuentos folclóricos, los Irris, las fabielias, las fábulas, losfabliaux, las parte del público con el material presentado, el predicador y el compilador
descripciones de los bestiarios, etc. solían recurrir a la tradición oral, "pour y puiser des récits (audivjl et les
Partiendo de la concepción foucaultiana del discurso, como el espa- réintroduire sous forme d'exempla, dits en langue wlgaire et appuyés par
cio privilegiado en el que se registran las relaciones de poder, es posible la gestualité propre 1 assurer leur réception" (L' "Exemplum", 86). Sin em-
añadir dos característicasmás a las definición del exemplum: 1)su teatraldad bargo, como apuntan estos críticos, los m p l a no siempre eran tomados
y 2) su autoconciencia. directamente de sus fuentes orales y muchos de ellos habían pasado ya
1) La teatrdlddd. La aparición tcdual del &&plum suele estar marca- desde antiguo a formar parte de la tradición escrita, en colecciones, cróni-
da por lo que Zumthor explicaría como un "alto grado de teatralidad", cas, sermones, etc.: .
es decir, por una serie de indicios textuales que remiten al momento de
la enunciación (y a veces también de la recepciÓn).l5Una de las razones L'auteur d'exempla n'est pas un ethnologue moderne observant et
racuillant directement les 'traditions populairea', mak un clerc lisant o u
por las que estos indicios se conservaron fue que, como explica Zumthor,
écouranr d'autrer clero dont le nom et le renom garantissent i'autenticité
"Hasta el siglo xv, y existen casos también en el siglo m,la palabra [se du récit partir duque1 est forgé l'exemplum (L' "Exemplum", 87).
refiere a la pdabra oral] seguió siendo, si no la fuente última, al menos
la manifestación más convincente de autoridadn y, por lo mismo, el Quienes copiaban o registraban, en prosa o en verso, los relatos y
instmmento privilegiado para la aplicación del derecho y el ejercicio del descripciones escritos o contados por otros lo hacían pensando en su
poder (La letra y la voz, 103). valor pedadógico y en su capacidad para servir de prueba o de soporte a
Pero esta "teatralidad", que Zumthor estudia en las transcripciones una determinada "verdad" de orden religioso o moral, y no en su calidad
de poemas épico-narrativas, atribuyéndole un carácter básicamente de testimonios antropológicos. Por eso, fueran de origen folclórico o
residual, en el caso del exemplum tiende a ser mucho más un recurso que letrado, una vez en manos de los autores, compiladores y predicadores,
una marca incidental. Y es precisamente su calidad de recurso usado de estos relatos pasaban siempre por un proceso de apropiación y de
manera consciente lo que la convierte en un elemento clave para enten- reescritura encaminado a convertirlos en instrumentos útiles para la
der el funcionamiento de los mecanismos de adoctrinamiento inheren- transmisión de determinados moldes ideológi~os.'~
tes a todo discurso ejemplar.16
oratoriaen el y en el mundo anual pone claramente de relieve la diferencia entre
l5 El concepto de "teatralidad"es parte integral de las tesis desarrolladas por Zumthor 11 oralidad primaria y la secundaria [...] en cierto sentido la ordidad ha alcanzado un
en La lettreet la vok. Para las citas a este texto utilizaré aquí la traducción española (La remnocimiento del que nunca antes había Sin embargo no se trata de la antigua
letra y la voz). oralidad. La oraroria al =tilo antiguo, provrnkre de la oralUprirnarLa,ha desapare-
N O me parece que estos indicios textuales puedan identificarse con lo que Ong cido para s i e r.n p ~ ~(Oralidnd,
." 135; el énfasis es d o ) .
