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ENSAYO

LA OMNIPOTENCIA EN LA DICTADURA
Ciomara Martínez Arroyo- 1.010.140.384
Basado en la novela Yo, El Supremo de Augusto Roa Bastos.
Es necesario sólo un poco de análisis para concluir que las principales palabras del título de
este ensayo podrían ser fácilmente sinónimos, es incluso mucho más fácil estar de acuerdo
con esta afirmación conociendo el contexto adecuado. Para 1974 año en el que se publica la
novela Yo El Supremo, Paraguay, país natal de Roa Bastos, se encontraba bajo el mando de
Alfredo Stroessner y para entonces ya acumulaba veinte años aferrado al poder, la mayoría
de los países Latinoamericanos se enfrentaban o habían enfrentado una dictadura y el
mundo occidental se debatía entre las ideas capitalistas y el avance del comunismo. Es en
este ambiente de caos e incertidumbre cuando surgen soluciones que pretenden ser rápidas
y efectivas para la restauración del orden y el desarrollo de un país.

Para los años que sucedieron a la Independencia, América Latina contrarrestó su orfandad
levantando grandes caudillos, próceres que tomaron bajo su mando a las nacientes
republicas, aunque la mayoría fueron rápidamente sucedidos en el mando, la figura del
caudillo perduró en tanto se consolidaba la nación; los primeros esbozos de las
constituciones latinoamericanas pretendían copiar lo logrado por las potencias occidentales
sin preocuparse por las enormes diferencias en los aspectos sociales, económicos y
culturales, las cuales deberían ser resueltas para prontamente insertarse en el mercado
global de mercancías y de ideas liberales. El desacuerdo y las tensiones políticas entre los
que surgieron como posiciones marcadas dentro de la política latinoamericana, en el caso
paraguayo la liberal y la conservadora contribuyeron a desarrollar una interminable tensión
política que muchos vieron como medio para imponerse como la salvación de la patria.

Yo El Supremo transcurre en el largo siglo XIX en una joven republica que de mano de su
libertador se embarcaría en una travesía de totalitarismo y control en la que la más mínima
contradicción o desafío sería condenada. Y es precisamente uno de esos desafíos el eje
central de la novela, un puñado de letras clavadas en la entrada de una catedral amenazan el
mandato totalitario del dictador quien de inmediato ordena la búsqueda de los responsables
de tan horroroso escrito. El autor se embarca en un relato que refleja el alcance del poder
del dictador y una auto legitimación en el poder cuando considera contar con una
intelectualidad mayor a la de sus opositores.

Omnipotente adjetivo del que todo lo puede1 y se le atribuye solo a Dios. Al considerar el
comportamiento del protagonista narrado a lo largo de la novela la omnipotencia está muy
cercana al poder que detenta el dictador, un estado representado en una persona, la
autoridad sobre las fuerzas militares y el monopolio de la justicia son solo unas facultades
que el supremo se confiere, pero se pueden profundizar otros aspectos, más simples pero
igualmente importantes, El Supremo ejerce control ideológico sobre la nación y la
convence con obras que es la decisión correcta, pero ese es el lado positivo de esta
extraordinaria facultad, pasando de la novela a la realidad paraguaya, que obligó a Roa
Bastos a exiliarse, está la persecución ideológica, tiempo y dinero invertidos en la
manipulación de las masas bajo el pretexto de amenaza, no contra el pueblo, sino contra la
permanencia en el poder y la realización de proyectos que diezman los recursos del estado.
El control sobre la sociedad se hace de manera represiva, profundizando en el uso de la
fuerza, la fuerza militar pasa a proteger los intereses de pocos sofocando la estabilidad del
estado, el uso del poder sin control constitucional desemboca en el dominio absoluto de las
facultades políticas, la dictadura representa el despojo del mismo derecho natural a la
libertad, a la defensa, a la vida.

La compacta estructura de la novela pone todas las palabras en la boca del dictador, cada
frase es moldeada para ser reflejo del pensamiento y sentir del supremo, no existe
diversidad en las opiniones y cada participante de la conversación secunda y asiente ante
las afirmaciones cada vez más inconsecuentes del dictador. A pesar de su indiscutida
terquedad, desde las primeras líneas de la novela, el autor pone en evidencia la pretensión
de superioridad y apariencia intelectual del dictador, esta supuesta exaltación refleja la
continua desazón del autor frente a los años de ineficiencia de los gobiernos de los más
ilustres en Paraguay, las contradicciones en el discurso frecuentemente sacadas a la luz por
el secretario del dictador no pasan inadvertidas pero prevalece la exaltación a la figura del
ser supremo ligada al constante temor a la furia constante.

