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FACULTAD DE HUMANIDADES
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
Tutor: Francisco Duran
PSICOLOGÍA SOCIAL Y
EVALUACIÓN PSICOLÓGICA
Treiccy Braca. 100589882
Sección -36
10 de mayo, 2021
¿Qué es la psicología social, años de fundación y sus exponentes?
Hablando de sus comienzos se puede decir que la psicología social nació, progresivamente
como una ciencia vinculada tanto a la sociología como a la psicología.
Allport (1954). Las raíces de la psicología social están en el terreno intelectual de la tradición
occidental europea. Su florecimiento más reciente es un fenómeno americano, posterior a la
segunda guerra mundial.
Las fuentes que le dieron origen y que, por tanto, la proveyeron de perspectivas de desarrollo
distintas, fueron por completo heterogéneas y hasta contrapuestas entre sí, pues algunas de
ellas provenían de disciplinas como la filosofía (a través, por ejemplo, de Kant, Hegel, Hume,
Marx) otras, venían de la sociología Durkheim, Tarde, Weber, Spencer); otras más del
pensamiento metodológico positivista, generado por Augusto Comte, y también, por
supuesto, sin olvidar las fuentes de la psiquiatría y la biología de la propia psicología social
(que con los planteamientos de Wundt, Sighele, Le Bon, McDougall, Mead y Floyd Allport,
entre otros, cobraría una fisonomía cada vez más nítida).
El trabajo del psicólogo social, también se desarrolla dentro de las instituciones públicas, de
las iglesias y propiamente sociales destinadas a la promoción humana. Por ejemplo, dentro de
los programas de desarrollo comunitario orientados a organizar personas de escasos recursos.
Pero también en programas de tipo educativo y de salud orientados a personas de
comunidades rurales y áreas marginadas.
GENERALIDADES
MODELO JERÁRQUICO
5TA. EDICIÓN
CATEGORÍAS NOMINALES
Test Wescheler
Las Hipótesis bajo las cuales fueron diseñadas las escalas Wechsler, son las siguientes:
Aplicaciones de las Escalas Wechsler: Son útiles para obtener información en relación a:
INTERPRETACION CLINICA DEL WAIS: Aunque el propósito principal del WAIS es dar
una medida válida y confiable de la capacidad global intelectual del individuo, es posible
además obtener una gran cantidad de datos que nos reflejan el modo de reaccionar del
examinado, sus habilidades o incapacidades específicas, así como indicios del
funcionamiento de su personalidad.
Entrevista
Observación
Otra forma de averiguar cómo suele comportarse una persona consiste en observar sus
acciones en situaciones cotidianas a lo largo de un periodo prolongado. Los conductistas y los
teóricos del aprendizaje social prefieren este método de evaluación de la personalidad porque
les permite ver la forma en que las situaciones influyen en la conducta y advertir la gama de
conductas que la persona es capaz de exhibir. La observación funciona mejor con niños
pequeños porque la mayoría de la gente se muestra consciente de sí misma cuando sospecha
que la están observando. Pero esta técnica se utiliza con éxito con personas de casi cualquier
edad en muchos escenarios: la cafetería de la compañía, una línea de ensamblaje, o cualquier
lugar en que la gente trabaje o socialice.
De manera ideal, los relatos no sesgados de los observadores presentan una imagen exacta de
la conducta, pero un observador corre el riesgo de malinterpretar el verdadero significado de
un acto. Por ejemplo, tal vez el observador piense que la conducta de los niños es hostil
cuando ellos sólo se están protegiendo del bravucón del grupo.
El 16PF-5 es uno de los cuestionarios de personalidad más utilizados desde diferentes ramas
de la Psicología. Desde sus primeras versiones en la década de los años 40 del siglo XX, la
construcción de este instrumento se ha basado en procedimientos empíricos,
fundamentalmente el análisis factorial, convirtiéndose en un referente de la construcción
psicométrica de instrumentos de evaluación. Tal y como señalan Aluja y Blanch (2003), esta
quinta edición del 16PF presenta buenas propiedades psicométricas, donde ha mejorado
sensiblemente su validez y fiabilidad respecto a versiones anteriores.