define como "oralidad secundaria", un fenómeno relacionado por este autor con los lf Y no sólo eso, rina que, como sugiere ~acarra,es probable que al ser puestos por
avances de la tecnología electrónica (Ornlidadyexritura, 134-135): "E1 contraste entre 1.1 escrito para su empleo con fines didácticos, estos relatos hayan sufrido también un pro-
Introducción 21 22 Lar éticas del exemplum
Pero, aun cuando no todos los exempla hubieran sido tomandos di- pueden incluso leer lo que en ésta se dice, o escucharlo de boca de otros
rectamente de la tradición oral, como ésta podía prestar veracidad y lectores (como en el caso del "librete" del filósofo). Y, como sucede con
autoridad a lo dicho, quienes impartían sus discursos de viva voz solían los relatos contados oralmente, también los trozos de escritura pueden
optar además por la utilización de fórmulas introductorias y giros de aparecer acompañados de uno o más comentarios interpretativos. En el
lenguaje que servían para dar a sus relatos la apariencia de cuentos caso de las cartas de desafío de don Carnal, los lectores tenemos a la vista
folclóricos o, por lo menos, de noticias escuchadas de boca de personas una "transcripción" completa del texto, seguida de una descripción de
dignas de crédito. La teatralidad, en los textos en que se recurre al uso de los efectos que provoca su lectura en los personajes. En cambio, en el
exempla, tiene por lo tanto mucho que ver con un intento de relacionar caso de la carta-confesional, como el escrito es enviado al fraile confesor
la información manejada con la tradición oral o, por lo menos, con la con un "sello de paridad", a los lectores no se nos da a conocer directa-
palabra hablada. Además de conferir autoridad y veracidad al discurso mente el contenido, sino que el narrador se limita a comentar lo impro-
ejemplar, que las representaciones textuales de la voz y sus imágenes cedente de este tipo de confesión (no oral).
suelen responder también a otros objetivos, a menudo relacionados con En suma, las diversas manifestaciones de teatralidad y la manera como
el problema de la recepción. se usan las imágenes relacionadas con lo libresco y con la escritura, depen-
En términos puede decirse entonces que todas las formas de den de las intenciones de cada autor, compilador o predicador, de la tradi-
representar y de aludir a la voz, a las maneras de usarla, a su importancia ción en que se inserta su discurso y del tipo de auditorio al que va dirigido.
para lograr ciertos propósitos y a las consecuencias que trae consigo su 2) La autoconciencia. Dado que el exemplum es en sí un instrumento
presencia en una determinada situación, constituyen distintas formas de de persuasión, no es raro que quienes decidieron servirse de él hayan
teatraliddd. Su contraparte vendría a ser en cambio la tendencia, también dejado inscritas en sus textos, de distiitas formas, sus ideas e inquietudes
muy difundida, a utiiizar el respaldo de fuentes letradas y librescas (la más con respecto al problema de la que habría de ser su recepción o de lo
importante de las cuales era la Biblia), y de imágenes, sentencias, narracio- que es el proceso de recepción del discurso ejemplar en general. En
nes y disquisiciones relacionadas, abierta o implícitamente, con la escntu- ocasiones, estas ideas e inquietudes toman la forma de una discusión más
ra. Muestras de ésto son: el exenplo XLVI del Conde Lucanor sobre lo que o menos explícita del asunto, otras, en cambio -y éstas son quizás las
-"contesgioa vn philosopho que por ocasion entro en vna calle do morauan más interesantes-, la (o mejor aún la "representación") de
malas mugeres", y que para aclarar el malentendido y exculparse ante dicho problema llega a convertirse en parte integral de los relatos y
sus alumnos decide encerrarse a escribir un pequeño "librete" (una de descripciones incluidos en el texto con propósitos ejemplares.
cuyas partes es citada literalmente en el curso del relato). Y las canas Se ha dicho que, con el tiempo, los dos elementos presentes en el
de don Carnal que aparecen en el Libro de buen amor: aquella en que exemplum medieval: su calidad de abstracción moral y su concreción
hace una confesión escrita de sus pecados (que, como ahí mismo se narrativa (poducto de su relación particular con la experiencia presen-
explica, no puede ser válida precisamente porque es escrita), y las de te), tienden a separarse. Esta evolución del elemento narrativo hacia la
desafío que manda a Doña Cuaresma, con nota a todos los cristianos, "autonomía", definida por López Estrada como el mayor o menor gra-
moros y judíos invitándolos a que se le unan en la bataiia liberadora. do de "aprovechamiento novelístico" e identificada con la aparición de
A veces, cuando la escritura aparece formando parte de una trama o un "sentido literario" (frosa narrativa, 19-20), es la que ha servido con
de una descripción, los personajes, y a menudc también los lectores, frecuencia de criterio clasificatorio para decidir si un cierto discurso
ejemplar merece o no ser incluido en el co~pusde lo que se designa con el
cero de selección y de dddptdción, en vinud del cual los m L manvillosos, cómicos, erc., nombre de "relato breve" o "narrativa de ficción".'"
fueron desechado9 (Cuentor dr la EdddMcdiz, 10). Apoyada en la idea de que todos los
cuentos medievales que conocemos llegaron hasta nosotros en calidad de exempla, esta Para López Estrada "lo más impomanfe consiste en que la parte narrativa sederpren.
