Está en la página 1de 42

DOMINA LA MENTE - Episodio 26

El camino a la Unidad

Nuestro Narasimha Murthy acaba de explicar muy bien el primer sloka


del Isavasya Upanishad, el cual es muy querido para Mí. Es muy
querido para Mí porque este mismísimo sloka es capaz de transformar el
mundo para mejor, si tan solo lo seguimos: «No robes, no robes, no
tomes cosas que no te pertenezcan en tu justo derecho, cosas que no
necesitas. No robes, no retengas más de lo que necesitas; aunque
tengas la posibilidad de hacerlo, no lo hagas, porque no es correcto». Lo
que pertenece a la Creación toda, a la hormiga, al insecto, a las bestias,
al pobre, al rico… Cada quién tiene una porción equitativa de la
Creación de Dios, y, por lo tanto, el poderoso, el fuerte tiene una
responsabilidad mayor hacia aquellos que no pueden reclamar lo
debido. Ellos tienen que proveer a los dóciles, a los humildes, a los
débiles y a los indefensos. Sacrifíquen primero, consuman después.

No se trata de hacer primero acumulación y luego sacrificar. Primero se


debe hacer el sacrificio. Antes de tomar algo de la Creación, uno debe
preguntarse:
«Qué puedo devolverle?». Entonces, primeramente, den eso que tienen
para dar, y solo después tomen. Den y luego tomen. No primero tomar
y luego decidir: «Oh, ahora hagamos un compromiso filantrópico, ¡la
mitad de mi fortuna será comprometida!» Todo el mundo así, desde
Warren Buffett a Bill Gates, junto a un millonario de Dubái que
también decidió sumarse donando la mitad de su fortuna a este
movimiento, que en un momento comenzó entre gigantes millonarios.
Luego de que han tomado todo, ahora piensan en donar.

Pero Yo sé que no es mucho lo que se está haciendo: todo eso recae


Domina la mente - Episodio 1
26
en fondos de coberturas, cuentas de paraísos fiscales, con la finalidad de
generar

Domina la mente - Episodio 2


26
más dinero. Lo que llega a la sociedad es muy poco de todo esto.
Las Escrituras dicen: nada de compromisos filantrópicos después de
que has acumulado mucho más de lo necesario; sacrifícate primero y
luego disfruta. Estamos poniendo el carruaje delante del caballo:
«Primero disfrutemos y luego vemos si podemos sacrificar. Vamos a
sacrificar una parte minúscula de lo que tenemos, para sentirnos bien
y asumir un compromiso filantrópico, y ser reconocidos y vistos en
todos lados».

La India dice: «¡No! Lo están haciendo al revés, lo están haciendo


mal». Primero sacrifiquen y luego acepten cualquier cosa. Cuando
toman algo de la naturaleza, de la sociedad, de la gente, primero
pregúntense qué es lo que pueden dar a cambio. Hay roga jivis, que
toman todo y no dan nada; hay bhoga jivis, que dan tanto como toman;
hay tyaga jivis, que dan más de lo que toman, y hay yoga jivis, que no
toman nada, sino que lo dan todo por el bien de los demás.

Esta es la diferencia entre un tyaga y un yoga. Estamos comentando el


yoga, hemos ido más allá de tyaga. Siempre dar más de lo que toman;
dar dos y tomar uno. De lo contrario, no tomen. Eso es tyaga. Yoga es
no tomar nada. Si algo aparece en su camino por voluntad de Dios,
por voluntad divina, acéptenlo con humildad. Si no aparece, todo está
bien. Si el pesar aparece, acéptenlo, no se perturben; si alguna ganancia
llega, acéptenla, no se exciten. Este es el yoga del que estamos
hablando ahora; hemos ido más allá del Isavasya Upanishad, el cual
habla sobre tyaga en un sentido yóguico. Pero el Isavasya Upanishad
es muy profundo, comienza con esto, pero además los empuja hacia el
objetivo más elevado.

Aquel que ve que todo es solamente el Atman, «Yo soy el que está en
todo», ese nunca llega a una situación por la que deba preocuparse, ni
odiar a nadie o causar dolor a nadie, porque ve que todos son «yo».
¿Cómo podría herir? Si mis dientes muerden mi lengua, no me
arranco los dientes y los tiro,
«¡cómo se atreven a morder mi lengua!». Los dientes son parte de
ustedes, la
lengua es también parte de ustedes y, por lo tanto, si eso ha pasado,
ha pasado accidentalmente, sin saberlo, en ignorancia, sin intención,
o por arrogancia, cualquiera sea la razón. Esta persona nunca llega a
ninguno de estos pensamientos negativos, ni a odiar a nadie. Quien
sabe que todo es solamente Atman, sabe que el Uno se ha convertido
en muchos. ¿Dónde están moha, la obsesión, y soka, el pesar, para
aquella persona que solo ve al Uno?

El primer y segundo slokas tratan principalmente sobre la conducta


social y moral basadas en esta fe divina, de que todo es Dios. Este
otro sloka, mientras se adentra en el Ishavasya Upanishad, los lleva a
un pensamiento mucho más elevado. El Ishavasya Upanishad dice: «Ve
la Unidad». Entonces,
¿qué les pasará a ustedes como individuos? Primeramente, se salvarán
de mucho dolor, de mucha pena. Se salvarán de moha y soka. ¿Quién es
el primer beneficiario con este tipo de visión, eka, la de ver Uno donde
hay muchos?
¿Quién es el primer beneficiado? Yo soy el primer beneficiado. ¿Por
qué? Porque no me encuentro con ningún sufrimiento, con ningún
dolor. Todo lo que queremos es evitar el sufrimiento, ¿no es así? Somos
ananda —dicho en los Upanishad—, estamos sedientos de felicidad, no
queremos sufrimiento. Pero no sabemos cómo evitar este sufrimiento;
parece que lo alejamos, pero se va de la casa por la puerta delantera y
entra por la trasera. Si lo sacamos por la trasera viene por la delantera; si
cerramos ambas puertas entra por la ventana; no hay escapatoria a este
sufrimiento. La única escapatoria a este sufrimiento es ver que todo es
Uno, y eso es yoga.