Los 16 rasgos de primer orden dan una información rica y detallada de la personalidad del
sujeto. Estos factores utilizan una terminología actual y son fácilmente entendibles a través de
la descripción mediante adjetivos de las polaridades altas y bajas. Las dimensiones globales,
por su parte, se asemejan a los factores resultantes del modelo de los “Big Five”, por lo que la
comparación con otras pruebas y la comprensión de estas dimensiones de segundo orden se
hace muy sencilla, incluso para profesionales con poca experiencia en el campo de la
evaluación de la personalidad. Por último, las escalas sobre estilos de respuesta pueden servir
como filtro para aquellas situaciones en las que la deseabilidad social o ciertas tendencias en
las respuestas puedan estar sesgando los resultados en el test. Se recomienda interpretar el
cuestionario empezando por los estilos de respuesta, siguiendo por las dimensiones globales
para acabar con los 16 rasgos de primer orden.
IPE
El cuestionario de evaluación IPDE sólo se utiliza para identificar sujetos con alta
probabilidad de presentar trastornos de la personalidad ya que no debe usarse para realizar
diagnósticos psiquiátricos, pero al aplicarlo como prueba de cribaje, el estudio de validez de
este instrumento indica que tiene escasa utilidad en la población reclusa estudiada cuando se
aplica con los estándares de referencia habituales, pues el número de falsos positivos que
produce es muy elevado al presentar una especificidad muy baja, 2,5%. Los mejores índices
de validez del cuestionario para identificar trastornos de la personalidad en general se
obtienen con un punto de corte para trastorno probable de 4 o más respuestas no coincidentes
con las esperadas, aun así la especificidad para identificar uno o más trastornos de la
personalidad continúa siendo baja, 32,5%, pero no es posible tomar el punto de corte mayor,
de 5 o más respuestas no coincidentes con las esperadas, pues en ese caso la sensibilidad baja
hasta el 83,3%, lo que resulta inadecuado al tratarse de una prueba de cribaje ya que el
principal requisito de este tipo de instrumentos es precisamente que estén dotados de elevada
sensibilidad, lo que en la práctica se traduce en la ausencia de falsos negativos. En cualquier
caso el uso del cuestionario IPDE en los reclusos evaluados no aporta beneficios ya que
incluso con el punto de corte habitual de 3 o más respuestas no coincidentes para los
trastornos de personalidad más frecuentes en la muestra estudiada, el antisocial y el límite, se
observa que la sensibilidad es baja, 56,7 y 58,8% respectivamente. Estos resultados no
confirman los hallazgos de San Narciso15, que estudió la validez del cuestionario IPDE en
usuarios de recursos para drogodependientes concluyendo que esta herramienta resulta útil en
la evaluación de los trastornos de la personalidad en esa población. Al comparar los índices
de validez con el punto de corte habitual de 3 o más respuestas no coincidentes en ambas
subpoblaciones, la sensibilidad para los trastornos antisocial y límite es claramente mayor
entre los drogodependientes, 88% para el trastorno antisocial y 100% para el trastorno límite.
MMPI
El MMPI ha llegado a ser uno de los instrumentos más utilizados para la evaluación de la
personalidad no solo en el campo de la psicología clínica, sino, además en áreas como la
psicología laboral o dentro de ambientes escolares.
El hecho de tener presente algunas características del MMPI y cierta forma de combinar
variables básicas, es posible lograr datos que reflejan de modo muy completo las
características de una persona, tantos los elementos alterado o patológicos que puedan existir
en su personalidad, como sus recursos, su posibilidad de recibir ayuda, sus mecanismos de
defensa, y, en general, la organización psicodinámica de sus rasgos.
Sus escalas
Se dividen en las escalas básicas, compuestas por las escalas de validez y las escalas clínicas,
y las escalas adicionales.
1. Escalas clínicas
Hipocondría.
Depresión.
Histeria.
Desviación psicopática.
Paranoia.
Psicastenia.
Esquizofrenia.
Hipomanía.
Introversión social.
2. Escalas de validez
Escala L o mentira.
3. Escala adicionales
Ansiedad.
Miedos.
Obsesividad.
Depresión.
Pensamiento extravagante.
Hostilidad.
Cinismo.
Conductas antisociales.
Comportamiento tipo A.
Baja autoestima.
Malestar social.
Problemas laborales.
Interferencia laboral.