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Catequesis sobre la Exhortación apostólica “REDEMPTORIS CUSTOS” de

su Santidad Juan Pablo II

El marco evangélico

Objetivo: Reconocer estas verdades de fe que tiene su fuente en la Sagrada


Escritura.

“José, hijo de David, no temas tomar contigo a María, tu esposa, porque lo


engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por
nombre Jesús, porque el salvará a su pueblo de sus pecados”. (Mt 1,20-21)

De esta manera vemos como en estas palabras se halla el núcleo central de la


verdad bíblica sobre san José, el momento de su existencia al que se refiere
particularmente a los Padres de la Iglesia. Para ampliar el panorama del texto,
es necesario comprender el contenido de san Lucas: “entonces fue enviado por
Dios el ángel Gabriel a una ciudad ciudad de Galilea llamada Nazaret a una
virgen desposada con un hombre llamado José de la casa de David; el nombre
de la virgen era María”. (Lc 1,26-27) María, la llena de gracia, no comprendía
dicha anunciación de parte del ángel. Pues la respuesta es clave: el Espíritu
Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, es por
ello que el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Este hecho
corresponde a todo el contenido de la anunciación, y, de modo particular a las
últimas palabras comprometedoras de María: “Yo soy la esclava del Señor;
hágase en mi según tu palabra”.

El mensajero se dirige a José como el esposo de María, aquel que a su debido


tiempo tendrá que imponer este nombre al Hijo que nacerá de la virgen de
Nazaret, desposada con él. El mensajero se dirige por tanto a san José y le
confía la tarea de un padre terreno respecto al Hijo de María.

Es interesante, pues ver la obediencia y la fidelidad de san José, que según el


evangelio de san Mateo 1,24 nos relata que luego que el Señor le había
hablado en sueños ´por medio del ángel, que no dudara en tomar a María
como su esposa, porque el Hijo que estaba esperando es por obra y gracia del
Espíritu Santo. Y despertado José de aquel sueño hizo como el ángel le había
mandado, y tomó consigo a María como su esposa.

El, pues, la tomó la tomó en todo el misterio de la maternidad y junto con el


Hijo que llegaría al mundo, demostrando de este modo una disponibilidad de
voluntad, semejante a la de María.

Para reflexionar

Según el tema: ¿cómo se manifiesta la maternidad de María?

¿Qué te ha llamado más la atención a cerca de la paternidad de san José?

¿Cómo lo podemos aplicar a nuestra vida cristiana?


El destinario del Misterio de Dios

Objetivo: Profundizar en el Misterio de Dios que se ha puesto de manifiesto


en san José y María.

Cuando María, poco después de la anunciación se dirigió a la casa de Zacarías


para visitar a su pariente Izabel, mientras la saludaba, oyó las palabras
pronunciadas por Isabel “llena del Espíritu Santo” (Lc 1,41) además de las
palabras relacionadas con el saludo del ángel en la anunciación Isabel dijo:
“feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de
parte del Señor”. De esta manera, como bien lo afirma el CVII que la
santísima Virgen maría avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo
fielmente su misión con su Hijo, e incluso hasta la cruz.

Ahora, el comienzo de la peregrinación se puede aplicar a san José, pues la fe


de María se encuentra también en él. Y la bienaventuranza proclamada por
Isabel, en cierto sentido se aplica también a san José como esposo fiel de
María. Esta fidelidad que solo puede ser por gracia de Dios por la fe, libertad
y voluntad de los esposos, custodios del Hijo del Altísimo. Y es para nosotros
un claro ejemplo de obediencia de fe.

De este modo, la vía de la fe de José queda totalmente determinada por el


misterio de la encarnación, pues junto con María se había convertido en el
primer depositario de la gracia Divina, en quien Dios se valió para manifestar
su obra salvífica, La encarnación y redención constituyen una unidad orgánica
e indisoluble, donde el plan de la revelación se realiza con palabras y gestos,
intrínsicamente relacionados entre sí. Es por ello que por esta unidad el Papa
Juan XXIII, que tenía una devoción a san José, estableció que en el canon
romano de la Misa memorial perpetuo de la redención. Se incluyera su
nombre junto al de María.

Es por ello que participa de la auto revelación de Dios en Cristo y participa


desde el primer instante.

Se puede decir también de acuerdo a los textos de Mateo y Lucas que José es
el primero que participa de la fe de la Madre de Dios y que, de esta manera,
sostiene a su esposa en la fe de la divina anunciación. Y como bien ya se ha
mencionado, el que ha sido puesto en primer lugar por Dios en la vía de la
peregrinación de la fe auténtica, a través del cual, María, sobre todo en el
Calvario y en pentecostés precedió de forma eminente y singular.

