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Colección Reformas en la Rama Judicial

Propuestas para un orden diferente

Tomo II
Descongestión
de la Jurisdicción Civil
Con el auspicio de Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit (GTZ) GmbH
Proyecto Fortalecimiento del Estado de derecho “FortalEsDer” PN: 2004.2021.6–001.00

Colección Reformas en la Rama Judicial


Propuestas para un orden diferente
© Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit (GTZ) GmbH.
ISBN 958–97394–8–2

Tomo II. Descongestión de la Jurisdicción Civil


© Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit (GTZ) GmbH.
Primera edición: marzo de 2005
ISBN 958–97572–0–0
Propuesta de citación: “Bonivento y otros, en Colección Reformas en la Rama Judicial, Deutsche
Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit (GTZ) GmbH, Tomo II, Descongestión de la Jurisdicción
Civil, Bogotá, 2005, pág.”

Coordinación Editorial
Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit (GTZ) GmbH.

Consejo Superior de la Judicatura

Lucía Arbeláez de Tobón


Presidenta del Consejo Superior de la Judicatura

Julio César Ortiz Gutiérrez


Presidente de la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura

Temístocles Ortega Narváez


Presidente de la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura

Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit (GTZ) GmbH.

Sabine Markert
Directora de la Agencia GTZ en Bogotá

Dr. Martin Ludwig


Responsable del Proyecto Fortalecimiento del Estado de derecho “FortalEsDer”

Investigadores

José Alejandro Bonivento Fernández


Consultor principal

Álvaro Ortiz Monsalve


Consultor adjunto

Rafael H. Gamboa Serrano


Consultor adjunto

María Aurora Mejía Novoa


Consultor junior

Diseño editorial de la colección


Diseño de cubierta, diagramación y corrección de estilo para el Tomo II
Alba Lucía Forero – Plasma Digital
Teléfono: 248 0106 e–mail: plasmadigital@yahoo.com
Bogotá D.C., Colombia

Impresión
Pro Offset Ltda.
e–mail: prooffset@etb.net.co
Bogotá D.C., Colombia

Las opiniones expresadas en esta publicación no representan necesariamente la opinión del Consejo Superior de la Judicatura.
T
abla de contenido

Presentación 10
Prólogo Ministerio del Interior y de Justicia 12
Prólogo Consejo Superior de la Judicatura 14
Prólogo Corte Suprema de Justicia 16

Capítulo I. La justicia civil 19


1. Consideraciones generales 21
1.1. Las estructuras socio–económicas 21
1.2. Demanda de justicia 22
2. Talento humano 27
3. Organización y competencias de la Jurisdicción Civil – Estructura 29
3.1. Sala de Casación Civil y Agraria de la Corte Suprema de Justicia 29
3.2. Tribunales superiores de distrito judicial 30
3.3. Juzgados civiles de circuito 31
3.4. Juzgados civiles, municipales y promiscuos 32
3.5. Juzgados territoriales 33
3.6. La estructura de la Jurisdicción Ordinaria 33
4. Situación y estadísticas de los procesos civiles 35

Capítulo II. Acciones desarrolladas en materia de descongestión 41


1. Desarrollos administrativo–operativos 42
2. Desarrollos legislativos 47
2.1. De procedimientos y afines 47
2.2. Sustanciales 50

Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil 53


1. Congestión y atraso 55
1.1. En los tribunales y en los juzgados 55
1.2. En la Sala Civil y Agraria de la Corte Suprema de Justicia 60
1.3. Planteamiento general en el Plan Sectorial de Desarrollo 68
1.4. Ley Estatutaria de la Administración de Justicia 73
2. Situaciones especiales del proceso ejecutivo 74

Capítulo IV. Propuesta de reforma a los procesos civiles 91


1. La oralidad 92
2. Procesos simplificados o simples 99
3. Clases de procesos 105
T
abla de contenido

Capítulo V. Conclusiones y recomendaciones 115

Anexos. 123
Anexo No. 1. La Jurisdicción Civil. Funciones y competencia 125
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles
en los cinco distritos judiciales de mayor carga laboral
y en los demás juzgados del país 147
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003.
Descongestión de la Jurisdicción Civil 197
Anexo No. 4. Despacho comisorio en inspecciones de policía:
pasos entre el juzgado y la inspección de policía 250
Anexo No. 5. Legislación internacional de los auxiliares de la justicia 254
Anexo No. 6. El proceso ejecutivo en el derecho comparado 256

Bibliografía. 261
Fuentes de información 263
Información en CD 267
Normas destacadas en descongestión 268
I ndice de tablas y gráficas

Capítulo I. La justicia civil


Gráfica No. 1. Jurisdicción Ordinaria. Productividad y congestión 23
Tabla No. 1. Estructura orgánica de la justicia civil 34-35
Gráfica No. 2. Procesos de mayor demanda en los despachos civiles. 2003 36
Gráfica No. 3. Naturaleza de los asuntos en la especialidad civil. 2003 37
Gráfica No. 4. Egreso de procesos civiles. 1999–2003 38
Gráfica No. 5. Ingreso de procesos civiles por tipo de despacho. 1999–2003 39

Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil


Tabla No. 2. Tiempos procesales (Días) 55
Gráfica No. 6. Carga efectiva. Año 2003 58
Gráfica No. 7a. Corte Suprema de Justicia.
Reparto de procesos por Sala. 2003 62
Gráfica No. 7b. Corte Suprema de Justicia.
Fallo de procesos por Sala. 2003 63
Gráfica No. 8a. Corte Suprema de Justicia.
Reparto de procesos por Sala
Comparativo de tutela y otros. 2003 64-65
Gráfica No. 8b. Corte Suprema de Justicia.
Fallo de procesos por Sala. 2003 66-67
Gráfica No. 9. Tiempo (Días) entre la expedición
y la ejecución de un despacho comisorio.
Juzgado 4o Civil del Circuito de Bogotá 76-77
Gráfica No. 10. Tiempo (Días) entre la expedición
y la ejecución de un despacho comisorio.
Juzgado 19o Civil del Circuito de Bogotá 78-79
Gráfica No. 11. Tiempo (Días) entre la expedición
y la ejecución de un despacho comisorio.
Juzgado 40o Civil del Circuito de Bogotá 80-81
Gráfica No. 12. Tiempo (Días) entre la sentencia y el remate.
Juzgado 4o Civil del Circuito de Bogotá 82-83
Gráfica No. 13. Tiempo (Días) entre la sentencia y el remate.
Juzgado 19o Civil del Circuito de Bogotá 84-85
Gráfica No. 14. Tiempo (Días) entre la sentencia y el remate.
Juzgado 40o Civil del Circuito de Bogotá 86-87

Capítulo IV. Propuesta de reforma a los procesos civiles


Flujograma No. 1. Proceso ordinario de mayor cuantía – C.P.C. 100-101
Flujograma No. 2. Proceso ejecutivo – C.P.C. 102-103
I ndice de tablas y gráficas

Flujograma No. 3. Proceso oral común – Propuesta 108-109


Flujograma No. 4. Proceso oral ejecutivo – Propuesta 110
Flujograma No. 5. Apelación segunda instancia – Propuesta 111
Flujograma No. 6. Estructura actual de planta de los juzgados civiles.
Circuitos y municipales de Bogotá 112
Flujograma No. 7. Planta de juzgados civiles – Propuesta 113

Anexo No. 1. La Jurisdicción Civil. Funciones y competencia


Gráfica No. 15. Carga procesal civil. Procesos de mayor demanda
en la parte civil (% del total en 2001) 143
Gráfica No. 16. Carga laboral y productividad de los jueces civiles 144
Gráfica No. 17. Procesos por cada cien mil habitantes en
la Jurisdicción Ordinaria 145

Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles


en los cinco distritos judiciales de mayor carga laboral
y en los demás juzgados del país
Tabla No. 3. Entrada de procesos civiles por tipo de despacho. 1999–2003 148
Tabla No. 4. Entrada de procesos civiles por tipo de despacho
y porcentajes. Año 2003 148
Tabla No. 5. Salida de procesos civiles en los distritos judiciales
de mayor carga laboral. 1999–2003 149
Tabla No. 6. Promedio de egreso de procesos por distrito judicial
de mayor carga laboral. Año 2003 149
Tabla No. 7. Egreso de procesos civiles por tipo de despacho
y porcentajes. Año 2003 149
Tabla No. 8. Productividad de los juzgados civiles de circuito
de mayor carga laboral. Año 2002 150
Tabla No. 9. Promedios de ingreso de procesos en los juzgados civiles
de circuito de mayor carga laboral. Año 2002 150
Tabla No. 10. Promedios de egreso de procesos en los juzgados civiles
de circuito de mayor carga laboral. Año 2002 151
Tabla No. 11. Ingreso promedio por juzgado civil de circuito
de mayor carga laboral. Año 2002 151
Tabla No. 12. Producción promedio por juzgado civil de circuito
de mayor carga laboral. Año 2002 151
Tabla No. 13. Productividad de los juzgados civiles de circuito
en los demás circuitos judiciales. Año 2002 152-155
Tabla No. 14. Promedios de ingreso de procesos
en los demás juzgados civiles de circuito. Año 2002 156-159
I ndice de tablas y gráficas

Tabla No. 15. Promedios de egreso de procesos


en los demás juzgados civiles de circuito. Año 2002 160-163
Tabla No. 16. Ingreso promedio por juzgado civil de circuito
en los demás circuitos judiciales. Año 2002 164-167
Tabla No. 17. Egreso promedio por juzgado civil de circuito
en los demás circuitos judiciales. Año 2002 168-171
Tabla No. 18. Productividad de los juzgados civiles municipales
de mayor carga laboral. Año 2002 172
Tabla No. 19. Promedios de ingreso de procesos en los juzgados civiles
municipales de mayor carga laboral. Año 2002 172
Tabla No. 20. Promedios de egreso de procesos en los juzgados civiles
municipales de mayor carga laboral. Año 2002 173
Tabla No. 21. Ingreso promedio por juzgado civil municipal
de mayor carga laboral. Año 2002 173
Tabla No. 22. Producción promedio por juzgado civil municipal
de mayor carga laboral. Año 2002 173
Tabla No. 23. Productividad de los juzgados civiles municipales
en los demás circuitos judiciales. Año 2002 174-177
Tabla No. 24. Promedios de ingreso de procesos
en los demás juzgados civiles municipales. Año 2002 178-181
Tabla No. 25. Promedios de egreso de procesos
en los demás juzgados civiles municipales. Año 2002 182-185
Tabla No. 26. Ingresos promedio por juzgado civil municipal
en los demás circuitos judiciales. Año 2002 186-189
Tabla No. 27. Egreso promedio por juzgado civil municipal
en los demás circuitos judiciales. Año 2002 190-193
Tabla No. 28. Salida de procesos civiles
en la totalidad de los distritos judiciales. Año 2003 194
Gráfica No. 18. Egresos de los cinco distritos
con mayor carga laboral. Año 2003 195

Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003


Tabla No. 29. Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura 198-249

Anexo No. 4. Despacho comisorio en inspecciones de policía:


pasos entre el juzgado y la inspección de policía 250-253

Anexo No. 5. Legislación internacional de los auxiliares de la justicia 254-255

Anexo No. 6. El proceso ejecutivo en el derecho comparado 256-259


Presentación
Presentación

En el marco de la política estructural global, la política de desarrollo es una de las tareas


clave del gobierno alemán.

Dentro de la cooperación alemana al desarrollo uno de los instrumentos más utilizados


es la Cooperación Técnica (CT), la cual tiene como objetivo incrementar la eficiencia de
individuos y organizaciones. La CT contribuye a mejorar las condiciones políticas e
institucionales para el desarrollo sostenible de los países contraparte; mediante ella se
transmiten y movilizan conocimientos y habilidades y, junto con las organizaciones
contraparte, se crean y optimizan las condiciones para su aplicación. Su meta es fortalecer
la iniciativa propia de las personas en los países contraparte para que puedan mejorar
sus condiciones de vida por sus propios medios. Los proyectos de cooperación técnica que
lleva a cabo la Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit (GTZ) GmbH se
ejecutan por encargo del gobierno federal alemán.

Desde hace tres años, luego de las negociaciones intergubernamentales en el 2001, los
gobiernos alemán y colombiano concordaron en la necesidad de estructurar la contribución
de la cooperación alemana en dos áreas prioritarias para Colombia:

Desarrollo de la paz, prevención y manejo de crisis


Política ambiental, protección y manejo sostenible de los recursos naturales.

En la primera área la GTZ está trabajando, entre otros temas, en el fortalecimiento del
Estado de Derecho; es en este tema donde se enmarca el Proyecto “Fortalecimiento al
Estado de Derecho – FortalEsDer”, cuyo objetivo es que los órganos tanto de control como
de la Rama Judicial, en especial la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría General de la
Nación, las Altas Cortes y el Consejo Superior de la Judicatura, cumplan su mandato
institucional más eficientemente.

En este orden de ideas, quiero presentar el segundo tomo de la colección Reformas en la


Rama Judicial, colección dedicada a exponer posiciones, ofrecer discusiones y hacer
reflexiones que puedan servir como soporte al proceso de modernización de la Rama
Judicial en pro de lograr una relación más transparente y pronta entre el Estado y el
ciudadano que, en últimas, es uno de los fines del Derecho.

Este segundo tomo, intitulado Descongestión de la Jurisdicción Civil, recoge la investigación


realizada sobre la problemática de la congestión en esta Jurisdicción, sin incluir los asuntos de
familia. De manera muy concreta describe la situación que afrontan los distintos despachos
judiciales que la integran, Sala de Casación Civil y Agraria de la Corte Suprema de Justicia,
tribunales superiores de distrito judicial y los distintos juzgados del país, y analiza las diversas

10
acciones que, para enfrentar la congestión, se han venido ejecutando en los últimos años, unas
de índole administrativo–operativa y otras de carácter normativo.

Deseo hacer público reconocimiento a todas aquellas personas que con su actividad y aliento
apoyaron la realización de este trabajo, en especial a los presidentes del Consejo Superior
de la Judicatura, doctora Lucía Arbeláez de Tobón y doctor Temístocles Ortega Narváez;
a los presidentes de la Corte Suprema de justicia, doctor Jairo Aníbal Gómez G. y doctor
Silvio Fernando Trejos Bueno, a los vicepresidentes de la misma Corporación, al presidente
de la Sala de Casación Civil y Agraria, doctor Pedro Octavio Munar Cadena y a los
demás magistrados que la integran y a todos aquellos magistrados, jueces y catedráticos
que con sus sabias consideraciones se propusieron hacernos reflexionar sobre la Jurisdicción
Civil en Colombia.

Finalmente, toma importancia destacar el mérito que le corresponde a mi antecesor, señor


Michael Jäger, quien con su sabiduría y claridad jurídica definió las líneas de
investigación, agradecimiento que se extiende al equipo de colaboradores de la GTZ
liderado por los doctores José Alejandro Bonivento Fernández, Rafael H. Gamboa Serrano
y Álvaro Ortiz Monsalve, que dejan una obra que debe no solo ser materia obligada de
consulta sino también de aplicación.

Asimismo, quiero agradecer el importante apoyo y la destacada labor de investigación de las


doctoras María Aurora Mejía Novoa, Lizbeth Blanco Poveda y Amaya Querejazu Escobar,
asesoras de GTZ.

Dr. Martin Ludwig


Asesor principal del Proyecto
“Fortalecimiento al Estado de Derecho – FortalEsDer”

11
Prólogo
Ministerio del Interior y de Justicia

En la Constitución de 1991 Colombia ha sido definida como un Estado social de


derecho, entre cuyos fines esenciales se encuentran el de asegurar la convivencia pacífica
y la vigencia de un orden justo. Sin embargo, no es fácil asegurar la paz y la justicia,
cuando la sociedad, agobiada históricamente por múltiples carencias, se halla sometida,
además, a cambios acelerados en sus estructuras socio–económicas. Las demandas cada
vez crecientes de servicios de justicia y la novedad de los problemas a los cuales se enfrenta
el aparato judicial, plantean el reto de modificar las normas y los procedimientos en uso,
para alcanzar fines congruentes con la naturaleza que la Constitución le ha asignado al
Estado colombiano. En efecto, la sola consagración de principios constitucionales no basta
para solucionar los graves problemas que viene afrontando la administración de justicia.

El presente trabajo Descongestión de la Jurisdicción Civil, investigación adelantada


con el patrocinio del Proyecto Colombo–Alemán de Cooperación Técnica GTZ, está
centrado en los problemas de la congestión y el atraso. Y es que, en efecto, la acumulación
histórica de expedientes en los despachos judiciales existentes en el país hace que la creciente
productividad de la justicia (que ha aumentado o mejorado en más de un 100% en los
últimos años, según los datos de la investigación) se desconozca por la congestión. Y, por
otra parte, los tiempos procesales establecidos en las normas, de por sí largos, resultan
rebasados en la realidad: un proceso civil normal presenta una mora de 432% con respecto
al tiempo procesal normativo y un proceso civil ejecutivo alcanza un 336% de mora a ese
mismo respecto, según datos del Banco Mundial, que se recogen en la investigación.

Es este panorama el que lleva a los investigadores que adelantaron este trabajo, y en ese
orden, al Gobierno Nacional, a considerar que se requieren medidas audaces, innovadoras,
serias y responsables, si se quiere, con un propósito pragmático, para lograr que la
administración de justicia funcione con celeridad, en aras de recuperar con ello la
confiabilidad de ésta así como el sentimiento y convicción ciudadanos de que en Colombia,
realmente, se garantiza el derecho de acceso a ella. Con este objetivo, en la investigación y en
los proyectos de reforma constitucional y legal que promueve el Ministerior del Interior y de
Justicia, se propone, entre otras, que en la Jurisdicción Ordinaria Civil se implante la
oralidad, unida a la simplificación de los procesos civiles.

Ciertamente, la oralidad se justifica en la medida en que lleve a un sistema de


administración de justicia en el que los procesos sean públicos, y en que en ellos se dé cabal
cumplimiento a los principios de inmediación y concentración. La simplificación de los
procesos, por su parte, termina con el “formularismo”, que es el vicio en el que ha
desembocado un formalismo mal entendido. Un proceso oral en el que se dé aplicación al

12
principio de publicidad permite que el público ejercite el control de los jueces, propio de
un estado democrático. La inmediación entre el juez y las partes, de otro lado, puede
tener un inmenso valor legitimador de la justicia, al permitirle al ciudadano sentirse
protagonista en los trámites judiciales y al acercar al juez a las partes y tener contacto directo
con las pruebas que no llegan al conocimiento de aquél “mediadas” por la escritura, sumado
esto al efecto benéfico de la concentración de las pruebas, preferiblemente en una sola audiencia.

En el Ministerio como en la Honorable Corte Suprema de Justicia, con quien se viene


trabajando prudente y profundamente, se tiene conciencia de las dificultades que hay que
vencer para poder llevar a cabo estas reformas. La justicia oral es costosa y requiere, además,
no solo capacitación de los operadores jurídicos, sino un cambio de mentalidad de los abogados
y de los jueces, para lo que se debe trabajar desde las escuelas de capacitación y formación
jurídica, con la tranquilidad que nos otorga la asistencia y auxilio de la cooperación
internacional del Gobierno Alemán; más aún, como es de esperar, que este trabajo se erige en
un aporte al tema de la justicia que puede encontrar las circunstancias propicias para hacer
realidad los novedosos mecanismos de solución que la investigación propone.

Sabas Pretelt de la Vega


Ministro del Interior y de Justicia

13
Prólogo
Consejo Superior de la Judicatura

El Consejo Superior de la Judicatura, como órgano constitucional investido de facultades


públicas al servicio de la Rama Judicial, tiene el pleno compromiso de ofrecer a los jueces y a la
población de Colombia las herramientas y condiciones necesarias para que los principios que
gobiernan la administración de justicia se hagan realidad.

En desarrollo de ese compromiso la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura


ha realizado múltiples estudios estadísticos en todas las jurisdicciones y especialidades que
hacen parte de nuestro ordenamiento jurídico; del resultado de los mismos se puede apreciar
que en la Jurisdicción Ordinaria la especialidad civil es la más congestionada; por esta razón
se realizó, con el apoyo de la Agencia de Cooperación Técnica Alemana y de su Proyecto
“Reformas en la Rama Judicial”, el estudio que a continuación se presenta, con el que se
pretende ahondar en los problemas que han ocasionado el atraso y la congestión en los despachos
judiciales de la especialidad civil.

Cabe mencionar que la Sala Administrativa ha puesto en práctica medidas efectivas para hacer
frente al problema de congestión de la Jurisdicción Civil; dichas medidas se pueden clasificar en
transitorias (creación de salas de descongestión, cargos de descongestión, traslado y transformación
transitoria de despachos judiciales y traslados transitorios de cargos). En este aspecto se destaca
la creación, en 1999, de 192 cargos en 96 juzgados civiles de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla
y Bucaramanga; en el año 2000, la creación de una Sala de Descongestión con 6 magistrados,
sus auxiliares y dos cargos de secretaría en la Sala Civil del Tribunal Superior de Bogotá; para
el año 2002, la creación de 144 cargos en los juzgados civiles de Bogotá, Cali, Medellín,
Barranquilla, Bucaramanga, Villavicencio y Zipaquirá, así como la creación de dos cargos en la
Secretaría de la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia.

Entre las medidas de transformación transitoria de despachos merecen especial atención las
adoptadas en el año 2003, a través de las cuales 7 juzgados penales municipales en Cali y
9 juzgados penales municipales en Bogotá, fueron convertidos transitoriamente en civiles
municipales, a fin de atender la práctica de medidas cautelares como embargos y secuestros
y la práctica de pruebas, con excelentes resultados; posteriormente, el 1 de marzo de 2004
estos juzgados, previa capacitación de los señores jueces y empleados, fueron convertidos
definitivamente en juzgados civiles del circuito. Para continuar el proceso de descongestión
se crearon 20 juzgados civiles municipales en Bogotá, 9 en Cali y 6 en Medellín, con el
propósito de atender la práctica de las medidas cautelares ya mencionadas.

Otras acciones tomadas por el Consejo Superior de la Judicatura son las de carácter
permanente, que están representadas en la creación definitiva de cargos en los distintos

14
despachos judiciales; aquí se puede señalar que entre 1996 y 2002 se fortaleció la Jurisdicción
Civil con 269 cargos, distribuidos entre la Corte Suprema de Justicia, los tribunales y los
juzgados civiles de circuito y municipales.

De otra parte, la Sala Administrativa adelanta un proyecto piloto que involucra la


modernización tecnológica, cambios en la gestión de procesos, el cambio cultural, la capacitación
y el mejoramiento en el sistema de evaluación de 73 juzgados civiles municipales distribuidos
en las ciudades de Bogotá (17), Barranquilla (14), Bucaramanga (10), Cali (15) y Medellín
(17), cuyos resultados podrán ser replicados en los demás juzgados del país, logrando de esta
manera efectos positivos y soluciones concretas a los problemas de atraso y congestión que
enfrenta esta Jurisdicción.

Todo lo anterior para hacer saber al amable lector, al investigador y al ciudadano que se
preocupa por la situación de la administración de justicia en Colombia que el Consejo Superior
de la Judicatura está cumpliendo de la mejor manera, dentro de las limitaciones presupuestarias,
y con la mayor voluntad e interés por atender la creciente demanda y aminorar el atraso y la
congestión de la Jurisdicción Civil, así como indicar que el documento que a continuación se
presenta y sus valiosas conclusiones serán materia de un análisis práctico en la permanente
formulación de estrategias y medidas para conjurar los problemas aquí señalados.

Lucía Arbeláez de Tobón


Presidenta del Consejo Superior de la Judicatura

15
Prólogo
Corte Suprema de Justicia
Suprema

No hay duda que uno de los más inquietantes y agudos problemas que aquejan la
administración de justicia es el relacionado con su eficacia, o para decirlo en términos más
apropiados, el de su ineficacia. Por supuesto que si dentro del espectro de funciones que
corresponden a los estados modernos el de administrar pronta y debida justicia descuella
por su trascendencia, es palmario que la ineptitud del aparato judicial para responder pronta
y adecuadamente a la creciente demanda de los asociados, golpea directa y peligrosamente la
cohesión de la estructura social a la vez que debilita la confianza de los ciudadanos en sus
instituciones, el Estado la primera de ellas.

De ahí que no sea vano ningún esfuerzo encaminado a tomarle el pulso a la situación de la
justicia, a realizar una adecuada y profunda diagnosis de la misma y desde luego, conforme a
ella, a plantear el abanico de posibles soluciones a sus dificultades. Aunque no es poco lo que se
ha avanzado en esta materia en los tiempos que corren, al punto de que contrastada la situación
actual con la de hace más de una década, son notoriamente visibles los síntomas de mejoría, lo
cierto es que aún resta un largo y espinoso camino por recorrer, en el que el legislador no puede
andar a tientas adoptando presurosas medidas que solamente obedezcan a un conocimiento
intuitivo de la problemática, pues, como amargamente se lo enrostra la historia, numerosos de
los distintos remedios que ha ensayado no han pasado de ser desarticulados paliativos que
apenas han ofrecido un momentáneo alivio que al cabo de poco tiempo pasa a convertirse en
un problema todavía más grave que aquél que pensaba solucionar. Así, por ejemplo, se han
descongestionado ciertos despachos judiciales a costa de las congestión de otros, se han trasladado
a ciertas autoridades administrativas asuntos que por su naturaleza nunca debieron abandonar
los estrados judiciales y al hacerlo se han sacrificado valores y principios tan caros para la
administración de justicia como la imparcialidad, independencia y capacitación del juzgador;
o se han creado despachos judiciales francamente inoperantes; o, en fin, para no ahondar en el
punto hasta la fatiga, porque las buenas intenciones del legislador de turno naufragan ante la
impasible respuesta del ejecutivo conforme a la cual no hay disponibilidad presupuestal para
ejecutar la entonces frustrada tentativa.

Y es que, sea oportuno destacarlo de una vez, lo que se ofrece como incontestable es que una
solución integral y efectiva del atraso judicial requiere de la indeclinable y mancomunada
colaboración de todos los estamentos del Estado. No se trata de una problemática que pueda
abordarse y resolverse únicamente por la Rama Judicial, pues, por el contrario, la gama de
propuestas comprende tanto al legislativo, al ejecutivo, como a otros estamentos nacionales.
Resulta sorprendente, por ejemplo, que hasta el momento no se hubiera hecho un examen
severo y profundo de la incidencia que pueda tener la insuficiente formación jurídica de los
profesionales de la abogacía, arrojados por marejadas de los claustros universitarios sin que
estos se hubiesen cerciorado con algún esmero de su idoneidad y competencia.

16
Empero, mientras se avizoran en el horizonte las macroreformas que son imperiosas, pero
que desafortunadamente se perciben aún como lejanas, es necesario proseguir con las “recetas
caseras” que hasta ahora se han aplicado con fortuna y otras que con una alta dosis de buena
voluntad pueden reportar algunos provechosos logros. Así, por ejemplo, ha sido muy útil la
optimización del aprovechamiento del talento humano al servicio de la Rama Judicial,
preferiblemente mediante el mecanismo de llevar el trabajo acumulado de algunos jueces
congestionados a otros que no lo están; o la de atender temporalmente con más personal ciertos
focos de congestión; la de acentuar y acelerar los procesos de capacitación de funcionarios y
empleados; la de establecer niveles mínimos de eficiencia a los servidores judiciales so pena de
recibir calificación insatisfactoria, etcétera.

Desde otra perspectiva, parece conveniente expandir el uso de los métodos alternativos de
administración de justicia, de modo que el proceso judicial sea la última de las opciones a la
que se deba acudir para solucionar los conflictos. Es necesario, igualmente, reexaminar
detenidamente la estructura de los despachos judiciales con el fin de potenciar su rendimiento.
Al respecto, no se percibe como lo más adecuado que toda la actividad de los juzgados gravite
en torno de un único funcionario, el juez, quien por esa excesiva condensación de atribuciones
se ha convertido en un insuperable cuello de botella: en este sentido sería interesante que se
apuntara hacia la desconcentración de la actividad jurisdiccional en el interior del despacho.

Por su parte, la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, con un replanteamiento
de sus prioridades y la “reingeniería” de sus actividades ha puesto en funcionamiento su propio
plan de descongestión que ha comenzado a rendir sus frutos y que permite pensar con optimismo
que en poco tiempo pueda ofrecer una calificada, oportuna y eficaz respuesta a los ciudadanos.
Soluciones de ese tenor tienen cabida en otros estrados que, inclusive, no tienen siquiera la
mitad del volumen de trabajo de esta Corporación. No se justifica, por ejemplo, hay que decirlo
con claridad, que el 36% de los juzgados civiles del circuito del país que tienen una carga
laboral muy baja comparada con sus colegas, esto es, entre 1 y 400 procesos, tengan un
rendimiento inferior al 50%, es decir, que ni siquiera evacuan en un año la mitad de los
asuntos a su cargo de manera que, por ejemplo, de 100 asuntos solamente egresan 50; mientras
que otro grupo de jueces (un 23%), más comprometidos quizá con su gestión, que tienen una
muy alta carga de trabajo (superior a 700 procesos), logran evacuar entre el 70 % y el 100 %
de la misma, logrando solucionar algo más de 400 conflictos al año*.

* Consejo Superior de la Judicatura. Informe al Congreso de la República 2003–2004.

17
La propuesta de este texto, denominado Descongestión de la Jurisdicción Civil, auspiciado
por el proyecto Colombo–Alemán de cooperación técnica GTZ, le apuesta, en lo medular, al
sistema oral, cuyas bondades no es menester reseñar aquí, entre otras cosas, porque ellas se
resaltan en este estudio. Sin embargo, para que una proposición en tal sentido se consolide y se
vislumbre como una de las salidas de la encrucijada, es menester contar con el decidido apoyo
económico que el sistema requiere y sin el cual habría que augurar desde ya su fracaso. Por
supuesto que su cabal implementación exige la adquisición de los equipos y la tecnología
necesaria, así como de algunas modificaciones a la infraestructura física de los despachos, sin
olvidar el proceso de capacitación de funcionarios y empleados, que en este caso debe adelantarse
con la suficiente antelación, pues es palmario que el nuevo sistema comportaría un radical
cambio de mentalidad del servidor judicial.

Con toda seguridad el presente documento será una muy útil herramienta de trabajo para
quienes quieran adentrarse en el examen y prognosis de dicho sistema.

Pedro Octavio Munar Cadena


Presidente Sala Civil y Agraria
Corte Suprema de Justicia

18
Capítulo I

La justicia civil

1. Consideraciones generales
1.1. Las estructuras socio–económicas
1.2. Demanda de justicia
2. Talento humano

3. Organización y competencias de la Jurisdicción Civil


3.1. Sala de Casación Civil y Agraria de la Corte Suprema
de Justicia
3.2. Tribunales superiores de distrito judicial
3.3. Juzgados civiles de circuito
3.4. Juzgados civiles, municipales y promiscuos
3.5. Juzgados territoriales
3.6. La estructura de la Jurisdicción Ordinaria
4. Situación y estadísticas de los procesos civiles
No dejarán de preocupar al individuo y de interesar a su razón
los asuntos relacionados con la justicia. Con más sentido,
cuando son problemas de diversa índole los que
permanentemente se evidencian en el servicio normal de la
administración de justicia. Por eso es frecuente oír hablar de
crisis en la justicia, de pérdida de confianza en los jueces, de
poca credibilidad en la administración de justicia, de falta de
legitimación y otra serie de calificaciones y apreciaciones que
apuntan a mostrar una actividad judicial que no satisface los
anhelos de la sociedad. Siempre ha sido así. Recordemos que
desde el inicio de la República se ha criticado la administración
de justicia. El Libertador, Simón Bolívar, expidió un decreto de
emergencia judicial como reacción a los problemas que desde
entonces se exteriorizaban en el naciente Estado.

A veces se exageran los cuestionamientos, con intenciones


diversas: como producto de una crítica sana o como resultado
de resentimientos sociales o de intereses personales. Con todo,
en el fondo la sociedad procura creer en la justicia. Se preocupa
por ella, mas no lo suficiente para abrirle un espacio seguro
de comprensión. Además, no siempre la entiende como un
concepto de valor trascendente sino como una forma de saber
y ubicar los conflictos y de encontrar las soluciones a ellos.

Pero siempre que existan normas encaminadas a preservar la


estabilidad institucional y la disposición de aplicarlas, se
mantendrá latente la esperanza de alcanzar una plena y
oportuna justicia.

20
Capítulo I. La justicia civil

1. Consideraciones generales

1.1. Las estructuras socio–económicas

Está claro que el sistema judicial debe responder a las estructuras crecientes de las
relaciones sociales, económicas y políticas del país, de manera que se garantice el
acceso de todo ciudadano que demanda justicia y, por tanto, la eficacia y efectividad.
De ahí que los cambios demográficos, económicos y jurídicos de los últimos tiempos
obliguen a reaccionar con más vigor para lograr que los conflictos se solucionen
rápida y oportunamente.

La estructura de orden social se debilita por el desconocimiento de los valores


colectivos, el acentuado individualismo y la precaria solidaridad ciudadana; y
la estructura del orden público por las manifestaciones de violencia, de lucha
armada, de creciente delincuencia. Y agréguese la injusticia social, que cada
día golpea las condiciones de vida de los sectores más necesitados de la sociedad.
Por tanto, estas estructuras deben contar, para acabar con los agentes
perturbadores, con un servicio de justicia eficaz y decidido.

La estructura familiar también se resiente por los conflictos de violencia al interior de


las familias, por la desadaptación y desplazamiento de los menores, por la incursión
en actividades ilícitas que se convierten en agentes negativos de una armonía social.
Y todos estos factores desestabilizadores afectan por igual el servicio de justicia.

La estructura laboral, producto de las nuevas relaciones socio–económicas, también


genera conflictos entre los empleadores y los trabajadores que obligan a buscar
muchas veces soluciones por la vía judicial. El desempleo introduce elementos de
permanente alteración de la sociedad. La justicia social no se alcanza por el
desequilibrio en las relaciones de trabajo y la desocupación y la justicia formal se
afecta por el aumento de los conflictos judiciales generados por esos factores.

La estructura económica soporta situaciones de fragilidad, particularmente cuando


se produce un alto nivel de endeudamiento y la dificultad de satisfacción posterior
de las obligaciones contraídas. Por otro lado, los niveles de competitividad y
crecimiento de la economía y, por ende, de las empresas, exigen que las relaciones

21
contractuales o las operaciones de crédito mantengan un grado de atención y
satisfacción cada vez más intenso. Una economía en crecimiento demanda una
mejor respuesta de todos los medios que directa o indirectamente entran a jugar un
papel de participación. Se intensifica el tráfico comercial y jurídico, se crean
obligaciones, se abren créditos, se impulsa riqueza, pero, concomitantemente, se
suscitan conflictos por los incumplimientos negociales, por la manera como la parte
dominante trata de imponer su posición o por la intransigencia de las partes.

Merece mención especial el incremento de los procesos ejecutivos como


consecuencia de la situación económica de los últimos años. Entre 400.000 y
500.000 nuevos procesos entran a los despachos de los jueces civiles del circuito
y municipales de todo el país. Claro está, en mayor proporción en las grandes
ciudades donde es más acentuado el grado de endeudamiento.

1.2. Demanda de justicia

Si se tiene en cuenta, entonces, la composición y consecuencias de esas complejas


estructuras se puede pensar en la necesidad de fortalecer el aparato judicial y de
suministrar instrumentos adecuados de preparación, capacitación y tecnificación, y
lograr un material normativo idóneo, sencillo y moderno del sistema, con más apego
a las reglas sustanciales que a las procesales, porque, en verdad, el Estado y su
sistema de justicia no ha estado suficientemente preparado y organizado para
enfrentar, con los elementos existentes, toda esa problemática de demanda de solución
de conflictos; o porque el diseño montado se ha comprometido más con el formalismo.
Como es obvio, cada vez se aumenta la demanda de justicia y, por consiguiente, se
exige una mayor y mejor dedicación y atención de los operadores judiciales para
llegar a reconocer en el juez un verdadero liderazgo y afirmar:

Sin lugar a dudas el juez ocupa un espacio vital y activo en la sociedad. Es el


mejor intérprete y realizador de la justicia. Su sometimiento resulta innegable:
al imperio de la ley. Y toda esa fuerza rectora obliga a que las decisiones sean
justas. Que emanen de la persona que tiene fundamento y sustento de idoneidad,
honestidad, capacidad para hacerlo. Y es que la justicia es un valor de contenido
justo y bandera vigorosa para la preservación del orden social.

El juez, por el significado grande de su investidura, de sus realizaciones, de su


posición, debe ser un modelo o líder social. Sus actos deben estar inspirados en
los más nobles principios de elegancia, de bien, de compostura y de dignidad1.

1
José Alejandro Bonivento Fernández, La justicia, compromiso de todos, Imprenta Nacional, Bogotá, 1988, pág. 10.

22
Capítulo I. La justicia civil

Y el liderazgo del juez debe reflejarse en la actividad judicial en cuanto debe tener un
amplio comportamiento al interior de los propios despachos de manera que se interese
por que su gestión se extienda a dar seguridad y firmeza a su proceder, a exigir una
buena y amable atención del usuario, a insistir en una mejor preparación y
capacitación de sus empleados, a evaluar el rendimiento de estos con estricto sentido
de eficacia, a humanizar las fuerzas de trabajo. En fin, de atender un frente que
aparentemente puede calificarse de circunstancial o coyuntural, pero que dentro de
un concepto de servicio se convierte en un importante factor de eficiencia.

Sin lugar a dudas seguirá creciendo la demanda de justicia acorde con las estructuras
actuales, cuya dinámica supera la posibilidad de atención y solución. La justicia es
un servicio fundamental y, por consiguiente, exige la atención suprema de
gobernantes y gobernados.

De mantenerse así las cosas, los problemas de la justicia crecerán y, tal vez, no
serán solucionados porque la congestión y el atraso estarán presentes como elementos
perturbadores de la normalidad judicial, no obstante que en los últimos años ha
aumentado o mejorado la productividad en los despachos judiciales en más de un
100%. Los nuevos asuntos, sumados a los que se encuentran en curso (Carga total),
no permiten superar el problema de la congestión, de suerte que la mejoría en el
rendimiento tampoco constituye un factor de superación.

Gráfica No. 1.
Jurisdicción Ordinaria. Productividad y congestión

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Informe al Congreso de la República. Año 2003–2004.

23
Precisamente, esta situación es la que obliga a buscar un sistema, aunque no sea
integral, que pueda responder a la problemática de la justicia en esos dos factores
que son, sin lugar a dudas, los de mayor impacto negativo en la administración de
justicia. Se podrá sostener que una solución integral del sistema judicial es la que
conviene y la única posible para salir adelante a los problemas de la justicia. Sin
embargo, hay que adelantar un proyecto que puntualmente atienda y supere la
congestión y el atraso. Debe ser un designio inevitable.

Desde luego, no se debe desconocer las apreciaciones de distinguidos profesores


que entienden el problema focal de la congestión pero que proponen causas y
soluciones más allá del simple inconveniente del recargo de asuntos en los despachos
judiciales a través de nuevas formulaciones:

[…] Tradicionalmente, los estudios sobre la justicia en Colombia se han concentrado


en el análisis de la congestión de los despachos judiciales, esto es, en la diferencia
entre oferta y demanda de justicia. En consecuencia, la mayoría de estos estudios
se limita a formular propuestas para disminuir la congestión y aumentar la eficiencia
de los juzgados y cortes. En este artículo se afirma que el problema de la oferta y
la demanda es sólo uno de los factores relevantes en el estudio de la justicia. Para
esto –con base en un estudio comprensivo de la evolución reciente de la justicia
colombiana y un análisis cuantitativo del funcionamiento de la justicia constitucional,
civil y penal– en este trabajo se proponen y se responden preguntas que son
excluidas generalmente de los estudios existentes, tales como ¿quién acude a la
justicia en Colombia?, ¿para qué? y ¿con qué resultados? Los datos recogidos
arrojan resultados que muestran la necesidad de reformular los estudios y las
políticas sobre el sector justicia en Colombia. Por una parte, dichos datos revelan
que sectores protagónicos de la justicia (como la justicia constitucional) coexisten
con sectores altamente rutinizados que manejan la mayor parte de los expedientes
(como la justicia civil y penal). Por otra parte, la información recolectada sobre los
usuarios, los pleitos más comunes y los resultados de los procesos muestra una
polarización marcada y duradera en la que dominan los litigantes frecuentes, los
pleitos rutinarios y los fallos a favor de la parte con mayores experiencias litigiosas
y recursos económicos. En la justicia civil, por ejemplo, los pleitos predominantes
son los ejecutivos de cobro de deudas entablados por entidades financieras que
culminan con fallos favorables a éstas. En la justicia penal existe una asociación
estrecha entre el tipo de defensa (pública o privada) del sindicado y la probabilidad
de que éste sea condenado. En estas circunstancias, resulta indispensable
complementar los programas que buscan una mayor eficiencia de la justicia con
políticas destinadas a asegurar la igualdad efectiva entre las partes en los litigios y
a evitar la utilización rutinaria de los juzgados por parte de litigantes frecuentes2.