Cuando vemos solo Uno donde hay tantos, vemos la Unidad del Todo.
Con Unidad, me refiero a la que no podemos ver con los ojos físicos. El
que ve la Unidad espiritual de todo, nunca encuentra sufrimiento, nunca
desarrolla apego, nunca tiene odio o maldad hacia nadie. ¿Por qué?
Porque es un yogui. Partiendo de ser tyaga se ha convertido en yogui;
a través de seguir estos principios morales, su mente se ha purificado,
se ha convertido en alguien
de mente pura, y por lo tanto, en su mente brilla el conocimiento del
Uno en todos; este conocimiento le ha sido revelado.

El Ishavasya Upanishad continúa hablando de dos tipos de


conocimiento que les ayudan a purificarse y alcanzar los mundos más
elevados. Yo siempre digo que cuando el alma está por dejar el mundo,
esa alma que se da cuenta de que ha perdido la oportunidad de redimirse
a sí misma, es inconsolable. Nada la puede tentar ahora; a un hombre
moribundo le pueden ofrecer diez esposas, todas ellas Mis Universo.
¿Creen que eso va a consolar a este mismo hombre que cuando tenía
veinticinco años corría detrás de eso? Le dicen:
«Te otorgamos la mitad de estas propiedades y riquezas, todas las
acciones y bonos. Tómalos». ¿Creen que va a sentirse feliz? ¿Creen que
va a encontrar consuelo en el hecho de ser un moribundo rico?
Cuéntenle cualquier cosa, que todos los placeres del mundo le serán
otorgados. ¿Creen que eso lo consolará ante la certeza de que
mañana morirá, que mañana va a ser horcado? ¿Creen que va a
disfrutar de una cena prodigiosa? Su mente piensa todo el tiempo: «¡Oh,
este es el fin, estoy terminado, la vida terminó y ahora me doy cuenta de
que no puedo llevarme nada!».

Inconsolable es el estado de esta alma que parte. Como Alejandro


Magno; él pidió que cuando muriera, dejaran ambas sus manos fuera
del ataúd. Y pidió que desfilaran a lo largo de toda la ciudad para que
todo el mundo pudiera ver que se iba con las manos vacías.
Sufrimiento inconmensurable el de esta persona. ¿Por qué? Porque no
ha tomado conciencia de Sí Mismo, no ha descubierto la Verdad, no ha
visto la Unidad. Los últimos momentos de esa persona son
terriblemente decepcionantes. Incomparable tristeza, una mente
afligida por la pena. ¿Por qué? Porque ve que ninguna riqueza,
progenie, relaciones, nombres, medallas, recompensas, poder, nada de
eso va a irse con él. Piensa: «Estoy terminado, seré olvidado. Lo
acepto, pero
¿hacia dónde me dirijo ahora?». Se está dirigiendo al terrible mundo de
los demonios, como se suele decir. Demonios significa la gente que
piense de manera baja.
—He pensadode manera baja, no he tenido pensamientos
elevados.

«Vida simple, pensamientos elevados». En cambio, la mente es: vida


suntuosa y nada de pensamientos.

—¡Me dirijo al mundo de la gente


ignorante!

Y se da cuenta de esto solo en el momento de la muerte; hasta ese


momento, vivimos como si no existiese un mañana. Este es el punto en
que esta verdad de la muerte nos golpea en la cara. Llega este
descubrimiento y:

—¡Oh, Dios mío! ¿Hacia dónde estoy


yendo?

El Ishavasya Upanishad nos dice: «Ni lo dudes, vas derecho hacia el


mundo de los demonios, confirmado, garantizado».

Cegadora oscuridad, así es el mundo de los demonios, en el que


está acabando. Allí hay gente terriblemente ignorante. Y sufrirán,
sufrirán, sufrirán en su ignorancia.

—¿Es una
víbora?

¡Sufrimiento! Es solo una soga, pero sufren a causa de la cegadora


oscuridad. Con todo lo que toquen sufrirán, con todo lo que escuchen
sufrirán, en la ignorancia de la oscuridad. Esas personas se han matado
a sí mismas, han matado el conocimiento de Sí Mismas, el Atman en
ellas. Por eso se han matado a sí mismas, es como si hubieran cometido
suicidio; lo dice el mismo Ishavasya Upanishad.

Más adelante habla del alma que está por partir y que ha hecho todo
bien, y le reza a Dios: «¡Oh, Cáliz Dorado!». El cáliz dorado significa
el Atman, es comparado metafóricamente con un cáliz dorado en el cual
se conserva algo que está oculto, su boca está cubierta. ¿Qué está
cubierto? La verdad, sathya está cubierta. Entonces el alma reza: «¡Oh,
Señor! Quita esta tapa del cáliz
en que la verdad se esconde, porque aún no he encontrado la verdad.
¿Por qué deberías hacerme este favor? Porque he hecho el bien, porque
he llevado una vida basada en la verdad y en la acción correcta, por
esto deberías hacerme este favor. Te suplico que Te reveles ante mí,
porque he vivido una vida de verdad y acción correcta. Tú sabes lo que
hice en mi vida, seguí vidya y avidya, te adoré por medio de rituales,
también medité y tratando de comprenderte, hice lo mejor que pude
con esta vida humana de cien años. Por favor, revélate ante mí, no
permitas que parta decepcionado».