autora utiliza indistintamente los términos "cuentomedieval"y exemphm. da de ate servicio (es decir del "propósito moralizador") y que llegue a valer por si misma:
Introducción 23 24 Las éticas del exemplum
Pero cabría preguntarse si esto que se percibe como una evolución eso que parece un proceso de abandono de la función pastoral y de
hacia la autonomía es efectivamente en todos los casos un abandono de aparente emancipación del exemplum hacia la autonomía, puede tam-
lo que hace al exemplum ser lo que es: es decir, su calidad de estrategia bién ser un síntoma de evolución hacia el aprovechamiento cada vez
persuasiva. Al utilizar estos conceptos como el de "autonondan o el de más sofisticado de sus posibilidades en tanto que estrategia discursiva
"grado de aprovechamiento novelístico" para evaluar la medida en que útil en la formulación, transmisión e imposición de determinados mol-
los o t e m p l a se convierten en "relatos breves", se corre el riesgo de esta- des ideológicos. Irónicamente entonces esos exempla que parecen más
blecer una línea divisoria (entre lo "didáctico" y lo "narrativo") que es "emancipados" de sii "función pastoral" son a veces los que, en su cali-
totalmente ajena al modo de pensamiento que propició la existencia del dad de estrategias discursivas, presentan los matices más sutiles y los
exemplum. Ya que, a pesar de que los lectores del siglo xx encontremos problemas más interesantes.
en cienos exempla un mayor "sentido literario" (o tal vez sería mejor Esta sofisticación en el grado de aprovechamiento ejemplar es un pro-
decir, una mayor preocupación estética), esto no necesariamente exclu- ceso que se da obedeciendo al carácter de estrategia propio del exemplum,
ye la posibilidad de que su autor los haya utilizado con un propósito y no necesariamente porque éste se encuentre en vías de transformarse en
ejemplar. Pues este propósito, que fue el resultado de una manera parti- otra cosa. En este sentido estamos de acuerdo con Battaglia cuando habla
cular de concebir y usar el saber, no desapareció cuando el exemplum se del exemplum como una manifestación "completa y funcional" de lamen-
separó del discurso homiliético, ni tampoco cuando empezó a adquirir calidad medieval, y rechaza la idea de verlo como un "relato embrionario":
ciertas cualidades estéticas que nosotros, por nuestro modo de ver el
arte, tendemos a privilegiar. Continuare a considerarlo, l'esempio, come un racconto embrionale, un
Lo que cambió, en ciertos casos, no fue el propósito moralizador o la gradino ciok nella scala evolutiva della narrativa, equivale ad escludcrsi
"función pastoraln, como le llama Zumthor, sino el hecho de que ésta se dalle ragioni della storia, per un ~ I ~ U S eOpiurrosro
~O erroneo concctto
inregri>a los relatos mismos.19 Como veremos a lo largo de este trabajo, di sviluppo letterario, che quasi sempre fa violenza all'obiettiva realti
storica e ne tradisce la p i i intrinseca individualir: CL'esempio", 70).
por lo menos se trata de que no sea una mera prueba o antecedente de la intención
moralizante. Los límites entre estas fronteras resultan imprecisos, pero su consideración
En suma, todos los elementos que, tanto en el curso de las reflexiones
permite orientar la obrd en h que se encr<mtranestos rcIntor hacia una clarificación como introductorias y de las argumentaciones como en los contextos de los
~ r r a t i v n f i c i ó no hacia el grupo de In didáctica" CProsi narrativa", 19; los énfasis son relatos y descripciones, remiten al problema de la recepción son mani-
míos). Este crítico establece una división entre los que élconsidera "librosde apólogosen festaciones de autoconciencta y, como tales, resultan sumamente impor-
los que predomina el sentido literario de una narración establecida con intención artísti- tantes para entender lo que tiene de específico un determinado texto
ca, con diferentes grados y recursos de didactismo y moralización", y aquellos en los que
los apólogos son "sólo ilustraciones", "meras pruebas" o -antecedentes de la intención ejemplar.