2
Rodrigo Uprimny, César Rodríguez, Mauricio García Villegas, Informe anual de la justicia 2001, Corporación Excelencia
de la Justicia, Bogotá, 2001, pág. 30.

24
Capítulo I. La justicia civil

Evidentemente, no se puede desconocer que se han realizado esfuerzos y se han


trabajado iniciativas encaminadas a superar los problemas de la justicia y a
satisfacer las necesidades sentidas de ésta de acuerdo con los diagnósticos del
momento; hasta el extremo que de manera puntual se han intentado soluciones
como reformar el código de procedimiento y los estatutos sustanciales,
desjudicializar asuntos, mejorar las condiciones de trabajo de los despachos
judiciales, aumentar las plazas de magistrados, jueces y empleados, preparar y
capacitar a estos, etc., tal como se comentará más adelante.

Y se ha ido más lejos. Con la reforma constitucional de 1991 se introdujeron


elementos fundamentales en procura de encontrar un sistema judicial que
respondiera a todas las necesidades de justicia. Se creó la Fiscalía General de la
Nación como un gran aparato investigador y acusador en el ámbito de la justicia
penal. Se organizó el Consejo Superior de la Judicatura para administrar los recursos
humanos y presupuestarios de la Rama Judicial y se le dio plena autonomía e
independencia a ésta. Se estatuyó la acción de tutela, para convertirla en el
instrumento más idóneo de acceso a la justicia. Se incorporó la justicia especial de
paz y equidad. Se le dio rango constitucional a la solución de los conflictos a
través de tribunales de arbitramento, integrados por particulares investidos de
facultades jurisdiccionales. En fin, se le entregó a la Rama Judicial instrumentos,
en principio, capaces de buscar soluciones a los problemas endémicos de la justicia,
de permitir el acceso ciudadano a ésta, y de protección de los derechos
fundamentales. Pero, en verdad, se necesita que la propia Rama Judicial comprenda
mejor su papel a la luz de la reforma constitucional de 1991.

Además, los textos constitucionales son elocuentes acerca de la consagración de


una serie de principios básicos en la estructura judicial y de garantía para el
acceso a la justicia. El artículo 228 de la Constitución Política precisa que la
administración de justicia es función pública y las decisiones son independientes,
con prevalencia del derecho sustancial y de la observancia de los términos
procesales; de la aplicación del debido proceso, como norma rectora en las
actuaciones judiciales, prevista en el artículo 29 de la Constitución Política; de la
garantía del derecho de toda persona para acceder a la administración de justicia,
como dispone el artículo 229 del estatuto superior. Y todos esos mandatos, a su
vez, han sido desarrollados con amplitud en la Ley 270 de 1996, Estatutaria de la
Administración de Justicia.

Sin embargo, la realidad es que se mantiene la congestión y el atraso en grandes


proporciones que borran todos los esfuerzos hechos para alcanzar una pronta y
cumplida justicia y lograr así que se llegue a un grado de credibilidad y eficiencia
acorde con esos esfuerzos. Las estadísticas que más adelante se presentan reflejan
esta situación.

25
Como expusiera el magistrado José Fernando Ramírez Gómez:

[…] De otro lado, y no tanto para el siglo que se avecina, sino para hoy
mismo, debemos idear fórmulas audaces, serias y responsables, pero sobre
todo neutrales, con el fin de superar dos disfuncionalidades que se
retroalimentan y se enquistan en el sistema, afectando nuestra imagen y
generando pérdida de credibilidad. Me refiero a la lentitud en los trámites y
la congestión, núcleo de la crisis de la administración de justicia […]3.

Consecuente con lo dicho, se impone una conclusión: insistir en que se debe intentar
soluciones que directamente procuren acabar o reducir significativamente tanto el
atraso como la congestión. Y ciertamente este estudio se encamina a ello. Es necesario
formular propuestas concretas. Se debe dejar de lado las especulaciones y análisis
abstractos y las presentaciones teóricas para entrar en el campo de las efectivas
realizaciones, de pensar en un sistema judicial moderno y ágil en lo que concierne
con los procedimientos y formas de intervención en los procesos, y con más apego a
las normas sustanciales, como ordena la Constitución.

Salir, entonces, en la búsqueda del juez pensador, o sea, aquél que al aplicar las
normas pueda hacer un análisis de ellas asistido de un esfuerzo de su inteligencia y
de su conocimiento para que su aplicación sea la consecuencia de la certeza y de la
realidad del proceso, acorde con los contenidos sociales, económicos y jurídicos del
momento en que decide. Pero en ningún caso para llegar a la arbitrariedad.

Al mismo tiempo, hay que crear conciencia en el usuario en cuanto a que el servicio
de justicia es tan importante que no se puede abusar de él. Igualmente, pensar en los
abogados para que no acudan al ejercicio de la profesión como un medio único de
beneficio económico sino como una vía para la solución de los reales conflictos.

Muchas veces es el abogado el que adopta una actitud dilatoria en el proceso mediante
la interposición de recursos e incidentes innecesarios, con petición de pruebas inocuas,
con peticiones sin fundamentos, no en procura de que haya una eficaz justicia sino,
por el contrario, para confundir al juez, entorpecer el trámite del proceso y causar
demora en la decisión y la ejecución.

3
José Fernando Ramírez Gómez, Conferencia Internacional sobre Resultados de las reformas judiciales en América
Latina, Corporación Excelencia de la Justicia, Bogotá, 1998, pág. 268.

26
Capítulo I. La justicia civil

2. Talento humano
Talento
El elemento humano con que cuenta la administración de justicia para el ejercicio de
las funciones jurisdiccionales, sin lugar a vacilación, es un aspecto destacado y
destacable de la situación de la justicia civil, porque las personas que la operan se
hacen frágiles, no por venales o corruptas, sino por la falta de entrega, de preparación
o de vocación para atender los asuntos que se someten a su conocimiento. Como
expusiera Calamandrei:

[…] En mi larga carrera, nunca me he encontrado cara a cara con jueces


sobornables, pero sí he conocido, no pocas veces, a jueces indolentes,
desatentos, desganados, dispuestos a detenerse en la superficie con tal de
evitar el duro trabajo de perforación que tiene que emprender el que quiera
descubrir la verdad. Esta superficialidad me ha parecido a menudo una
consecuencia inevitable y excusable de la excesiva mole de trabajo que
gravitaba sobre algunos magistrados; pero he conocido a algunos (los
mejores) que, aun sobrecargados así, lograban a fuerza de robar horas al
sueño, estudiar con escrupulosa diligencia todas las causas que se les
encomendaban e informar en cámara de consejo, sin olvidar el menor detalle
de un documento […]4.

No se puede desconocer que con la carrera judicial se ha avanzado en la búsqueda


de funcionarios capaces, honestos, diligentes, porque el sistema de ingreso a la
Rama Judicial, por concurso, ha permitido la escogencia o selección de funcionarios
que puedan desempeñar el cargo con más entusiasmo y con un mejor sentido de
aplicación de las leyes.

Empero, la carrera judicial también ha traído inconvenientes en su aplicación y en el


desempeño y actividad de los funcionarios y empleados por cuanto, paradójicamente,
ha servido para que algunos de estos se amparen en la estabilidad y permanencia
que garantiza el sistema, para no adaptar sus conductas a esas prerrogativas sino,
por el contrario, para mantener una posición de abandono, de desinterés y de descuido
de su nobilísima misión.

4
Piero Calamandrei, El elogio de los jueces, Ediciones jurídicas Europa–América, Buenos Aires, 1956.

27
Se debe fortalecer y afianzar la carrera judicial, mejorar el sistema de selección y
evaluación de los funcionarios judiciales. La capacitación permanente de
funcionarios y empleados, la divulgación de la jurisprudencia y de la doctrina de
los tratadistas, las evaluaciones que consulten más el criterio de acierto de las
decisiones que las citas interminables de doctrina, deben ser criterios permanentes
para ubicar y reconocer al servidor de justicia.

Por cierto, no se ha llegado al punto idealizado en el ensayo “Justicia en el siglo XXI:


un sueño hecho realidad”:

Los diálogos con los jueces me permiten avanzar en la comprensión y


explicación de las considerables transformaciones ocurridas en el sistema
de justicia que conocí, que estuvo vigente durante casi todo el siglo pasado:
los hombres y mujeres responsables hoy de la administración de justicia,
seleccionados por concurso, e incorporados a una eficiente y exigente carrera
judicial que no cubría a los altos tribunales, habían sido educados en sus
universidades, no sólo como competentes abogados con una sólida base
socio jurídica y humanística, que privilegiaba lo sustancial sobre lo formal
y adjetivo de la ley, sino capacitados específicamente a través de programas
interdisciplinarios adicionales, de buena calidad, para desempeñarse como
jueces en los distintos campos del derecho [...] Su formación había apuntado
a un cambio fundamental de mentalidad que les permitía pensar y actuar
con base en unos valores y criterios más funcionales y adecuados al papel
que debían jugar como operadores de la justicia y líderes de la comunidad,
dentro de unas realidades culturales complejas y cambiantes, fundamentados
no sólo en conocimientos básicos técnicos jurídicos y de gestión, sino en
los de otras disciplinas científicas y sociales, para una mejor comprensión
de los nuevos asuntos especializados del derecho exigidos por nuestra
inserción en el mundo […] 5.

5
Corporación Excelencia en la Justicia, “Justicia en el siglo XXI: un sueño hecho realidad” en: Unidos por la justicia.
Plan de acción de la Corporación Excelencia en la Justicia 2000–2002, Bogotá, abril de 2002, pág. 57.

28
Capítulo I. La justicia civil

3. Organización y competencias
Organización
de la Jurisdicción Civil – Estructura
En su desarrollo histórico la Jurisdicción Civil ha sido organizada varias veces;
actualmente, con la reforma de la Ley 794 de 2003, se encuentra de la siguiente manera:

3.1. Sala de Casación Civil y Agraria


de la Corte Suprema de Justicia
Suprema

Está conformada por siete magistrados. De acuerdo con lo establecido en el artículo


235 de la Constitución Política y los artículos 25 y 28 del Código de Procedimiento
Civil, esta Sala cumple las siguientes funciones:

Resuelve los recursos de casación.

Atiende los recursos de revisión que no sean competencia de los tribunales


superiores.

Se ocupa de los recursos de queja.

Del exequatur* de sentencias y laudos arbitrales proferidos en el extranjero, cuando


no existe tratado internacional.

De los procesos contenciosos en los que sea parte un agente diplomático.

De los procesos de responsabilidad cuando los magistrados de la Corte y de los


tribunales causen perjuicios a las partes procesales en los casos contemplados
en el artículo 40 del Código de Procedimiento Civil.

* Trámite necesario para que las sentencias o laudos arbitrales proferidos por autoridades extranjeras tengan validez
dentro del territorio nacional.

29
3.2. Tribunales superior
Tribunales es de distrito judicial
superiores

Los tribunales superiores de distrito judicial son los órganos de la Jurisdicción Ordinaria
que siguen a la Corte Suprema de Justicia. Son creados por la Sala Administrativa del
Consejo Superior de la Judicatura para el cumplimiento de las funciones que determine
la ley procesal en cada distrito judicial. Tienen el número de magistrados que
determine la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura que, en todo
caso, no será menor de tres.

Los tribunales superiores ejercerán sus funciones por conducto de la Sala Plena,
integrada por la totalidad de los magistrados, por la Sala de Gobierno, por las
salas especializadas y por las demás salas de decisión plurales e impares, de acuerdo
con la ley.

Los tribunales están divididos en salas de decisión penal, civil, de familia y laboral, y
la reunión de todos los magistrados integra la Sala Plena del Tribunal. De conformidad
con el artículo 20 de la Ley Estatutaria de la Administración de Justicia, esta sala
tiene funciones de orden administrativo, entre las que se encuentran:

Elegir los jueces del respectivo distrito judicial, de las listas elaboradas por la
Sala Administrativa del respectivo Consejo Seccional de la Judicatura, en la calidad
que corresponda, según el régimen de carrera judicial.

Elegir al presidente y al vicepresidente de la Corporación, y a los empleados que


le corresponda conforme a la ley o al reglamento.

Evaluar a los jueces del respectivo distrito judicial.

Las demás que le atribuya la ley o el reglamento que expida la Sala Administrativa
del Consejo Superior de la Judicatura.

Las funciones de los tribunales superiores de distrito judicial, en las salas de decisión
civil y de familia se encuentran señaladas por el artículo 26 del Código de
Procedimiento Civil y se concretan en las siguientes:

1. En segunda instancia:

a) Resolver los recursos de apelación y de las consultas en los procesos de


que conocen en primera instancia los jueces de circuito, y de los recursos
de queja cuando se deniegue el de apelación, y

30
Capítulo I. La justicia civil

2. En única instancia:

a) Resolver el recurso de revisión contra las sentencias dictadas por los jueces
de circuito, municipales, territoriales y de menores, y de los procesos
sobre responsabilidad de que trata el artículo 40, contra los jueces
cualquiera que fuere la naturaleza de ellos.

3.3. Juzgados civiles de circuito


circuito

Los juzgados de circuito dentro de la Rama Civil se encuentran jerárquicamente a


continuación de los tribunales. En algunos circuitos que cuentan con un número
reducido de municipios o el trabajo es escaso, se organizan juzgados promiscuos de
circuito, los cuales tienen competencia para manejar asuntos penales, civiles y
laborales, actuaciones que deben adelantar por separado y las apelaciones le
corresponderán ante las diferentes salas del tribunal respectivo.

Competencia de los jueces de circuito en primera instancia

Con el artículo 6 de la Ley 794 de 2003 se modificó el Código de Procedimiento


Civil con respecto a la competencia de los jueces de circuito en primera instancia,
sin perjuicio de aquella que se asigne a los jueces de familia, estableciéndose:

1. Los procesos que sean de mayor cuantía, salvo los que correspondan a lo
contencioso administrativo.

2. Los procesos atribuidos a los jueces de familia en primera instancia, cuando


en el circuito no exista juez de familia o promiscuo de familia.

3. Los de nulidad, disolución y liquidación de sociedades que no correspondan


a los jueces civiles del circuito especializados.

4. Los de expropiación, salvo los que correspondan a la Jurisdicción de lo


Contencioso Administrativo y de pertenencia que no correspondan a la
Jurisdicción Agraria, estos últimos cualquiera que sea su cuantía.

5. Los de división de grandes comunidades.

6. Los de cesión de bienes y concurso de acreedores.

7. Los de jurisdicción voluntaria, salvo norma en contrario.

8. Las diligencias de apertura, publicación y reducción a escrito de testamentos


que no correspondan a jueces de familia.

31
9. Los demás procesos que no estén atribuidos a otro juez.

10. Los procesos relativos a patentes, dibujos y modelos industriales, marcas,


enseñas y nombres comerciales y los demás relativos a la propiedad
industrial que no estén atribuidos a la autoridad administrativa o a la
Jurisdicción Contencioso Administrativa.

3.4. Juzgados civiles, municipales y promiscuos


promiscuos

Se dice que estos juzgados son comúnmente promiscuos porque siempre tienen
competencias del ramo civil y el de familia. En los municipios donde no exista juez
de familia, el civil municipal conoce en primera instancia de todos los asuntos que
en única instancia se atribuyen a aquellos en el artículo 5 del Decreto 2272 de 1989.

Competencia de los jueces municipales en única instancia

El artículo 14 del Código de Procedimiento Civil, modificado por la Ley 794 de


2003, artículo 4, contempla las competencias de los jueces municipales en única
instancia:

1. Los procesos contenciosos que sean de mínima cuantía, salvo los que
correspondan a la Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo.

2. Los procesos de sucesión de mínima cuantía.

3. La celebración del matrimonio civil, sin perjuicio de la competencia


atribuida a los notarios por la ley.

4. Los procesos verbales de que trata el artículo 435.

5. Los procesos atribuidos a los jueces de familia en única instancia, cuando


en el municipio no exista juez de familia o promiscuo de familia.

6. Los demás procesos cuya competencia sea asignada por la ley.

Competencia de los jueces municipales en primera instancia

El artículo 15 del Código de Procedimiento Civil, modificado por el artículo 4 de


la Ley 794 de 2003, contempla las competencias de los jueces municipales en
primera instancia, que son:

1. Los procesos contenciosos que sean de menor cuantía, salvo los que
correspondan a la Jurisdicción Contencioso Administrativa.

32
Capítulo I. La justicia civil

2. Los procesos de sucesión que sean de menor cuantía.

3. Los demás procesos cuya competencia sea asignada por la ley.

Competencia privativa de los jueces municipales y promiscuos

La Ley 794 de 2003, en su artículo 7, modificó el artículo 18 del Código de


Procedimiento Civil y asignó competencias privativas a los jueces municipales y
promiscuos municipales de la siguiente manera:

1. De las peticiones sobre pruebas anticipadas con destino a procesos de


competencia de las jurisdicciones civil y agraria.

2. De los requerimientos y diligencias varias que se pretendan hacer valer


ante los jueces civiles y agrarios, sin consideración a la calidad de las
personas interesadas.

De las solicitudes a que se refieren los numerales anteriores con destino


a procesos o asuntos de competencia de cualquiera otra autoridad
judicial, conocerá el respectivo juez laboral de familia o contencioso
administrativo. Mientras entren en funcionamiento estos últimos,
conocerán los tribunales administrativos.

3.5. Juzgados territoriales

Estos juzgados se implantaron en el artículo 67 del Decreto 1365 de 1964, según el


cual estos despachos tienen la misma categoría y competencia de los juzgados
promiscuos municipales.

Estos juzgados existen en Arauca, Amazonas, Vaupés, Vichada, Guainía y Putumayo;


realmente son jueces municipales con competencia territorial ampliada. Responden a
un modelo canadiense del juez viajero y son los despachos que deben trasladarse a las
regiones que se les adscriben, de allí que también se denominan juzgados viajeros.

3.6. La estructura de la Jurisdicción Ordinaria


Ordinaria

Concretamente la justicia civil, tomando la actual organización de los tribunales


superiores por distritos judiciales y sus respectivas salas con el número de
magistrados, el número de los despachos por juzgados civiles de circuito como por
juzgados civiles municipales, es la que presentamos en la tabla siguiente:

33
Tabla No. 1.
Estructura orgánica de la justicia civil

Distritos Tribunales superiores


Circuitos Municipales
judiciales de distrito judicial

No.
Salas Civiles Promiscuos Civiles Promiscuos
Mags.
Antioquia Civil–Agraria 4 18 15 24 87
San Andrés de Decisión 3 2 — — 3
Arauca de Decisión 3 — 3 — 10
Armenia Civil–Familia 3 5 — 9 16
Barranquilla Civil–Familia 8 16 2 24 20
Bogotá Civil 20 43 — 62 1
Bucaramanga Civil 4 13 1 29 29
Buga Civil–Familia 5 18 — 33 36
Cali Civil 9 15 — 32 3
Cartagena Civil–Familia 4 11 3 16 30
Cúcuta Civil–Familia 5 9 1 13 25
Cundinamarca Civil–Familia–Agraria 5 18 3 25 89
Florencia de Decisión 4 3 2 5 15
Ibagué Civil–Familia 9 20 — 30 49
Manizales Civil–Familia 7 13 3 26 21
Medellín Civil 12 24 — 35 8
Montería Civil–Familia 3 8 4 8 23
Neiva Civil–Familia–Laboral 5 11 — 17 37
Pamplona de Decisión 3 2 — 2 10
Pasto Civil–Familia 6 11 7 13 65
Pereira Civil–Familia 5 7 4 13 12
Popayán Civil–Laboral 5 12 2 10 42
Quibdó de Decisión 3 2 2 2 18
Riohacha Civil–Familia–Laboral 3 2 2 4 9
San Gil Civil–Familia–Laboral 3 7 2 12 43
Santa Marta Civil–Familia 5 10 1 14 17
S. R. de Viterbo Civil–Familia–Laboral 4 6 6 9 46

34
Capítulo I. La justicia civil

Distritos Tribunales superiores


Circuitos Municipales
judiciales de distrito judicial

No.
Salas Civiles Promiscuos Civiles Promiscuos
Mags.
Sincelejo Civil–Familia–Laboral 3 3 5 6 20
Tunja Civil–Familia 5 10 1 13 68
Valledupar Civil–Familia–Laboral 3 6 1 6 24
Villavicencio Civil–Laboral 3 6 3 7 38
Yopal de Decisión 3 — 4 — 18

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. 2003

4. Situación y estadísticas
de los pr ocesos civiles
procesos
Los asuntos que conoce la Jurisdicción Civil, como se expuso, se vinculan básicamente
con la propiedad privada, con su circulación y regulación, en la disputa de los bienes,
en los incumplimientos contractuales o de los simples créditos.

De siempre, la demanda de servicios en la Jurisdicción Civil supera, en realidad, la de


otras jurisdicciones. El ciudadano, además de requerir del servicio de justicia, encuentra
en ella un medio ideal para solucionar sus conflictos y comprende que se le puede dar
seguridad y garantía en sus derechos y libertades. Y, también, los conflictos civiles
aumentan de tal manera que si no se busca una solución de fondo o por lo menos
puntual no habrá una respuesta positiva para encontrar una pronta y cumplida justicia
y alcanzar esas garantías y seguridades. Basta con detenerse en las estadísticas de los
últimos años para reparar en la preocupante situación de congestión, atraso y carga
laboral existente; de los requerimientos a los jueces para alcanzar soluciones y
respuestas a las necesidades de justicia. Al recargo ordinario se le agregan los asuntos
de tutela que, como es sabido, no sólo por la obligación de decidir las demandas que
se promueven dentro de un plazo corto y perentorio, sino por la utilización de los
ciudadanos que acuden a esa acción como un mecanismo de solución de conflictos
para la garantía de los derechos que goza, requieren mayor dedicación del juez.

Observemos los siguientes gráficos que sirven para ilustrar la situación de la


Jurisdicción Civil, sin incluir los asuntos de familia:

35
Gráfica No. 2.
Procesos de mayor demanda
en los despachos civiles
2003

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Informe al Congreso de la República. Año 2003–2004

36
Capítulo I. La justicia civil

Gráfica No. 3.
Naturaleza de los asuntos
en la especialidad civil
2003

Ejecutivo con título


hipotecario
13% Declarativos ordinarios
OTROS
5% 10%

Tutelas
4%

Ejecutivo
singular
68%

Otros
10%

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Informe al Congreso de la República. Año 2003–2004

37
Gráfica No. 4.
Egreso de procesos civiles
1999–2003

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Informe al Congreso de la República. Año 2003–2004

38
Capítulo I. La justicia civil

Gráfica No. 5.
Ingreso de procesos civiles
por tipo de despacho
1999–2003

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Informe al Congreso de la República. Año 2003–2004

39
Capítulo II

Acciones desarrolladas en
desarrolladas
materia de descongestión

1. Desarrollos administrativo–operativos

2. Desarrollos legislativos
2.1. De procedimientos y afines
2.2. Sustanciales
En verdad, durante años se han ensayado distintos mecanismos
de descongestión judicial que, a su vez, han traído resultados
diversos que van desde una completa inoperancia y falta de
efectividad hasta soluciones parciales.

Las propuestas han guardado consonancia y relación con los


diagnósticos del momento, administrativo–operativas unas, y
legislativas otras.

1. Desarrollos
Desarrollos
administrativo–operativos
Por muchos años, la Rama Jurisdiccional exigió insistentemente que se le concediera
el manejo de su propio presupuesto porque era consciente de que, mientras los
recursos de ejecución y servicio permanecieran formando parte del presupuesto de
la Rama Ejecutiva –Ministerio de Justicia–, no estaría en condiciones de desarrollar
una actividad propia y dinámica de administración y operación del sector. No contaba
con recursos propios, y era tal el grado de sujeción que siempre las partidas que se
le asignaban eran insuficientes. Hasta el extremo que se le denominó peyorativamente
la “rama seca” del poder público.

Por otro lado, aspectos como creación de plazas de magistrados, jueces y empleados
y distribución numérica de despachos judiciales dependían del Congreso de la
República, por cuanto sólo por leyes se podían hacer los movimientos de rigor o por
facultades que se concedían al Gobierno. Tampoco se diseñaban planes permanentes
de distribución de sedes de despachos porque el legislador no se comprometía, como
era debido, a estudiar la problemática judicial con una visión de solución general
sino con criterios de momento, muchas veces con sentido político o territorial.

En 1964, a partir de las amplias facultades con que el Congreso revistiera al Ejecutivo
–Ley 27 de 1963– para reformar el aparato de justicia, que estuvo vigente hasta
1969, se introdujo una interesante reforma de competencias y territorial de juzgados
y tribunales. Mas, sin una afirmación definitiva, se puede concluir que fracasó, pues

42
Capítulo II. Acciones desarrolladas en materia de descongestión

los negocios que no fueron atendidos aumentaron inesperadamente entre 1964 y


1968, contrario a lo que el gran cambio quiso superar; por ejemplo, los procesos
civiles pasaron de 516.467 a 623.631 en 1968.

Por haberse constituido en una de las reformas más relevantes de la justicia, la


contenida en el Decreto 528 de 1964, se deben citar algunos aspectos que versan
sobra la justicia civil: se crearon juzgados de plena competencia donde existían los
civiles municipales; se eliminaron los juzgados de circuito convirtiéndolos en pequeños
tribunales, conocidos como los “tribunalitos”; la competencia de los tribunales
superiores de distrito judicial en segunda instancia se fijó para los procesos civiles
que se conocieran en primera instancia por los jueces superiores y de las apelaciones
y recursos de hecho que se interpusieran en los procesos de competencia de los
mismos funcionarios, así como de las consultas a que hubiere lugar en ellos. A su
vez se precisó que a la respectiva sala de decisión del tribunal le correspondía dictar
los autos interlocutorios y las sentencias, pero en materia civil el magistrado
sustanciador dictaba los autos interlocutorios cuando estas providencias no decidían
el recurso o la consulta. Por su parte, a la Sala Plena del Tribunal le asignaron en
primera instancia los procesos que se adelantaran contra los gobernadores,
eclesiásticos de diócesis, vicarios generales, dignidades y demás miembros de los
cabildos eclesiásticos.

Y en el año 1971, ante el precario resultado de la reforma de 1964, para remediar la


elevada congestión se emprendió otra reforma judicial.

En verdad, los reclamos de la Rama Jurisdiccional, ahora Judicial, eran más que
justos. No sólo debía mantener y conservar la independencia en el ejercicio de
sus funciones jurisdiccionales sino que demandaba, para una mejor gestión,
que se le permitiera el manejo del recurso humano y presupuestal. Y a partir de
1987 se dieron tímidos pasos en la consagración de ciertas facultades: la puesta
en marcha de la carrera judicial, que había sido creada por el Decreto 250 de
1970, con la organización de concursos para el ingreso a la Rama y con
programas de capacitación y formación, y permitiéndosele la orientación de
ciertos recursos presupuestarios.

El Decreto 72 de 1987 se encargó de darle aplicación a las normas de la carrera


judicial y, desde entonces, la Rama Judicial asumió la organización y dirección.
Primero por medio del Consejo de la Administración, de la Dirección Nacional y
de las oficinas seccionales, y con la expedición de la Constitución Política de 1991
a través del órgano creado para tal efecto, es decir, el Consejo Superior de la
Judicatura (artículo 256–1).

El Consejo Superior de la Judicatura, por intermedio de la Sala Administrativa,


aún antes de la expedición de la Ley Estatutaria de la Administración de Justicia
y con sujeción a la Constitución, asumió la reorganización de la carrera judicial

43
y la realización de los concursos para magistrados, jueces y empleados. Se puede
afirmar, a pesar de limitaciones presupuestarias, que la carrera judicial y el ingreso
por concurso han alcanzado realizaciones positivas en orden a encontrar una
mejor justicia.

También en la década de 1980–1990 se oían insistentes quejas por la falta de


tecnificación de la justicia, de la ausencia de sistematización y de la inaplicación
de la informática y de otros aspectos relacionados con la gestión judicial. Y al
concederle la Constitución Política el manejo del presupuesto a la Rama Judicial,
por medio del Consejo Superior de la Judicatura, puede decirse que se avanzó en
el empleo y utilización de elementos tecnológicos, aunque no de manera integral
ni generalizada.

El Consejo Superior de la Judicatura, por mandato constitucional –artículos 256 y


257 de la Constitución Política– se convirtió en el órgano rector de administración
de la Rama Judicial, con el manejo autónomo del presupuesto y de los recursos
humanos, y con funciones de crear, suprimir, fusionar y trasladar cargos, de dictar
reglamentos necesarios para el eficaz funcionamiento de la administración de
justicia así como señalar las funciones internas asignadas a los distintos cargos y
la regulación de los trámites judiciales que se adelanten en los despachos judiciales,
en los aspectos no previstos por el legislador. El elenco de funciones y atribuciones
se convierte en el mejor instrumento para una gestión administrativo–operativa de
la propia Rama Judicial.

En realidad, las atribuciones y funciones del Consejo Superior de la Judicatura, como


órgano de la propia Rama Judicial, superaron, por fortuna, las propias expectativas,
creadas para el manejo y dirección de los recursos presupuestarios y humanos. Y se
debe entender, entonces, que esta Rama se gobierna por sí sola, por cuanto la Sala
Administrativa del Consejo Superior que tiene a su cargo todas esas facultades está
integrada por seis magistrados designados por las otras altas corporaciones judiciales:
Corte Suprema de Justicia, Corte Constitucional y Consejo de Estado. Es decir, esa
Corporación tiene su origen constitucional, pero integrada por aquéllas, hasta el
extremo que se podrá afirmar, sin exageración, que son magistrados en comisión
especial y permanente.

Sea la ocasión para considerar que la asignación a una corporación colegiada de la


Rama Judicial de las funciones y atribuciones es la que mejor responde a sus
necesidades, si a su interior se puede evaluar, proyectar y realizar todas las gestiones
encaminadas a procurar una administración de justicia dinámica y eficiente.

Sin embargo, muchas críticas se le formulan al Consejo Superior de la Judicatura.


Unas válidas, otras ligeras, otras desafortunadas. Tal vez, la composición del Consejo
Superior en dos salas, disciplinarias y administrativas, haya sido el punto más
neurálgico o débil, a pesar de que con la Ley Estatutaria se corrigieron defectos de

44
Capítulo II. Acciones desarrolladas en materia de descongestión

funcionamiento de dicha Corporación, porque resulta poco entendible que funciones


tan disímiles se acerquen o se reúnan para una labor administrativa y disciplinaria,
y que sólo motivos coyunturales, al momento de la creación del Consejo Superior,
justificaron su integración como Corporación.

En el Informe de Presidencia de la Corte Suprema de Justicia en el 2000, se expuso:

[…] De igual manera, se ha insistido en la necesidad de reformar la Sala


Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, instituyéndola como una
organización empresarial, despojada de los matices autárquicos y las
pretensiones jurisdiccionales que entraban en su actividad. El ideal es constituir
una Junta Directiva, similar a lo que hoy es la Comisión Interinstitucional,
pero con funciones de diseño de finalidades y dirección en lo fundamental, que
supere su inoperante condición actual […]6.

Y el experto Jorge Luis Garay, en su intervención sobre el estado actual de la justicia,


afirma:

[…] Redefinición de la coordinación administrativa del subsector. Para garantizar


la efectiva y eficaz administración de los recursos humanos, financieros y técnicos,
se debe modificar la estructura de la Sala Administrativa del Consejo Superior de
la Judicatura, de manera que se independice de la Rama Judicial y se la revista de
naturaleza, procedimientos y facultades netamente gerenciales privadas, de
manera que las decisiones se tomen por gerentes y administradores públicos y
no por magistrados con formación de abogados, como ocurre actualmente, lo
cual repercutiría en su agilidad y efectividad […]7.

En este momento se ha intensificado la discusión sobre la necesidad de reformar el


Consejo Superior de Judicatura, para crear una corte disciplinaria y, al mismo tiempo,
suprimir la Sala Administrativa, con el argumento del alto costo de ésta y lo poco
funcional en su ejecución. Algo más, en el proyecto de reforma constitucional que
está para ser presentado por el Gobierno Nacional* se recogen esas voces inconformes:
se propone lo primero y se reemplaza la Sala Administrativa por el Consejo Superior
de la Administración de Justicia, compuesto por los presidentes de la Corte Suprema
de Justicia, de la Corte Constitucional y del Consejo de Estado, el Fiscal General de la
Nación, un representante de los magistrados y jueces, el Ministro del Interior y de
Justicia y el Director Ejecutivo de la Rama Judicial.

6
Corte Suprema de Justicia, Informe de Presidencia, Bogotá, 2000.
7
Jorge Luis Garay, “El papel de la desjudicialización en un Estado Social de Derecho a propósito de la justicia colombiana”,
en Bernal Cuellar, Jaime (Coordinador), Estado actual de la justicia colombiana: diagnóstico y soluciones, Universidad
Externado de Colombia, Bogotá, 2003.
*
Nota del editor: en este párrafo se hace alusión a un proyecto presentado en el año 2002.

45
Al Consejo de la Administración de Justicia se le asignarían, entre otras, las funciones
de adoptar las políticas para el ejercicio de las funciones de la Dirección Ejecutiva,
la dirección de la administración de la Rama Judicial, la presentación del plan
sectorial para que forme parte del Plan de Desarrollo, la elaboración del presupuesto
y la determinación de las políticas de la carrera judicial. Y a la Dirección Ejecutiva,
las funciones de dictar los reglamentos para el funcionamiento de la administración
de justicia, la supresión, creación, fusión y traslado de los cargos, la elaboración
de las listas para la designación de los funcionarios judiciales, la administración
de la carrera judicial, el control de rendimiento, la determinación de los parámetros
para llevar el control y rendimiento en la Rama Judicial y la elaboración de los
proyectos de presupuesto y del plan sectorial.

El proyecto de la nueva estructura administrativa de la Rama Judicial significa un


retroceso pues, en vez de modelar un órgano dinámico y comprometido con una
gestión y manejo acorde con las actividades judiciales, lo que hace es asignar
unas funciones al Consejo de la Administración que no tendría carácter
permanente, y que, por su composición, no permitiría que se garantizara la eficacia
en cuanto la mayoría de los miembros estarían ocupados en menesteres
jurisdiccionales y administrativos de su propia corporación de origen y que le
restarían el tiempo indispensable para atender las funciones rectoras que
pretenden atribuírsele.

Lo que se debe procurar es disminuir el cuerpo a la Sala Administrativa, en cuanto


tres magistrados deberían integrarla y quienes, al mismo tiempo, serían los gestores
directos del desarrollo de los complejos asuntos de la Rama Judicial, que no son de
una simple actividad de manejo y ejecución presupuestaria sino de especial
contenido administrativo judicial. No es sólo un gerente, experto en finanzas, en
economía o en hacienda pública, quien puede encargarse de las funciones
administrativo–operativas de la Rama Judicial. Se requiere de profesionales del
derecho, con altas calidades y profundos conocimientos de la justicia, para que
ejerzan el gobierno administrativo. Claro está que la Comisión Interinstitucional
actualmente existente, integrada por los presidentes de las altas corporaciones,
por el Fiscal General y por un empleado de la Rama, se debe fortalecer para
entregarle la función primordial de adoptar las políticas de la administración de
justicia y constituirla como órgano consultor permanente.

46
Capítulo II. Acciones desarrolladas en materia de descongestión

2. Desarrollos legislativos
Desarrollos
Han sido constantes los esfuerzos legislativos, particularmente de las normas de
procedimiento, para dotar de reglas y de principios que agilicen la actividad
jurisdiccional civil. Asimismo, se han dictado preceptos sustanciales que también
han tratado de impulsar la administración de justicia.

2.1. De procedimientos y afines


procedimientos

Por medio de la Ley 103 de 1923 se expidió un estatuto de procedimiento civil,


denominado Código Arbeláez; sin embargo este Código no entró a regir debido a que
su vigencia fue suspendida el año siguiente por la Ley 26 de 1924. Los redactores de
aquel estatuto se inclinaron por mantener la tradición de los procesos escritos. Hasta
1931 rigió la Ley de Enjuiciamiento Civil de 1855; ley formalista, con proceso escrito
y atrasado. En 1928, mediante la Ley 120, se introdujeron unas normas sobre
prescripciones y registro de propiedad.

La Ley 105 de 1931 disciplinó el denominado Código Judicial, incorporando además


de lo pertinente a la administración judicial las normas tanto del Código de
Procedimiento Civil como el Procedimiento Penal. En materia de procedimiento civil,
mantuvo la tradición de la prevalencia del proceso escrito. Con todo, destinó un
capítulo –XLVI– al procedimiento verbal, como una novedad del proceso por audiencia.
Por medio de la Ley 2 de 1938, se le reconoció validez a la cláusula compromisoria.

Como se expuso anteriormente, en 1964 se trató de impulsar un gran cambio en la


estructura judicial con el fin de hacer que la justicia fuera más eficaz y pronta, con
mayor acceso a ella. Sin comprometer en mayor proporción los aspectos procesales,
se incursionó en la organización de tribunales de distritos judiciales y de juzgados.
El Decreto 528 de 1964 hizo una redistribución de tribunales, creando estas
corporaciones en donde existían los circuitos judiciales y eliminando estos, pero
reemplazándolos por jueces de plena competencia.

Y ante el fracaso de esa nueva estructura judicial, se reformó el Código de


Procedimiento Civil de 1931. Al Gobierno Nacional se le concedieron facultades para
esos efectos, y fue así como se expidieron los Decretos 1400 y 2019 de 1970, con el

47
regreso a la organización judicial anterior. El Código de Procedimiento Civil de 1970
es el actualmente vigente, pero seriamente modificado por normas posteriores.

Con el propósito de buscar las condiciones deseadas de eficacia y eficiencia, y ante


el rezago del Código de Procedimiento Civil de 1970, se facultó al Gobierno Nacional,
por la Ley 30 de 1987, para emprender la tarea de una reforma a la justicia, regular
otros aspectos importantes como la modificación de aquel estatuto adjetivo y la
desjudicialización de algunas figuras procesales. Las propuestas del momento estaban
orientadas a realizar ajustes al estatuto de enjuiciamiento por considerarse que éste
se estaba quedando atrás ante la exigencia de mayor agilidad en sus principios y
trámites. De igual forma, lograron que se abriera con más perspectivas la puerta de
la desjudicialización, es decir, que determinados asuntos de competencia de los jueces
pasaran a entidades administrativas.

Varios decretos se expidieron, entre 1988 y 1989, en desarrollo de las facultades


extraordinarias conferidas por la Ley 30 de 1987, que se pueden resumir así:
reajuste de las cuantías en asuntos civiles y manera para actualizarlas (Decreto
522 de 1988); se permite el trámite notarial de las sucesiones (Decreto 902 de
1988, modificado y adicionado por el Decreto 1729 de 1989. Vale la pena anotar
que entre 1989 y agosto de 2003 se registra un total de 279.106 sucesiones por
este procedimiento); se autoriza el cambio de nombre ante notario y corrección
de errores en las actas de registro civil (Decreto 999 de 1988); se permite la
separación de cuerpos de matrimonio civil ante notario (Decreto 2458 de 1988,
hoy derogado). De igual forma sucedió con el divorcio de matrimonio civil (Decreto
1900 de 1989, hoy derogado); se faculta a los interesados para la celebración del
matrimonio civil ante notario (Decreto 2668 de 1988; modificado por el Decreto
1556 de 1989); se autoriza ante notario el cumplimiento de las formalidades de
insinuación de donaciones, cuando la ley lo exige (Decreto 1712 de 1989); se
crea la jurisdicción de familia (Decreto 2272 de 1989), de jueces especializados
en comercial (Decreto 2273 de 1989) y la jurisdicción agraria (Decreto 2303 de
1989); se regula el proceso arbitral común y se elimina el previsto en el Código
de Procedimiento Civil (Decreto 2279 de 1989); se modifica sustancialmente el
Código de Procedimiento Civil en más de la mitad de sus normas (Decreto 2282
de 1989), y se crean oficinas judiciales en cabeceras de distrito para realizar
repartos y notificaciones (Decreto 2287 de 1989).

Con la finalidad de fortalecer los mecanismos alternativos de solución de conflictos,


la Ley 23 de 1991 reguló la conciliación y el arbitraje; el Decreto 2651 de 1991 amplió
las reglas de esos dos institutos y en materia de pruebas facultó a las partes para
que ejecutaran actos probatorios tales como presentación de documentos, versiones
de testigos y presentación de experticios; igualmente ordenó la utilización de sistemas
de grabación magnetofónica o electrónica en todas las audiencias y diligencias así
como el sistema de grabación de los procesos verbales sumarios. Este Decreto, de

48
Capítulo II. Acciones desarrolladas en materia de descongestión

carácter transitorio, fue acogido como legislación permanente mediante la Ley 446
de 1998. Esta Ley además adscribió funciones jurisdiccionales a las superintendencias
Bancaria, de Sociedades y de Valores, y facultó al Gobierno Nacional para compilar
las normas aplicables a la conciliación, el arbitraje, la amigable composición y la
conciliación en equidad.