Llora, llora: «Estoy muriendo ahora, mi aliento marcha ahora hacia


el Aliento Inmortal de Dios, estoy convirtiéndome en Uno, mi
respiración me está dejando, no hay nada más que pueda hacer, mi
cuerpo se convertirá en cenizas. ¡Recuerda, oh, mente, recuerda, oh,
Dios, ¡el bien que hice en este mundo! Por favor, libérame de esta
limitación. ¿Qué más puedo hacer, en este momento? Estoy rezándote,
implorándote, rogándote… Por todo el bien que haya podido hacer en
esta vida que me has dado y que traté de hacer, lo mejor que pude,
sincera y honestamente, ahora que he llegado a los portales de la
muerte, no permitas que me hunda en el mundo de los demonios.
Llévame por la ruta dorada, llévame por el camino elevado hacía Ti. No
permitas que resbale y caiga al mundo oscuro de los demonios, que
todos consideramos el infierno. ¡Por favor, redímeme!».

El Ishavasya explica todos estos asuntos. Este era el llamado de los


Upanishads de la India, cuando todo el mundo sabía que el
verdadero objetivo de la vida es ver la Unidad en todo, y de este modo
superar el pesar, superar el apego, llevar una vida de verdad y de acción
correcta. Por eso el ruego: «Como he seguido este camino de verdad y
acción correcta, por favor redímeme ahora, lo merezco. No merezco ir a
los infiernos oscuros, merezco el buen camino, merezco los grandes y
nobles caminos dorados hacia Ti».
Esta es la idea del Ishavasya Upanishad, y tan solo imaginen que esta
idea ha estado ahí por miles de años, y sin embargo, nuestra generación
de hoy está deambulando por el mundo de los demonios. Bangalore no
es nada menos que un mundo de demonios; deberíamos rebautizarla
como Mundo de los Demonios. Porque eso es lo que está pasando allí,
el ahogo, la ignorancia de la mente que no ha visto la Verdad, y ni
siquiera sabe que hay una Verdad. Si supieran que hay una Verdad a
ser alcanzada, habría esperanza. Pero la mente ni siquiera lo sabe,
piensa que esto es todo lo que hay. Por eso lo repito una y otra vez a
nuestros estudiantes, porque quiero que entre en sus cabezas muy
profundamente, y que este pensamiento no abandone nunca sus mentes.
¿Cuál es este pensamiento? «Si creen que más allá de este mundo no
hay nada, que todo es comer, dormir, disfrutar, casarse, y que estos son
los únicos objetivos de la vida, entonces prepárense, el sufrimiento
será suyo. ¡Garantizado! Otra vez, y otra vez, otra vez y otra vez,
volver a este mundo y sufrir».

Podemos volver a este mundo, no hay problema, pero por propia


elección, para ayudar a alguien; no por ser arrastrado hacia el mundo
como un esclavo. Es preferible venir como un amo para ayudar a otros,
antes que venir como un esclavo atado a mis propios karmas. No
queremos ser eso.

Esto enseña el Ishavasya Upanishad. Una vez comenzado, pensé en


darles un resumen de lo que es. ¡Es tan hermoso, un solo Upanishad
enseña tanto!
«Vean la Unidad», que es lo que estamos tratando de lograr justo ahora,
con todo este sadhana y práctica que estamos siguiendo. Tratando
de ver si podemos entender esa Unidad: «La Consciencia Única»
¿Podemos entenderla? ¿Podemos tener la experiencia de esta? Eso es
todo lo que cuenta, porque sin esta experiencia no hay otro camino,
según explica el Svetasvatara Upanishad.
«¡He conocido a Purusha, el Ser Supremo!». Sin ofensa a las
mujeres…
Purusha no es una figura masculina, se hace alusión a Él como Eso.
«¡Lo he
visto a Él, he visto a ese Ser Supremo!». Comparado con el mundo de
los demonios, el mundo de la oscuridad, Él está más allá de esta
oscuridad, la oscuridad del mundo, la oscuridad de la ignorancia. Él
está lleno de refulgencia, más allá de toda oscuridad. Este Purusha, este
Ser Supremo, esta Única Conciencia, a Él debo conocer para salir de
este mundo de ignorancia y entrar a ese hermoso mundo de refulgencia
de la Divinidad. Y no hay otra manera, los Upanishad lo dicen muy
claramente. No piensen que hay otra manera de manejar esto. ¿Tratar
de sobornarlo? Si creen que Yama va a recibir algún tipo de soborno,
si creen que, inscribiendo un par de propiedades a su nombre, o
dándole algo, podrán a cambio elegir su destino, traten de hacerlo.
¿Piensan que lo va a aceptar?

A un muchacho de Bangalore le
pregunté:

—Dónde está tu carné de conducir? —Y me


contestó:

—No lo tengo, lo
perdí.

—¿Por qué no haces uno nuevo? —le


pregunté.

—No tengo tiempo de agendar el horario para hacerlo, tengo que ir a


la oficina y otras cosas.

—¡Pero entonces te van a detener en cada destacamento


policial!

—No, no, para cada destacamento tengo en el bolsillo un billete de


500 rupias.

Cada vez que lo atrapan, 500 rupias… Continúe… Él gana cientos de


miles, no tiene tiempo de ir y tener su licencia de conducir en orden;
hacer esto le costaría más dinero, en el sentido del tiempo que tiene
que invertir para obtener la licencia nueva. Entonces lo que hace es
llevar un billete de 500 rupias en el bolsillo para cada destacamento
policial. Son tres destacamentos de camino a la oficina y tres
destacamentos volviendo; 1500 rupias de ida,
1500 rupias de vuelta. Esto es un presupuesto que mantiene, en el caso
de que lo atrapen; nunca lo atrapan, sea cual fuere la razón. Pero traten
de hacer esto con Yama, traten de hacer esto con algunos de los devatas
que vienen a buscarlos. Nada va a funcionar. No hay otra manera.
¿Por qué estamos engañándonos, pensando que puede haber otra
manera? ¿Por qué cerramos los ojos, negándonos a ver, como el
avestruz que entierra la cabeza en la arena, asumiendo que no hay
enemigos cerca, que nada nos va a pasar?

