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El sobrepeso y la obesidad actualmente se constituyen en un problema de salud pública

profusamente evidenciado epidemiológica y clínicamente, que tiende a aumentar en las


diferentes regiones del mundo.

La obesidad es un grave problema de salud pública porque es importante factor de riesgo para
enfermedades no transmisibles (ENT), que son las de mayor carga de morbimortalidad en el
mundo, un índice de masa corporal (IMC) elevado se relaciona con problemas metabólicos,
como resistencia a la insulina, aumento del colesterol y triglicéridos.

El sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo para problemas cardiovasculares, como


coronariopatías y accidente cerebrovascular.

El riesgo de diabetes mellitus de tipo 2 aumenta proporcionalmente con la elevación del IMC.
Igualmente un IMC elevado también aumenta el riesgo para algunos cánceres y patologías
osteoarticulares (5).

La configuración de la obesidad como el problema epidémico más grande del siglo XXI
catalogada así por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se constituye en un problema
emergente principal de salud pública.

Esta aseveración puede ser sustentada desde diversas aristas. Por una parte, desde la amplia
interpretación epidemiológica y clínica del fenómeno, es posible aducir su importancia debido a
que muchas patologías humanas son atribuibles a su existencia en un proceso multicausal y
polideterminado; por ejemplo, casi la mitad de los casos de diabetes en el mundo, un quinto de la
cardiopatía isquémica y entre un 10% y un 40% de algunos tipos de cáncer se adjudican
directamente a la obesidad (14). De acuerdo con esta posición la obesidad es entendida
específicamente como una enfermedad crónica multifactorial, en la compleja interacción
expresión genética-medio ambiente, caracterizada por la acumulación excesiva de tejido adiposo
en el organismo y por incrementar los niveles de morbilidad y mortalidad de aquellos que la
presentan en comparación con quienes tienen un peso normal.

De manera subsidiaria, la condición de sobrepeso se relaciona con posibilidades mayores de


desarrollar obesidad y las condiciones patológicas asociadas. Estas dos categorías también
tienen en común su fundamentación diagnóstica a partir del índice de masa corporal (IMC) o
índice de Quetelet, medida del peso relativo fundamentada en la relación entre masa y estatura
del individuo, donde se considera que “un IMC igual o superior a 25 determina sobrepeso y un
IMC igual o superior a 30 determina obesidad” (15), siendo el estándar adoptado por su bajo
costo además de contar con aceptables niveles de precisión y exactitud en personas adultas.

Los términos "sobrepeso" y "obesidad" se refieren a un peso corporal que es mayor de lo que se
considera normal o saludable para cierta estatura. El sobrepeso y la obesidad generalmente se
deben a la grasa corporal adicional.

Para el diagnóstico del sobrepeso o de la obesidad es necesario seguir ciertos criterios entre los
cuales están: El índice de masa corporal (IMC) es una forma de saber si una persona tiene un
peso saludable, sobrepeso u obesidad. El IMC es una medida basada en el peso en relación con
la estatura, cuanto mayor sea el IMC mayor será el riesgo de desarrollar problemas de salud por
sobrepeso y obesidad.

El IMC constituye la medida poblacional más útil, pues la forma de calcularlo no varía en función
del sexo ni de la edad en la población adulta, por ejemplo, un adulto que pesa 70 Kg. y mide 1.75
m, tiene un IMC de 22.9, IMC = 70 (kg) / 1.752 (m2) = 22.9.

Es importante considerar que en las personas adultas de estatura baja (menor a 1.50 metros en
la mujer y menor de 1.60 metros para el hombre) se considera obesidad cuando el IMC es igual
o mayor a 25 kg/m².

Otro criterio para determinar el sobrepeso y la obesidad es el Índice Cintura Cadera (ICC), este
indicador evalúa la distribución del tejido adiposo. Se obtiene al dividir en centímetros la
circunferencia abdominal entre la circunferencia de la cadera, es un predictor independiente de
factores de riesgo y morbilidad. Esta es una medida aceptable para evaluar el contenido de
grasa abdominal antes y durante un tratamiento de la pérdida de peso. Los puntos de corte por
sexo pueden ser utilizados para identificar el incremento relativo de riesgo para el desarrollo de
obesidad asociado a factores de riesgo en muchos adultos con un IMC de 25 a 34.9 kg/m2.

Por otro lado la Circunferencia Abdominal (CC), es el indicador que evalúa el riesgo de las co-
morbilidades más frecuentes asociadas a la obesidad, caracterizado por un exceso de grasa
abdominal. Para medir la circunferencia abdominal se localiza el punto superior de la cresta
iliaca, se coloca la cinta alrededor del abdomen a este nivel, se asegura que la cinta no apriete y
esté en paralelo con el piso, y se hace la medición al final de la expiración normal.