moralizante": en la primera categoría Cnarrativade ficción") incluye textos como el Libro Aunque de alguna manera se ha venido insinuando a lo largo de esta
del Conde Lucanor, los Ejemplos muy notabler, el Libro de los ejemplos, el Libro de losgatos introducción, valga aclarar que las manifestaciones textuales de esa
y el Erpéculo de 10s legos; en cambio, en la segunda ("didáctica"), coloca obras como los teatralidad y de esa auroconciencia no se limitan de ninguna manera al
Castigos y documentos del rey don Sancho ZVy los Castrgos y doctrinar que un sabco daba a
sus hijas. segmento de discurso tradicionalmente conocido con el nombre de
. ou
l9 Como observa este crítico: "Exolicite dans les deux riers des texres.. im~licite exemplum (en castellano: "exemplo", "ensiemplo" y sus variantes). Y lo
kduite i un dicton, voire h une remarque . plaisantc
. dans les autrcs, la 'morale' est intégrée mismo puede decirse, por supuesto, de la manera en que aparecen, en
au tbemc. U arrive que ccttc rcktion soir cxprcsdmcnr diclarée: le ricir illurrre u n proverbe;
cada texto en concreto, las otras dos características que ya han sido
rilleurr. elle fonde I'effer d'iionie. On a lintovnrion d8nrrirrm2I'o»~ncto.~r~on de cenui
* , fur
sam doure, ariginellement, k~fonction prirtorale de l'exemplum Ca et la, cet élément prend mencionadas por otros críticos como propias del exemplum medieval:
lui-meme la forme narrative t...] Elle est douhlement intégrée au récit" (Essai depoérique su d;ddetismo y sufigurdliddd (que remite a toda una serie de preocupa-
mé'áiévale, 396; los énfasis son míos). ciones e~catoló~icas).Pues, a fin de cuentas, esa estrategia discursiva que
Introducción 25 26 Las éticas del exemplum
es el exemplum (entendido en un sentido amplio) sólo puede existir como Y otra más es el argumento (no siempre iguai de convincente) de querer
tal en la medida en que contribuye a dar forma a ese todo que es en sí el instruir por medio de contrastes, o sea, mostrando lo que no se debe
discurso ejemplar al cual pertenece. .De ahí la importancia de estudiar el hacer).z1Pero la más importante de todas, por su omnipresencia en el
conjunto completo: "marcos" narrativos o enunciativos, rela- ámbito del discurso ejemplar, y porque en cierto modo de ella depen-
tos, descripciones, disquisiciones, sentencias, ilustraciones, etc., pues sólo den todas las demás manifestaciones teXtudes del dihctismo, es la que
así puede llegar a entenderse en su verdadera dimensión el papel estraté- remite, por diversos caminos, a la defensa del saber, considerado como
gico que desempeñan los exempla cuando se les utiliza en un cieno tex- el bien más preciado que el hombre puede buscar y poseer.22
to, y lo que éste tiene de específico, en tanto que discurso ejemplar. Esta Pero, mientras que el didactismo es una condición general para que
especificidad, que designaremos a partir de aquí con el nombre de ejem- pueda haber ejemplaridad (pues sin intención didáctica n o habría
plarrdad, es el resultado del conjunto de objetivos pedagógicos y de mo- exemplum), ésta, en cambio, viene a ser algo mucho más específico, que
delos retóricos, literarios e ideológicos que, por medio del texto ejem- también podría describirse como lo que tiene de particular cada discur-
plar, se busca inculcar en la mente del receptor, y depende de la época y so didáctico de tipo ejemplar, lo que le da su razón de ser y su propia
de las tradiciones textuales en que se inscribe cada obra en concreto, coherencia. Aunque, a primera vista, esto que aquí llamamos ejempla-
pero también, en gran medida, de los intereses y objetivos del (o los) que d a d podría confundirse con el ddzctismo propiamente dicho, lo que
fue(ron) su(s) autor(es), predicador(es) o compilador(es). distingue a una de otro es el hecho de que, mientras el segundo lo cons-
Como se muestra a lo largo de los primeros tres capítulos de este traba- tituyen una serie de temas y recursos comunes a todo discurso ejemplar,
jo, tales intereses y objetivos no necesariamente se identifican con lo que la primera, en cambio, la constituyen aquelos elementos textudes que
se describe abiertamente como la intención (siempre didáctica, claro) a la r e m k n a la razón (mucho menos explícita) por la cual un autor, com-
que los textos deben su existencia. El didachtmo tiene que ver ante todo pilador o predicador en particular decidió recurrir al uso del discurso
con la necesidad & probar que el contacto, ya sea oral o escrito, con un ejemplar. A diferencia del dzdactumo, esta razón es algo que sólo llega a
determinado discurso, redundará en beneficio de sus oyentes y lectores. notarse a raíz de una lectura detenida del texto (lo cual, en el caso de la
Pues la promesa de este efecto benéfico es la que justifica y hace aceptable Edad Media, incluiría la comparación de sus distintas versiones conser-
y "deseable" un determinado discurso ejemplar. vadas) y/o de otros textos emparentados (por compartir fuentes, segmen-
Tal promesa puede aparecer en el t e n 0 de diversas formas: una de tos, ideas, exempla o sentencias semejantes). E incluso entonces, como
ellas, quizás la más conocida de todas (porque se relaciona con una de las
razones principales por las cuales se difundió tanto el uso del enemplum)
es el tópico del "dulce manjar" (es decir el discurso entretenido y bello) 21 A este respecto habría que tomar en cuenta la observación de Battaglia, quien ad-

que contiene escondida la "medicina" que habrá de curar al "enfermo" vierte que para los usuarios medievales de discurso ejemplar no era indispensable que un
exemplum contuviera un relato edificante: "perch* ad istruire o avenire la mente e l'animo
(que es el interlocutor o lector) que entre en contacto con ella." Oua pub valere, se necessario, anche una 'citazione' di malvagiti, di sopniso, di libeninaggio.
