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IMPUTACIÓN OBJETIVA Y SUBJETIVA DEL DELITO.

MARIO FELIPE GONZÁLEZ PADILLA

INDIRA VÁSQUEZ CASTRILLÓN

LAUREN YISETH ORTEGA CASTRO

CINDY TATIANA ROBAYO ZULUAGA

DOCENTE: DR. CARLOS GUILLERMO CUENCA

I. INTRODUCCIÓN.

La falibilidad del ser humano, esto es la capacidad de equivocación que nos


acompaña, nos ha llevado por siempre y en toda latitud a incurrir en errores, y
dentro de ellos en la comisión de hechos que están tipificados en las legislaciones
penales de los diferentes países del orbe, esto es, que tales conductas son
constitutivas de delitos. Luego, los aparatos legislativos se han ocupado, y
seguirán haciéndolo, de imponer castigos por estos comportamientos, siendo uno
de ellos el internamiento en centros de reclusión, cuando estos generan
significativos daños en la persona humana y por ende en la comunidad o
sociedad a la que éste pertenece.

Bajo este contexto, el presente texto versa sobre un tema nuclear del Derecho
Penal: La Teoría Jurídica del Delito. Nuestro análisis abarca el estudio de dos de
los esquemas más importantes en los últimos siglos que estudian el fenómeno del
delito: El esquema positivista naturalista y el esquema funcionalista moderado. El
tema reviste gran interés, en tanto que nos brinda un análisis completo y
organizado de la estructura del hecho criminal, a partir un caso práctico, desde
que el sujeto activo comete la conducta, hasta la valoración de la estructura del
delito que debe hacer el operador judicial, así como el grado de ejecución
alcanzado en el hecho concreto y los parámetros sobre los cuáles se basa la
determinación de la pena.

Así entonces este trabajo apunta con exclusividad a ocuparse doctrinariamente


de las posturas naturalista positivista y funcionalista moderada respecto de la
imputabilidad del caso que se desarrollará en las siguientes líneas.

II. HIPOTESIS.

¿Puede ser objeto de imputación de la comisión de un delito una persona que


padece de trastorno límite de personalidad y que está bajo estado de intoxicación
leve para las perspectivas filosófica naturalista positivista y funcionalismo
moderado?

III.OBJETIVO.

Se pretende entonces construir con este trabajo una interpretación y aplicación


concreta de las posturas naturalista positivista y funcionalismo moderado que
permita ahondar en los fundamentos de cada una de estas corrientes que han
servido como base para el desarrollo legislativo penal de distintos países.

Como meta concreta busca este trabajo contraponer distintas posturas filosófico
jurídicas, para así, realizar un análisis general y estudio de cada uno de los
elementos del delito según las corrientes naturalista positivista y funcionalista
moderada.

IV. CASO.

Sobre las dos de la madrugada del día 17 de octubre de 2001, el acusado Félix,
mayor de edad y sin antecedentes penales, fue al Bar B, sito en el edificio F de la
localidad Los Cristianos, Arona (Tenerife), donde se sentó en la mesa en que se
encontraban un conocido suyo llamado Domingo, la novia de éste y un tercero, y
mientras consumían los mismos alguna bebida alcohólica al tiempo que
contemplaban un combate de boxeo por televisión, se entabló entre el acusado y
el citado Domingo una fuerte discusión en relación a dicho deporte o
determinados boxeadores, alterándose bastante ambos, lo que motivó que
interviniera el dueño del local y pidiese al acusado que abandonara el mismo, lo
que éste hizo.