¿No es eso lo que estamos haciendo cuando nos alejamos de Dios y de


la espiritualidad, sabiendo muy bien que este es el fin último que
debemos enfrentar? Tenemos que enfrentar la verdad algún día, y sin
embargo aún queremos seguir hundiendo la cabeza en los placeres
mundanos y sus pensamientos, sentimientos y asociaciones, para así
poder olvidar por un momento que esta verdad existe. ¡Qué tonto es
este acto en sí mismo! Ven cómo los niños juegan a las escondidas en
casa; cierran los ojos y piensan que nadie los ve. ¿Han visto a los
niños jugar a las escondidas? Están completamente visibles de pies a
cabeza. Los niños les dicen a sus padres:

—¡Encuéntrame!

—¿Dónde
estás?

—¡Estoy aquí
escondido!

—¡No, no estás escondido, solo te estás cubriendo la cara con las

manos! El hecho de que él no pueda vernos no significa que no

podamos verlo. El
hecho de que ellos no puedan ver la verdad no significa que la verdad
no pueda verlos a ellos, y verlos muy bien. ¿Entonces, por qué y por
cuánto tiempo quieren ustedes jugar a estas escondidas? ¿Por cuánto
tiempo quieren engañarse pensando qué no están siendo observados,
que no están siendo atrapados? En casa, los padres puede que sigan el
juego: «¿Dónde estás?, ¿dónde estás?, ¿dónde estás?». Pero ¿creen
que Yama va a querer
jugar a las escondidas con ustedes? Él va a ir derecho a buscarlos,
dondequiera que estén. Si realmente se estuvieran ocultando, los buscará
por los catorce mundos. Él tiene acceso a todos los mundos; donde sea
que se oculten, los hallará.

Entonces ¿Por qué perder el tiempo? No debemos desperdiciar


siquiera medio segundo, no hablemos de un segundo completo. Ni
siquiera medio segundo. Busquen percibir a Dios, de manera
implacable. Este es el llamamiento de nuestros Vedas. Redímanse,
sálvense. Únicamente al conocerlo serán capaces de redimirse.
Habiendo aprendido el conocimiento del Vedanta, se establecen en la
verdad. Este es el único camino. No podemos engañarnos pensando
«voy a poder manejar esto de otra manera». No. Purifíquense a través
de sannyasa yoga. Sannyasa yoga significa desapego de todo.

Vivan como si tuviesen que vivir llevando a cabo sus tareas, pero en
su mente estén totalmente desapegados: «Sí, Dios me ha dado esta
tarea y la estoy llevando a cabo, estoy jugando este juego con Dios».
Solo ahí está el Brahma Loka final. Lo alcanzan más allá de todo,
después de haberse librado de todos los apegos. Los demás están
condenados a volver a estos mundos oscuros, así ha sido dicho.
Podríamos pensar: «No he visto el mundo oscuro, no sé si realmente
existe; por lo tanto, no tengo que preocuparme por eso». Es como el
avestruz, que esconde la cabeza pensando: «El cazador no está por acá,
no me va a ver». O como el niño que cubre sus ojos con las manos, y
piensa que está jugando a las escondidas. Es así de ingenuo decir que
eso no existe para nada. Están condenados los que se engañan a sí
mismos a pesar de los Upanishads, que están gritando a toda voz:
«Este es el único camino, no hay otro camino, este es el único camino,
no hay otro camino…» Aun así, esas personas cierran los oídos y dicen:
«No escucho ningún aviso, no escucho ninguna precaución», y
continúan haciendo lo que quieren hacer. Solo hallarán la ruina, no hay
Domina la mente - Episodio 10/2
26 2
otro camino. Se destruyen a sí mismos.

Domina la mente - Episodio 10/2


26 2
Por eso, este esfuerzo para percibir la Unidad. Desafortunadamente no
hay otro camino, no hay otra manera. De existir otra forma más
sencilla, Yo la hubiese sugerido. Hay tan solo un camino, que consiste
en tomar conciencia, darse cuenta de esta Unidad. Si esto no ha
ocurrido, nada ha ocurrido. Los siddhis de ustedes, sus logros, no han
ocurrido. Su shakti, la energía, no ha ocurrido. Su familia, relaciones,
poder, posición, nada ha ocurrido. Tan solo si esto ha ocurrido, algo ha
ocurrido en su vida. De otro modo, nada ha ocurrido, ¿pueden
creerlo? Nada ha ocurrido. Tan solo ocurre cuando se dan cuenta de
que Dios está en Todo y en Todos. Solo Uno, solo Uno existe. Ninguna
otra cosa puede ayudarles en ese momento.

Cuando las cosas han ocurrido, en el momento de partir, esta alma


está implorando:

—Por favor, recuerda el bien que hice, no me castigues, no me


empujes a los oscuros infiernos.