Así la manera más sencilla y económica de realizar el diagnostico de sobrepeso u obesidad son
los tres criterios antes mencionados.
Por otro lado el sobrepeso y la obesidad han alcanzado proporciones epidémicas a nivel
mundial, y cada año mueren, como mínimo, 2,8 millones de personas a causa de estas. En 2016
más de 1900 millones de adultos tenían sobrepeso, y más de 650 millones eran obesos; la
prevalencia del sobrepeso y de la obesidad se ha casi triplicado desde 1975 y 2019. De
mantenerse la tendencia, para el año 2030 más de 40% de la población del planeta tendrá
sobrepeso y más de la quinta parte será obesa (2).

A nivel mundial los países que forman el Top-10 por el porcentaje de población obesa o con
sobrepeso son todos pertenecientes a los países considerados ricos. Dos países
norteamericanos, EE.UU. y Canadá, dos de Oceanía, Australia y Nueva Zelanda, cinco
europeos, Chequia, Eslovaquia, Noruega, Alemania y Hungría, y solo uno asiático, Emiratos.

Aunque anteriormente se consideraba un problema confinado a los países de altos ingresos, en


la actualidad el sobrepeso y la obesidad también son prevalentes en los países de ingresos
bajos y medianos.

Así en América Latina la realidad no es distinta a la del resto del mundo, pues las datos
estadísticos referentes al sobrepeso y a la obesidad dan cuenta que estos problemas van en
ascenso.

La información emanada de la Organización Panamericana de la Salud muestra que cerca del 58


% de los habitantes de la región vive con sobrepeso es decir unas 360 millones de personas.

Salvo en Haití (38,5%), Paraguay (48,5%) y Nicaragua (49,4%), el sobrepeso afecta a más de la
mitad de la población de todos los países de la región, siendo Chile (63%), México (64 %) y
Bahamas (69%) los que presentan las tasas más elevadas.

Respecto a la obesidad esta afecta a 140 millones de personas, el 23% de la población regional
y las mayores prevalencias pueden observarse en países del Caribe: Bahamas (36,2%)
Barbados (31,3%), Trinidad y Tobago (31,1%) y Antigua y Barbuda (30,9%). Por ello es evidente
que la obesidad en adultos en América Latina y el Caribe se ha triplicado desde los niveles que
había en 1975 como consecuencia de un cambio en la alimentación con un mayor consumo de
comida rápida y ultraprocesada, señala el nuevo informe de Naciones Unidas, el “Panorama de
la seguridad alimentaria y nutricional 2019”, redactado por las cuatro principales agencias de la
ONU con autoridad en la materia, que han hecho un llamamiento promover entornos alimentarios
más saludables.
Aunque la epidemia del sobrepeso y la obesidad golpea cada vez con más fuerza a todo el
mundo y a Latinoamérica en particular, Bolivia se mantiene en los últimos lugares de los índices
regionales, pero el ascenso del fenómeno es notorio, al menos en los últimos años.

En Bolivia según los datos del Ministerio de salud, en el 2017 el departamento de Santa Cruz
presentó la mayor incidencia de obesidad y sobrepeso del país con un 34 por ciento de la
población, que convive con este problema (4), predisponiendo a su vez, a la aparición de otras
enfermedades.

Entre los años 2008 y 2016 el porcentaje de personas con sobrepeso disminuyó de un 32% a un
30,6%, mientras que la población de obesos aumentó de 23,1% a 32,5%. La disminución del
porcentaje de las personas con sobrepeso, no significa que hubieran mejorado su condición
física, sino que en la mayoría de los casos transitaron al grupo con obesidad.

Siguiendo a Santa Cruz, Cochabamba y La Paz son los departamentos donde existe mayor
porcentaje de personas adultas con sobrepeso y obesidad.

Los datos estadísticos tanto en el país como en el mundo dan cuenta que el sobrepeso y la
obesidad son un problema que sigue en aumento, y que no va a desaparecer, al menos no en el
corto plazo por ello es preciso conocerlos con mayor profundidad, razón por la cual es
indispensable conocer más sobre los factores que conllevan a estos problemas de sobrepeso u
obesidad.

Existen 3 factores esenciales que contribuyen a padecer sobrepeso u obesidad: Factores


biológicos, psicológicos y los ambientales, teniendo los factores ambientales particular
importancia para el presente trabajo de investigación, pues es el factor referido a los estilos de
vida, pues depende completamente de nuestros hábitos y puede ser modificado en el momento
que lo consideremos. Aquí se relaciona el trabajo que tiene la persona, transporte que utiliza,
tiempo recreativo, accesibilidad al consumo de alimentos “chatarra” y saludables, y la actividad
física que mantiene en su día a día. La probabilidad de no padecer sobrepeso u obesidad bajo
este esquema es de un 60 a 70 por ciento, es decir, está en nuestras manos evitar este
padecimiento.

Por ello la consigna dentro de la salud pública es y deberá seguir siendo promover un estilo de
vida saludable, determinando inicialmente los factores que conllevan al sobrepeso u obesidad
para posteriormente eliminar los mismos.
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