Está en la página 1de 1

PENSANDO EN VOZ ALTA.

*Estupefacto quedé escuchando el director de la Policía, el general Jorge Luis Vargas Valencia que,
dicho sea de paso, me ha dejado grata impresión por su profesionalismo y respeto al ciudadano. El
presidente, por fin acertó una con este nombramiento. Denunció que hay más de 200 policías
heridos a bala, machete, cuchillo, palos y piedras. Lesiones recibidas al entrar a desactivar fiestas
realizadas en contravención a las normas de la pandemia. Los enfiestados responden con
intolerables agresiones, a sabiendas de que violan la ley y los agentes, cumplen con su deber.
Francamente, esto es “incrédito”, como decía un campesino cada vez que se presentaba una
situación de nunca creer. Semejante salvajada, evoca la figura de Darío Echandía, el político liberal
que, el nueve de abril, con los demás integrantes del directorio liberal traicionaron al pueblo
enfurecido pero carente de organización y liderazgo por lo que no pudo suplantar al tirano
conservador. Ese político con la babosa frase de “el poder para que”, desvió la atención del
problema y frenó la renuncia del inepto presidente, Mariano Ospina Pérez, cuya envalentonada
mujer, doña Berta Hernández, con pistola al cinto respondió a los liberales: “el presidente no
renuncia”. Decía que ese líder llamó a los colombianos “una partida de cafres”, -habitante de
Cafrería- región africana cuyos habitantes se caracterizaban por comportamientos salvajes y
crueles. Ninguna palabra más apropiada para definir estas criminales conductas contra
funcionarios públicos que van a cumplir con su deber. En verdad hay uniformados malos, que se
han desbordado en brutalidad. Pero la mayoría son correctos-de no ser así, ya la sociedad se
habría hundido-. Considero que los cuerpos armados, van a tener que cambiar de estrategia y,
respetando siempre la dignidad humana, tienen que aplicar severidad cuando la gente se
desborde. Por ejemplo, apuntar las armas y hacer tender al suelo a todo el mundo, esposarlos y
entregarlos a la autoridad competente y si las circunstancias, lo ameritan, como es el caso que nos
ocupa, tendrán que disparar. Qué le vamos a hacer; pero la sociedad no puede quedar en manos
de los vándalos que no se paran en mientes cuando de insolentarse se trata. Ni qué decir después
de los recientes acontecimientos.

A propósito del virus, saldrá más barato redoblar la capacidad instalada de camas-uci y liberar la
economía. Esto no aguanta más.

**El papa Francisco convocó al mundo a rezar el rosario para acabar la pandemia y más
aumentaron los muertos y contagiados. Por ahí no es la cosa.

Jaime Bedoya Medina. Publicó

También podría gustarte