Con la Ley 270 de 1996, Estatutaria de la Administración de Justicia, se sistematizan


los principios y la estructura de la administración de justicia en Colombia, se regula
la integración, el régimen y las funciones de las corporaciones y los despachos
judiciales, la responsabilidad patrimonial del Estado, de sus funcionarios y empleados
judiciales y la administración, gestión y control de la Rama Judicial; igualmente,
establece el régimen de los servidores de la Rama Judicial, regula su carrera y señala
el régimen de capacitación.

La Ley 497 de 1999 crea, reglamenta y organiza los jueces de paz con la finalidad
de lograr el tratamiento integral y pacífico de los conflictos comunitarios o de
particulares que voluntariamente se sometan a su conocimiento y señala los
principios de esta jurisdicción, cuales son equidad, eficiencia, oralidad, autonomía
e independencia y gratuidad.

La Ley 794 de 2003 introdujo diversas reformas al Código de Procedimiento Civil,


entre ellas las referentes a la designación y honorarios de los auxiliares de justicia y
la posibilidad de comisionar a los secretarios y oficiales mayores de despacho judicial
de cabecera de Distrito Judicial, norma luego declarada inexequible por la Corte
Constitucional en Sentencia C–798 de 2003; se regularon oportunidades y actuaciones
probatorias a cargo o por interés de las partes; se modificó sustancialmente la práctica
de las notificaciones personales; se estableció el perito único; se derogó la perención
y se efectuaron reformas al proceso ejecutivo en materia de recursos, excepciones y
trámite de la misma; se modificaron los procedimientos para el remate de bienes y se
facultó al juez para comisionar a las notarías, cámaras de comercio o martillos
legalmente autorizados a fin de practicarlo. Mediante Decreto 890 de 2003 se
reglamentó esta clase de comisión y la Resolución 1519 de 2003 de la Superintendencia
de Notariado y Registro, fijó las tarifas por concepto del ejercicio de la función notarial
en las diligencias de remate.

Por último, la Ley 820 de 2003 que regula el arrendamiento de vivienda urbana,
incorpora ciertos preceptos en materia procesal civil, tales como la presunción de
domicilio contractual, la entrega provisional del bien arrendado, la supresión de la
consulta y de la segunda instancia para los procesos iniciados con fundamento en la
mora de las rentas causadas.

49
2.2. Sustanciales

Por otra parte, los códigos sustanciales básicos, Civil y Comercial, también han sido
modificados y reformados, a veces con el criterio de consagrar normas que constituyan
elementos claros de reconocimiento de derechos subjetivos. En tanto se cuente con
preceptos sustanciales de alcances aceptados socialmente, la actividad procesal será
menor, ya que las controversias no se darían en exceso si, en verdad, aquéllos son
comprendidos y aplicados en sus verdaderos alcances.

Se pueden destacar normas que establecieron la igualdad entre el hombre y la


mujer, de la pareja matrimonial y entre los hijos matrimoniales y
extramatrimoniales. Son, entre otras: la Ley 28 de 1932, que le concede plena
capacidad jurídica a las mujeres casadas; la Ley 45 de 1936 que introduce
importantes cambios al régimen de la filiación natural y sucesoral, subrogada y
ampliada luego por medio de la Ley 75 de 1968 en lo referente a las formas de
reconocimiento de los hijos extramatrimoniales y presunciones de paternidad,
modificada esta última por la Ley 721 de 2001 en materia de pruebas científicas
para la determinación de la maternidad y paternidad responsables; el Decreto
2820 de 1974 que suprime la discriminación en la pareja matrimonial y consagra
la igualdad de derechos y deberes entre los cónyuges y entre padres e hijos; la
Ley 51 de 1981 que aprobó “La Convención sobre la eliminación de todas las
formas de discriminación contra la mujer”; la Ley 29 de 1982 que iguala los
derechos herenciales entre hijos matrimoniales, extramatrimoniales y adoptivos;
la Ley 25 de 1992, que modificó la Ley 1ª de 1976 en materia de causas de
divorcio y señaló el trámite para la cesación de efectos civiles de los matrimonios
religiosos; la Ley 133 de 1994, que desarrolla la Constitución Política de 1991 en
materia de libertad religiosa y de cultos.

Igualmente, y como mecanismos de protección del menor, de la familia y de la


mujer se han proferido: la Ley 70 de 1931 que autoriza a favor de todas las familias
la constitución del patrimonio de familia no embargable, modificada por la Ley 495
de 1999; la Ley 75 de 1968 que creó el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar,
reorganizado por la Ley 7 de 1979 de protección de la niñez; la Ley 54 de 1989
ordena que los hijos matrimoniales y extramatrimoniales reconocidos llevarán el
primer apellido de su padre seguido por el de su madre, o los de la madre si el
padre no los ha reconocido; El Decreto 1737 de 1989 o Código del Menor regula
sus derechos, establece mecanismos de protección de sus derechos fundamentales
y consagra la adopción plena.

La Ley 54 de 1990 consagró jurídicamente las uniones maritales de hecho entre


compañeros permanentes y su régimen patrimonial; la Ley 82 de 1993 consagra
mecanismos de protección y de ayuda especial a la mujer cabeza de familia,

50
Capítulo II. Acciones desarrolladas en materia de descongestión

adicionada por la Ley 861 de 2003; la Ley 248 de 1995 aprobó “La Convención
Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer”;
por Ley 258 de 1996 se estableció la afectación a vivienda familiar con restricción
para los esposos del régimen de libre disposición sobre esta clase de bienes,
modificada por la Ley 854 de 2003; la Ley 294 de 1996 contiene normas para
prevenir, remediar y sancionar la violencia intrafamiliar (fue modificada por la Ley
575 de 2000); la Ley 311 de 1996 establece el registro nacional de Bienestar Familiar
y formas de constreñimiento para el pago de alimentos; la Ley 581 de 2000
reglamenta la adecuada y efectiva participación de la mujer en el nivel directivo
del poder público; la Ley 704 de 2001 aprueba el Convenio 182 de la Organización
Internacional del Trabajo sobre la prohibición de ciertas formas de trabajo infantil
y la acción inmediata para su eliminación; por Ley 731 de 2002 se establecen
normas para protección y favorecimiento a la mujer campesina, y finalmente la
Ley 823 de 2003 establece el marco institucional para garantizar la equidad y la
igualdad de oportunidades de las mujeres en los ámbitos público y privado.

En materia de propiedad, el legislador colombiano ha desarrollado nuevas formas


que no podían ser concebidas para la época en que adoptó el Código Civil, así:
mediante Ley 182 de 1948 se regula por primera vez el régimen de propiedad
horizontal; fue modificada y adicionada por la Ley 16 de 1985 y derogada por la Ley
675 de 2001, que es el ordenamiento vigente sobre esta forma de propiedad.

La Ley 200 de 1936 reguló todo lo referente a la posesión, adquisición y pérdida de la


propiedad inmueble rural; junto con la Ley 100 de 1944 establecieron la exigencia de
la explotación económica de la propiedad privada agraria. Las dos normas anteriores
fueron ampliadas por la Ley 135 de 1961 que tenía por finalidad eliminar la inequitativa
concentración de riqueza rústica y fomentar la explotación de tierras incultas.
Posteriormente fueron promulgadas la Ley 4 de 1973 y la Ley 30 de 1988 que fueron
reemplazadas a su vez por la Ley 160 de 1994, que creó el Sistema Nacional de
Reforma Agraria y Desarrollo Rural Campesino.

La Ley 20 de 1969 regula la propiedad sobre el subsuelo en materia de minas e


hidrocarburos; posteriormente el Decreto 2655 de 1988 o Código de Minas regula
de manera integral el régimen de propiedad y explotación de las minas; este
Decreto fue derogado por la Ley 685 de 2000, que es el Código actual. Mediante
Decreto 2811 de 1974 se expidió el Código de Recursos Naturales No Renovables
y del Medio Ambiente.

En materia de propiedad intelectual se expidió la Ley 23 de 1982, adicionada por


la Ley 44 de 1993. La Ley 9 de 1989 regula aspectos de la propiedad urbana; fue
modificada por las Leyes 2 de 1991 y 388 de 1997 que introdujeron el concepto
de plusvalía por el uso del suelo urbano.

51
Mediante facultades otorgadas por el Congreso de la República se modificaron en el
año de 1970 diversos ordenamientos para hacerlos acordes con los nuevos tiempos;
se profirió el Decreto 1260 de 1970, que reguló íntegramente el estado civil de las
personas, el Decreto 960 y el 1250 de 1970, que consagran los estatutos notarial y
registral y el Decreto 410 de 1971 mediante el cual se expide el nuevo Código de
Comercio, que reemplazó al Código de Comercio Terrestre.

Finalmente, la Ley 222 de 1995 derogó el Título XXVII del Libro IV del Código Civil,
que regulaba las sociedades civiles. También se han modificado los términos en
materia de prescripción: la Ley 50 de 1936 redujo los términos iniciales de 30 años a
20 y la Ley 791 de 2002 a 10 años; esta última Ley también estableció que las
prescripciones adquisitiva y extintiva pueden invocarse por vía de acción o por vía
de excepción.

52
Capítulo III

Requerimientos y ffactor
actor es negativos
actores
de la administración de justicia civil

1. Congestión y atraso
1.1. En los tribunales y en los juzgados
1.2. En la Sala Civil y Agraria de la Corte Suprema de
Justicia
1.3. Planteamiento general en el Plan Sectorial de
Desarrollo
1.4. Ley Estatutaria de la Administración de Justicia
2. Situaciones especiales del proceso ejecutivo
La Constitución establece, en el artículo 229, que se garantiza
el derecho de toda persona de acceder a la administración de
justicia. Y este mandato no debe convertirse en un simple
enunciado superior sino en una realidad, para que el Estado
desarrolle las condiciones a fin de que toda persona, sin distingo
alguno y sin trabas, pueda reclamar o invocar protección de
sus derechos y también para garantizar la plena eficacia de
estos por los medios formales de justicia previstos en la
Constitución Política, en cuanto se acuda a ellos, la Rama
Judicial, la justicia de paz, la justicia indígena y el arbitraje; o
con el apoyo de los medios no formales reconocidos en la ley,
conciliación, mediación y amigable composición, que asimismo
permitan superar los conflictos sin intervención judicial alguna.

No es suficiente, pues, conocer de las letras constitucionales


sino crear mecanismos idóneos de servicio y construir
estrategias que permitan que la administración de justicia
sea eficiente y eficaz, de manera que la persona afectada
pueda acudir al Estado para que le proporcione la protección
debida. Es más, la efectividad del acceso a la justicia se
alcanza del mismo modo garantizando a las partes la
igualdad, la decisión justa y la ejecución real de ésta, con
aplicación de la Constitución y de la ley.

54
Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil

1. Congestión y atraso

1.1. En los tribunales y en los juzgados

La congestión y el atraso, como tantas veces se ha dicho, son en verdad los dos
puntos más sensibles y negativamente relacionados con la administración de justicia.
Se puede afirmar que es un concepto común y generalizado que una y otro inciden
en la credibilidad ciudadana, porque son los usuarios de la justicia los que padecen
y resultan afectados por esa situación.

Se entiende por congestión la acumulación real de procesos en un despacho judicial,


en forma progresiva hasta llegar a un grado que desborda la posibilidad normal de
su atención. Y el atraso, como la duración que se presenta entre el momento procesal
en que se procura o demanda la solución de los conflictos y la decisión y ejecución
definitivas o, también, el incumplimiento de los plazos que superan en exceso los
términos previstos en el ordenamiento procesal para tales efectos.

Tabla No. 2.
Tiempos procesales (Días)

Proceso Tiempo establecido Tiempo Porcentaje de


en el código promedio real mora procesal

Civil ejecutivo 298 1.301 336%

Civil normal 469 2.048 432%

Fuente: Banco Mundial

55
La propia Rama Judicial ha sido consciente de estos problemas y de su influencia no
sólo en la imagen de la justicia sino del daño que produce contar con una
administración judicial que no responde a los anhelos de una sociedad que reclama
una buena y pronta justicia. Por eso se ha planteado la existencia de factores externos,
como expuso el magistrado de la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, José
Fernando Ramírez Gómez, en la conferencia citada anteriormente:

En efecto, el conflicto social que vive el país genera una demanda excesiva
que copa la capacidad laboral de los operadores judiciales. Mientras
subsista con los niveles actuales, seguirá siendo el motivo original de la
congestión. Este es elemento que trasciende a la administración de justicia,
para comprometer al Estado en su integridad y a su componente social,
porque la crisis de la justicia al fin y al cabo es un reflejo de la crisis
general que padece el Estado y la sociedad entera.

La judicialización generalizada del conflicto intersubjetivo. Los gobiernos


y legisladores en vez de afrontar la realidad del problema y
comprometerse con soluciones efectivas, optan por el camino facilista
de la judicialización, de la criminalización. La Ley 294 de 1996, por la
cual se criminalizó el conflicto familiar, sacándolo de las cuatro paredes
de la casa al estrado público, es un buen ejemplo.

La ausencia de compromiso de la sociedad civil con la administración


de justicia, origina la falta de colaboración y consecuentemente
anormales parálisis del proceso. El testigo no acude, el patrono no da
permiso, o el ICBF paraliza todos los procesos de investigación de la
paternidad, porque su laboratorio ambulante sólo pasa cada tres o cuatro
años a practicar una prueba científica.

La incoherencia y la inflación legislativa, ocupa al funcionario judicial


en investigaciones sin sentido, inocuas para la teoría del conocimiento
del derecho y lesivas del costo de oportunidad del proceso. Para no citar
los abundantes casos penales donde más se advierte la normatividad
coyuntural que se contradice y nada remedia, doy como ejemplo el doble
régimen contractual en el que los códigos civil y de comercio generan
para el juez la insulsa tarea de ubicar y distinguir la norma a aplicar.

También están los reiterados conflictos entre las llamadas jurisdicciones


civiles y de familia, con ocasión de la competencia atribuida a los jueces
de esta última clase por el artículo 5 del Decreto 2282 de 1989. Ojalá
este deambular por cuenta del numeral 12 de la citada norma, sea
suspendido por la disposición aclaratoria de la Ley 446 de 1998.

56
Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil

La legislación no acorde con los avances tecnológicos como lo demuestran


los procesos verbales que requieren del tipo de la escritura, sumada a
defectos constitucionales y legales en la organización de la Rama, y a la
deficiencia en la infraestructura y logística de los despachos, no obstante
los esfuerzos realizados por el Consejo Superior de la Judicatura, son
otros factores externos que tienen su punto culminante en las precarias
asignaciones presupuestales, limitativas de un desarrollo integral de la
Rama, de un adecuado funcionamiento, y lo que es peor, de los principios
de independencia e imparcialidad, y del carácter de tercero del juez.

La estructura misma del proceso, los tiempos legales atentan contra la


eficiencia del funcionamiento judicial. Pero esto también viene de afuera y
se nos impone como ley de orden público. Un proceso ordinario civil de
mayor cuantía tiene previsto un tiempo legal para su primera instancia,
sin incidentes o trámites accesorios que lo dilaten, que transcurriría entre
el 13 de enero y el 11 de agosto de 1998, o sea, 209 días calendario. Pero
ésta, como le dije, es una falencia universal que toca con la concepción
estructural del proceso que afecta sin excepción los sistemas judiciales,
que cuando de reformarlos se trata, siempre enfrentan el dilema entre
sumariedad y derecho de defensa8.

Las estadísticas no mienten. Recogen la realidad de la congestión, del atraso y


de la carga laboral de los despachos judiciales. Con todo, creemos que también
se exagera la incidencia de los datos estadísticos: o para tocar una alarma de
sensatez o para sonar una alarma de escándalo o desprestigio de la Rama
Judicial o de los servidores judiciales. Pero no le conviene a la justicia ni a la
sociedad que se haga referencia de cifras que no corresponden a la verdadera
situación judicial. La objetividad debe imperar. No se podrá afirmar que el
problema de la congestión y del atraso es inexistente. Todo lo contrario: se
debe partir de la realidad. Tampoco se pueden generalizar los factores negativos
de la administración de justicia porque, como se sabe, no todos los despachos
judiciales evidencian atraso y congestión.

Esto es frecuente en los juzgados situados en las grandes ciudades, donde la


demanda de justicia supera los puntos normales de atención y servicio, mas no
en los juzgados en que aquélla no es significativa. Así, en Bogotá la carga efectiva,
entendida por el Consejo Superior de la Judicatura como “los asuntos activos

8
Ramírez Gómez, José Fernando, Op. Cit.

57
pendientes de resolver de fondo definitivamente del periodo anterior, inventario
final, más los ingresos del periodo respectivo”, era para el año de 2003 del 34,23%
del total de la Jurisdicción Civil; a continuación estaba Cali con el 9,12%; le seguía
Medellín con el 7,69%; Barranquilla con el 5,83% y Bucaramanga con el 5,01%9.

Gráfica No. 6.
Carga efectiva
Año 2003

Medellín
7,69%
Barranquilla Cali
5,83% 9,12%

Bucaramanga
5,01%

Otros
38,12%

Bogotá
34,23%

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura.

9
Véase Informe al Congreso de la República 2003–2004, Consejo Superior de la Judicatura, Bogotá, pág. 406.

58
Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil

Al interior de los tribunales, son muchos los factores comunes que inciden en el
normal rendimiento y trabajo a satisfacción. Y no de ahora, es casi una constante. La
carencia de elementos de trabajo se convierte para ellos en la causa primordial de la
congestión y del atraso. Se le une el exceso de trámites y formalismos procesales y la
diversidad de procesos judiciales. Agréguese el abuso del usuario en demandar y
servirse de la justicia, porque muchas veces pretende por la vía judicial solucionar
problemas que pueden solventarse amigablemente o conciliarse, o también por las
condiciones económicas que exigen que se busque la solución de los créditos por
medio de las acciones judiciales, creando una demanda de justicia desproporcionada.

Y esta percepción, igualmente, se tiene en casi todos los países iberoamericanos. Por
eso, en el documento elaborado por los presidentes de las cortes supremas, como
delegados a la reunión de El Salvador –2002–, se expuso:

La metodología a emplear aconseja priorizar las causas siguiendo un criterio


de ordenación de las mismas conforme a las mayores exigencias de rapidez
en la erradicación de las dilaciones indebidas.

Siguiendo este criterio como causas principales señalamos:

1. El insuficiente número de jueces. La solución debe observarse en clara


correspondencia paralela con el fomento dirigido a obtener la suficiencia
de medios materiales y potenciar la capacitación judicial previa o inicial.

2. La deficiente organización. La solución debe tener su origen en lograr


la redistribución organizativa. En esta línea el papel de las estadísticas
es fundamental.

3. Escaso rendimiento de los jueces. Circunstancia que debe estar ligada a


estimular el estudio y análisis de la evaluación del desempeño.

4. La existencia de procedimientos inadecuados. La medida para lograr


la erradicación debe orientarse en una línea de tendencia a la
simplificación de procedimientos, potenciación de la oralidad,
concentración y de la inmediación. La inmediación tiene una sustancia
procesal y legal, y otra más social que conforma una parte importante
de la percepción que tiene el usuario de la justicia, en concreto sobre
el esfuerzo y la calidad con que los tribunales tratan su asunto. La
importancia del contacto con el juez por parte del ciudadano es enorme,
y nunca puede ser sustituida por un funcionario o por el letrado que
va explicándole al cliente las razones jurídicas, cuando las hay, del
alargamiento del asunto durante meses o años. La inmediación, y
también la oralidad, contribuye de manera decisiva a aflorar el
sentimiento de amparo por el juez al ciudadano.

59
Estas dos últimas causas (3ª y 4ª), pese a que no aparecen en las
respuestas dadas a los cuestionarios como factores esenciales en la
determinación del origen de la mora judicial, suscitaron intensas reflexiones
en las comisiones de trabajo. Se deja constancia de las mismas por su
trascendencia: la 3ª por su conexión con el área temática de evaluación
del desempeño, y la 4ª por su abrir el debate hacia la necesidad de lograr
la simplificación de trámites en los términos indicados.

5. La actuación de las partes y su conducta procesal. Causa que


necesariamente debe ponerse en conexión, de un lado, con la existencia
de procedimientos que propician abusos en las actuaciones procesales, y
de otro lado, con la preparación profesional de los jueces.

De ahí que propugnemos como instrumento de diagnóstico para la


determinación de las causas la potenciación de los procesos de medición.

Sea cual fuere la visión que se tenga sobre la congestión y el atraso, lo cierto es
que estos factores se convierten en problemas efectivos y reales que se deben
solucionar. Las acumulaciones de procesos en ciudades como Bogotá, Cali, Medellín,
Barranquilla y Bucaramanga, en verdad, trascienden las fuerzas del servicio y no
se debe hacer reformas o retoques a las normas de procedimiento o sustanciales;
se insiste, hay que buscar atrevidas, no nuevas, propuestas como las que se
señalarán más adelante.

A la acumulación de procesos hay que agregar los asuntos que cada año ingresan
a los despachos judiciales civiles, para formar un número de expedientes de difícil
atención y agilización. Para el año 2003 ingresó un total de 470.651 procesos a los
juzgados civiles, de los cuales 342.035 son ejecutivos, que sumados a los que se
encuentran en trámites, activos o inactivos, producen una carga laboral de
mayúsculas proporciones.

1.2. En la Sala Civil y Agraria


de la Corte Suprema de Justicia
Suprema

Tampoco se escapa al problema de la congestión y del atraso la Sala Civil y Agraria


de la Corte Suprema de Justicia, en lo que concierne con los asuntos de casación; en
verdad, este problema es significativo y preocupante. No así con las otras clases de
negocios, como tutelas, exequatur, conflictos de competencia, revisión, que se deciden
en tiempo y no congestionan los despachos de los siete magistrados que componen
la Sala de Casación respectiva.

60
Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil

La situación de congestión de la Sala Civil y Agraria de la Corte Suprema de Justicia


es particular, por cuanto el trámite del recurso de casación, al nivel de cada magistrado,
no es notoriamente demorado desde el momento procesal que se admite el recurso,
se cumple el traslado al recurrente y al opositor para la presentación de la demanda
y de la réplica, y el magistrado ponente elabora el proyecto de sentencia, pues todo
esto se cumple, de manera relativa, dentro de la oportunidad procesal y, por tanto,
puede calificarse de normal. Es decir, la actuación de los magistrados, individualmente
considerada, no adolece de atraso notorio. Todo el inconveniente se concentra en los
estudios y decisión de las sentencias de casación.

Entonces, el problema que se enfrenta es a partir del registro de los proyectos de


sentencia, pues a 30 de noviembre de 2003 existían 669 procesos en esa situación
–693 en diciembre de 2002– que hablan de la gravedad del grado de congestión,
teniendo en cuenta que la Sala Civil decide entre 200 y 220 casaciones por año, lo
que hace suponer que si a los magistrados no se les reparten procesos durante los
próximos tres y medio años se pondrían al día, siempre y cuando no les ingresara
ningún otro proceso; y normalmente por año se reparten a cada magistrado un
promedio de 285 procesos.

Se esgrime como una de las causas de la congestión, que es cierta, el crecido número
de procesos de tutela repartido a la Sala Civil, que supera los 2.000 procesos por año
para su estudio y decisión. En el 2000 fue de 5.400 y de 2.208 hasta noviembre de
2003. Y en realidad, cuando se está ante ese número de procesos de tutela, que
inexorablemente deben decidirse dentro de un término perentorio de 20 días, el tiempo
que demanda el estudio de esos negocios resta margen de dedicación a los magistrados
para atender los procesos de casación. Y con esto se está desvirtuando, por decirlo
de alguna manera, la esencia de la función jurisdiccional de la Corte Suprema de
Justicia, como máximo órgano de casación y por consiguiente, restándole fuerza a la
labor unificadora de la jurisprudencia nacional.

61
Gráfica No. 7a.
Corte Suprema de Justicia
Reparto de procesos por Sala
2003

Penal
Laboral
35,9%
34,5%

Civil
29,6%

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Informe al Congreso de la República. Año 2003–2004

62
Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil

Gráfica No. 7b.


Corte Suprema de Justicia
Fallo de procesos por Sala
2003

Civil
43,3% Penal
35,6%

Laboral
21,1%

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Informe al Congreso de la República. Año 2003–2004

63
Gráfica No. 8a.
Corte Suprema de Justicia
Reparto de procesos por Sala
Comparativo de tutela y otros
2003

64
Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Informe al Congreso de la República. Año 2003–2004

65
Gráfica No. 8b.
Corte Suprema de Justicia
Fallo de procesos por Sala
2003

66
Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Informe al Congreso de la República. Año 2003–2004

67
Sin embargo, no todo el problema se puede atribuir a la cantidad de procesos de
tutela, porque si bien demandan tiempo también se puede, ante la coyuntura actual,
pensar que cuando se presente una situación como esta la Corporación puede
integrarse con mayor número de salas: si, en vez de que las ponencias de sentencia
sean estudiadas y decididas por todos los siete magistrados, como sucede
actualmente por mandato legal, se integran salas de tres magistrados, empleándose
como mecanismo que cada magistrado ponente con los otros siguientes, en orden
alfabético, puedan componer salas de decisión, previa reforma legislativa, de ese
modo se conformarían siete salas, que obviamente agilizarían el estudio y decisión
de los proyectos.

Seguramente se oirán voces de rechazo a esta propuesta con el argumento de que


se debilitaría la labor de unificación de la jurisprudencia a cargo de la Sala Civil.
Pero ante esa crítica se respondería que la integración sería temporal, o sea, en
tanto exista la congestión. Y en aquellos asuntos en que el proyecto contenga o
sostenga un cambio de doctrina o de trascendencia jurisprudencial, se haría
obligatoria la decisión en Sala Plena Civil.

Si por mandato constitucional o legal, y mientras no se introduzca una


modificación a la estructura de las salas de casación de la Corte Suprema de
Justicia, no se pueden decidir los recursos de casación sino exclusivamente en
Sala Plena Civil, y se le mantiene a esta alta Corporación el conocimiento de las
acciones de tutela, se podría buscar una salida con la integración de salas de
tutela de tres magistrados y con el criterio de integración mencionado
anteriormente. No tiene sentido que toda la Sala de Casación Civil y Agraria tenga
que conocer de las impugnaciones de las sentencias de tutela de los tribunales y
menos en las actuales circunstancias, por el crecido número de procesos que le
llegan a esta Corporación, mientras la Corte Constitucional revisa esas sentencias
con salas de tres magistrados.

1.3. Planteamiento general en el


Plan Sectorial de Desarrollo
Desarrollo

Precisamente, en los tres planes sectoriales de la Justicia 1995–1998, 1999–2002 y


2003–2006, incorporados al Plan de Desarrollo de los mismos periodos y hasta ahora
presentados con fundamento en el artículo 339 de la Constitución Política de 1991, el
tema del acceso a la justicia y el problema de la congestión y el atraso han sido
puntos centrales de preocupación de todos los medios de poder involucrados en la
problemática de la justicia. Veamos:

68
Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil

En el Plan de Desarrollo 1995–1998 se expuso:

Por diversas razones el aparato de justicia colombiano no brinda la cobertura


suficiente, lo cual implica que el acceso a una justicia eficiente y eficaz se
constituya en uno de los principales obstáculos que hay que superar, al
igual que la congestión y el atraso judicial, producto de la lentitud y el gran
volumen de procesos registrados en los despachos judiciales.

Este rezago de justicia, que no es otra cosa que falta de efectividad de su


funcionamiento, ha provocado en la sociedad civil un fenómeno de baja
credibilidad en la administración de justicia constituyéndose en un
problema adicional a superar.

Para superar esta serie de obstáculos la Rama Judicial está dedicando


sus mejores esfuerzos para consolidar las nuevas instituciones y
enfrentando con herramientas modernas los problemas de gerencia
judicial, esto con el fin de poder presentar alternativas que se constituyan
en respuestas ágiles y oportunas dentro del marco de las garantías del
ejercicio de los derechos y libertades. Para tal efecto propondrá formas
de arreglo y solución más expeditas y reformas a la estructura normativa,
adaptándolas a las nuevas relaciones económicas, sociales y culturales
que emergen de la sociedad.

[…]

El objetivo formulado pretende adecuar la estructura y funcionamiento de


la Rama Judicial a las nuevas demandas de justicia de la sociedad.

Las políticas y estrategias esbozadas en este Plan deben inducir cambios


que permitan brindar a los ciudadanos unas respuestas más rápidas y de
mejor calidad. Esto se obtiene mediante la incorporación de formas más
modernas de administración, con una mejor distribución de los recursos
y con apoyos técnicos y formativos suficientes para desarrollar más
idoneidad en los servidores de la justicia.

La Rama Judicial de conformidad con el ordenamiento constitucional,


está organizada por jurisdicciones que atienden las demandas de manera
especializada. Funcionalmente existen controles que permiten atender de
debida forma el cumplimiento de las garantías procesales.

Esto indica que la dimensión, tamaño, recursos humanos y formas de


organización del servicio no sean homogéneos en todas las jurisdicciones,
lo cual ha de incidir en el dimensionamiento y forma de trabajo de la
Rama Judicial.

69
El aparato estatal de justicia cuenta con funcionarios y empleados
que dinamizan el funcionamiento del sistema judicial; con recursos
físicos que aun cuando no siempre son los apropiados, generan los
espacios para su funcionamiento y contribuyen a proyectar una imagen
simbólica de la justicia; y con escasos recursos tecnológicos que no
son adecuados ni suficientes para realizar una efectiva gestión y control
de los procesos judiciales.

Lo que pretende el Plan es abordar el desarrollo del aparato estatal de


manera integral, articulando diversas políticas y racionalizando los
resultados destinados a ella mediante la puesta en marcha de diversas
estrategias y el logro de metas específicas.

En el Plan de Desarrollo 1999–2002 se dijo:

Los principales obstáculos al acceso, que son la congestión, el atraso


judicial y la impunidad, aunque han disminuido, persisten. Y persisten
porque la administración de justicia no está preparada para afrontar las
nuevas características de los conflictos de la sociedad colombiana, pues
no cuenta con mecanismos expeditos para brindar un servicio eficiente,
oportuno, capaz de generar credibilidad y confianza. Por ende, la Rama
Judicial debe liderar la formulación de propuestas de reformas al sistema
judicial que permitan superar estas deficiencias y desequilibrios.

La nueva idea de la justicia debe establecer los mecanismos que


permitan brindar un oportuno y eficiente acceso de la sociedad a la
administración de justicia. Las estrategias del nuevo plan sectorial
apuntan hacia la remoción de los obstáculos que presenta el sistema
judicial, mediante reformas que fortalezcan la organización judicial,
el procedimiento y los mecanismos alternativos de solución de
conflictos. La adecuación del sistema judicial basada en el hecho de
que la mejor forma de legitimar la administración de justicia es logrando
la convivencia ciudadana mediante la aplicación de los derechos,
generando seguridad jurídica al garantizar la observancia de las reglas
del juego institucional y comunitario establecidas en la Constitución
Política, constituyéndose en un espacio de consenso sobre el ejercicio
de los derechos fundamentales.

En esta concepción, como se ha subrayado anteriormente, el propósito


del Plan Sectorial de Desarrollo para la Rama Judicial es el de garantizar
el acceso real a la administración de justicia, para lo cual tiene como
meta superar los principales escollos: la congestión, el atraso judicial y
la impunidad, producto, entre otros aspectos, de la cultura de la

70
Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil

judicialización de los conflictos, la alta denunciabilidad y la lenta


respuesta de los aparatos de justicia del Estado, que inducen una baja
credibilidad en los mismos y el sistema judicial.

Como respuesta, el Plan Sectorial plantea el fortalecimiento del


conocimiento de los factores asociados al conflicto, la adecuación del
sistema judicial a la realidad del mismo y el establecimiento y
fortalecimiento de formas de solucionarlos; la incorporación de tecnología
para agilizar los procesos; y la integración de la administración de justicia
con la sociedad.

En el Plan de Desarrollo de 2003–2006 se consignó:

En segundo lugar, el diseño y ejecución de un nuevo plan sectorial de


desarrollo de la Rama Judicial debe tener en cuenta que el aumento de
la productividad del aparato judicial no puede considerarse suficiente
para solucionar la mora y el problema de la fuerte expansión de la
demanda de justicia.

Las mayores demandas en esta jurisdicción han resultado de una combinación


de diversos factores que incentivan la judicialización del conflicto, entre ellos
el prolongado comportamiento recesivo de la economía y el desempleo que
han incidido en el incumplimiento de obligaciones y contratos; las relaciones
gubernamentales que estimulan las demandas ejecutivas; las demandas
originadas en las políticas de racionalización de las plantas laborales en los
sectores público y privado; el avance del narcotráfico y de las acciones de las
organizaciones insurgentes y narcoterroristas; la magnitud de los problemas
y conflictos que enfrentan los grupos más vulnerables de la población, como
los menores y las mujeres; las modificaciones legales periódicas de conocimiento
de ciertos procesos como los de violencia intrafamiliar, entre otros factores.
Estos temas deben continuar siendo materia permanente de investigaciones
socio–jurídicas promovidas por el Consejo Superior de la Judicatura, para
explotar las mejores respuestas posibles del Estado y de la sociedad a las
tendencias de la conflictividad.

Frente a esta dinámica de la demanda ha mejorado sensiblemente. Esta


mejora es muy relevante, si se tiene en cuenta que más del 95% de los
casos que salen de los despachos de la Rama Judicial corresponden al
trabajo de la Jurisdicción Ordinaria, y el resto a las jurisdicciones
contencioso administrativa, constitucional y disciplinaria.

No obstante, en términos generales, pareciera que los usuarios aún no


han sentido el impacto positivo del esfuerzo desplegado en los despachos

71
judiciales, en gran parte por la alta acumulación de procesos que vienen
de años anteriores. En efecto, pese a los resultados positivos obtenidos
por los funcionarios judiciales en cuanto a casos que salen de sus
despachos, el profundo desequilibrio entre la oferta del servicio y la
creciente demanda ha implicado que el nivel de represamiento acumulado
o inventario final de procesos al terminar cada periodo haya venido
aumentando desde 1996.

En el periodo comprendido entre 1996 y 2001, los ingresos de nuevos


casos generaron fuertes presiones sobre los despachos judiciales. La
distribución del ingreso de procesos en el 2001 fue la siguiente: 38,1%
civiles; 28,7% penales; 14,0% promiscuos (penal–civil); 7,6%
familia; 6,2% laboral; 3,5% promiscuos (familia–menores); y 1,8%
menores (Informes al Congreso 2001–2002, Bogotá). En efecto, a
partir de 1999 están entrando alrededor de un millón cuatrocientos
mil nuevos procesos al año a la jurisdicción ordinaria, mientras que
en 1996 sólo ingresaron cerca de un millón. (El 98% de estos ingresos
son estudiados por los 3.260 juzgados y el resto por las salas de los
tribunales superiores). Frente a esta dinámica de la demanda, como
se señalaba anteriormente, la respuesta ha sido una apreciable mejora
en productividad, en cuanto a los casos atendidos, a lo cual han
contribuido las políticas adoptadas por el Consejo Superior de la
Judicatura en los primeros diez años de funcionamiento. En efecto, el
incremento en los egresos de primera instancia entre 1996 y 2000 fue
del 108%, al pasarse de un volumen de 683.038 casos en 1996 a
1’421.518 en el 2000.

[…]

Aunque los egresos anuales de los despachos han alcanzado casi un


equilibrio con el número de nuevas demandas que ingresan cada año,
en términos absolutos del número de expedientes atendidos sigue
registrando los acumulados que vienen de años anteriores y una
pequeña proporción de los casos nuevos. En algunas jurisdicciones,
los avances en productividad han sido particularmente notorios en
años más recientes, por ejemplo, en los asuntos de familia, de menores
y laborales, por lo que ya se está comenzando a superar el monto de
casos que ingresan anualmente. (En estas especialidades la evacuación
anual de casos ya comienza a superar el monto de la respectiva
demanda anual).

Es preciso aclarar que de los aproximadamente 3,6 millones de expedientes


que se encuentran en los despachos de los juzgados y corporaciones, sólo

72
Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil

1,6 millones son susceptibles de ser decididos por los magistrados y jueces,
ya que los restantes corresponden a procesos inactivos.

En resumen la magnitud de la congestión y la mora judicial acumulada


desde hace más de siete años, hace necesario que el plan 2003–2006
contemple acciones especiales a corto plazo, tales como medidas
procesales para buscar una urgente descongestión de casos en las
especialidades que lo requieren. Por otra parte, deben desplegarse
esfuerzos coordinados con la Rama Ejecutiva del Poder Público, con el
fin de lograr un mayor desarrollo de los mecanismos que permitan
canalizar las nuevas demandas de justicia. Adicionalmente, el Consejo
Superior de la Judicatura, a través de la ejecución del Plan Sectorial
2003–2006, continuará haciendo énfasis en fortalecer la oferta de
justicia en aquellas ciudades principales donde están registrándose
las mayores demandas.

En un contexto de restricciones fiscales, será necesario también continuar


trasladando o transformando despachos judiciales para llevar justicia
donde está la mayoría de la población y de las demandas ciudadanas
sobre el aparato jurisdiccional (Informe al Congreso 2001–2002,
Bogotá). En desarrollo de las facultades conferidas sobre reordenamiento
territorial para efectos judiciales, el Consejo Superior ya ha realizado
541 movimientos en el periodo 1996–2001 que involucraron todas las
especialidades y jurisdicciones; merecen especial mención los juzgados
penales que se redistribuyeron principalmente hacia las áreas civil, familia
y laboral. El aumento de las unidades judiciales municipales ha permitido
atender la demanda de justicia en los nuevos municipios y hacer más
eficiente la oferta en los ya existentes.

1.4. Ley Estatutaria de la A


Ley dministración de Justicia
Administración

La Ley Estatutaria destinó una norma –artículo 63 de la Ley 270 de 1996– al tema
de la descongestión, concediéndole facultades a la Sala Administrativa del Consejo
Superior de la Judicatura para regular la forma como las corporaciones pueden
redistribuir los asuntos que tengan para fallo entre los tribunales y despachos
judiciales que se encuentren al día; seleccionar los procesos cuyas pruebas, incluso
inspecciones, puedan ser practicadas mediante comisión conferida por el juez
del conocimiento, y determinar los jueces que deban trasladarse fuera del lugar
de su sede para instruir y practicar pruebas en procesos que estén conociendo
otros jueces, ya para crear, con carácter transitorio, los cargos de jueces o
magistrados sustanciadores o de fallo. Y la Sala Administrativa ha proferido
diversos actos administrativos en desarrollo de esas facultades; tomados los de

73
la década 1993–2003, en los que sobresalen 153 acuerdos que se han organizado
en siete ítems correspondientes a la transformación de los despachos judiciales
en la misma localidad de origen, traslados de los despachos judiciales a otra
localidad, creación de despachos judiciales como medidas transitorias de
descongestión, creación de cargos, traslado de cargos y medidas de descongestión
administrativas (Véase Anexo No. 3).

No es del caso evaluar el resultado de la aplicación del artículo 63, pero sí de


admitir que constituye un mecanismo importante y ágil para dinamizar los
despachos judiciales, en cuanto que, con evaluaciones permanentes del
comportamiento de magistrados y jueces se puede atender, aunque sea
tímidamente, el problema de congestión. Y como es obvio, el ejercicio de esas
facultades debe ser el resultado de un análisis cuidadoso, para evitar incurrir en
ligerezas en su aplicación.

2. Situaciones especiales
del pr oceso ejecutivo
proceso

Se debe insistir en la relevancia del proceso ejecutivo porque, como se expuso,


constituye el mayor número de los negocios que conoce la Jurisdicción Civil (69,8%
de la carga procesal civil) y que sin razón alguna se convierte en un punto neurálgico
de la administración de justicia y, en verdad, debe ser tratado de una manera
radical. En cuanto su dilación y la existencia de miles de expedientes en los
anaqueles de los despachos judiciales justifica que se propongan fórmulas de
solución, como la implantación del proceso simple en audiencia pública y otras
reformas esenciales.

El problema no consiste sólo en la demora de la actuación sino también en la práctica


de las medidas de secuestro y remate de bienes; en particular, la inactividad de los
procesos luego que el ejecutante fracasa en su intento de embargar y secuestrar
bienes del deudor. A partir de ese momento, cada expediente se convierte en una
innecesaria carga laboral para el respectivo despacho judicial.

74
Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil

Mientras que para el periodo 1992–1996 los procesos declarativos conformaban el


17% de los procesos civiles radicados, los ejecutivos correspondían al 70%; ya en el
periodo 1997–1999 a los juzgados civiles municipales y de circuito ingresaron 164.828
hipotecarios y 1´036.530 ejecutivos singulares, y a los promiscuos 106.623 de este
mismo tipo, entretanto los declarativos ordinarios y abreviados fueron en su orden
87.936 y 100.365, y para el año 2000 correspondían al 80% del total de juicios
civiles. Esta situación se corresponde con la crisis de la economía colombiana, que
durante el periodo 1986–1995 vio crecer su PIB a una tasa del 4,5% anual, para caer
luego, a partir de 1996, al 1,3%.