También le dice a Agni, el dios védico del fuego, quien va a tomar


su
sukshma, su cuerpo físico, y reducirlo a
cenizas:

—Tú sabes todo el bien y el mal que hice. Todo el bien que hice, todos
los méritos que acumulé. Tú sabes acerca de esto. Aun en el supuesto de
algunas cosas que no haya hecho, algunos errores de juventud que haya
cometido, por favor, destruye cualquier pecado, cualquier aberración,
cualquier desvío que haya tomado, con conocimiento o no. Cualquier
cosa que yo haya hecho, por favor destrúyela. Me inclino ante Ti, te
ofrezco mis salutaciones, te alabo, te imploro, te ruego…

Luego de vivir una vida de verdad y acción correcta, está diciendo todo
esto. Si ustedes ni siquiera han llevado una vida de este tipo ¿creen que

Domina la mente - Episodio 11


26
les llegará de manera natural el arrepentimiento? El miedo, el pesar o el
afán de evitar el castigo pueden hacerlos llorar frente a Dios. Krishna
dice en el Bhagavad Gita, acerca del autocontrol y el castigo, que todos
deben hacerse cargo del

Domina la mente - Episodio 12


26
mal que han hecho. El karma los castigará. Intentan alcanzar su
propósito implorando perdón, pero Él no va a perdonarles el karma.
Por lo tanto, lo único que puede salvarnos es tomar conciencia de
nosotros mismos, ninguna otra cosa nos salvará. La magnitud del bien
que hayan hecho los mandará al paraíso o al infierno, lo que
corresponda. Para redimirnos, lo único que hace falta es tomar
conciencia de Nosotros Mismos.

Lamentablemente, existe el robo. Se entiende por robo tomar la riqueza.


Las propiedades o logros de una persona, o su renombre, o sus méritos.
Se ha dicho que también significa el derecho de los animales a la vida,
el derecho de las plantas a vivir y sustentarse, el derecho del medio
ambiente, el agua, el aire, la tierra, bosques y selvas. No debemos tomar
ninguna de estas cosas porque tienen sus propios derechos. Yo he
agregado que existe otra riqueza: el derecho de cada niño o niña a
tomar conciencia de Sí Mismos. ¿Quién está robándoselo? Los padres,
los maestros y la sociedad están robando al niño este derecho. Cuando
el niño nace, le dicen «tú eres mi hijo, nieto de tal, biznieto de tal y
tal…» Lo están engañando con una mentira. ¿Por qué? Porque ustedes
mismos son necios, están ciegos, entonces ciegan al niño: ciegos
guiando a otro ciego. Las madres no saben lo que son, los padres no
saben que existe Brahmá, a los maestros no les importa que algo
exista, aparte del aula y los certificados de estudios. ¿Acaso no han
negado al niño que conociera a su verdadero Sí Mismo, para así
redimirse? ¿No le han robado esa maravillosa oportunidad de nacer,
tomar conciencia y redimirse? Por nuestra ignorancia, nuestra necedad,
nuestras incapacidades. ¿No es esto un pecado? Esta es mi pregunta.

Es equivalente a negarle a un animal el derecho a la vida, o a una


persona el derecho de poseer lo que justamente le pertenece. Como
padres o maestros tienen influencia sobre el pobre inocente e indefenso
niño. Le proporcionan alimento, refugio y educación, pero le están
robando a ese niño la gran oportunidad de redimirse. Están
empujando a ese niño al mundo de los demonios. ¿Por qué? Porque
ustedes mismos son ignorantes. ¡Ciegos
guiando a ciegos! ¡Qué responsabilidad tenemos, antes de convertirnos
en maestros o en padres! «No conozco la verdad. Para traer a este
niño al mundo y enseñarle la verdad, debo antes conocerla». Como
maestros, no conocen esta verdad. Como estudiantes, obviamente,
no conocen esta verdad, ya que los maestros no la conocen, ni los
padres la conocen. Entonces, los niños no la conocerán. La sociedad
en general no la conoce, y por lo tanto los miembros de esta sociedad
no la conocen. Quien quiera saber acerca de la verdad es tratado como
un loco, como un paria:

—Mira, como sannyasi, mejor mantente alejado de Muddenahalli,


especialmente de esta nueva forma de Baba, que no tiene nada que hacer
en la vida, y quiere asegurarse de que nadie tenga nada que hacer en
la vida tampoco. (Risas)

Pero esta es la única manera. Yo no voy a mentir, Yo solo digo la


verdad, tómenla o déjenla. Si les agrada, tómenla. No les agrada,
déjenla. Yo no tengo nada que perder, ustedes tienen algo que perder.
Sigan yendo de aquí para allá, ¿a quién le importa? Pero a alguien le
importa allá arriba, con compasión, y por lo tanto Él ha venido a
enseñar que hay una salida de todo este embrollo, y que la única salida
posible es esta. Otras pueden parecer posibles, pero no lo son.

La inmortalidad no llegará de ninguna otra manera. Tyaga, la


renunciación.
¿Qué significa tyaga? Viene del desapego a todo, y el apego a Dios.
No se trata del tyaga de ir todas las semanas a donar 300 rupias al
mandir. No es haber alimentado a unos pobres migrantes que
deambulaban por la ruta. Unos miles de paquetes de alimentos
tampoco es tyaga. Tyaga, la renunciación, es hacerse a la idea de que
no somos esta envoltura del cuerpo. Cuando hacen este tyaga, ahí
comienzan a ascender, ascender y ascender. De otro modo no, no hay
nada.

En este momento de la historia de la humanidad, todo el mundo está


ciego. Es lamentable ver a todos esos estudiantes, a todos esos niños
que han
nacido de aquellos padres en cuyos hogares solo existe lo mundano, que
no tienen ningún interés por Dios ni por la espiritualidad, y tan solo
adoran a Dios para conseguir algunos favores mundanos. Yo siento
lástima, realmente me siento triste. Todos esos estudiantes que
terminan en instituciones donde lo único que importa es aprobar
exámenes, tener buenas notas, conseguir títulos… Siento pena por esos
estudiantes, siento pena por esos padres, siento pena por esos maestros
y siento pena por esas instituciones. ¿Qué les están haciendo a esos
estudiantes? Les están robando, les están arrebatando una bella
oportunidad de florecer como seres divinos, eso les está siendo
arrebatado. Porque el niño es indefenso, manso y dependiente.
Entonces, es responsabilidad de ustedes proveerles lo mejor.
¿Y qué es lo mejor? No es una escuela internacional. Antes de que el
niño nazca ya han reservado un lugar para él, pagando miles de
rupias como donación. No, eso no es lo mejor. Porque todo esto, en
definitiva, no va a ayudarlos ni va a ayudar al niño. ¿Qué se puede
hacer? Los padres son ignorantes, los abuelos son ignorantes, los
bisabuelos son ignorantes, los tatarabuelos son ignorantes, ¡todo un
linaje de gente ignorante!

