Introducción

¿Qué es INTRIGUE
y por qué es importante?

A mi parecer, la lección más importante que he aprendido

es que nada reemplaza el prestar atención.
Diane Sawyer, presentadora de noticias

¿Sabías que los peces de colores, sí los peces de colores, tienen lapsos de atención más largos que nosotros
los humanos?
Nueve segundos, frente a ocho en los humanos. Al menos eso es lo que la investigadora de la Escuela de
Negocios de Hardvard, Nancy F. Koehn, informó en un artículo de febrero de 2014 en Marketplace Business. ¹
Pero la cosa empeora. En marzo 15 de 2012, Fast Company informó que una de cada cuatro personas aban-
dona un sitio web si tarda más de cuatro segundos en cargar. Y los doctores Jacqueline Olds y Richard Schwartz
informaron en el Utne Reader que “dos estudios recientes sugieren que nuestra sociedad está en medio de una
dramática y progresiva caída hacia la desconexión”. ²
Sin duda, tenemos una epidemia de impaciencia, y estamos sufriendo de alienación y una bancarrota de
atención, todos y al mismo tiempo.
Eso es un problema, porque, si no puedes captar la atención de los demás, nunca lograrás conectarte con
ellos. La buena noticia es que hay formas de superar la impaciencia, la alienación y la distracción crónica de los
demás, y este libro las enseña.
Si no puedes captar la atención de los demás, nunca lograrás conectarte con
ellos

He aprendido que, si amas la vida, la vida te amará.

Arthur Rubenstein, músico

Me encanta este tema y quiero que a ti también te agrade, así que voy a seguir el consejo de Carrie Fisher. ¿La
recuerdas? ¿La Princesa Leia de Guerra de las galaxias? Sus orejas eran como un rollo de canela. Sí, esa Carrie.
Ella dijo: “la gratificación instantánea toma mucho tiempo”.
Carrie tiene razón. No queremos más información. Queremos intriga... y la queremos ya. Es por eso que
compartiré un breve relato del trasfondo sobre cómo y por qué descubrí y desarrollé el método INTRIGE, y
luego pasaré a los “cómo hacerlo”. ¿Te parece bien? Genial. Esta es la historia:
Durante diecisiete años, tuve el privilegio de ser la maestra de ceremonias de la Conferencia de Escritores de
Maui. En aquel tiempo, hicimos algo sin precedentes: darles a los autores la oportunidad de saltar la cadena de
mando y conectarse cara a cara con trabajadores de la industria editorial. Lo que no anticipamos fue que esos
autores no sabían cómo establecer conexiones con aquellas personas en capacidad de tomar decisiones. De
hecho, en una ocasión, una mujer salió llorando de su reunión. Le pregunté “¿estás bien?”.
Y ella dijo, “no, no estoy bien. Acabo de ver cómo mi sueño se va por el desagüe”.
“¡Ay! ¿Qué sucedió?”.
“Llevo tres años trabajando en mi libro. Lo puse sobre la mesa, el editor le dio una mirada y dijo: ‘no tengo
tiempo para leer todo esto. Dígame en sesenta segundos de qué se trata su libro y por qué alguien querría leer-
lo’.
Mi mente se nubló. Pensé que mi trabajo era escribirlo. Pensé que su trabajo era venderlo. Cuanto más in-
tentaba explicarlo, él más se confundía. Mi gran oportunidad, y lo arruiné”.
Yo le dije, “todavía tienes una posibilidad para conectarte con agentes y editores. Muchos de ellos van a estar
en nuestra recepción esta noche y puedes encontrarte con ellos allá”.
Al día siguiente, la vi por el pasillo y le pregunté, “¿tuviste oportunidad de conectarte con algunos agentes y
editores anoche?”.
Ella no me miró. Yo pensé que quizás no me había escuchado, así que insistí.
Agachando la cabeza, me dijo en voz baja, “no fui”.
Dentro de mí pensaba: ¿trabajaste en tu libro por años, invertiste miles de dólares, volaste sobre un continente y
cruzaste un océano para llegar hasta acá y tener la oportunidad de conocer a personas con capacidad de decisión y q
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