Algún tiempo después, tras haber abandonado también Domingo el local,


pasados entre unos diez minutos o media hora de la salida del acusado, se
produjo en la vía pública una nueva reyerta entre ambos, concretamente a la
altura del puente situado en la trasera de los Apartamentos S. Marino, lugar
distante del mencionado bar unos doscientos metros, reyerta en el curso de la
cual, aunque Domingo al parecer dio un puñetazo en la mejilla izquierda al
acusado Félix, sin embargo éste golpeó a Domingo, primero con puñetazos en la
cara haciéndole caer al suelo, para a continuación e impidiendo a Domingo
levantarse, seguir golpeándole sin cesar, ahora con una serie de patadas que le
alcanzaron en la cabeza, estando Domingo ya tendido en el suelo, hasta que
abandonó el lugar dejando allí tendido en el suelo al agredido Domingo. Tal
conducta la llevó a cabo Félix sin intención de causarle la muerte a Domingo, ni
imaginarse que tal tipo de agresión muy probablemente produciría tal resultado
mortal.

El acusado padecía al tiempo de los hechos un trastorno límite de personalidad


que disminuía de manera y con influencia leve sus facultades de entender y
querer, y al mismo tiempo se encontraba en estado de intoxicación por el
consumo de bebidas alcohólicas o drogas que igualmente le disminuyó de
manera y con influencia leve sus facultades de entender y querer. De resultas de
tal agresión Domingo sufrió una herida inciso contusa de siete centímetros en el
mentón, paralela al eje de la mandíbula y con una morfología irregular, una herida
inciso contusa de un centímetro en la comisura del labio superior; seis pequeñas
heridas inciso contusas de pequeñas dimensiones en el labio inferior; una herida
inciso contusa anfractuosa con desprendimiento de fragmentos por dentro del
labio, una contusión irregular a nivel de región frontal izquierda, erosiones
alargadas en la región mandibular izquierda paralela a la rama mandibular; una
fractura de la rama izquierda mandibular en su región media; una fractura de los
huesos propios nasales; hematomas palpebrales bilaterales en los párpados; una
herida inciso contusa en la lengua; lesiones eritematosas múltiples por estrés
hemorrágico a nivel de esófago, fractura de hioides en su asta izquierda, con
importantes infiltraciones sanguíneas periolesionales, faltándole dos incisivos
centrales y un incisivo lateral derecho. A resultas de estas lesiones Domingo
falleció antes de la llegada de las asistencias, como consecuencia de una asfixia
por bronca aspiración sanguínea, consecuencia de las policontusiones y
politraumatismos localizados en la región nasal y cervical sufridos.

Por lo anterior, como quiera que el problema que se plantea a través de este
trabajo es el de desarrollar, analizar y determinar si se cumplen los requisitos para
la imputabilidad de un delito, se impone entonces la necesidad de trasegar por las
distintas corrientes naturalista positivista y funcionalista moderada, así:

Positivismo naturalista

Esta corriente filosófica propende por la traslación a la ciencia penal de los


métodos propios de las ciencias empíricas. Se basaba en dos órdenes distintos
de factores: políticos y científicos. Este esquema cataloga la acción humana como
el hito causal que desencadena un resultado. Así, se determina que una conducta
es típica y antijurídica cuando la acción y el resultado se hallan contenidos en un
tipo penal, por ejemplo, la acción de matar y el resultado causado de muerte. Es
una teoría que explica al delito en función de las leyes de la naturaleza, todo lo
encuadra como una relación de causa efecto, dicho de otra forma, la acción es un
fenómeno causal y/o natural que trae como consecuencia un resultado que puede
consistir en un delito.

En este sentido, la observación y aplicación del entorno natural en los postulados


exegéticos de que trata el positivismo, así entonces, para el caso específico que
nos ocupa se desarrollarán los elementos del delito.

Basándonos en el caso anteriormente planteado, teniendo como referente inicial


el positivismo naturalista abordaremos posturas vistas en clase para la
resolución del presente caso. Dando inicio tenemos como referente primario al
sujeto activo llamado “Félix” quien lleva a cabo la acción típica y donde
claramente se puede evidenciar una antijuricidad con sus dos elementos material
y formal. Y por otro lado nos encontramos con “Domingo” quién se denominará
como el sujeto pasivo, donde en dicho caso observamos como nexo causal el
vínculo entre la acción del sujeto activo “Félix”, y el daño ocasionado al sujeto
pasivo con que tuvo como resultado la muerte de éste. Dicho resultado, determina
una vulneración del bien jurídico protegido en el homicidio, que es la vida
humana, encontrándose regulado penalmente el atentado contra dicho bien
jurídico.

