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Fente, Tamara
Piri, María Luján
Prieto, Rocio
Informe
Sin embargo, esta nueva propuesta trajo consigo críticas por parte de la iglesia, y
de distintos sectores, además no resultaba ser suficiente para el tipo de escuela
que estaba necesitando Argentina en este momento. Tal como nos demuestra
Juan Carlos Tedesco (1993), en su libro, las ideas que propuso Rivadavia no
duraron demasiado, puesto que una vez fuera del poder cambiaron los planes y
fueron amoldados a las necesidades de quien le tocó continuar en el mandato,
que en este caso fue Rosas, un unitario cuyas ideas eran plenamente
conservadoras. Algunos pensadores y sus respectivas propuestas pedagógicas o
formas de concebir la escuela para esta Argentina que se formaba fueron los
siguientes:
Con respecto a los debates sobre la educación hacia 1880, el principal conflicto
fue acerca de quién educa y cuál es el papel Estado. Bien era sabido que hasta
este entonces el rol del Estado era el control, cuya política hasta ese momento
favoreció al sector terrateniente. Recién hacia el año 1887 se comienza a expresar
la necesidad de educar al pueblo, “el gobierno del pueblo y por el pueblo tiene por
condición que el pueblo sea ilustrado” (Juárez Celman), pero se ubica a esta
educación dentro de la esfera del poder, ya que era la clase élite quién tendría el
manejo de los mecanismos de control social, por lo que en este momento la
educación era entendida como un mecanismo de control. A través de ésta, se
socializa a las generaciones dentro de un marco de referencia (valores, pautas) de
los sectores dominantes. Esto implicaba variables sobre los medios usados para
lograr este control, que iba desde la determinación de un currículum hasta la
selección del personal, y lo más llamativo era sobre la difusión de ciertos valores
hasta impedir a sectores de la población al acceso de determinados
conocimientos. Esta situación conlleva a un conflicto entre el control estatal o
privado, cuyas dos esferas que se contraponen eran: la educación como
mecanismo de control y el control que se ejerce sobre la educación misma.
El primer debate que surge con respecto a la educación y el control del Estado es
sobre exclusivamente lo religioso, esto da inicio a la sanción de la Ley por parte de
la Comisión de instrucción de la Cámara de Diputados, que responde a la posición
católica y un proyecto alternativo que presenta el sector liberal. En ambos se
establece la obligatoriedad y gratuidad de la enseñanza (primaria) y prevé la
creación de un Consejo Nacional de Educación y de consejos escolares de distrito
y crean un sistema de financiación que daba autonomía al presupuesto
educacional. A su vez, el proyecto liberal introducía la noción de laicismo (Ley
1420) y establecía un sistema de elección de autoridades escolares de tipo
vertical, le otorga al Poder Ejecutivo un papel decisivo. El Consejo Nacional
estaría compuesto por un presidente y cuatro vocales. El consejo funcionaría bajo
la dependencia del Ministerio de instrucción Pública. En cambio en el proyecto
católico, pretendía por su parte un aumento de número de vocales (ocho en lugar
de cuatro) y un cambio en la forma de elección, todos deberían ser nombrados por
el Poder, precisamente por el senado, maniobra política, ya que era en el Senado
donde los católicos tenían más fuerza. Paradójicamente frente a estas posturas,
los liberales aparecían como negadores de la autonomía de la educación, ya que
consideraban que la educación debía estar en manos del estado y que este debía
promoverla y los católicos como defensores fervorosos.
Por otra parte surge también la sanción de una ley que estaría relacionada con las
Universidades, el cual tendía en un principio a constituir bajo cierta autonomía al
régimen de las universidades, esto significa que podían dictar sus propias formas
de funcionamiento. Para garantizar esta autonomía hubo un debate sobre dos
disposiciones: el régimen de concursos para la provisión de cátedras, la discusión
en este punto fue puesto en la forma que se realizaría el concurso, cuya forma
aprobada fue por el de la terna a decisión del poder Ejecutivo. Surge aquí otra
cuestión, las universidades no pueden subsistir por sí sólas, entonces esta idea de
autonomía caería, porque tiene solo dos opciones, cobrar una matrícula y pasar a
Historia Social y política de la Educación
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En pocas palabras, la ley 1420 junto con la Ley Avellaneda (de enseñanza
universitaria), la Ley Láinez (sobre la creación de escuelas rurales, mixtas,
infantiles y elementales en todas las provincias que lo requieran, garantizando los
recursos económicos para poder hacerlas efectivas) y el decreto de Mitre de
creación de colegios nacionales en territorio provincial, constituyeron el sistema
educativo argentino.
Bibliografía