Para reflexionar

¿Cómo comprendemos este acto de fe de los esposos custodios del Hijo del
Altísimo?

¿Qué enseñanza nos deja esta vía de peregrinación en la fe de María y san


José?

¿Qué me llamó la atención del tema?

El servicio de la paternidad
Objetivo: Profundizar en la auténtica paternidad de san José como expresión
de fe, de amor y obediencia.

Como se deduce en los textos evangélicos, el matrimonio con maría es el


fundamento jurídico de la paternidad de José. Pues es para asegurar la
protección paterna a Jesús por lo que Dios elige a José como esposo de María.
Es importante mencionar que los evangelistas han afirmado claramente que
Jesús es concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y que en aquel
matrimonio se ha conservado la virginidad. (Cf. Mt 1,18-25), llaman a José
esposo de María y a María esposa de José. Y también para la Iglesia, si es
importante profesar la concepción virginal de Jesús, no lo es menos defender
el matrimonio de María con José, porque jurídicamente de aquí depende la
paternidad de san José.

El hijo de María es también hijo de José en virtud del vínculo matrimonial que
les une: “a raíz de aquel matrimonio fiel, ambos merecieron ser llamados
padres de Cristo, no solo aquella madre sino también aquel padre del mismo
modo que era esposa de su madre, ambos por medio de la mente y no de la
carne. En ellos también se constituye la fidelidad al sacramento por amor.

Y he aquí que en el umbral del N.T. como ya en el comienzo del Antiguo, hay
una pareja, pero mientras la de Adán y Eva habían sido fuente del mal que han
inundado al mundo, la de José y María constituye el vértice por medio del cual
la santidad no solo es posible, sino que también se esparce por toda la tierra. Y
es una buena enseñanza para todas las familias a mantenerse fielmente al
sacramento del matrimonio en que han sido llamados.

Con la potestad paterna sobre Jesús, Dios ha otorgado también a José el amor
correspondiente, a aquel amor que tiene su fuente en el Padre Justo,
Responsable, Amoroso, Misericordioso y bueno, de quien toma nombre toda
familia en el cielo y en la tierra. (Ef. 3,15). Pues es indudable que san José
haya adquirido estas virtudes para la educación del Hijo de Dios.

Para reflexionar

¿Qué enseñanza nos deja esta paternidad fiel de san José?

¿Cómo aplicamos estas virtudes a nuestra vida cristiana y a nuestra familia?

El nacimiento en Belén

Objetivo: Comprender el Misterio del Verbo encarnado, que nace pobre y


humilde en un pesebre.

Como depositarios del Misterio escondido desde siglos en Dios y que empieza
a realizarse ante sus ojos, en la plenitud de los tiempos, José es con María, en
la noche de Belén, testigos privilegiados de la venida del Hijo de Dios al
mundo: “Y sucedió que mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días
del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y
le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.” (Lc 2,6-7).

José fue testigo ocular de este nacimiento, acaecido en condiciones


humanamente humillante, como primer anuncio de aquel anonadamiento al
respecto (Flp 2,5-8), a aquel Cristo que nace para nuestra redención de los
pecados.

Es importante mencionar también el papel de la sagrada familia, ya que san


José como buen padre, se mostró muy preocupado ya que buscaba un
alojamiento digno en donde podría nacer el Hijo de Dios, pero en aquel lugar,
no encontraron sitio digno, sino que como bien lo relata el Evangelio de san
Lucas, fueron unos pastores que cuidaban de noche por turno a sus rebaños,
quien hospedaron a María en un establo y fue allí que ella dio a luz al
Salvador del mundo.

José fue también testigo de la adoración de los pastores llegados al lugar del
nacimiento de Jesús después de que el ángel les había traído esta buena
noticia, y como también lo fue de los magos venidos de Oriente. (Cf. Mt 2,11)

Para reflexionar

¿Qué significa en nuestra vida de fe, el nacimiento humilde del Hijo de Dios?

¿Qué me llamó la atención del tema?

¿Cómo se debe asumir estas actitudes de fe de la sagrada familia?

La huida a Egipto

Objetivo: Profundizar en la obediencia y responsabilidad paternal de san José,


aún en momentos de peligro para con el Hijo de Dios.