1
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Las decisiones políticas y de gobierno pasan a un segundo plano, las pretensiones del
dictador son antepuestas a las necesidades del estado, esta afirmación respalda la
omnipotencia del dictador, pero no es consecuente con la novela. Roa Bastos no pasa por
alto las acciones que redimen el accionar arbitrario del dictador, su poca ambición por el
enriquecimiento al igual que la repartición de las tierras a la población campesina que era
mayoritaria para la época, hace del Doctor Francia algo más que un tirano sin respeto
alguno por el pueblo, esto lo convierte a palabras del mismo autor en un déspota justo, lo
que abre espacio a una nueva interpretación de la potestad del dictador. El poder adquirido
a través de la dictadura no es necesariamente vil, despiadado o ajeno a los derechos, este
mismo poder abre la posibilidad a un buen accionar siempre y cuando sean los deseos
expresos del supremo. El poder condensado en su persona cambia para bien el país
manteniendo el orden, el cual a su vez es conservado por la acción de ese poder frente a sus
subordinados, el autor se afirma en este aspecto para hacer de la novela una clara
representación del despotismo ilustrado.

Roa Bastos no se conforma con un relato del pasado, esta novela histórica se respalda en el
espacio temporal en la que fue publicada lo que matiza el discurso del dictador creando un
diálogo entre dos formas aparentemente iguales de dictadura. La historia condena el
presente, juzga implacable aún sin señalamientos un comportamiento que a la vez propone
como arcaico, las fervientes ideas de democracia y la vigencia de la representación se
asoman desde las sobras del totalitarismo mostrándose como fuente de esperanza para todo
el pueblo de Paraguay, el retrato fantástico de la realidad condensa cada aspecto de la vida
en sociedad bajo una dictadura reivindicando la importancia del estado nacional.

En la novela el dictador pretende ser un todo, ya tiene el poder y el dominio sobre lo


tangible, pero las ansias de control lo impulsan a verse también como omnisciente, echa
mano de los archivos, relatos, y documentos oficiales para mantener una continua
vigilancia sobre el país. Yo El Supremo refleja el poder del discurso y la facilidad con que
se puede, a través de este hacerse con todos los poderes del estado, la dictadura se vierte en
palabras que acaparan tanto los pensamientos como las acciones, siendo la narración un
continuo monólogo plagado de temeridades sin olvidar el componente intelectual, cada
oración es repetitiva, densa, compleja, pero responde a una necesidad de explicación y
cumple su función al convencer irrevocablemente al receptor. Su crueldad es justificada por
el juicio y aplomo de su palabra que resalta entre los que lo rodean.

La novela consecuente al pensamiento político de Roa Bastos demuestra ser además de una
crítica contundente a las pretensiones del totalitarismo una apuesta por la diversidad en las
ideas y el respeto a una libertad de pensamiento sustentada en el desarrollo tanto social
como intelectual del pueblo paraguayo. En el ensayo Hacia el pluralismo democrático en
Paraguay Roa Bastos expresa la necesidad de la creación de un Estado de derecho y la
lucha por la prevalencia de la voluntad general, firme defensor de la libertad y la
democracia no se exalta al hacer esta crítica al abuso de poder, la radiografía que hace el
autor es resultado de un cuidadoso examen en el que es necesario tener un encuentro
directo con la dictadura.

Esa circular suprema a la cual no se le avista final recoge todos los aspectos del
totalitarismo, antepone el discurso y el pensamiento de un supremo sobre la realidad que lo
rodea, reconoce las terquedades del ser humano poderoso y sin límites. La reflexión sobre
la psicología del dictador en la novela es innegablemente aplicable a los eventos similares
ocurridos a lo largo del territorio latinoamericano.

La dictadura es sin duda un intento de reproducción de una supremacía divina que no


pretende alejarse de lo terrenal, pero ha condicionado el transcurrir político de los países de
Latinoamérica en los últimos doscientos años. El poder político que se han disputado élites
comerciales, industriales, políticas y militares en Latinoamérica ha sido un mecanismo de
control para el mismo territorio, la continua mirada hacia al exterior da testimonio de un
vacío de verdadero poder y la inminente necesidad de uno que reconozca al pueblo
latinoamericano como propio, como independiente como omnipotente dentro de sus
fronteras.

BIBLIOGRAFÍA
Roa Bastos, Augusto. Yo El Supremo. Buenos Aires: Alfaguara, 1974.
Roa Bastos, Augusto. “Hacia el pluralismo democrático en Paraguay”. Cuadernos
Hispanoamericanos 408 (1984): 5-17

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