forma de anunciar el didactismo de un texto es el marco, muy frecuente L'importante 6 nllegare una testimonianza, che perranto sempre esemplare" (67-68).
también (y que tiene a su vez numerosas variantes), en el que aparecen '2 Resulta indispensable aludir aquí al imponante capítulo que dedica Lacarra a este

un maestro, consejero o padre y un discípulo que recibe sus en&-. tema (Cuenrkrica, 99-131). Eu la misma línea están también las observaciones de Haro
Cortés apropósito de la importancia del saber en las obras sapiencialcs ("La prosi", 141-
145) y de lo que es, en sLntesis, la imagen ética del rey (y del hombre en general) que los
20 La otra razón por la cual se difundió el uso del oremplum tiene que ver w n el
compendios de castigos del siglo xin intentan transmitir: "El eje del contenido didáctico es
hecho de que permite explicar, por medio de analogías fáciies de Irimilr, conceptos el saber (sin olvidar nunca que ese saber tiene una finalidad trascendente), el cual va
abstractos que, de otra manera, resultarían mucho más difíciies de entender, especial- tejiendo una red de relaciones que van ~lzandola figura ética y clvica del individuo a
mente para los receptores que no esraban entrenados en cuestionesrcológicy y fdodfius de 1. cuml;d-des que debe seguir y de los defectos que ha de reprobar" (Compen-
(que eran la niayoda). dios, 273).
Introducción 27 28 Las éticas del exernplurn

sucede con el resto de las lecturas interoretativas. los resultados encami- alusiones a sus fuentes orales o letradas que contribuyen a acrecentar su
nados a explicarla no pueden llegar a ser definitivos, especialmente cuando halo de autoridad. Este "poder redentor" del discurso ejemplar es tam-
se trata de obras que poseen una elevada riqueza lingüística y poética. bién lo que permite que los textos en que se inscribe funcionen a la vez
Una última palabra con respecto a lafguraldad, es decir, a la rela- a modo de "lecturas interpretativas* de un pasado en el que (según este
ción del exemplum con la idea de la Redención. Como afirman Brémond orden de cosas) se encuentra ya "escrita" la Historia de la Salvación, y a
y LeGoff (y en esto parecen coincidir con Stierle), el exemplum cristiano modo de "manuales de conducta" para aplicarse a un presente que, bien
tuvo su origen en un intento, por parte de los teólogos y predicadores, vivido, ha de servir para imitar y conduir con éxito esa misma Historia
de asegurar para esta vida, y sobre todo para la otra, el bienestar espiri- y lo que, a fin de fuentas, hace "imperativa" su recepción y enaltece
tual de sus interlocutores: 4'scemplum e a dominé par le souci desfins der- además el trabaja sus autores, compiladores o predicadores.