Ante la actual situación de congestión, el proceso ejecutivo debe modificarse


integralmente mediante la implantación de la oralidad y la simplificación del proceso,
en los términos que se desarrollarán más adelante; así como adoptar cambios en la
ejecución de las medidas de secuestro, para que se puedan realizar mediante comisión
por las notarías y por otras entidades que hoy solamente están autorizadas para el
remate de bienes y por jueces especiales de ejecución en las ciudades capitales que
tramitan el mayor volumen de procesos ejecutivos, como lo son Bogotá, Medellín,
Barranquilla, Cali y Bucaramanga.

Estas diligencias de secuestro no se estaban ejecutando conforme con las previsiones


que la legislación exige y generalmente los jueces comisionaban a los inspectores de
policía quienes o no las realizaban o las efectuaban en tiempos superiores a los
términos de ley. Así, lo excepcional adquirió el carácter de regla, y la posibilidad se
convirtió en imperativo procesal, tal y conforme lo señalaron la Corte Constitucional
en Sentencia T–347 de agosto 2 de 1995 y la Corte Suprema de Justicia, Sala Civil y
Agraria, en sentencia de tutela de febrero 19 de 1996.

Ya en el año 1996, en una investigación realizada por la Universidad Colegio Mayor


de Nuestra Señora del Rosario, para el entonces Ministerio de Justicia y del Derecho,
se constató que:

[…] casi siempre el juez del conocimiento comisiona para la diligencia de


secuestro a un funcionario de Policía, el cual nombra un secuestre de la
lista de su Despacho, pero no consigna su dirección ni demás datos
correspondientes a su perfil como tampoco aparece prueba de su capacidad.
En muy pocos negocios hay rendición de cuentas del Secuestre. Este no las
rinde espontáneamente, siendo uno de sus deberes, el Juez no las ordena,
ni las partes las piden*.

*
El estudio de campo de esta investigación comprendió siete ciudades: Bogotá, Medellín, Barranquilla, Cali,
Bucaramanga, Manizales y Pasto, y siete municipios de distintos departamentos.

75
En estudio efectuado por el Fondo de Vigilancia y Seguridad de la Secretaría de
Gobierno de la Alcaldía Mayor de Bogotá en junio de 2003, se advierte que:

[…] en el caso de Bogotá, D.C., si se hace una comparación entre los


despachos comisorios librados por los señores jueces a los inspectores de
policía de la ciudad, se encuentra que de 39.280 despachos comisorios
radicados, únicamente se realizaron un total de 20.102 diligencias, es decir
que sólo se realizaron un 51,5% de estas comisiones.

Gráfica No. 9.
Tiempo (Días) entre la expedición y la
ejecución de un despacho comisorio
Juzgado 4o Civil del Circuito de Bogotá

76
Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil

En la ciudad de Medellín ocurre algo similar; de los 220 despachos comisorios que
ingresan mensualmente, solo se pueden cumplir 120 y en consecuencia 100 quedan
en trámite o pendientes.

También se encontró, en desarrollo del trabajo de campo realizado para la elaboración


de esta investigación, que el tiempo de duración de un despacho comisorio excede lo
establecido por la ley y lo señalado por el juez del conocimiento; de manera aleatoria
se evaluaron los trámites de esta naturaleza surtidos en tres juzgados civiles del
circuito de Bogotá, D.C. y se concluyó que su duración promedio es de 186 días. En
las gráficas siguientes puede apreciarse esta situación.

En los 25 expedientes valorados, un despacho comisoro tarda


en promedio 184 días calendario entre la fecha de la expedición y su regreso.

77
Gráfica No. 10.
Tiempo (Días) entre la expedición y la
ejecución de un despacho comisorio
Juzgado 19o Civil del Circuito de Bogotá

78
Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil

En los 25 expedientes valorados, un despacho comisoro tarda


en promedio 186 días calendario entre la fecha de la expedición y su regreso.

79
Gráfica No. 11.
Tiempo (Días) entre la expedición y la
ejecución de un despacho comisorio
Juzgado 40o Civil del Circuito de Bogotá

80
Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil

En los 25 expedientes valorados, un despacho comisoro tarda


en promedio 186 días calendario entre la fecha de la expedición y su regreso.

81
A lo anterior se agrega que el control sobre las actuaciones de esta naturaleza debe
cumplirlo el juez, quien además hoy no lo puede realizar por las más diversas causas,
especialmente por cuanto las diligencias las surten funcionarios administrativos
comisionados con competencias específicas de otra naturaleza que se regulan por
un régimen propio para sus actuaciones, muchas veces en contradicción con la misma
ley procesal. En el estudio del Fondo de Vigilancia citado anteriormente se afirma
que el artículo 388 del Código de Procedimiento Civil es desconocido por el Acuerdo
29 de 1993 del Concejo de Bogotá en lo referente a la época en que deben pagarse
los honorarios de los auxiliares.

Las medidas de descongestión para la práctica de medidas cautelares adoptadas por


el Consejo Superior de la Judicatura en el año 2003, consistentes inicialmente en
transformar de manera transitoria en Bogotá y Cali juzgados penales municipales
para la realización de diligencias de embargo y secuestro, si bien han contribuido a

Gráfica No. 12.


Tiempo (Días) entre la sentencia y el remate
Juzgado 4o Civil del Circuito de Bogotá

82
Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil

solucionar esta problemática, han sido insuficientes, no sólo por el elevado número
de diligencias represadas con anterioridad, sino también por la transitoriedad y la
especialidad de los jueces a quienes se les asignaron estas competencias.

La otra actuación judicial íntimamente ligada al secuestro de bienes es el remate; su


problemática es bien conocida; diversos hechos y omisiones la afectan, siendo la
principal la paradoja que genera frente al derecho de propiedad: el dueño del bien
secuestrado no sólo ha perdido su facultad de disposición sino también su interés
sobre el destino final del mismo, circunstancia que desnaturaliza la razón de ser de
ese derecho real. A lo anterior debemos agregar que el tiempo transcurrido después
de la sentencia y el remate es injustificadamente largo, a tal punto que se prolonga
más que el mismo proceso. En el trabajo de campo aludido se estableció que el
tiempo promedio que transcurre entre la ejecutoria de la sentencia proferida en los
procesos ejecutivos y la diligencia de remate es de 633 días.

En los 25 expedientes valorados se encontró que entre la sentencia


y la realización del remate trascurren en promedio 633 días calendario.

83
Gráfica No. 13.
Tiempo (Días) entre la sentencia y el remate
Juzgado 19o Civil del Circuito de Bogotá

84
Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil

En los 25 expedientes valorados se encontró que entre la sentencia


y la realización del remate trascurren en promedio 723 días calendario.

85
Gráfica No. 14.
Tiempo (Días) entre la sentencia y el remate
Juzgado 40o Civil del Circuito de Bogotá

86
Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil

En los 25 expedientes valorados se encontró que entre la sentencia


y la realización del remate trascurren en promedio 544 días calendario.

87
También la garantía ha sido reducida ostensiblemente, esto es, los bienes
previamente secuestrados pierden su valor de uso, goce y de cambio, por diversas
causas; entre otras, las reseñadas en el informe final del Proyecto de diseño y
desarrollo de mecanismos administrativos y operativos de gestión de los procedimientos
de remate y medidas Cautelares: “[…] deficiente y/o fraudulenta administración de
los bienes secuestrados; deficientes condiciones de seguridad e integridad física;
fallas de asistencia técnica y transparencia de los avaluadores; complejidad de
los cálculos, liquidaciones y pago de las obligaciones económicas del proceso;
complejidad de la preparación del remate; publicidad y divulgación deficientes
del remate, desmotivación de los avaluadores por la remuneración recibida,
componendas de grupos de postores para el remate, falta de locales y condiciones
adecuadas para la sesión de remate y renuencia, demora o entrega defectuosa
del bien por parte del secuestre”.

Para contrarrestar estos efectos podría establecerse que las partes, de común
acuerdo y sin que el proceso se suspenda, puedan solicitar autorización al juez
para que por intermedio de las notarías, cámaras de comercio, martillos y otras
entidades especializadas se vendan los bienes embargados. El valor de venta no
podrá ser inferior al 80% del avalúo comercial, a menos que las partes del proceso
así lo convengan. El precio del bien será consignado a órdenes del juzgado y
entregado luego al demandante, según las reglas generales. Los gastos que ocasione
la venta serán a cargo de ambas partes, a menos de pacto en contrario.

Una medida de esta naturaleza es útil a las partes; tanto el demandante como el
ejecutado participarían más activamente en el proceso, el primero porque podría
obtener más pronto la satisfacción de su acreencia y el segundo por cuanto la
posibilidad de lograr un mejor precio se aumentaría: sería cercano al valor
comercial o del mercado y en todo caso mayor al del remate judicial. También
disminuirían los costos de conservación del bien y contribuiría a la descongestión
judicial por cuanto ya vendido el bien el proceso terminaría por pago y además
se disminuirían para el Estado los costos, debido a que no tendría lugar la venta
judicial por remate.

Para que en los procesos ejecutivos, así como en los demás procesos, los principios
de eficacia, economía y celeridad puedan cumplirse, el legislador también debe
exigir a las partes que cumplan con sus cargas procesales y sancionar sus
conductas omisivas o negligentes. Específicamente la inactividad de las partes
debe ser sancionada, como lo fue anteriormente, y restablecerse la figura de la
perención en toda clase de procesos, incluido el ejecutivo, que es el proceso en el
que las partes tienen a su cargo actuaciones que no son propias del juez ni del
secretario y que sólo pueden realizarse en virtud de petición expresa.

88
Capítulo III. Requerimientos y factores negativos de la administración de justicia civil

La perención procedería a petición de parte o de oficio. En los que se haya proferido


sentencia favorable al ejecutante, la inactividad de esta parte durante seis meses
generará la suspensión de la condena por el término de un año. Sólo transcurrido
este término podrá insistir ante el juez del conocimiento para la ejecución de la
sentencia y si nuevamente transcurren seis meses sin actividad alguna, el juez de
oficio o a petición de parte decretará la extinción del derecho. Igualmente se decretará
esta extinción si transcurridos dos años desde la ejecutoria del auto que decretó la
suspensión de la condena, no reanuda su actuación ante el mismo juez.

89
Capítulo IV

Pr opuesta de rreforma
Propuesta eforma
a los procesos civiles
procesos

1. La oralidad

2. Procesos simplificados o simples

3. Clases de procesos
En forma insistente se ha afirmado en este documento que la
congestión y el atraso son dos problemas que, a pesar de
estar en exceso diagnosticados, no se han superado porque
los remedios, coyunturales unos y de fondo otros, no han
servido, con todo, para superar la enfermedad grave de la
mora judicial y de la enorme carga laboral existente en los
despachos judiciales.

De ese modo, si se piensa en esa real situación se tiene que


concluir: se debe buscar aquellos correctivos que, si bien ya
se han señalado de tiempo atrás con simpatizantes y
detractores, puedan ponerse en práctica y ejecución para el
logro de resultados positivos y eficaces. Tales correctivos son
la oralidad y la simplificación de los procesos civiles –procesos
con audiencias– que se constituyen en el eje de la propuesta
de este trabajo.

1. La oralidad
No hay un sistema judicial que más se acerque a una concepción de Estado Social
de Derecho que la oralidad, en cuanto sirve para aproximar al juez con el usuario,
es decir, con la persona que busca solucionar sus conflictos debido a los intentos
fallidos de superación de ellos a través del diálogo o la concertación, o porque las
posiciones intransigentes que se adoptan le llevan a entender, finalmente, que es
al Estado al que le compete, por medio del operador judicial, dirimir el asunto con
el protagonismo de todos los actores: las partes, los apoderados, los auxiliares,
etcétera. Y con la presencia y dirección de un servidor capaz, ágil, preparado,
sensible y con espíritu de aplicar la ley y de administrar justicia; con más posibilidad
de conocer los hechos, de darle cabida a los principios de inmediación,
concentración, publicidad y contradicción, esenciales en el sistema oral. Como
sostiene Mauro Cappelletti:

Bajo este aspecto, proceso oral asume, por tanto, un doble significado: de
proceso más rápido, concentrado y eficiente, y de proceso más fiel a una

92
Capítulo IV. Propuesta de reforma a los procesos civiles

metodología concreta y empírico–administrativa en la búsqueda de los


hechos y en la valoración de las pruebas […] Lo que falta por decir es
solamente que, para la realización de este aspecto “social” de la oralidad
procesal, lo que se requiere es ciertamente una gran magistratura […]10.

Bien se dijo en la Exposición de motivo del Código Procesal Civil de Argentina:

[…] Cuando nos referimos al sistema de la oralidad, no queremos significar


únicamente con ello que la forma de comunicación es la palabra hablada;
el sistema comprende también la satisfacción de otros principios esenciales
en la moderna ciencia procesal civil, tales como la inmediación, la publicidad
y la concentración. Lo primero porque el juzgador puede entrar en contacto
mucho más cercano con los hechos, que en el sistema escrito, ya que ellos
se transmiten en modo más espontáneo y el relato no se vierte previamente
en el escrito antes de llegar del testigo, perito o absolvente, al juzgador.
Comprende la publicidad porque los actos se llevan a cabo en audiencia a
la que puede concurrir el público, ejercitando el control de los jueces, que
es propio de los sistemas democráticos de gobierno. No ocurre lo propio en
el sistema escrito, ya que el pueblo no tiene acceso a los expedientes para
enterarse de su contenido. Se satisface el principio de la concentración
porque es factible el cumplimiento de varios actos sucesivos en la audiencia,
dirigidos y controlados directamente por los jueces, lo que contrasta con la
dispersión de actos del sistema escrito […].

En realidad, el tema de la oralidad no ha sido ajeno a estudiosos de la problemática


judicial porque siempre que se tratan los asuntos que conciernen con la
administración de justicia se pone en la agenda de discusión o de reflexión el
sistema oral en todos los frentes procesales. En verdad, los planes sectoriales de la
justicia se han ocupado de proponer la implantación del sistema oral procesal, sin
que haya pasado de simple propuesta sin rasgos de ejecución o realización.

En el Plan Sectorial de Desarrollo de la Justicia 1995–1998 se dice:

[…] Reformas relativas a la función judicial del juez: La función judicial


entendida como la gestión del juez que dirime los conflictos de su
competencia y cuyo desarrollo depende de la actualización de los códigos
sustantivo y de procedimiento, así como de la vitalidad de la jurisprudencia
debe contar con sistemas alternativos extrajudiciales, pero legales, para su
solución incorporando la tecnología para garantizar el buen funcionamiento

10
Mauro Cappelletti, La oralidad y las pruebas en el Proceso Civil, Ediciones Jurídicas Europa–América, Buenos Aires,
pág. 79.

93
de los negocios. En tal sentido la opción judicial resulta ser la alternativa
formal, viable cuando se hayan agotado las instancias extrajudiciales. Por
esta razón, el ejemplo de agilidad del sector privado obliga al Poder Judicial
del Estado a transformar los mecanismos para garantizar los derechos y
libertades a su cargo.

[…] Dentro de las reformas la tendencia hacia el futuro debe ser reforzar la
oralidad en los procesos, entre otros principios que tengan como finalidad
la agilización del proceso judicial y propiciar una mayor participación de
la sociedad civil en la solución de sus conflictos, mediante el desarrollo de
mecanismos de conciliación y arbitramento. La Jurisdicción Civil requiere
la instrucción en sus procesos de modo que se fortalezca la gestión en
estos despachos y se dé una respuesta más ágil en los conflictos económicos
que se plantean actualmente […].

En el Plan Sectorial de Desarrollo de la Justicia 1999–2002 se vuelve a insistir en


este punto:

[…] En consecuencia, el proyecto constitucional de hacer efectivo el derecho


de acceso a la administración de justicia es el propósito del Plan Sectorial
de Desarrollo para la Rama Judicial 1999–2002, para lo cual se traza
como meta reducir los problemas de congestión, atraso e impunidad en los
despachos judiciales; fortaleciendo la oralidad, proponiendo nuevas
alternativas de solución de conflictos; proponiendo el respeto de los derechos
humanos; procurando el logro de la eficiencia procedimental, sustancial y
económica; desarrollando el talento humano de la Rama Judicial […]

Los principales obstáculos al acceso, que son la congestión, el atraso y la


impunidad, aunque han disminuido, persisten. Y persisten porque la
administración de justicia no está preparada para afrontar las nuevas
características de los conflictos de la sociedad colombiana, pues no cuenta
con mecanismos expeditos para brindar un servicio eficiente, oportuno,
capaz de generar credibilidad y confianza. Por ende, la Rama Judicial debe
liderar la formulación de propuestas de reformas al sistema judicial que
permitan superar estas deficiencias y desequilibrios […].

Y en el último Plan Sectorial de Desarrollo de la Justicia 2003–2006, se consigna:

En relación con la eficiencia y eficacia de la gestión judicial. Fortalecer los


modelos de gestión en los despachos judiciales y las dependencias
administrativas de la Rama Judicial, a través de la implementación de
modelos administrativos y judiciales que faciliten y optimicen la
organización y el trabajo.

94
Capítulo IV. Propuesta de reforma a los procesos civiles

Continuar los procesos de modernización de la infraestructura física, de


los sistemas de archivo, y de la infraestructura informática y telemática de
la administración de justicia.

Impulsar nuevos instrumentos procesales que agilicen la gestión judicial,


con mecanismos como la oralidad y el aprovechamiento de herramientas
informáticas y telemáticas.

Dar continuidad y mejorar las estrategias efectivas de descongestión de


los despachos judiciales.

No cabe, entonces, la menor duda: existe el deseo de encontrar soluciones ágiles y


sencillas a las controversias para que permitan operar en mejor forma a la justicia.
Pero se debe pasar de la etapa de las propuestas a la de la realidad, y en el mecanismo
de la oralidad está la respuesta a la solución reclamada, con el complemento de la
adopción de un proceso simplificado.

La oralidad permite asignar poderes a los jueces, quienes cuentan con más libertad
procesal para el ejercicio de su misión de administrar justicia, como en la
determinación y práctica de las pruebas, dándole valor a las reglas de la
experiencia. Concibiendo decisiones rápidas y sencillas, pero justas y ecuánimes
que consulten los fines sociales de la ley. Juega un papel trascendente la madurez
y convicción del juez.

Pero al mismo tiempo se tiene que imbuir de una nueva mentalidad a los funcionarios
judiciales y abogados, comenzando con los estudios de pregrado y postgrado, en
cuanto se debe preparar al futuro profesional en la línea de cambio que representa la
aplicación del sistema oral.

Con el proceso oral se busca que la dirección del proceso sea plena, y que el proceder
de aquel abogado que trata de enredar o dilatar el trámite sea detenido o repelido
con una intervención directa del servidor judicial.

Con la oralidad se busca y propone:

1. La actuación en audiencia, con la dirección y guía del juez y la


intervención de las partes, los abogados, los auxiliares de justicia,
según el caso, y con la posibilidad de hacerla pública y abierta a
todos, desapareciendo la oratoria forense, la discusión inútil,
generando la concreción en el empleo del tiempo en las audiencias
para que haya una participación seria y prudente de todos los
intervinientes, y siempre con la garantía del debido proceso. Se podría
pensar en dos estadios en la primera instancia, y máximo en tres:

95
• el primero para saber de las pretensiones, hechos, pruebas, etc.;

• el segundo (primera audiencia), una vez cumplido el trámite de


notificación y de trabarse la relación jurídico procesal, en la que se
intentará buscar una solución directa, disposición sobre pruebas y
todo aquello que suponga un incidente procesal; si no hay pruebas
por practicar, se fallará y se concederá o no el recurso de apelación;

• el tercero (segunda audiencia), procederá si hay pruebas por


practicar; evacuadas se alegará y el juez decidirá el asunto sometido
a su composición y sobre el recurso que se interponga.

Y en la segunda instancia una sola audiencia: de fallo.

2. Simplificar y concentrar el sistema de pruebas y definir los medios de


convicción idóneos. El régimen de contradicción debe inspirar la
confrontación concentrada en audiencia, sin permitir el abuso en la
práctica de las pruebas.

3. La inmediación entre el juez y los sujetos procesales. Aquél tendrá la


oportunidad de cotejar y conocer mejor los hechos y toda la actuación
dentro del proceso.

4. La sustanciación oral, que se presta a la ocupación de un menor número


de empleados, pero aprovechándolos para imprimirle el impulso vital y
necesario del proceso. También eliminando dilaciones innecesarias por
la directa y permanente intervención del juez.

5. El empleo mínimo del elemento escrito en cuanto sólo determinadas


actuaciones deben formalizarse de esa manera: las demandas, las
contestaciones, las excepciones, las actas que resulten del trámite, las
sentencias que se profieran. Así, prevalece la comunicación oral entre
los sujetos y actores del proceso.

6. El pronunciamiento de sentencias sencillas, en las que el análisis de las


pruebas, la percepción de los hechos y todo el material procesal recogido
puedan apreciarse de manera completa, de modo que la aplicación de
la ley sustancial prevalezca y la decisión sea justa, sin mayores adornos
conceptuales o doctrinarios; claro está, sin que esto constituya un factor
negativo en la evaluación del funcionario judicial, ya que se está creando
la falsa apreciación de que sólo providencias con muchas páginas
escritas son las que evidencian una mejor calidad y contenido, sin
advertir que en una providencia debe brillar el acierto en la decisión
por encima de la forma.

96
Capítulo IV. Propuesta de reforma a los procesos civiles

Entonces, con el establecimiento del sistema oral orientado con los anteriores criterios,
o cualesquier otros que persigan los mismos o similares fines, se ha de encontrar
una economía en los trámites de los procesos que necesariamente ha de redundar
en una mayor eficiencia, pues la posibilidad de tramitar, decidir y ejecutar los negocios
será más expedita y pronta.

Algo más, la misma Constitución Política se debe ocupar del proceso oral con la
consagración de una norma que imparta esa orden superior para ser atendida y
acogida por todos los ciudadanos.

Claro está que la oralidad deberá ir acompañada de un proceso moderno y simple,


porque de nada serviría implantarla con apego a reglas de trámite complejas y con
la prevalencia de la actuación escrita, como sucedió con el Código Procesal Laboral,
regulado en el Decreto Ley 2158 de 1948, que implantó este principio en audiencia,
en las actuaciones y diligencias judiciales, en la práctica de pruebas y en la
sustanciación (artículo 42, modificado por el artículo 21 de la Ley 712 de 2001), pero
que finalmente no ha cumplido con el propósito fundamental de agilizar los procesos,
ya que la actuación es más que todo escrita.

En Sentencia C–140 del 29 de marzo de 1995, la Corte Constitucional se refirió al


sistema oral en el proceso laboral en los siguientes términos:

Sin entrar en un análisis exhaustivo del proceso laboral –por escapar a los
propósitos de esta providencia–, debe señalarse que éste presenta unas
características que lo difieren de los demás procedimientos establecidos en
la legislación colombiana. Por ejemplo, se parte del supuesto de que las
partes intervinientes en el litigio no se encuentran en un plano de igualdad,
toda vez que se presenta una diferencia económica derivada de la relación
capital–trabajo. Ello significa que las reglas de cada juicio deben estar
encaminadas a garantizar a quienes no cuentan con la capacidad económica
suficiente, es decir a los trabajadores, la facilidad de gozar de las mismas
oportunidades de quien tiene los recursos suficientes para garantizar su
propia defensa.

Ante esta situación, el legislador quiso que el proceso laboral se guiara


por el principio de oralidad y publicidad (art. 42 C.P.L.), donde todas las
actuaciones y diligencias judiciales, incluyendo la práctica y sustanciación
de pruebas, deberán efectuarse en forma oral, salvo los casos expresamente
exceptuados por la ley. Asimismo, según el principio de inmediación, el
juez deberá practicar personalmente todas las pruebas, a menos que se
trate de una situación que físicamente resulta imposible de atender, evento
en el cual se deberá acudir a la figura de la comisión (art. 52 C.P.L.).

97
Significa lo anterior que el juez, al estar encargado de dirigir el litigio para
garantizar su rápido adelantamiento (art. 48 C.P.L.), está en permanente
contacto con el proceso y conoce a fondo los pormenores del mismo. Por
ello, en estos asuntos se presentó una verdadera innovación en materia
procesal, al permitir que el juez laboral forme “libremente su convencimiento,
inspirándose en los principios científicos de la prueba y atendiendo las
circunstancias relevantes del pleito y la conducta procesal observada por
las partes” (art. 61 C.P.L.). Se trata, pues, de una facultad que el legislador
otorgó al encargado de administrar justicia para que él funde su decisión
en el análisis personal o subjetivo de los elementos probatorios allegados
o practicados dentro del proceso, lo cual significa, necesariamente, que el
juez de instancia se encuentra en la plena libertad de asignar diversos
valores jurídicos a esas pruebas, según su apreciación, su convencimiento,
su criterio y su raciocinio jurídico. No sobra agregar que la legislación
procedimental civil adoptó un criterio similar, al introducir en el año de
1970 la apreciación de las pruebas de conformidad con las “reglas de la
sana crítica”. Sin embargo, la participación directa del juez, el contacto
permanente con el proceso y la evaluación personal de las pruebas por él
mismo practicadas, constituyen las bases esenciales del proceso laboral y,
por lo mismo, su gran diferencia con otros procedimientos contemplados
en el ordenamiento jurídico colombiano.

Y la oralidad, también, debe contar en los despachos judiciales con una estructura
que se acomode al sistema: medios tecnológicos para grabar, para confeccionar
actas, enviar comunicaciones, etc. Y como se debe tener conciencia de que la
implantación no puede llevarse a cabo en todos los juzgados, se debe elaborar
programas de aplicación, comenzando con ciertas ciudades de mayor población y
con posibilidades de contar con esos elementos, para luego establecerlo, sin excepción,
en todo el país.

Si se acoge el sistema oral se deberá buscar un cambio en el talento humano.


Comenzando, se ha de insistir, con las facultades de derecho, con los funcionarios y
empleados actuales, en cuanto ese mecanismo constituye una transformación en los
hábitos de estudiar, de aprender y de trabajar. Se requiere la formación de mentalidades
que se amolden a dar aplicación plena y efectiva a la oralidad. Un programa bien
diseñado de formación, tanto de estudiantes como de profesionales, se convertirá en
una herramienta positiva para sacar adelante lo que aquí se propone.

De esta manera se propugna por un sistema oral verdadero e integral, en donde la


palabra escrita se emplee o utilice lo menos posible en el proceso civil.

Existe otro aspecto que se debe mirar con particular detenimiento para la implantación
de este sistema: los recursos económicos necesarios para modernizar los despachos,
para promover en gran escala la concientización en la aplicación de ese nuevo

98
Capítulo IV. Propuesta de reforma a los procesos civiles

mecanismo, por cuanto el presupuesto de la Rama Judicial no tendría posibilidad de


mayores erogaciones, en las condiciones actuales, y así destinar las partidas
necesarias. De ahí que se demande una completa comprensión y decisión de las
otras ramas del poder público, de las organizaciones no gubernamentales, de las
entidades internacionales de crédito, para colaborar con los medios indispensables
con el fin de poner en marcha la oralidad en los procesos civiles.

2. Procesos simplificados o simples


Procesos
Como se expuso, la oralidad por sí sola no puede convertirse en el mecanismo de
agilización de la actividad jurisdiccional, pues requiere que se acompañe de una
estructura procesal simple, que deje a un lado preceptos innecesarios que, en vez de
facilitar la gestión judicial, se prestan a que se enreden los pleitos, se dilaten los
trámites, se recarguen los despachos, y que los funcionarios dediquen mayor tiempo
de atención, decisión y ejecución.

La tradición procesal escrita, apegada a demasiados ritos, es innegable. El formalismo


escrito se convierte en regla de oro. Y muchas veces el abogado se aprovecha de
esas reglas para que la controversia se adelante en un escenario que le favorezca,
bien como demandante ora como demandado.

Como en casi todos los países de influencia latina, en Colombia los procesos civiles
se adelantan con sujeción a códigos de enjuiciamiento con excesiva regulación y una
compleja gama de procesos. Además de reglas generales se incluyen preceptos para
disciplinar los trámites de los distintos procesos: ordinarios, especiales, ejecutivos,
sumarios, verbales, etcétera.

En los siguientes flujogramas se podrá observar las distintas etapas de los procesos
ordinario y ejecutivo, regulados actualmente por el Código de Procedimiento Civil.

99
Flujograma No. 1.
Proceso ordinario de mayor cuantía — C.P.C.

100
Capítulo IV. Propuesta de reforma a los procesos civiles

101
Flujograma No. 2.
Proceso ejecutivo — C.P.C.

102
Capítulo IV. Propuesta de reforma a los procesos civiles

103
Sin remontarse muy atrás, se puede afirmar que el Código Judicial de 1931 –Ley
105– se estructuró sobre el criterio formal de prevalencia de lo escrito. Sin
embargo, reservó un espacio importante para la oralidad, con la implantación
restringida del procedimiento verbal (artículos 1208 a 1213) y sujeto a las
siguientes reglas particulares:

1. Para asuntos que se ventilaran en las cabeceras de distritos judiciales (factor


territorial), susceptibles de transigirse (factor objetivo) y entre personas capaces
de transigir (factor subjetivo);

2. Sólo podía tramitarse por ese procedimiento si se solicitaba después de notificada


la demanda;

3. En audiencia pública, para lo cual se señalaba previamente fecha y hora, se


adelantaba la actuación con duración de tres horas y otras tantas horas si se
prolongaba: se exhibían las pruebas escritas, se llevaban los testigos y peritos,
se hacían los interrogatorios y se formulaban las alegaciones;

4. El fallo podía ser dictado en derecho o, a petición de las partes, en conciencia,


y tenía recurso de apelación la sentencia en derecho y en efecto suspensivo;

5. No procedía recurso de casación.

Los legisladores de 1931, sin lugar a dudas, quisieron mantener el procedimiento


escrito, a manera de conservar la tradición en esa materia. Pero el proceso verbal,
con cierto corte oral, tuvo una interesante consagración aunque fuera, como se expuso,
de índole restrictiva, y con un resultado que no fue el mejor por esa misma razón.

Con la reforma al Código de Procedimiento Civil de 1931 –Decreto 1400 y Decreto


2019 de 1970–, las perspectivas de una generalización del principio de la oralidad se
perdieron al volverse con más énfasis al proceso escrito. Es cierto que no se abandonó
del todo el proceso verbal, sólo que fue combinado demasiado con el principio de la
escritura. Se disciplinó, y sigue vigente, el proceso verbal de mayor y menor cuantía
y el sumario con influencia de la forma escrita. Hasta se podría aprovechar la disciplina
del proceso verbal para simplificarlo, con énfasis en las audiencias y generalizar su
aplicación a casi todos los procesos.

Con apoyo en el antecedente normativo de la Ley 105 de 1931, se debe insistir que en
el proceso civil se establezca, no como excepción o con restricción, el principio de la
oralidad con un trámite simplificado. En otras palabras, que no se limite ni al factor
territorial, ni al objetivo ni al subjetivo atrás mencionados, sino que se imponga
como regla general de procedimiento, dejando la prevalencia de lo escrito en aquellos
negocios que por mandato de la ley proceda el recurso extraordinario de casación,
mientras esté vigente la causal por violación indirecta de las normas sustanciales

104
Capítulo IV. Propuesta de reforma a los procesos civiles

porque, como se sabe, ésta se alega como consecuencia de errores de hecho o de


derecho en la apreciación de las pruebas que no podrían ser enjuiciadas si media la
circunstancia de la actuación relacionada en acta de audiencia.

3. Clases de procesos
procesos
Por la índole de los asuntos, pero sin incurrir en exceso de reglamentación, se podrían
disciplinar, en lo posible, dos grandes procesos simplificados, con prevalencia de la
oralidad y por audiencia pública. Un primer proceso que regule los ordinarios,
especiales, verbales, de liquidación, de jurisdicción voluntaria, del actual Código de
Procedimiento Civil; y un segundo proceso que reglamente el ejecutivo.

Y sobre el trámite se darían estas posibilidades: no prescindir del elemento escrito


en aquella actuación en que se considere lo requiera, como por ejemplo:
demandas, contestaciones, excepciones, para dejar que las actuaciones en
audiencia se adelanten después de agotado el rito inicial de traba de la relación
jurídico procesal o litis contestación, y dejar en audiencia la conciliación y/o los
acuerdos de pago, la fijación de las pretensiones, el decreto y práctica de pruebas,
salvo las que se deban realizar por fuera del despacho, por ejemplo: la pericial,
la inspección judicial, los alegatos, la sentencia y la interposición del recurso de
apelación, si fuere procedente.

O regular que todo se haga en audiencia, donde las pretensiones, hechos, pruebas,
contestaciones, se fijen en audiencia de modo que la intervención del juez sea
determinante desde los primeros actos procesales para la fijación de la controversia,
de las posibilidades de conciliación.

Claro está, aquellos procesos cuyas sentencias de segunda instancia proferidas


por los tribunales que sean objeto de recurso extraordinario de casación, en los
términos del artículo 366 del Código de Procedimiento Civil, modificado por el
Decreto 2282 de 1989 y por la Ley 592 de 2000, se adelantarán de conformidad
con los trámites previstos en el Código de Procedimiento Civil, o con las reglas que
se introduzcan en el nuevo ordenamiento en procura, también, de imprimirle agilidad
a la actuación procesal.

105
Se tiene que reconocer que en las actuales circunstancias, la implantación del principio
de la oralidad en proceso simplificado es más ventajosa. Es la misma Rama Judicial
la que maneja y administra todos los recursos económicos y humanos y, por tanto,
puede apoyar con más voluntad e interés un proyecto en ese sentido. Y existe una
generalizada voluntad de los servidores judiciales para abordar la gestión procesal
en esa dirección.

También se debe advertir que no será ni fácil ni inmediata la aplicación de la


oralidad con trámite simple en los términos que aquí se proclaman. Se ha de
adelantar una labor seria de preparación y capacitación de los operadores judiciales
y una inversión en la adquisición de elementos básicos para una adecuada dotación
de los despachos judiciales.

El gran esfuerzo será legislativo, en cuanto la implementación del sistema oral


requiere una reforma del Código de Procedimiento Civil, particularmente en la
materia de los procesos civiles, pues lo que concierne con sujetos del proceso
(órganos judiciales y auxiliares; jurisdicción y competencia; deberes, poderes,
responsabilidades de los jueces; partes, representantes y apoderados) y actos
procesales (objeto del proceso; demanda y contestación, reglas generales del
procedimiento; expedientes; incidentes; conflictos de competencias, impedimentos
y recusaciones, acumulación de procesos, amparo de pobreza, interrupción y
suspensión del proceso), no demandarían grandes cambios sino ajustes para
hacerlos compatibles con el nuevo modelo procesal que se propone.

En este orden de ideas, puede verse en los siguientes esquemas que estos procesos
orales o por audiencias, ya sea el proceso oral común o el oral ejecutivo, se surtirán
en dos grandes etapas o fases; la primera, escrita, comprende la demanda, su
contestación y los diversos medios de defensa que tendría el demandado, o la
proposición de excepciones, así como las notificaciones, traslados y citaciones
necesarias. Luego seguirá la etapa oral en la que el juez, en desarrollo de los principios
de inmediación, concentración y publicidad resolverá de manera directa y rápida las
cuestiones principales y accesorias que se suscitan en estos procesos (Véase
flujogramas 3 y 4 en las páginas 108 a 110).

En la primera audiencia el juez, quien previamente ha examinado y valorado los


escritos y peticiones de las partes, propondrá formas de conciliación y además formas
de pago si el proceso fuere de ejecución; si las partes concilian o se avienen con las
formas propuestas, el proceso terminará; en caso contrario, resolverá las cuestiones
y/o peticiones previas.

Si la prueba es documental o no hay pruebas para practicar, debido a que ya todas


están incorporadas, dará traslado a las partes para alegar de conclusión y luego
fallará el proceso. Si hay lugar a la práctica de pruebas las decretará, así como las

106
Capítulo IV. Propuesta de reforma a los procesos civiles

que de oficio considere y señalará fecha para la nueva audiencia y en ésta se


practicarán. Luego dará traslado para alegar y fallará el proceso. El recurso de
apelación contra la sentencia, si fuere procedente, será interpuesto en audiencia y
se sustentará por escrito ante el mismo juez. El trámite de la segunda instancia será
el que se indica más adelante.

Se establecerá como regla general la prohibición de suspender las audiencias por


más de una vez y, salvo el fallo en los procesos de mayor y menor cuantía, las
decisiones interlocutorias solo tendrán recurso de reposición. De lo actuado se
levantará acta que contendrá los hechos relevantes del proceso, tales como nombre
de las partes y de los comparecientes, relación de los documentos presentados en
las audiencias, recursos interpuestos y de las decisiones tomadas por el juez en su
parte resolutiva. Si las partes o el juez desean dejar constancias las agregarán en
documento separado. Se podrá utilizar sistemas técnicos de grabación de video y
de voz, que se guardarán en duplicado. Si se interpone recurso de apelación y se
concede, una copia se remitirá junto con el expediente que se ha formado en la
secretaría del juzgado.

La segunda instancia, como se puede observar en el flujograma 5 (pág. 111), también


se surtirá por audiencias; recibido el expediente el funcionario competente rechazará
o admitirá el recurso; en este mismo auto, si es admitido, fijará fecha para la
audiencia de fallo o para la práctica de pruebas que decreta de manera oficiosa. Si
no hay pruebas por practicar o estas ya han sido evacuadas se proferirá la sentencia.
La audiencia podrá suspenderse únicamente para la práctica de las pruebas que
se decreten en esta instancia.

En lo relacionado con el secuestro, avaluó y remate de bienes se propone que esté a


cargo de los jueces especiales de ejecución, quienes además podrán comisionar
para estos mismos efectos a las notarías, cámaras de comercio, martillos y otras
entidades especializadas y debidamente autorizadas. El comisionado que efectúe el
secuestro de bienes realizará el avalúo y, si fuere el caso, el remate del mismo.

Finalmente, para facilitar la labor del juez, la estructura de planta actual de los
despachos judiciales de las ciudades cabecera de distrito, que es la que aparece
en el flujograma 6 (pág. 112), podrá modificarse para tener, por ejemplo, un
asesor jurídico, tal y como se muestra en el flujograma 7 (pág 113). La secretaría
y todos los trámites administrativos y de impulso del proceso estarán bajo la
responsabilidad del secretario.

107
Flujograma No. 3.
Proceso oral común
Propuesta

108
Capítulo IV. Propuesta de reforma a los procesos civiles

109
Flujograma No. 4.
Proceso oral ejecutivo
Propuesta

110
Capítulo IV. Propuesta de reforma a los procesos civiles

Flujograma No. 5.
Apelación segunda instancia
Propuesta

111
Flujograma No. 6.
Estructura actual de planta de los juzgados civiles
Circuitos y municipales de Bogotá

112
Capítulo IV. Propuesta de reforma a los procesos civiles

Flujograma No. 7.
Planta de juzgados civiles
Propuesta

113
Capítulo V

Conclusiones y rrecomendaciones
ecomendaciones
Ante la realidad judicial del atraso, de la congestión y de la enorme carga laboral de
los despachos judiciales, como ha quedado consignado en este documento, se requiere
buscar en el menor tiempo posible, soluciones que permitan agilizar la actuación de
los operadores de justicia.

1. A pesar de que tiempo atrás se ha planteado la posibilidad de establecer y


organizar el sistema oral, y se han dado pasos por vía de los procesos verbales
para flexibilizar los trámites, se concluye, en este trabajo, que en estos
precisos momentos se hace indispensable implantar ese sistema dentro de
una estructura procesal simplificada. Claro está que el elemento escrito sería
tenido en cuenta en la parte inicial del proceso, como se registra en los
flujogramas 3 y 4 (págs. 108 a 110).

2. Se propone la oralidad y la simplificación de los procesos civiles; en estos últimos


debe recalcarse que no se trata de la “informalidad” sino de la simplificación,
pues la excesiva reglamentación llevó del formalismo al “formularismo”. El
proceso debe seguir siendo formal, acorde con “las formas propias de cada
juicio”. El desarrollo y práctica de la acción de tutela nos han enseñado cómo
“sí se puede” adelantar un proceso de manera sencilla y rápida, preservando el
debido proceso.

3. Acoger el principio de la oralidad en audiencia pública, con proceso simplificado,


exige el compromiso serio y puntual de inversión en la infraestructura de los
despachos judiciales, acordes con los requerimientos tecnológicos del caso,
además, de la capacitación y preparación de los funcionarios judiciales, de
mentalizar a los abogados y hasta al usuario del sistema judicial de la
trascendencia del cambio de estilo y de comportamiento, de manera que se
acoplen a esa nueva estrategia de solución de controversia. Hasta llegar a las
facultades de derecho y a los colegios de abogados en aras de crear un ambiente
propicio a esa nueva estructura procesal judicial.

4. Sin lugar a dudas, el Consejo Superior de la Judicatura deberá cumplir una


importante labor en la implantación de la oralidad, pues siendo el organismo
rector de la administración de justicia es el llamado a manejar todo el proceso
de instalación y funcionamiento de los despachos judiciales, la creación y
distribución de los juzgados y reorganización de los funcionarios y empleados,
y disponer recursos especiales del presupuesto.