Después de la presentación en el Templo, el evangelista Lucas hace notar:


“Así que cumplieron todas las cosas según la ley del Señor, volvieron a
Galilea a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se fortalecía llenándose de
sabiduría. Y la gracia de Dios estaba sobre él.” (Lc 2,39).

Cuando leemos el texto de Mateo, antes de este regreso a Galilea, es


importante situar un acontecimiento muy importante; la providencia divina
recurre nuevamente a José: “Después de que los Magos se retiraron, el ángel
del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: levántate, toma contigo al
niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque
Herodes va a buscar al niño para matarle.” (Mt 2, 13). Con ocasión de la
venida de los Magos, Herodes supo el nacimiento del Rey de los judíos. Y
ordenó matar a todos los niños de Belén y a toda la comarca de dos años para
abajo. (Cf. Mt 2,16). Pues de este modo matando a todos, quería matar a aquel
recién nacido Rey de los judíos de quien, por medio de los Magos, ya había
tenido conocimiento.

Entonces José, hombre justo y obediente, habiendo sido advertido en sueños,


tomó al niño y a su madre y se retiró a Egipto y estuvo allí hasta la muerte de
Herodes, para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta:
“De Egipto llamé a mi hijo.” (Os 11,1).

De este modo, el camino de regreso de Jesús desde Belén a Nazaret pasó a


través de Egipto.

Desde el momento de la anunciación José junto con María, se encontró en


cierto sentido en la intimidad del misterio escondido desde siglos en Dios: “Y
la Palabra se encarnó y puso su morada entre nosotros.” (Jn 1, 14).

Jesús participó en esta fiesta como Joven peregrino al ir al templo junto con
sus padres. Y que pasado los días se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo
supieran. (Lc 2, 43). Y tras una búsqueda angustiante, lo encuentran al tercer
día sentado en medio de los doctores del templo. María conservaba todas estas
cosas y lo meditaba en su corazón.

Para reflexionar

¿Cuál es la reacción de José ante el mandato de Herodes de matar a los niños


inocentes?

¿Qué hizo José al respecto?

¿De qué actitudes negativas debemos huir hoy en día?


El varón justo. El esposo

Objetivo: Profundizar en las características propias de san José, como cabeza


de la Sagrada Familia.

Para concretizar con lo que se ha dicho ya a cerca de las características propias


de san José es necesario en esta breve catequesis remarcar algunos elementos
propios de este hombre puro y casto.

Es justo porque cumplió fielmente lo que le encomendó Dios. (Lc 2, 22)

Es un hombre callado, pero no es cualquier silencio, sino que posee una


especial elocuencia: gracias a este silencio se puede leer a plenitud la verdad
contenida en el juicio que de él da el Evangelio: “el justo.” (Mt 1, 19).

De este modo, el varón justo, el esposo de María posee ante todo una gran
humildad, y es nuestro ejemplo y modelo a seguir, si duda de él aprendió Jesús
al asumir su misión con mucha sencillez, pero con un gran corazón para amar.

Para reflexionar

¿Qué más virtudes identificas en san José?

¿Crees que como cristianos debemos vivir al máximo estas virtudes?

Y si tu respuesta fue si, explica por qué

El trabajo expresión del amor


Objetivo: Reconocer en san José el trabajo humilde, digno y honrado, pero
que es fuente de santificación.

Lo que manifiesta aquí la máxima expresión cotidiana de este amor en la vida


de la Familia de Nazaret es el trabajo. Es evidente que la labor sencilla de san
José fue la carpintería, trabajo humilde pero digno para mantener a María y al
niño Jesús.

El texto evangélico precisa el tipo de trabajo con que san José aseguraba el
mantenimiento de la familia: el del carpintero. Pues abarca toda la vida de
José. Estos son también los años escondidos de Jesús del que habla el
evangelista tras el episodio ocurrido en el templo: “Bajó con ellos y vino a
Nazaret y vivía sujeto a ellos.” (Lc 2, 51). Esta sumisión significa la
obediencia de Jesús en la casa de Nazaret, es entendida también como
participación en el trabajo de José. El que era llamado hijo del carpintero
había aprendido el trabajo de su padre. Entonces, si la familia de Nazaret en el
orden de la salvación y de la santidad es ejemplo y modelo para las familias
humanas, sobre todo para el trabajo digno y honrado, lo es también el trabajo
de Jesús al lado de José el carpintero.