nieres de l'homme, c'est, si on nous permet l'expression, un gadget eschato- Para finalizar esta definición introductona del concepto de exemplum
logique" (L' 'Exemplum", 37). que subyace a la$ lecturas que se presentarán continuación, y, en gene-
Lo que sucede es que, en el caso del Cristianismo, estos "fines Últi- ral, al tipo de análisis que aquí se propone, puede concluirse que: a pesar
mos" están íntimamente ligados a la historia de la Redención. cuyo de que las cuatro características básicas implicadas en la existencia del
punto central es el nacimiento del Jesucristo. Porque, a partir de enton- exemplum y en el modo como es utilizado para la construcción de los
ces, los eventos y del Antiguo Testamento empiezan a ser distintos discursos ejemplares son en principio las mismas (diductismo,
leídos, por quienes creen en El, de un modo "figural", es decir, como Jguralzdad, teatraldad y autoconciencia), sus manifestaciones textuales
"figuras" (o prefiguraciones) de lo que fue su vida en la tierra y el proce- suelen variar significativamente de un texto a otro. Inclusive en los casos
so de su muerte y su resurrección, todo lo cual conduce finalmente al en que a primera vista parecen asemejarse, lo más probable es que se
momento de la Redención. Al llegar a este otro punto clave, la vida de encuentren desempeñando funciones diversas. Es por eso que todas las
Cristo se convierte a su vez en la máxima fuente de figuras (y, por lo observaciones que puedan hacerse en tomo al modo en que dichas carac-
mismo, en el exemplum por excelencia). Por lo tanto, para completar el terísticas se presentan en un discurso especííico resultan de gran ayuda
círculo (y recibir los beneficios de dicha Redención), los hombres (y la para explicar lo que aquí hemos designado con el nombre de ejemplartdad.
humanidad en general) necesitan evocar con sus propias existencias (e Sin embargo, más que como "método" susceptible de ser aplicado de
historia) la trayectoria seguida por el Mesías. manera uniforme ai estudio de todos los textos, lo que aquí se ha dicho a
Los sermones, ejemplarios, espejos de príncipes, crónicas y demás propósito del exemplum servirá como una guía inicial, para dar comien-
discursos en los que se recurrió al uso del exemplum están, por lo menos zo a una búsqueda cuyo objetivo es encontrar e interpretar los indicios
en términos ideales, avocados a mostrar lo que debe ser dicha trayecto- formales y temáticos a partir de los cuales es posible entender, describir
ria. Es por eso que las ideas, relatos e imágenes quc aluden a los contras- y apreciar la ejemplandad característica de cada discurso. Es decir, lo que
tes entre el bien y el mal, a los enfrentamientos del demonio con Dios y le da su especificidad y lo lleva a distinguirse de otros, más o menos
sus ángeles, a sus respectivas intervenciones en los asuntos de los hom- parecidos, con los que tal vez comparta ciertas características estructu-
bres, a la muerte, a la Salvación y a 1a.condenaespiritual, pueden consi- rales y argumentales, e inclusive muchos relatos, sentencias y descrip-
derarse, de un modo u otro, como manifestaciones de esafguralidad tan ciones.
propia del exemplum. Ante la obvia imposibilidad de emprender un estudio exhaustivo de
Esta capacidad de guiar al hombre por el camino de la Redención que este tipo en todos los textos medievales escritos en la Península Ibérica
se adjudica al discurso ejemplar es, en el fondo, lo que justifica su exis- cuyos autores recurrieron por diversas razones al uso del ocemplum, este
tencia como recurso didáctico y lo que explica la utilización de imáge- trabajo, que se propone como muestra de lo mucho que todavía puede
nes relacionadas con la tradición oral, con la voz y con la escritura y las hacerse en este campo, estará dedicado a tres de ellos que marcan tres
Introducción 29 30 Las éticas del exemplum
hitos fundamentales en la historia del discurso ejemplar en lengua caste- tiempos de Sancho IV, en torno a la figura del arzobispo Gonzalo García
llana: los Castigos e documentos del rey don Sancho IV, cuya versión ~ r i & - Gudiel, que fue la personalidad eclesiástica más destacada de su tiempo
tiva data de la última década del siglo xm (1292-1293), el Libro de los ("Élite", 55-56). Hacia 1295, a raíz de la muerte del monarca, los clérigos
enxzernplos del conde Lucanoret de Patronio (acabado en 1335),y el Libro que pertenecían a ella fueron despojados de su predominio en la canci-
de buen amor (redactado aparentemente entre 1330 y 1343, aunque la llería, pero, de acuerdo con Orduna, parece ser que lograron mantener
crítica todavía no se pone del todo de acuerdo con respecto a estas su relación con la reina María de Molina, dos veces regente, lo cual
fechas). permitió que su influencia se dejara sentir aun mucho después de la
Es en este período de tiempo, de aproximadamente cincuenta años desaparición de don Sancho ("Élite", 57).