5. Ya concedidas las facultades a los notarios, cámaras de comercio y martillos


debidamente autorizados, para que por vía de comisión practiquen remates de
bienes dentro de los procesos ejecutivos, a petición de quien tenga derecho a
solicitarlos, se debe adelantar una tarea de divulgación de esta modalidad de
actuación por comisión, dadas las ventajas que puede traer y porque, de contera,
ayuda a disminuir una gestión judicial de importancia y de requerimiento de tiempo.

116
Capítulo V. Conclusiones y recomendaciones

6. Aun cuando se propone la implantación de la oralidad en audiencia pública con


proceso simplificado para todos los despachos judiciales, si los requerimientos
económicos y logísticos no permitiesen su aplicación generalizada, se podría
comenzar con los juzgados de cabecera de los distritos judiciales, para luego
extenderla en forma progresiva a todos los juzgados del país. Lo ideal, a juicio
de los investigadores, es aplicar la oralidad en audiencia pública en todos los
juzgados de manera pronta.

7. En los lugares donde existan varios juzgados del circuito y municipales, y con el
fin de no afectar el presupuesto siempre insuficiente de la Rama Judicial, se
redistribuirían los despachos de suerte que unos conozcan de los nuevos asuntos
que se adelanten con el procedimiento y forma que aquí se propone y otros
continúen con el trámite de los antiguos procesos. Una vez que estos últimos
juzgados acaben con la pesada carga laboral y superen tanto la congestión
como el atraso, empezarían a conocer de los procesos que se les repartan de
ahí en adelante con sujeción al nuevo sistema.

8. El sistema oral impone la redistribución de funciones de los despachos judiciales


en lo que atañe con los empleados, particularmente en los de cabecera de distrito,
para crear un asesor, con calidad y con requisitos de juez, que sea un estrecho
colaborador del titular del despacho; y se suprimiría un sustanciador y el asistente
judicial. Ese asesor estaría presente en las audiencias públicas para acompañar
y apoyar al juez del conocimiento.

9. Se organizarían dos procesos orales: el común y el ejecutivo. Se dejaría el proceso


ordinario, con sujeción a las normas actuales del Código de la materia, para
aquellos negocios que puedan tener recurso extraordinario de casación o que las
partes de común acuerdo soliciten que se tramiten bajo esa cuerda. Por el proceso
oral común se adelantarían todos los asuntos que actualmente se tramitan como
ordinarios, salvo en los casos precedentes, los abreviados, verbales sumarios,
voluntarios. Con todo, las partes podrán escoger que el proceso ordinario sea
cual fuere su naturaleza, cuantía, etc, se adelante por el proceso oral común.

10. Los procesos oral, común y ejecutivo, se someterían a un trámite especial,


siguiendo los principios que más adelante se señalan y que se consideran
esenciales para el eficaz funcionamiento del nuevo sistema.

11. Además de los juzgados que han de conocer de los procesos orales, que parten
de cero congestión y atraso, se crearían juzgados que conocerían, precisamente,
de todos los asuntos relacionados con la ejecución de las sentencias y de las
medidas cautelares.

12. Para la práctica de las medidas de secuestro, avalúo y remate de bienes se


establecería por ley que también se podría comisionar, además de las notarías,

117
a las cámaras de comercio, martillos y a otras entidades especializadas y
debidamente autorizadas. El comisionado que efectúe el secuestro de bienes
debe realizar el avalúo y si fuere el caso el remate del mismo.

Finalmente y en cuanto se relaciona con el proceso ejecutivo, las partes podrían


solicitar autorización al juez para que por intermedio de las instituciones
anteriores se vendan los bienes embargados por un valor no inferior al 80% del
avalúo comercial, a menos de acuerdo en contrario.

13. La ley que se expida en aplicación de la oralidad con procedimiento simplificado,


debería contener los principios rectores y los trámites básicos siguientes:

• Obligatoriedad. Los procedimientos dispuestos en esta ley son obligatorios


para los procesos que se inicien a partir de su vigencia y para los ya iniciados
en los que no haya habido audiencia de conciliación o se hayan decretado
pruebas. Su texto y contenido no derogan en lo pertinente los principios y
normas de carácter general ni lo previsto en el Código de procedimiento
vigente para el proceso ordinario, ni para los demás que deban seguirse
tramitando por las normas anteriores.

• Principios. Los procedimientos previstos en esta ley, se sujetarán a los


principios de buena fe, celeridad, lealtad, oralidad, eficacia, economía,
prevalencía del derecho sustancial, confiabilidad en el juez y sujetos
procesales, inmediación, concentración, contradicción y publicidad.

• Simplicidad. No se podrán exigir formalidades distintas a las previstas en


la ley, tales como autenticaciones de firmas o reconocimiento de documentos
y prevalecerá la simplicidad en la presentación y resolución de las demandas
y solicitudes así como en cualquier actuación de los sujetos procesales o
del juzgador. Únicamente la demanda y los poderes que se confieran
requieren presentación personal por parte de sus signatarios.

• Debido proceso y brevedad. Las decisiones judiciales deben sujetarse al


debido proceso, ser breves y tendrán como finalidad la resolución del
conflicto jurídico puesto a su consideración.

• Prevalencia. No se exigirá ningún requisito de procedibilidad distinto de


la conciliación prejudicial, pues el trámite previsto para el proceso oral
será prevalente.

• Jurisdicción y competencia. La jurisdicción y la competencia para conocer


de los procesos orales serán las mismas previstas en el código vigente.

118
Capítulo V. Conclusiones y recomendaciones

• Intervención del Ministerio Público. El Ministerio Público, cuando lo estime


necesario, podrá intervenir en los procesos orales para solicitar de la Sala
de Casación Civil y Agraria de la Corte Suprema de Justicia el examen de
cualquier sentencia ejecutoriada proferida por los tribunales de distrito
judicial, cuando en su concepto razonado viole directamente una ley
sustancial; este examen únicamente tendrá por objeto crear, modificar o
unificar la jurisprudencia y su decisión no alterará lo resuelto en la respectiva
sentencia. Para estos efectos el Ministerio Público podrá solicitar el examen
de hasta 70 procesos por año.

• Salas duales. Los tribunales de distrito judicial conocerán de la apelación


en salas duales. Los autos de trámite serán dictados por el ponente y la
sentencia se adoptará por éste y quien le haga sala. En caso de empate se
llamará al magistrado que siga en turno y la decisión se adoptará por
mayoría.

• Sustanciación de autos. En los juzgados, los autos de sustanciación que


no se profieran en audiencia, serán dictados por el sustanciador; si contra
estos se interpusiere recurso de reposición lo decidirá el juez del
conocimiento. Para estos efectos los sustanciadores tendrán y ejercerán
funciones judiciales.

• Obligatoriedad de los términos. Los términos que se señalen para el proceso


oral son de obligatorio cumplimiento. Los funcionarios judiciales que los
incumplan incurrirán en causal de mala conducta.

• Improcedencia manifiesta. El juez podrá rechazar la demanda cuando


sea manifiesta la carencia de fundamento legal de la misma. Esta decisión
es susceptible de reposición y de apelación en efecto suspensivo y se
notificará a la parte contraria. Su rechazo hará tránsito a cosa juzgada.

• Oportunidad para fallar. La sentencia de primera o única instancia deberá


dictarse a más tardar dentro del año siguiente a la ejecutoria del auto que
cita audiencia. No habrá lugar a la fijación de términos probatorios.

• Trámites procedimiento oral. El proceso oral común y el oral ejecutivo, se


surtirán en dos grandes etapas o fases, una escrita y la otra oral. La primera,
escrita y con sujeción a lo dispuesto en el Código de Procedimiento Civil
vigente, comprende desde la demanda, su contestación y los diversos medios
de defensa que tendría el demandado, así como las notificaciones y traslados
necesarios, hasta el auto de citación a audiencia.

119
En la primera audiencia el juez propondrá formas de conciliación o de
pago, resolverá todas las peticiones previas y fijará las pretensiones; si no
hay pruebas para practicar dará traslado a las partes para alegar y proferirá
la sentencia. Si hay pruebas por practicar, citará a una segunda audiencia
que se efectuará dentro de los treinta días siguientes y en la misma practicará
las pruebas, correrá traslado para alegar y se pronunciará la sentencia.

El recurso de apelación, si fuere procedente, debe interponerse


inmediatamente se dicte el fallo y el juez decidirá en la misma audiencia
sobre su admisión. Se sustentará dentro de los diez días hábiles siguientes
en forma escrita ante el mismo juez, quien en un término de tres días
remitirá el expediente al competente. Si no se sustenta en la forma señalada
el juez de conocimiento lo declarará desierto.

Contra las decisiones de inadmisión y de declaratoria de desierto procederá


el recurso de queja previsto en el Código de Procedimiento Civil. No habrá
lugar a la apelación adhesiva.

En la segunda instancia se rechazará el recurso de apelación si fuere


improcedente y en caso contrario señalará fecha para la audiencia de fallo
o para la práctica de pruebas que de manera oficiosa se decreten. Esta
audiencia se llevará a cabo dentro de los cuarenta días siguientes y en ella
se dictará sentencia, si no existieran pruebas por practicar. Podrá citarse
para una nueva audiencia si deben practicarse pruebas de oficio y en todo
caso en ésta se emitirá el fallo respectivo.

Se establecerá como regla general la prohibición de suspender las audiencias


por más de una vez y, salvo el fallo en los procesos de menor y mayor
cuantía, las decisiones interlocutorias sólo tendrán recurso de reposición.
No habrá lugar a la apelación adhesiva.

14. Perención. En todos los procesos la perención procederá a petición de parte o


de oficio y acarreará la terminación del proceso o de la actuación judicial si
antes de sentencia el expediente permanece sin actividad alguna durante seis
meses. La parte interesada podrá iniciar nuevo proceso transcurridos dos años
y si la perención se decreta nuevamente, el derecho se extinguirá.

En los procesos ejecutivos en los que se haya proferido sentencia favorable al


ejecutante, la inactividad de esta parte durante seis meses generará la suspensión
de la condena por el término de un año. Sólo transcurrido este término podrá
insistir ante el juez del conocimiento para la ejecución de la sentencia y si
nuevamente transcurren seis meses sin actividad alguna, el juez de oficio o a

120
Capítulo V. Conclusiones y recomendaciones

petición de parte decretará la extinción del derecho. Igualmente se decretará


esta extinción si transcurridos dos años desde la ejecutoria del auto que decretó
la suspensión de la condena, no reanuda su actuación ante el mismo juez.

15. Finalmente, se debe avanzar en el proceso de desjudicialización, o sea la


asignación de competencias judiciales a autoridades administrativas o notariales,
para lograr que conozcan asuntos jurisdiccionales de índole privado.
Particularmente asignarles competencia para conocer de aquellos procesos que
no comprometen controversias pero que sí demandan tiempo y actividad de los
funcionarios judiciales.

121
Anexos
Anex
Ane
Anexxo No. 1.

La Jurisdicción Civil

Funciones y competencia

125
Anexo No. 1 La Jurisdicción Civil. Funciones y competencia

Fundamento constitucional
ARTÍCULO 234. La Corte Suprema de Justicia es el máximo tribunal de la
Jurisdicción Ordinaria y se compondrá del número impar de magistrados que
determine la ley. Esta dividirá la Corte en salas, señalará a cada una de ellas los
asuntos que deba conocer separadamente y determinará aquellos en que deba
intervenir la Corte en pleno.

ARTÍCULO 235. Son atribuciones de la Corte Suprema de Justicia:

1. Actuar como tribunal de casación.

2. Juzgar al Presidente de la República o a quien haga sus veces y a los altos


funcionarios de que trata el artículo 174, por cualquier hecho punible que se les
impute, conforme al artículo 175 numerales 2 y 3.

3. Investigar y juzgar a los miembros del Congreso.

4. Juzgar, previa acusación del Fiscal General de la Nación, a los ministros del
Despacho, al Procurador General, al Defensor del Pueblo, a los agentes del
Ministerio Público ante la Corte, ante el Consejo de Estado y ante los tribunales;
a los directores de los departamentos administrativos, al Contralor General de
la República, a los embajadores y jefes de misión diplomática o consular, a los
gobernadores, a los magistrados de tribunales y a los generales y almirantes de
la fuerza pública, por los hechos punibles que se les imputen.

5. Conocer de todos los negocios contenciosos de los agentes diplomáticos


acreditados ante el Gobierno de la Nación, en los casos previstos por el derecho
internacional.

6. Darse su propio reglamento.

7. Las demás atribuciones que señale la ley.

PARÁGRAFO. Cuando los funcionarios antes enumerados hubieren cesado en el


ejercicio de su cargo, el fuero sólo se mantendrá para las conductas punibles que
tengan relación con las funciones desempeñadas.

127
Fundamento legal

Ley 270 de 1996


Estatutaria de la Administración de Justicia

TÍTULO TERCERO
De las corporaciones y despachos judiciales

CAPÍTULO I
De los órganos de la Jurisdicción Ordinaria

De la Corte Suprema de Justicia


Suprema

ARTÍCULO 15. INTEGRACIÓN. La Corte Suprema de Justicia es el máximo tribunal


de la Jurisdicción Ordinaria y está integrada por veintitrés (23) magistrados, elegidos
por la misma Corporación para periodos individuales de ocho años, de listas
superiores a cinco (5) candidatos que reúnan los requisitos constitucionales, por
cada vacante que se presente, enviadas por la Sala Administrativa del Consejo
Superior de la Judicatura.

El presidente elegido por la Corporación la representará y tendrá las funciones que


le señale la ley y el reglamento.

PARÁGRAFO. El periodo individual de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia,


elegidos con anterioridad al 7 de julio de 1991, comenzará a contarse a partir de esta
última fecha.

ARTÍCULO 16. SALAS. La Corte Suprema de Justicia cumplirá sus funciones por
medio de cinco salas, integradas así:

La Sala Plena, por todos los magistrados de la Corporación;

La Sala de Gobierno, integrada por el presidente, el vicepresidente y los


presidentes de cada una de las salas especializadas;

La Sala de Casación Civil y Agraria, integrada por siete magistrados,

La Sala de Casación Laboral, integrada por siete magistrados y la Sala de Casación


Penal, integrada por nueve magistrados.

128
Anexo No. 1 La Jurisdicción Civil. Funciones y competencia

Las Salas de Casación Civil y Agraria, Laboral y Penal, actuarán según su especialidad
como tribunal de casación. También conocerán de los conflictos de competencia que, en
el ámbito de sus especialidades, se susciten entre las salas de un mismo tribunal, o entre
tribunales, o entre estos y juzgados de otro distrito, o entre juzgados de diferentes distritos.

ARTÍCULO 17. DE LA SALA PLENA. La Sala Plena cumplirá las siguientes funciones:

1. Modificado. Ley 585 de 2000, art. 2°. Elegir a los magistrados de los tribunales
superiores de distrito judicial de conformidad con las normas sobre carrera
judicial. Así mismo elegir secretario general y designar a los demás empleados
de la Corporación, con excepción de los de las salas y despachos, los cuales
serán designados por cada una de aquéllas o por los respectivos magistrados.

2. Resolver los asuntos administrativos y jurisdiccionales que correspondan a la


Corporación.

3. Resolver los conflictos de competencia en la Jurisdicción Ordinaria, que no


correspondan a alguna de sus salas o a otra autoridad judicial.

4. Darse su propio reglamento.

5. Hacer, previo el estudio en cada Sala de Casación, la evaluación del factor


cualitativo de la calificación de servicios de los magistrados de los tribunales
superiores del distrito judicial, que servirá de base para la calificación integral.

6. Inexequible: Corte Constitucional, Sentencia del 5 de febrero de 1996.

7. Las demás que le prescriban la Constitución, la ley o el reglamento.

PARÁGRAFO TRANSITORIO. Mientras subsista el Tribunal Nacional en su condición


de tribunal de instancia de los jueces regionales, corresponde a la Sala Plena de la
Corte Suprema Justicia, elegir a sus magistrados.

ARTÍCULO 18. CONFLICTOS DE COMPETENCIA. Los conflictos de competencia


que se susciten entre autoridades de la Jurisdicción Ordinaria que tengan distinta
especialidad jurisdiccional y que pertenezcan a distintos distritos, serán resueltos
por la Corte Suprema de Justicia en la respectiva Sala de Casación que de acuerdo
con la ley tenga el carácter de superior funcional de las autoridades en conflicto, y
en cualquier otro evento por la Sala Plena de la Corporación.

Los conflictos de la misma naturaleza que se presenten entre autoridades de igual o


diferente categoría y pertenecientes al mismo distrito, serán resueltos por el mismo
Tribunal Superior por conducto de las salas mixtas integradas del modo que señale
el reglamento interno de la Corporación.

129
De los tribunales superiores del distrito judicial
superiores

ARTÍCULO 19. JURISDICCIÓN. Los tribunales superiores son creados por la Sala
Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura para el cumplimiento de las
funciones que determine la ley procesal en cada distrito judicial. Tienen el número
de magistrados que determine la Sala Administrativa del Consejo Superior de la
Judicatura que, en todo caso, no será menor de tres.

Los tribunales superiores ejercerán sus funciones por conducto de la Sala Plena,
integrada por la totalidad de los magistrados, por la Sala de Gobierno, por las salas
especializadas y por las demás salas de decisión plurales e impares, de acuerdo con
la ley.

PARÁGRAFO TRANSITORIO 1º. Mientras se integran las salas de decisión impares


en aquellos lugares donde existen salas duales, éstas seguirán cumpliendo las
funciones que vienen desarrollando.

PARÁGRAFO TRANSITORIO 2º. Los tribunales superiores de distrito judicial creados


con anterioridad a la presente Ley, continuarán cumpliendo las funciones previstas
en el ordenamiento jurídico.

ARTÍCULO 20. DE LA SALA PLENA. Corresponde a la Sala Plena de los tribunales


superiores de distrito judicial, ejercer las siguientes funciones administrativas:

1. Modificado. Ley 585 de 2000, art. 3. Elegir los jueces del respectivo distrito
judicial, de listas elaboradas por la Sala Administrativa del respectivo Consejo
Seccional de la Judicatura, en la calidad que corresponda, según el régimen de
la carrera judicial.

2. Elegir al presidente y al vicepresidente de la Corporación, y a los empleados que


le corresponda conforme a la ley o al reglamento.

3. Declarado inexequible: Corte Constitucional, Sentencia febrero 5 de 1996.

4. Modificado: Ley 585 de 2000, art. 3. Hacer la evaluación del factor cualitativo de
la calificación de servicios de los jueces del respectivo distrito judicial, que servirá
de base para la calificación integral; y

5. Las demás que le atribuya la ley o el reglamento que expida la Sala Administrativa
del Consejo Superior de la Judicatura.

130
Anexo No. 1 La Jurisdicción Civil. Funciones y competencia

De los juzgados

ARTÍCULO 21. INTEGRACIÓN. La célula básica de la organización judicial es el


juzgado, cualquiera que sea su categoría y especialidad y se integrará por el juez
titular, el secretario, los asistentes que la especialidad demande y por el personal
auxiliar calificado que determine el Consejo Superior de la Judicatura.

ARTÍCULO 22. REGIMEN. Los juzgados civiles, penales, agrarios, de familia, laborales
y de ejecución de penas que de conformidad con las necesidades de la administración
de justicia determine la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura
para el cumplimiento de las funciones que prevea la ley procesal en cada circuito o
municipio, integran la Jurisdicción Ordinaria. Sus características, denominación y
número son establecidos por esa misma Corporación, de conformidad con lo
establecido en la presente Ley.

Cuando el número de asuntos así lo justifique, los juzgados podrán ser promiscuos
para el conocimiento de procesos civiles, penales, laborales, agrarios o de familia.

131
Fundamento procedimental
procedimental

Código de Procedimiento Civil


Competencias de la Jurisdicción Civil

TÍTULO II
Jurisdicción y competencia

CAPÍTULO I
Disposiciones generales

Art. 12. – Negocios que corresponden a la Jurisdicción Civil. Corresponde a la


Jurisdicción Civil todo asunto que no esté atribuido por al ley a otras jurisdicciones
[97 núms. 1, 2, 140 núms. 1,2; Const. Pol., 113, 116, 228, 246; leyes 270 de 1996,
11, 12; 640 de 2001, 27, 31].

Art. 13. – Improrrogabilidad de la competencia. La competencia es improrrogable,


cualquiera que sea el factor que la determine [85 num. 2, 140 nums. 1, 2; Ley 270
de 1996, 11, 12].

CAPITULO II
Competencia por la calidad de las partes, la materia y el valor

Art. 14. – Modificado. Ley 794 de 2003, art. 4°. Competencia de los jueces municipales
en única instancia. Los jueces municipales conocen en única instancia:

1. De los procesos contenciosos que sean de mínima cuantía, salvo los que
correspondan a la Jurisdicción de la Contencioso Administrativo.

2. De los procesos de sucesión de mínima cuantía.

3. De la celebración del matrimonio civil, sin perjuicio de la competencia


atribuida a los notarios por la ley [decr. 2272 de 1989, 7°].

4. De los procesos verbales de que trata el artículo 435.

5. De los procesos atribuidos a los jueces de familia en única instancia, cuando


en el municipio no exista juez de familia o promiscuo de familia.

6. De los demás procesos cuya competencia sea asignada por la ley [3°, 19 a
21; Ley 270 de 1996, 11 12; decr. 221 de 1989].

132
Anexo No. 1 La Jurisdicción Civil. Funciones y competencia

Art. 15. – Modificado. Ley 794 de 2003, art. 5°. Competencia de los jueces municipales
en primera instancia:

1. De los procesos contenciosos que sean de menor cuantía, salvo los que
correspondan a la Jurisdicción Contencioso Administrativa.

2. De los procesos de sucesión que sean de menor cuantía.

3. De los demás procesos cuya competencia sea asignada por la ley [Ley 294
de 1996, 4°; decr. 919 de 1989, 36]

Art. 16. – Modificado. Ley 794 de 2003, art. 6°. Competencia de los jueces de circuito
en primera instancia. Sin perjuicio de la competencia que se asigne a los jueces de
familia, los jueces del circuito conocen en primera instancia de los siguientes procesos:

1. De los procesos que sean de mayor cuantía, salvo los que correspondan a
lo contencioso administrativo.

2. De los procesos atribuidos a los jueces de familia en primera instancia,


cuando en el circuito no exista juez de familia o promiscuo de familia.

3. Los de nulidad, disolución y liquidación de sociedades que no correspondan


a los jueces civiles del circuito especializados.

4. Los de expropiación, salvo los que correspondan a la Jurisdicción de lo


Contencioso Administrativo y de pertenencia que no correspondan a la
jurisdicción agraria, estos últimos cualquiera que sea su cuantía.

5. Los de división de grandes comunidades.

6. Los de cesión de bienes y concurso de acreedores.

7. Los de jurisdicción voluntaria, salvo norma en contrario.

8. Las diligencias de apertura, publicación y reducción a escrito de testamentos


que no correspondan a jueces de familia.

9. Los demás procesos que no estén atribuidos a otro juez [Leyes 388 de
1997, 116; 472 de 1998].

Art. 17. – Modificado. Decr. 2273 de 1989, art. 3°, Párr. 1°. Competencia privativa de
los jueces del circuito de Bogotá. Los jueces civiles de circuito especializados de Bogotá
conocerán, además en primera instancia, de los procesos relativos a patentes, dibujos y
modelos industriales, marcas, enseñas y nombres comerciales y los demás relativos a la

133
propiedad industrial que no estén atribuidos a la autoridad administrativa o a la Jurisdicción
Contencioso Administrativa [16; Ley 256 de 1996, 25 a 31; decr. 2273 de 1989].

NOTA: Sent. C–594 de 1998. Es inexequible la expresión “... de Bogotá...” destacada


en bastardilla, ampliando por tanto la competencia mencionada a todos los jueces
del circuito del país.

Art. 18 – Modificado. Ley 794 de 2003, art. 7°. Competencia privativa de los
jueces municipales. Los jueces municipales y promiscuos municipales conocen
privativamente de:

1. De las peticiones sobre pruebas anticipadas con destino a procesos de


competencia de las jurisdicciones Civil y Agraria.

2. De los requerimientos y diligencias varias que se pretendan hacer valer ante los
jueces civiles y agrarios, sin consideración a la calidad de las personas interesadas.

De las solicitudes a que se refieren los numerales anteriores con destino a procesos
o asuntos de competencia de cualquiera otra autoridad judicial, conocerá el respectivo
juez laboral de familia o contencioso administrativo. Mientras entren en
funcionamiento estos últimos, conocerán los tribunales administrativos [326].

Art. 19 – Modificado. Ley 572 de 2000, art. 1°. De las cuantías. Cuando la competencia
o el trámite se determine por la cuantía de la pretensión los procesos son de mayor, de
menor y de mínima cuantía. Son de mínima cuantía los que versen sobre pretensiones
patrimoniales inferiores al equivalente a quince (15) salarios mínimos legales mensuales;
son de menor cuantía los que versen sobre pretensiones patrimoniales comprendidas
desde los quince (15) salarios mínimos legales mensuales, inclusive, hasta el equivalente
a noventa (90) salarios mínimos legales mensuales; son de mayor cuantía los que
versen sobre pretensiones patrimoniales superiores a noventa (90) salarios mínimos
legales mensuales [20, 24, 75 num. 5, 82].

El valor del salario mínimo mensual al cual se refiere el presente artículo, será el que
rija al momento de presentación de la demanda [C. S del T., 145, 146].

Art. 20. – Modificado. Decr. 2282 de 1989, art. 1°, num. 8. Determinación de la
cuantía. La cuantía se determinará así:

1. Por el valor de las pretensiones al tiempo de la demanda, sin tomar en cuenta


los frutos, intereses, multas o perjuicios reclamados como accesorios, que se
causen con posterioridad a la presentación de aquella [C.C., 714 a 718, 1.545].

2. Por el valor de la pretensión mayor, cuando en la demanda se acumulen


varias pretensiones [82, 157, 158].

134
Anexo No. 1 La Jurisdicción Civil. Funciones y competencia

3. En los procesos de deslinde y amojonamiento, por el valor del derecho del


demandante en el respectivo inmueble [460 a 466].

4. En los procesos divisorios por el valor de los bienes objeto de la partición o


venta [467 a 487].

5. En los procesos de sucesión, por el valor de los bienes relictos [571 a 586].

6. En los procesos posesorios, por el valor del bien objeto de la perturbación


o el despojo [416; C. C., 972].

7. En los procesos de tenencia por arrendamiento, por el valor actual de la


renta durante el término pactado inicialmente en el contrato, y si fuere a
plazo indefinido, por el valor de la renta del último año. Cuando la renta
deba pagarse con los frutos naturales del bien arrendado, por el valor de
aquellos en el último año. En los demás procesos de tenencia, la cuantía se
determinará por el valor de los bienes*.

8. En los procesos de servidumbres, por el avalúo catastral del predio sirviente.

Art. 21. – Conservación y alteración de la competencia. La competencia no variará por


la intervención sobreviviente de personas que tengan fuero especial o porque éstas
dejaren de ser parte en el proceso, salvo cuando se trate de agentes diplomáticos
acreditados ante el gobierno nacional [Cons. Pol., 234 num. 5].

La competencia por razón de la cuantía señalada inicialmente podrá modificarse en


los siguientes casos:

1. En los procesos de sucesión, por causa del avalúo en firme de los bienes
inventariados [586].

2. En los contenciosos que se tramitan ante un juez municipal, por causa de


demanda de reconvención o de acumulación de procesos o de demanda
ejecutiva. En tales casos, lo actuado hasta entonces conservará su validez
y el juez lo remitirá a quien resulte competente [157, 541, 559].

Art. 22. – Competencia prevalente. Es prevalente la competencia establecida en


consideración a la calidad de las partes [16, 24, 25 nums. 5, 6].

* Nota del editor: el texto de este numeral fue subrogado por la Ley 820 del 10 de julio de 2003, quedando el texto como
se presenta en esta publicación

135
CAPÍTULO III
Competencia por razón del territorio

Art. 23. – Reglas generales. La competencia territorial se determina por las


siguientes reglas:

1. En los procesos contenciosos, salvo disposición legal en contrario, es


competente el juez del domicilio del demandado; si éste tiene varios, el de
cualquiera de ellos a elección del demandante, a menos que se trate de
asuntos vinculados exclusivamente a uno de dichos domicilios, caso en el
cual será competente el juez de éste [C. C., 77,88].

2. Si el demandado carece de domicilio, es competente el juez de su


residencia, y si tampoco tiene residencia en el país, el del domicilio del
demandante [C. C., 79,84].

3. Siendo dos o más los demandados, será competente el juez del domicilio
de cualquiera de ellos, a elección del demandante.

4. En los procesos de alimentos, nulidad y divorcio de matrimonio civil,


separación de bienes, liquidación de sociedad conyugal, pérdida o suspensión
de la patria potestad, o impugnación de la paternidad legítima, y en las
medidas cautelares sobre personas o bienes vinculados a tales procesos o a
los de nulidad, divorcio y separación de cuerpos de matrimonio católico,
será también competente el juez que corresponda al domicilio común anterior,
mientras el demandante lo conserve [C. C., 81, 88; Ley 1ª. de 1976].

5. De los procesos a que diere lugar un contrato serán competentes, a elección


del demandante, el juez del lugar de su cumplimiento y el del domicilio del
demandado. Para efectos judiciales la estipulación de domicilio contractual
se tendrá por no escrita [C. C., 76 a 78, 83, 1.645 a 1.647].

6. En los procesos de nulidad, disolución y liquidación de sociedades, y en los


que se susciten por controversias entre los socios en razón de la sociedad,
aún después de su liquidación, es competente el juez del domicilio principal
de la sociedad [627; C. C., 86; C. de Co., 111, 112].

7. En los procesos contra una sociedad es competente el juez de su domicilio


principal; pero cuando se trate de asuntos vinculados a una sucursal o agencia,
serán competentes, a prevención, el juez de aquél y el de ésta [49; C. C., 86; C.
de Co., 111, 112, 260 a 265, 469; Ley 256 de 1996, 25; decr. 2651 de 1991, 46].

8. En los procesos por responsabilidad extracontractual, será también competente


el juez que corresponda al lugar donde ocurrió el hecho [C. C., 2.341, 2.356].

136
Anexo No. 1 La Jurisdicción Civil. Funciones y competencia

9. En los procesos en que se ejerciten derechos reales, será competente también


el juez del lugar donde se hallen ubicados los bienes; la demanda que verse
sobre uno o varios inmuebles situados en distintas jurisdicciones territoriales,
podrá intentarse ante el juez de cualquiera de ellas, a elección del
demandante [158, 400; C. C., 656, 6651].

10. En los procesos divisorios, de deslinde y amojonamiento, de expropiación,


de servidumbres, posesorios de cualquier naturaleza, de restitución de
tenencia, de declaración de pertenencia y de bienes vacantes y mostrencos,
será competente de modo privativo el juez del lugar donde se hallen ubicados
los bienes, y si estos comprenden distintas jurisdicciones territoriales, el de
cualquiera de ellas a elección del demandante [706; Ley 258 de 1996, 10].

11. De los procesos para que se declare a quién corresponde una capellanía
laica o un patronato de legos, conocerá el juez del domicilio del demandante
[408 num. 7].

12. De los procesos sobre rendición de cuentas conocerá también el juez que
corresponda al centro principal de la administración [418, 419].

13. En los procesos de quiebra, concurso de acreedores y cesión de bienes,


será competente de modo privativo el juez del domicilio del deudor, y si
tiene varios el que corresponda al asiento principal de sus negocios [Ley
222 de 1995, 214].

14. En los procesos de sucesión será competente el juez del último domicilio
del difunto en el territorio nacional, y en caso de que a su muerte hubiere
tenido varios, el que corresponda al asiento principal de sus negocios [586,
587; C. C., 76].

15. En los procesos que se promuevan contra los asignatarios, el cónyuge o los
administradores de la herencia, por causa o en razón de ésta, será
competente el juez que conozca del proceso de sucesión mientras dure
éste, siempre que lo sea por razón de la cuantía, y si no lo fuere, el
correspondiente juez de dicha jurisdicción territorial [C. C., 1.387, 1.388].

16. Sin perjuicio de lo dispuesto en los tratados internacionales, de la sucesión


testada o intestada de un extranjero sin domicilio en el país, que deba
tramitarse en éste; conocerá el juez que corresponda al asiento principal
de sus negocios.

17. De los procesos contenciosos en que sea parte la nación, conocerá el juez
del circuito de la vecindad del demandado, y de aquellos en que la nación
sea demandada, el del domicilio del demandante [16 num. I].

137
18. De los procesos contenciosos en que sea parte un departamento, una
intendencia, una comisaría, un municipio, un establecimiento público, una
empresa industrial o comercial del Estado o de alguna de las anteriores
entidades, o una sociedad de economía mixta, conocerá el juez del domicilio
o de la cabecera de la parte demandada. Cuando ésta se halle formada por
una de tales entidades y un particular, prevalecerá el fuero de aquélla [7°].

Nota. A partir de la Constitución de 1991 (art. 309) las intendencias y


comisarías se convirtieron en departamentos.

19. En los procesos de jurisdicción voluntaria la competencia se determinará


así:

a) En los de guarda de menores, interdicción y guarda de demente o


sordomudo, será competente el juez de la residencia del incapaz
[659; C. C., 88];

b) De los de declaración de ausencia o de muerte por desaparecimiento


de una persona, conocerá el juez del último domicilio que el ausente o
el desaparecido haya tenido en el territorio nacional [656], y

c) En los demás casos, el juez del domicilio de quien los promueva [649].

20. Para la práctica de pruebas anticipadas, de requerimiento y diligencias varias,


serán competentes, a prevención, el juez de domicilio y el de la residencia de
la persona con quien debe cumplirse el acto [18 num. 1, 155, 288, 294, 298].

Art. 24. – Prelación de competencia. Las reglas de competencia por razón del territorio
se subordinan a las establecidas por la materia y por el valor [19, 20, 22].

CAPÍTULO IV
Competencia funcional

Art. 25. – Competencia funcional de la sala de casación civil de la Corte Suprema de


Justicia. La Corte Suprema de Justicia conoce en sala de casación civil:

1. De los recursos de casación [365].

2. De los recursos de revisión que no estén atribuidos a los tribunales superiores


[379].

3. De los recursos de queja cuando se deniegue el de casación [377].

138
Anexo No. 1 La Jurisdicción Civil. Funciones y competencia

4. Del exequátur de sentencias y laudos arbitrales proferidos en país extranjero,


sin perjuicio de lo estipulado en los tratados internacionales [695].

5. De los procesos contenciosos en que sea parte un agente diplomático


acreditado ante el gobierno de la República, en los casos previstos por el
derecho internacional [Const. Pol., 235 num. 5].

6. De los procesos de responsabilidad de que trata el artículo 40, contra los


magistrados de la Corte y de los tribunales cualquiera que fuere la naturaleza
de ellos [Const. Pol., 235 num. 1; Leyes 270 de 1996, 33; 446 de 1998, 33, 361].

Art. 26. – Competencia funcional de los tribunales superiores. Los tribunales superiores
de distrito judicial, en sala civil, conocen:

1. En segunda instancia:

a) De los recursos de apelación y de las consultas en los procesos de que


conocen en primera instancia los jueces de circuito, y de los recursos de
queja cuando se deniegue el de apelación [29, 377, 386; Const. Pol., 31], y

b) Derogado. Decr. 2272 de 1989, art. 17.

2. En única instancia, del recurso de revisión contra las sentencias dictadas


por los jueces de circuito, municipales, territoriales y de menores, y de los
procesos sobre responsabilidad de que trata el artículo 40, contra los jueces
cualquiera que fuere la naturaleza de ellos. [350, 377 , 379; Const. Pol., 31].

Nota: El art. 3° del decr, 2272 de 1989 reglamentó la competencia de los jueces de
menores que actualmente se denominan jueces de familia y las salas agrarias.

Decr. 2272 de 1989, art. 3",–Competencia, Las salas de familia conocen de los
siguientes asuntos.

1. De la apelación de las sentencias dictadas en primera instancia por los jueces


de familia, y de los recursos de queja, cuando se deniegue el de apelación,

2. De las apelaciones que se formulan contra los autos interlocutorios dictados


por los jueces de familia, en los casos señalados por la ley.

3. De las consultas de las sentencias dictadas en primera instancia por los


jueces de familia en los casos señalados por la ley.

4. Del recurso extraordinario de revisión contra las sentencias ejecutoriadas


dictadas por los jueces de familia.

139
Art. 27. – Competencia funcional de los jueces civiles de circuito. Los jueces de circuito
conocen en segunda instancia de los recursos de apelación en los procesos atribuidos
en primera a los jueces municipales, y de los recursos de queja cuando se denieguen
aquellos [15, 16, 377; Ley 270 de 1996, 202].

Art. 28. – Conflictos de competencia. Los conflictos de competencia que se susciten


entre los tribunales superiores, entre un tribunal y un juzgado de otro distrito o entre
dos juzgados de distintos distritos judiciales, serán resueltos por la Sala de Casación
Civil de la Corte Suprema de Justicia.

Los que ocurran entre juzgados de igual o diferente categoría, de distintos circuitos,
pero dentro de un mismo distrito, serán resueltos por la Sala Civil del respectivo tribunal;
aquellos que se presenten entre juzgados municipales de un mismo circuito, por el
juez de éste; y los que no estén atribuidos a la Corte Suprema de Justicia ni a los jueces
de circuito, por los tribunales superiores de distrito judicial [140, 148, 623; Const. Pol.,
234, 256 num. 6; Ley 270 de 1996, 18, 112 num. 2, 114; decr. 800 de 1991, 19].

Nota. Los conflictos de competencia entre distintas jurisdicciones serán resueltos


por el Consejo Superior de la Judicatura (Const. Pol. Art. 256).

CAPÍTULO V
Modo de ejercer sus atribuciones la Corte y los tribunales

Art. 29. – Atribuciones de las salas de decisión y del magistrado ponente. Corresponde
a la sala de decisión dictar las sentencias y los autos que decidan la apelación o
queja, o una acumulación de procesos, o un conflicto de competencias; contra estos
autos no procede recurso alguno. El magistrado ponente dictará los autos de
sustanciación y los interlocutorios que no correspondan a la sala de decisión [25,
26, 148, 158, 351, 364; Const. Pol., 234, 256 num. 6].

Art. 30. – Audiencias y diligencias. Las audiencias que se celebren en la Corte y los
tribunales serán presididas por el ponente, y a ellas deberán concurrir todos los
magistrados que integran la sala.

Las diligencias judiciales se practicarán por el ponente, salvo que cualquiera de las
partes pida que asista la sala o que ésta estime conveniente asistir [109, 360, 372].

TÍTULO III
Comisión

Art. 31. – Modificado. Ley 794 de 2003, art. 8. Reglas generales. La comisión solo
podrá conferirse para la práctica de pruebas en los casos que se autorizan en el

140
Anexo No. 1 La Jurisdicción Civil. Funciones y competencia

artículo 181 y para la de otras diligencias que deban surtirse fuera de la sede del
juez del conocimiento, y para secuestro y entrega de bienes en dicha sede en
cuanto fuere menester.

En las cabeceras de distrito judicial, el juez, sin perjuicio de las facultades de


comisionar a otras autoridades, podrá delegar la práctica de medidas cautelares
y diligencias de entrega de bienes, en el secretario y oficial mayor, siempre que
estos sean abogados, quienes practicarán dichas medidas con las mismas
facultades del juez.

Parágrafo 1°. – En los procesos en que se decreten medidas cautelares que


puedan practicarse como previas a la notificación del auto admisorio de la
demanda o del mandamiento ejecutivo, cuando no esté notificado el demandado
o faltare alguno de ellos por notificarse, a petición y costa de la parte actora y sin
necesidad de que el juez lo ordene, se anexará a cada despacho comisorio
destinado al secuestro de bienes, una copia del auto admisorio o del mandamiento
de pago y de la demanda y sus anexos, para efectos de que el comisionado lleve
a cabo la diligencia de notificación personal que también podrán adelantar los
funcionarios mencionados en inciso 2° de este artículo [113, 143 Párr. 7°, 207.
226, 236 nums. 3 y 7, 316, 320, 499, 500, 528, 568, 697].

Art. 32. – Competencia. La Corte podrá comisionar a las demás autoridades judiciales;
los tribunales superiores y los jueces a las autoridades judiciales de igual o de inferior
categoría. Cuando no se trate de recepción o práctica de pruebas, podrá comisionarse
a los alcaldes y demás funcionarios de policía.

El comisionado deberá tener competencia en el lugar de la diligencia que se le delegue,


pero cuando ésta verse sobre inmuebles ubicados en distintas jurisdicciones
territoriales, podrá comisionarse a cualquiera de las mencionadas autoridades de
dichos territorios, la que ejercerá competencia en ellos para tal efecto.

El comisionado que carezca de competencia territorial para la diligencia, devolverá


inmediatamente el despacho al comitente [23, 181, 568; Ley 222 de 1995, 133].

