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persistente los rituales molestos (p. ej., no desechar objetos con el fin de evitar el lavado interminable
o los rituales de control).
En el TOC, el comportamiento es por lo general no deseado y altamente preocupante, y el indivi-
duo no experimenta ningún placer o recompensa. Generalmente la acumulación excesiva no está
presente; si lo está, tienen la necesidad de comprar los artículos que han tocado accidentalmente con
el fin de evitar la contaminación de otras personas, pero no a causa de un verdadero deseo de poseer
los elementos. Los individuos que acumulan en el contexto de un TOC son también más propensos a
acumular objetos extraños, tales como basura, heces, orina, uñas, cabello, pañales usados o comida
en mal estado. La acumulación de estos elementos es muy inusual en el trastorno de acumulación.
Cuando aparece acumulación grave simultáneamente con otros síntomas típicos de TOC, pero se considera
independiente de estos síntomas, se podría diagnosticar tanto el trastorno de acumulación como el TOC.
Trastornos neurocognitivos. No se diagnostica trastorno de acumulación si se considera que la
acumulación de objetos es una consecuencia directa de una enfermedad degenerativa, como el tras-
torno neurocognitivo asociado a la degeneración lobular frontotemporal, o la enfermedad de Alzhei-
mer. Típicamente, el inicio del comportamiento de acumulación es gradual y sigue al inicio del tras-
torno neurocognitivo. El comportamiento de acumulación puede ir acompañado de autoabandono y
de una miseria doméstica importante, junto con otros síntomas neuropsiquiátricos, como desinhibi-
ción, juegos de azar, rituales/estereotipias, tics y conductas autolesivas.
Comorbilidad
Aproximadamente el 75 % de los individuos con trastorno de acumulación tiene un trastorno del
estado de ánimo o de ansiedad comórbido. Las afecciones comórbidas más comunes son el trastorno
depresivo mayor (hasta el 50 % de los casos), el trastorno de ansiedad social (fobia social) y el tras-
torno de ansiedad generalizada. Aproximadamente el 20 % de los individuos con trastorno de acu-
mulación también tiene síntomas que cumplen los criterios diagnósticos del trastorno obsesivo-com-
pulsivo. A menudo, estas comorbilidades pueden ser el principal motivo de consulta, ya que no es
probable que los individuos refieran de una manera espontánea los síntomas de acumulación, y estos
síntomas a menudo no se suelen explorar en las entrevistas clínicas de rutina.
Características diagnósticas
La característica esencial de la tricotilomanía (trastorno de arrancarse el pelo) es el acto recurrente de
arrancarse el propio pelo (Criterio A). El acto de arrancar el pelo puede afectar a cualquier región del
cuerpo en la que crezca pelo; las localizaciones más frecuentes son el cuero cabelludo, las cejas y los
párpados, mientras que los sitios menos comunes son el vello axilar, el facial, el púbico y el de las
regiones perirrectales. Es posible que los sitios donde se producen los tirones de pelo varíen con el
tiempo. El acto de arrancarse el pelo puede aparecer en forma de episodios breves repartidos durante
todo el día o en períodos menos frecuentes pero más sostenidos, de horas de duración, y tales tirones
252 Trastorno obsesivo-compulsivo y trastornos relacionados
de pelo pueden durar meses o años. El criterio A requiere que el acto de arrancarse el pelo dé lugar a
una pérdida del mismo, aunque las zonas de donde se arranca el pelo pueden estar ampliamente
distribuidas (p. ej., arrancarse pelos individuales en cada uno de los sitios) de tal manera que la pér-
dida de pelo puede no ser claramente visible. Por otra parte, los individuos pueden tratar de ocultar
o camuflar la pérdida de pelo (p. ej., mediante el uso de maquillaje, bufandas o pelucas). Los indivi-
duos con tricotilomanía han llevado a cabo repetidos intentos para disminuir o detener el acto de
arrancarse el pelo (Criterio B). El Criterio C indica que el tirarse del pelo provoca un malestar clínica-
mente significativo o un deterioro social, laboral o de cualquier otra área de funcionamiento. El tér-
mino malestar se refiere a los efectos negativos que pueden experimentar los individuos en el acto de
arrancarse el pelo, como un sentimiento de pérdida de control, molestia y vergüenza. El deterioro
significativo puede ocurrir en las diferentes áreas del funcionamiento (p. ej., social, laboral, académico
y de ocio), en parte debido a la evitación del trabajo, la escuela u otras situaciones públicas.
Prevalencia
En la población general, la prevalencia anual estimada para la tricotilomanía en los adultos y los
adolescentes está entre el 1 y el 2 %. Las mujeres se ven afectadas con más frecuencia que los varones,
en una proporción de aproximadamente 10:1. Esta estimación refleja probablemente la proporción
verdadera del género en la afección, aunque también puede reflejar diferencias en la búsqueda de
tratamiento según el género o actitudes culturales en cuanto a la apariencia (p. ej., la aceptación de la
pérdida del cabello es normal entre los varones). Entre los niños con tricotilomanía, los varones y las
mujeres están representados por igual.