(1292 ó 93 a 1343), cuando florece la fusión de las dos ramas de rradicio- Los integrantes del grupo fueron autores de libros como la Crónica de
nes didácticas que habían convivido ya, desde hacía tiempo, en la Penin- los reyes de Castilla (escrita por Jofré de Loaysa, arcediano de Toledo), el
sula Ibérica: la oriental y la occidental.2' Y ésta es también la época en Luczdario, el Libro del caballero Zifar, cuya primera redacción se debe
que se empieza a percibir en las obras escritas en castellano esa tenden- muy probablemente a Ferrán Martínez, arcediano de Madrid, y los Cas-
cia del exemplum -de la que habla Zumthor- a volverse cada vez más tigos edocumentos del rey don Sancho Irz4 Las buenas relaciones que Ferrán
autorreflexivo. Lo cual, como aquí hemos propuesto, no implica nece- Martínez tuvo con el joven don Juan Manuel llevan a Orduna a pensar
sariamente un abandono de su función pastoral, sino que puede y suele que la obra del autor de El conde Lucanor también podría estudiarse a la
ser más bien indicio de una evolución hacia el aprovechamiento cada luz del programa intelectual propugnado por dicha escuela ("Élite", 60).
vez más sofisticado de sus posibilidades ejemplares. Otro dato interesante, por su vinculación con otra de las obras aquí
Las tres obras estudiadas en este ttabajo se relacionan además, de distin- estudiadas, es el hecho de que el arzobispo García Gudiel y su grupo
tos modos, con las ideas que Gcrrnán Orduna atribuye a la élite intelec- fueron partidarios de la postura ortodoxa frente a los avances del
tuai que él mismo propone llamar la "rscuela catedralicia de Toledo": aristotelismo heterodoxo, condenado en París en 1270 y en 1277 por el
obispo Etienne Tempier. Este rechazo que, como recuerda Orduna, fue
[un grupo] con un proyecto cultural y polÍtico bien definido, cuya ac-
compartido por la corte castellana, puede observarse en el prólogo del
ción y estímulo determinó la aparición de un importante conjunto de
obras, las que por años fueron vistas como hitos aislados o inconexos Lucidario, atribuido a don Sancho, en los "Castigos del rey Mentón"
("Élite", 53). (del Zifar) y en el Libro de buen amor ("Élite", 59-60).25
Además de compartir una asociación, más o menos directa, con la
Como explica Orduna, esta "escuela", vinculada estrechamente con "escuela catedraiicia de Tokdo", los Czstigos e documentos del rey don San-
la corona de Castilla y, en especial, con la cancillería regia, se formó en cho IV, El conde Lucanor y el Libro de buen amor se cuentan entre los
herederos más importantes de las diversas tradiciones didácticas relaciona-
23 El primer epejo de príncipes esuito origiialrnenteen canellano (entre 1237 y 1255) das con el uso del exemplum: la homilética occidental, los ejemplarios
es el Libro de los doce sabios, empezado en la época de Fernando iü y terminado en los escritos principalmente en latín con el fin de auxiliar a los predicadores en
primeros años del reinado de Alfonso X. Pero, como señala Lacarra, desde el punto de
vista del material narrativo, los Castigos c dontmentos del rey don S& son mucho
mucho mis interesantes. Aun cuando no se le incluye en el corpus de este estudio, hay " Además, según parece, todavía por orden de Sancho N , Alfonso Paredes y Pero
que mencionar el hecho de que el Libro del Caballero Zifar (mezda de novela bizantina, Gómez, el uno físco y el otro escribano del rey, tradujeron los L i w m dou Tréror de
narración caballeresca y relato hagiográfico),contiene 23 ejemplos, 14 de ellos concentra- B r ~ n e t t oLatini.As;rn;~rno,
es muy que el Libro delor cien capítular y el Libro
dos en la segunda parte, dedicada a "Los castigos del rey Mentón" (cfr. Cuentos de la del consejoy delos consejeros (deprincipios del siglo xiv) procedan igualmente del círculo
EdadMedla, 58-62). Su fechade redacción es posterior a la de los Castigos -los primeros toledano ("Elite",57-61).
aüos del siglo m, para algunos críticos, y la tercera década para otros- (cfr."Introduc- 25 El rechazo al arisrorelismo heterodoxo, sobre el que se volverá enel Capítulo 3, ha
ción" de Cristina González a1Libro del Cuba[lm Zfar, 20-21). sido brillanremenre esrudiado por Francisco Rico (" 'Por aver mantenencia' ").