Art. 33. – Modificado. Decr. 2282 de 1989, art. 1°, num. 9. Otorgamiento y práctica
de la comisión. La providencia que confiera una comisión indicará su objeto con
precisión y claridad. Al despacho que se libre se acompañará copia de aquélla, de
las piezas que haya ordenado el comitente y de las demás que soliciten las partes,
siempre que depositen las expensas con el memorial en que las pidan. En ningún
caso se puede enviar al comisionado el expediente original [111].

Cuando la comisión sea para la práctica de una diligencia, no se señalará término


para su cumplimiento; el comisionado fijará para tal efecto el día más próximo posible
y la hora para su iniciación, en auto que se notificará por estado [182].

141
Concluida la comisión se devolverá el despacho al comitente, sin que sea permitida
al comisionado ninguna actuación posterior [31, 32, 34 a 36, 111, 125, 132; Ley
222 de 1995, 133].

Art. 34. – Modificado. Decr. 2282 de 1989, art. 1°, num. 10. Poderes del
comisionado. El comisionado tendrá las mismas facultades del comitente en
relación con la diligencia que se le delegue, inclusive las de resolver reposiciones
y conceder apelaciones contra las providencias que dicte, susceptibles de esos
recursos. Sobre la concesión de las apelaciones que se interpongan se resolverá
al final de la diligencia.

Toda actuación del comisionado que exceda los límites de sus facultades es nula. La
nulidad sólo podrá alegarse por cualquiera de las partes, dentro de los cinco días
siguientes al de la notificación del auto que ordene agregar el despacho diligenciado
al expediente. La petición de nulidad se resolverá de plano por el comitente, y el auto
que la decida sólo será susceptible de reposición.

Solamente podrá alegarse la nulidad por falta de competencia territorial del


comisionado, en el momento de iniciarse la práctica de la diligencia [23, 31 a 33, 35,
36, 142, 143 Párr., final, 528; Leyes 42 de 1986; 222 de 1995, 133].

Art. 35. – Modificado. Decr. 2282 de 1989, art. 1°, num. 11. Comisión en el exterior.
Cuando la diligencia haya de practicarse en país extranjero, debe dirigirse exhorto al
Ministerio de Relaciones Exteriores para que la envíe al cónsul de Colombia y, si
fuere el caso, éste lo remita a la autoridad correspondiente del país de su destino. Si
el cónsul de Colombia debe practicar el despacho comisorio estará obligado a cuidar
de su diligenciamiento [32 a 34, 36, 193, 259, 260; Ley 222 de 1995].

Art. 36. – Modificado. Decr. 2282 de 1989, art. 1°, num. 12. Sanciones al
comisionado. El comisionado que retarde por su culpa el cumplimiento de la comisión
será sancionado con multa de dos a cinco salarios mínimos mensuales, que
impondrá el comitente si aquél fuere interior suyo, o el respectivo superior
jerárquico, a quien el comitente dará aviso. Antes de resolver sobre la multa se
pedirá informe respecto de las causas de la demora, que será tenido en cuenta si
se rinde dentro del término señalado. El trámite de la sanción será independiente
del proceso [32 a 34,37 num. 1.394].

142
Anexo No. 1 La Jurisdicción Civil. Funciones y competencia

Gráfica No. 15.


Carga procesal civil
Procesos de mayor demanda en la parte civil
(% del total en 2001)

Fuente: Cálculos CEJ / Datos C.S.J.

143
Gráfica No. 16.
Carga laboral y productividad
de los jueces civiles

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura

144
Anexo No. 1 La Jurisdicción Civil. Funciones y competencia

Gráfica No. 17.


Procesos por cada cien mil habitantes
en la Jurisdicción Ordinaria

Fuente: DANE y Corporación Excelencia en la Justicia

145
Ane
Anexxo No. 2

Productividad de los juzgados civiles


Productividad
en los cinco distritos judiciales
de mayor car ga laboral
carga
y en los demás juzgados del país

147
Ingr eso general de pr
Ingreso ocesos civiles
procesos
y egr esos en los distritos judiciales
egresos
de mayor car ga laboral
carga
1999–2003

Tabla No. 3.
Entrada de procesos civiles por tipo de despacho. 1999–2003

Juzgado Juzgado del Tribunal Total


Año
Municipal Circuito Superior entradas

1999 376.820 211.051 12.676 600.547

2000 422.703 163.967 14.530 601.200

2001 411.671 144.777 15.869 572.317

2002 397.825 150.779 15.335 563.939

2003 359.530 122.850 13.752 496.132

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Informe al Congreso de la República 2003–2004

Tabla No. 4.
Entrada de procesos civiles por tipo de despacho y porcentajes. Año 2003

Despacho Total Porcentaje 2003

Juzgado Municipal 359.530 72%

Juzgado del Circuito 122.850 25%

Tribunal Superior 13.752 3%

Total 496.132 100%

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Informe al Congreso de la República 2003–2004

148
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Tabla No. 5.
Salida de procesos civiles en los distritos judiciales de mayor carga laboral. 1999–2003

Dsitrito 1999 2000 2001 2002 2003

Barranquilla 24.078 27.899 29.434 28.798 29.422


Bogotá 92.688 124.362 131.283 138.891 129.051
Bucaramanga 30.014 33.619 28.351 32.312 24.411
Cali 29.463 44.892 44.766 42.405 39.225
Medellín 46.773 53.414 50.208 52.418 37.607

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Informe al Congreso de la República 2003–2004

Tabla No. 6.
Promedio de egreso de procesos por distrito judicial de mayor carga laboral. Año 2003

Dsitrito Anual Mensual Diario

Barranquilla 29.422 2.451,8 81,7


Bogotá 129.051 10.754,3 358,5
Bucaramanga 24.411 2.034,3 67,8
Cali 39.225 3.268,8 109,5
Medellín 37.607 3.133,9 104,5

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Informe al Congreso de la República 2003–2004

Tabla No. 7.
Egreso de procesos civiles por tipo de despacho y porcentajes. Año 2003

Despacho Total Porcentaje 2003

Juzgado Municipal 287.022 71%

Juzgado del Circuito 104.823 26%

Tribunal Superior 10.059 3%

Total Civil 401.904 100%

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Informe al Congreso de la República 2003–2004

149
Ingr eso y egr
Ingreso eso de pr
egreso ocesos
procesos
en los juzgados civiles de circuito
de mayor car ga laboral
carga
Año 2002

Tabla No. 8.
Productividad de los juzgados civiles de circuito de mayor carga laboral. Año 2002

Circuito No. despachos Inventario Volumen de Egresos Carga para


Ingresos
judicial judiciales inicial trabajo el 2003

Barranquilla 14 11.270 7.797 19.067 8.914 10.153


Bogotá D.C. 43 94.099 42.429 136.528 41.363 95.165
Bucaramanga 9 25.863 6.858 32.721 7.566 25.155
Cali 15 32.168 13.314 45.482 13.114 32.368
Medellín 17 18.542 13.836 32.378 14.668 17.710

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico

Tabla No. 9.
Promedios de ingreso de procesos en los juzgados civiles de circuito
de mayor carga laboral. Año 2002

Circuito No. meses


Anual Mensual Diario
judicial reportados

Barranquilla 7.797 649,75 21,66 12

Bogotá D.C. 42.429 3.535,75 117,86 12

Bucaramanga 6.858 571,50 19,05 12

Cali 13.314 1.109,50 36,98 12

Medellín 13.836 1.153,00 38,43 12

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico

150
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Tabla No. 10.


Promedios de egreso de procesos en los juzgados civiles de circuito
de mayor carga laboral. Año 2002

Circuito No. meses


Anual Mensual Diario
judicial reportados

Barranquilla 8.914 742,83 24,76 12

Bogotá D.C. 41.363 3.446,92 114,90 12

Bucaramanga 7.566 630,50 21,02 12

Cali 13.114 1.092,83 36,43 12

Medellín 14.668 1.222,33 40,74 12

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico

Tabla No. 11.


Ingreso promedio por juzgado civil de circuito
de mayor carga laboral. Año 2002

Circuito No. despachos


Anual Mensual Diario
judicial judiciales

Barranquilla 14 556,93 46,41 1,55


Bogotá D.C. 43 986,72 82,23 2,74

Bucaramanga 9 762,00 63,50 2,12

Cali 15 887,60 73,97 2,47

Medellín 17 813,88 67,82 2,26

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico

Tabla No. 12.


Producción promedio por juzgado civil de circuito
de mayor carga laboral. Año 2002

Circuito No. despachos


Anual Mensual Diario
judicial judiciales

Barranquilla 14 636,71 53,06 1,77

Bogotá D.C. 43 961,93 80,16 2,67

Bucaramanga 9 840,67 70,06 2,34

Cali 15 874,27 72,86 2,43

Medellín 17 862,82 71,90 2,40

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico

151
Ingreso y egr
Ingreso eso de pr
egreso ocesos
procesos
en los demás juzgados civiles de circuito
Año 2002

Tabla No. 13.


Productividad de los juzgados civiles de circuito A
en los demás circuitos judiciales. Año 2002

Circuito No. despachos Inventario Ingresos Volumen de Egresos Carga para


judicial judiciales inicial trabajo el 2003

Andes 1 374 224 598 218 380

Apartadó 1 244 217 461 217 244

Bolívar 1 57 160 217 174 43

Caucasia 1 196 236 432 235 197

Cisneros 1 67 92 159 77 82

El Santuario 1 110 64 174 64 110

Fredonia 1 79 246 325 275 50

Frontino 1 48 149 197 146 51

La Ceja 1 158 234 392 335 57

Marinilla 1 205 181 386 235 151

Puerto Berrío 1 33 72 105 65 40

Rionegro 2 244 301 545 280 265

Sonsón 1 57 95 152 105 47

Titiribí 1 43 111 154 117 37

Turbo 1 115 127 242 182 60

Urrao 1 64 97 161 100 61

Yarumal 1 174 89 263 128 135

Calarcá 1 407 690 1.097 1.347 250

B/bermeja 3 1.067 1.107 2.174 1.063 1.111

Málaga 1 120 89 209 89 120

Buenaventura 3 650 361 1.011 358 653

Buga 3 452 590 1.042 617 425

Cartago 2 740 504 1.244 553 691

Palmira 5 2.936 1.283 4.219 1.312 2.907

Roldadillo 1 249 205 454 264 190

Sevilla 2 171 84 255 79 176

Tuluá 2 1.732 857 2.589 789 1.800

152
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Productividad de los juzgados civiles de circuito


B
en los demás circuitos judiciales. Año 2002

Circuito No. despachos Inventario Ingresos Volumen de Egresos Carga para


judicial judiciales inicial trabajo el 2003

Cartagena 8 5.099 2.748 7.847 3.204 4.643


Magangué 2 2.521 640 3.161 380 2.781
Mompós 1 334 259 593 134 459
Cúcuta 7 3.193 2.258 5.451 2.415 3.036
Ocaña 2 1.234 526 1.760 399 1.361
Cáqueza 1 426 121 547 206 341
Chocontá 1 517 280 797 365 432
Facatativá 2 1.262 456 1.718 502 1.216
Funza 1 927 351 1.278 353 925
Fusagasugá 2 1.555 543 2.098 683 1.415
Gachetá 1 350 53 403 74 329
Girardot 2 978 567 1.545 485 1.060
La Mesa 1 226 116 342 156 186
Leticia 1 412 204 616 143 473
Soacha 2 1.431 633 2.064 775 1.289
Ubaté 1 568 130 698 188 510
Villeta 1 405 169 574 116 458
Zipaquirá 2 534 473 1.007 614 393
Florencia 3 798 534 1.332 519 813
Chaparral 2 581 224 805 417 388
Espinal 2 939 228 1.167 249 918
Fresno 1 198 103 301 86 215
Guamo 2 440 411 851 492 359
Honda 2 516 373 889 496 393
Ibagué 6 13.818 3.455 17.273 4.886 12.387
Lérida 1 372 295 667 354 313
Líbano 1 1.182 205 1.387 229 1.158
Melgar 2 691 244 935 294 641
Purificación 1 1.232 213 1.445 217 1.228
Aguadas 1 110 175 285 191 94
Anserma 1 114 172 286 168 118

153
Productividad de los juzgados civiles de circuito
C
en los demás circuitos judiciales. Año 2002

Circuito No. despachos Inventario Ingresos Volumen de Egresos Carga para


judicial judiciales inicial trabajo el 2003

Chinchiná 1 166 157 323 154 169

La Dorada 2 445 310 755 417 338

Manizales 6 1.869 1.821 3.690 1.967 1.723

Río Sucio 1 64 85 149 100 49

Salamina 1 158 120 278 133 145

Bello 2 985 1.010 1.995 893 1.102

Envigado 2 1.133 751 1.884 779 1.105

Girardota 1 858 648 1.506 499 1.007

Itagüí 2 993 848 1.841 836 1.005

Cereté 2 646 907 1.553 921 632

Lorica 1 514 444 958 642 316

Montería 4 1.005 1.097 2.102 1.163 939

Sahagún 1 129 159 288 116 172

Garzón 2 203 262 465 338 127

La Plata 1 88 214 302 71 231

Neiva 5 3.082 2.355 5.437 3.397 2.040

Pitalito 3 770 440 1.210 472 738

Pamplona 2 883 451 1.334 503 831

Ipiales 2 857 306 1.163 425 738

La Unión 1 81 15 96 27 69

Mocoa 1 700 160 860 96 764

Pasto 4 1.459 1.859 3.318 2.130 1.188

Tumaco 2 473 256 729 211 518

Túquerres 1 255 191 446 170 276

D. Quebradas 1 523 432 955 552 403

Pereira 5 3.668 1.872 5.540 2.548 2.992

S. R. d. Cabal 1 473 558 1.031 521 510

Bolívar 1 80 19 99 23 76

Caloto 1 38 66 104 74 30

Patía (E. Bordo) 1 52 86 138 119 19

Popayán 6 1.559 2.358 3.917 2.220 1.697

154
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Productividad de los juzgados civiles de circuito


D
en los demás circuitos judiciales. Año 2002

Circuito No. despachos Inventario Ingresos Volumen de Egresos Carga para


judicial judiciales inicial trabajo el 2003

Puerto Tejada 1 102 317 419 139 280

S. de Quilichao 2 239 296 535 285 250

Itsmina 1 1.534 205 1.739 148 1.591

Quibdó 1 383 370 753 1.203 450

Riohacha 2 921 368 1.289 435 854

S. And. y P. 2 1.053 107 1.160 763 397

P. Nacional 1 95 160 255 151 104

San Gil 2 561 497 1.058 491 567

Socorro 2 292 310 602 377 225

Vélez 2 668 298 966 453 513

Ciénaga 2 643 360 1.003 242 761

El Banco 1 100 66 166 62 104

Fundación 2 149 176 325 305 20

Santa Marta 5 2.510 1.833 4.343 1.657 2.686

Duitama 3 1.664 591 2.255 598 1.657

Sogamoso 3 970 608 1.578 782 796


Sincelejo — 2.936 1.142 4.078 1.121 2.957

Chiquinquirá 2 241 453 694 497 197

Garagoa 1 221 202 423 203 220

Guateque 1 119 262 381 183 198

Moniquirá 1 346 369 715 374 341

Ramiriquí 1 194 169 363 188 175

Tunja 4 3.950 1.639 5.589 1.699 3.890

Aguachica 1 101 139 240 134 106

Chiriguaná 1 501 132 633 318 315

Valledupar 5 2.172 1.676 3.848 1.985 1.863

Acacías 1 1.063 425 1.488 340 1.148

Granada 1 294 530 824 560 264

Villavicencio 4 3.254 2.649 5.903 2.903 3.000

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura, Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico. Año 2002–2004

155
Ingreso y egr
Ingreso eso de pr
egreso ocesos en los demás juzgados civiles de cir
procesos cuito
circuito
Año 2002 (continúa)

Tabla No. 14.


Promedios de ingreso de procesos en los A
demás juzgados civiles de circuito. Año 2002
Circuito Meses
Anual Mensual Diario
judicial reportados
Andes 224 18,67 0,62 12

Apartadó 217 18,08 0,60 12

Bolívar 160 13,33 0,44 12

Caucasia 236 21,45 0,72 11

Cisneros 92 7,67 0,26 12

El Santuario 64 5,82 0,19 11

Fredonia 246 22,36 0,75 11

Frontino 149 12,42 0,41 12

La Ceja 234 19,50 0,65 12

Marinilla 181 15,08 0,50 12

Puerto Berrío 72 6,00 0,20 12

Rionegro 301 25,08 0,84 12

Sonsón 95 7,92 0,26 12

Titiribí 111 9,25 0,31 12

Turbo 127 10,58 0,35 12

Urrao 97 8,08 0,27 12

Yarumal 89 7,42 0,25 12

Calarcá 690 57,50 1,92 12

Barrancabermeja 1.107 92,25 3,08 12

Málaga 89 7,42 0,25 12

Buenaventura 361 30,08 1,00 12

Buga 590 49,17 1,64 12

Cartago 504 42,00 1,40 12

Palmira 1.283 106,92 3,56 12

Roldanillo 205 17,08 0,57 12

Sevilla 84 7,00 0,23 12

Tuluá 857 71,42 2,38 12

156
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Promedios de ingreso de procesos en los


B
demás juzgados civiles de circuito. Año 2002

Circuito Meses
Anual Mensual Diario
judicial reportados

Cartagena 2.748 229,00 7,63 12


Magangué 640 53,33 1,78 12
Mompós 259 37,00 1,23 7
Cúcuta 2.258 188,17 6,27 12
Ocaña 526 43,83 1,46 12
Cáqueza 121 11,00 0,37 11
Chocontá 280 31,11 1,04 9
Facatativá 456 38,00 1,27 12
Funza 351 39,00 1,30 9
Fusagasugá 543 45,25 1,51 12
Gachetá 53 7,57 0,25 7
Girardot 567 70,88 2,36 8
La Mesa 116 16,57 0,55 7
Leticia 204 17,00 0,57 12
Soacha 633 79,13 2,64 8
Ubaté 130 18,57 0,62 7
Villeta 169 14,08 0,47 12
Zipaquirá 473 47,30 1,58 10
Florencia 534 53,40 1,78 10
Chaparral 224 18,67 0,62 12
Espinal 228 28,50 0,95 8
Fresno 103 9,36 0,31 11
Guamo 411 34,25 1,14 12
Honda 373 33,91 1,13 11
Ibagué 3.455 287,92 9,60 12
Lérida 295 26,82 0,89 11
Líbano 205 17,08 0,57 12
Melgar 244 20,33 0,68 12
Purificación 213 17,75 0,59 12
Aguadas 175 17,50 0,58 10
Anserma 172 15,64 0,52 11

157
Promedios de ingreso de procesos en los
C
demás juzgados civiles de circuito. Año 2002

Circuito Meses
Anual Mensual Diario
judicial reportados

Chinchiná 157 14,27 0,48 11

La Dorada 310 28,18 0,94 11

Manizales 1.821 165,55 5,52 11

Río Sucio 85 7,73 0,26 11

Salamina 120 10,91 0,36 11

Bello 1.010 91,82 3,06 11

Envigado 751 62,58 2,09 12

Girardota 648 64,80 2,16 10

Itagüí 848 77,09 2,57 11

Cereté 907 75,58 2,52 12

Lorica 444 37,00 1,23 12

Montería 1.097 91,42 3,05 12

Sahagún 159 14,45 0,48 11

Garzón 262 21,83 0,73 12

La Plata 214 21,40 0,71 10

Neiva 2.355 196,25 6,54 12

Pitalito 440 44,00 1,47 10

Pamplona 451 37,58 1,25 12

Ipiales 306 25,50 0,85 12

La Unión 15 3,75 0,13 4

Mocoa 160 22,86 0,76 7

Pasto 1.859 154,92 5,16 12

Tumaco 256 21,33 0,71 12

Túquerres 191 17,36 0,58 11

Dos Quebradas 432 36,00 1,20 12

Pereira 1.872 156,00 5,20 12

S. Rosa del Cabal 558 46,50 1,55 12

Bolívar 19 1,58 0,05 12

Caloto 66 6,00 0,20 11

Patía (El Bordo) 86 7,17 0,24 12

Popayán 2.358 196,50 6,55 12

158
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Promedios de ingreso de procesos en los


D
demás juzgados civiles de circuito. Año 2002

Circuito Meses
Anual Mensual Diario
judicial reportados

Puerto Tejada 317 28,82 0,96 11


S. de Quilichao 296 24,67 0,82 12
Itsmina 205 17,08 0,57 12
Quibdó 370 52,86 1,76 7
Riohacha 368 30,67 1,02 12
S. And. y Prov. 107 9,73 0,32 11
Puente Nacional 160 13,33 0,44 12
San Gil 497 41,42 1,38 12
Socorro 310 25,83 0,86 12
Vélez 298 24,83 0,83 12
Ciénaga 360 30,00 1,00 12
El Banco 66 6,60 0,22 10
Fundación 176 17,60 0,59 10
Santa Marta 1.833 183,30 6,11 10
Duitama 591 49,25 1,64 12
Sogamoso 608 50,67 1,69 12
Sincelejo 1.142 95,17 3,17 12
Chiquinquirá 453 37,75 1,26 12
Garagoa 202 16,83 0,56 12
Guateque 262 23,82 0,79 11
Moniquirá 369 30,75 1,03 12
Ramiriquí 169 16,90 0,56 10
Tunja 1.639 136,58 4,55 12
Aguachica 139 11,58 0,39 12
Chiriguaná 132 11,00 0,37 12
Valledupar 1.676 139,67 4,66 12
Acacías 425 38,64 1,29 11
Granada 530 44,17 1,47 12
Villavicencio 2.649 491,90 16,40 12

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura, Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico. Año 2002–2004

159
Ingreso y egr
Ingreso eso de pr
egreso ocesos en los demás juzgados civiles de cir
procesos cuito
circuito
Año 2002 (continúa)

Tabla No. 15.


Promedios de egreso de procesos A
en los demás juzgados civiles de circuito. Año 2002

Circuito Meses
Anual Mensual Diario
judicial reportados

Andes 218 18,17 0,61 12

Apartadó 217 18,08 0,60 12

Bolívar 174 14,50 0,48 12

Caucasia 235 21,36 0,71 11

Cisneros 77 6,42 0,21 12

El Santuario 64 5,82 0,19 11

Fredonia 275 25,00 0,83 11

Frontino 146 12,17 0,41 12

La Ceja 335 27,92 0,93 12

Marinilla 235 19,58 0,65 12

Puerto Berrío 65 5,42 0,18 12

Rionegro 280 23,33 0,78 12

Sonsón 105 8,75 0,29 12

Titiribí 117 9,75 0,33 12

Turbo 182 15,17 0,51 12

Urrao 100 8,33 0,28 12

Yarumal 128 10,67 0,36 12

Calarcá 1.347 112,25 3,74 12

Barrancabermeja 1.063 88,58 2,95 12

Málaga 89 7,42 0,25 12

Buenaventura 358 29,83 0,99 12

Buga 617 51,42 1,71 12

Cartago 553 46,08 1,54 12

Palmira 1.312 109,33 3,64 12

Roldanillo 264 22,00 0,73 12

Sevilla 79 6,58 0,22 12

Tuluá 789 65,75 2,19 12

160
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Promedios de egreso de procesos


B
en los demás juzgados civiles de circuito. Año 2002

Circuito Meses
Anual Mensual Diario
judicial reportados

Cartagena 3.204 267,00 8,90 12

Magangué 380 31,67 1,06 12

Mompós 134 19,14 0,64 7

Cúcuta 2.415 201,25 6,71 12

Ocaña 399 33,25 1,11 12

Cáqueza 206 18,73 0,62 11

Chocontá 365 40,56 1,35 9

Facatativá 502 41,83 1,39 12

Funza 353 39,22 1,31 9

Fusagasugá 683 56,92 1,90 12

Gachetá 74 10,57 0,35 7

Girardot 485 60,63 2,02 8

La Mesa 156 22,29 0,74 7

Leticia 143 11,92 0,40 12

Soacha 775 96,88 3,23 8

Ubaté 188 26,86 0,90 7

Villeta 116 9,67 0,32 12

Zipaquirá 614 61,40 2,05 10

Florencia 519 51,90 1,73 10

Chaparral 417 34,75 1,16 12

Espinal 249 31,13 1,04 8

Fresno 86 7,82 0,26 11

Guamo 492 41,00 1,37 12

Honda 496 45,09 1,50 11

Ibagué 4.886 407,17 13,57 12

Lérida 354 32,18 1,07 11

Líbano 229 19,08 0,64 12

Melgar 294 24,50 0,82 12

Purificación 217 18,08 0,60 12

Aguadas 191 19,10 0,64 10

Anserma 168 15,27 0,51 11

161
Promedios de egreso de procesos
C
en los demás juzgados civiles de circuito. Año 2002

Circuito Meses
Anual Mensual Diario
judicial reportados

Chinchiná 154 14,00 0,47 11

La Dorada 417 37,91 1,26 11

Manizales 1.967 178,82 5,96 11

Río Sucio 100 9,09 0,30 11

Salamina 133 12,09 0,40 11

Bello 893 81,18 2,71 11

Envigado 779 64,92 2,16 12

Girardota 499 49,90 1,66 10

Itagüí 836 76,00 2,53 11

Cereté 921 76,75 2,56 12

Lorica 642 53,50 1,78 12

Montería 1.163 96,92 3,23 12

Sahagún 116 10,55 0,35 11

Garzón 338 28,17 0,94 12

La Plata 71 7,10 0,24 10

Neiva 3.397 283,08 9,44 12

Pitalito 472 47,20 1,57 10

Pamplona 503 41,92 1,40 12

Ipiales 425 35,42 1,18 12

La Unión 27 6,75 0,23 4

Mocoa 96 13,71 0,46 7

Pasto 2.130 177,50 5,92 12

Tumaco 211 17,58 0,59 12

Túquerres 170 15,45 0,52 11

Dos Quebradas 552 46,00 1,53 12

Pereira 2.548 212,33 7,08 12

S. Rosa del Cabal 521 43,42 1,45 12

Bolívar 23 1,92 0,06 12

Caloto 74 6,73 0,22 11

Patía (El Bordo) 119 9,92 0,33 12

Popayán 2.220 185,00 6,17 12

162
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Promedios de egreso de procesos


D
en los demás juzgados civiles de circuito. Año 2002

Circuito Meses
Anual Mensual Diario
judicial reportados

Puerto Tejada 139 12,64 0,42 11

S. de Quilichao 285 23,75 0,79 12

Itsmina 148 12,33 0,41 12

Quibdó 1.203 171,86 5,73 7

Riohacha 435 36,25 1,21 12

S. And. y Prov. 763 69,36 2,31 11

Puente Nacional 151 12,58 0,42 12

San Gil 491 40,92 1,36 12

Socorro 377 31,42 1,05 12

Vélez 453 37,75 1,26 12

Ciénaga 242 20,17 0,67 12

El Banco 62 6,20 0,21 10

Fundación 305 30,50 1,02 10

Santa Marta 1.657 165,70 5,52 10

Duitama 598 49,83 1,66 12

Sogamoso 782 65,17 2,17 12

Sincelejo 1.121 93,42 3,11 12

Chiquinquirá 497 41,42 1,38 12

Garagoa 203 16,92 0,56 12

Guateque 183 16,64 0,55 11

Moniquirá 374 31,17 1,04 12

Ramiriquí 188 18,80 0,63 10

Tunja 1.699 141,58 4,72 12

Aguachica 134 11,17 0,37 12

Chiriguaná 318 26,50 0,88 12

Valledupar 1.985 165,42 5,51 12

Acacías 340 30,91 1,03 11

Granada 560 46,67 1,56 12

Villavicencio 2.903 241,92 8,06 12

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura, Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico. Año 2002–2004

163
Ingreso y egr
Ingreso eso de pr
egreso ocesos en los demás juzgados civiles de cir
procesos cuito
circuito
Año 2002 (continúa)

Tabla No. 16.


Ingreso promedio por juzgado civil de circuito A
en los demás circuitos judiciales. Año 2002

Circuito Despachos
Anual Mensual Diario
judicial judiciales

Andes 1 224 18,67 0,62

Apartadó 1 217 18,08 0,60

Bolívar 1 160 13,33 0,44

Caucasia 1 236 21,45 0,72

Cisneros 1 92 7,67 0,26

El Santuario 1 64 5,82 0,19

Fredonia 1 246 22,36 0,75

Frontino 1 149 12,42 0,41

La Ceja 1 234 19,50 0,65

Marinilla 1 181 15,08 0,50

Puerto Berrío 1 72 6,00 0,20

Rionegro 2 151 12,54 0,42

Sonsón 1 95 7,92 0,26

Titiribí 1 111 9,25 0,31

Turbo 1 127 10,58 0,35

Urrao 1 97 8,08 0,27

Yarumal 1 89 7,42 0,25

Calarcá 1 690 57,50 1,92

Barrancabermeja 3 369 30,75 1,03

Málaga 1 89 7,42 0,25

Buenaventura 3 120 10,03 0,33

Buga 3 197 16,39 0,55

Cartago 2 252 21,00 0,70

Palmira 5 257 21,38 0,71

Roldanillo 1 205 17,08 0,57

Sevilla 2 42 3,50 0,12

Tuluá 2 429 35,71 1,19

164
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Ingreso promedio por juzgado civil de circuito


en los demás circuitos judiciales. Año 2002 B

Circuito Despachos
Anual Mensual Diario
judicial judiciales

Cartagena 8 344 28,63 0,95

Magangué 2 320 26,67 0,89

Mompós 1 259 37,00 1,23

Cúcuta 7 323 26,88 0,90

Ocaña 2 263 21,92 0,73

Cáqueza 1 121 11,00 0,37

Chocontá 1 280 31,11 1,04

Facatativá 2 228 19,00 0,63

Funza 1 351 39,00 1,30

Fusagasugá 2 272 22,63 0,75

Gachetá 1 53 7,57 0,25

Girardot 2 284 35,44 1,18

La Mesa 1 116 16,57 0,55

Leticia 1 204 17,00 0,57

Soacha 2 317 39,56 1,32

Ubaté 1 130 18,57 0,62

Villeta 1 169 14,08 0,47

Zipaquirá 2 237 23,65 0,79

Florencia 3 178 17,80 0,59

Chaparral 2 112 9,33 0,31

Espinal 2 114 14,25 0,48

Fresno 1 103 9,36 0,31

Guamo 2 206 17,13 0,57

Honda 2 187 16,95 0,57

Ibagué 6 576 47,99 1,60

Lérida 1 295 26,82 0,89

Líbano 1 205 17,08 0,57

Melgar 2 122 10,17 0,34

Purificación 1 213 17,75 0,59

Aguadas 1 175 17,50 0,58

Anserma 1 172 15,64 0,52

165
Ingreso promedio por juzgado civil de circuito
en los demás circuitos judiciales. Año 2002 C

Circuito Despachos
Anual Mensual Diario
judicial judiciales

Chinchiná 1 157 14,27 0,48

La Dorada 2 155 14,09 0,47

Manizales 6 304 27,59 0,92

Río Sucio 1 85 7,73 0,26

Salamina 1 120 10,91 0,36

Bello 2 505 45,91 1,53

Envigado 2 376 31,29 1,04

Girardota 1 648 64,80 2,16

Itagüí 2 424 38,55 1,28

Cereté 2 454 37,79 1,26

Lorica 1 444 37,00 1,23

Montería 4 274 22,85 0,76

Sahagún 1 159 14,45 0,48

Garzón 2 131 10,92 0,36

La Plata 1 214 21,40 0,71

Neiva 5 471 39,25 1,31

Pitalito 3 147 14,67 0,49

Pamplona 2 226 18,79 0,63

Ipiales 2 153 12,75 0,43

La Unión 1 15 3,75 0,13

Mocoa 1 160 22,86 0,76

Pasto 4 465 38,73 1,29

Tumaco 2 128 10,67 0,36

Túquerres 1 191 17,36 0,58

Dos Quebradas 1 432 36,00 1,20

Pereira 5 374 31,20 1,04

S. Rosa del Cabal 1 558 46,50 1,55

Bolívar 1 19 1,58 0,05

Caloto 1 66 6,00 0,20

Patía (El Bordo) 1 86 7,17 0,24

Popayán 6 393 32,75 1,09

166
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Ingreso promedio por juzgado civil de circuito


en los demás circuitos judiciales. Año 2002 D

Circuito Despachos
Anual Mensual Diario
judicial judiciales

Puerto Tejada 1 317 28,82 0,96

S. de Quilichao 2 148 12,33 0,41

Itsmina 1 205 17,08 0,57

Quibdó 1 370 52,86 1,76

Riohacha 2 184 15,33 0,51

S. And. y Prov. 2 54 4,86 0,16

Puente Nacional 1 160 13,33 0,44

San Gil 2 249 20,71 0,69

Socorro 2 155 12,92 0,43

Vélez 2 149 12,42 0,41

Ciénaga 2 180 15,00 0,50

El Banco 1 66 6,60 0,22

Fundación 2 88 8,80 0,29

Santa Marta 5 367 36,66 1,22

Duitama 3 197 16,42 0,55

Sogamoso 3 203 16,89 0,56

Sincelejo 1 1.142 95,17 3,17

Chiquinquirá 2 227 18,88 0,63

Garagoa 1 202 16,83 0,56

Guateque 1 262 23,82 0,79

Moniquirá 1 369 30,75 1,03

Ramiriquí 1 169 16,90 0,56

Tunja 4 410 34,15 1,14

Aguachica 1 139 11,58 0,39

Chiriguaná 1 132 11,00 0,37

Valledupar 5 335 27,93 0,93

Acacías 1 425 38,64 1,29

Granada 1 530 44,17 1,47

Villavicencio 4 662 55,19 1,84

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura, Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico. Año 2002–2004

167
Ingreso y egr
Ingreso eso de pr
egreso ocesos en los demás juzgados civiles de cir
procesos cuito
circuito
Año 2002 (continúa)

Tabla No. 17.


Egreso promedio por juzgado civil de circuito A
en los demás circuitos judiciales. Año 2002

Circuito Despachos
Anual Mensual Diario
judicial judiciales

Andes 1 218 1,00 0,03

Apartadó 1 217 1,00 0,03

Bolívar 1 174 1,00 0,03

Caucasia 1 235 1,00 0,03

Cisneros 1 77 1,00 0,03

El Santuario 1 64 1,00 0,03

Fredonia 1 275 1,00 0,03

Frontino 1 146 1,00 0,03

La Ceja 1 335 1,00 0,03

Marinilla 1 235 1,00 0,03

Puerto Berrío 1 65 1,00 0,03

Rionegro 2 140 0,50 0,02

Sonsón 1 105 1,00 0,03

Titiribí 1 117 1,00 0,03

Turbo 1 182 1,00 0,03

Urrao 1 100 1,00 0,03

Yarumal 1 128 1,00 0,03

Calarcá 1 1.347 1,00 0,03

Barrancabermeja 3 354 0,33 0,01

Málaga 1 89 1,00 0,03

Buenaventura 3 119 0,33 0,01

Buga 3 206 0,33 0,01

Cartago 2 277 0,50 0,02

Palmira 5 262 0,20 0,01

Roldanillo 1 264 1,00 0,03

Sevilla 2 40 0,50 0,02

Tuluá 2 395 0,50 0,02

168
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Egreso promedio por juzgado civil de circuito


en los demás circuitos judiciales. Año 2002 B

Circuito Despachos
Anual Mensual Diario
judicial judiciales

Cartagena 8 401 0,13 0,00

Magangué 2 190 0,50 0,02

Mompós 1 134 1,00 0,03

Cúcuta 7 345 0,14 0,00

Ocaña 2 200 0,50 0,02

Cáqueza 1 206 1,00 0,03

Chocontá 1 365 1,00 0,03

Facatativá 2 251 0,50 0,02

Funza 1 353 1,00 0,03

Fusagasugá 2 342 0,50 0,02

Gachetá 1 74 1,00 0,03

Girardot 2 243 0,50 0,02

La Mesa 1 156 1,00 0,03

Leticia 1 143 1,00 0,03

Soacha 2 388 0,50 0,02

Ubaté 1 188 1,00 0,03

Villeta 1 116 1,00 0,03

Zipaquirá 2 307 0,50 0,02

Florencia 3 173 0,33 0,01

Chaparral 2 209 0,50 0,02

Espinal 2 125 0,50 0,02

Fresno 1 86 1,00 0,03

Guamo 2 246 0,50 0,02

Honda 2 248 0,50 0,02

Ibagué 6 814 0,17 0,01

Lérida 1 354 1,00 0,03

Líbano 1 229 1,00 0,03

Melgar 2 147 0,50 0,02

Purificación 1 217 1,00 0,03

Aguadas 1 191 1,00 0,03

Anserma 1 168 1,00 0,03

169
Egreso promedio por juzgado civil de circuito
en los demás circuitos judiciales. Año 2002 C

Circuito Despachos
Anual Mensual Diario
judicial judiciales

Chinchiná 1 154 1,00 0,03

La Dorada 2 209 0,50 0,02

Manizales 6 328 0,17 0,01

Río Sucio 1 100 1,00 0,03

Salamina 1 133 1,00 0,03

Bello 2 447 0,50 0,02

Envigado 2 390 0,50 0,02

Girardota 1 499 1,00 0,03

Itagüí 2 418 0,50 0,02

Cereté 2 461 0,50 0,02

Lorica 1 642 1,00 0,03

Montería 4 291 0,25 0,01

Sahagún 1 116 1,00 0,03

Garzón 2 169 0,50 0,02

La Plata 1 71 1,00 0,03

Neiva 5 679 0,20 0,01

Pitalito 3 157 0,33 0,01

Pamplona 2 252 0,50 0,02

Ipiales 2 213 0,50 0,02

La Unión 1 27 1,00 0,03

Mocoa 1 96 1,00 0,03

Pasto 4 533 0,25 0,01

Tumaco 2 106 0,50 0,02

Túquerres 1 170 1,00 0,03

Dos Quebradas 1 552 1,00 0,03

Pereira 5 510 0,20 0,01

S. Rosa del Cabal 1 521 1,00 0,03

Bolívar 1 23 1,00 0,03

Caloto 1 74 1,00 0,03

Patía (El Bordo) 1 119 1,00 0,03

Popayán 6 370 0,17 0,01

170
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Egreso promedio por juzgado civil de circuito


en los demás circuitos judiciales. Año 2002 D

Circuito Despachos
Anual Mensual Diario
judicial judiciales

Puerto Tejada 1 139 1,00 0,03

S. de Quilichao 2 143 0,50 0,02

Itsmina 1 148 1,00 0,03

Quibdó 1 1.203 1,00 0,03

Riohacha 2 218 0,50 0,02

S. And. y Prov. 2 382 0,50 0,02

Puente Nacional 1 151 1,00 0,03

San Gil 2 246 0,50 0,02

Socorro 2 189 0,50 0,02

Vélez 2 227 0,50 0,02

Ciénaga 2 121 0,50 0,02

El Banco 1 62 1,00 0,03

Fundación 2 153 0,50 0,02

Santa Marta 5 331 0,20 0,01

Duitama 3 199 0,33 0,01

Sogamoso 3 261 0,33 0,01

Sincelejo 1 1.121 1,00 0,03

Chiquinquirá 2 249 0,50 0,02

Garagoa 1 203 1,00 0,03

Guateque 1 183 1,00 0,03

Moniquirá 1 374 1,00 0,03

Ramiriquí 1 188 1,00 0,03

Tunja 4 425 0,25 0,01

Aguachica 1 134 1,00 0,03

Chiriguaná 1 318 1,00 0,03

Valledupar 5 397 0,20 0,01

Acacías 1 340 1,00 0,03

Granada 1 560 1,00 0,03

Villavicencio 4 726 0,25 0,01

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura, Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico. Año 2002–2004

171
Ingr eso y egr
Ingreso eso de pr
egreso ocesos
procesos
en los juzgados civiles municipales
de mayor car ga laboral
carga
Año 2002

Tabla No. 18.


Productividad de los juzgados civiles municipales de mayor carga laboral. Año 2002

Circuito No. despachos Inventario Volumen de Carga para


Ingresos Egresos
judicial judiciales inicial trabajo el 2003

Barranquilla 21 59.764 23.382 83.146 19.080 64.066

Bogotá D.C. 62 194.347 109.021 303.368 90.359 213.009

Bucaramanga 14 58.507 19.638 78.145 18.577 59.568

Cali 32 93.815 31.816 125.631 26.508 99.123

Medellín 23 40.193 28.105 68.298 25.499 42.799

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura, Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico. Año 2002–2004

Tabla No. 19.


Promedios de ingreso de procesos en los juzgados civiles municipales
de mayor carga laboral. Año 2002

Circuito No. meses


Anual Mensual Diario
judicial reportados

Barranquilla 23.382 1.948,50 64,95 12

Bogotá D.C. 109.021 9.085,08 302,84 12

Bucaramanga 19.638 1.636,50 54,55 12

Cali 31.816 2.651,33 88,38 12

Medellín 28.105 2.342,08 78,07 12

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura, Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico. Año 2002–2004

172
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Tabla No. 20.