En el presupuesto de la voluntad “Félix” quien se encontraba en estado de


intoxicación por el consumo de bebidas alcohólicas o drogas y a su vez sufría de
un trastorno límite de personalidad “trastorno mental que incluye inestabilidad
emocional , sentimientos de inutilidad, inseguridad, impulsividad y dificultades en
las relaciones sociales que puede ocasionar otros trastornos mentales tales
como: depresión, consumo inadecuado de alcohol u otras sustancias, trastornos
de ansiedad, trastorno bipolar etc..” Llevándonos a concluir que no se evidencia
requisito de la voluntad.

También podemos evidenciar que no hubo una situación de peligro actual, ya que
transcurre un lapso en el tiempo de 10 minutos o media hora entre la salida de
“Félix” y de “Domingo” lo que motivó que interviniera el dueño del local y
pidiese al acusado que abandonara el mismo, lo que éste hizo. Algún tiempo
después, tras haber abandonado también Domingo el local, pasados entre unos
diez minutos o media hora de la salida del acusado, se produjo en la vía pública
una nueva reyerta”

De manera clara podemos inferir que no hubo legítima defensa, porque no se


cumple con requisitos de esta figura establecidos los cuales son, el peligro
inminente que para este caso tenemos que si bien es cierto inicialmente existió
una reyerta, la misma inicio en el bar y culmino con la intervención del propietario
en este mismo bar, posteriormente “Félix” aborda a la víctima e inicia una nueva
discusión la cual termina en el resultado del homicidio y el daño causado, luego
no se presenta la condición del peligro actual e instantáneo de la agresión ya que
fue de manera desproporcional en cuanto a que si bien es cierto, se encontraban
en igualdad de armas , puños y patadas, esto no implica que no haya existido una
situación de desventaja frente a la víctima.

Ahora, respecto a la hipótesis de la condition sine quanen, podemos encontrar


claramente que para el caso si eliminamos la acción del sujeto activo no se
presentaría el resultado. luego existe esta condición de conexión de dicha acción
con el resultado “sin que Félix golpeara a domingo no se produciría el resultado
final”

Por otro lado, se presume la inimputabilidad ya que no existe una psiquis


necesaria basándose en la existencia de “falta de salud mental” por no tener las
capacidades de modo completo por su estado de intoxicación y su condición
mental. Por lo cual se exime de la culpabilidad al presentarse los anteriores
presupuestos: Existía carencia de autodeterminación de la conducta, No existía ni
dolo ni culpa.

El anterior análisis está supeditado a un análisis médico, que será el encargado


de confirmar la condición médica y psicológica del sujeto activo, certificada por
un especialista en el campo de enfermedades mentales “psicólogo-psiquiatra”
quien será de manera definitiva el cual determinará el grado de agudeza mental y
junto con el dictamen toxicológico se evidenciará en nivel de intoxicación en el
organismo para así confirmar la postura inicial de causal de inimputabilidad y por
consiguiente ausencia de responsabilidad de “Félix”.

En este sistema, el examen de la conducta del sujeto activo no se determina


hasta alcanzar el elemento de la culpabilidad, en el que se analizará si aquel
quería y sabía lo que hacía (encuadrándolo dentro del ámbito del dolo o de la
imprudencia, según casos) así como si el sujeto se hallaba en pleno estado
psíquico de conciencia o no (grado de imputabilidad) siendo consciente o no de la
ilicitud de la acción (conocimiento de la antijuricidad) encontraba en una situación
psíquica normal (imputabilidad), si era consciente de que su comportamiento es
ilícito (conocimiento de la antijuricidad del hecho) y si el ordenamiento le podía
exigir que se comportara de un modo ilícito (exigibilidad).