¿Qué se puede hacer? El pobre ha nacido y tiene que atravesar todo


este sinsentido. ¡Qué situación, qué situación! ¡Y los Upanishads dicen
tanto! Hay tantos maestros, tantos gurús en la India. India es la
mismísima tierra de la renunciación. Habiendo nacido en India,
estamos llevando la misma vida que los estadounidenses, los
australianos o los europeos. A ellos podemos perdonarlos, porque no
tienen una filosofía; si se equivocan lo hacen desde la ignorancia, por
inocencia. Nosotros cometemos errores como bharatiyas, con todas las
Escrituras respaldando nuestros cientos o miles de años de sabiduría,
de sabiduría colectiva, sabiduría vivencial, respaldando nuestra vida,
sosteniendo nuestra vida… y aun así ignoramos esto. ¿Qué debemos
decir sobre esas personas? Se han matado a sí mismos. ¿Por qué?
Porque han decidido que no les interesa el alma. Es lo mismo que si
estuvieran muertos. Están muertos, son cuerpos muertos, zombis. Si
ustedes no están
vivos, no están vibrantes, no están lleno de espiritualidad, entonces
están muertos. Cadáveres que caminan, eso es todo lo que son.

Espero que algunos de ustedes estén haciendo algún esfuerzo. No


estoy diciendo que el resultado les llegará mañana. Para algunos que
estén haciendo planes de mudarse a los Himalayas a vivir en alguna
cueva, también a ellos les quiero decir que ese tampoco es el camino.
El único camino es:
«Donde estás, y tal como estás, eso eres tú». Pero para alcanzar la toma
de conciencia, que está cubierta de mala y de avidya y todo lo que
hemos estado debatiendo, todo eso debe ser quitado. ¡Quiten todo eso y
alcancen la meta! Nuestro Katha Upanishad lo expresa de manera muy
bella, todo el mundo lo sabe. El Bhagavad Gita nos dice: «Más allá de
los indriyas, los sentidos, está manas, la mente. Más allá de la mente
está buddhi y más allá de buddhi reside Eso, Lo Supremo». Más allá de
annamaya, pranamaya, manomaya, vignyanamaya, más allá incluso de
anandamaya, reside Eso. Porque aun si se experimenta, es una
experiencia y, ¿quién es el experimentador? El que tiene la experiencia.
Él reside más allá de eso. Esto es lo que estamos tratando de
experimentar, de conocer.

Entonces hagan el esfuerzo. Durante la primera semana, retiren sus


sentidos: menos interacción, menos hablar, menos movimiento. Tomen
la totalidad de los indriyas y sumérjanlos en la mente. Es decir, no
permitan que estos indriyas actúen por fuera, independientes de la
mente. No les permitan actuar por instinto. Practiquen esto. Esta es la
razón del ayuno del Ramadán durante cuarenta días, o el ayuno de
Sabarimala durante cuarenta días. ¿Por qué? Sabían que debían hacer
esa prolongada práctica, para que los sentidos no sean consentidos ante
los objetos del deseo. Así es como llegan la pureza y un poco de control.

Ya hemos hecho la primera parte; ahora la mente debe estar sumergida


en el buddhi. Eso también lo hemos hecho. Hemos hecho la parte del
discernimiento, el control de los sentidos, ustedes se han ocupado de
los
caprichos de la mente. Hemos tomado la mente y la hemos sumergido
en el buddhi. ¿Por qué? Porque ahora, el que tiene que decidir es el
buddhi: «¡Eh, esto es mundano! En cambio, esto es espiritual;
enfoquémonos solo en lo espiritual, estamos aquí para eso». Luego, el
siguiente paso es tomar este buddhi y sumergirlo en el Uno Mismo.
¿Quién soy? Brahmá, soy Brahmá. Fusiónense en Eso. Ese proceso está
continuando, aún estamos tratando de fundirnos en Eso, pero hasta
ahora es un japa meramente intelectual. Alguien me dijo:

—Yo medito en los atributos de Brahmá. —Yo le


dije:

—¡Brahmá no tiene atributos! Estás retrocediendo hacia algún otro,


hacia alguna forma manifestada.

Ustedes están pensando en algunos atributos, porque tienen a Sathya


Sai Baba para comparar, y dicen: «Brahmá debe ser de este modo, o
debe ser de este otro modo...». La confusión ocurre cuando se ve al Ser
Supremo como si estuviera provisto de atributos.

Hay un paso más, este no es el final. Vayan más allá, un paso más.
Luego de haber alcanzado samadhi, y luego de haber sumergido su
buddhi en la experiencia del Uno Mismo, hay un paso más:
shantamma atmani; ese es el paso supremo. Hay puertas, hay que ir
atravesando puertas hasta finalmente alcanzar lo buscado. Se dice que
para llegar a Vaikunta hay siete puertas. Han estado avanzando paso a
paso, pero Eso reside después de la séptima puerta. Siete chakras o siete
puertas. Recién allí obtienen el darshan de Aquel que Es.