Promedios de egreso de procesos en los juzgados civiles municipales
de mayor carga laboral. Año 2002

Circuito No. meses


Anual Mensual Diario
judicial reportados

Barranquilla 19.080 1.590,00 53,00 12

Bogotá D.C. 90.359 7.529,92 251,00 12

Bucaramanga 18.577 1.548,08 51,60 12

Cali 26.508 2.209,00 73,63 12

Medellín 25.499 2.124,92 70,83 12

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura, Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico. Año 2002–2004

Tabla No. 21.


Ingreso promedio por juzgado civil municipal de mayor carga laboral. Año 2002

Circuito No. despachos


Anual Mensual Diario
judicial judiaciales

Barranquilla 21 1.113,43 92,79 3,09

Bogotá D.C. 62 1.758,40 146,53 4,88

Bucaramanga 14 1.402,71 116,89 3,90

Cali 32 994,25 82,85 2,76

Medellín 23 1.221,96 101,83 3,39

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura, Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico. Año 2002–2004

Tabla No. 22.


Producción promedio por juzgado civil municipal de mayor carga laboral. Año 2002

Circuito No. despachos


Anual Mensual Diario
judicial judiaciales

Barranquilla 21 908,57 75,71 2,52

Bogotá D.C. 62 1.457,40 121,45 4,05

Bucaramanga 14 1.326,93 110,58 3,69

Cali 32 828,38 69,03 2,30

Medellín 23 1.108,65 92,39 3,08

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura, Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico. Año 2002–2004

173
Ingreso y egr
Ingreso eso de pr
egreso ocesos en los demás
procesos
juzgados civiles municipales. Año 2002
Tabla No. 23.
Productividad de los juzgados civiles municipales A
en los demás circuitos judiciales. Año 2002
Circuito No. despachos Inventario Volumen de Carga para
Ingresos Egresos
judicial judiciales inicial trabajo el 2003
Andes 1 301 407 708 878 170
Apartadó 2 1.110 1.006 2.116 802 1.314
Bolívar 2 57 282 339 287 52
Caucasia 1 774 455 1.229 401 828
Dabeiba 1 110 84 194 84 110
El Bagre 1 41 99 140 105 35
Fredonia 1 422 412 834 399 435
Frontino 1 52 73 125 68 57
La Ceja 1 192 313 505 389 116
Marinilla 1 577 224 801 221 580
Puerto Berrío 1 500 269 769 316 453
Rionegro 3 886 894 1.780 710 1.070
S. Bárbara 1 321 458 779 549 230
S. R. de Osos 1 102 145 247 162 85
Segovia 1 15 102 117 109 8
Sonsón 1 187 169 356 177 179
Támesis 1 248 322 570 282 288
Turbo 1 633 459 1.092 501 591
Urrao 1 45 166 211 164 47
Yarumal 1 561 191 752 211 541
Armenia 7 16.427 5.443 21.870 4.642 17.228
Calarcá 2 1.779 832 2.611 855 1.756
Soledad 2 2.887 1.685 4.572 1.344 3.228
Barrancabermeja 5 4.538 3.712 8.250 2.898 5.352
Málaga 1 219 142 361 128 233
S. V. de Chucurí 1 509 353 862 350 512
Buenaventura 8 2.739 2.017 4.756 1.818 2.938
Buga 3 2.300 1.735 4.035 1.997 2.038
Cartago 4 1.676 1.096 2.772 1.142 1.630

174
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Productividad de los juzgados civiles municipales


B
en los demás circuitos judiciales. Año 2002

Circuito No. despachos Inventario Volumen de Carga para


Ingresos Egresos
judicial judiciales inicial trabajo el 2003

Palmira 8 14.148 3.137 17.285 2.986 14.299

Roldanillo 2 237 204 441 246 195

Sevilla 2 2.310 453 2.763 412 2.351

Tuluá 6 4.292 2.067 6.359 2.200 4.159

Cartagena 13 32.087 12.614 44.701 8.840 35.861

Magangué 2 2.077 967 3.044 561 2.483

Mompós 1 205 148 353 216 137

Cúcuta 9 8.974 7.437 16.411 6.574 9.837

Los Patios 1 557 489 1.046 485 561

Ocaña 3 1.423 1.593 3.016 1.410 1.606

Cáqueza 1 117 176 293 214 79

Chocontá 1 84 237 321 255 66

Facatativá 2 1.032 898 1.930 781 1.149

Funza 1 1.064 52 1.116 51 1.065

Fusagasugá 2 2.314 1.269 3.583 932 2.651

Gachetá 1 152 81 233 116 117

Girardot 5 2.196 2.280 4.476 2.248 2.228

La Mesa 1 93 259 352 233 119

Leticia 2 192 478 670 536 134

Pacho 1 426 354 780 474 306

Soacha 2 5.041 1.787 6.828 1.100 5.728

Ubaté 1 466 436 902 473 429

Zipaquirá 3 2.266 1.342 3.608 1.077 2.531

Florencia 4 2.833 1.665 4.498 1.213 3.285

Puerto Rico 1 355 124 479 96 383

Chaparral 2 592 314 906 349 557

Espinal 4 7.004 1.197 8.201 874 7.327

Fresno 2 190 148 338 105 233

Guamo 2 304 340 644 288 356

Honda 2 498 642 1.140 587 553

Ibagué 13 23.581 9.800 33.381 7.355 26.026

175
Productividad de los juzgados civiles municipales
C
en los demás circuitos judiciales. Año 2002

Circuito No. despachos Inventario Volumen de Carga para


Ingresos Egresos
judicial judiciales inicial trabajo el 2003

Líbano 2 762 421 1.183 479 704

Melgar 1 679 552 1.231 378 853

Purificación 2 490 228 718 181 537

Aguadas 1 87 220 307 269 38

Anserma 2 194 191 385 182 203

Chinchiná 3 232 387 619 377 242

La Dorada 3 872 827 1.699 858 841

Manizales 10 7.761 6.241 14.002 6.698 7.304

Pensilvania 1 25 79 104 62 42

P. Boyacá 2 76 189 265 306 41

Río Sucio 2 85 118 203 120 83

Salamina 2 95 217 312 298 14

Bello 3 2.010 3.260 5.270 3.005 2.265

Envigado 2 1.070 1.655 2.725 1.933 792

Girardota 2 251 667 918 615 303

Itagüí 5 2.815 2.393 5.208 2.002 3.206

Cereté 1 412 519 931 469 462

Lorica 1 706 555 1.261 496 765

Monte Líbano 1 1.190 333 1.523 344 1.179

Montería 5 5.670 3.672 9.342 3.137 6.205

Garzón 3 1.712 520 2.232 483 1.749

La Plata 1 3.197 279 3.476 213 3.263

Neiva 10 23.279 9.225 32.504 9.022 23.482

Pitalito 3 1.536 1.371 2.907 1.141 1.766

Pamplona 2 1.555 920 2.475 1.104 1.371

Ipiales 2 2.036 1.422 3.458 1.229 2.229

La Unión 1 75 357 432 313 119

Pasto 6 8.810 6.584 15.394 5.387 10.007

Tumaco 2 691 913 1.604 764 840

Túquerres 2 206 387 593 362 231

D. Quebradas 2 1.301 1.328 2.629 1.267 1.362

176
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Productividad de los juzgados civiles municipales


D
en los demás circuitos judiciales. Año 2002

Circuito No. despachos Inventario Volumen de Carga para


Ingresos Egresos
judicial judiciales inicial trabajo el 2003

Pereira 6 6.217 5.823 12.040 5.057 6.983

S. R. de Cabal 2 809 810 1.619 652 967

Popayán 6 4.526 4.252 8.778 4.615 4.163

Puerto Tejada 2 102 295 397 313 84

S. de Quilichao 2 485 596 1.081 573 508

Quibdó 2 1.543 1.457 3.000 1.629 1.371

Riohacha 3 282 804 1.086 812 274

S. J. del.Cesar 1 124 195 319 136 183

Charalá 1 63 123 186 181 5

P. Nacional 1 145 214 359 199 160

San Gil 2 3.063 1.146 4.209 1.060 3.149

Socorro 3 2.426 644 3.070 567 2.503

Vélez 5 1.866 1.252 3.118 1.440 1.678

Ciénaga 3 7.687 651 8.338 613 7.725

El Banco 1 111 179 290 151 139

El Plato 1 615 154 769 217 552

Fundación 1 822 399 1.221 419 802

Santa Marta 8 7.084 4.395 11.479 4.159 7.320

Duitama 5 8.519 2.635 11.154 2.437 8.717

Sogamoso 4 3.641 2.215 5.856 3.057 2.799

Corozal 1 2.295 477 2.772 359 2.413

Sincelejo 5 11.430 3.222 14.652 4.212 10.440

Chiquinquirá 3 5.375 705 6.080 506 5.574

Garagoa 1 147 167 314 165 149

Guateque 1 157 100 257 69 188

Moniquirá 2 618 380 998 463 535

Tunja 6 6.972 4.721 11.693 5.154 6.539

Valledupar 6 11.888 5.936 17.824 6.944 10.880

Villavicencio 7 6.116 2.668 8.784 2.995 5.789

Ciénaga 3 7.687 651 8.338 613 7.725

El Banco 1 111 179 290 151 139

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura, Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico. Año 2002–2004

177
Ingreso y egr
Ingreso eso de pr
egreso ocesos en los demás juzgados civiles municipales
procesos
Año 2002 (continúa)

Tabla No. 24.


Promedios de ingreso de procesos A
en los demás juzgados civiles municipales. Año 2002

Circuito Meses
Anual Mensual Diario
judicial reportados

Andes 407 33,92 1,13 12

Apartadó 1.006 83,83 2,79 12

Bolívar 282 23,50 0,78 12

Caucasia 455 37,92 1,26 12

Dabeiba 84 7,00 0,23 12

El Bagre 99 8,25 0,28 12

Fredonia 412 34,33 1,14 12

Frontino 73 6,08 0,20 12

La Ceja 313 26,08 0,87 12

Marinilla 224 18,67 0,62 12

Puerto Berrío 269 22,42 0,75 12

Rionegro 894 74,50 2,48 12

Santa Bárbara 458 38,17 1,27 12

S. R. de Osos 145 12,08 0,40 12

Segovia 102 8,50 0,28 12

Sonsón 169 14,08 0,47 12

Támesis 322 26,83 0,89 12

Turbo 459 38,25 1,28 12

Urrao 166 13,83 0,46 12

Yarumal 191 15,92 0,53 12

Armenia 5.443 453,58 15,12 12

Calarcá 832 69,33 2,31 12

Soledad 1.685 140,42 4,68 12

Barrancabermeja 3.712 309,33 10,31 12

Málaga 142 11,83 0,39 12

S. V. de Chucurí 353 29,42 0,98 12

Buenaventura 2.017 168,08 5,60 12

178
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Promedios de ingreso de procesos


B
en los demás juzgados civiles municipales. Año 2002

Circuito Meses
Anual Mensual Diario
judicial reportados

Buga 1.735 144,58 4,82 12

Cartago 1.096 91,33 3,04 12

Palmira 3.137 261,42 8,71 12

Roldanillo 204 17,00 0,57 12

Sevilla 453 37,75 1,26 12

Tuluá 2.067 172,25 5,74 12

Cartagena 12.614 1051,2 35,04 12

Magangué 967 80,58 2,69 12

Mompós 148 12,33 0,41 12

Cúcuta 7.437 619,75 20,66 12

Los Patios 489 40,75 1,36 12

Ocaña 1.593 132,75 4,43 12

Cáqueza 176 14,67 0,49 12

Chocontá 237 19,75 0,66 12

Facatativá 898 74,83 2,49 12

Funza 52 4,33 0,14 12

Fusagasugá 1.269 105,75 3,53 12

Gachetá 81 6,75 0,23 12

Girardot 2.280 190,00 6,33 12

La Mesa 259 21,58 0,72 12

Leticia 478 39,83 1,33 12

Pacho 354 29,50 0,98 12

Soacha 1.787 255,29 8,51 7

Ubaté 436 36,33 1,21 12

Zipaquirá 1.342 111,83 3,73 12

Florencia 1.665 166,50 5,55 10

Puerto Rico 124 12,40 0,41 10

Chaparral 314 26,17 0,87 12

Espinal 1.197 99,75 3,33 12

Fresno 148 12,33 0,41 12

Guamo 340 28,33 0,94 12

179
Promedios de ingreso de procesos
C
en los demás juzgados civiles municipales. Año 2002

Circuito Meses
Anual Mensual Diario
judicial reportados

Honda 642 53,50 1,78 12

Ibagué 9.800 816,67 27,22 12

Líbano 421 35,08 1,17 12

Melgar 552 50,18 1,67 11

Purificación 228 19,00 0,63 12

Aguadas 220 22,00 0,73 10

Anserma 191 17,36 0,58 11

Chinchiná 387 35,18 1,17 11

La Dorada 827 75,18 2,51 11

Manizales 6.241 567,36 18,91 11

Pensilvania 79 7,18 0,24 11

Puerto Boyacá 189 17,18 0,57 11

Río Sucio 118 10,73 0,36 11

Salamina 217 19,73 0,66 11

Bello 3.260 271,67 9,06 12

Envigado 1.655 137,92 4,60 12

Girardota 667 55,58 1,85 12

Itagüí 2.393 199,42 6,65 12

Cereté 519 47,18 1,57 11

Lorica 555 50,45 1,68 11

Monte Líbano 333 30,27 1,01 11

Montería 3.672 306,00 10,20 12

Garzón 520 47,27 1,58 11

La Plata 279 23,25 0,78 12

Neiva 9.225 768,75 25,63 12

Pitalito 1.371 124,64 4,15 11

Pamplona 920 76,67 2,56 12

Ipiales 1.422 118,50 3,95 12

La Unión 357 32,45 1,08 11

Pasto 6.584 548,67 18,29 12

Tumaco 913 76,08 2,54 12

180
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Promedios de ingreso de procesos


D
en los demás juzgados civiles municipales. Año 2002

Circuito Meses
Anual Mensual Diario
judicial reportados

Túquerres 387 32,25 1,08 12

Dos Quebradas 1.328 110,67 3,69 12

Pereira 5.823 485,25 16,18 12

S. Rosa de Cabal 810 67,50 2,25 12

Popayán 4.252 354,33 11,81 12

Puerto Tejada 295 24,58 0,82 12

S. de Quilichao 596 49,67 1,66 12

Quibdó 1.457 121,42 4,05 12

Riohacha 804 67,00 2,23 12

San Juan del Cesar 195 16,25 0,54 12

Charalá 123 10,25 0,34 12

Puente Nacional 214 17,83 0,59 12

San Gil 1.146 95,50 3,18 12

Socorro 644 53,67 1,79 12

Vélez 1.252 104,33 3,48 12

Ciénaga 651 72,33 2,41 9

El Banco 179 19,89 0,66 9

El Plato 154 19,25 0,64 8

Fundación 399 49,88 1,66 8

Santa Marta 4.395 439,50 14,65 10

Duitama 2.635 219,58 7,32 12

Sogamoso 2.215 184,58 6,15 12

Corozal 477 39,75 1,33 12

Sincelejo 3.222 268,50 8,95 12

Chiquinquirá 705 58,75 1,96 12

Garagoa 167 13,92 0,46 12

Guateque 100 8,33 0,28 12

Moniquirá 380 31,67 1,06 12

Tunja 4.721 393,42 13,11 12

Valledupar 5.936 494,67 16,49 12

Villavicencio 2.668 296,44 9,88 9

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura, Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico. Año 2002–2004

181
Ingreso y egr
Ingreso eso de pr
egreso ocesos en los demás juzgados civiles municipales
procesos
Año 2002 (continúa)

Tabla No. 25.


Promedios de egreso de procesos A
en los demás juzgados civiles municipales. Año 2002

Circuito Meses
Anual Mensual Diario
judicial reportados

Andes 878 73,17 2,44 12

Apartadó 802 66,83 2,23 12

Bolívar 287 23,92 0,80 12

Caucasia 401 33,42 1,11 12

Dabeiba 84 7,64 0,25 11

El Bagre 105 8,75 0,29 12

Fredonia 399 33,25 1,11 12

Frontino 68 5,67 0,19 12

La Ceja 389 32,42 1,08 12

Marinilla 221 18,42 0,61 12

Puerto Berrío 316 26,33 0,88 12

Rionegro 710 59,17 1,97 12

Santa Bárbara 549 49,91 1,66 11

S. Rosa de Osos 162 13,50 0,45 12

Segovia 109 9,08 0,30 12

Sonsón 177 16,09 0,54 11

Támesis 282 23,50 0,78 12

Turbo 501 41,75 1,39 12

Urrao 164 13,67 0,46 12

Yarumal 211 17,58 0,59 12

Armenia 4.642 386,83 12,89 12

Calarcá 855 71,25 2,38 12

Soledad 1.344 112,00 3,73 12

Barrancabermeja 2.898 241,50 8,05 12

Málaga 128 10,67 0,36 12

S. V. de Chucurí 350 29,17 0,97 12

Buenaventura 1.818 151,50 5,05 12

182
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Promedios de egreso de procesos


B
en los demás juzgados civiles municipales. Año 2002

Circuito Meses
Anual Mensual Diario
judicial reportados

Buga 1.997 166,42 5,55 12

Cartago 1.142 95,17 3,17 12

Palmira 2.986 248,83 8,29 12

Roldanillo 246 20,50 0,68 12

Sevilla 412 34,33 1,14 12

Tuluá 2.200 183,33 6,11 12

Cartagena 8.840 736,67 24,56 12

Magangué 561 46,75 1,56 12

Mompós 216 18,00 0,60 12

Cúcuta 6.574 547,83 18,26 12

Los Patios 485 40,42 1,35 12

Ocaña 1.410 117,50 3,92 12

Cáqueza 214 17,83 0,59 12

Chocontá 255 23,18 0,77 11

Facatativá 781 65,08 2,17 12

Funza 51 25,50 0,85 2

Fusagasugá 932 77,67 2,59 12

Gachetá 116 12,89 0,43 9

Girardot 2.248 187,33 6,24 12

La Mesa 233 19,42 0,65 12

Leticia 536 44,67 1,49 12

Pacho 474 39,50 1,32 12

Soacha 1.100 157,14 5,24 7

Ubaté 473 39,42 1,31 12

Zipaquirá 1.077 89,75 2,99 12

Florencia 1.213 121,30 4,04 10

Puerto Rico 96 9,60 0,32 10

Chaparral 349 29,08 0,97 12

Espinal 874 72,83 2,43 12

Fresno 105 8,75 0,29 12

Guamo 288 24,00 0,80 12

183
Promedios de egreso de procesos
C
en los demás juzgados civiles municipales. Año 2002

Circuito Meses
Anual Mensual Diario
judicial reportados

Honda 587 48,92 1,63 12

Ibagué 7.355 612,92 20,43 12

Líbano 479 39,92 1,33 12

Melgar 378 34,36 1,15 11

Purificación 181 15,08 0,50 12

Aguadas 269 26,90 0,90 10

Anserma 182 16,55 0,55 11

Chinchiná 377 34,27 1,14 11

La Dorada 858 78,00 2,60 11

Manizales 6.698 608,91 20,30 11

Pensilvania 62 5,64 0,19 11

Puerto Boyacá 306 27,82 0,93 11

Río Sucio 120 10,91 0,36 11

Salamina 298 27,09 0,90 11

Bello 3.005 250,42 8,35 12

Envigado 1.933 161,08 5,37 12

Girardota 615 51,25 1,71 12

Itagüí 2.002 166,83 5,56 12

Cerete 469 42,64 1,42 11

Lorica 496 45,09 1,50 11

Monte Líbano 344 31,27 1,04 11

Montería 3.137 261,42 8,71 12

Garzón 483 43,91 1,46 11

La Plata 213 17,75 0,59 12

Neiva 9.022 751,83 25,06 12

Pitalito 1.141 103,73 3,46 11

Pamplona 1.104 92,00 3,07 12

Ipiales 1.229 102,42 3,41 12

La Unión 313 28,45 0,95 11

Pasto 5.387 448,92 14,96 12

Tumaco 764 63,67 2,12 12

184
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Promedios de egreso de procesos


D
en los demás juzgados civiles municipales. Año 2002

Circuito Meses
Anual Mensual Diario
judicial reportados

Túquerres 362 30,17 1,01 12

Dos Quebradas 1.267 105,58 3,52 12

Pereira 5.057 421,42 14,05 12

S. Rosa de Cabal 652 54,33 1,81 12

Popayán 4.615 384,58 12,82 12

Puerto Tejada 313 26,08 0,87 12

S. de Quilichao 573 47,75 1,59 12

Quibdó 1.629 135,75 4,53 12

Riohacha 812 67,67 2,26 12

San Juan del Cesar 136 11,33 0,38 12

Charalá 181 15,08 0,50 12

Puente Nacional 199 16,58 0,55 12

San Gil 1.060 88,33 2,94 12

Socorro 567 47,25 1,58 12

Vélez 1.440 120,00 4,00 12

Ciénaga 613 68,11 2,27 9

El Banco 151 16,78 0,56 9

El Plato 217 27,13 0,90 8

Fundación 419 52,38 1,75 8

Santa Marta 4.159 415,90 13,86 10

Duitama 2.437 203,08 6,77 12

Sogamoso 3.057 254,75 8,49 12

Corozal 359 29,92 1,00 12

Sincelejo 4.212 351,00 11,70 12

Chiquinquirá 506 42,17 1,41 12

Garagoa 165 13,75 0,46 12

Guateque 69 5,75 0,19 12

Moniquirá 463 38,58 1,29 12

Tunja 5.154 429,50 14,32 12

Valledupar 6.944 578,67 19,29 12

Villavicencio 2.995 332,78 11,09 9

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura, Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico. Año 2002–2004

185
Ingreso y egr
Ingreso eso de pr
egreso ocesos en los demás juzgados civiles municipales
procesos
Año 2002 (continúa)

Tabla No. 26.


Ingresos promedio por juzgado civil municipal A
en los demás circuitos judiciales. Año 2002

Circuito Despachos
Anual Mensual Diario
judicial judiciales

Andes 1 407 33,92 1,13

Apartadó 2 503 41,92 1,40

Bolívar 2 141 11,75 0,39

Caucasia 1 455 37,92 1,26

Dabeiba 1 84 7,64 0,25

El Bagre 1 99 8,25 0,28

Fredonia 1 412 34,33 1,14

Frontino 1 73 6,08 0,20

La Ceja 1 313 26,08 0,87

Marinilla 1 224 18,67 0,62

Puerto Berrío 1 269 22,42 0,75

Rionegro 3 298 24,83 0,83

Santa Bárbara 1 458 41,64 1,39

S. Rosa de Osos 1 145 12,08 0,40

Segovia 1 102 8,50 0,28

Sonsón 1 169 15,36 0,51

Támesis 1 322 26,83 0,89

Turbo 1 459 38,25 1,28

Urrao 1 166 13,83 0,46

Yarumal 1 191 15,92 0,53

Armenia 7 778 64,80 2,16

Calarcá 2 416 34,67 1,16

Soledad 2 843 70,21 2,34

Barrancabermeja 5 742 61,87 2,06

Málaga 1 142 11,83 0,39

S. V. de Chucurí 1 353 29,42 0,98

Buenaventura 8 252 21,01 0,70

186
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Ingresos promedio por juzgado civil municipal


B
en los demás circuitos judiciales. Año 2002

Circuito Despachos
Anual Mensual Diario
judicial judiciales

Buga 3 578 48,19 1,61

Cartago 4 274 22,83 0,76

Palmira 8 392 32,68 1,09

Roldanillo 2 102 8,50 0,28

Sevilla 2 227 18,88 0,63

Tuluá 6 345 28,71 0,96

Cartagena 13 970 80,86 2,70

Magangué 2 484 40,29 1,34

Mompós 1 148 12,33 0,41

Cúcuta 9 826 68,86 2,30

Los Patios 1 489 40,75 1,36

Ocaña 3 531 44,25 1,48

Cáqueza 1 176 14,67 0,49

Chocontá 1 237 21,55 0,72

Facatativá 2 449 37,42 1,25

Funza 1 52 26,00 0,87

Fusagasugá 2 635 52,88 1,76

Gachetá 1 81 9,00 0,30

Girardot 5 456 38,00 1,27

La Mesa 1 259 21,58 0,72

Leticia 2 239 19,92 0,66

Pacho 1 354 29,50 0,98

Soacha 2 894 127,64 4,25

Ubaté 1 436 36,33 1,21

Zipaquirá 3 447 37,28 1,24

Florencia 4 416 41,63 1,39

Puerto Rico 1 124 12,40 0,41

Chaparral 2 157 13,08 0,44

Espinal 4 299 24,94 0,83

Fresno 2 74 6,17 0,21

Guamo 2 170 14,17 0,47

187
Ingresos promedio por juzgado civil municipal
C
en los demás circuitos judiciales. Año 2002

Circuito Despachos
Anual Mensual Diario
judicial judiciales

Honda 2 321 26,75 0,89

Ibagué 13 754 62,82 2,09

Líbano 2 211 17,54 0,58

Melgar 1 552 50,18 1,67

Purificación 2 114 9,50 0,32

Aguadas 1 220 22,00 0,73

Anserma 2 96 8,68 0,29

Chinchiná 3 129 11,73 0,39

La Dorada 3 276 25,06 0,84

Manizales 10 624 56,74 1,89

Pensilvania 1 79 7,18 0,24

Puerto Boyacá 2 95 8,59 0,29

Río Sucio 2 59 5,36 0,18

Salamina 2 109 9,86 0,33

Bello 3 1.087 90,56 3,02

Envigado 2 828 68,96 2,30

Girardota 2 334 27,79 0,93

Itagüí 5 479 39,88 1,33

Cereté 1 519 47,18 1,57

Lorica 1 555 50,45 1,68

Monte Líbano 1 333 30,27 1,01

Montería 5 734 61,20 2,04

Garzón 3 173 15,76 0,53

La Plata 1 279 23,25 0,78

Neiva 10 923 76,88 2,56

Pitalito 3 457 41,55 1,38

Pamplona 2 460 38,33 1,28

Ipiales 2 711 59,25 1,98

La Unión 1 357 32,45 1,08

Pasto 6 1.097 91,44 3,05

Tumaco 2 457 38,04 1,27

188
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Ingresos promedio por juzgado civil municipal


D
en los demás circuitos judiciales. Año 2002

Circuito Despachos
Anual Mensual Diario
judicial judiciales

Túquerres 2 194 16,13 0,54

Dos Quebradas 2 664 55,33 1,84

Pereira 6 971 80,88 2,70

S. Rosa de Cabal 2 405 33,75 1,13

Popayán 6 709 59,06 1,97

Puerto Tejada 2 148 12,29 0,41

S. de Quilichao 2 298 24,83 0,83

Quibdó 2 729 60,71 2,02

Riohacha 3 268 22,33 0,74

San Juan del Cesar 1 195 16,25 0,54

Charalá 1 123 10,25 0,34

Puente Nacional 1 214 17,83 0,59

San Gil 2 573 47,75 1,59

Socorro 3 215 17,89 0,60

Vélez 5 250 20,87 0,70

Ciénaga 3 217 24,11 0,80

El Banco 1 179 19,89 0,66

El Plato 1 154 19,25 0,64

Fundación 1 399 49,88 1,66

Santa Marta 8 549 54,94 1,83

Duitama 5 527 43,92 1,46

Sogamoso 4 554 46,15 1,54

Corozal 1 477 39,75 1,33

Sincelejo 5 644 53,70 1,79

Chiquinquirá 3 235 19,58 0,65

Garagoa 1 167 13,92 0,46

Guateque 1 100 8,33 0,28

Moniquirá 2 190 15,83 0,53

Tunja 6 787 65,57 2,19

Valledupar 6 989 82,44 2,75

Villavicencio 7 381 42,35 1,41

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura, Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico. Año 2002–2004

189
Ingreso y egr
Ingreso eso de pr
egreso ocesos en los demás juzgados civiles municipales
procesos
Año 2002 (continúa)

Tabla No. 27.


Egreso promedio por juzgado civil municipal A
en los demás circuitos judiciales. Año 2002

Circuito Despachos
Anual Mensual Diario
judicial judiciales

Andes 1 878 73,17 2,44

Apartadó 2 401 33,42 1,11

Bolívar 2 144 11,96 0,40

Caucasia 1 401 33,42 1,11

Dabeiba 1 84 7,64 0,25

El Bagre 1 105 8,75 0,29

Fredonia 1 399 33,25 1,11

Frontino 1 68 5,67 0,19

La Ceja 1 389 32,42 1,08

Marinilla 1 221 18,42 0,61

Puerto Berrío 1 316 26,33 0,88

Rionegro 3 237 19,72 0,66

Santa Bárbara 1 549 49,91 1,66

S. Rosa de Osos 1 162 13,50 0,45

Segovia 1 109 9,08 0,30

Sonsón 1 177 16,09 0,54

Támesis 1 282 23,50 0,78

Turbo 1 501 41,75 1,39

Urrao 1 164 13,67 0,46

Yarumal 1 211 17,58 0,59

Armenia 7 663 55,26 1,84

Calarcá 2 428 35,63 1,19

Soledad 2 672 56,00 1,87

Barrancabermeja 5 580 48,30 1,61

Málaga 1 128 10,67 0,36

S. V. de Chucurí 1 350 29,17 0,97

Buenaventura 8 227 18,94 0,63

190
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Egreso promedio por juzgado civil municipal


B
en los demás circuitos judiciales. Año 2002

Circuito Despachos
Anual Mensual Diario
judicial judiciales

Buga 3 666 55,47 1,85

Cartago 4 286 23,79 0,79

Palmira 8 373 31,10 1,04

Roldanillo 2 123 10,25 0,34

Sevilla 2 206 17,17 0,57

Tuluá 6 367 30,56 1,02

Cartagena 13 680 56,67 1,89

Magangué 2 281 23,38 0,78

Mompós 1 216 18,00 0,60

Cúcuta 9 730 60,87 2,03

Los Patios 1 485 40,42 1,35

Ocaña 3 470 39,17 1,31

Cáqueza 1 214 17,83 0,59

Chocontá 1 255 23,18 0,77

Facatativá 2 391 32,54 1,08

Funza 1 51 25,50 0,85

Fusagasugá 2 466 38,83 1,29

Gachetá 1 116 12,89 0,43

Girardot 5 450 37,47 1,25

La Mesa 1 233 19,42 0,65

Leticia 2 268 22,33 0,74

Pacho 1 474 39,50 1,32

Soacha 2 550 78,57 2,62

Ubaté 1 473 39,42 1,31

Zipaquirá 3 359 29,92 1,00

Florencia 4 303 30,33 1,01

Puerto Rico 1 96 9,60 0,32

Chaparral 2 175 14,54 0,48

Espinal 4 219 18,21 0,61

Fresno 2 53 4,38 0,15

Guamo 2 144 12,00 0,40

191
Egreso promedio por juzgado civil municipal
C
en los demás circuitos judiciales. Año 2002

Circuito Despachos
Anual Mensual Diario
judicial judiciales

Honda 2 294 24,46 0,82

Ibagué 13 566 47,15 1,57

Líbano 2 240 19,96 0,67

Melgar 1 378 34,36 1,15

Purificación 2 91 7,54 0,25

Aguadas 1 269 26,90 0,90

Anserma 2 91 8,27 0,28

Chinchiná 3 126 11,42 0,38

La Dorada 3 286 26,00 0,87

Manizales 10 670 60,89 2,03

Pensilvania 1 62 5,64 0,19

Puerto Boyacá 2 153 13,91 0,46

Río Sucio 2 60 5,45 0,18

Salamina 2 149 13,55 0,45

Bello 3 1.002 83,47 2,78

Envigado 2 967 80,54 2,68

Girardota 2 308 25,63 0,85

Itagüí 5 400 33,37 1,11

Cereté 1 469 42,64 1,42

Lorica 1 496 45,09 1,50

Monte Líbano 1 344 31,27 1,04

Montería 5 627 52,28 1,74

Garzón 3 161 14,64 0,49

La Plata 1 213 17,75 0,59

Neiva 10 902 75,18 2,51

Pitalito 3 380 34,58 1,15

Pamplona 2 552 46,00 1,53

Ipiales 2 615 51,21 1,71

La Unión 1 313 28,45 0,95

Pasto 6 898 74,82 2,49

Tumaco 2 382 31,83 1,06

192
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Egreso promedio por juzgado civil municipal


D
en los demás circuitos judiciales. Año 2002

Circuito Despachos
Anual Mensual Diario
judicial judiciales

Túquerres 2 181 15,08 0,50

Dos Quebradas 2 634 52,79 1,76

Pereira 6 843 70,24 2,34

S. Rosa de Cabal 2 326 27,17 0,91

Popayán 6 769 64,10 2,14

Puerto Tejada 2 157 13,04 0,43

S. de Quilichao 2 287 23,88 0,80

Quibdó 2 815 67,88 2,26

Riohacha 3 271 22,56 0,75

San Juan del Cesar 1 136 11,33 0,38

Charalá 1 181 15,08 0,50

Puente Nacional 1 199 16,58 0,55

San Gil 2 530 44,17 1,47

Socorro 3 189 15,75 0,53

Vélez 5 288 24,00 0,80

Ciénaga 3 204 22,70 0,76

El Banco 1 151 16,78 0,56

El Plato 1 217 27,13 0,90

Fundación 1 419 52,38 1,75

Santa Marta 8 520 51,99 1,73

Duitama 5 487 40,62 1,35

Sogamoso 4 764 63,69 2,12

Corozal 1 359 29,92 1,00

Sincelejo 5 842 70,20 2,34

Chiquinquirá 3 169 14,06 0,47

Garagoa 1 165 13,75 0,46

Guateque 1 69 5,75 0,19

Moniquirá 2 232 19,29 0,64

Tunja 6 859 71,58 2,39

Valledupar 6 1.157 96,44 3,21

Villavicencio 7 428 47,54 1,58

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura, Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico. Año 2002–2004

193
Tabla No. 28.
Salida de procesos civiles en la totalidad de los distritos judiciales. Año 2003

Distrito 1999 2000 2001 2002 2003 % en 2003

Bogotá D.C. 92.688 124.362 131.283 138.891 129.051 27,08

Medellín 46.773 53.414 50.208 52.418 37.607 7,89

Cali 29.463 44.892 44.766 42.405 39.225 8,23

Bucaramanga 30.014 33.619 28.351 32.312 24.411 5,12

Barranquilla 24.078 27.899 29.434 28.798 29.422 6,17

Ibagué 26.695 24.370 21.516 19.908 19.415 4,07

Cundinamarca 14.458 15.416 15.058 13.618 18.515 3,88

Neiva 14.839 14.478 14.898 14.728 15.811 3,32

Buga 11.606 16.952 15.945 15.769 14.163 2,97

Manizales 19.788 14.724 13.240 13.607 12.639 2,65

Cartagena 13.611 14.075 12.642 13.548 12.641 2,65

Cúcuta 11.238 12.809 10.871 11.388 11.713 2,46

Pasto 10.043 12.313 10.271 13.392 10.104 2,12

Pereira 12.374 13.145 12.570 10.731 6.204 1,3

Antioquia 9.967 12.212 10.763 10.350 7.892 1,66

Santa marta 8.579 9.437 11.402 11.337 9.771 2,05

Tunja 9.347 9.461 10.171 10.155 10.820 2,27

Valledupar 9.535 9.092 13.754 7.164 10.078 2,11

Popayán 7.618 10.307 9.876 8.156 8.322 1,75

Montería 6.548 7.963 8.000 7.711 7.235 1,52

Armenia 5.777 6.131 6.110 9.789 9.535 2

Santa Rosa de Viterbo 5.590 5.786 6.274 5.362 7.615 1,6

Villavicencio 8.474 4.304 2.322 6.163 8.690 1,82

Sincelejo 5.135 5.101 7.151 5.584 5.280 1,11

San gil 4.238 4.498 4.376 4.889 3.530 0,74

Florencia 2.679 3.717 2.923 2.069 2.490 0,52

Quibdó 1.403 3.039 2.118 2.981 1.240 0,26

Pamplona 858 1.863 1.507 1.583 1.766 0,37

Rioacha 1.797 1.577 1.552 1.282 879 0,18

San Andrés y Providencia 331 286 157 665 522 0,11

Totales 445.544 517.242 509.509 516.753 476.586 100


Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Informe al Congreso de la República 2003–2004

194
Anexo No. 2. Productividad de los juzgados civiles...

Gráfica No. 18.


Egresos de los cinco distritos
con mayor carga laboral
Año 2003

Barranquilla
6% Bucaramanga
5%
Medellín
8%

Cali
8%

Bogotá Otros
27% 46%

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Informe al Congreso de la República 2003–2004

La gráfica muestra los egresos de los cinco distritos de mayor carga laboral que
atienden un 54,5% de los procesos que egresan. El otro 46,47% de los negocios
civiles es atendido por los otros veinticinco distritos del país.

195
Ane
Anexxo No. 3.

Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura


cuerdos
1999–2003

Descongestión de la Jurisdicción Civil

Siglas utilizadas

C: Circuito
J: Juez
J.C.M Juzgados civiles municipales
J.C.C. Juzgados civiles del circuito
J.P.M Juzgados penales municipales
J.P.C Juzgados penales del circuito
J.Pr.M Juzgados promiscuos municipales
J.Pr.C Juzgados promiscuos del circuito
J.Co Juzgados especializados de comercio
J.F Juzgados de familia
J.L Juzgados laborales
J.A Juzgados agrarios
J.T Juzgados territoriales
Mag Magistrados
S–C Sala Civil
S–A Sala Agraria
S–L Sala Laboral
S–C–F Sala Civil Familia
S–C–F–L Sala Civil Familia Laboral
S–C–A Sala Civil Familia Agraria
T Tribunal
T.S.D.J Tribunal superior de distrito judicial
X Transformación en la columna No. 1

197
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

Crea 1 J.C.M en
1993 17
Valledupar.

1993 91

1993 110

Crea 1 J.C.M en
1994 58
Fusagasugá.

1994 59

1994 129

1995 84

El J.P.C X el J.C.C de
Santa Bárbara. El J.2do. C. C. de
1995 95 Santo Domingo, como
El J.P.M X J.C.M de J. de F. de El Bagre.
Don Matías.

198
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


1
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

1 juez

2 oficiales mayores

1 secretario

2 escribientes

1 citador.

1 magistrado y 1
escribiente en el
T.S.D. de Cartagena.

Adquisición de
computadores para la
C.S.J.

1 juez

1 secretario

1 escribiente

1 oficial mayor

1 citador.

4 abogados auxiliares
en la C.S.J.

Equipos y programas
para la sistematización
de la C.S.J.

1 citador en el J.P.M
de Tame.

Creados en los 1 escribiente del J.P.C


Decretos 2270, 2272, al J.C.C de Sopetrán.
2303 de 1989, que no 1 escribiente de un
hubiesen sido J.P.C al J.C.C de
provistos. Frontino.

199
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

Un J.Co. X J.C.C de
Medellín.

2 J.P.M X 1 J.C.M y 1
1995 96 J.P.M Medellín

1 J.P.M X J.C.M de
Envigado.

El J.Pr.M X J.C.M de
Amagá.

El J.Pr.C X J.C.C. de
1995 107 Cisneros.

El J.Pr.C X J.C.C de
Santa Fe de Antioquia.

1996 123

Fusiona la S-C y la S-F del 1 J.P.C de Cáqueza a

T.S.D.J de Cundinamarca. Soacha como

El J.P.C X el J.C.C de J.C.C.2.J.P.C de Cáqueza,

Fusagasugá. 1 a Chocontá y otro a

1 J.P.C X J.C.C de Bogotá como J.C.C.

Zipaquirá. 1 J.P.M de Fusagasugá a

1 J.Pr. X J.C.C de Soacha. Zipaquirá como J.C.M.

1996 129 El J.C.M X J.Pr.M. de El J.C.M de Viotá a

Anolaima. Soacha en J.C.M.

1 J.P.M X J.C.M de 1 J.Pr.M de Yacopí a

Girardot. Bogotá como J.C.M.

El J.C.M X J.Pr.M de 1 J.Pr.M de Caparrapí a

Sasaima. Facatativá como J.C.M.

El J.Pr.M X J.C.M de 1 J.P.M de Sasaima a

Leticia. Bogotá como J.C.M.

200
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


2
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

2 magistrados
auxiliares X cada Mag.
de la S.C.C.A.

1 auxiliar judicial y 1
abogado asistente
para la S.C.C.A.

201
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

J.8 P.C X J.C.C de


1996 137 Bogotá y 13 J.P.M X
J.C.M de Bogotá.

Fusiona las S-C-L y la


S-F del T.S.D.J de
Florencia en la S-C-F-
1996 144 L.

Trans. 2 J.P.M en 1
J.C.M y un J.P.C de
Florencia.

Los J.PrT X J.Pr.M de


1996 153
San Andrés.

Los J.1, 2 y 3. A de
Antioquia, en 1 J.C.C
1996 169
de la Ceja.

1 J.Pr.C de Santa Rosa


de Osos en J.Pr.C de
Santa Bárbara.

