El objetivo de esta breve carilla es intentar presentar, de manera esquemática y sintética, la
característica más relevante de la Comunidad Científica. Para dicha tarea me apoyare en el ya clásico, y polémico, trabajo de Thomas Kuhn (1922-1996): “La estructura de las revoluciones científicas” (1962). El historiador y filosofo de la ciencia estadounidense no presenta de manera explicita una definición de comunidad científica, con sus principales características y especificidades; pero, de todos modos, se puede intentar describir dicha noción realizando una lectura en clave de los primeros dos capítulos de su magnum opus. En otras palabras, la idea central de esta reseña es, por medio de las categorías kuhnianas de “ciencia normal” y “paradigma”, intentar comprender: ¿que es eso llamado comunidad científica?. La mejor forma que encontré para responder a esa pregunta es pensarla como un proceso histórico dinámico, en constante (re)producción. He aquí el porque de rescatar y utilizar los argumentos que T.K. presenta en la primeras paginas de dicha obra. Pensando a la comunidad científica como un proceso histórico, y específicamente desde una tónica genética o genealógica (preguntase por el origen), es posible aproximar una respuesta para la pregunta que guía este humilde ensayo. Kuhn por medio de dos ejemplos empíricos e históricos –el de la óptica física y el de la electricidad– nos explica como surgieron, “nacieron” (o mejor dicho inventaron) las disciplinas científicas que estudian fenómenos naturales concretos; y como un grupo de estudiosos paso a convertirse, por medio de la adopción de una conjunto de nociones, ideas, creencias, reglas y normas comunes, o sea, un paradigma en términos del propio Kuhn, en un grupo particular de científicos: una “Comunidad Científica”. Esta explicación peca de ser demasiado simple y simplista, pero nos sirve para comprender una de las características primordiales, y diría hasta fundacionales, de una comunidad científica. La adopción de un Paradigma común es el principio necesario y fundamental –no en todos los casos, las denominas ciencias sociales son un ejemplo paradigmático de ellos– que debe, y de hecho adopta (muchas de la disciplinas de las denominadas ciencias naturales son un ejemplo fehaciente de ello) un grupo de individuos para cristalizarse en eso que solemos llamar comunidad científica; la cual se encarga de una manera particular –basándose en una/s teoría/s, una/s praxis/s, y uno/s método/s especifico/s, regidos por normas y reglas concretas, propios del paradigma vigente en una época determina del desarrollo de dicha disciplina– de describir (y podríamos decir “prescribir”) y explicar los fenómenos que les son propios como objeto de estudio o unidad de análisis. Sin ninguna duda, este análisis no tiene la pretensión de ser exhaustivo, su única pretensión es presentar la característica esencia que presenta toda comunidad científica. Por ultimo, es interesante pensar esta tesis en contraposición con la de Robert K. Merton (1910- 2003) de Ethos de la ciencia, en relación a la estructura normativa (léase paradigma) que es necesario que posea todo disciplina que tenga intención de ser llamada científica, en base a los parámetros modernos (pensando a la Ciencia como una institución social, que ha sufrido un procesos de profesionalización e institucionalización)
Inteligencia artificial: Lo que usted necesita saber sobre el aprendizaje automático, robótica, aprendizaje profundo, Internet de las cosas, redes neuronales, y nuestro futuro
Sesgos Cognitivos: Una Fascinante Mirada dentro de la Psicología Humana y los Métodos para Evitar la Disonancia Cognitiva, Mejorar sus Habilidades para Resolver Problemas y Tomar Mejores Decisiones