Tienen que practicar. Si están practicando, su buddhi se está fundiendo


con el principio del Atma: mientras están cantando, por momentos
pueden olvidar que están cantando. Son momentos en los que el acto
de cantar desaparece. El canto está ocurriendo, pero ustedes no están
conscientes de ello. Están fundiéndose en otro sentir, que está más
allá del cantar. La conciencia del cantar se va, y están experimentando
algo. ¿Qué es? Es un
estado muy lleno de paz; la paz es su naturaleza: shantatmma atmani.
Cuando alcanzan ese estado es cuando ocurre el jnanam atmani. Tienen
que pasar la experiencia del Uno Mismo, que es el samadhi. Más allá de
este samadhi yace esto, llamado shantatmma atmani. Esto es advaita:
«Eso es Eso». Esta experiencia de percatarse de la Consciencia es
ekatvam: la cualidad del Uno.

Samadhi no es ekatvam. Puede que hayan alcanzado samadhi, pero


¿sienten que todo es Uno con ustedes? No. El samadhi fue algo
pasajero. Sus indriyas se han sumergido en la mente, la mente se ha
sumergido colectivamente en el buddhi, y buddhi se ha sumergido en el
Uno Mismo. Más allá de eso reside este ekatvam anupasyati: ver solo al
Uno en todas partes. Tal vez piensen que con samadhi hemos terminado
y estamos felices, como diciendo: «Alcancé el samadhi, ahora puedo
engañar a Yama con el certificado de samadhi». Samadhi no es eso.
Han experimentado su propio gozo, han experimentado algo de
bienaventuranza. Pero no por eso quedan calificados. Es un pase
falso, inválido. Hasta aquí es válido, de aquí en más no es válido.
Dentro de Maharastra es válido, pero no pueden cruzar a Karnataka
con este pase; tienen que conseguir otro pase para el inspector de
Karnataka. Más allá no es válido. El samadhi no es válido.

Si quieren escapar de las garras de Yama tienen que llegar a ekatvam


anupasyati, tienen que ver la Unidad en toda la creación. Y esto
¿cuándo ocurrirá? Si practican continuamente, la mente se tornará más
y más pura, hasta que todo el tiempo estén absortos en el Uno Mismo.
Ya no hará falta el esfuerzo de sentarse a meditar en un rincón o en una
cueva. No importará que estén caminando, hablando, moviéndose;
esa experiencia se habrá tornado una experiencia natural, y de esta
experiencia emerge este conocimiento.

Ustedes no han terminado aún. Si de todo esto han podido absorber


su mente en el Uno Mismo, ¡bien!, están muy cerca ahora, están muy
cerca. Pero el verdadero cambio ¿cuándo sucede? Cuando
moviéndose,
durmiendo y hablando, caminando, en cada momento, en todo
momento, existe esta percepción de que todo es Uno Mismo, todo es
Consciencia, todo es Uno. Únicamente ese ekatvam anupasyati los
liberará del apego y del dolor. Samadhi los ayuda en un momento
preciso a superar el apego y el dolor, porque en ese momento han
absorbido su buddhi. Pero en cuanto salen de samadhi ¿qué pasa?
Vuelta a la normalidad y otra vez están perturbados, agitados.
Entonces, otra vez tienen que volver a samadhi, o a encerrarse en un
cuarto a deshacerse de todos los pensamientos, y comenzar nuevamente
con a, b, c, d… Si ya han estado haciendo esta práctica continuamente
por un largo tiempo, significa que han mantenido continuamente la
mente pura, nunca errante, nunca desviada. Durante el resto de su
vida, nunca deben desviarse de esta senda. Nunca desviarse, no volver a
mentir, no volver a la ira, no volver a convertir su mente en impura,
porque en caso contrario, otra vez hay que comenzar por a, b, c, d…

Cuando han llegado hasta ahí, tienen que mantenerse. Se dice que llegar
es fácil, lo difícil es permanecer. Permanecer en ese estado
indefinidamente requiere mantenerse todo el tiempo en él. De lo
contrario, volverán, volverán una vez más. Yo he contado a estos
jóvenes que yoga puede crecer y puede disminuir. Ese también es el
peligro; puede que lleguen hasta ahí, pero si no cruzan al otro lado
con velocidad de escape, y se instalan permanentemente en su
órbita, es muy probable que, como en un mal lanzamiento, se
estrellen. La idea es permanecer ahí. Para saber cuán hermoso será
permanecer ahí, un atisbo de samadhi se lo dirá. Si un momento, diez
minutos o media hora les han dejado en ese estado, entonces si se
quedaran ahí por siempre, continuamente, ¡oh qué gozo! Esto ocurrirá.

Alguien me ha escrito: «Swami, en Economía decimos que cualquier


placer es temporario». Comen un gulab jamun y se sienten felices;
comen dos, más felices. Comen tres y se sienten aun más felices. Un
cuarto: «no, no quiero». Un quinto: odian el gulab jamun. Un sexto,
¡odian a la persona que les ofrece gulab jamun! Hasta que no les ofrecen
más, ¡suficiente, suficiente! Es lo que
se llama «disminución del margen de utilidad». Todos los placeres del
mundo son así. Primero felices, segundo más felices, tercero los más
felices, cuarto infelices, quinto disgusto, sexto odio, y séptimo
enemistad con la persona que les da eso.

Pero este placer del Atma es infinito, y aun así, nunca se aburren de él,
se sienten siempre felices en este estado. Todo esfuerzo, durante toda la
vida humana, debe dedicarse a alcanzar ese estado. ¿Para qué comer?
¿Para qué dormir? ¿Para qué caminar? ¿Para qué tener esto o aquello?
Todo es para poder alcanzar Eso. Si algo se interpone, debe ser
eliminado sin piedad: quien sea, lo que sea, como sea. No hay
componendas sobre esto; esta claridad debe estar presente. Córtenlo,
córtenlo con el desapego.

