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Temas para Grupos de Vida - Iglesia “Hay Vida en Jesús”

Manifestando su poder
Delante de sus discípulos, Jesús hizo muchas otras cosas que no están escritas en este
libro. Pero las cosas que aquí se dicen se escribieron para que ustedes crean
que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que así, por medio de su poder reciban
la vida eterna. Juan 20:30-31 BLS.
Poco tiempo después, Jesús se apareció a los discípulos a la orilla del lago de
Tiberias. Esto fue lo que sucedió: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás el
Gemelo, Natanael, que era del pueblo de Caná de Galilea, Santiago y Juan, hijos de
Zebedeo, y otros dos discípulos de Jesús. Pedro les dijo: — Voy a pescar. —Nosotros
vamos contigo —dijeron
ellos. Todos subieron a una barca y se fueron a pescar. Pero esa noche no pudieron
pescar nada. En la madrugada, Jesús estaba de pie a la orilla del lago, pero
los discípulos no sabían que era él. Jesús les preguntó: —Amigos, ¿pescaron algo? —
No—respondieron ellos. Jesús les dijo: —Echen la red por el lado derecho de la barca,
y pescarán algo. Los discípulos obedecieron, y después no podían sacar la red del
agua, pues eran muchos los pescados. Juan 21:1-6
El capítulo 20 termina con esta declaración. Todo lo que está escrito en su Palabra y
todas las señales que Jesús hizo en la tierra son para manifestar su poder. Nos
ofrecen todo lo necesario para que creamos que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, por
medio del cual recibimos vida eterna. El capítulo 21 es el relato cuando Jesús se
presenta a sus discípulos después de la resurrección.
Un nuevo milagro de Jesús: Jesús se aparece por tercera vez a sus discípulos, Él
quería mostrarles su poder para que los que vean, puedan creer en su autoridad.
Simón Pedro, Tomás el Gemelo, Natanael, que era del pueblo de Caná de Galilea,
Santiago y Juan, eran los discípulos que habían vuelto a la pesca. Es evidente que
fueron a pescar porque tenían hambre y no tenían qué comer. Porque cuando Jesús les
preguntó desde la playa ¿pescaron algo? —No —respondieron ellos.
Esta fue la primera vez, después de tres años de caminar con Jesús, que necesitaron
pescar nuevamente para su sustento. La fuente de sus recursos había
desaparecido y estaban pasando por un momento de transición. La presencia de
Jesús en esa situación nos muestra que Él nunca abandona a los que ha llamado y
que toda crisis sirve para profundizar nuestra comunión con Él.
Jesús les dijo: —Echen la red por el lado derecho de la barca, y pescarán algo. Y allí
pudieron ver como nuevamente el Señor hacía un milagro ante sus ojos. El hecho de
que los discípulos no reconocieran a Jesús hasta después de obedecer su mandato de
echar la red del lado derecho del barco es sorprendente. Si no conocían su
identidad, ¿por qué respondieron a su orden? Probablemente estaban
desesperados después de una noche infructuosa y estaban dispuestos a probar con
tal de cambiar su situación. Pero el resultado fue considerable. El discípulo amado fue
el primero que reconoció a Jesús, pero no hizo otra cosa que decírselo a Pedro, quien
como siempre actuó impulsivamente para llegar cuanto antes a Jesús. Podríamos
suponer que Jesús les dio 153 peces bien grandes por las siguientes razones:
Temas para Grupos de Vida - Iglesia “Hay Vida en Jesús”
 Porque Jesús quería hacerles recordar la primera pesca milagrosa, cuando Pedro
cayó de rodillas ante Jesús y a partir de allí fue su discípulo. Esto fue como comenzar
de nuevo y renovar el llamamiento al ministerio.
 También porque quería darles más de lo que necesitaban, para mostrarles su
amor y su gran provisión. A Él le agrada dar con generosidad y con abundancia.
 Para reafirmarles que había resucitado y estaba vivo y no había perdido su
poder milagroso.
 Por último, porque aunque su cuerpo tenía otra naturaleza, no por eso perdió su
interés y preocupación por las necesidades de los discípulos: Él quiso servirles
nuevamente preparándoles un pescado asado y pan para que comieran. Porque toda
su vida fue un ejemplo de servicio no solo para ese grupo sino también para nosotros.
Jesús dijo “el más grande en el reino de los cielos es el que sirve” por eso Jesús sigue
siendo el más grande.

Después del milagro, la invitación: En esta escena junto al mar, Jesús condujo a
Pedro a través de una experiencia que removería el velo de la negación. Pedro lo había
negado tres veces antes de que fuera crucificado. Tres veces le preguntó Jesús si lo
amaba. Cuando Pedro contestó afirmativamente, Jesús entonces le dijo que debía
apacentar a sus corderos. Creemos que fue porque lo había negado tres veces y Pedro
necesitaba una restauración más profunda y completa que los demás discípulos.
Sin embargo, aunque no fuese así, podemos darnos cuenta cuánto le importa a Jesús
que lo amemos. Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Ante cada respuesta positiva de
Pedro, Jesús repitió en qué consistía la demostración de ese amor hacia Él en dos
palabras: Alimentar y Pastorear.

Esa misma pregunta Jesús nos hace a cada uno de nosotros: ¿me amas? Una cosa
es decir que uno ama a Jesús, pero otra es la verdadera respuesta que radica en la
disposición para servirle. Dios ha hecho infinitos milagros en cada uno de nosotros. Que
nuestra respuesta sea para servirle hasta el último de nuestros días con gratitud y por
amor.
Pedro se arrepintió y ahora Jesús le pide que dedique su vida. La vida de
Pedro cambió cuando al fin supo quién era Jesús. Su ocupación cambió de
pescador a evangelista, su identidad cambió de impetuosa a "roca" y su relación con
Jesús cambió.

El amor le trajo a Pedro una tarea y también una cruz. Cuando eras joven, te vestías
e ibas a donde querías. Pero te aseguro que, cuando seas viejo, extenderás los
brazos y otra persona te vestirá, y te llevará a donde no quieras ir. Jesús se
refería a cómo iba a morir Pedro, y cómo de esa manera iba a honrar a Dios.
Después le dijo a Pedro: —Sígueme. Juan 21:18-19 BLS. El amor siempre implica
una responsabilidad y siempre incluye un sacrificio. Pedro fue perdonado y comprendió
el significado de las palabras de Jesús acerca de su muerte y resurrección.

La misma misión que Jesús les hizo a los discípulos, es el mismo encargo que nos hace
a nosotros para servirle con pasión, sin importar las pruebas que debamos pasar para
cumplir con su voluntad. Si está dispuesto, entonces responda al llamado de Jesús:
Sígueme. Ofrenda: Mateo 22:21 17-02-2020

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