Introducción 31 32 Las éticas del exemplum
su tarea, la narrativa piadosa escrita tanto en prosa como en verso, la original que dan al' material proveniente de otros textos (y también,
prosa didáctica oriental (narrativa y gnómica) -traducida al castellano, muy probablemente, de la tradición oral).
en especial durante el reinado de Alfonso X-, y la literatura de debates Los tres primeros capítulos de este trabajo muestran cómo, en cada
y de castigos (en la que se incluyen los Espejos de príncipes), tanto caso, la elevada conciencia de sus autores con respecto a las aplicaciones
orientales como occidentales. Podría decirse incluso que cada uno de a que puede prestarse el discurso ejemplar, propicia la aparición de un
ellos mantiene una relación más estrecha (aunque no excluyente) con tipo distinto de qernpladd, que muchos de los elementos formales y
algunas de dichas tradiciones: los Castigos -quc sc cstudia en el Capítulo temáticos contribuyen a reforzar: el t e a 0 de los Castigos e documentos
1- con los Espejos de príncipes occidentales (y, en general, con la litera- del rey don Sancho IV(CapÍtulol) se caracteriza por lo que bien podría
tura de castigos), con los ejemplarios latinos, la narrativa piadosa, la llamarse una ejemplaridad "mesiánica", por estar destinada a elevar la
homilética cristiana y la prosa histórica; el Conde Lucanor -que se estu- figura del monarca a la altura de los grandes personajes que, de acuerdo
dia en el Capítulo 2- con los ejemplarios latinos, la literatura de casti- con la lectura cristiana de la Historia, contribuyeron a i proceso de la
gos y de Espejos (tanto oriental como occidental) y la narrativa y la Redención. En El conde Lucanor (Capítulo 2), el discurso ejemplar pare-
gnómica orientales; y el Libro de buen amor -que sc cstudia en el capítu- ce encaminado más bien a servir encubiertamente a su autor como un
lo 3- con los ejemplarios latinos, la narrariva oriental, las tra&cionrs "arma". de reivindicación y de lucha por la recuperación de un poder
gnómica, de debates y de castigos, y, de manera especial, con una tradi- perdido. Por último, en el Libro de buen amor (Capítulo 3), esa concien-
ción de profundo raigambre en la Península Ibérica (que a su vez se cia arriba mencionada sobre lo que es el discurso ejemplar y sobre los
relacionó de diversos modos con las demás tradiciones aquí menciona- usos a que puede prestarse conduce paradójicamente a la aparición de
das): el mester de clereztá, cuya Última etapa, como explica John K. Walsh, una ejemplaridad "autocrítica" que termina poniendo en entredicho sus
fueron los poemas morales escritos en quaderna ~ i ' a . ~Pero
6 además de propias condiciones de existencia. Como, a fin de cuentas, es precisa-
relacionarse con todas estas tradiciones, tanto los Castigos como El conde mente la de comparar la que permite observar las particula-
Lzicanor y el Librode bwen amor destacan por el tratamiento elaborado y ridades de cada texto y, con base en ellas, hacerse una idea de las razones
por las cuales su autor, compilador o predicador decidió recurrir al uso
26 Según Walsh, estos poemas, a los que él considera como parte de un ciclo 0.que, en del discurso ejemplar, se agrega por Último un cuarto capítulo, en el que
su mayoría, sobreviven básicamente en versiones prosifiadas), 'forma bridge hetween se confrontan y amplían las condusiones obtenidas a lo largo de los
the great series of thinccnth-ccntury clereziú poems and Juan Ri~iz'mastcrpiece. The
Libro de buen amor secn in such a context would be no less innovative or ingenious. Yet
rimer ros tres.
instend of appenring as m isolated m d curious individdinic work, ir mould be a rmall
~ n nod lerr marterly step from our proPored intermediate tradition* ("JR andrhe merar",
74). Sin embargo, cabe señalar que hay también quienes, como John Keller, estudian
separadamente los relatos en prosa y los relatos en verso, y, en el caro de esros Úitimos,
dividen los relator piadosos de los no piadosos (ver su Pious Brief Nawative in Medimal
Cartilian E Galician Vme.fiomBerceo toA(fonroX).Llevada hastael siglo xiv (cosa que
Keller no hace en su libro), una clasificación de este tipo dejaría fuera una obra como el
Libro de buen amor (que es básicamenre contra lo que aboga Walsh). Pero, inde~endien-
temente de las tradiciones literarias con las que se relaciona, de las categorías temáticas y
formales, y de las periodizaciones a las que pueda o no adscribirse, las ideas aquiexpuer
tasen torno al exemulum hacen posible la inclusión del Libra de buen amor en un estudio
de carácter más incluyente, que tiene que ver con lo que fue una forma de relacionarse
con el saber tradicional propia de la mentalidad medieval que funcionó a la vez en prosa

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