En nuestra época también la Iglesia ha puesto esto de relieve con la fiesta


litúrgica de san José Obrero, el uno de mayo. Ahora bien, en el crecimiento
humano de Jesús, en sabiduría, en edad y en gracia, representa la virtud de la
labor, ya que el trabajo es un bien del hombre, que transforma la naturaleza y
que hace al hombre en cierto sentido más fuerte.

Se trata en definitiva de la santificación de la vida cotidiana que cada uno debe


alcanzar según el propio estado y que puede ser fomentada según el modelo
accesible a todos.
San José es por tanto un gran luchador en el campo de batalla, y es el modelo
de los humildes, que el cristianismo eleva a grandes destinos. Es la prueba de
que para ser buenos y auténticos seguidores de Jesús no se necesitan grandes
cosas, sino que se requieren solamente las virtudes, comunes, humanas y
sencillas pero verdaderas y auténticas.

Para reflexionar

¿Qué me llamó la atención del tema?

Según el tema: ¿Por qué todo trabajo digno nos santifica?

¿Con qué actitud realizo mi trabajo pastoral?

El primado de la vida interior

Objetivo: Reconocer y valorar el silencio interior, a ejemplo de san José.

También el trabajo de carpintero en la casa de Nazaret está envuelto por el


mismo clima de silencio que acompaña todo lo relacionado con la figura de
José. Ante esto, deberíamos preguntarnos queridos hermanos si le dedicamos
tiempo necesario al silencio, a la contemplación y a la meditación. Pues son
muchas las veces que nos dejamos llevar por el ruido y todo lo exterior que no
nos permite tener un verdadero encuentro con Jesucristo.

José estaba en contacto cotidiano con el misterio escondido desde siglos, que
es interesante y misterioso para nosotros reconocer que puso su morada bajo el
techo de su propia casa. Pues es un elemento muy explicable por qué Santa
Teresa de Jesús, la gran reformadora del Carmelo contemplativo, se hizo
voluntariamente promotora de la renovación del culto de san José en la
cristiandad occidental.

Habría que remarcar por último que la comunión de vida entre José y Jesús
nos lleva todavía a considerar el misterio de la encarnación, precisamente bajo
el aspecto de la humanidad de Cristo, instrumento eficaz de la divinidad, con
un amor puro y filial con el Padre, en orden a la santificación de los hombres:
pues en virtud de la divinidad, las acciones humanas de Cristo fueron
salvíficas para nosotros, produciendo en nosotros la gracia, tanto por razón del
mérito como una cierta eficacia.

Para reflexionar

¿Por qué es importante cultivar la vida interior según el tema?

¿Qué enseñanza nos deja el tema?

Patrono de la Iglesia de nuestro tiempo

Objetivo: Reconocer la intercesión de san José, desde su condición de Patrono


de la Iglesia Católica.

Fue el Papa Pío IX quien lo declaró patrono de la Iglesia Católica. Pues a


causa de la excelsa dignidad concedida por Dios a este su siervo fiel, la Iglesia
después de la Virgen Santa, su esposa tuvo siempre en gran honor y colmó de
alabanzas al bienaventurado José y a él recurrió sin cesar en sus angustias.

Las razones son estas: Es el esposo de María y padre responsable de Jesús, en


su momento fue el custodio legítimo y natural cabeza y defensor de la sagrada
Familia y por cultivar las virtudes propias de un excelente padre, a pesar de
que Jesús no era hijo biológico de él.

Es por tanto conveniente de que el bienaventurado José sea patrono y por


gracia de Dios lo de nuestra Iglesia Universal, y que por lo mismo que
entonces solía tutelar santamente en todo momento a la Familia de Nazaret,
así proteja ahora y defienda con su celeste patrocinio a la Iglesia de Cristo.

Este patrocinio debe ser invocado y todavía es necesario a la Iglesia no solo


como defensa contra los peligros que surgen, sino también y sobre todo como
aliento en su renovado esfuerzo de evangelización en el mundo y de
reevangelización a aquellos países que un tiempo abrazaron la fe cristiana,
pero que están pasando por pruebas rígidas, en peligro de abandonar la fe
católica.

Y la Iglesia por su parte, confía en su intercesión y protección paternal, como


custodio de nuestra fe, y de modo particular se propone a toda la comunidad
cristiana a acudir con plena devoción a el para que la fe se acreciente hacia
Cristo, Pastor y Esposo de la Iglesia.

Para reflexionar

¿Cómo se llama el Papa que declaró a san José como patrono universal de la
Iglesia?

Mencione una de las razones que justifica que san José fue digno de ser
patrono universal de la Iglesia

¿Qué aspectos nuevos he aprendido de este tema?

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