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La 

amenaza de bloqueo en las negociaciones entre los partidos que pueden formar un nuevo
Gobierno catalán tiene en alerta a los agentes sociales. Empresarios, sindicatos, colegios
profesionales y representantes del tercer sector avisan de que una repetición electoral sería
la peor de las noticias, ya que alargaría aún más el periodo de gobierno en funciones y de
parálisis legislativa y ejecutiva, en plena pandemia y con una crisis económica y social que
se prevé muy dura. Recuerdan, además, que Cataluña arrastra varios años de inestabilidad
política, en los que las políticas de medio y largo plazo han quedado relegadas a un
segundo plano.

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elecciones en Cataluña

En los últimos cuatro años, Cataluña ha vivido largos periodos con un Gobierno en
funciones o con su capacidad política limitada. El resultado ha sido una actividad
legislativa y ejecutiva que, según los sindicatos y entidades, es pobre en comparación con
lo que podría haber sido. Cuando en octubre de 2017 se aplicó el artículo 155 de la
Constitución como respuesta a la celebración del referéndum del 1-O, declarado ilegal por
el Tribunal Constitucional, se abrió un periodo de dos meses hasta las elecciones. Tuvieron
que pasar cinco meses más hasta que se eligió a Quim Torra como presidente de la
Generalitat. Esos siete meses sin un Govern en plenas funciones ya pasaron factura. En
enero de 2020, el president dio por agotada la legislatura tras los constantes desacuerdos
entre los socios del Govern, Junts per Catalunya y ERC, los que ahora tampoco se ponen de
acuerdo para conformar un Ejecutivo. Tras unos meses muy marcados por la irrupción de la
pandemia, en octubre el Tribunal Supremo inhabilitó a Torra y el vicepresidente Pere
Aragonès asumió sus funciones. Se abrió así un nuevo periodo de transición que dura hasta
hoy, siete meses después de la destitución de Torra y 86 días después de la celebración de
las elecciones del 14-F.

El desacuerdo para la formación de un nuevo Govern abre la puerta a que se alargue la


inestabilidad. “Sería nefasto, no podemos esperar más. Venimos de unos años de
inestabilidad política brutal, y ahora estamos en un momento de gravedad social muy
grande”, argumenta Francina Alsina, presidenta de la Taula del Tercer Sector. La tasa de
riesgo de pobreza en Cataluña está en el 19,5% de la población, un dato que es anterior a la
pandemia y que, augura Alsina, crecerá sustancialmente: desde que empezó la crisis
sanitaria, las entidades sociales han atendido a 800.000 personas por necesidades básicas,
un 30% de las cuales han pedido ayuda por primera vez en la vida. “Tenemos una crisis
social sin precedentes, por eso necesitamos un Gobierno ya, no serían de recibo unas
nuevas elecciones. Confiamos en que sean suficientemente responsables y prioricen los
intereses de la ciudadanía por delante de los partidistas”, asevera. Alsina advierte de que en
los periodos de política en funciones no se llevan a cabo cambios legislativos de calado ni
políticas pensadas a medio o largo plazo, y que solo se aprueban “parches o medidas de
urgencia”: “Tenemos problemas crónicos de pobreza, precariedad laboral, acceso a la
vivienda… Ahora por ejemplo tenemos una moratoria en el pago de alquileres e hipotecas
hasta agosto, pero qué pasará cuando acabe? No hay políticas pensadas”. Alsina considera
que lo primero que debería hacer el nuevo Govern es empezar a elaborar unos nuevos
presupuestos, “esta vez sí 100% sociales” y desarrollar leyes como la del

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