Los J.6 y 7 P.C X J.3 y


4 C.C. de Popayán.

El J.2.P.C X J.2.C.C.
de Santander de
1996 202 Quilichao.

Los J.6 y 8.P.M X J.4 y


5.C.M de Popayán.

El J.C.M X J.Pr.M de
Corinto.

202
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


3
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

Determina la
conformación del
T.S.D.J de San
Andrés, con una S-U
con 3 Mag.

203
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

Los J.1 y 11.P.C X J.13


y 14.C.C de
Barranquilla.

Los J.13,5,14 .P.M X


1996 203
J.19,20,21, C.M de
Barranquilla.

El J.2.C.M X J.P.M de
Sabana Larga.

2 Mag. de la S-P del


T.S.D.J de Ibagué, a la
S-C.

El J.9.P.C X el J.5.C.C
de Ibagué.

Los J. 2,4,5 y 11, P.M X El J.1.P.M de


J.7,8,9 y 10.C.M. de Cajamarca, al
Ibagué. municipio del Espinal
El J.C.M X J.Pr.M de como J.3.C.M.
Rovira. El J.2.P.M de Rovira a
El J.C.M X el J.Pr.M de Ibagué como
Cajamarca. J.11.C.M.
1996 205 El J.1.P.M X J.2.C.M de El J.2.P.C de
Fresno. Chaparral se ubica en
la cabecera de distrito
El J.2.P.M X J.2.C.M
como J2.C.C.
del Guamo.
El J.1.C.M. de
El J.2.P.C X el J.2.C.C
Guayabal se ubica en
de Honda.
el Espinal como
El J.1.P.M. X J.2.C.M J.4.C.M .
de Honda.

El J.1.P.M. X J.2.C.M
de Mariquita.

El J.2.P.C X J.2.C.C de
Lérida.

204
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


4
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

205
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

El J.1.C.M X J.Pr.M de
Guayabal.

El J.2.P.M X J.2.C.M
del Líbano.

El J.2.M X J.Pr.M de
Flandes.

El J.C.M X J.Pr.M de
205 Coyaima.
1996
continuación El J.C.M X J.Pr.M de
Natagiama.

El J.C.M X J.Pr.M de
Ortega.

El J.C.M X J.Pr.M de
Ataco.

El J.C.M X J.Pr.M de
Mariquita.

El J.6.P.C X J.4.C.C de
Pasto.

El J.3.P.C X J.2.C.C de
Tumaco. El J.2.P.M de Sandona
como J.6.C.C. de
El J.3.P.M X J.2.C.M de
Pasto.
Tumaco.
El J.1P.M de Mariquita,
El J.C.M X J.Pr.M de
como J.2.C.M de
Sandoná.
Purificación.
1996 206
El J.1.P.M X J.2.C.M de
El J.Pr.M de Lérida a
Honda.
Ibagué como J.12.C.M.
El J.C.M X J.Pr.M de
El J.1.C.M de Guayabal
Guayabal.
como J.4.C.M del
El J.2.P.M X J.2.C.C Espinal.
del Líbano.

El J.1.P.M X J.2.C.C de
Melgar.

206
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


5
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

207
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

El J.C.M X J.C.M de
Flandes.

El J.C.M X J.Pr.M de El J.3.C.M de Guayabal


Coyaima. como J.13.C.M de
Ibagué.
206 El J.C.M X J.Pr.M de
1996 El J.2.P.C de
continuación Natagaima.
Purificación a la
El J.C.M X J.Pr.M de cabecera del Guamo
Ortega. como J.2.C.C.
El J.C.M X J.Pr.M de
Ataco.

El J.C.C X J.F de
Pamplona.
1996 207 El J.2.P.C X J.C.C de
Pamplona.

El J.1.P.C X J.2.C.C de
Riohacha.

El J.1.P.M X J.1.C.M de
1996 208 Riohacha.

El J.2.P.M X J.C.M de
Maicao.

El J.8.P.C X J.5.C.C de
Neiva.
Los J.5 y 7.P.M X J.8 y
7.C.M. de Neiva.
El J.5.P.C X J.2.C.C de El J.C.M de Palermo y
Garzón. el J.C.M de Timaná, a
1996 217
El J.3.P.M X J.2.C.C de la ciudad de Neiva
Garzón. como J.9 y 10. C.M

El J.2.P.C X J.2.C.C de
Pitalito.
El J.3.P.M X J.2.C.M de
Pitalito.

208
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


6
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

209
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

Los J.2 y 4.P.M X J.3 y


4.C.M. de Florencia.
1996 220
El J 1.P.C X J.3.C.C de
Florencia.

1996 227 Los J.1, 20, 33, 38, 49,


64 y 66.P.C. X J.33, 34,
35, 36, 37, 38, 39 y
40.C.C de Bogotá.

El J.2.P.C de Cáqueza
a Soacha en J.1.P.C.
El J.1.P.C X J3.C.C. de El J.2.P.C de Gachetá
Fusagasugá. en J.41.C.C de Bogotá.
El J.1.P.C X J.2.C.C de El J.3.P.C. de Gachetá
Zipaquirá. en J.2.C.C de
El J.Pr.C X J.2.C.C de Chocontá.
1996 228
Soacha. El J.C.M de Viotá a
El J.C.M X J.Pr.M de Soacha como J.2.C.M.
Anolaima. El J.1.C.M de Yacopí a
El J.C.M X J.Pr.M de Bogotá en J.64.C.M.
Sasaima. El J.1.Pr.M de
Caparrapí como
J.65.C.M de Bogotá.

Los J.8. 20 y 21.P.C X


J.13, 14 y 15 C.C de El J.1.P.M de Dagua en
Cali. J.23.C.M de Cali.

Los J.3, 12, 15, 18 y 35 El J.2.P.M de Dagua a


1996 229 P.M. X los J. 24, 25, 26, Palmira como J.8.C.M.
27 y 28 C.M de Cali.
El J.1.C.M de
El J.C.M X J.Pr.M de Candelaria a Cali como
Dagua. El J.1.P.M X J.22.C.M
J.2.C.M de Jamundí.

210
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


7
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

211
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

El J.5.P.C. X J.5.C.C
de Palmira.
1996 229 Los J.5 y 7 P.M X los
continuación J.6 y 7 de Palmira.

El J.1.C.M X J.Pr.M del


Cerrito.

El J.C.M de El Carmen
de Bolívar como
J.12.C.M de
Cartagena.
Los J.4 y 8.P.C X J.7 y El J.1.P.M de
8 C.C de Cartagena. Magangué a
Los J. 1 y 6. P.M X J.10 Cartagena, como
1996 230 J.13.C.M.
y 11C.M de Cartagena.

El J.C.C. X J.2.Pr.C de El J.1.C.M de Simití


Simití. como J.2.Pr.M de El
Carmen de Bolívar.

El J.2.C.M de Simití
como J.2.C.M de
Magangué.

El J.Pr.M. de Chalan en
El J.3.P.C X J.3.C.C de
el J.4.C.M de Sincelejo.
Sincelejo.
1996 231 El J.Pr.M. de Morroa
El J.1.P.M X J.3.C.M de
como J.5.C.M de
Sincelejo.
Sincelejo.

Un despacho de Mag.
El J.5.P.C X J.4.C.C de de la S-C-F del T.S.D.J
Montería. de Montería, al T.S.D.J
1996 239 de Cartagena.
El J.3.P.M X J.4.C.M de
Montería. El J.1. Pr.M de Planeta
Rica, como J.5.C.M de
Montería.

212
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


8
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

213
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

Los J.3 y 7 P.C X los


J.4 y 5 de Santa Marta.

El J.2.P.M X J.6.C.M de El J.4.P.M de Santa


Santa Marta. Marta como J.3.C.M de
Los J.2, 4, 5, 6 P.M X Ciénaga.
1996 240
J.6, 3, 7 y 8.C.M de El J.1.P.C de
Santa Marta. Fundación como
El J.C.M X J.Pr.M de J.2.C.C de Ciénaga.
Pivijay J.C.C X J.Pr.C
de El Plato.

El J.1.P.C X J.3.C.C de
Sogamoso.

El J.C.C X J.Pr.M de El El J.4.P.C de


Cocuy. Sogamoso en el
1996 243 J.3.C.C de Duitama, y
El J.C.C. X J.Pr.M de el J4.P.M de Sogamoso
Soatá. en J.3.C.M de Duitama.
El J.C.M X J.Pr.M de
Soatá.

Los J.1 y 9.P.C X J.6 y


7.C.C de Buga.

Los J.3, 12 y 13 .P.M X


J.10, 11 y 12 .C.M. de
Buga.

El J.C.M X J.Pr.M de El J.C.C de San


Rionegro. Vicente de Chucurí al
1996 244 Circuito de
El J.1.P.C X J.3.C.C de
Bucaramanga como
Barrancabermeja.
J.3.L.
Los J.1 y 2 Pr.M X J.1 y
2 C.M. de Florida
Blanca.

El J.C.M X J.Pr.M de
Pie de Cuesta.

214
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


9
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

215
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

El J.3. P.M X J.3.C.M


de Buga.

Los J.4 y 9 P.M X J.6 y


7 C.M. de
El J.C.M de Toro, como
Buenaventura.
J.2.C.M de Roldanillo.
El J.C.M X J.2.C.M de
El J.C.M de Río Frío a
Ansermanuevo.
Tuluá como J.6.C.M.
El J.3.P.M X J.4.C.M de
El J.C.M de Trujillo,
Cartago.
como J.8.C.M de
1996 245 El J.C.M X J.Pr.M de Buenaventura.
Zarzal.
El J.2.P.C de Cartago
El J.C.M X J.Pr.M de en el J.3.C.C de
Caicedonia. Buenaventura.

El J.2.P.C X J.2.C.C de El J.2.P.M de


Sevilla. Ansermanuevo en
J.3.C.M de Cartago.
El J.1.P.M X J.2.C.M de
Sevilla.

El J.3.P.M X J.5.C.M de
Tuluá.

Los J.1 y 9 P.C. X J.5 y


6 C.C de Cúcuta.

El J.Co X J.C.C de
Cúcuta.
1996 246
El J.2 y 9 P.M X J.8 y 9
C.M de Cúcuta.

El J.4. P.C X J.C.M de


Ocaña.

El J.C.M de Jesús
1996 247 María como J.2.C.M de
San Gil.

216
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


10
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

217
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

El J.P.M. de Paz del


Río a Sogamoso como
J.3.C.M.
1997 31
El J.P.M. de Soatá al
Circuito de Sogamoso
como J.4.C.M.

1997 58

1997 91

1 despacho de la S-C-F
del T.S.D.J de Montería
1997 109
a la S-L del T.S.D.J de
Barranquilla.

1997 134

218
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


11
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

1 oficial mayor y 1
citador J.75.C.M de
Bogotá.

2 oficiales mayores del


J.C.C de La Ceja al
J.1.C.C de Itagüí.
1 escribiente del J.C.C
de La Ceja a la
relatoría del T.S.D.J.
2 oficiales mayores del
J.Pr.C de Santa Rosa
de Osos al J.2.C.C de
Itagüí.

Establece las cuantías


en materia civil:
Mayor, cuando las
pretensiones superen
los $5´390.000.
Menor, cuando las
pretensiones oscilen
entre $560.000 y
$5´390.000. Mínima,
cuando la suma
pretendida sea inferior
a $560.000.

219
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

El J.Pr.C de Zapatoca a
Bucaramanga como
J.8.C.C.
1997 149
El J.Pr.C de Florida
Blanca a Bucaramanga
como J.9.C.C.

1997 156

1997 186

1997 188

1997 189

Suprime el J.2.Pr.M de
1997 191
Planadas.

1998 233

220
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


12
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

El oficial mayor del


J.4.C. M al J.7.C.M de
Armenia.

El escribiente J.2.C.M
al J.7.C.M de Armenia.

1 oficial mayor en el
J.4.C.M de Sogamoso.

1 escribiente J.3.C.M
de Cartago.

1 oficial mayor.

1 escribiente.

En el J.61.C.M de
Bogotá 1 oficial mayor
y 1 citador.

El secretario del
J.Pr.M de Planadas al
J.3.P.M de Ibagué.

Los escribientes de los


J.1 y 2.F de
Bucaramanga a los
J.9 y 8 C.C.

221
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

1998 234

1998 243

Los J.1 y 2 C.M X J.1 y


1998 262
2 Pr.M. de Maicao.

1998 263

1998 265

1998 301

1998 332

El J.C.C X J.Pr.C de
1998 335
Carmen de Bolívar

222
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


13
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

Al T.Ad del Huila el


oficial mayor del
J.6.C.M y el
escribiente del J.5.C.M
de Neiva.

1 oficial mayor en el
J.3.C.C de
Fusagasugá.

2 secretarios y 1
auxiliar de servicios de
la S-C-F-L del T.S.D.J
de Santa Rosa de
Viterbo.

1 oficial mayor en el
J.4.C.M de Duitama.

J.61 y 62 C.M de
Bogotá 1 cargo de
escribiente.

J.C.C. de Quibdó
1 oficial mayor.

223
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

1998 347

1998 364

Crea la Secretaría de
la S-C del T.S.D.J de Tres despachos de
Bogotá. magistrados de la Sala
1998 365 Agraria del T.S.D.J de
Suprime la S-A y su Cundinamarca a la S-
Secretaría en el C.
T.S.D.J de
Cundinamarca.

1998 387

Los J.1, 2, 3 y 4 Co. X


J.14, 15, 16 y 17,C.C.
1998 417 de Medellín.

El J.Pr.M de Fredonia
en J.C.C.

1999 439

224
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


14
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

1 oficial mayor del


J.6.C.M de Santa El escribiente del
Marta. J.2.P.M de Santa
Marta al J.6.C.M.
1 oficial mayor del
J.3.C.M de Ciénaga. El oficial mayor del
J.P.C de Ciénaga al
1 escribiente del J.C.C. de esta ciudad.
J.3.C.M de Ciénaga.

1oficial mayor y un
citador para el J.4.C.M
de Villavicencio.

El Secretario de la S-C
del T.S.D.J de
Armenia.

Los sustanciadores de
los J.1, 3, 6, 7, 10, 12,
14, 15, 16, 18, 19, 21,
24, 25 y 26 P.C a los
J.1, 2, 4, 5, 6, 7, 8, 9,
10, 11, 12, 13, 14, 15 y
16 C.C de Medellín.

Escribiente de la S-C-
F a la Secretaría de la
S-P del T.S.D.J de
Barranquilla.

225
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

El J.C.C. de Puerto
1999 440
Boyacá en J.5.F.

1 Mag. de la S-C del


T.S.D.J de Pamplona a
1999 459
la S-L del T.S.D.J de
Barranquilla.

Traslada el J.2.P.C de
1999 460 La Dorada como
J.2.C.C de Manizales.

Traslada un despacho
de la S-C del T.S.D.J
1999 480 de Pamplona a la S-L
del T.S.D.J de
Barranquilla.

1 J.C.C. de
1999 514
Fusagasugá.

1999 565

1999 576

La S-C del T.S.D.J de


1999 582 Bogotá con 7
magistrados.

226
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


15
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

De la S-C del T.S.D.J


En el J.5.C.C de de Ibagué, 2 cargos
Ibagué un escribiente. de auxiliar de
servicios.

Regula el arancel
judicial.

227
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

41 J.C.C para fallo en


Bogotá, con sus
1999 586
respectivos
escribientes.

9 de J.C.C en
Bucaramanga para
1999 591
fallo, con sus
escribientes.

14 J.C.C para fallo y


sus escribientes, para
1999 592
los J.C.C de
Barranquilla.

1999 596

Traslada al J. de
descongestión con su
1999 609
escribiente al J.10.C.C
de Medellín.

Traslada 4 J.C.C de
descongestión de
Bogotá, dejando los
1999 611
J.7, 12, 14 y 24 C.C de
esta ciudad con 2
jueces para fallo.

1999 621

228
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


16
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

Le impone a cada juez


de descongestión
proferir 25 sentencias
al mes.

Reglamenta el
funcionamiento de los
jueces de
descongestión.

De la S C-F del
T.S.D.J de
Barranquilla 1
secretario y 1 citador.

229
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

Crea 3 J.C.C de
1999 632 descongestión en el C.
de Barranquilla.

1999 687

1999 704

2000 716

2000 725

2000 730

230
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


17
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

Al escribiente del
J.2.C.C al J.1.C.C de
Chocontá.

El escribiente del
J.Pr.M de Gachancipá
al J.C.M de Chocontá.

Para los J.61 y 62 C.M


de Bogotá 1 oficial
mayor.

J. de Guayabetal
atiende al público
entre 8:00 a.m. y 4:00
p.m.

Los J. de Caloto y
Santander de
Quilichao atenderán al
público entre las 8:00
a.m. y las 4:00 p.m.

El horario de atención
al público en el
municipio de Arauquita
será de 8:00 a.m. a
4:00 p.m., en jornada
continua.

231
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

El J.C.C de El Banco
con todo su personal
2000 762
como J.2.C.C de
Fundación.

2000 763

2000 764

2000 767

1 Mag. de la S C-F del


T.S.D.J de Riohacha a
2000 797
la S C-F del T.S.D.J de
Barranquilla.

6 cargos de J.C.C de
2000 920 descongestión para
fallo y sus escribientes.

2001 1066

El J.C.M X J.Pr.M de
2001 1072
Amagá.

232
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


18
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

1 escribiente en el
J.2.C.C de Fundación.

El secretario del
J.Pr.M al J.3.C.M de
Ciénaga.

El citador del J.1.P.M


de Ciénaga al J.6.C.M
de Santa Marta.

1 asistente judicial en Al citador en los J.C.C


los J.C.C y en los J.1 y en los J.1 al 36 C.M
al 36 C.M. de Bogotá. de Bogotá.

1 asistente judicial en El cargo de citador en


los J.59 a 62 C.M de los J.59 a 62 C.M de
Bogotá. Bogotá.

233
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

2001 1073

2001 1075

2001 1076

2001 1080

El J.2 C.M de Agustín


2001 1081 Codazzi como J.6 C.M
de Valledupar.

1 despacho de la S C-F
del T.S.D.J de
Valledupar, con su
2001 1097
respectivo auxiliar a la
S C-F del T.S.D.J de
Barranquilla.

2001 1101

El J.C.M de Pradera X
2001 1129 J.Pr.M de la misma
localidad.

2001 1186

234
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


19
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

El escribiente del
J.C.C al J.Pr.C. de
Segovia.

1escribiente en el
J.2.C.C de Rionegro.

1 citador en el J.2.C.C
de Envigado.

1 oficial mayor en el
J.3 C.M de Valledupar.

El acuerdo 1102 de
2001 revoca este
acuerdo.

Adscribir a la unidad
municipal de Quibdó el
municipio de Río Quito.

1 oficial mayor en el
J.C.M de Funza.

235
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

2001 1191

2001 1203

2001 1234

El J.Pr.C Soledad, y 1
2001 1245
escribiente.

Los J.Pr.M de Tierralta,


Momil, San Carlos, Los
Córdobas y San Antero
2002 1367 como J. de
descongestión de los
J.1, 2, 3, 4 y 5.C.M de
Montería.

2002 1383

236
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


20
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

En el J.C.C de El escribiente del


Yarumal, 1 escribiente. J.C.C de Yarumal.

En la S-A del T.S.D.J La S-A del T.S.D.J de


de Antioquia, 2 Antioquia, 2 cargos de
escribientes. escribiente.

Determina que la
carga estándar de los
J.C.C es de 939
procesos y para J.C.M
es 976 procesos para
el año 2000.

El cargo de oficial
1 oficial mayor en la S- Escribiente de la S-C-
mayor del T.S.D.J de
C-F del T.S.D.J de F del T.S.D.J de
Barranquilla al J.F de
Barranquilla. Barranquilla.
Soledad.

1 oficial mayor de la S-
C-F del T.S.D.J de
Barranquilla al J.Pr. de
descongestión de
Soledad.

Establece la entrada
en funcionamiento del
Distrito Judicial de
Arauca, a partir del 4
de julio de 2002.

237
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

El J.Pr.F X J.2.C.C de
2002 1422
Magangué.

El J.5.P.M X J.6.C.M de
2002 1423
Villavicencio.

El J.2.Pr.M de San
2002 1424 Martín como J.5.C.M
de Villavicencio.

2002 1425

Fusiona las S-C-F-P


2002 1427 del T.S.D.J de Quibdó
en una Sala única.

2002 1428

2002 1438

2002 1465

238
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


21
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

1 Mag. y el secretario
adjunto del T.S.D.J de
Quibdó.

Al secretario del
J.Pr.M de La Capilla,
al J.1.C.M de Tunja.

Establece como carga


estándar para el año
2001 976 procesos
para los J.C.M y 939
para los J.C.C.

1 citador en la
Secretaría de la S-C.
de los T.S.D.J de
Bogotá y Cali.

2 citadores de la
Secretaría de la S-C
del T.S.D.J de
Medellín.

239
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

Suprime un despacho
2002 1467 de Mag. en la S-C del
T.S.D.J de Ibagué.

2002 1472

2002 1479

Los J.2.Pr.C y J.Pr.C de


Carmen de Bolívar y El
Plato como J.1 y 2.Pr.C
2002 1485
de descongestión de los
J.1 y 2.Pr.C de Soledad.

2002 1490

Fusiona la S-C y la S-F


2002 1496 del T.S.D.J de Ibagué
en la S-C-F.

El J.1.C.C de
2002 1558 Chocontá, en J.42.C.C
de Bogotá.

240
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


22
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

Reglamenta el
funcionamiento de las
oficinas
administrativas para el
reparto de procesos
ante los J.C y las S-C
de los T.S.D.J.

El asistente social del


J.2.C.C de Magangué
al J.F. del mismo
circuito.

Al J.5.C.C de Bogotá
le retira 120
expedientes para fallo,
enviándolos a los J.1 y
2 de Chocontá.

241
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

El J.3.C.C de
Fusagasugá como
2002 1562 J.43.C.C de
descongestión de
Bogotá.

El J.C.C de Puerto
2002 1574 Tejada como SEP de
Popayán.

2002 1577

2002 1676

1 Mag. de la S-C a la
2003 1694 S-L del T.S.D.J de
Manizales.

2003 1698

2003 1701

2003 1718

242
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


23
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

Al secretario del
J.1.C.C de Puerto
Tejada al PPF.

2 auxiliares judiciales
en la Secretaría de la
S. de C.C. de la C.S.J.

Reglamenta los
procedimientos para el
manejo de los
depósitos judiciales.

Determina el
rendimiento esperado
para los magistrados
de los T.S.D.J.

Establece el
rendimiento esperado
para calificar juzgados
de tercer nivel.

1 oficial mayor en el
J.5 C.M.

243
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

2003 1720

2003 1722

2003 1726

2003 1727

2003 1728

2003 1729

2003 1772

244
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


24
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

El secretario adjunto
de la S C-F del
T.S.D.J de Cartagena.

1 citador de la
Secretaría de la S-C-F
del T.S.D.J de
Cartagena a la
Secretaría de la S-L
de este T.

En el J.Pr.M de Puerto
Nariño, 1 escribiente.

1 escribiente en el
J.Pr.M de Anolaima.

1citador del J.C.M de


Tocaima al J.Pr.M de
Simijaca.

El oficial mayor del


J.C.C de El Socorro al
J.3.L de
Bucaramanga.

El oficial mayor del


J.2.C.C de El Socorro
al J.8.C.C de
Bucaramanga.

El escribiente del J.P


de Vélez, al J.7.C.C
de Bucaramanga.

Reglamenta las
notificaciones en
materia civil.

245
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

2003 1809

Suprime el J.Pr.M de
2003 1818
Candelaria.

El J.Pr.M de Ponedera
2003 1819 como J.3.C.C de
Soledad.

Los J.2 y 3 Pr.C X


2003 1820
J.C.C de Soledad.

2003 1821

Fusiona la S-C y la S-F


2003 1831 del T.S.D.J de Buga en
la S-C-F.

Suprime 1 despacho
2003 1833 de Mag. en la S-C del
T.S.D.J de Pereira.

Fusiona la S-C y la S-F


2003 1834
del T.S.D.J de Pereira.

2003 1835

246
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


25
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

Determina la carga
estándar para las S. de
los T.S.D.J así: S.C.L,
516; S-C-F, 697; S-C,
782; S-C-L, 614; S-U,
329; S-C-F-A, 555.

1 oficial mayor en los


J.1 y 2 C.M de Soledad.
En el J.1.C.C de
Soledad, 1 oficial mayor
y 1 escribiente.
En el J.2.C.C de
Soledad, 1 oficial mayor.

El secretario de la S-C
del T.S.D.J de Pereira.

1 oficial mayor en los


J.C.C de Santa Rosa y
Dos Quebradas y en los
J. 1 y 2 .C.M de Santa
Rosa de Cabal.

247
Tabla No. 29.
Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura

1 2 3
Transformación de Creación
Traslado de
No. de despacho judicial despacho judicial
Año despacho judicial
Acuerdo en la misma Medidas transitorias
a otra localidad
localidad de origen de descongestión

2003 1838

El J.2.Pr.M de La
2003 1839 Virginia como J.C.M de
Dos Quebradas.

Los J.7 y 8.P.M X J.7 y


2003 1840
8 C.M de Pereira

Suprime el J.Pr.M de
2003 1845
Elías.

2003 1856

2003 1857

2003 1894

248
Anexo No. 3. Acuerdos del Consejo Superior de la Judicatura 1999–2003

Acuerdos Consejo Superior de la Judicatura


26
4 5 6 7

Medidas de
Creación Supresión Traslado
descongestión
de cargos de cargos de cargos
administrativas

El escribiente del J.Pr.M


de Guatica al J.2.C.M de
Dos Quebradas.
El escribiente del J.Pr.M
de Pueblo Rico al
J.3.C.M de Dos
Quebradas.
El escribiente del J.Pr.M
de Belén de Umbría al
J.3.C.M de Dos
Quebradas.

Rediseña las oficinas


judiciales y regula la
prestación de servicios
administrativos para
los despachos
judiciales.

Reglamenta el manejo
de los depósitos
judiciales.

Por medio del cual se


crea el centro de
servicios administrativos
jurisdiccionales para los
J.C y J.F con sede en
Bogotá.

Fuente: Consejo Superior de la Judicatura

249
Anexo No. 4. Despacho comisorio en inspecciones de policía:
Anex
Auxiliar administrativo Auxiliar administrativo
Autoridad Secretario (a) Inspector (a)
de la Secretaría de la Inspección
Judicial General de Policía
General de Policía

250
Anexo No. 4. Despacho comisorio en inspecciones de policía

Pasos entre el juzgado y la inspección de policía

Auxiliar administrativo Auxiliar administrativo


Abogado (a) del Inspector (a) Auxiliar de
de la Secretaría de la Inspección de
demandante de Policía la justicia
General Policía

Los pasos 11, 12, 14, 15 se repiten cada


vez que el expediente pasa de la
SecretarÍa General a la Inspección de
Policía y viceversa.

251
Anexo No. 4. Despacho comisorio en inspecciones de policía:
Anex

Opositor Inspector (a) de Policía Abogado (a) del demandante

252
Anexo No. 4. Despacho comisorio en inspecciones de policía

Pasos entre el juzgado y la inspección de policía

Auxiliar administrativo de Auxiliar administrativo de


Inspector (a) de Policía
la Inspección de Policía la Secretaría General

Fuente: Alcaldía Mayor de Bogotá D.C., Secretaría de Gobierno. Situación de los


despachos comisorios en las inspecciones de policía de Bogotá D.C. Elaborado por
Mardory Llanos Cortés, contratista Fondo de Vigilancia y Seguridad. Secretaría de
Gobierno, junio de 2003.

253
Anexo No. 5.
Anex
Italia España Argentina

El Custodio - El juez decretará el embargo - En la legislación argentina,


preventivo sin oír al deudor a aunque los bienes se
- Es a quien se confían los instancia del acreedor. embarguen continúan en
bienes embargados o poder del deudor hasta que
secuestrados para su - Si lo embargado fueren frutos sean secuestrados.
administración y conservación. o dinero se nombrará un
administrador judicial - El secuestro se realiza cuando
- Los honorarios los fija el juez designado por el acreedor. el embargo no asegure la
que designó el custodio. existencia de los bienes al
- Los bienes en litigio son finalizar el juicio, siempre que
- El juez podrá encargar a un dejados en poder del deudor, un documento sustente la
notario para que realice actos pero un interventor vigila su existencia del derecho que se
como auxiliar de la justicia. administración. pretende asegurar.

Embargo y secuestro de - El depositario es designado


bienes por el juez.

- Embargo conservativo:
procede cuando el acreedor
teme perder los bienes que
garantizan su derecho.

- El secuestro puede ser


anterior a la causa o posterior
a ésta.

- El juez nombra custodio a


quien preste mayores
garantías de conservación y
administración de bienes.

- Cualquiera de las partes podrá


ser designada custodia,
mientras cuente con el
asentimiento de la parte
contraria.

- El oficial judicial puede


autorizar que el custodio deje
los bienes muebles en casa del
deudor o los lleve a otro lugar.

- La administración de
inmuebles no se concede por
más de tres años, se confía a
varios acreedores o un
instituto especializado.

254
Anexo No. 5. Legislación internacional de los auxiliares de la justicia

Legislación internacional de los auxiliares de la justicia


auxiliares
Brasil México Common Law

- El deudor tiene derecho a - El deudor puede señalar qué - En este sistema no existen los
oponerse a la ejecución e bienes deben embargársele. auxiliares de la justicia, puesto
indicar los bienes que deben que el deudor acepta que el
ser embargados. - El acreedor, bajo su acreedor venda sus bienes
responsabilidad, indicará para cancelar las obligaciones
- El secuestro procede a quien debe ser el secuestre de que no ha cumplido.
petición de parte. los bienes.
- Para que el acreedor pueda
- Las partes de común acuerdo - El secuestro se efectúa realizar la venta, el deudor
pueden nombrar al entregando los bienes a La debe trasladar sus bienes al
depositario, si no lo hacen lo Nacional Financiera, acreedor, si no lo hace la
hace el juez. conservando el juez el billete autoridad interviene para
de depósito. garantizar el cumplimiento de
- El depositario debe prestar las obligaciones.
caución antes de recibir los - El secuestre de bienes
bienes. distintos a dinero es un mero
custodio, a disposición del
juez.

- El secuestre de bienes
fungibles debe determinar su
valor comercial.

- Cuando el secuestro recae


sobre frutos o bienes urbanos,
el secuestre cumple funciones
de administrador.

- El depositario y el acreedor
son solidariamente
responsables de los daños
que puedan ser causados, con
los actos de este último.

255
Anexo No. 6.
Anex

España Francia

Proceso Monitorio - En sus inicios eran adelantados ante un


funcionario que no tenía la calidad de juez,
Se denomina así en el derecho medieval, sin quién se encargaba de realizar la ejecución; por
alcanzar consagración legislativa. lo que no se podían proponer excepciones que
dieran lugar a un debate cognitivo, porque el
En 1255, Fuero Real funcionario encargado de ejecutar no tenía
jurisdicción.
Norma especifica de ejecución de sentencias.
- Este procedimiento desaparece para dar paso a
Las Siete Partidas la ejecución con títulos ejecutivos, permitiendo
una ejecución judicial, autónoma y unificada.
Regularon el procedimiento aplicable para
ejecutar las sentencias que hacían tránsito a
cosa juzgada; la competencia para conocer de
estos procedimientos era del juez que había
dictado la sentencia.

Procedimiento:

- Embargo de bienes del deudor.

- 10 días para cumplir la sentencia.

- Si no lo hacía se remataban los bienes


embargados y si no era posible adjudicarlos
se adjudicaban al acreedor.

En 1360, Pedro X de Sevilla creó un nuevo


proceso ejecutivo, con los siguientes pasos:

- Presentación de los títulos al juez, para que


constatara su exigibilidad y validez.

- El juez ordenaba el embargo y remate de los


bienes.

- Citación al deudor para que en el término de


nueve días propusiera excepciones.

- El término probatorio de las excepciones era


de 10 días.

- Si las excepciones no prosperaban continuaba


la ejecución.

256
Anexo No. 6. El proceso ejecutivo en el derecho comparado

El proceso ejecutivo en el der


proceso echo comparado
derecho

Alemania Austria Latinoamérica

- El proceso ejecutivo (proceso Encontramos dos clases de Para determinar las similitudes que
documental cambiario) procesos monitorios: mostraban las legislaciones de las
procedía para reclamar el repúblicas latinoamericanas en la
regulación ejecutiva frente a la
pago de bienes fungibles, - El primero de ellos se aplicaba
reglamentación medioeval contenida
cuando su exigibilidad al cobro de bienes fungibles o en Novísima Recopilación,
constaba en documentos dinero cuando los valores analizaremos tres regulaciones:
privados o cambiarios. pretendidos eran pequeños. Bolivia, 1832; Buenos Aires, 1880 y
En estos casos el juez libraba Chile, 1903.
- Podían proponerse mandamiento de pago
excepciones, que se resolvían condicionado sin escuchar al Código Boliviano de 1832:
con una sentencia de condena deudor y sin que se le
con reserva. presentaran documentos para - Los jueces conocían la ejecución
demostrar la existencia de la de las sentencias que hubiesen
obligación. El mandamiento de proferido.
- Era revisada para tramitar las
excepciones; la decisión que pago conminaba al deudor a
- El deudor tenía tres días para
ponía fin a esta actuación pagar o formular excepciones
cumplir con la obligación
permitía o no continuar con la dentro de 14 días. contenida en el fallo luego de
ejecución. expedido el mandamiento de
Si el deudor no se oponía al pago.
- En Alemania se instauró el mandamiento de pago, éste
proceso monitorio para el adquiería fuerza ejecutiva; si - Esta legislación reconocía como
cobro de bienes fungibles o lo hacía el acreedor debía títulos ejecutivos los instrumentos
dinero. presentar nuevamente su públicos, las sentencias y la
demanda por la vía ordinaria. confesión.
- No era necesario presentar
- Cuando transcurría más de un
documentos que probaran la El segundo es denominado
año desde la ejecutoria de la
existencia de la obligación. proceso monitorio documental; sentencia sin que se hubiesen
procedía para demandar el iniciado los trámites para lograr su
- El mandamiento de pago era cumplimiento de obligaciones ejecución tendría que intentarse
condicionado y se libraba sin que constaran en documentos mediante un procedimiento
escuchar al deudor. con firmas legalizadas. ejecutivo normal.

- Si el deudor no hacía En este caso el juzgador Código de Buenos Aires de 1980


oposición el actor debía dictaba el mandamiento
ratificar su solicitud, para que ejecutivo concediéndole al - En este cuerpo normativo el
deudor 14 días para pagar u proceso ejecutivo únicamente
adquiriera fuerza ejecutiva.
podía adelantarse para exigir el
oponerse al mandamiento. De pago de obligaciones dinerarias
- Si el deudor hacía oposición, lo contrario se llevaba a cabo contenidas en documentos
el mandamiento de pago la ejecución. Este mismo expresamente señalados en la ley.
perdía su fuerza ejecutiva, y procedimiento era aplicado en
debía iniciarse un proceso ejecuciones con títulos - El juez calificaba el título y emitía
cognoscitivo ante el juez cambiarios variando el mandamiento de pago.
competente cuyo objeto era la únicamente el término
acción de condena original y concedido al deudor para - Si el deudor no pagaba en el acto
no los hechos que sustentan pagar o excepcionar, que se se embargaban los bienes del
reducía a 3 días. deudor que fueran necesarios
la oposición del deudor.
para cubrir el monto de la
obligación.

257
Anexo No. 6.
Anex
España Francia
(Continúa)

- El remate debía adelantarse en 9 días cuando


se trataba de bienes muebles y 30 días para
inmuebles.

En 1396, se dictó una nueva regulación para el


proceso ejecutivo, modificándolo así:

- Los créditos que consten en documentos


públicos dan lugar a una ejecución inmediata.

- Tan solo podrían oponerse excepciones que


constaran en un documento igual al título, o
probadas por testigos del lugar.

- Si las excepciones requerían mucho tiempo para


probarse el deudor debía pagar, y el acreedor
prestar una caución para garantizar la
restitución de lo recibido, en caso de ser
vencido.

En 1480 los Reyes Católicos, extendieron esta


ley a todo el territorio, determinaron que el plazo
para probar las excepciones era de 10 días, y que
la ejecución de sentencias se regiría por las
normas dictadas en 1396.

Con la LEC de 1855 el proceso ejecutivo fue


dividido en dos etapas:

1.Desde la presentación de la demanda hasta la


sentencia del juez.

2.El remate de bienes y pago al acreedor. Esta


etapa se denominó “procedimiento de apremio”.

258
Anexo No. 6. El proceso ejecutivo en el derecho comparado

El proceso ejecutivo en el der


proceso echo comparado
derecho
Alemania Austria Latinoamérica
(Continúa) (Continúa)

- Las excepciones se resolvían - Hecho el embargo se le daban al deudor 3


con la sentencia que días para que se opusiera, si no lo hacía, el
confirmaba o revocaba el juez dictaba sentencia ordenando el remate.
mandamiento de pago.
El proceso común latinoamericano
- Este procedimiento era
- Si proponía excepciones el juez le daba
aplicado a los procesos de
traslado de éstas al acreedor por 3 días,
desalojo y devolución de vencidos los cuales corría el término
prenda contractual. probatorio de 10 días.

- Terminada esta etapa el juez dejaba el


expediente a disposición de las partes por 2
días; una vez transcurridos citaba mediante
autos para sentencia y seis días después
dictaba sentencia, ordenando que continuara
la ejecución o su no realización.

- Se determinaba el valor de los bienes, se


vendían y se pagaba al acreedor.

Código Chileno de 1903

- La ejecución de la sentencia era adelantada


por el juez que la dictaba siempre que el
trámite ejecutivo se solicitara dentro de los
treinta días siguientes a la ejecutoria de la
misma.

- El procedimiento ejecutivo se aplica a las


obligaciones de dar, hacer y no hacer.

- El juez libraba mandamiento de pago, en el


que ordenaba al deudor pagar y concedía el
embargo y secuestro de bienes.

- El deudor tenía 4 días para oponerse a la


ejecución invocando excepciones
taxativamente señaladas de las que se corría
traslado al demandado por 4 días.

- El término concedido para evacuar las


pruebas solicitadas, para probar las
excepciones, era de 10 días.

- Concluida esta etapa el proceso quedaba a


disposición de las partes por 6 días, y el juez
fallaba en 10 días.

Fuente: Eugenia Ariano Daho, El proceso de ejecución. La tutela ejecutiva en el Código


Procesal Civil peruano, Rohas, Lima.

259
Bibliografía
Fuentes de información
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Decreto 2282 de 1989.

Ley 23 de 1991, “Por medio de la cual se crean mecanismos para descongestionar los
despachos judiciales y se dictan otras disposiciones”.

Ley 270 de 1996, “Estatutaria de Administración de Justicia.”

Ley 446 de 1998, “Por la cual se adoptan como legislación permanente algunas
normas del Decreto 2651 de 1991, se modifican algunas del Código de Procedimiento
Civil, se derogan otras de la Ley 23 de 1991 y del Decreto 2279 de 1989, se modifican
y expiden normas del Código Contencioso Administrativo y se dictan otras
disposiciones sobre descongestión, eficiencia y acceso a la justicia”.

Ley 472 de 1998, “Por la cual se desarrolla el artículo 88 de la Constitución Política


de Colombia en relación con el ejercicio de las acciones populares y de grupo y se
dictan otras disposiciones”.

Ley 497 de 1999, “Por la cual se crean los jueces de paz y se reglamenta su
organización y funcionamiento”.

Ley 640 de 2001, “Por la cual se modifican normas relativas a la conciliación y se


dictan otras disposiciones”.

Ley 791 de 2002, “Por la cual se reducen los términos de prescripción en materia
civil”.

Ley 794 de 2003, por la cual se modifica el Código de procedimiento Civil y se regula
el proceso ejecutivo en materia civil.

Decreto 2279 de 1989, “Por el cual se implementan sistemas de solución de conflictos


entre particulares y se dictan otras disposiciones”.

Decreto 2591 de 1991, “Por medio del cual se reglamenta la acción de tutela”.

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Decreto 2651 de 1991, “Sobre solución alternativa de conflictos”.

Decreto 0306 de 1992, “Reglamentario del Decreto 2591 de 1991”.

Decreto 1818 de 1998, “Por medio del cual se expide el Estatuto de los mecanismos
alternativos de solución de conflictos”

Decreto 1214 de 2000, “Por el cual se establecen funciones para los comités de
conciliación de que trata el artículo 75 de la Ley 446 de 1998 y se dictan otras
disposiciones”.

Decreto 1382 de 2000, “Mediante el cual se establecen las normas para el reparto de
la acción de tutela”.

Resolución 669 de 2000, “Reglamenta el trámite de las solicitudes de insistencia en


revisión de acciones de acciones de tutela del Defensor del Pueblo ante la Corte
Constitucional”.

Acuerdos de la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura sobre


adopción de medidas de descongestión en la Jurisdicción Civil.

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