Tricotilomanía (trastorno de arrancarse el pelo) 253
Desarrollo y curso
El acto de arrancarse el pelo se puede observar en los bebés, y este comportamiento general-
mente se resuelve durante el desarrollo temprano. El comienzo de la actividad de arrancarse el
pelo en la tricotilomanía coincide o sigue habitualmente a la llegada de la pubertad. Los sitios
donde se arranca pelo pueden variar con el tiempo. El curso normal de la tricotilomanía es
crónico y fluctuante si el trastorno no recibe tratamiento. Es posible que los síntomas empeoren
en las mujeres acompañando a los cambios hormonales (p. ej., la menstruación, la perimeno-
pausia). Para algunas personas, el trastorno puede aparecer y desaparecer durante semanas,
meses o años. Una minoría de individuos experimenta la remisión sin recaída posterior a los
pocos años del inicio.
Marcadores diagnósticos
La mayoría de los individuos con tricotilomanía admiten que se arrancan el pelo, por lo que rara vez
se requiere un diagnóstico dermatopatológico. La biopsia de piel y el examen con dermatoscopia son
capaces de diferenciar el trastorno de otras causas de alopecia. En la tricotilomanía, la dermatoscopia
muestra una serie de características, entre las que están la disminución de la densidad del cabello, el
vello corto y los pelos rotos con diferentes longitudes.
Diagnóstico diferencial
Depilación o manipulación normal. No se debería diagnosticar tricotilomanía cuando la depilación
se realiza únicamente por razones estéticas (p. ej., para mejorar la apariencia física). Muchas personas
retuercen y juegan con su cabello, pero este comportamiento no suele bastar para un diagnóstico de
tricotilomanía. Algunos individuos pueden morder en lugar de arrancarse el pelo, pero, de nuevo,
esto no justifica un diagnóstico de tricotilomanía.
Otros trastornos obsesivo-compulsivos y trastornos relacionados. Las personas con TOC y pre-
ocupaciones de simetría pueden arrancarse los pelos como parte de sus rituales de simetría, y las
personas con trastorno dismórfico corporal pueden eliminar el vello corporal que ellos perciben como
feo, asimétrico o anormal; en tales casos no se debería diagnosticar la tricotilomanía. La descripción
del trastorno de conducta repetitiva centrada en el cuerpo del trastorno obsesivo-compulsivo especi-
ficado y trastornos relacionados excluye a las personas que cumplan los criterios de diagnóstico para
la tricotilomanía.
254 Trastorno obsesivo-compulsivo y trastornos relacionados
Trastornos del neurodesarrollo. En los trastornos del neurodesarrollo, arrancarse el pelo puede
cumplir la definición de estereotipias (p. ej., en el trastorno de movimientos estereotipados). Los tics
(en trastornos de tics) rara vez conducen a arrancarse el cabello.
Trastorno psicótico. Las personas con un trastorno psicótico pueden eliminar el vello como reac-
ción ante un delirio o una alucinación. En tales casos no se diagnosticaría la tricotilomanía.
Otra afección médica. No se diagnosticaría la tricotilomanía si arrancarse el pelo o la pérdida de
pelo es atribuible a otra afección médica (p. ej., la inflamación de la piel u otras afecciones dermato-
lógicas). Se deberían considerar otras causas de alopecia cicatricial (p. ej., la alopecia areata, la alope-
cia androgénica, el efluvio telógeno) o no cicatricial (p. ej., el lupus eritematoso discoide crónico, el
liquen plano folicular, la alopecia cicatricial central centrífuga, la seudopelada, la foliculitis decal-
vante, la foliculitis disecante, el acné queloide de la nuca) en los individuos con pérdida de pelo que
niegan arrancárselo. La biopsia de piel o la dermatoscopia se pueden utilizar para diferenciar los
individuos con tricotilomanía de aquellos con trastornos dermatológicos.
Trastornos relacionados con sustancias. Los síntomas de los tirones de pelo se pueden exacerbar
por ciertas sustancias (p. ej., los estimulantes), pero es menos probable que sean las sustancias la causa
primaria de arrancarse el pelo de una forma persistente.
Comorbilidad
La tricotilomanía suele ir acompañada de otros trastornos mentales, por lo general del trastorno
depresivo mayor y del trastorno de excoriación (rascarse la piel). En la mayoría de los individuos con
tricotilomanía se producen conductas repetitivas, centradas en el cuerpo, con síntomas distintos de
arrancarse el cabello o de rascarse la piel (p. ej., morderse las uñas) que pueden merecer un diagnós-
tico adicional de otro trastorno obsesivo-compulsivo especificado y trastornos relacionados (esto es,
trastorno de conductas repetitivas centradas en el cuerpo).
Características diagnósticas
La característica esencial del trastorno de excoriación (rascarse la piel) es el rascado recurrente de la
propia piel (Criterio A). Los sitios más frecuentemente escogidos son la cara, los brazos y las manos,
pero muchas personas eligen múltiples lugares del cuerpo. Las personas pueden rascarse la piel sana,
las irregularidades menores de la piel y las lesiones, como granos o callos, o las costras de anteriores
rascados. La mayoría de los individuos lo realizan con sus uñas, aunque muchos utilizan pinzas,
alfileres u otros objetos. Además del rascado de la piel puede haber frotamiento, presión, punción y
mordedura de la piel. Los individuos con trastorno de excoriación a menudo pasan una cantidad
significativa de su tiempo realizando comportamientos de rascado, a veces varias horas al día, y esta