Este es un proceso de por vida. En dos o tres días terminaremos con


estos discursos. Estuve pensando que haremos esto por treinta días,
así más adelante, cuando la gente esté practicando, vendrá este
pensamiento, durante treinta días. Supongamos que practican todo el
día; al final del día tendrán la oportunidad de sentarse y escuchar uno de
estos discursos, y esto rejuvenecerá sus pensamientos. Reforzará sus
sentimientos y los mantendrá inmersos en esta idea de Brahmá, no se
desviarán de eso. Todo esto es tan solo para este propósito. Creo que en
los dos o tres días que faltan se llegará a eso. Esa es la idea.

Cada niño tiene derecho a tomar conciencia de Sí Mismo. ¿Qué es del


pobre niño si no le tocó una madre como Madalasa o un padre
conocedor de Brahma, un padre como Varuni? ¿Cuál será el destino de
este pobre niño? Arrebatamos la oportunidad que este niño tenía de
redimirse y ser eternamente feliz, debido a nuestra limitación,
nuestra torpeza, nuestra ignorancia. ¡Qué importante es que tomemos
conciencia de nosotros mismos, para así poder mostrarles el camino a
otros!
No piensen que la vida es solo vivir felices, obtener un buen empleo
y salario, una casa, hijos, nietos y todo lo demás. Eso no nos llevará a
ninguna
parte, porque Yama no se impresiona con ninguna de estas cosas. Él
dirá:
«Nada de esto sirve». Ni siquiera pueden sobornar a Yama sobre el
final; él no tomará nada de ustedes, tan solo tomará su vida, no tomará
ninguna otra cosa. En ese momento no pueden comprar otro día para
volver y hacer rituales y paschatapas. No funcionará. A este tipo de
personas ni se les ocurrirá hacer rituales de remordimiento al final. En
toda su vida jamás hicieron paschatapas; es un proceso que debe ser
regular, no podrán hacerlo solo al final. Esta es la más grande de las
verdades; no hay más verdad que esta. Solo la verdad resulta
victoriosa al final. Esta es la verdad, la verdad del Atman: tomar
conciencia de sí mismos es lo único que los hará victoriosos. De
cualquier otra manera, serán derrotados al final, y volverán al mundo de
los demonios.

Los Upanishads son tan importantes, que todos deben hacer algún
esfuerzo por aprenderlos. Si no lo pueden hacer en sánscrito,
apréndanlos en su idioma, con tal de aprender; al menos tendrán una
idea básica de qué tratan. Luego pueden esforzarse para aprender más
profundamente; pero deben hacer el esfuerzo. Es una obligación, nadie
debe tomar esto a la ligera.

Las cosas están cambiando, el mundo está cambiando, el modo de ser y


el futuro del mundo, todo cambiará con el tiempo. La gente estará
harta y desilusionada por la desarmonía, la agitación, el miedo, la
avaricia… Abandonarán.

Hubo un movimiento en los años 60 y 70, el movimiento hippie.


¿Sabían eso? Se inició en los Estados Unidos; esa generación comenzó
negando todo lo que la generación anterior les había dicho. Veían las
guerras, veían la avaricia, veían las grandes diferencias, la
desigualdad, la injusticia, los problemas sociales… La generación
entera se enfrentó a ello, alzó su voz en contra. Pero tomaron una
Domina la mente - Episodio 20/2
26 2
senda que no era espiritual; era rebelde, pero en el mejor de los casos,
era una idea social. El movimiento no estaba basado en la
espiritualidad. Entonces, como dice Yama: «¿Cómo pueden obtener
algo

Domina la mente - Episodio 20/2


26 2
permanente de algo que es impermanente?». Su idea era muy social,
hablaban de todos los valores correctos, pero en su mente no estaba el
conocimiento de que todo está permeado por Dios; por eso fracasaron.
Cuando no salió como querían, fracasaron, fueron dominados por el
poder, o sobornados para parar el movimiento, o fueron expulsados de
la sociedad. De cualquier modo, el movimiento fue controlado y
liquidado. La inspiración no duró mucho. ¿Por qué? Porque siguieron
la segunda línea del Ishavasya Upanishad, pero olvidaron la primera:
Isavasyam idam sarvam, la unidad espiritual. Esa idea faltaba;
pensaron que eran solo seres sociales, y por eso fracasaron.

Si en este tiempo ha de comenzar otro movimiento de paz y amor,


debemos sostenerlo a través de todas las contingencias, contra toda
oposición, a través de las restricciones y adversidades. Para esto debe
haber un basamento espiritual muy fuerte; por eso es tan importante la
primera línea, Isavasyam idam sarvam. De otro modo, todas las
revoluciones colapsarán, no alcanzarán nada, no irán muy lejos en el
futuro. Ahora, la revolución será una revolución espiritual. Hemos visto
muchas revoluciones: comunista, socialista, revoluciones en forma de
guerras, revoluciones de paz. Hemos visto de todo, menos una
revolución espiritual, una revolución espiritual que abarque el mundo
entero.

Esa revolución espiritual global puede cambiar el mundo para


siempre, y está comenzando en algún lugar, en pequeños bolsones aquí
y allá. En algún momento, estos pequeños esfuerzos en todas partes del
mundo se unirán y se convertirán en un movimiento inmenso, y de un
movimiento surgirá una revolución. Esto pasará con el correr del
tiempo; no pasará en uno o dos años, pero finalmente ocurrirá.
Entonces, ustedes serán parte de ello; ustedes pueden liderarlo, gracias
a lo que saben. Tienen un futuro muy hermoso por delante, no solo
Domina la mente - Episodio 21
26
para redimirse ustedes, sino para beneficiar al mundo. Esto también
aparecerá en el camino de ustedes, por lo que prepárense para este
futuro maravilloso. No sean perezosos, no sean

Domina la mente - Episodio 22


26
indiferentes; estén conscientes, estén alertas, estén preparados, hasta que
lo alcancen. Hasta que lo alcancen, lo entiendan y lo experimenten, no
abandonen. Esta es la idea de los Upanishads.

También podría gustarte