Funcionalismo Moderado:

La presente postura filosófica señala que toda estructura de delito debe ir


encaminada hacia un propósito que responda a la estructura de la política criminal
desarrollada en cada Estado, en consecuencia, el funcionalismo moderado
reconoce los elementos del delito propuestos por el finalismo (tipicidad,
antijuridicidad, culpabilidad), pero con una orientación político-criminal, puesto
que los presupuestos de la punibilidad deben estar orientados por los fines del
Derecho penal, por lo que estas categorías jurídicas no son sino instrumentos de
una valoración político-criminal. Así las cosas, la imputación de un resultado
depende de la realización de un peligro dentro del fin de protección de la norma.
La culpabilidad se limita con la necesidad de prevención y juntas originan el
nuevo concepto de responsabilidad, que es la base de la imposición de la pena.

Hecho:

Félix cómo sujeto activo comete el hecho, razón por la cual podemos hablar de un
hacer y con ello una manifestación de la personalidad.

Antijuricidad:

Conducta típica, antijurídica con resultado final sin responsabilidad por voluntad
por consiguiente sin pena. Por tal tazón, si bien la conducta de matar está
descrita en un tipo penal (dependiendo del Código Penal de cada Estado), su
antijuridicidad depende de su contrariedad con el derecho (valoración del objeto).
Por tanto, si la conducta prohibida se realizó bajo circunstancias de alteración
mental, sin la voluntad de matar al sujeto pasivo.

Tipicidad subjetiva:

en el estudio realizado podemos inferir que no se constituye ninguna clase de


dolo ya que el sujeto activo de acción no encuadra dentro estas justificaciones de
tipo subjetivo. Porque no se presenta voluntad de realizar y ejecutar la acción ya
que la persona no actúa de manera levemente inconsciente.

Responsabilidad:

La causal de justificación en el presente caso seria la condición de Félix respecto


a la leve disminución de capacidad mental que presenta con el trastorno límite de
la personalidad y con el grado leve de intoxicación por alcohol o drogas donde
hemos tenido en cuenta la normativa española que encuadra esa imputabilidad
en el trastorno mental transitorio, que para el caso nos atañe en las circunstancias
de modo, tiempo y lugar “ Tenerife - España” basándonos en la exclusión de la
responsabilidad por el estado mental en el que se encontraba en sujeto al
momento de realizar la acción.

V. CONCLUSIONES.

Después de la exposición y confrontación de los dos esquemas, el positivista


naturalista, y el funcionalista moderado, deben haber quedado en claro sus
posiciones divergentes. El funcionalismo moderado se basa en el hecho de que
reconoce “funciones” sociales (político-criminales) en la construcción de todas las
categorías del Derecho penal, pero, partiendo antes de una base ontológica, la
cual da una cierta estabilidad, una cierta garantía contra posibles manipulaciones
en la interpretación. Por su parte, el positivismo naturalista se basa en la
observación empírica de la sociedad y de las personas (distintos de los
individuos) que actúan en ella para luego, sobre esta base, elaborar los
conceptos jurídico-penales.

De acuerdo con lo anterior, el funcionalismo moderado resulta, en nuestra


opinión, la mejor opción y es preferible al positivismo naturalista, no solamente
debido a las implicancias políticas, sino también a la mayor fuerza explicativa del
primero a la hora de solucionar problemas particulares de dogmática penal. El
análisis de positivista naturalista, no puede servir, en la práctica, de base
constitutiva de un Derecho penal enclavado en un Estado social y democrático de
Derecho. Ciertamente también puede explicar el porqué de algunas acciones
humanas y cómo la reacción penal se manifiesta dentro de la sociedad (como
comunicación).

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