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ENSAYO
La administración y evaluación del currículo como parte de la gestión de
planificación educativa
Maestrante
Jairo Arturo Ochoa López (Medellín)
Docente (Dra.)
Yoniray Odreman
2019
INTRODUCCION
Hoy día, avanza una concepción más ampliada del currículo, señalando que el
con todas las partes que conforman el plan de estudios. Esto implica la
necesidad de adecuar de manera permanente el plan curricular y determinar sus
logros. Para ello es necesario evaluar continuamente los aspectos internos y
externos del currículo.
Ahora bien como punto de partida se tomará la planificación curricular en el aula
donde uno de los ejes fundamentales son las competencias mediante la
enseñanza.
“El desarrollo tecnológico y científico de la sociedad actual es cambiante y
progresivo, exigiéndole al sistema educativo modificaciones importantes en el
quehacer académico”. (Meléndez M. & Gómez V., 2008)
El concepto de globalización es innegable, presenta muchas ventajas igual que
desventajas abordando de forma muy preponderante la educación y la forma de
como el individuo aprende en relación a su contexto, su entorno, su cultura y su
manera de ver el mundo. La escuela tiene que estar preparada a esos cambios
que la sociedad exige y poder así modificar sus contenidos, abrir nuevas rutas de
conocimiento y aprendizaje con entidades del medio para que el educando pueda
estar en concordancia con las exigencias que este nuevo milenio trae consigo.
Por lo tanto la educación es vista como un ente promotor de habilidades
orientadas a la aplicación de ciertas herramientas que faciliten la búsqueda del
conocimiento y la adquisición del aprendizaje. Se observa entonces que todo
proceso educativo debe afrontar el desafío de integrar la tecnología como un
nuevo recurso que facilite la comunicación entre diversas culturas y así mismo
facilite el acceso a la información. En otras palabras, lo que llamamos
alfabetización digital debe promover la igualdad de oportunidades en cuanto al
acceso del conocimiento, intercambio cultural, capacitación académica, laboral y
de medios que faciliten el intercambio de lenguajes.
De otro modo “el enfoque de enseñanza por competencias propone la
necesidad de elaborar nuevos modelos de diseño curricular que no sean
excluyentes de las prácticas pedagógicas y las necesidades del mercado laboral;
es por ello que se pretende que se organicen en el currículo las competencias
básicas, genéricas y específicas que a futuro brindarán una formación integral del
egresado en el sector productivo.” (Meléndez M. & Gómez V., 2008)
En relación con el aprendizaje se asocia un concepto fundamental que
conforma un binomio de gran interés dentro del campo educativo que es la
COMPETENCIA, “La contribución más importante de Piaget es la noción de
competencia, capacidad característica de la naturaleza humana, de producir
alguna respuesta cognitiva en función del desarrollo evolutivo.
No es hasta la década de los noventa que el término competencia empieza a
usarse con fuerza en el ámbito educativo y en la formación profesional (aunque sin
definiciones claras, siempre asociado con capacidad, habilidad, facultad e incluso
talento), se sostiene que el constructivismo se ha interesado en la relación entre
saber y saber-hacer implicada en las competencias. Piaget fue un estudioso de
estos procesos de conceptualización y la relación entre estructuras y
procedimientos.
De otro lado “en la planificación curricular de aula, específicamente, se exige al
docente una reflexión a la luz del paradigma constructivista, desde la forma de
agrupar contenidos programáticos con valores hasta la construcción de ambientes
docentes deben adaptarse a las necesidades de aplicar nuevas reformas que por
lo general viene más del exterior que del interior de nuestro sistema educativo
por
lo que debemos aclarar que los jóvenes de hoy no pueden aprender como los
estudiantes de ayer, porque sus cerebros y su cultura son totalmente diferentes y
está sin duda ha sido la causa de la distancia entre el donde y el alumno, que el
primero aún no capta esta idea de forma clara y continua utilizando las misma
formas de enseñar.
El estudiante del Siglo XXI debería ser reflexivo y crítico, con una capacidad de
madurar y desarrollar inteligencia múltiple en su diario quehacer educativo, pero
esto solo puede lograrlo con el apoyo del docente, debe ser creativo y proponer
cambios en las condiciones de vida, en su entorno y en la sociedad en la que se
desenvuelve.
La educación del siglo pasado tendía a medirse por la calidad de los insumos:
la infraestructura, los textos, los títulos de los profesores. Hoy se plantea de otra
manera y se centra en los aprendizajes de los estudiantes. Se trata de que la
educación desarrolle estrategias que le aporten a los individuos las herramientas
que los hagan competentes, innovadores e íntegros.
De cierta manera “comenzar a pensar en la evaluación curricular no es más que
pensar en uno de los aspectos propios del currículum concebido como proceso,
como proyecto a realizar en la práctica en determinadas condiciones, ya sean
éstas contextuales más globales e institucionales particulares. Esto nos lleva a
proponer la evaluación curricular como continua y situada, de modo tal que
permita abordar al currículum en su dinamismo propio, atendiendo sus aspectos
cambiantes y a sus múltiples adaptaciones a los diferentes contextos.” (Brovelli,
2001).
Es necesario entonces para evaluar el currículo de forma interna y externa partir
de las necesidades que se tienen desde del contexto, la pertinencia del plan de
estudios y su relación con los métodos de enseñanza aprendizaje. La evaluación
del currículo se hace con el fin de mejorar en todos los ámbitos y estancias de la
institución educativa.
Se parte entonces para una evaluación curricular a fin con unos procesos
sistemáticos y permanentes que comprende la búsqueda y la obtención de la
información, acerca de la calidad de los procesos de enseñanza aprendizaje, las
competencias y sus nivel de desempeño, las estrategias y la metodología que se
emplea en la formación integra del individuo que requiere del servicio educativo.
También entonces las particularidades de la institución se fundamentan en el
análisis y la organización, donde se permite diagnosticar y tomar unas decisiones
para realizar un rediseño curricular desde dos ámbitos que son la actualización
curricular y la reforma curricular.
“Evaluar el currículum desde una perspectiva global como la que se propone, es
una tarea compleja que implica no sólo hacerlo desde sus aspectos explícitos y
objetivables como formato, modos de desarrollo y concreción, sino también en
cuanto a sus supuestos básicos que fundamentan y otorgan sustentabilidad a la
propuesta curricular.” (Brovelli, 2001)
Sumando lo anterior es pertinente evaluar los elementos del currículo de
acuerdo con los resultados obtenidos para determinar la pertinencia, igual que se
modifica y actualiza el plan de estudios con las problemáticas que se puedan
enseñanza – aprendizaje.
7.El estudio del currículo no puede hacerse más que considerando éste como
un producto histórico y social que cambia (como todas las construcciones
sociales), a rachas, como varían las circunstancias, como son reformuladas
las ideas y los ideales, como cambian las situaciones humanas, sociales y
económicas.
8.El cambio curricular requiere innovaciones en cada uno de estos ámbitos ya
que el currículo como proceso involucra los diferentes ámbitos de su
procesamiento, los actores vinculados a su elaboración y a su puesta en
práctica, así como las diferentes fuerzas sociales que condicionan las
modalidades en que los procesos de enseñanza y aprendizaje tienen lugar.
9.Es por ello que, como lo demuestran algunas experiencias realizadas, es
conveniente y deseable contar con la ayuda externa para orientar el proceso
de evaluación curricular. La presencia de un agente externo puede ayudar a